Kitabı oku: «En busca del cuerpo personal»
Editorial NUN
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Xocotla 17, Tlalpan Centro II, alcaldía de Tlalpan, C. P. 14000, Ciudad de México
D. R. © 2021, Editorial Notas Universitarias, S. A. de C. V.
D. R. © 2021, Andrea Diego Armida
D. R. © 2021, Alberto I. Vargas Pérez
Versión impresa. ISBN: 978-607-99522-1-1
Versión digital. ISBN: 978-607-99522-2-8
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Cuidado de edición: Felipe G. Sierra Beamonte
Corrección de estilo: Lorena García Contreras, Rafael Yáñez
Formación: Carlos Arturo Vela Turcott
Formación digital: Daniel P. Estrella Alvarado
Impreso en México
El hombre alcanza la
espontaneidad más madura
y profunda, con la que su
“corazón” […] redescubre
la belleza espiritual del signo
constituido por el cuerpo.
Juan Pablo II, La redención del corazón.
Catequesis sobre la pureza cristiana
(2002)
Índice
Prólogo
Introducción
1. La crisis del significado del cuerpo
A. Los síntomas sociales en Occidente
1. Distinciones corporales prohibidas
2. La utilidad comercial del cuerpo
3. Apetitos y pulsiones como referente identitario
B. La estructura antropológica de la crisis
1. Fragmentación de la cosmovisión
2. Enajenación social
3. Rechazo a la filiación
2. El significado del cuerpo en la modernidad: una máquina en el tiempo
A. Análisis y subjetividad como método moderno
1. El anatomismo europeo y el hombre cartesiano
2. El cuerpo sometido a sospecha
3. La disolución del espíritu
B. Tres vertientes enigmáticas sobre el cuerpo
1. Herramienta de dominio
2. Aparato de impulsos
3. Disolución en un devenir
3. El significado del cuerpo en la antigüedad clásica
A. La naturaleza como eje de la antropología clásica
1. El cuerpo como componente de la esencia humana
2. El cuerpo como generación y corrupción humana
3. El cuerpo como causa de la diferencia sexual
B. Las aportaciones del enfoque metafísico a la crisis
1. La esencia humana como realidad cognoscible
2. La unidad del cuerpo y el alma
3. El influjo de la libertad en el cuerpo como ignoto
4. La novedad cristiana en el significado del cuerpo
A. De la naturaleza al ser personal
1. Génesis de la distinción naturaleza y persona
2. Cuerpo como irrupción novedosa en el tiempo
3. Cuerpo como apertura con destinatario
B. El cuerpo en apertura personal
1. Cuerpo recibido de la fecundidad de los padres
2. Cuerpo aceptado desde la esencia
3. Cuerpo en donación personal
Conclusiones
Referencias
Prólogo
Si usted tuviera dudas o preguntas sobre algún tema relacionado con su cuerpo, ¿a quién acudiría? La respuesta depende de lo que le interesara saber respecto a su cuerpo. Si su interés está relacionado con su apariencia, quizá indagaría desde la perspectiva de un fotógrafo o tal vez la de un especialista en moda y estilo. Si su pregunta fuera acerca del funcionamiento de su cuerpo averiguaría teorías biológicas o, incluso, como suele ser común, cuando se tienen preguntas referidas a la salud, se le pregunta directamente a un médico. Pero, ¿qué preguntas le haría a un filósofo sobre su cuerpo?, ¿hay algo de interés que podría responder al respecto este tipo de personas?
El título de este libro nos da un indicio: En busca del cuerpo personal. ¿Qué es un “cuerpo personal”? ¿Qué es una persona? En efecto, todos sabemos que somos “alguien” en lugar de “algo”; que somos “alguien” particular y único, con nombre y apellidos. Además, tenemos la experiencia de ser alguien que se relaciona con otras personas. ¿Qué implica todo esto en nuestro cuerpo?
