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Parte II

Ciencias humanas y sociales: trazos para su diálogo con la contabilidad y la organización

Presentación de los editores

Ciencias humanas y sociales: trazos para su diálogo con la contabilidad y la organización

El desarrollo contemporáneo de la disciplina contable viene mostrando relaciones interdisciplinares con la sociología, la antropología, la historia, la filosofía, la epistemología entre otras, que le contribuyen conceptos y marcos referenciales para fortalecer su cuerpo cognoscitivo y, así, poder elaborar mejores argumentos y respuestas a los dilemas del ejercicio profesional. El trabajo contable ya no solo depende de las cifras y del comportamiento de los hechos económicos; está claro que los usos determinados para la contabilidad dependen del tipo de la racionalidad y de la perspectiva que tenga quien la manipula y quien influya en la información que ella produce. En este sentido, las prácticas contables expresan mucho más que números bien ordenados e informes bien confeccionados. En ellas están presentes las subjetividades de aquellos que crean las tramas y las tramoyas de los roles de la contabilidad. Por ello, es relevante el estudio de los contextos y la subjetividad individual y social en donde se muestra la contabilidad.

Disciplinas como la sociología, la psicología, la filosofía y conceptos como la teoría social, la subjetividad, el trabajo, el comportamiento, la responsabilidad, la ética, el juicio, la equidad, la igualdad y otros derivados de las ciencias sociales y humanas, han sido fuente de la investigación contable en los tiempos actuales. Con la interdisciplinariedad que se teje, las perspectivas de la investigación contable se ocupan de nuevos campos temáticos, hasta hace muy poco marginados por la corriente principal de la contabilidad. Valoraciones cualitativas del capital intelectual, de los intangibles, de las personas, de los recursos sociales, así como las relaciones de subordinación, el ejercicio del poder y la inversión del Estado son algunos ejemplos del estudio que las comunidades académicas heterodoxas vienen desarrollando y fortaleciendo el estatus cognoscitivo de la contabilidad.

En ese sentido, el documento del profesor Bruce Committe propone la consideración de una filosofía de la contabilidad para la acción humana, y constituye un aporte significativo para lo que se conoce como la Escuela de la Contabilidad Organizativa y del Comportamiento, que derivó en las ya estudiadas perspectivas crítica e interpretativa. El profesor Committe parte del marco referencial de la teoría social crítica como fundamento intelectual para pensar una nueva contabilidad de la acción humana. La perspectiva que propone Jürgen Habermas sobre la teoría de la acción comunicativa, la cual es una crítica a la sociedad moderna, le sirve al profesor Committe para describir muy detalladamente la función de la contabilidad tradicional en la sociedad. La recurrencia de la teoría social crítica no solamente se da en Habermas, sino en otros autores como Karl Marx, Max Horkheimer, Theodor Adorno y la Escuela de Frankfurt en general.

En este texto, se reconoce el valor de las artes liberales como el nicho del conocimiento contable, pues su propósito es mejorar la condición humana. Bajo tal propósito, el profesor Committe encamina una serie de argumentos para que la contabilidad pueda llegar a ser considerada en la mente de quienes la estudian y la aplican, en conexión directa con las artes liberales. La idea de pensar una contabilidad de la acción humana es un intento de emplear sus ideas para el mejoramiento de la sociedad, en otras palabras, para la promoción de la humanidad en la sociedad. Committe sostiene que la contabilidad para la acción humana es una herramienta para conseguir la rendición de cuentas de la acción humana. Incluso, el autor llega a considerar que es posible una teoría general de la contabilidad para la acción humana, teniendo en cuenta que su finalidad es la garantía de la humanidad para todas las personas. Esta iniciativa es presentada por el profesor Committe como un programa de investigación en estado germinal, pues –dice– su aproximación ha sido rudimentaria como la de un contador que estudia la teoría de la acción comunicativa de Habermas. Por lo tanto, invita a los especialistas de la contabilidad a entender mejor las ideas de Habermas, a realizar un análisis mayor de la teoría social crítica vinculada a los sistemas de contabilidad que él ha identificado. Estos deberán ser analizados críticamente, para luego crear un conjunto de principios de la contabilidad de la acción humana, pensando en que es posible crear una sociedad más ordenada, llena de valores humanos, creencias y habilidades.

