Kitabı oku: «Taladrando tablas duras»

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Taladrando tablas duras

La política en 133 fragmentos

ALEXANDER KLUGE

Taladrando tablas duras

La política en 133 fragmentos

Traducción de Ibon Zubiaur

Con una contribución especial de Reinhard Jirgl

www.armaeniaeditorial.com

Título original: Das Bohren harter Bretter

Edición original: Suhrkamp Verlag Berlin, 2011

1ª edición: junio 2018

1ª edición ebook: agosto 2021

The translation of this work was supported by a grant from the Goethe-Institut


Foto de cubierta: The Vienna summit, 1961 © Alamy Stock Photo

Foto de solapa: Alexander Kluge © Markus Kirchgessner, 2011

Maquetación de interiores: Fernando J. Salgado

Copyright © Alexander Kluge, 2011

Copyright de la traducción © Ibon Zubiaur, 2018

Copyright de la edición en español © Armenia Editorial, S.L., 2018, 2021


Armaenia Editorial, S.L.

www.armaeniaeditorial.com

Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del «Copyright», bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático, así como la distribución de ejemplares mediante alquiler o préstamo públicos.

ISBN: 978-84-18994-13-5

Tabla de contenidos

9 Prólogo

11 Una tarde de invierno

103 Un zumbido de lámparas anímicas.

Jacobinos volando en globo hacia la luna

153 Un carterista cae en un grupo fusionante:

«Ese día no le dejó más que su entusiasmo»