Como explican la autora y el autor en la primera parte de este libro, nos encontramos en una “crisis” antropológica. Si tienen razón, entonces lo más probable es que muchas personas sean escépticas sobre la contribución que puede tener su propio trabajo, o incluso la filosofía en general, con respecto a la situación social actual. Los autores destacan que esta crisis afecta la forma en que concedemos importancia a nuestros cuerpos, pero afecta igualmente a la manera en que abordamos nuestra vida. En ese sentido, es un acierto de los autores detectar la urgencia de pensar cuestiones como el significado de nuestros cuerpos y su sentido personal.
Si tienen razón, la filosofía puede contribuir realmente a nuestra comprensión de nosotros mismos, y esta comprensión a su vez afectará la forma en que vivimos nuestras vidas y la forma en que nos organizamos en la sociedad. Nada de eso tendrá lugar a corto plazo, por eso su propuesta es una invitación de largo plazo. Precisamente es por ello que este libro puede considerarse como una línea de reflexión con una trascendencia profunda que no es fácil alcanzar, pero sí muy necesaria. Como dicen los autores respecto de su libro: “Es el fruto de la investigación y diálogos de varios años entre los autores sobre los diversos enfoques que los principales filósofos de la historia han hecho sobre este asunto tan difícil y esquivo”.
A nuestro parecer, el cuerpo humano es posiblemente la temática filosófica más difícil de abordar metódicamente, y en buena medida es el tema filosófico de nuestra época. Por eso considero que tenemos un libro minuciosamente pensado y dialogado, con la intención de ayudar a las personas a alcanzar a largo plazo una visión más profunda de sí mismas, y muy especialmente de su cuerpo.
¿Debe usted leer este libro filosófico sobre el cuerpo? Todo lo que puedo decir es: con toda libertad. Es posible que el enfoque sea inusual para usted, que sus implicaciones no sean inmediatamente evidentes; sin embargo, más que para ser leído, este libro está pensado, si se me permite, para ser masticado y los nutrientes que puede obtener sólo usted puede descubrirlos. Espero que se quede con tan buen sabor de boca como yo.
Dr. Daniël Bernardus van Schalkwijk
Biólogo teórico y profesor de Biología sistémica
Amsterdam University College
Introducción
El texto que el lector tiene entre manos es una primera exploración sobre la realidad corporal humana. Es el fruto de la investigación y diálogos de varios años entre los autores sobre los diversos enfoques que los principales filósofos de la historia han dado a este asunto tan difícil y esquivo. A nuestro parecer, el cuerpo humano es posiblemente la temática filosófica más difícil de abordar metódicamente y en buena medida es el tema filosófico de nuestra época. El libro contiene el pensamiento de diversos pensadores de alta envergadura con una lectura específica en torno al problema del cuerpo. Se han ordenado no cronológicamente ni por orden de importancia; sino a partir de las coordenadas antropológicas desde las que pueden comprenderse las aportaciones y sus consecuencias al estudio del cuerpo personal.
En esta investigación entramos en diálogo con las principales propuestas y soluciones que a lo largo de la historia del pensamiento se han dado sobre el enigmático asunto del cuerpo. Con ello, no pretendemos exposiciones exhaustivas, especializadas ni tampoco estrictamente rigurosas sobre cada postura, sino un aprovechamiento en orden de la exploración en vías de dar una panorámica que permita proseguir la investigación con mayor fecundidad y profundidad, evitando caer prematuramente en errores desajustados. Nuestro enfoque apunta fundamentalmente a desentrañar el significado del propio cuerpo en unas coordenadas filosóficas razonables, con el fin de suavizar las confusiones bastante generales, los reduccionismos establecidos y los idealismos exagerados, y así sentar una plataforma de despegue para posteriores investigaciones.
De esta manera, aunque no se trata de un libro sistemático que pretende una teoría completa o terminal sobre el modo en que se puede comprender la problemática de la corporalidad, sí propone un modo original de plantearse esta temática tan compleja. Tal planteamiento se inspira en la propuesta del filósofo contemporáneo Leonardo Polo que sintetiza los diversos enfoques antropológicos en tres grandes radicales en torno a la noción de libertad: la griega antigua, la cristiana y la moderna. Se trata de tres maneras de enfocar lo más alto y profundo en el hombre; en principio, ninguna de ellas es falsa, pero el reto será conseguir verlas como compatibles. En cada una se descubren verdades profundas sobre el hombre cuya diversidad conviene jerarquizar con el propósito de alcanzar su compatibilidad; y para que sean compatibles, es necesario que una sea más radical que otra, lo cual, a su vez, requiere un orden: descubrir en qué se distinguen y cómo tener en cuenta a todas esas verdades.
