Kitabı oku: «Enseñanza del español para extranjeros a través de la cultura popular», sayfa 2

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1.2 Competencia comunicativa

En consonancia con los Estándares Básicos de Competencias en Idiomas Extranjeros (inglés) propuestos por el Ministerio de Educación Nacional (MEN), las competencias se entienden como los

conocimientos, las habilidades y las características individuales que la gente usa para actuar e interactuar en un contexto determinado.

De esta manera, en el aprendizaje de un idioma extranjero, en nuestro caso el español como lengua extranjera, es primordial el desarrollo de la competencia comunicativa, que incluye: la competencia lingüística, que se refiere al conocimiento que el individuo posee de una lengua, de su forma y de su significado; la competencia pragmática, la cual alude al conocimiento del uso de la lengua para alcanzar ciertos objetivos o intenciones comunicativas. Esta competencia incluye la competencia discursiva y la competencia funcional; y la competencia sociolingüística, que tiene que ver con el conocimiento de las condiciones sociales y culturales que se ven reflejadas durante el aprendizaje de la lengua extranjera.

Los anteriores lineamientos apoyan la fundamentación teórica del proyecto.

1.3 Los textos populares

En esencia, los cuentos populares son narraciones tradicionales, lineales e ingenuas, donde los elementos sobrenaturales son muy secundarios y accidentales; el interés es, ante todo, narrativo y anecdótico, transmitido generalmente de una generación a otra, lo que ocasiona que cada individuo y cada grupo social aporte algo en particular.

Para Solórzano (1994), las características de las manifestaciones orales populares son, por una parte, el uso del genio, de la picardía, el humor, la sátira y la ironía; y por otra, las manifestaciones sobrenaturales, fantásticas, maravillosas, con gran imaginación, propias de la concepción de una región, recreadas de manera individual o colectiva.

1.4 Mitología y literatura oral

Siguiendo a Solórzano (1994), “en síntesis, la mitología es un conjunto de leyendas. Y mito es todo relato de hechos o sucesos incomprobables e inciertos, pero sobre los cuales existe una tradición que los presenta como realmente acaecidos” (p. 20).

Además, este autor señala que este tipo de manifestaciones literarias tienen las particularidades de su carácter verídico, que sucedieron como se cuentan, son tradicionales, en donde hay un narrador que las cuenta y un testigo que las escucha.

Una diferencia entre la historia, el mito y la novela es que la primera se caracteriza por tener cierto grado de certeza, en la novela interviene la ficción que se reduce por la invención del que la cuenta, y el mito tiene su propia naturaleza media o se encuentra entre la historia y la novela.

1.5 El mito

A lo largo de la historia de la antropología, de la antropología cultural y desde el folklore, varios autores de estas disciplinas se han centrado en estudiar el mito como manifestación fundacional de la literatura, la historia, la sociología, la psicología y la filosofía, entre otras.

Inicialmente, Propp (1982, p. 192) considera el mito como un relato de divinidades, en cuya realidad creen los pueblos.

Según Lévi-Strauss (2016, pp. 230-234), en general, el mito se puede definir como un falso relato, simulado o glorioso, similar al cuento, a la fábula y a la leyenda en algunos aspectos, pero diferente en otros; se refiere a algún misterio religioso y no tanto a la historia en sí misma.

Por otra parte, una particularidad original del mito está en que su valor radica en la forma como se traducen los hechos en relación con otros hechos lingüísticos. Así, Lévi-Strauss define el mito como un modo de discurso que carece de veracidad, de expresión lingüística, opuesto a la poesía (2016, p. 233).

En cambio, Cassiere (1993, p. 116) considera particularmente el mito como una especie de “energía unitaria del espíritu”, como una forma de concepción que se encuentra en el material objetivo de las representaciones. En consonancia con la antropología del imaginario, Gilbert Durand se refiere al mito como “un sistema dinámico de símbolos, de arquetipos y de esquemas”, compuesto como un relato en el que “utiliza el hilo del discurso [y] en el que los símbolos se resuelven en palabras y los arquetipos en ideas” (2004, p. 64).

Una concepción particular es la que presenta el semiólogo francés Barthes (1999), quien concluye que “el mito no se trata de un concepto o una idea, es una palabra, un sistema de comunicación, un mensaje, un verdadero sistema semiológico” (p. 119).

1.5.1 Características de los mitos

Sin la pretensión de ser exhaustivo, algunos de los rasgos y características del mito, tal como los señala Solórzano (p. 19), son los siguientes: la verdad, la perennidad, la universalidad, la pluralidad de su significado.

La verdad tiene que ver con la prioridad histórica del mito frente a la fábula; aquel es aceptado o rechazado por los pueblos según su creencia. Como queda señalado, el mito toma significados particulares según los pueblos y sus ideologías.