No cabe duda que el aporte del profesor Committe enriquece las perspectivas de trabajo de lo que esta colección (Perspectivas Críticas de la Contabilidad Contemporánea) de planteamientos y disertaciones viene ofreciendo a la comunidad contable colombiana. Con este referente ofrecido por el autor, esperamos que el estudio de las organizaciones, de su cultura, de sus lógicas y del papel de la contabilidad en el control de los recursos, supere la visión instrumental y financiera tradicionales; y que, por el contrario, se pueda producir información contable de las acciones humanas, donde se destaquen los valores, los sentires, los dolores y las alegrías de las personas.

El segundo documento que se vincula en esta parte del libro recurre también a la perspectiva de las ciencias sociales y humanas, e identifica en ellas los comienzos de la perspectiva crítica al final del siglo XIX y principios del XX. Es el profesor John Jairo Cuevas, de la Pontificia Universidad Javeriana Cali, quien ofrece sus reflexiones en el texto titulado El misterio de una trinidad: contabilidad, organizaciones e instituciones. Allí, el autor se basa en la identificación de las diversas complejidades que atraviesan el fenómeno organizacional, como el poder, la autoridad, la flexibilidad laboral, los actos inhumanos, junto con nuevas formas de explotación como cotidianidades que involucran a diferentes disciplinas (la contabilidad, la administración, la economía y el derecho).

Su análisis se centra en la relación de la contabilidad y las organizaciones, en el marco de la institucionalidad. Esta última la relaciona con la corriente de pensamiento preocupada por definir marcos referenciales para respaldar el contexto económico hegemónico. Dicho pensamiento es conocido en el medio académico contable como la mainstream, en la cual no es fácil identificar las tensiones y conflictos que subyacen en dicha institucionalidad. Por lo anterior, el profesor Cuevas propone acercarse al estudio de las ciencias sociales y humanas, para poder concebir a la organización y a la contabilidad como constructos humanos cargados de subjetividad e intersubjetividad. De esta forma, sostiene que es posible que quienes ejercen la contabilidad puedan explicar y comprender mejor los fenómenos sociales que involucran las categorías antes señaladas.

Sin embargo, el autor advierte que la discusión no es ajena al aparecimiento de valores propios de la denominada contemporaneidad, en donde resultan ser importantes, por ejemplo, la velocidad, la instantaneidad y la flexibilidad en la conformación de nuevas subjetividades y vínculos sociales. Para contextualizar dicho planteamiento, el profesor Cuevas se acompaña de referentes como Jean François Lyotard, George Steiner, Dany-Robert Dufour, Slavoj Žižek, Fernando Cruz Kronfly y Gilles Lipovetsky. Con estos marcos referenciales, el autor va a presentar una cartografía de la conexión que existe entre la contabilidad y la organización, destacando el rol del sujeto, cuya hipótesis es que se encuentra fragmentado por los cambios sociales y la liquidez de la sociedad contemporánea. La perspectiva teórica para este análisis se ubica en el enfoque institucional de la sociología organizacional de North, distinta del enfoque institucional económico de la mainstream, el cual servirá para identificar una orientación interpretativa de la contabilidad y la organización.

Se presenta con acierto la referencia teórica de la contabilidad heterodoxa, con Burchell, Clubb y Hopwood a la cabeza, para construir desde ahí unas líneas sobre la contabilidad como práctica social institucionalizada. Perspectiva crítica del hacer contable que se desarrolla principalmente desde el análisis del lenguaje y su influencia en la construcción de discursos contables, que, entre otros aspectos, convierten a la contabilidad en un agente de legitimación.