La inquietud latente en el texto es la pregunta por el significado del cuerpo en la identidad personal. Somos conscientes de que el abordaje teórico propio de la filosofía no es único ni suficiente para enfrentar la problemática; sin embargo, tenemos claro que es indispensable para reintegrar la corporalidad a la visión de la persona humana y para relanzarla al más amplio espectro de su significado tanto en la propia naturaleza como en la propia biografía y, mucho más aún, en el proyecto personal de vida que cada persona en concreto busca alcanzar.
La historia de la antropología filosófica es amplia y repleta de matices: es un campo abierto y de especial relevancia en nuestra situación histórica. Con esta investigación esperamos estimular esfuerzos intelectuales que apunten a una comprensión más integral del hombre y concretamente de su cuerpo, recuperando y rectificando los esfuerzos del pasado, pero, sobre todo, apuntando líneas de innovación aún por explorar. El siglo xxi es un momento de gran riqueza en diversos ámbitos y, en cuanto al pensamiento de la persona sobre sí misma, puede considerarse que hoy requiere de un modo especial comprender a ese gran desconocido que es su propio cuerpo.
El significado del cuerpo es a la vez un problema clásico y contemporáneo en la historia del pensamiento y sobre todo un problema personal no sólo con respecto al modo de vivir en el mundo sino sobre todo con respecto al sentido de la propia existencia. Hoy este asunto se encuentra debatido en el ámbito de la filosofía y también, tal vez con mayor intensidad existencial, en la política, la economía, la vida social, la familia y especialmente en la propia intimidad.
Por lo anterior, nos parece urgente establecer un mapa de aproximación a esta problemática, teniendo como brújula y lente de primer orden la condición personal del hombre y con ella, la antropología filosófica. Estamos conscientes de que si se carece de un enfoque antropológico rico y trascendente, las comprensiones y estudios sobre el cuerpo se introducen en callejones sin salida, abriendo paso a los llamados daños colaterales o efectos perversos.
En tal tesitura, el ser humano se introduce en una dinámica de escisión fragmentaria que le imposibilita la vida y le oscurece el sentido personal, inclinándolo a la desesperación y la soledad. Nos parece que hay que evitar posturas reduccionistas sobre el hombre, las cuales, en definitiva, lo conducen a una crisis individual y social, así como antropológica y existencial.
Adelantamos que nuestra investigación esboza el descubrimiento de que la libertad de donación es hilo neurálgico de la existencia humana y clave central para descubrir el significado del cuerpo personal. Este enorme desafío no solamente reside en la temática que aquí se aborda, sino en la necesidad de establecer un camino metodológico suficientemente riguroso que pueda ser acogido desde la alta complejidad en que vive el hombre contemporáneo. La presente situación histórica pone de manifiesto una considerable disputa entre el humanismo clásico y el sujeto moderno que nos deja inmersos en una situación de perplejidad bastante generalizada.
El punto de arranque de la investigación será la crisis contemporánea entendida como una fractura entre el cuerpo y la identidad personal. Actualmente, muchos grupos pseudointelectuales, políticos y económicos plantean una falsa igualdad de derechos que supuestamente puede alcanzarse por medio de la abolición de las diferencias obvias de la corporalidad. Se pretende que los cuerpos de mujeres y hombres, de niños, jóvenes y adultos de las diferentes razas, no tengan diferencias naturales, no existan o no signifiquen nada. Hoy se propaga peligrosamente una quimera de lo neutro como modelo humano, además de que las distinciones entre sexos, razas y edades se consideran, en todo caso, elegibles y sujetas a una deconstrucción al gusto.
