Kitabı oku: «Veinte llantos y un lloro», sayfa 2

I

En ese ser que me atrae y sube a la cima,

esa persona que me mata su soledad,

está la luz de tu mirada, y cada mañana

al amanecer veo una oscuridad,

al ver tu mal de luz;

mis lágrimas de miel

gotean con el tono de tu voz,

aún sigues curando

las costuras de mi alma

tan herida por ti

y que frente a ti es feliz,

me hace falta de tu fuego

para vivir, aunque me queme.

II

Llorar por cada lágrima tuya,

reír por cada risa en ti,

te hace parecer parte de mí.

Siento tu alma en mi pecho

y mis manos en tu pelo

que me limpia el vacío,

mientras pienso en el silencio

que otorgo a tu amor,

siento callarme la vida

que me das, tan mía como tuya

tan triste como el ser que me corroe,

sin que tú quieras, pero por ti lloro

metido en paredes de cristal,

intento callar con papel.

Me haces néctar, denso como la miel

y no lloraré por no desperdiciar

lo que es tuyo, amor.

Muero por ti, y tú solo me quieres,

hallaré respuesta en tus labios

mientras les miro con haz en mano.