211 Altos hornos de la historia. Derribando tiranos

247 Los pies en el suelo a través del vientre

341 Índice anotado

369 Referencias

1 Homo volans.PrólogoUn grado de intensidad especial de los sentimientos cotidianos es lo político. Se encuentra en cualquier lugar donde viva gente. En esa forma elemental, mueve la historia. La unidad de medida se llama: confianza.A su lado está la política como vocación. Se trata del poder y de cómo conservarlo. También aquí se ingresa confianza, aunque también se gasta en grandes cantidades. La cuestión es: ¿de quién puedo esperar que no abusará de su autoridad? Esto ya suena relativo.Max Weber publicó en enero de 1919 (la Primera Guerra acababa de hacer descarrilar el siglo xx) un discurso titulado la política como vocación. Define esta vocación como el «taladrar de duras tablas con pasión y tino». Enlaza así ambas esferas de lo político, la absoluta, en la que las personas viven por sí mismas, y la relativa, en la que dejan que otros administren lo esencial para ellos. ¿Cómo se podría contar?Le pedí a Reinhard Jirgl que colaborase con una historia sobre el encuentro entre Jrushchov y Kennedy en Viena en el año 1961. Relatar es sociable. No me gusta estar solo en el trabajo.Alexander KlugeUna tarde de inviernoLa política de un perroSe trata de una dama ya mayor. En su juventud, este Jack Russell encandilaba con su energía. Saltaba por la hierba a medio metro. Corría al viento por las playas. Entretanto, conoce al personal, sabe lo que tiene que hacer para que satisfagan sus necesidades. Todos sirven a este perro.Pertenece a la especie de los animales de sangre caliente, interesada en distinguir entre buenas y malas fuentes de calor. ¿Cuáles son los sitios más agradables del piso y las posturas que mejor conservan el calor? Este perro es experto en ello. Corrige apenas unos milímetros su posición yacente en el segmento de sol, que alcanza el suelo desde las altas ventanas y se desplaza cada minuto. El perro sigue a la luz del día para que su pellejo no se pierda lo más mínimo de ella.Cuatro veces al día es sacado fuera para los proyectos «mayores» y «menores». Hoy, la lluvia se encarga de que el viaje sea breve. El ojo izquierdo parece estar ciego, no podrán operarlo. El derecho presenta cataratas. El campo visual es de unos cuatro metros. La catedral de olores que se trae de sus excursiones al aire libre, o que erige de nuevo en cada posición en la casa, sigue siendo imponente. Creemos que percibe su imagen en el espejo del ascensor cuando lo ponen delante, pero no se reconoce. Parece que su propia imagen se transforma a menudo. A veces es un gigante, otras un perro enano. Depende de quién lo esté oliendo. Con relación a nosotros, los acompañantes de su existencia, debe considerarse un ser humano al que por capricho de los colegas se le niega el sitio en la mesa. Si nos sentamos a comer, el perro va a su escudilla. Immanuel Kant habla de una singularidad de la apercepción, «el perro trascendental». Los perros muestran diferencias en su aspecto y su vida interior, dice Immanuel Kant (por ejemplo, un pequinés comparado con un San Bernardo), que no invitan a pensar que los humanos distingan su género de otros (por ejemplo, de los gatos) sin un acuerdo previo. La heterogeneidad no parece perjudicar mucho al concepto cuyo habitante es el perro. El concepto de perro, continúa Immanuel Kant, está más claramente perfilado que el de derecho humano, puesto que hay esclavos, nobles, trashumantes como los gitanos, indios y ciudadanos con derechos legales muy distintos. Nuestro perro, satisfecho, está tendido en su cubil.Estación de vapores Cancillería FederalEn la estación de vapores Cancillería Federal1 se bajan varios turistas. No quieren visitar la cancillería, sino la casa de las culturas del mundo. En el terreno frente a este edificio protegido, dos puestos ofrecen alternativamente patatas asadas y salchichas con cerveza. Sobre el tejado del edificio, un grupo ensaya para la tarde a todo volumen. Antes de empezar a ensayar ya sabían cómo manejar los altavoces. El ensayo sirve para marcar territorio en el jardín cultural.Los visitantes de la cancillería no han venido en ninguno de los vapores que atracan aquí. Desde la parte posterior de la cancillería, que queda en dirección al atracadero, no puede verse la acción gubernamental. ¿En qué se reconocería, por ejemplo, desde la parte delantera? Desde fuera en nada. Tampoco dentro sería informativa la impresión ocular. Y la acción gubernamental tampoco se oye apenas.Un espía que examinara todos los procedimientos de la cancillería (algo difícil tanto física como técnicamente), seguiría sin saber lo que ocurre en el Gobierno. Para ello tendría que hacer lo anterior y examinar las circunstancias, y luego las posibilidades objetivas, que ponen límites a todos los actos y decisiones. Tendría que adquirir experiencia allí donde se toman las decisiones. Quizá diga: se trata de una oficina de la vacilación. Una parte de los esfuerzos del aparato y también de la dirección se emplea en evitar o frenar resoluciones equivocadas. La estructura de la cancillería reproduce en forma de unidades funcionales el trabajo de los ministerios. Con ayuda de esta estructura tiene listo un mecanismo de frenado que reduce el exceso de impulsos, parecido a como lo hace el cerebro humano. También este es solo en apariencia un espacio de decisiones. En realidad, según los fisiólogos cerebrales, este órgano inhibe las apetencias tempestuosas que llegan del cuerpo.De ahí que el efecto gubernamental de la cancillería alcance su máxima expresión cuando la canciller y su jefe de gabinete están de viaje. Así, del potencial de dos mil millones de decisiones equivocadas, se bloquean hoy en un solo día sesenta mil, únicamente porque la canciller y su equipo más próximo, retenidos en Lisboa por una nube de cenizas islandesas a su regreso de Estados Unidos, no pueden llegar a la sede central. Al día siguiente, se logró sortear por el sur la nube de lava, y el avión de la canciller aterrizó en Roma. Desde aquí no se tardó más que dos días hasta que los autobuses llegaron a Berlín. Los autobuses, por supuesto, aunque alquilados improvisadamente, disponían de equipos de comunicación. El canciller del Tercer Reich aún habría tenido que hacer parar el tren (en autobús no viajaba nunca) para telefonear con el cuartel general. Hoy es distinto. Pero nadie espera que la jefa de Gobierno «tome disposiciones de camino». Por si fuera poco, entrando en la provincia de Bolzano, reventaron los neumáticos de uno de los autobuses. Fue políticamente correcto que la canciller esperara hasta que se hubo reparado el daño y no dividiera su grupo. Esto habría exigido distinguir entre un «grupo de superfluos» y una vanguardia; una resolución más que sumar a la plétora que aguardaba. Se pernoctó en un hotel de Bolzano. Una fructífera cuota de seis días ganados (entre la salida de Estados Unidos y la llegada a Berlín) que le procuró reservas a la función de la cancillería y había que agradecer a un fenómeno natural en la lejana Islandia. Las cadenas de causalidad en el mundo globalizado forman una red tupida.En esta fase de rendimiento intensivo de la cancillería, unos observadores desconocidos del espacio habrían escuchado en las pistas de audio de sus aparatos un sonido estridente y muy agudo, un concierto celestial de política anticrisis. La indolencia de la mañana invitó al grupo a extender hasta el mediodía el ensayo de sus retales sonoros sobre el tejado de la «Casa de las culturas». Solo por demostrar que agotaban el tiempo de ensayo contratado. A fin de cuentas, no podían marcharse al hotel, esperar sin más al almuerzo y guardar silencio hasta el concierto a última hora de la tarde, ya que se les pagaba por hacer algo y no por abstenerse de hacerlo.Una tarde de inviernoFue una tarde de invierno. En una sala estrecha y lóbrega de Múnich se reunieron el 28 de enero de 1919 unas cien personas. Tras la tribuna desde la que hablaba el orador se había extendido una cortina negra. Un estenógrafo, oculto tras esta cortina, transcribió el discurso. Así es como Max Weber impartió su conferencia la política como vocación.Weber revisaría más tarde el texto estenografiado. El famoso manuscrito fue reformulado a posteriori en su despacho, tal como hizo Cicerón con sus discursos contra Marco Antonio. El texto publicado, leído de viva voz, habría durado cuatro horas y media.Fuera, la revolución bávara. Ninguna de las reflexiones de Weber se ocupa de este intento de replantearse la política. Lo ocurrido le parecía de una ejecución muy diletante.Lord Ralf Dahrendorf redactó el epílogo a la edición de Reclam del discurso de Weber. Comenta la idea de Weber del político. Lo que interesa a Weber es un temperamento político. Dahrendorf compara la intervención del político (según Max Weber) con la entrada en la atmósfera de una cápsula espacial desde su órbita. Si la cápsula se aproxima en un ángulo demasiado llano, vuelve a ser propulsada al espacio. Ese sería, en el planteamiento de Weber, el destino de una ética de la convicción. Algunas naves espaciales, continúa Dahrendorf, se sumergen demasiado abruptamente en la atmósfera, y se queman: son los burócratas de la política. Solo unos pocos de los que aspiran a alcanzar la tierra consiguen entrar: serían los líderes y héroes.La comparación con la cápsula espacial es de Dahrendorf. Los nombres de los tres tipos ideales del político práctico remiten en cambio a expresiones de Max Weber. Hoy no son ya tan habituales.Taladrando tablas durasLa veterana política Gertrud Reinicke, a la sazón asistente de una facción parlamentaria, aconsejaba desconfiar del efecto magnético de los eslóganes. Por otro lado, decía, tampoco cabe prescindir de tales expresiones. Pero la fórmula «taladrar tablas duras», proseguía, no coincide en absoluto con el funcionamiento que conozco yo de los asuntos políticos. La primera virtud del político veterano es «dejar que las cosas sigan su curso». Solo en contacto con la cosa misma se puede emprender un movimiento opuesto, la intervención política. La política no es acción, sino reacción. Activas son las personas.Ahora bien: si la respuesta es demasiado dura, se busca, justo al lado, el punto blando en el que sea posible un pacto. En este sentido, añadía, lo cierto es que nunca se trata de enfrentarse a una rígida resistencia. Yo no compararía la praxis política, tal como la conozco, con taladrar algo duro. Eso sería incomunicativo.La imagen de que uno esté sentado ante su material y lo taladre como un carpintero, y lleve a cabo su labor en solitario, contradice también los roles en la red que representa la política. Ni siquiera la canciller, o el presidente de la Comisión de Presupuestos en conformidad con el portavoz de la oposición (que son fuerzas muy poderosas), pueden decir «yo» sin más si es que quieren llegar a un resultado. La política de un Estado territorial, según Gertrud Reinicke, dejó ya atrás el nivel artesano.Entretanto, seguían llegando ujieres con sus carros y apilaban actas en las bandejas destinadas a ese fin. Esto ocurría en los casos en los que se requería el visto bueno personal o la firma. El abundante flujo de informaciones y documentos en copia llegaba en cambio por email. Entre unos y otros los mensajes de sms y las llamadas, las frases directamente intercambiadas cuando alguien se asomaba a aquel palomar o un visitante interrumpía el flujo de noticias y de ideas. Según Gertrud Reinicke, puede decirse que se pierde el paso en cuanto se descuida solo por tres horas ese río en el que «no se entra dos veces»: en medio de esas aguas torrenciales —y se trata de arroyos, inundaciones y alcantarillados que se mueven tanto cuesta arriba como cuesta abajo—, ¿cómo sostener un taladro? ¿Qué objeto tendría eso?Tampoco puede compararse nuestra actividad práctica, proseguía, con el vaivén de la lanzadera de un telar. Para empezar, porque de entre los comunicadores de la capital, seguramente ni uno ha visto jamás un telar. Muy frecuentes, según Gertrud Reinicke, serían también expresiones como «llamar al pan, pan y al vino, vino» o «apurar el cáliz hasta las heces», que subsisten de un mundo pasado y se aplican sin demasiado sentido a la práctica cotidiana de lo político. En esta categoría entraría también, decía, el «taladrar tablas duras con pasión y tino». Si bien, la palabra pasión recuerda al lema del Deutsche Bank «Pasión por la eficiencia» y podría entenderse así como actual. También el término «tino» sería plausible. El resto de la frase, en cambio, solo cabría emplearlo como antítesis de «taladro de tablas finas», con lo que sería mejor hablar de «taladrar tablas gruesas». Los avances provechosos y los resultados rápidos se favorecen siempre evitando durezas, y no tratando de atacar una pared por su lado más duro.Tablas en la piscina exterior de HalberstadtEn la piscina exterior de Halberstadt, las paredes laterales de los vestuarios consistían en tablas duras. Para poder taladrarlas con la mirada, había que atravesar los agujeros de los nudos. Es lo que habían hecho durante años numerosos jóvenes bañistas, con lo que de una cabina a otra existía un vivo contacto visual. Así siguió siendo en todos los días veraniegos de la Segunda Guerra Mundial y en la época de miseria posterior. Las miradas se alimentaban del otro sexo, también del propio, como si los agujeros de los nudos fueran espejos.Tablas en la frente de los patriotasUlanos prusianos, que en 1792 acompañaban al ejército del duque de Braunschweig que se internaba en Francia, deambulaban por la Alsacia. En algunas ciudades reunían a los funcionarios municipales, reconocibles como jacobinos por sus gorras, y les clavaban tablas en la frente. Los clavos y martillos los obtenían bajo amenaza de los artesanos locales. En algunos casos remachaban el clavo en el cráneo con tanta torpeza, que el funcionario moría.Mussolini no se atreve a taladrar una tabla duraDel Duce Benito Mussolini, el «Maestro de la determinación», su entorno esperaba que en su encuentro con Hitler en Feltre, en el año 1943, taladrase una tabla dura. Los aliados acababan de desembarcar cerca de Nápoles y era obvio que no habían sido expulsados de esa cabeza de puente por las divisiones alemanas. Mussolini había prometido a su Estado Mayor sacar a Italia de la guerra. Así quería comunicárselo a Hitler. No hay que subestimarme, decía, ni mi coraje, ni mi inteligencia.Apenas dos meses antes, no había consentido que el Reich alemán enviara más de tres divisiones a Italia. Como dictador sabía lo que significa libertad de acción.Halló el lugar del encuentro custodiado por las Waffen-SS. Habían llegado en un avión que acompañaba al aparato de Hitler. Sopesando la brutalidad de Hitler, recordando situaciones de la época del Renacimiento vivamente presentes en su fantasía, durante la entrevista no halló las palabras adecuadas. Su entorno estaba consternado. No fue volubilidad, ni mucho menos cobardía, sino realismo, lo que le indujo a ser violentamente hipócrita.Logró engañar a Hitler. Al finalizar las conversaciones, este anuló las órdenes preliminares para ocupar Italia que se habían elaborado antes de su vuelo a Feltre. Creía, dijo, en la lealtad del Duce. Al día siguiente este le prometía al rey en Roma retirar a Italia de la guerra antes del 15 de septiembre. No le sirvió ya de nada. Pocas semanas después era detenido.En su primer lugar de cautiverio, en Cerdeña, declaró a alguien de su confianza: En Feltre no tuve oportunidad de ser duro ni de no ser duro, simplemente no tuve ninguna oportunidad. ¡Después de 22 años gobernando la bella Italia! Aunque preso, todavía era capaz de otorgarle a su rostro, por pura fuerza de voluntad, aire de determinación.El honor de la BolsaHubo un pleito por las acciones de Lucca-Pistoia, que se remontaba a un suceso en la Toscana (gobernada por Austria) en el año 1853. Estaba previsto construir una línea de ferrocarril entre Lucca y la ciudad de Pistoia, y se habían emitido acciones con un plazo de vencimiento de 99 años y un interés garantizado por el Estado del 5 por ciento anual. La garantía estatal estaba sujeta a la condición de que la obra se llevase a término en dos años.El tramo de ferrocarril nunca fue completado. La compañía quebró. El banco Goldschmidt & Co. había vendido acciones a clientes sin mencionar expresamente la limitación de la garantía estatal. Siguió un pleito judicial que se prolongaría durante diez años.En este pleito, el prestigioso jurista Rudolf von Jhering (Der Kampf ums Recht) aportó un informe demoledor contra el banco. El director de tesis de Max Weber, el profesor Levin Goldschmidt (sin parentesco de sangre ni político con el banco), elaboró el contrainforme: pacta sunt servanda, escribió, independientemente de que al concertarse exista posibilidad de error.En su réplica al contrainforme, Rudolf von Jhering introdujo un argumento jurídico imprevisto: la bolsa y el banco habrían lesionado conjuntamente su honor, y como resultado de ello no podrían seguir presentándose como sujetos de una defensa efectiva. No se trataría ya de razonamientos jurídicos formales, sino de que quien lesiona su propio honor pierde con ello sus derechos. También para los miembros de una facultad jurídica sería deshonroso pertrechar con informes una defensa tan huera. En la defensa de transacciones bursátiles habría un límite de honor para juristas.Levin Goldschmidt, atacado ahora en lo personal, pidió apoyo público a su discípulo Max Weber, que por entonces ejercía en el ámbito del derecho. Weber no pudo decidirse a ello. Tal como le expresó a su director de tesis, compartía la posición de Rudolf von Jhering —a partir de ahí se quebró su relación académica con Goldschmidt. El honor, según Max Weber, es un fenómeno de la historia universal. La bolsa (y el banco no sería sino su derivado) constituye una comunidad formada mediante libre elección de los propietarios. Todas las comunidades poseen honor. Si se destruye ese honor, se pierde también la capacidad jurídica. Igual que un régimen sin honor es incapaz de defenderse, una bolsa sin honor y, por tanto, también el banco demandado, pierden su derecho a defensa. A partir de cierto punto, añadía Weber, ya no hay nada que argumentar.La «mano invisible»El ingeniero doctor Malte Wiegand, geólogo de exploración de prestigio mundial, fue uno de los expertos convocados por la empresa matriz bp para su defensa judicial en Estados Unidos. Se le tenía por enteramente racional. Pero uno no puede poner en juego su experiencia, proceder con pasión en la ciencia y a la vez aislarse rígidamente de las abrumadoras impresiones que el material estudiado pone ante los ojos del entendimiento y los sentidos (los ojos de la mayoría de los sentidos y los del entendimiento no son ellos mismos visibles). Y en la documentación de la catástrofe ocurrida en el Golfo de México se enfrentaba a relaciones que no se veía capaz de explicar como es debido mediante la mera contraposición de causa y efecto.La plataforma petrolífera en la posición 28° 44' 12" n, 88° 23' 13,8" o prácticamente había terminado ya de perforar el 20 de abril de 2010. Pocas horas antes, el orificio de perforación había sido reforzado por la empresa Halliburton mediante el vertido de un cemento especial. El orificio debía sellarse en breve. Otra plataforma especializada en ello extraería el petróleo al cabo de unos meses.Un aumento de la presión en el orificio de perforación Mississippi Canyon Block 252 condujo al Blow-out. La fuente de lodo perforado, gas y petróleo se inflamó y prendió fuego a la plataforma de perforación. El sistema de válvulas central en el fondo marino (el Blow-out-Preventer) fue activado, pero no funcionó. El apagado de emergencia manual del Blow-out-Preventer, que debía cerrar este y separar la torre de perforación del orificio, fue activado solo siete minutos después del Blow-out, pero tampoco funcionó. Hasta ahí, según Malte Wiegand, se trataba de una cadena de causalidad que era posible describir lógicamente a posteriori.Sin embargo, como guiados por una mano invisible, sobrevinieron agravamientos. Conozco, escribía el ingeniero doctor Wiegand, tales cúmulos de casualidades por los relatos históricos