Eliáde (1973, p. 240) afirma: “Símbolo, Mito e Imagen pertenecen a sustancias de la vida espiritual, y no pueden sernos extirpados”; su vehículo son las imágenes míticas “que son perennemente vitales en lo profundo: el tiempo del mito está inmóvil”. La universalidad del mito y su presencia son seguras en todas las partes del mundo; los mitos son idénticos por ser creados por el inconsciente, aunque sus contenidos son diversos. “Se manifiestan como fuerzas operantes en la sociedad que se expresan en símbolos y en imágenes […] Relatan el origen del mundo de los animales, de las plantas y del hombre, así como los acontecimientos de lo que el hombre ha llegado a ser lo que es hoy” (Eliade, 1973, pp. 13, 31).

Para Ocampo (1999), el mito “Se centra en darle importancia a las manifestaciones de la fuerza de los fenómenos naturales, humanos y animales”.

1.5.2 Clasificación de los mitos

Hay varias clasificaciones con respecto a la tipología de los mitos.

Algunas de ellas son:

• Mitos teológicos: usados por los filósofos, son “intelectuales” e

“incorporales” y pretenden plasmar la esencia de los dioses.

• Mitos teogónicos: relatan el origen y la historia de los dioses, su procedencia y su historia.

• Mitos cosmogónicos: ofrecen una explicación acerca del origen y formación del mundo de diferentes maneras: científicas, literarias, mitológicas, etc.

• Mitos escatológicos: tratan de la vida ultraterrena, después de la muerte.

• Mitos etiológicos: como su nombre lo dice, son aquellos que cuentan sobre el origen de los pueblos indígenas; estos tienen en cuenta el lugar o territorio y la sociedad e indican las causas de su creación. Para Galindo, García y Valencia (2003), “Reflejan el asombro del individuo ante el mundo natural y ante sí mismo, como también ante la sobrenaturaleza” (p. 56).

1.6 La leyenda

Según Peralta (2005, p. 8), las leyendas equivalen a una historia popular, e incluso cuando tratan de temas religiosos, se diferencian de los mitos en que narran lo que sucedió en el mundo una vez concluida la creación. Tanto el narrador como su audiencia creen en ellas. Abarcan un gran número de temas, tales como los santos, los hombres lobo, los fantasmas y otros seres sobrenaturales, aventuras de héroes y heroínas reales, recuerdos personales, y explicaciones de aspectos geográficos y topónimos de lugares, que son llamadas leyendas locales.

1.6.1 Elementos de la leyenda

• Son regionales.

• Su base es la producción de fantasías, hechos de carácter mágico o insólito por personas comunes y corrientes o llamadas “de carne y hueso”.

• Son frecuentes las similitudes de los hechos a pactos diabólicos, brujería, o concesiones divinas como la milagrería.

• Se pueden rastrear y comprobar en archivos históricos, documentos, sitios geográficos de sus vidas y hazañas; utensilios, vestidos, armas, casas de su propiedad, escudos de armas o títulos nobiliarios, correspondencia, árboles genealógicos y descendientes vivos.

• Descripción en las crónicas de la época de sus peculiaridades, proezas y hazañas.

• Sus protagonistas son hombres o animales que realmente existieron.

• Son aleccionadoras.

1.7 Agüero

Las supersticiones se convierten en agüeros o presagios cuando anuncian lo que va a suceder en el futuro por adivinaciones, suposición o revelación.

Agüero, palabra que viene del latín augurium, significa presagio o señal de una cosa futura. Los agüeros o presagios previenen y anuncian sucesos favorables o desfavorables para la vida de los individuos y de los pueblos, son adivinaciones o conocimiento de cosas futuras por las señales que se han visto, o por movimiento interior del ánima que las previene.

En general, el agüero está basado principalmente en la interpretación supersticiosa de determinadas señales, como el canto o el vuelo de las aves, los fenómenos meteorológicos, etc. Además, este presagia sucesos favorables o adversos, o que dan buena o mala suerte.

2. METODOLOGÍA

La investigación se centrará en la cultura popular relacionada con mitos, leyendas, agüeros. El enfoque de la investigación es cualitativo. De acuerdo con Bautista (2011), este enfoque se ocupa de la recolección y el análisis de información en todas sus formas posibles, donde se hacen registros narrativos de los fenómenos, trabaja con discursos de la gente, es decir, la comunicación verbal y no verbal, y los estudia mediante técnicas como la observación participante. Parte de la subjetividad para encontrar el significado social con base en el entendimiento del investigador como parte de la realidad. Se basa en la comprensión. La relación entre sujeto y objeto es de interacción con los sujetos que estudia, y busca la perspectiva interna del problema.

La investigación es hermenéutica, pues es entendida como el arte de interpretar textos para fijar el verdadero sentido de estos. Su característica es la de interpretar y comprender textos, para desvelar los motivos del actuar humano. El encuentro interpretativo de la hermenéutica posibilita el diálogo entre un horizonte de entendimiento y el mundo vital desde el cual está siendo visto, trascendiendo los referentes de espacio y tiempo. Y así mismo, interpreta los sentidos culturales que los investigadores construyen a partir de lo expresado por los informantes sobre un asunto determinado.