¿Existirá un misterio en la tríada contabilidad-organización-instituciones? Esa es la inquietud que el profesor Cuevas instaura para señalar un camino de discusión que, seguramente, derivará en nuevos análisis y construcción de marcos referenciales para potenciar el desarrollo de la investigación contable en Colombia. La contabilidad se concibe, entonces, como una disciplina en potencia, con tantos problemas como sujetos o empresas existen, que funciona en contextos sociales que se van a comprender ahora desde miradas críticas e interpretativas, nutridas desde las ciencias sociales y humanas. Este es el derrotero, un camino posible para pensar más allá de lo aparente, de lo cotidiano, de lo rápido, de lo híper.

Una filosofía de la contabilidad para la acción humana 1

Bruce Committe

La contabilidad para la acción humana2 es el proceso de registrar, analizar, resumir, valorar, evaluar y reportar las acciones humanas y sus efectos, sobre todo a lo que ellas afectan. Esto va más allá de la contabilidad tradicional, la cual se reduce a registrar, analizar, resumir y reportar transacciones financieras y sus efectos sobre los recursos y las obligaciones financieras de una entidad informante, así como los cambios de estos en el tiempo. La creación de esta nueva versión de contabilidad social comienza con la expectativa y la creencia de que la contabilidad para la acción humana es un concepto que, en su desarrollo, por medio de la investigación y del uso en la práctica, puede beneficiar a la sociedad en formas que, hasta ahora, no se han logrado o intentado. La creación de la contabilidad para la acción humana es una innovación avanzada con la esperanza de que su resultado será de beneficio para la sociedad. El autor invita al lector a unirse en este viaje. Sería correcto llamar a este proyecto una idea experimental en la sociedad humana, así como en la humanización de lo que, hasta la fecha, se ha conocido como contabilidad tradicional.

Dicha conceptualización del tema contable conecta la idea de la contabilidad con la teoría social crítica, o teoría social simplemente (véase la discusión de la teoría crítica social frente a la teoría social más adelante). De este modo, se abre la disciplina contable al amplio acervo de conocimientos en teoría social, y viceversa; y, en igual nivel de importancia, se abre la investigación contable a todos los enfoques y metodologías de investigación ya existentes en todas las artes liberales (es decir, las humanidades y las ciencias sociales)5. La base intelectual de la teoría social se convierte, así, en el fundamento intelectual de la nueva contabilidad de la acción humana.

Se escogió la teoría social crítica por una razón no recordada ahora, cuando, en 1991, me encontré con dos volúmenes de los tratados de Jürgen Habermas sobre la teoría de la acción comunicativa (Habermas, 1984, 1987). La descripción del segundo volumen de los “mecanismos de gobierno” del sistema social me llamó la atención como un concepto que parece ser una descripción exacta de la función en la sociedad de la contabilidad tradicional, es decir, de la que hoy se conoce como contabilidad financiera y de gestión (o administrativa).

Poco antes de 1991, había publicado dos artículos interdisciplinarios que conectaban el tema de la contabilidad financiera con los estudios legales, o derecho, y, por supuesto, el derecho es un elemento del amplio mundo de la teoría social (Committe, 1989, 1990). Los conocimientos adquiridos a través de mis entonces recién completados estudios jurídicos se convirtieron en la vía para conectar intelectualmente la teoría y la práctica de la contabilidad financiera, con un mundo más amplio de la teoría social, de la práctica social y de la acción humana. Un ejemplo de la práctica social sería diseñar una organización política para, con autoridad, crear normas de contabilidad globales para las empresas que desean participar en la economía mundial, o en algunos sectores de la economía mundial, por medio de organizaciones de cambio y valores (acciones, bonos, etc.). Otro ejemplo de la práctica social sería la creación de un nuevo campo de conocimiento que se conozca como la contabilidad de la acción humana.

