Alıntılar
Neil Josten dejó que el cigarrillo se consumiera hasta el filtro sin llegar a darle una sola calada. No le interesaba la nicotina; buscaba el humo amargo que le recordaba a su madre. Si inspiraba lo suficientemente hondo casi podía saborear el fantasma del fuego y la gasolina. Resultaba repugnante y reconfortante al mismo tiempo, y provocó que un escalofrío le recorriera