sobre una culpa pasada o una maldición, pero hasta ahora nunca en la realidad técnica de la praxis perforadora. El gas en fuga fue succionado por los generadores diésel de la plataforma. Con ello, aumentaron (para desconcierto de los técnicos) sus revoluciones y su rendimiento, pese a que se redujo el suministro de combustible. Los sistemas eléctricos reventaron. Como consecuencia del apagón explotaron también los generadores. Las puertas de seguridad de las salas de los generadores saltaron de sus bisagras e hirieron al personal. Los dispositivos de extinción volcaron su carga de co2 en salas en las que había fallado la ventilación. Los técnicos reparadores no podían seguir allí, fracasaron los intentos de poner en marcha el generador de repuesto. La plataforma petrolífera se hundió el 22 de abril de 2010, dos días después de la fuga.No quiero hablar de un poder satánico del mar o atribuirles conciencia a las capas geológicas profundas que horadamos con la perforación, resume en sus consideraciones Malte Wiegand. Sin embargo, aconsejo un estudio más detenido de los vínculos. Es como si los hechos encerraran un mensaje. Hago caso omiso de que la maldición de los mayas para abril de 2010 contenga una predicción para la zona afectada, al igual que la profecía del verso 1026 de Nostradamus. Tampoco me parece relevante que la fecha coincidiera con el cumpleaños de Hitler. Pero en el curso de mis exploraciones, que solo son requeridas tras la desgracia, creo haber observado a menudo el fenómeno de que poderosas nubes de casualidades rodean el planeta, de modo que se desencadenan emergencias de fuerzas más allá de la ilación causa y efecto, que pertenecen más bien a la relación culpa y expiación. El informe fue calificado como deficiente por la BP y no se remuneró.Inteligencia de enjambreEn los últimos setecientos millones de años de evolución de la vida, se ha refinado la inteligencia de enjambre. En la zona marina frente al cuerno de África se ven enjambres de sardinas. En ellos irrumpen predadores. El enjambre se cierra en torno a los predadores. El enjambre sale de allí.Los pájaros o animales marinos encuentran más alimento en esa constelación que un animal solitario. Se ve a los tiburones confusos, en cierto modo desconcertados ante la abundancia de presas que pasa de largo en un bloque compacto.El darwinista Fred Ockham planteó en el congreso de Ottawa la tesis de que nada en toda esa inteligencia de enjambre tendría una justificación altruista o colectiva. Así, también a la luz de las investigaciones en el ámbito de la inteligencia de enjambres, se mantendrían intactas las teorías del maestro Darwin. Y es que la variada conducta de los animales (perceptible ya en cuanto concurren más de tres animales) se basaría en tres sencillas reglas, simulables en todo momento por ordenador para cualquier formación en enjambre: (1) el contacto, es decir, la formación se mantiene unida; (2) el impulso de repulsión, lo que significa que debe quedar suficiente distancia con el vecino; el principio se corresponde con la libertad de codos y sería, según Ockham, la raíz de toda propiedad; (3) el impulso hacia adelante. Dentro del enjambre los cuerpos no pueden darse la vuelta. También los seres humanos se guían por esa inteligencia en cuanto buscan su dicha en masa o huyen. Fred Ockham mostró impresionantes ilustraciones en Power-Point.Pero ahora se veía cómo un enjambre de peces, aparentemente con una conducta unificada, y de hecho según las tres acreditadas reglas que había engendrado la evolución, se adentraba en un mar contaminado de petróleo en el Golfo de México —con resultado de muerte. Esto no se atenía a la técnica de autoconservación que la especie llevaba tanto tiempo cultivando con éxito. Sobre la capa de petróleo, insuficientemente interrumpida por agua salada, flotaban panza arriba los intelectuales muertos. Las cadenas de televisión en Florida repitieron la escena al día siguiente.Origen social de la inteligenciaSe ven primates que durante el día han cazado y comido en armonía. Ahora están sentados muy juntos, preparados para defender el grupo. La proximidad genera estrés. Para rebajar la tensión, despliegan un trato amistoso. Se rascan mutuamente, rastrean pulgas entre el pelaje, «juegan»; practican lo que entre seres humanos sería «contar», «entretener». El cerebro cuatro veces más grande de los humanos, explica el biólogo evolutivo Olof Leimar, que trabaja en el Instituto de Estudios Avanzados de Berlín, se debe a esa pulsión de sociabilidad. El estrés de la proximidad tiene que rebajarse mediante la premonición (anticipation of the other). Uno se ve reflejado en el otro, y esto provoca —con todos los ecos— el incremento y la vinculación reforzada de las sinapsis, el nuevo cerebro.Josef H. Reicholf ampliaba esta referencia con el siguiente comentario: el mijo original que estudian los bioarqueólogos no servía para hacer pan. Nuestros antepasados habrían elaborado con él bebidas estupefacientes. Al comienzo del sedentarismo y de la agricultura, que suponen cercados, asambleas y una comunidad, habría estado la droga. La estimulación del cerebro sería la condición de la compatibilidad de todos: primero la cerveza y luego el pan. Ese sería el orden histórico.—¿Quiere decir con eso que la inteligencia sería una embriaguez que nos permite soportarnos unos a otros en proximidad?—Es el combustible.—¿Sin ella no hay progreso?—Ni un ser humano.—¿No hay política sin drogas?—La política es un tipo de droga.Impotencia de la políticaDurante la entrega de agentes secretos pactada entre Estados Unidos y Rusia en Viena-Schwechat, tuve ocasión de charlar con mis homólogos en el bar del aeropuerto. El presidente me había incluido a mí, su asistente, en el equipo de entrega para evitar cualquier desarreglo en la ejecución de lo pactado. Si estaba yo presente y mantenía los ojos abiertos, nadie se atrevería a sabotear la entrega. Nosotros, dijo mi interlocutor, que ostentaba el rango de teniente general, siguiendo nuestros principios cegaríamos el orificio de perforación en el Golfo de México, vuestra preocupación nº 1 en este momento, mediante una detonación atómica. Tenemos experiencia en ello. A 1500 metros de profundidad no puede pretenderse arrastrar arena hasta un agujero. Hay que poner en movimiento los estratos rocosos a 5500 metros de profundidad, o sea los sedimentos y las placas, para «hacerlos bailar». Encima del ataúd de un muerto se pone una lápida para que no resucite. Aquí es distinto: se desplaza lateralmente 30 kilómetros de distancia lineal una zona de sobrepresión en la roca. Eso solo puede hacerse con energía atómica.No podemos aceptar públicamente su propuesta en una zona marina que baña las costas de Estados Unidos, respondí. ¿Cómo quiere que expliquemos el hongo atómico que aparecería en todos los medios?Se hace usted una idea equivocada, replicó mi interlocutor. No se ve ninguna explosión. Pone en movimiento una oleada de rocas a unos 5000 metros de profundidad bajo el fondo marino. Desde los ensayos del ingeniero jefe Davidov en Siberia, es una práctica probada. El material radiactivo no se percibe ni en las mediciones más precisas.No, respondí, para mi presidente eso sería demasiado brutal. Los científicos no lo comentarían políticamente, o sea con una sola voz. Luego está la fantasía de la gente, que sentada frente a sus televisores se imagina una explosión atómica, aunque no se vea. Precisamente lo que no se ve parece peligroso. El presidente por su parte no puede hacerle creer a la opinión pública que en este asunto habla con conocimiento de causa.Tal como supe en la Embajada, ese mismo día el presidente Obama había ordenado como medida cautelar que en ningún caso participase un organismo militar de Estados Unidos en el cierre del orificio de perforación. Irak y Afganistán ya eran suficiente tarea. Esto contribuyó a dar la impresión de que el presidente confiaba en los ingenieros de la bp. Por lo que sé, no era esa su idea. Confiaba tan poco en los ingenieros de la bp y en la propia empresa como en su Estado Mayor. A la vista de la catástrofe, no confiaba absolutamente en nadie. Constató la «impotencia de la política». ¿Cómo iba a hablar de ello en una conferencia de prensa?¿Supone un riesgo para Obama inspirarse en el ídolo Kennedy?Durante la campaña electoral del presidente Obama, algunos estrategas plantearon la cuestión de si era provechoso que el joven candidato a la presidencia inspirase su perfil en Kennedy. A favor de ello hablaban el rápido reconocimiento y grado de notoriedad del ídolo. No hay en la historia de Estados Unidos mejor ejemplo de comienzo de una nueva era, el cambio de paradigma a la juventud. En contra de ello hablaba la trágica suerte de Kennedy al final. ¿No sugería esto la rapidez con que un presidente cuyo color de piel no era el de la mayoría y que abogaba por reformas podía ser eliminado en un atentado? Esto podría disuadir a las electoras y electores de votarle. O bien porque lo consideraban inútil muerto o porque, si lo apreciaban, no querían arriesgarse a perderlo. Sería peligroso, según los estrategas que desarrollaban esta línea de argumentación, recordar el principio de que en la historia todo ídolo que personifica la osadía y un nuevo comienzo muere. Entregaron una lista con los precedentes.En esa lista estaban:Los hermanos GracoAlejandro MagnoWalther RathenauEnrique iv de FranciaRosa LuxemburgCarlos el TemerarioJames DeanAlbert Leo SchlageterGustavo Adolfo de SueciaAl final prevalecieron los argumentos de que inspirándose en Kennedy podían aprovecharse de una difusión pública y una densidad emocional ya existentes, frente a las que nada puede hacer ninguna mera «idea» (y el ejemplo disuasorio del atentado no era más que una idea, porque nadie retiene por mucho tiempo la emoción asociada con él). La oportunidad fue decisiva.Noche pródiga en decisionesEn la Rosaleda de la Casa Blanca, en honor del canciller alemán Schmidt, se había preparado la representación de una opereta de Sullivan tras la cena. Los invitados y sus esposas, el presidente, algunos senadores y presidentes de fundaciones se sentaban frente a la pequeña orquesta y los cantantes en sillones sacados al jardín. No sobraba el espacio. El atardecer estival brindaba un amortiguamiento prolongado de la luz. Muchos asistentes al acto hubiesen preferido una decisión clara entre los restos de luz del sol y la luz eléctrica.Fuera de este minúsculo escenario en que el equipo de gobierno pasaba la tarde, tenían lugar a la misma hora acontecimientos dramáticos.En Nueva York, colapsó el suministro eléctrico. En los rascacielos se apagaron las luces por millones. En los ascensores quedaron encerradas personas durante horas. El gobernador del estado de Nueva York proclamó el estado de emergencia. Durante un tiempo no estuvo claro si un atentado o un fallo de las líneas de conducción, elevado a catástrofe, había sido la causa del accidente. A través de la estrecha franja de césped entre la orquesta y la primera fila, unos mensajeros transmitieron la noticia al asistente sentado a la derecha del presidente, que a su vez se la comunicó a la oreja a este.Muy poco después, sin que los cantantes hubieran llegado a entonar el popurrí supuestamente jocoso del final, hizo su aparición con una prisa impropia el consejero de seguridad del presidente, se arrodilló a los pies de Jimmy Carter y conferenció con este en esa postura (Brzeziński es un hombre alto) sobre la peligrosa situación (los invitados de alrededor se enteraron solo después del motivo y el contenido de la charla); en el mar frente a Corea del Norte había tenido lugar un intercambio de disparos con un buque de guerra de Estados Unidos; también había participado un buque soviético. La cuestión era si esto implicaba una provocación que requiriese una respuesta militar. Igual de peligroso era, en cuanto al posible desencadenamiento de una guerra, responder a los disparos de una parte no identificada enteramente, le dijo Zbigniew Brzeziński al presidente, como mostrar debilidad y generar justo con ello una escalada. Entonces, replicó el presidente, daría prácticamente igual lo que uno haga, puesto que en cualquier caso sería arriesgado. Eso no puede ser, respondió petulante el canciller, que había estado escuchando, nunca una opción es tan peligrosa como la otra, siempre hay una tercera. La respuesta urge, apuntó el consejero de seguridad, toda frase o argumento adicional consume tiempo. ¿Mejor entonces decidir mal que perder el tiempo?, preguntó indignado el presidente.El presidente, que no prestaba atención a la música, hacía sin embargo como si escuchara ante los invitados. En ninguna de las cuestiones urgentes que le habían planteado podía aportar algo bajo esas circunstancias. La opereta de Sullivan del año 1929, desde luego, no contenía pistas para responder a cuestión política alguna. Por un instante, Carter sopesó si debía levantarse del sillón y convocar a sus colaboradores en una sala de la Casa Blanca. En cuanto que interrupción del programa, habría supuesto un paso dramático, la decisión preliminar de que una decisión del presidente de Estados Unidos era inminente. Aún se sumó la noticia, transmitida por tres militares, de que ciudadanos de Estados Unidos estaban retenidos en Irán junto a los ocupantes de la Embajada sitiados por las autoridades. En ese momento, en la parte mediooriental del planeta era pleno día. Los acontecimientos se precipitaban mientras América se iba a dormir.¿Hay algo que le preocupa, Mister President?, preguntó cortésmente el canciller Schmidt. Nada de importancia, respondió el presidente. Pero el perturbador Brzeziński, del todo en su elemento conspirativo, seguía colgado del oído del presidente y le hablaba con insistencia. Para los invitados la situación era incierta. La opereta de Sullivan trataba de la hija de un millonario que no se decidía a separarse de un muchacho de Brooklyn al que un intrigante acusaba de haberle sido infiel. No estaba claro, como exponía la cantante, si es que amaba a otra o solo a ella —tal y como repetidamente había prometido. Ese siguió siendo el problema hasta el final de la actuación.Conflictos en el punto de suturaHenry Bierlich, residente en el estado de Washington en el extremo noroeste de Estados Unidos, ha descubierto que estorninos canadienses se comen los cereales de sus vacas. Además, les arruinan el pienso con sus excrementos. También los cultivos de arándanos son saqueados por los estorninos canadienses. Por eso, Bierlich está convencido de que hay que apresar a los estorninos con trampas y seguidamente gasearlos.Estaría bien, dice, que esto se hiciera al otro lado de la frontera, ya en Canadá. Pero los canadienses piensan que se puede ahuyentar a los estorninos, que entretanto han adquirido carácter de masas y forman enjambres, y evitar que crucen la frontera de Estados Unidos mediante cañonazos irregulares y espantapájaros.Esta actitud laxa de gente que dispone de tierra a discreción hacia el norte no logra convencer a los ciudadanos de Estados Unidos que administran terrenos más estrechos. Por ejemplo, a Henry Bierlich. El mero hecho de que los canadienses no sean conciudadanos, sino extranjeros, lo predispone en su contra. En 2004 se mataron en Estados Unidos 500 000 estorninos. ¿Cuántos en Canadá? No hay cifra disponible. Oficialmente: 28 estorninos.Puntos de sutura o fronteras son las zonas en las que distintas tradiciones, atenciones opuestas confluyen como en un dique. En cien años con esos elementos mínimos se acumula un motivo de guerra. Por otro lado, según el Prof. Dr. Hanslick, investigador de fronteras en Stanford, una de las siete maravillas de la Edad Moderna es que desde hace 230 años no haya habido un conflicto bélico entre Estados Unidos y Canadá.—¿Denomina punto de sutura al punto en el que chocan dos contrarios, un separador?—Exactamente eso.—Pero entre Canadá y Estados Unidos no se sutura nada. La frontera es una línea relativamente arbitraria, trazada sobre el papel hace más de 200 años, en que concurren dos formaciones de la civilización.—Correcto. Y esos puntos de sutura encierran el peligro de la falta de atención, visto desde las dos centrales que trazaron la frontera.—Pero las dos centrales en Washington, D.C. y en Ottawa no saben nada ya del trazado que se hizo en su día de la frontera.—Tanto peor. Lo que digo es: en el punto de sutura falta atención. Si ocurre algo, ocurre en un punto de sutura.—¿Los errores ocurren en el punto de sutura entre dos instituciones?—Exacto.—¿La inflamación se origina en el punto de sutura de una operación previa?—Ciertamente.—¿El enemigo penetra por el punto de sutura entre dos mandos?—Siempre.—¿El adúltero penetra por el punto de sutura que ha surgido inconscientemente en el origen de una relación de amor?—No, el amor no es una organización.—¿Los terremotos se dan en el punto de sutura de los continentes y de las capas tectónicas?—Teniendo en cuenta o no esos puntos de sutura.—¿Por qué es tan típico que los diabólicos puntos de sutura que desencadenan las catástrofes y los desplomes de las organizaciones escapen casi siempre a la atención?—Porque las organizaciones solo se fijan en los asuntos principales.La canciller en el lugar equivocadoNinguno de sus profesores o consejeros de empleo habría previsto que un día, en el aniversario de la derrota de Alemania, sentada en una tribuna entre el presidente chino y el jefe de Estado Putin, asistiría a un desfile militar en Moscú. Y, sin embargo, esa privilegiada posición a la que se veía forzada era en aquel momento una desgracia. Más necesaria habría sido su presencia en Bruselas, en su defecto en Berlín o en un hotel de Moscú con conexión telefónica y de Internet hacia Bélgica.El controlador de jornada A. Trube habría confirmado que ese fin de semana (el 8 de mayo era un sábado; el viernes, 7 de mayo, se reconocía ya la crisis cuyo agravamiento se esperaba para el 10 de mayo) era cuestión de minutos, horas, en suma incluso de segundos.Ya el jueves, el jefe de área para mercados internacionales en la cancillería había transmitido una nota. En la bolsa estaban registrándose procesos llamativos. Sobre el mismo asunto hubo una llamada del presidente de Estados Unidos, a la que respondió la canciller. Esto era todavía en el momento en el que el parlamento federal daba su aprobación al paquete de ayuda para Grecia. La ley fue transportada por mensajeros para que la firmara el presidente federal.¿Cómo es cuando llama el presidente de Estados Unidos? Quiere intercambiar opiniones sobre la crisis que se avecina. También él con muy poco tiempo. Debe llevar la paz a Oriente Medio, decide sobre el futuro de Irak, las medidas que han de compensar la retirada de las tropas de Estados Unidos en Irak, le preocupa cómo presentar su posición al respecto de la mezquita que ha de construirse cerca de las ruinas del nine eleven, quiere hablarle gente que no puede rechazar. Ahora llama a la canciller alemana. Está obligado a contactar también con otros jefes de Gobierno en Europa y en ultramar. En realidad, no tiene tiempo para la llamada. Tendría que hablar con siete lenguas. Si las personas fueran ordenadores paralelos, el cargo de presidente de Estados Unidos podría desempeñarse con realismo.Comparada con esto, la actitud de la canciller en este jueves es relajada. Da cuenta de todo. Tiene que volar a un acto electoral en Renania del Norte-Westfalia, y desde allí a Bruselas. ¿Hay servicios de traducción para las conferencias telefónicas de jefes de Gobierno cuando se trata de términos especializados? ¿Sería mejor que los gobernantes se comunicaran por sms en vez de por teléfono? Eso daría tiempo para reflexionar y funciona incluso más rápido, tal como ha calculado A. Trube, pues se prescindiría de las oraciones de relleno. Son cuestiones de organización del trabajo que afrontan de raíz los sistemas de gobierno.Antes de despegar hacia Moscú, la canciller decide que el ministro del Interior vuele a Bruselas con el servicio aéreo y represente allí al ministro alemán de Finanzas, que ha ingresado en la unidad de cuidados intensivos de una clínica bruselense. Entretanto, el secretario de Estado habrá de llevar las negociaciones de manera dilatoria.