El hogar preferido del conocimiento contable

Las artes liberales deben ser el hogar del conocimiento contable (tanto para la contabilidad tradicional, como para la contabilidad de la acción humana), ya que el propósito de todo conocimiento es mejorar la condición humana. Las artes liberales constan de las humanidades y las ciencias sociales, incluyendo, pero no limitándose a la filosofía, sociología, ciencia política, lingüística, lenguas, arte, estudios de literatura, estudios culturales, antropología, estudios religiosos y demás. Todos ellos forman parte de la teoría social. Es lógico que, independientemente de lo que la contabilidad es o pueda llegar a ser en la mente del pensador, esta debe basarse en las artes liberales, pues, de lo contrario, el desarrollo contable permanecerá, y en un futuro llegará a estar, separada de estas. Cimentar la contabilidad en las artes liberales tiene sentido, porque esto establecerá como objetivo principal de la disciplina mejorar la condición humana del mundo.

Lógicamente, el conocimiento contable no debe contribuir a empeorar la condición humana y sus perspectivas más de lo que son ahora. Se supone, en este tratado, que sentar las bases de la contabilidad en las artes liberales y, en especial, en la teoría social, producirá más beneficios para la sociedad de lo que actualmente ocurre. Pero solo el futuro lo dirá. Muchos filósofos de la sociedad han escrito sobre las enfermedades o patologías de la sociedad moderna, y uno de los propósitos de esta filosofía de la contabilidad basada en la teoría social o contabilidad de la acción humana, es aumentar la probabilidad de que el conocimiento contable contribuya a la disminución de estos males y patologías traídos por la modernidad, de la cual la contabilidad financiera tradicional es y ha sido parte, al menos desde el comienzo de la Revolución industrial.

El impulso para esta filosofía de la contabilidad

Un impulso más reciente de esta idea de que la contabilidad necesita tomar un giro filosófico hacia las artes liberales, y hacia la teoría social en particular, lo abordo en Committee (2012), a través de un llamado particular reciente en los Estados Unidos para apoyar las artes liberales y ayudar, desde la comunidad académica de las artes liberales al desarrollo de la sociedad estadounidense. Este documento sostiene que el conocimiento de la teneduría de libros solamente – es decir, el conocimiento de análisis financiero, registro y presentación de informes de transacciones comerciales– no forma a los contadores para el rol que se espera y necesita de ellos en la sociedad global actual. Las fronteras entre la economía6, la política, lo social y otros campos de las artes liberales son cada vez más borrosos y están en camino a desaparecer, mientras la iluminación continúa. Los recientes acontecimientos mundiales muestran la interconexión de estas disciplinas:

(1) la recesión mundial iniciada, aproximadamente, en 2008;

(2) los acontecimientos políticos mundiales conocidos como la Primavera Árabe, que empezaron con la protesta suicida de un simple vendedor ambulante, debido a la interferencia de un corrupto funcionario del Gobierno tunecino en el negocio de compra de un proveedor de fruta;7

(3) las nuevas y crecientes protestas en contra del sector financiero en los Estados Unidos (en general, con sede en Wall Street.). Allí expresaron su disgusto sobre temas como: el desempleo y la codicia del sector financiero, así como por la falta de rendición de cuentas, en medio de prácticas fraudulentas que contribuyeron, en 2008, a la recesión económica a nivel global. También, por su mal uso de los cientos de miles de millones de dólares que recibieron como dinero de rescate bancario de parte del Gobierno norteamericano (es decir, de los contribuyentes estadounidenses).

Mientras que, en el pasado, ha habido recesiones y preocupaciones políticas expresadas por las acciones de protesta y otras acciones humanas sobre políticas públicas sociales y económicas injustas, los últimos avances en tecnologías de la comunicación y servicios de noticias las veinticuatro horas (la nueva esfera pública) han causado que los sucesos ganen apoyo generalizado más rápido y a producir acciones de protesta más efectivas. Esto, debido a:

(1) la rápida difusión internacional sobre el suicidio de un vendedor ambulante de frutas (Fahim, 2011);

(2) la indignación de muchos, que han sabido la noticia de la acción del vendedor y sus razones.

