Kitabı oku: «Detrás de la puerta. Vol.1 », sayfa 2
DETRÁS DE LA PUERTA
I
El tiempo no es oro, porque por sí solo no brilla.
El tiempo solo es de aquel que lo fabrica.
Cada segundo importa.
Cada segundo importa.
Como Alicia dentro de la cronosfera
surco los mares del tiempo, donde se reflejan pequeños ecos
de dorado pasado.
Y yo navego raudo haciendo cabriolas,
para así evitar chocar
con la ola de tiempo equivocada
Pues una ola en concreto
es lo que busco
en cierto momento
de nuestro tiempo.
Un momento que me gustaría visitar
en la historia de nuestra evolución:
el nacimiento de la raza humana.
Yo solo visitaría esa ola
para matar al primer ser humano
y a toda su especie.
Para que así el ser humano
jamás influyera en este planeta,
ni este se destruyera
como por culpa nuestra está haciendo.
Para que así jamás hiciéramos
con este mundo
lo que hemos hecho.
II
No en vano me derrito
en todas las letras del alfabeto.
Me fundo con cada sintagma
y le hago el amor.
El resplandor del lenguaje
en un nuevo amanecer muere,
y en un lento oscurecer refulge
con toda la luz
del silencio.
Visito aureolas de paráfrasis
y las acaricio; surfeo en los acentos diacríticos
de tu corazón
en un denso mar de poesía-calma.
Estiro las vísceras hacia el teclado
y pongo el piloto automático.
Ahora este está en manos
de mi propio tejido orgánico.
Y en su lento fluir hacia el infinito,
raudo como la lentitud del caer de la hoja,
conecto mente y cuerpo, y hallo la paz.
Respiro y siento que soy uno
con el ayer, con el hoy,
con el momento.
Y sí que deseo vivir solo por sentir.
Y sí que deseo vivir solo por escribir.
Porque todo lo demás permanece
detrás de la puerta.
DETRÁS DE LA PUERTA
Me frustra buscar refugio y tener de luz solo un cigarro.
Me quema la implacable blancura de la melancolía.
Detesto ser un recuerdo que se devuelve.
Vivo mi vida por capítulos,
y solo en los subtítulos
encontrarás mis lágrimas.
FRUSTRACIÓN
En penumbra mi mente aúlla
en una danza de una danza de delirante dolor
y se retuerce porque sigo vivo.
Porque caí de bruces enfrente
del odio y la culpa,
mientras el viento derramaba buitres al acecho
de lo poco que me quedaba.
Abandoné páginas escritas al azar del devenir,
para hacerlas naufragar en el ancho mar
de mis demonios.
Me perdí,
como el hombre perdió el amor
de Madre Tierra,
y junto con ella me hundí.
EN PENUMBRA
Expío mis pecados con latigazos de verso,
haciendo saltar la piel de mi entereza.
Mi cabeza repleta caricatura
y sonrisas ensangrentadas me cuenta
que ya no me cree.
Si fuera más decidido, más ambicioso, más egoísta, o más arrogante…
Seguiría en la casilla de salida intentando encontrar una brújula
entre la basura de mi ser.
Podría sacarme los ojos, pero aun así, seguiría viendo mis errores.
PENITENCIA
Algunas veces el demonio solo quiere caer.
Algunas veces solo muestra sus lágrimas más insondables
en desgastados párpados
de cuervos y gatos negros.
El alma herida gravita revelando contornos
manchados de lado oscuro,
mientras el viento calumnia
la ausencia de tus caricias,
culminando en esta hoguera,
que es la intemperie de mi cuerpo.
Y solo las cadenas nos llevan
por caminos indelebles intercediendo
por ti.
Fui cómplice del deseo que nos convirtió en el abrigo del veneno.
El mundo podría acabarse mañana y yo
seguiría olfateando la fuente de tus mentiras
y seguiría sonriendo…
como hago siempre.
Sangro.
Tú escucha la escarcha de la cuadrícula y la tinta,
y en su lenta letanía de coronas efímeras
de dorado pasado
encuéntrate;
librando una vez más esa batalla que decidiste dejar correr,
y que te persigue como guepardo furibundo.
Déjate comer.
Y si encuentras algo que sacie tu sed de dolor,
revuélcate en la vida que no tuviste, en eso que no fuiste…
porque te pudo el miedo.
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