2 A. Trube, controlador de jornada.Reaparición en la realidad a primera hora del lunes«¡Haceos cuenta de que el diablo es viejo, /así que envejeced para poder entenderlo!»2La mañana del 10 de mayo de 2010, un lunes, nos asustamos. Fue entonces cuando vimos los resultados del fin de semana. Nada podía retrotraerse a su estado original, el que regía aún el 7 de mayo por la tarde, cuando llegamos a Bruselas.Los responsables nos despertamos pronto en nuestros hoteles y habitaciones de invitados. Volvía a ser un día laborable. Se preparó el regreso a nuestras diferentes capitales. Como si hubiésemos despertado de una pesadilla, porque el fin de semana —con la ausencia de millones de mentes trabajando fuera y la mera presencia en reuniones de los especialistas que éramos los políticos de la Unión Europea— nos había parecido irreal, nos calentamos en el mundo del trabajo común de nuevo en marcha, cuyo zumbido debería acompañar continuamente la labor política. Es bonito que la humanidad vuelva a estar junta a primera hora del lunes. Unida por lazos más sólidos que mediante el orden del día de una conferencia.Está muy preocupadoEl día después de su cumpleaños llamo a Jürgen Habermas. Está horrorizado por el retraso con el que el Banco Central Europeo admite que durante la crisis del 7 al 9 de mayo de 2010 amenazó un fracaso aún más radical que el escenario generado tras el hundimiento del banco Lehman Brothers. ¡Habría que habérselo comunicado a la opinión pública! ¿Cómo va a haber una oportunidad para lo político, si semejantes hechos se ocultan en el momento a la vez que políticos desprevenidos toman decisiones de enorme magnitud en parte por teléfono, en parte a toda prisa en tres sesiones de fin de semana? Habermas ha pasado su cumpleaños en Dublín. Ahora la familia planea irse de vacaciones al sur de Francia. Está muy preocupado. ¡El fino barniz de la tradición civilizadora, comparable a una capa de hielo que se vuelve transparente, bajo la cual circula el cruel desfile de las realidades! Un filósofo habrá de reflexionar desde cualquier lugar del mundo.El trío de DeauvilleLa colaboración entre Rusia y la otan es, según el controlador de jornada laboral A. Trube, uno de los temas del siglo. Las decisiones al respecto han de tomarse en cuatro semanas. Para los preacuerdos en Deauville disponen de dos horas. El grupo reducido de tres dirigentes —el ruso, el francés y la alemana—, el llamado formato trío, es oportuno para aprovechar cada minuto.Sarkozy habla, con relación al despliegue de misiles que planea la otan, y al que se opone Rusia, de un «field of deployment» de 15 años (a saber, diez años para desplegar los misiles y cinco para acordar una praxis soportable con la vecina Rusia). La construcción acelerada de la flota de alta mar alemana de 1900 abarcó 14 años. En dos años hay que contar con un nuevo presidente de Estados Unidos, que podría ser un partidario del Tea-Party. ¿Qué pasa si en el año 2060 la relación del líder francés y del alemán con el presidente ruso de turno no es tan amistosa y las potencias se distancian? ¿Cuántos cancilleres caben en cincuenta años, cuántos presidentes de Francia y Estados Unidos? El peso de las posibles consecuencias caía como plomo sobre los minutos en que los tres jefes de negociación caminaban por los tablones del paseo marítimo. Desde el Canal de la Mancha soplaba un viento milenario, como el que viene silbando siempre de oeste a este en esa costa desde los tiempos de los romanos, solo unos pocos días del verano ligeramente agitado, hoy sombrío y tormentoso.La víspera, el hombre de confianza de China en París (varios observadores del círculo interno de las delegaciones en Deauville tienen la obligación de informarle) se ha hecho una idea del estado final de los preparativos. Informa a su central de Pekín que, en adelante, para reforzar el euro, los países que incumplan serán exhortados a la disciplina presupuestaria mediante sanciones automáticas y, con relación a Rusia, no habrá preacuerdos para la conferencia de la otan debido a la oposición de Estados Unidos. En cambio, cabe esperar un consenso sobre la cuestión del uso del Mar del Norte. Tanto la canciller como Sarkozy aconsejarán al presidente ruso no visitar en persona, como prevé, las islas Kuriles del Sur, ya que provocaría innecesariamente a Japón. Al día siguiente, el superespía tuvo que enmendarlo todo. Algunos temas no llegaron a tratarse, las formulaciones del protocolo final no coincidían con el estado de la víspera.Deauville, decía un diplomático alemán de alto nivel, dejó de lado a Exteriores. A los colegas franceses del Quai d’Orsay, continuaba, les pasó algo parecido. En los ministerios parisinos, hasta 8 000 colaboradores preparan una cumbre. Los papeles llegan al Palacio del Elíseo y allí unos 20 colaboradores vuelven a empezar de cero. Reescriben los papeles. Hasta el presidente solo llega lo que le exponen Jean-David Levitte, Claude Guéant y Xavier Musca (o lo que él mismo escucha si se encuentra con un jefe de área en el pasillo y le pregunta). Lo que a partir de ahí haga el presidente es en Deauville cuestión del momento. La estructura parece caótica, comentaba el diplomático, pero la línea francesa está «siempre especialmente bien preparada» en cada cumbre.¡Con la cancillería los diplomáticos nos las vemos y nos las deseamos! Habíamos elaborado un plan de negociación equilibrado. El grueso de la documentación se había acordado. Luego los jefes en los que confía la canciller, Heusgen (Exteriores), Corsepius (Unión Europea), Weidmann (Economía) y Asmussen (Finanzas), hablaron por teléfono con sus homólogos en el Elíseo. Ya no reconocíamos nuestros papeles. No hay ningún medio que impida al grupo líder desfigurar lo que hemos preparado. La configuración en trío de Deauville era nueva, los procedimientos que se emplearon son antiguos: billar con 23 bolas.Nuestro trabajo no lo ve la opinión pública, continuó el diplomático. ¿Cuánto tiempo de negociación cree que necesitamos para acordar el desayuno o el almuerzo de langostas en la playa con tres secciones de protocolo y servicios de seguridad con mentalidades divergentes? Verá (en la foto de abajo) que el traje del presidente ruso aprieta por tener demasiado arriba los botones. También las rayas de sus pantalones están demasiado marcadas. Se lo advertimos de forma diplomática a nuestros homólogos, pero debido a lo educado de la fórmula no se entendió ni tampoco se puso en práctica. El recorte de los siete puntos del orden del día a tres fue desestimado por orden superior. ¿De qué sirven al final nuestras muchas conversaciones? ¿Para qué nos pagan tanto?