Muchos manifestantes han estado poniendo sus vidas voluntariamente en peligro físico, para provocar el cambio político y social.

En el momento en que se escribe este artículo, el pueblo de Siria está involucrado en batallas de protesta con su Gobierno; mientras que, en los Estados Unidos, los indignados no solo están en el área de Wall Street del centro de Nueva York, sino en otras ciudades del país y del mundo. En Estados Unidos, los manifestantes están buscando sustituir a los funcionarios del gobierno en las próximas elecciones nacionales que van a ocurrir, según el calendario electoral, en noviembre de 2012. La Constitución prescribe el calendario fijo de las elecciones nacionales.

La teoría de la acción comunicativa de Habermas no es una crítica a la contabilidad, sino a la sociedad moderna o a la modernidad. Habermas ni siquiera menciona la contabilidad. Pero como se dijo anteriormente, él sí critica el desarrollo de la sociedad moderna de los mecanismos de dirección del sistema social que orientan las actividades sociales sin la guía consensuada y, por lo tanto, sin la validez de las personas dirigidas. Además, la contabilidad tradicional cumple con la definición de un “mecanismo de dirección”, según lo define Habermas. Por lo tanto, su tratado es una crítica indirecta de la contabilidad financiera tradicional, sin siquiera mencionar el término.

La crítica de la modernidad ha sido un tema principal de la filosofía social y la sociología desde hace bastante tiempo (aproximadamente desde finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX) y, por supuesto, continúa hasta nuestros días (como lo muestran los ocupantes de Wall Street). Uno de los primeros críticos importantes de la modernidad fue Karl Marx, quien fue seguido por la Escuela de Frankfurt, la cual comenzó como el Instituto de Investigación Social (Institut für Socialforshcung) en Alemania, en 1923. Los últimos miembros más destacados fueron Max Horkheimer (quien se convirtió en su director en 1930), Theodor Adorno y Herbert Marcuse. El trabajo más destacado del Instituto fue la dialéctica de la Ilustración de Horkheimer y Adorno. Jürgen Habermas, nacido en 1929, se convirtió en ayudante de Adorno, y aceptó una cátedra en filosofía y sociología en la Universidad de Frankfurt, en 1964. Él dejó este último cargo para convertirse en un miembro no asociado del Instituto Max Planck en Starnberg, Alemania, en 1971. Al principio publicó varias obras que, finalmente, lo llevaron a desarrollar su gran teoría del desarrollo la sociedad publicada como la teoría de la acción comunicativa, en 1981.

A medida que el mundo se fue modernizando debido a la Revolución industrial, la investigación sobre la sociedad tomó la forma de indagación que se llamó la “teoría social crítica”, o algunas veces, simplemente, “teoría crítica”. Precisamente, un pionero del enfoque de la teoría crítica para el estudio de la sociedad fue Karl Marx. Es razonable argumentar que él y algunos menos conocidos antecesores fueron los inventores de esta. Luego, fueron los miembros de la Escuela de Frankfurt quienes siguieron usando el término. Después de ser miembro de la Escuela de Frankfurt, Habermas utilizó la teoría crítica principalmente no para criticar a la sociedad, sino para explicar el desarrollo de la sociedad en la modernidad y la posmodernidad, pasada la Ilustración.

Justamente, su explicación es la teoría de la acción comunicativa, que aborda el desarrollo de la sociedad moderna, de manera indirecta, y expone cuáles son las patologías del sistema que se han desarrollado paralelamente con la sociedad moderna, así como cuáles de estas se desarrollaron.