Por otro lado, nos encontramos con un endiosamiento del propio cuerpo que deriva rápidamente en estereotipos masificados, los cuales dejan a todo mundo fuera del ideal y, por su agresivo materialismo, anulan las energías espirituales del hombre. Este trabajo intenta mostrar cómo la confusión, negación o separación de las diversas realidades humanas empequeñecen la propia vida y oscurecen el significado del propio cuerpo, unas por defecto, otras por exceso e incluso, algunas por omisión o ignorancia.
Entre los supuestos de toda investigación está que las ideas tienen consecuencias y no hay mejor práctica que una buena teoría, pues la teoría es vida en su forma más alta. De ahí que un enfoque reduccionista de la persona y su cuerpo conduce, sin duda, no sólo a un reduccionismo teórico, sino a una real reducción de la vida que en ocasiones se torna fatal.
En estos tiempos tenemos el reto de asumir el patrimonio tanto del mundo clásico como del moderno, aunado a la aportación sapiencial del cristianismo que tanto valora a la persona y a su cuerpo. Se trata de un trabajo de síntesis que requiere unas coordenadas básicas, mismas que buscamos ofrecer aquí. Entre estas necesidades de síntesis se encuentran los fascinantes avances de la investigación neurocientífica que en este trabajo aún no son consideradas y, por tanto, quedan por realizarse en una segunda navegación, junto con las aportaciones de otras disciplinas. En este sentido, tenemos la esperanza de que el problema de la corporeidad humana lejos de ser un enigma, se pueda descubrir como un misterio donde las respuestas aún están por venir si la libertad humana se aplica a ello.
Como ya se ha indicado antes, un segundo tiempo de este libro consiste en recabar la propuesta moderna del cuerpo subjetivo donde la individualidad, la conciencia, el yo y la cultura tienen un rol central en la constitución de la propia corporalidad. En ese tenor, la experiencia de la propia vida se presenta como un método luminoso para establecer en algún grado la autonomía tan deseada por la modernidad.
El objetivo del tercer capítulo de este libro es recuperar la noción de naturaleza propia de la metafísica clásica, pues actualmente esta noción ha sido olvidada o distorsionada en muchos círculos intelectuales. Nos parece que esta comprensión del cuerpo, en ningún caso, puede ser dejada de lado en lo que se refiere a cualquier tipo de exploración sobre el hombre. Así, la filosofía griega establece bases firmes para comprender la corporalidad como principio de individuación, en dualidad con el alma y en cierta armonía con el cosmos, y con la sociedad humana, en tanto universal. En esta línea, es conocida la vieja disputa antropológica entre naturaleza, cultura y libertad que aquí buscamos recuperar y posicionar como estructural en nuestra especulación y narrativa.
Por último, la comprensión cristiana de la persona y el cuerpo es un tercer tiempo en la investigación. A la luz de sus aportaciones, el cuerpo personal alcanza una nueva dimensión de significado tomando en cuenta la novedad de cada quien: el orden de la libertad y del amor. La distinción entre persona y naturaleza se torna imprescindible para ahondar el significado donal de cuerpo humano; por tanto, se vuelve indispensable la arqueología de dicha distinción, comenzando por los padres capadocios y su noción de hipóstasis que es inseparable de la relacionalidad y apertura a otras personas y especialmente a Dios. Desde esta perspectiva, se presenta el reto de aprovechar el pensamiento analítico y ampliar el metafísico para llegar a realidades trascendentes a la esencia y la mismidad: a la persona como una realidad además de la naturaleza y la subjetividad.
La presente investigación abarca la corporalidad humana en tanto que es natural, subjetiva y sobre todo personal. Se aproxima a la naturaleza desde la propuesta clásica que comprende a la realidad humana en dualidad de sustancia y accidentes, en materia y forma, en esencia y existencia. Además, dialoga sobre las innovaciones, críticas y consecuencias de algunas propuestas modernas que intuyen la necesidad de poner en juego la subjetividad del individuo en el pensamiento antropológico y en la comprensión de la propia corporalidad. Finalmente, aprovecha la aportación del pensamiento cristiano que realza la intimidad y dignidad desde la que se puede trascender el ámbito natural y el subjetivo, abriendo paso a un cuerpo personal que es llamado a la donalidad.