3 Colocando a los jefes para la foto de grupo. En el extremo izquierdo un ayudante.Pescar peces con granadas de manoEl director ministerial Wilfried F., un colaborador de alto nivel de Wolfgang Clement de los tiempos en que este, como ministro de Economía en Renania del Norte-Westfalia, solo estaba esperando a suceder al presidente Rau, se cambió en 1991, como muchos otros funcionarios occidentales, a la treuhand3, recién instalada en las oficinas del antiguo Ministerio de Aviación del Reich. Se le veía mucho en el Borchardt4. Abrumado de trabajo, pasaba las noches en vela. En el local hacían antecámara inversores y litigantes nativos — cada uno de ellos un espécimen irrepetible y sin embargo no siempre fácil de encuadrar según su pertenencia a la realidad y la ficción.En una fase política para la que nadie en el Este y el Oeste estaba preparado, decía el intrépido funcionario, había que apostar por las prioridades y el dinamismo. Esa es la razón por la que fuimos importados de rnw, como joven escuela, digamos. Nos atuvimos a una regla de la pesca en río: se arroja una granada al agua y los peces quedan flotando panza arriba —y pueden recogerse. Fritos en mantequilla, luego no se les nota el método de pesca.Con caña, cebo y paciencia puede esperar sentado al éxito, prosiguió el resuelto colaborador, al que le gustaba describir su estilo de trabajo. Wilfried F. asumió el combinado industrial de Magdeburgo, que producía motores de barco para buques de alta mar. En seguida vi, dijo el funcionario, que el material humano y la maquinaria de Magdeburgo no iban a tener nada que hacer en el mercado occidental. Tuvo razón, después de «acompañar» de mala gana (y por evitar retrasos mayores) los sentimentales intentos de rescate. Solo lograron disimular el fiasco puesto de manifiesto con el primer balance, basado en el tipo de cambio 1:2 del marco occidental al oriental, que convirtió las deudas del combinado con la antigua sede, ahora la autoridad federal como su sucesora legal. Él se sentía el abogado de la situación real frente a la pereza de ánimo que asalta a las personas que son arrojadas de una historia vital a otra. Ese estar arrojado vuelve lento, según Wilfried F. Él lo veía, pero no lo aprobaba en absoluto, porque no es racional. Él pasaba por ser insobornable. No favorecía a ningún partido. Más bien, se sentía responsable de ejecutar el conjunto, del sin reparos realista.El ministro pierde la composturaCae la tarde sobre las ciudades de la cuenca del Ruhr. Masas nubosas del noroeste, luces más brillantes de ciudad, arbustos y jardines mortecinos. En salones climatizados, abstractos en relación con el crepúsculo, se reúne la ejecutiva del partido socialdemócrata de rnw5. El ministro de Economía, Empresas Medianas y Tecnología abandona la sala, visiblemente irritado. Su asistente le sigue. Los amigos vacilan. Siguen al poderoso a los pasillos. La reunión tiene lugar bajo la presidencia del primer ministro y presidente del partido Rau. Deja que continúe la negociación. La salida del ministro es una afrenta hacia él. El sulfurado tendrá que volver y dar una razón de su conducta. Tendrá que disculparse. Son las horas de esas reuniones las que se echan en falta al final de la vida. «Age ain’t nothing but a number».6Al primer ministro se le acaba el tiempo. Pero en ese instante ha ganado algo provisional. No puede ceder ante un ministro que lo reta de forma tan burda. En ese sentido ha ganado tiempo.Fuera, los íntimos rodean al ministro.—Vuelve a entrar, Wolfgang.—Estoy harto.—Estás harto, ¿verdad?No hay dos corrientes, dice el ministro, no hay una lucha de corrientes en la socialdemocracia de rnw. Unos que se implican por el pueblo y la naturaleza y otros que sirven a las grandes empresas: eso es lo que no hay. Por supuesto, el trabajo del ministro de Economía consiste en impulsar el capitalismo renano. Está fuera de lugar que la ministra de Educación dude de si el ministro de Economía hace esto con la «reserva propia de un socialdemócrata».El ministro tiene rasgos faciales «endurecidos». No cabe imaginar que con la edad se vuelva obeso, eche mofletes. Mira inseguro adentro. No soporta ser impopular.El corro de amigos lo empuja discretamente en dirección a la sala de reuniones, aparta a los periodistas que quieren preguntar al ministro. El ministro vuelve a entrar, los compañeros de dentro lo celebran7. Tenía que salir, dice el ministro. Y ahora vuelves a entrar, todo el mundo tiene que salir en algún momento, zanja el primer ministro. Él es el más veterano. Tiene más sangre fría.—¿Qué le pasaba a Wolfgang?—Es muy emocional.—Pero si no había casi motivo. Justo estábamos hablando de las «dos corrientes».—Lo desgarra por dentro. Disimula demasiado. Y le revienta.—Está claro que les molesta a los verdes. Es sumiso con los empresarios. ¿Qué tiene de socialdemócrata?—Ves, ese es el reproche que le obsesiona.—Pero es que pone cara de urraca en cuanto se le acerca un directivo de una empresa o un globalista, a ser posible americano. Es como una droga.—No le gusta oírlo.—Y entonces pierde la compostura y sale corriendo, y grita: estoy harto.—Sí, harto. Puede significar cualquier cosa, y el presidente sabe lo que significa.—Pero hace como si no lo oyera.—¿Y qué iba a hacer?El instinto del políticoLos taburetes estaban revestidos de cuero color malva, un diseñador había conseguido que las botellas, alineadas como libros ante los paneles de madera, arrojaran chispas desde el interior del líquido. Los asistentes llevaban dos horas y media esperando a sus señores.—Lo cierto es que yo nunca he visto una.—¿El qué?—Una reacción instintiva de un político.—¡Bueno, bueno! Si hay disparos, se agacha.—Pues yo no estaba allí.—¿No será que toma la palabra instinto en un sentido demasiado literal? También se dice «político de pura sangre», aunque no tiene nada que ver con descender de un caballo árabe. Por mi parte, considero improbable que un político tenga una cantidad mayor o un tipo distinto de sangre y que eso lo distinga como político. La sangre pura solo hace enfermar.—Me refiero a instinto en el sentido de seguro en sus reacciones. Sería una cualidad de lo más civilizatoria.—¿Antiguamente seguro de su instinto ?—No hay un instinto tal en la naturaleza. Ningún hombre primitivo es político de por sí.—¿Y los animales?—Jamás. A la naturaleza solo cabría atribuirle política a posteriori.—¿En qué consiste entonces lo que percibo en un político de auténtico calibre en cuanto entra por la puerta, y que hasta ahora denominaba «instinto político»?—Es una mezcla. Cada elemento por sí solo sería políticamente catastrófico. Pero todo a la vez hace al hombre rápido y certero. Para trabajar en la cosecha, o para una guerra en la jungla, sería inútil.Los dos asistentes se acaloraron. La mayoría de las escenas que se les pasaban por la mente coincidían con una observación que no podía captarse en una única palabra. Las expresiones «adaptado», «experto», «capaz», «certero» resultaban todas demasiado estrechas. Seguramente por falta de tiempo, la homogeneizada esfera de lo político no conoce denominaciones propias para sus virtudes.¿Qué significa «buen ojo»8?La reacción más nerviosa del ojo humano es a un movimiento lateral inesperado. La medición más rápida se da en el rabillo del ojo. La más clara cabe esperarla en el centro de la mirada. En principio, explicaba el oftalmólogo Konrad Winkler, la mirada es «medida de todas las cosas» cuando las manos trabajan con un objeto, por ejemplo, un mecanismo de relojería, a la altura aproximada del diafragma y los ojos guían ese movimiento.Aunque, según Winkler, los ojos son sumamente fáciles de engañar por su avidez; también los impresiona mucho el susto. En momentos cruciales del destino se vuelven ciegos. Por eso yo no propondría al ojo, decía Winkler, como órgano del equilibrio, y en ese sentido como sede de la medida, sino al oído. Pero nadie habla de buen oído9. Una fuente sensorial muy fiable y que respeta la medida son los labios. Nada entra por ellos que el cuerpo y la mente consideren venenoso. Y nada sale por ellos que se quiera reservar el corazón, y este sí es, por ejemplo, la «medida duradera».El ojo es también olvidadizo. No es un órgano para la duración.Un amante de las tablas durasAcompañado de un séquito de 16 personas, que en caso necesario habrían repelido un atentado, Thilo Sarrazin cruzó entre la multitud, asombrada por la cercanía del famoso. Venía del Sofá Azul10 y avanzaba entre los pabellones de la Feria del Libro. Soy el pez limpiador, dijo el reportero del faz11, que llevaba todo el día acompañándolo. ¿Y eso por qué? Queremos informar íntegramente, dijo el periodista del faz. Los peces limpiadores son animales muy corteses, repliqué. Se sabe que, en los arrecifes de coral, donde limpian de parásitos a los peces más grandes, tratan de manera diversa a sus clientes. Se los considera inteligentes. He usado la expresión pez limpiador, dijo el reportero, solo porque suena plástica. Quería explicar que acompaño al caballero todo el día. Nos pusimos a charlar. ¿Cómo calificaría Jürgen Habermas a Sarrazin? Después de que el historiador Hans-Ulrich Wehler diera un nuevo giro al debate sobre el best seller Deutschland schafft sich ab12. ¿Le parece que Wehler y Habermas están a la misma altura desde la disputa de los historiadores13? Creo que Habermas caracterizaría a Sarrazin como decisionista. Suena negativo. Pero significa «amante de la decisión». Esto es algo que puede decirse de cada párrafo del libro, pero también de muchos episodios en la carrera de Sarrazin.Siempre hay algo que puede decidirse. Y si uno lo disfruta, puede convertirse en droga.¿Cree entonces que Sarrazin puede ser expulsado del partido14? ¿Y que la canciller mantendrá su distanciamiento? Todo eso no se sabe, respondí. Pero sabía que este hombre tan polémico llevaba tiempo ocupando puestos decisivos en nuestra República con tono y determinación muy similares. Nunca había temido taladrar tablas duras. A diferencia de los cirujanos, que manejan sus escalpelos ellos mismos y tan solo los reciben de sus asistentes y enfermeras, los grandes políticos necesitan a su lado «dominadores de los instrumentos», o sea artistas de la decisión que no solo entreguen, sino que utilicen por sí mismos esos instrumentos. Igual que dos inspectores de policía, de los que uno habla con amabilidad al delincuente mientras que el otro lo amenaza, el taladrar de tablas duras en política es llevado a cabo por uno que preside como «observador imparcial» y un segundo que aplica el taladro. Si no se quiere tolerar a un personaje así, entonces hay que atacarlo y expulsarlo del partido o de su cargo mientras aún ocupa puestos clave, y no cuando escribe un libro al respecto. ¿Quiere decir que Sarrazin fue siempre tal como se muestra en su libro? ¿Cómo se muestra en este libro? ¿Lo ha leído? Pienso hacerlo, contestó el jefe del Instituto de Investigación Social en la Universidad Johann Wolfgang Goethe. Nuestro Instituto se reinaugura en enero del año próximo. Está usted invitado, añadió.Tuve ocasión de entrevistar a Thilo Sarrazin.—¿Cuál era su cargo?—Director ministerial.—Y hasta 89/90 ocupó usted el Área de Relaciones Interalemanas.—No, primero ocupé el Área de Asuntos Monetarios, ya en la universidad tuve como optativa Dinero y Crédito y en 1977 fui delegado nueve meses por el Ministerio de Finanzas ante el Fondo Monetario Internacional.—¿En América, entonces?—Sí, sí. Por mi labor en la oficina del ministro siempre tuve que tratar cuestiones monetarias, también para el ministro.—¿Qué idiomas habla?—Un muy buen inglés y, si practico un poco, un excelente inglés y un francés absolutamente deficiente. Luego estaba Horst Köhler15, que me sucedió como director de la oficina del ministro. Él era el director de la oficina del ministro Stoltenberg, y por eso nos conocíamos. Luego pasó a ser mi director de sección y como tal cambió a la Sección Monetaria. Yo le seguí en el verano de 1989 y asumí allí el Área de Asuntos Monetarios. Eso fue antes de la apertura del Muro, quería hacer algo distinto.—Y estuvo en el lugar adecuado en el momento adecuado.—Sí. Nos ocupábamos del tema unión monetaria europea y del informe de Jacques Delors, y en mitad de esa época en que estaba adaptándome, cayó el Muro. Pronto se puso de manifiesto que, en realidad, apenas había alguien en el Ministerio de Finanzas que tuviese una idea clara de lo que eso significaba para nosotros y de cómo afrontar la situación. Köhler pasó a formar parte en esa época del círculo de asesores más próximo al canciller Kohl. En diciembre era ya secretario de Estado y recurría mucho a mí. Como debido a mi propia historia familiar tenía una relación muy fuerte con la cuestión interalemana y descubrí que al mismo tiempo estaba en un puesto con palanca estratégica, desarrollé en muy pocas semanas el planteamiento para una unión monetaria interalemana. Luego, (el Ministro de Finanzas) Waigel y Köhler hicieron suyo el planteamiento y se lo presentaron a Kohl. Mi planteamiento fue así la base de la oferta hecha a la rda para hacer una unión monetaria, con lo que desde luego estuve en el ojo del huracán, y eso que era del partido equivocado. Pero lo cierto es que fue una época estupenda. Hoy les estoy agradecido a Köhler y Waigel por haber confiado en mí.—¿Se decidió lo de la regla de 1:2? ¿Un marco occidental por dos marcos del Banco Central de Alemania del Este?