El comienzo de esta filosofía casi desde cero

Inicio la postulación de esta filosofía de la contabilidad para la acción humana, sin ninguna dirección en particular. No se trata de un esbozo investigado o cualquier otro plan, sino una idea general que ha estado creciendo desde 1991, cuando por primera vez tuve los dos volúmenes de la versión del tratado de Habermas (1984, 1987) traducidos al inglés. No recuerdo el motivo de la compra. Poco después, sin embargo, comencé la práctica general del derecho de tiempo completo, que es una profesión que pone al practicante en contacto con muchas personas de todas las condiciones y que están inmersas, o que sufren de graves, acontecimientos y cambios, razón por la cual solicitan la ayuda de un abogado. Mis clientes casi siempre son seres humanos involucrados en disputas con los entes no humanos, es decir, con corporaciones u otras entidades comerciales, cuyo objetivo principal obtener beneficios financieros. El tratado de Habermas yacía en mi subconsciente, mientras me se dediqué a la práctica de la ley durante veinte años. El conocimiento y las experiencias prácticas de la contabilidad y del derecho se mezclaron en mi mente durante este tiempo, hasta que una reciente relectura del tratado de Habermas hizo que me centrara de nuevo en la contabilidad para otras cosas, aparte de las finanzas en las transacciones financieras.

Teoría crítica

El autor ha llegado a creer, a partir de la interdisciplinariedad de su profesión, su educación y sus experiencias (contabilidad, derecho y Habermas) que el propósito de la contabilidad –de la tradicional y de cualquiera otra– debe ser el mismo que el propósito de toda la actividad de la sociedad: el mejoramiento de la condición humana. Este pensamiento no es inconsistente con la mayoría de las enseñanzas religiosas. Los seres humanos son seres sociales por naturaleza, y sería útil y fructífero para este proyecto mirar el conocimiento básico como un todo dirigido a la sociedad.

Existe un cuerpo de la literatura de ciencias sociales que examina:

(1) la sociedad en su conjunto;

(2) su desarrollo en el tiempo, especialmente desde el inicio del periodo de la Ilustración (siglo XVIII) y la Revolución industrial (siglo XVIII);

(3) el efecto de esta sociedad con un rápido desarrollo, llamada “modernidad” y “posmodernidad”, en el bienestar de los seres humanos; y

(4) el efecto que tienen los seres humanos en la sociedad.

Este cuerpo de pensamiento es llamado teoría social, teoría social crítica, o la teoría crítica. Su énfasis se encuentra en la sociedad en su conjunto, o sobre elementos de la sociedad que se ejecutan a través de la totalidad o que son particulares con respecto al conjunto. Por ejemplo, el feminismo en la sociedad es un tema de atención por los teóricos sociales críticos.

Una excelente revisión introductoria del tema de la teoría crítica (de la Escuela de Frankfurt a Habermas) es un libro escrito por David Held (1980). Esta obra tiene una buena cantidad de referencias a los escritos de la teoría social durante muchos años, desde los albores del siglo XX hasta 1980. Puede servir como texto para un curso introductorio sobre el tema.

Sin embargo, como he mencionado, mi introducción a la teoría social comenzó con los dos volúmenes del tratado de Habermas. Sus referencias a los grandes filósofos alemanes como Kant y Weber, y a sociólogos bien conocidos, como Mead, Pierce, y Parsons, son evidencia de que son estos temas los que subyacen al tema de la teoría crítica. La psicología, la psicología social, la teoría del lenguaje y la historia son algunas de las herramientas utilizadas también en la investigación de la teoría crítica. La lección aprendida es que los aspirantes a ser teóricos críticos necesitan y debe brindárseles una educación interdisciplinaria y una formación académica en humanidades y en ciencias sociales. Por ejemplo, la teoría política, la teoría del lenguaje, diferentes idiomas y el uso práctico de ellos; también en escritura, arte, antropología, culturología, historia del derecho y todo lo que es conocimiento sobre la naturaleza de lo humano. Además, los teóricos críticos necesitan el conocimiento de las ciencias naturales o físicas, para poder comparar, contrastar y, así, entender mejor los métodos de investigación de las artes liberales y de poder responder a los críticos de las ciencias naturales.