En definitiva, esta investigación respecto a la corporalidad acoge la dotación inicial recibida de los padres que se va configurando en la biografía personal en subsistencia con otros; pero, especialmente, tomando en cuenta la apertura a las relaciones amorosas en las que se entretejen los vínculos permanentes y el proyecto personal de vida. Se trata del éxodo personal desde el vientre materno a la trascendencia propia de la donación.
1. La crisis del significado del cuerpo
A. Los síntomas sociales en Occidente
Cada quien, independientemente de la situación en la que se encuentre, puede reconocer en su vida momentos crisis; toda persona humana transita por umbrales inevitables de cambios caóticos que le implican rearticularse. Algunas de las crisis son consecuencia de cambios ajenos, mientras que otras son del ámbito de la interioridad e incluso estrictamente íntimas.
Más aún, conviene aceptar que el paso por esta vida es una situación de crisis permanente. Como contraparte, la vida personal, que está abierta al crecimiento, experimenta una continua reorganización y novedad: mientras se vive, se puede crecer, lo que implica reorganizarse mejor, es decir, traspasar la crisis. Debido a que la vida humana no se reduce a su materialidad, sino que es libre, podríamos decir que la posibilidad de crecimiento es irrestricta. Sin embargo, tal dinamismo exige también la posibilidad de decrecer, de perturbar la vida. La desorganización vital, especialmente el decrecimiento de la persona, sucede cuando no encuentra o genera alternativas de crecimiento: es en ese momento en el que podríamos decir que se encuentra en una situación de crisis, una situación de detención.
Vivimos una época caracterizada por la crisis y más todavía por la conciencia de ésta, la llamada conciencia crítica. En toda crisis humana encontramos síntomas manifiestos; en este sentido, el cuerpo se presenta primeramente como un ámbito de manifestación exterior, y por tanto, referencia de cualquier sintomatología humana. Caben pues síntomas que, por ejemplo, indiquen enfermedad, la cual es manifiesta primariamente en el ámbito corporal. El hombre es un ser capaz de enfermar, pues su crecimiento y organización vital no está garantizada. Por un lado, este tipo de síntomas son generalmente molestos, incómodos y a veces hasta dolorosos; por otro, son necesarios para saber que se requiere una revisión.
Caben también otras dimensiones manifestativas como el ámbito de la cultura y la sociedad. Actualmente, el mundo occidental presenta evidentes síntomas de enfermedades de índole sociocultural y política que la propia teoría crítica ha denominado patologías sociales.[1]
Las relaciones entre las personas se sitúan de modo reiterado hacia alternativas que generan caos en los vínculos sociales. Algunos de estos síntomas pueden detectarse como un empobrecimiento generalizado y una disminución de la actividad social en detrimento del crecimiento personal. Junto con el paulatino envejecimiento, la repetida opción por alternativas erróneas o mediocres en cuestiones de salud, educación, movilidad y organización sitúan a la persona en un estado de crisis. Obviamente, tal situación no parece resolverse en sus mismas coordenadas, desde una perspectiva sociológica, psicológica, política, económica o cultural. Los problemas humanos se resuelven siempre por elevación; es por esto que quizá sea necesario llegar prematuramente a la conclusión de que los problemas humanos requieren de una perspectiva antropológica.
El acercamiento antropológico siempre precisa intentar asomarse con mayor hondura a cada una de sus dimensiones; en nuestro caso, exploraremos la corporalidad humana desde una perspectiva filosófica. En nuestros días, asistimos a una crisis de la propia corporalidad humana, y con ella, una crisis de la identidad personal. A nadie se le escapa esto, sin embargo, no se hacen evidentes los criterios teóricos para abordar el asunto.
Comencemos con una exposición sencilla de los síntomas de malestar en el hombre y la sociedad contemporánea, no con el fin de ser exhaustivos, pero sí para indicar la relevancia de las cuestiones que se tratarán más adelante.