—Sí. Gestioné a fondo, como responsable, la unión monetaria interalemana. Para ello se creó en la casa una nueva subsección, el grupo de trabajo Relaciones Interalemanas, que dirigía yo. Al completarse la unidad alemana, yo me ocupaba en el Ministerio de Finanzas de la supervisión técnica y jurídica de la Treuhand16, que nos fue asignada. Y ejercí esa función hasta mayo de 1991.—¿Y lo hace desde Berlín?—Desde Berlín. Todos los procedimientos esenciales debíamos aprobarlos nosotros.—¿Cuántas personas más o menos se habrían ocupado de este asunto tan complejo de la unión monetaria, además de usted?—Entonces, en la primera fase, un servidor, mi jefe de sección Haller, que falleció hace poco, y el futuro secretario de Estado (en la Oficina de la Presidencia).—Por lo que seguramente se fue el presidente federal.—Sí, exacto, era un estrecho colaborador. Y además, el ministro Waigel. Éramos nosotros cuatro; en todo el ministerio no conté con nadie, era demasiado peligroso.—¿Quién era su interlocutor? ¿En la otra parte?—Al principio no había interlocutor, había que decidir políticamente. Luego surgió como interlocutor en la cancillería Johannes Ludewig, que era un estrecho colaborador del canciller, y trabajé con él.—¿En la cancillería se repiten las funciones de los ministerios, por así decirlo, como en un cerebro?—Pero a la vez él era asesor personal de Kohl. Ludewig y Köhler eran entonces viejos amigos. Yo me sumé a ellos, si se quiere, y entonces se produjeron los primeros contactos con el Bundesbank, que estaba ofendido por que se tomaran decisiones de tanta importancia sin su participación.—Con el que dimitió.—Sí, pero solo muchos años después17.—¿Cómo se llamaba?—Karl Otto Pöhl. Luego teníamos una comisión común de expertos con la rda, que dirigía por nuestra parte el secretario de Estado Horst Köhler. Allí estaba yo, estaba el Bundesbank, estaba la cancillería. Tietmeyer se incorporó como el representante personal del canciller. Köhler hacía más Asuntos Monetarios Europeos, y yo acompañé de esa manera a Tietmeyer hasta que estuvo listo el tratado.—A veces se habla de bifurcación cuando hay una encrucijada y el proceso puede ir para un lado o para el otro. ¿Hubo discusiones sobre si cambiar, digamos, a 1:6 o 1:8 en vez de a 1:2?—Hubo discusiones sobre el tipo de cambio. Desde el principio fui de la opinión, y así es como finalmente se hizo, de que los pagos en curso, precios, alquileres, sueldos solo podían cambiarse a 1:1. Las existencias en efectivo y las deudas se cambiaron a 1:2. Sobre eso hubo largas discusiones. Fueron semanas de decisión. No sé si entre dos caminos o entre cincuenta. Lo que tenía claro es: o hacemos ahora la unidad alemana o no la hacemos nunca.—Así es como lo formulaba también Kohl.—Así es como me posicioné en todos los puntos. Y la economía era para mí a ese respecto un instrumento, y no una meta. Era una mera caja de herramientas que empleaba, y así es como lo aconsejé también. La política era lo primero.—Luego se supo que el endeudamiento de las empresas necesitadas de reformas, pero que quizá hubiesen tenido su oportunidad, llevó a la quiebra por las enormes deudas con la sede, que en la proporción 1:2 resultaban astronómicas.—En mi planteamiento, antes de la oferta había presentado un documento de 14 páginas que preveía condonar todas las deudas internas de la rda, porque, como decía, la sustancia no valía nada y las deudas no eran más que . . .—… deudas sobre el papel…—… yo las habría condonado todas. Pero ahí no pude imponerme frente al Bundesbank.—¿El Bundesbank dijo que no se hiciera?—El Bundesbank estaba terriblemente ofendido por no haber estado presente cuando se diseñó la oferta. Para apaciguar al Bundesbank y mantenerlo en el bote, Köhler dijo, después de que se hubo hecho la oferta y tomado la decisión política: a partir de ahora nos coordinamos en lo posible con el Bundesbank.—La supervisión jurídica es un asunto complicado.—La supervisión jurídica es formal, la clave era la supervisión técnica. Que yo dijera: ¿con qué criterios se sanean las empresas, con qué criterios se venden, cuáles son los límites a nuestra aprobación, cuáles las directrices estatales por las que se rige este organismo?—¿Podía hacer eso?—Todas las reglas con que trabajó la Treuhand surgieron en mi escritorio. Empecé con tres colaboradores y en pocas semanas monté un aparato de setenta. La estructura de la supervisión técnica la concebí enteramente yo en esas semanas.—En cada capital de un distrito de la rda se encuentra usted una industria. En Erfurt están los coches, en Leipzig hay otra prioridad. En Brandemburgo tiene las acerías. En lo que luego sería Mecklemburgo tiene los astilleros, en Magdeburgo las hélices marinas.—Combinado de Ingeniería Pesada «Ernst Thälmann».—Exacto.—Las empresas de propiedad estatal fueron transformadas en sociedades anónimas o de responsabilidad limitada todavía en tiempos de la rda. Pero no tenían un sistema de ventas que funcionase. No tenían una fijación de precios que funcionase, ni un cálculo de costes que funcionase. Faltaba muchísimo, y tenían demasiados trabajadores a bordo. Y mi pesadilla era —yo lo había vivido durante los muchos años en los que supervisé la Bundesbahn18— que una empresa con 270 000 trabajadores le supusiera al presupuesto federal 13.500 millones de marcos al año. Ahora teníamos aquí 3,5 millones de trabajadores en empresas de la Treuhand, y mi pesadilla era que, si no reducíamos rápidamente aquello, vendiendo o liquidando, el Estado alemán occidental entrara en bancarrota.En los estados germanoorientales, explicaba el Dr. Widukind Hildebrand, antiguo asistente de Karl Otto Pöhl, habría que haber reducido a la mitad o suspendido del todo el iva, tal como proponía el conde Lambsdorff19: congelar los salarios y los precios de alimentos, alquileres y asistencia médica y rehabilitar después la rda con medios de la Unión Europea y Bruselas (con respecto a los ferrocarriles y la red telefónica). Quizá así se habría salvado la base industrial.¿Habrían podido mantenerse decisiones tan brutales?, le pregunté. ¿Por ejemplo, frente a los sindicatos germanooccidentales, los medios de comunicación o el ansia de la población por el marco occidental, que era del todo generalizada y no iba ligada al victimismo? ¿Es que habría surgido así una segunda Suiza? Yo lo único que digo, respondió el Dr. Hildebrand, es: ¿bajo qué condiciones se habría podido salvar la base industrial en los nuevos estados? ¿Responsabiliza usted entonces a Sarrazin, o sea, a los cuatro salvajes del Ministerio de Finanzas, de la desindustrialización de los estados germanoorientales? ahondé. Yo solo le echo en cara un detalle, replicó Hildebrand: que no impusiera su idea correcta de condonar las deudas de las empresas con su sede. En ese punto, Sarrazin no fue lo suficientemente decidido. ¿No habría que estar contra los que deciden? Insistí. Habermas previene por principio contra el decisionismo. No cuadra con el «espíritu de participación», es poco republicano. Ese no es mi reproche, respondió el Dr. Hildebrand. Lo que yo digo es lo contrario: sus decisiones no fueron lo suficientemente decididas. Si soy un taladrador de tablas duras, tengo que ser cuasi divino. ¡Los errores solo son disculpables cuando hay una participación general!El retorno de los lobos como problema político en el ValaisDos lobos han cruzado la frontera suiza desde el este. Hace ya cien años que se erradicaron los lobos en Suiza. La ganadería de los Alpes proliferó en los años siguientes. La fauna silvestre, al faltar el depredador de más rango en la cadena alimenticia, se volvió menos disciplinada, escribe Kurt Eichenberger del Grupo Biodiversidad en wwf suiza. Se enajenan de su especie, ya no son espantadizos.En la prensa hubo una foto impresionante de los restos de una oveja despedazada por un lobo. Eichenberger ha reunido en cambio numerosas imágenes en las que puede verse a animales caídos, seres vivos cruelmente ejecutados por circunstancias de la naturaleza, precipitados en barrancos, sufriendo a diario entre rocas. Cada año, escribe Eichenberger, hay diez mil ovejas que resultan víctimas de accidentes. Frente a ello, cerca de trescientos animales de ganado que en un período de varios años son despedazados por los lobos. El problema no son los lobos; lo grave es más bien el hecho de que muchas ovejas van por los montes sin pastor.El gobierno federal, prosigue Eichenberger, destina 43 millones de francos a la cría de ovejas en toda Suiza, y solo 830 000 francos para la protección de rebaños. Hay que suministrar los medios que posibiliten la coexistencia de los lobos y el ganado.En lugar de ello, la política suiza trata de sacar partido al tema mediático de la amenaza de los lobos. ¡En el Consejo Nacional en Berna se presentan peticiones para rebajar la protección de las especies más raras de lobo y favorecer que se las abata!Para que el lobo tenga futuro en nuestro país, dice Eichenberger, hacen falta tres cosas: una reorientación de la ganadería, no 250 000 ovejas en los montes, sino la mitad; un desarrollo consecuente de la protección de los rebaños, lo que ante todo significa una mejor formación de los pastores en zona de lobos, o sea, procurarles instrucciones y cursos de formación para su labor protectora; y, por último, al igual que en Francia, una «planificación anticipatoria». Con «anticipatoria» y «planificación» Eichenberger se refiere a observar cómo interactúan los animales entre sí y cómo intervienen los seres humanos. Eichenberger reclama un foro de diálogo sobre el tema del lobo.Los matadores constantes son una rarezaNo conozco carnívoros, salvo la marta y el armiño, que «hagan acopio», o sea, que maten a sus presas sin estar hambrientos. Los matadores constantes suponen una rareza.De ahí que sean un fenómeno, prosiguió el domador del circo de Moscú, que sorprendería al público del circo. Aunque sea terrible presenciar asesinatos.—Son también muy pequeños. Incluso desde los asientos lindantes con la pista, apenas se los vería, también por la velocidad de sus actos.—Lo que se ve es la sangre. Plumas arremolinadas, cuando lo que matan son plumíferos. O las presas que huyen en vano, igualmente pequeñas.—¿Se enfrentan estos matadores también a animales más grandes?—A los zorros. Pero las peleas seguirían siendo un objeto demasiado insignificante para una buena representación circense.—¿Duda de su valor como entretenimiento?—Se ve un caos discurriendo a gran velocidad. No se ve nada preciso. Además, es extremadamente cruel.—¿No puede hablarse de doma?—La doma de matadores es imposible.En cambio, los ejercicios con tigres saciados siempre son interesantes. Los poderosos cuerpos muestran, incluso con la tripa llena, altos niveles de elegancia, dijo el domador. No solo están dispuestos a atravesar aros de fuego, sino también —este es un éxito especial de nuestra doma— a dejarse caer en una pila transparente y sacudirse luego el agua de la piel. A continuación, hacen el «grupo». No hay nada más bondadoso que unos tigres deshabituados al hambre.Exhibición tradicional: grupo de lobos persigue grupo de jinetes. O mejor: los lobos persiguen una troika con mujer y niños. El requisito del número es que los lobos estén saciados y que se haya apartado antes a la loba líder.—¿Son bondadosos los lobos?—Cuando están saciados.«El hombre es un lobo para el hombre»En su libro Leviathan, Thomas Hobbes da por hecho que las sociedades humanas necesitan imperiosamente un soberano que les impida abalanzarse unas sobre otras en guerras civiles. La página del libro contrapuesta al título reproduce una figura que muestra al gobernante. En el interior del cuerpo real se hallan numerosas personas que lo llenan. Tan solo la cabeza del monarca está reservada a este. Hobbes tiene presentes experiencias de las guerras civiles en Inglaterra cuando desarrolla su tesis escéptica: Homo homini lupus.Dos amigos de Escocia, Adam Smith y David Hume, replicaron unos 100 años más tarde al análisis de Hobbes. ¿Por qué se pone a los lobos como ejemplo de criaturas peligrosas para su propia especie?, preguntaron. Los lobos son animales de manada, preparados para tolerarse y cooperar también sin constitución. La observación contradice que un lobo mate a otro.A ello se añade que el hombre —como zoon politikon— podrá ser cruel, peligroso, un cazador, pero apenas posee las aptitudes de un lobo. Al mismo tiempo, los hombres son más capaces de agresividad concentrada que los lobos, puesto que el (en sentido metafórico) «depredador hombre» caza también cuando no tiene hambre. Se han visto terratenientes mayores que jamás en la vida podrían consumir el producto de sus tierras y sin embargo seguían ansiosos por acumular más bienes. De modo que los hombres son ciertamente peores que los lobos. Pero se observa la siguiente diferencia: hay dos características destacadas del hombre, opuestas entre sí, que sin embargo siempre se encuentran. La una se llama objetividad (attitude of the impartial spectator), la otra, empatía (involvement). Entre los lobos no se han observado esas características. Según Adam Smith, brindan una constitución natural a toda sociedad humana. Garantizan el final de las guerras civiles, que estas no se prolonguen infinitamente. En cambio, un soberano sería un recurso inefectivo, puesto que para domar la crueldad que nace de tales características tendría que ser aún más cruel que sus súbditos.