Los participantes serán los extranjeros no hablantes nativos de español, que se encuentren en la ciudad de Tunja, Villa de Leyva y Paipa. De acuerdo con los propósitos de esta investigación, solamente se tendrá en cuenta la participación de los sujetos que deseen colaborar voluntariamente y que lo manifiesten explícitamente por escrito. Esto implica que sus nombres permanecerán en el anonimato y la información que ellos permitan que se utilice tendrá solamente los fines investigativos relacionados con esta investigación. Además, solo se tomarán fotos y videos cuando los sujetos participantes

den su consentimiento explícito por escrito. Se espera contar con una muestra de un grupo de extranjeros aprendientes de ELE, que provengan de convenios, pasantías e intercambios, y de aquellas personas que deseen tomar cursos de ELE, para lo cual se usaría la base de datos de la página web del grupo.


PRIMERA UNIDAD. GUATATIVA Y EL MITO DE EL DORADO

Uno de los mitos chibchas que más notablemente influyó en la conquista española fue el mito de El Dorado en la laguna de Guatavita, en el altiplano cundiboyacense. Los guatavitas hacían sus ofrendas a la diosa de la laguna y creían que en sus aguas aparecía un dragoncillo en forma de serpiente, que era muy adorado y venerado por los caciques e indígenas.

Anualmente, el cacique de Guatavita hacía un rito religioso alrededor de la laguna con la participación de los sacerdotes y una multitud de gentes de la región. El cacique se ungía todo el cuerpo de resinas y luego se cubría de oro, quedando resplandeciente con el precioso metal de los dioses; después se internaba en una balsa en la laguna para hacer el sacrificio, acompañado de algunos sacerdotes y con la asistencia de una muchedumbre que oraba, cantaba himnos religiosos y danzaba con ritmos tradicionales. La ceremonia alcanzaba su plenitud cuando el cacique llegaba al centro de la laguna, arrojaba sus ofrendas de oro y esmeraldas y se sumergía en las aguas. En ese momento del rito, las gentes intensificaban sus oraciones y cantos y tiraban sus ofrendas a la laguna; encendían hogueras y lanzaban espesas columnas de humo que llenaban los alrededores.

De acuerdo con las creencias muiscas, el cacique iba anualmente al encuentro de su esposa, la cacica de Guatavita, convertida en la diosa de la laguna, donde residiría hasta la consumación de los siglos. El mito de Guatavita, que se transmitió de generación en generación, está relacionado con la bella Guatavita, la esposa del cacique, quien tenía fama de suma belleza.

Sin embargo, la cacica fue infiel a su esposo, quien la sorprendió en relaciones sexuales con un guerrero apuesto del cacicato, y de acuerdo con las leyes muiscas, la infidelidad se pagaba con la muerte y la deshonra.

El amante de la cacica de Guatavita fue atormentado y muerto, y sus miembros sexuales fueron cortados y llevados al guiso alimenticio para una comida ceremonial en honor a la cacica infiel. En una gran fiesta, el cacique hizo comer el plato nefando a su esposa, en medio de risas, cantando el delito y con borracheras y corros, pues el cacique ordenó que así se hiciera para escarmiento de las demás mujeres y castigo de la adúltera. El desespero, la deshonra y la afrenta intensificaron cada vez más el dolor de la cacica y la llevaron a huir del cercado indígena con su única hija, recién nacida, que había tenido con su marido. Pero cuando llegó a la laguna, la cacica se arrojó al agua con su hija y ambas se ahogaron. Los jeques que tenían sus bohíos alrededor de la laguna tuvieron conocimiento del infausto suceso y uno de ellos partió a dar aviso al cacique, quien se desesperó ante la desgracia, pues no pensó que este hecho llevara a la locura a su esposa infiel. Luego mandó a uno de sus jeques a que recuperara los cadáveres de su mujer y su hija. Ocampo (1999).

Laguna: Depósito natural de agua, generalmente dulce y de menores dimensiones que el lago.

Venerado: Dar culto a Dios, a los santos o a las cosas sagra- das.

Rito: Costumbre o ceremonia.

Ungir: Signar con óleo sagra- do a alguien, para denotar el carácter de su dignidad, o para la recepción de un sacra- mento.

Resina: Sustancia sólida o de consistencia pastosa, ob- tenida naturalmente como producto que fluye de varias plantas.

Cacicato: Territorio que po- see el cacique.

Nefando: Indigno, torpe, de que no se puede hablar sin repugnancia u horror.

Borrachera: Banquete o fun- ción en que hay algún exceso en comer y beber.

Corro: Cerco que forma la gente para hablar, para sola- zarse.

Jeque: Soberano.

Bohío: Cabaña de América, hecha de madera y ramas, ca- ñas o pajas y sin más respira- dero que la puerta.

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