Es difícil, si no imposible, encontrar una definición directa positiva de la teoría crítica. Es un término que se refiere a una serie de análisis críticos de la modernidad, que es la sociedad moderna, las cuales se han realizado y publicado a lo largo del tiempo. Se empezó a principios del siglo XIX, con el análisis crítico de la modernidad de Max Weber y Karl Marx, que continuó más tarde con la Escuela de Frankfurt. Luego, más recientemente, reinventada por Jürgen Habermas en su interpretación con enfoque en la acción comunicativa, basado en la interpretación de la racionalización de la sociedad; es decir, cómo el ordenamiento soportado en la tradición de la sociedad cambia a un ordenamiento basado en la razón (racionalización) de la sociedad, como consecuencia de la Ilustración (Braaten, 1991).

Otro buen descriptor de la teoría de la acción comunicación de Habermas es James Gordon (2005). La definición de teoría social para el tratado planeado y presentado en este artículo (A Philosophy of Accounting for Human Action), es una teoría de:

(1) el orden en la sociedad;

(2) el impacto que dicho orden tiene en los seres humanos que lo constituyen y están sometidos a él; y

(3) el impacto que los seres humanos tienen sobre el orden.

El propósito del estudio de la teoría social es ser capaz de crear un orden social que promueva la humanidad de sus miembros y, por tanto, de la propia sociedad. Esto, por supuesto, plantea la pregunta: ¿Qué es la “humanidad”?; ¿cuáles son los elementos o partes de la misma que deben ser desarrollados o, de otra manera, mejorados para alcanzar u obtener tan cerca como sea razonablemente posible, la “plena” humanización de la sociedad?; ¿por qué es nuestro propósito llegar a la “plena” maximización de la humanidad?; ¿es un propósito más elevado que el nuestro?; ¿cuál sería o podría ser? Estas son preguntas importantes que se plantean y consideran los filósofos, pero que el teórico social e, incluso, los contadores investigadores y los estudiantes también deben considerar como parte de su educación formal y del trabajo de investigación.

La teoría crítica social, en oposición a la simple teoría social, es el nombre que se le atribuye a un cuerpo de investigación llevada a cabo por las personas interesadas en los efectos adversos que la modernidad estaba –y aún sigue– teniendo en los seres humanos, según la visión de los críticos. Estos investigadores se centran particularmente en los problemas que la modernización de la sociedad ha tenido en la humanidad. La teoría social, tal como se define en este tratado, no se limita al estudio de las patologías de las sociedades, sino que se centra en el orden de la sociedad en las dimensiones ya mencionadas. Sin embargo, esta teoría se origina en la teoría social crítica. Así, el estudio de la teoría social comenzó estudiando las imperfecciones de la sociedad, y Habermas expandió la teoría crítica para crear una teoría de cómo la sociedad cambió su método de hacer y mantener el orden social, así como la forma en que las patologías de la sociedad surgieron.

Con el análisis de la teoría crítica, Habermas explica que los medios de establecer y mantener el orden de la sociedad han cambiado con el tiempo, pasando de estar basado en rituales y tradiciones a estar fundamentados en una racionalidad creciente (razonamiento) en el mundo, desde el comienzo de la Ilustración. Habermas llega a la conclusión de que el desarrollo de la sociedad ha ocurrido por la manera en que los seres humanos participan en la acción comunicativa. Se trata de la participación en el habla, con la intención de hacer reclamos con validez, es decir, indirecta o directamente buscan la confirmación de los valores y creencias de los demás. Es una acción comunicativa dirigida hacia un acuerdo o consenso entre los seres humanos que, libremente (libres de coerción), expresan sus puntos de vista e ideas. Habermas expone, con gran detalle, cómo funciona esto. No se intenta en este artículo de introducción relacionar su descripción completa de cómo la acción comunicativa funciona. Habermas no ofrece, en su teoría, una receta para la eliminación de las patologías de la sociedad; él solo las identifica y las describe. La contabilidad de la acción humana es un intento de emplear sus ideas para el mejoramiento de la sociedad o, en otras palabras, para la promoción de la humanidad en la sociedad.