4 Un tigre derriba a un mercenario británico de la Compañía de las Indias Orientales. Figura de porcelana, fabricada para el marajá de Jaipur.Figuras temporales en AfganistánAfganistán es un ente inusual, también yo tuve que aprender de qué se trata, dijo el experto en seguridad Egon Bahr, que ya en las Navidades de 1979 se había ocupado de Afganistán20.A nivel geológico, este «techo del mundo» (denominación por la que compite con la meseta alta del Tíbet) es un acontecimiento lento. Me explicaron que en esa zona van confluyendo el Gran Pamir desde el noroeste, el Hindu Kush desde el este y desde el sur, bajo los sedimentos del Océano Índico, la placa de Beluchistán: un terremoto ralentizado con una duración de 10 000 años.Lo menciono a menudo cuando me preguntan los oficiales del Estado Mayor, para describir la nerviosa confrontación de fuerzas políticas en Kirguistán, Cachemira, el noroeste de Pakistán y Afganistán, la cámara rápida política, por así decirlo. Aquí se trata de meses y días.Al mismo tiempo, me da la tabarra el ministro de Minería en Kabul, hombre de confianza de Karzai: en el subsuelo del país se han descubierto yacimientos minerales, en concreto cobre, cobalto, mineral de hierro y posiblemente oro. Si no hubiera guerra en la superficie, podrían explotarse esos recursos. Me gusta citar este punto en mis conversaciones con jefes de clan en la frontera noroccidental de Pakistán. Aquí se brinda la posibilidad objetiva de alimentar al país no con opio, sino con exportaciones de materias primas. Queda tan lejos la época en que los berlineses cantaban aquella tonadilla: «Afganistá, Afganistá, a ti pringao que más te da!». Eso fue con motivo de la visita del rey Amanulá al presidente del Reich alemán. Una foto de Erich Salomon dio la vuelta al mundo. Se veía una ventana iluminada en la residencia oficial de Hindenburg, y detrás, eso decía el pie de foto, estaba el rey de invitado.Mucho más tarde, tenemos las declaraciones del presidente bávaro Franz Josef Strauß sobre el eje de crisis Kabul-Nairobi-Ciudad del Cabo. Entonces nos burlábamos, continuó Egon Bahr, porque no hacía falta más que llamar a una agencia de viajes para comprobar que no había conexión ferroviaria, marina o aérea entre los tres sitios, que no había contactos de ningún tipo. Esto último lo sabíamos por nuestros servicios secretos. Era la época en que en Sudáfrica regía el apartheid, en Rodesia del Sur la dictadura del piloto de combate Smith. Tan lejos de nosotros como la Edad de Piedra. ¿Cómo se le ocurrió a Franz Josef Strauß lo de Kabul? Al producirse la invasión rusa, que supuso un momento peligroso, según Bahr, porque esos días le acababan de amputar un muslo al Mariscal Tito, con lo que amenazaba con desestabilizarse Yugoslavia, en Asuntos Exteriores no teníamos más que un único experto que se ocupase de Afganistán. En la Conferencia de Seguridad de Múnich, en que participó Egon Bahr, se trató la perspectiva de cuántos años después de una hipotética retirada de las tropas de combate estadounidenses cabía prever una consolidación del país. Qué significa consolidación, fue la pregunta. En todo caso, dijo Bahr, se trata de una figura temporal que no puede compararse con la biografía de un individuo. El sabio político de seguridad, imprescindible en su riqueza de experiencias, tenía en esos momentos 88 años. Se movía con presteza.

5 Masud probando un arma.

6 Tropas afganas antitalibán en 2002. ¿Dónde están ahora?

7 Al sur de Marib en Afganistán. El «valle de los secuestradores».El carácter destructivo es joven y alegre¿En qué consiste lo que llama usted un «carácter destructivo»? La pregunta se dirigía a un abogado de Nueva York que representaba a la oficina del Inspector General en el Pentágono aquí, entre las tropas estadounidenses en Afganistán.Es una novedad cada vez menos explicable en lo psicológico. Un nuevo tipo humano. La agresividad humana se dirige por su origen a una contraparte, a un objeto. Pero hay personas que son capaces de dirigir esa agresividad contra sí mismas sin que esto les genere un malestar, y sí un «segundo» afán de ataque que puede desplegar de forma «inespecífica», igual que uno saca un billete de la cartera, en cualquier momento y con frialdad, en cualquier lugar del mundo. Una «agresividad acumulativa», por así decir.¿Lo que contradice su propia naturaleza?En la naturaleza biológica no se da.¿Podría decirse que se trata de un «defecto»? En torno a 1912, un psicoanalista vienés habría fijado innumerables sesiones para tratar a un paciente así, aun dudando de toda posibilidad de curación. ¿Es la novedad una característica moderna?No es que salga a la luz un nuevo carácter, sino que nuestra selección del personal directivo hace que este carácter se encuentre más a menudo en los puestos de mando.¿Dice usted que estos muchachos disfrutan su agresividad porque la pueden ejercer en un ámbito en que no tienen nada que temer?Han mandado al desierto sus miedos y enseñan a temer a otros.¿Los muchachos disfrutan entrar en acción de forma abstracta?Exactamente.¿Son crueles?En caso de necesidad.¿Porque tienen experiencia consigo mismos de cómo acabar una guerra civil interna?¡Yo qué sé lo que pasa por sus cabezas!¿Se multiplican por naturaleza?Solo gracias a nuestra selección.¿Y cómo es que este carácter, según dice, se distingue por la alegría?Está relajado. Siempre entendimos mal al hombre violento. Yo antes lo describía como hipócrita, acostumbrado a estar sentado ante su escritorio, como «mezquino».¿Error total?Es un muchacho satisfecho. Ha llegado «más allá de su persona», actúa por así decir en tierra colonial en lo afectivo, un aventurero de sí mismo. ¿Por qué iba a ser hipócrita? Ha superado la época del autotormento, se ha liberado.¿Se ha liberado de sí mismo?De sí mismo como era.¿Y vive en el futuro?Eso tampoco, sino indiferente al tiempo y al lugar. Es eficiente en cualquier momento.¿Huido de la cárcel de su alma?Vuelto puro cuerpo.¿Se conocen efectos secundarios?Aún no tenemos la suficiente experiencia con el nuevo carácter.Si recuerda su infancia, los sucesos que han generado su carácter, ¿se derrumba?No. El sistema al que pertenece (la red de los colegas) lo sostiene.¿Y si se encuentra con una persona de agresividad normal?Se produce una desgracia.¿Para el que se encuentra con el «nuevo hombre»?Casi siempre.Los que manejaban los hilos aquí, a diez zonas horarias de distancia del cuartel general en Tampa, eran jóvenes. Necesitaban alegría para soportar el calor infernal. Aún peor era que se daban cuenta de la inutilidad de su tarea y debían soportarlo. Se movían, como se decía, en un entorno de «conflictos congelados». Si se toca uno de esos conflictos (puede tener el aspecto de una muchedumbre, de un barrio residencial), desencadena fuerzas imprevisibles. Solo cabía afrontarlo con entusiasmo juvenil y, por otra parte, con alegría. Encerraba carácter destructivo.El escenario bélico en Afganistán era un caso de «nueva complejidad» (Habermas). La misión de la tropa había cambiado varias veces (eliminar escondrijos de Al Qaeda, expulsar a los talibanes por su fundamentalismo, poner freno a la producción de opio, nationbuilding21, adoptar el método de pacificación desarrollado en Irak, aislar los centros de resistencia en la zona de Helmand, pacificar la zona fronteriza entre la frontera noroccidental de Pakistán y Afganistán). Primero se desarrollaron con ese fin las brigadas de choque. Según el hombre de la oficina del Inspector General, ahora resultaba que hacía falta un nuevo tipo humano, y no solo para una mejor organización militar.En el vientre de monstruos futurosNo tengo ni los ojos azules ni el pelo rojo. Mi piel es amarillenta y no rosácea. Faltan también las pecas. Pero tengo antepasados irlandeses. Mi dotación genética se mezcla con tatarabuelos noruegos, italianos, de la Galitzia. Pero mediante un estudio de mi adn y la comparación con el que se aisló en los huesos del rey prehistórico Niall en Irlanda, hace poco se demostró que estoy emparentado con esa casa real a través de un único antepasado. Estoy orgulloso de ello. Tengo intención de transmitir mis cualidades heredadas a generaciones de mi raza particular, como un buen administrador de una finca. Pero esa supervivencia duradera exige (como antes la lealtad a un exitoso jefe de la tribu) que entre los entornos a los que se sirve se elija el que tiene mayores posibilidades de sobrevivir. Sería un error fatal querer garantizar la pervivencia del clan a través de la distinción racial.Más bien nos apegamos como leales seguidores a aquellas instituciones que en cierto modo prometen tener una vida eterna. Antes eran los bomberos y la policía de Chicago. Hoy son empresas multinacionalmente asentadas como la firma N. Inc., a la que sirvo como guardia de seguridad.Velo con riesgo de mi vida por la seguridad de mi empresa; esta garantiza que mis hijos y mis nietos, que por supuesto se pondrán al servicio de la firma N. Inc., transmitirán sus genes en el futuro a la «sombra de la prosperidad industrial eternamente joven». No solo soy especialista en seguridad (lo que llena mis noches), sino que de día trabajo como profesor de sociología en una universidad popular.¿Y cuándo duerme?Son tiempos demasiado valiosos para dormir.En serio. Una persona necesita dormir un determinado número de horas. Se muere si no duerme.Con entrenamiento adecuado, bastan tres horas de sueño.¿Las cumple de día?En los límites entre el día y la noche.Mi especialidad es el Leviatán. ¿Qué es eso? Se trata de un libro que describe la composición del poder. El poder es un animal flotante en cuya espalda se asienta la humanidad. A partir de parcelas y unas pocas ciudades y pueblos surge, en cuanto se suman líneas ferroviarias, venta por correo y una constitución, una potencia mundial como Estados Unidos. De forma parecida, a partir de fincas y de su extensión surgieron en Europa los Estados territoriales.Entidades en gran parte crueles. Hacen la guerra. Para entenderse, no conocen más que el estrecho pasillo del derecho internacional, que no respetan.Y hoy pierden esa autoridad que antiguamente tuvieron.Según la visión de este sociólogo y portador de genes, en el entorno de las multinacionales (y de sus secciones de seguridad) se va configurando, más drástica que el surgimiento del Estado, una nueva forma del poder.¿Más fuerte que la República Popular China?No se trata de una república.¿De un superestado?Necesitamos para él un término distinto a «Estado». Su organización es privada, pero interviene en todos los ámbitos comunes de las personas y las cosas. En este sentido es una «nueva esfera pública».¿Sin constitución?Con una constitución empresarial.Que vale en todas partes y en ninguna.Tras las primeras grandes crisis habrá una constitución, sin duda.¿Con derechos humanos?Quizá solo con una orientación objetiva.El portador de genes irlandeses no veía negativo un futuro así. Está fuera de lugar, afirmaba, hablar de evolución errónea cuando se es pasajero de esa evolución. ¿Desde qué perspectiva pretende calificar de «error» o «equivocación» que las personas pierdan derechos, mientras el Leviatán las lleva a su espalda con eficiencia a través de aguas peligrosas?¿En el vientre de la ballena no puede uno equivocarse?En principio, da igual si se equivoca o no, mientras siga en el vientre de la ballena.¿Y usted espera conservar especialmente bien las parcas muestras de adn que tiene en común con el rey de los irlandeses mediante la lealtad a esas instituciones futuras, que no se parecen ni al imperio romano ni a Estados Unidos?Merece la pena.¿Los genes guían su respeto en esa dirección?Lo siento claramente.¿Qué habrá a la cabeza de esas nuevas y poderosas entidades? ¿Un presidente? ¿Un consejo de administración?Quizá una máquina.¿Igual que el máximo representante de la mayor empresa mundial ha de someterse al examen anual de un electrocardiograma?Mucho más complejo.¿Un oráculo?Más o menos.La política de los dientesEn la revolución cámbrica se formaron los huesos y, fijados en las mandíbulas, los dientes, de modo que unos seres vivos pudieron alimentarse de otros, atacantes privilegiados, predadores. Desde entonces, se enfrentan las armas defensivas y ofensivas.Economía espectral y efectivaMarx, que murió en 1883, aún pudo asistir al ascenso de la «política social científica» en las universidades alemanas. Era la respuesta a la gran depresión, que duró hasta los años noventa. Marx estaba ocupado en la edición de sus escritos, involucrado también en tareas organizativas y en reuniones, redactando convocatorias de la Primera Internacional. Ya no era un investigador libre como antaño, en París.Pero seguía de cerca las operaciones en los mercados. Al amparo de la bonanza en Alemania, en 1873 se había formado una burbuja inmobiliaria en el mercado de valores de Viena. Tras la quiebra del Banco de Budapest, el pánico asaltó a la Bolsa de Viena. Hasta acciones buenas se depreciaron en el curso de pocos días en un 90 por ciento (la aristocracia perdió sus haberes en efectivo).Aún más que el fiasco vienés, a Marx le impresionó el hundimiento del banco neoyorquino Jay Cooke & Co. el 18 de septiembre de 1873. Había agotado sus reservas en 1865, al ayudar al Gobierno a financiar la guerra contra el Sur. Tomó parte en la especulación por la Northern Pacific Railway. Para mantener atractiva la salida a bolsa, se habían calculado a la baja los costes, como en casi todos los grandes proyectos. Ahora explotaron. La cotización cayó en picado. La Bolsa de Nueva York fue cerrada. En Berlín, el hundimiento comenzó al declararse en quiebra el Vereinsbank de Quistorp. De las 900 sociedades anónimas fundadas después de 1870, en 1873 estaban en suspensión de pagos 700.¿Por qué Marx no escribió sobre ello?Se dedicó a observarlo.Habría podido tener éxito periodístico de haber explicado el derrumbe con su agudeza.Ni el boom ni la depresión subsiguiente le parecían algo real. Eso son sueños de la economía, decía, yo no soy intérprete de sueños.¿Qué era lo que le interesaba realmente?La producción. Eso es «lo trascendente».Quien con tanta seguridad (y fidelidad al maestro) se expresaba, Henning Tacke, residía en Magdeburgo: ninguna universidad quería al camarada. Igual que Marx, vivía entre libros en una habitación con cocina incorporada y escribía. En junio de 1989, había adquirido para el partido, en una subasta de Londres, un manuscrito de Marx hasta entonces desconocido. Su ensayo basado en esa fuente, marx y la gran depresión de 1873, fue traducido al inglés y editado en Canadá.¿Escribió Marx algo sobre los proyectos de ferrocarril que llevaban hasta el Pacífico?Ese era el tema de los manuscritos londinenses.¿Que ahora son propiedad de la República Federal?¡Estaría bueno!¿Incautados y escondidos por usted?Puestos a salvo.¿Y la construcción de ferrocarriles en Estados Unidos pertenece para Marx a la producción o a la distribución, si su construcción era más bien un pretexto para negocios bursátiles?Se equivoca. La producción para él no es la red de carriles y la construcción de locomotoras, sino la transformación que tiene lugar en las fuerzas esenciales del hombre, en las cabezas, en cuanto confluyen los carriles del este y el oeste.¿Y eso no le parecen sueños?No, eso es producción. La Bolsa no le interesaba realmente.¿Aunque sabía analizar sus movimientos, y burlarse de ellos, como casi nadie?Tenía cosas más urgentes que hacer que escribir sobre eso.El auditor supremo de la República Popular ChinaLiu Jiayi, PhD, miembro de la Asamblea Popular, se veía «sentado en montañas de cifras que se movían por debajo». Solo puede entenderme, prosiguió, si ha vivido un terremoto y sentido cómo la tierra pierde su estabilidad. ¿O como un terreno pantanoso? Como no tener suelo bajo los pies, respondió el alto funcionario.Es una mala metáfora, replicó el visitante, asimismo un alto miembro del partido, que alguien que es responsable de la auditoría «esté» en alguna parte. A fin de cuentas, no puede poner los pies sobre el preciado bien que administra: los datos y cifras auténticos de la gigantesca comunidad China. ¿Qué «imagen del tirano» sería esa? ¡Pisoteando lo que debería examinarse con cuidado y respeto en el ordenador o como montaña de papeles!De vez en cuando, Liu Jiayi se entretenía haciendo que uno de sus expertos presentara una ponencia sobre historia de las cifras y obras de contabilidad chinas en el siglo xviii. Eran trabajos de gobernantes anteriores, resúmenes de grata lectura sobre sumas y saldos. Pasaban por antigüedades. Rarezas no menos valiosas eran las cuentas de las compañías y regimientos del Ejército Rojo, así como las primeras inspecciones de obreros y campesinos, por ejemplo, de la primavera de 1949. A ellas estaba dedicada un museo propio en la sede de la autoridad auditora central.También en la actualidad había ejemplos aislados de contabilidad manual en ciertos ámbitos (de los que conforman la aglomeración China). El auditor supremo se enternecía cuando daba con alguno de esos casos. A esos restos de la tradición se les habían superpuesto entretanto profundos sedimentos de intercambio económico que el boom dejaba y acumulaba una y otra vez. Solo podía estimarse sin desglosarlos, porque las cifras se guiaban por estándares y normas diferentes. Una auditoría examina actuaciones que quedan cinco o más años atrás. La misma autoridad da su voto sobre la rentabilidad y el ahorro de proyectos que se extienden hasta diez años en el futuro. El único método realista ahí es el muestreo aleatorio. Al auditor supremo le horrorizaba pensar en la cantidad de cifras que quedaban fuera de la revisión. Por el extenso terreno sin revisar podrían moverse monstruos; aunque si fueran dragones, también podría haber entre ellos dragones de la suerte. Liu Jiayi lo descartaba, pues ¿cómo iban a dar resultados felices unas estructuras confusas, generadas por la casualidad y la ambición local y seguramente corruptas, igual que en 1949, en las rutas de huida del Kuomintang vencido, se hallaron tesoros interesantes? Todo ello caía dentro de la categoría «tino», que en los informes de la auditoría para la dirección del Partido y del Estado era el eufemismo para el principio de inspección. Mejor hablar de categoría «color de rosa», prosiguió Jiayi la conversación con el visitante. Nuestras cuentas no están basadas en la experiencia. Por eso hubo un superdosier confidencial en el que la Oficina trabajó con fragmentos de realidad económica y cifras reales, en cierto modo un sismógrafo que le servía a la dirección del partido y había sido elaborado sin tener en cuenta las inservibles instrucciones oficiales para auditorías. Ese dosier fue muy controvertido. Como nadie sabía lo que había examinado y lo que «sabía» esa inquisición secreta, nadie se atrevió a atacarlo abiertamente. Al mismo tiempo, se produjeron intentos de torpedear el instrumento o de eliminarlo del todo.En los datos quedaban sin reproducir, grosso modo, las zonas económicas del sur y el cuento de Shanghái. Lo mismo que las deudas de las administraciones locales. Eso incluía al cinturón industrial del noroeste, prácticamente insolvente. Si los interesados hubiesen sido capaces de ponerse de acuerdo, habrían barrido a la auditoría central. Se trataba de lidiar cortésmente con los bandos de las deudas. Cajas negras camufladas, déficits fuera de presupuesto y corrupción en el sur desarrollado; un aluvión de datos. Del oeste y el noroeste en cambio no había apenas cuentas tangibles, con lo que el truco de los endeudados o corruptos consistía en aportar solícitamente datos contrastables. Las cifras del Ejército Popular y de la Marina eran tabú. Liu Jiayi alcanzó a reunirse para almorzar con los interventores financieros internos de las Fuerzas Armadas y pudo acordar con ellos una cifra final de gastos e ingresos anotada en un papel.¿Hay un fenómeno físico por el que una ciénaga pueda ser firme como una roca y fugaz como una nube? El visitante de Liu Jiayi, de profesión catedrático de física, apuntó que el núcleo de la tierra presenta unas características de ese tipo. En el centro, en medio de la tierra (y también a China se la denomina el Reino del Medio), el hierro está sometido a una presión tan fuerte que se vuelve extremadamente caliente y aparece así más bien líquido que sólido. Rodeado de anchos ríos de hierro fundido, contribuye de forma desigual a la rotación de la tierra (y resulta tan cenagoso o movedizo como el lodo y tan poco firme como el suelo durante un terremoto). El núcleo de la tierra se funde por lo demás de un lado y se extiende por el opuesto, entretanto ha perdido su forma esférica. Todo eso son metáforas geológicas, que no resultan aplicables al cuerpo de China, aunque este fuera equivalente al del planeta tierra, replicó el visitante. ¿Que si existe un fenómeno físico que determine los estados de agregación del agua (en la que nadan los guerrilleros) de otro modo que como sólido (hielo), líquido (agua), gaseoso (aire)? Es lo que he tratado de explicarle. Ciénaga o corrupción no son estados físicos, y si busca condiciones monstruosas como en el núcleo de la tierra, estas no forman una ciénaga.El robo parte de autoridades locales que se alían con especuladores y necesitan los terrenos en los que viven los ciudadanos para sus grandes obras. Esa era, junto a la nueva falta de transparencia, la segunda pesadilla que acechaba al auditor supremo. Los contratos de arrendamiento, decía, son rescindidos con algún pretexto. Pero la gente hace tiempo que se ha ganado, mediante su permanencia en y su trabajo del terreno arrendado (del que se dice que es propiedad del pueblo) una propiedad subjetiva. Aumentan los casos en los que ciudadanos de nuestra república defienden con su vida sus terrenos o sus casas. Una mujer que defendía de cuerpo presente el segundo piso de su casa destinada al derribo, por así decir con su tesón irreductible, fue atrapada por la pala de una excavadora y resultó aplastada contra el suelo. Eso perturba, confirmó el visitante. Hay que reasentar a los vecinos si quiere pacificarse el foco de conflicto. El físico no solo era un compañero de lucha de Jiayi, sino también ministro de Obras Públicas. El círculo de los fiables, que formaba una fracción tácita en el Partido, no era numeroso, con lo que se corría el riesgo de acumular cargos.En las veinticuatro horas del día, de las que junto a las de limpieza y breve sueño deben descontarse también las dedicadas a saludos breves, subir escaleras o ascensores, apretar botones, vestirse y desvestirse, y otras decrecencias bajo la etiqueta «vida», el ministro central (e igualmente la conciencia nacional de las cifras, el auditor supremo) solo llega a percibir de forma directa una porción de lo que ocurre en el país, y decide mucho menos. Casi como una estatua, el político ha de presidir sobre lo justo y lo injusto y esperar a que le llegue su castigo.Somos el ojo del Congreso de Estados UnidosSomos en cierto modo como los escribas de los soberanos de la antigüedad: auditores del Senado ya en la tercera generación. Los interventores ostentamos el único derecho activo del Congreso. Sería exagerado decir que servimos al pueblo, pero sí que somos lictores de la élite de un senado, ayudantes de los presidentes de comisiones, y ni siquiera nuestros jefes se atreverían a mostrar abiertamente ante nosotros su lado corrupto. Ejercemos autoridad en dos direcciones: hacia arriba con quienes nos contratan y hacia fuera frente al mundo.Cuando digo «fuera», es como mirar desde la ventana de una cárcel a unas pocas hierbas y el comienzo de un jardín que no se ve. Esto se debe a que miro desde las ventanas del sótano en la Casa Blanca, un espacio en el que antes se apilaban herramientas de jardín. Así que la vista sustancial no se da a través de esas claraboyas, sino mirando al ordenador y a las actas. Pero esos vistazos me muestran el engranaje más hondo del país. ¡A nivel de costes se puede analizar de forma concluyente un sistema político!Ahora nuestra sección —la forman dieciséis especialistas, y en total hay ochentaiséis secciones como esta— ha conseguido abrir una brecha en las prácticas del Pentágono. Hoy presentamos ante el comité del Senado nuestro informe sobre la violencia de alquiler, la labor de las empresas de seguridad privadas que dejaron sus huellas en Irak y Afganistán. Están a sueldo nuestro y luego venden sus armas. Combaten entre sí —a costa del contribuyente de Estados Unidos. Hace poco atacaron a tropas de la isaf.¿No teme la venganza de los implicados cuando escribe esos informes? Usted tiene familia, que vive desprotegida en un suburbio de Washington. Aquellos cuyas maquinaciones desvela están armados y no se andan con chiquitas.Le respondo: no tenemos miedo mientras estemos al servicio del Congreso. Y entiendo que nuestros enemigos son inteligentes. Saben que, si me matan, otro ocupa en seguida mi puesto. Si me chantajearan, saben que dimitiría de mi cargo y haría público el chantaje. De modo que trabajo, como decía, en tercera generación. Lo que hago lo ven mi padre, que era interventor, y mi abuelo, que alcanzó el rango de general auditor. Gente como nosotros lleva «todas las heridas en el pecho».Las ganancias y pérdidas de la traducción en la políticaEn la presidencia, paritariamente compuesta por miembros alemanes y franceses, de una gran empresa de construcción aeronáutica fue necesario un control fino entre los jefes. No cabía solventarlo con cordialidad y una excursión común con las esposas. Había que acordar con toda exactitud en el momento de su emisión las comunicaciones destinadas a la dirección de la empresa, y al final del día había que recogerlas y resumirlas. Al alemán se le había asignado un asistente francoparlante, al francés uno germanoparlante. La lengua informal era el inglés. Los asistentes, sin embargo, debían escuchar y repasar todos los textos como apuntadores, ya que, en cualquiera de las tres lenguas, el inglés, el francés y el alemán, podían contener algún matiz distinto. Habría sido mejor si los caballeros hubiesen hablado a través de intérpretes. Lo que hicieron fue improvisar hasta donde alcanzaban sus conocimientos lingüísticos. El punto de ruptura se escondía entre millones de fragmentos que se acumulaban en las discusiones de los jefes. Los déficits de comprensión iban por separado, el desacuerdo en la dirección se daba junto.En otro caso en que dos traductoras formadas en Cuba mediaban entre Chávez y Putin, las frases inicialmente poco inspiradas del presidente ruso y las respuestas mal preparadas del venezolano, consideraciones estrechas de miras, cobraron un brillo entrañable que conmovió a los políticos. Traducían las palabras de Chávez insertando refranes rusos que retrotrajeron a Putin, cansado tras el largo viaje, a su infancia en San Petersburgo y evocaron en él al niño de seis años; las siete cestas preparadas por los técnicos de las dos partes (cada cesta contiene un área de los problemas conflictivos) fueron clasificadas así con un «espíritu de compromiso personal». «Las buenas al tazón, las malas al montón»22. Ese día, nada les pareció insoluble a las dos partes. Se debió a una traducción tal como la enseñó durante un tiempo un docente del Instituto Ruso en la Universidad de La Habana («traducción empática»). Las dos traductoras habían obrado «por libre», pero tratando de no alterar el núcleo de la información. De ahí que los colaboradores de los dos políticos toleraran el desacostumbrado estilo de negociación de ambas bellezas; la una especialista para español-ruso, la otra para ruso-español.¿Habrían podido intercambiarse ambas, y traducir igualmente en sentido inverso?Lo descarto del todo. Eran especialistas. Se habrían negado a improvisar.¿Cómo surgió esa «escuela especial» de traducción en Cuba?El área de formación de traductores se inició en una escuela para agentes. Solo que allí no se habría permitido el método de mejorar los mensajes.¿Cómo se explica que a pesar de ello ambas emplearan ese método?Siempre aprendemos de lo contrario a lo que se proponía la enseñanza.Política del registroLa noche del 28 al 29 de diciembre de 1942 Kurt Zeitzler, Jefe de Estado Mayor del Ejército, logró arrancarle a Hitler en una conversación a solas el permiso para retirar del Cáucaso al Grupo de Ejércitos A, que libraba una lucha ya perdida. El dictador no había querido admitirlo hasta entonces por razones estratégicas. «¡Se pierde todo el sentido de la ofensiva de verano y de la guerra!» Reconocía lo desesperado de la situación en lo operativo y en lo táctico, pero como comandante en jefe siempre encontraba alguna excusa para esperar al menos unos días. No quería decirle a nadie que la guerra estaba perdida.Lo decisivo fue que Zeitzler hallara un registro con que infiltrarse en el pensamiento nocturno y sombrío del Führer. Se trató casi de un flujo común de sensaciones, hechos, dudas y giros de pensamiento semirresolutivos (al final ya no cabía distinguir, entre esos brotes de ideas en el discurso, las aportaciones de uno y otro), a fin de que el dictador se pronunciara por sí mismo, para que en cierto modo le dictara al ayudante el resultado irrefutable. Como en sueños, Hitler aprobó la retirada del Grupo de Ejércitos. Al día siguiente, Zeitzler ya pudo confrontarlo con su concesión.Entre ambos «compañeros en la crisis» se había establecido un registro que también cabe leer en las notas estenográficas de Heinrich Berger referidas a la salida del 6º Ejército del cerco de Stalingrado. Constituían los inicios de una pauta que solo podía tener éxito de noche, y no en el análisis de la situación frente al gran mapa a escala de 1:300 000, o sea ante testigos. Con el equipo en pleno, el dictador debía mostrarse a la vez como hombre pensante y como actor.La influencia auditiva, igual que el Espíritu Santo le recita al monje las Sagradas Escrituras a través del oído y como paloma, no funcionó mucho tiempo. El dictador se dio cuenta de que lo «ninguneaban». Por la mañana, apenas reconocía su resolución nocturna. De ningún modo estaba dispuesto, en su eminente rango como monopolista político de todas las decisiones, a reaccionar como un hombre o como le dictara su naturaleza. Prefería adoptar la forma de un bloque errático noruego, que la Edad de Hielo, por así decirlo, ya le había llevado a su cargo de responsabilidad. Para él no se trataba de si en una situación obviamente desesperada (pero de la que solo podía hablar consigo mismo) las decisiones eran «correctas» o «erróneas». Porque no hay «nada correcto en lo erróneo». Y así, en una fase de noticias negativas que lo anegan todo, las decisiones se convierten en un bien escaso.Ahí es donde reconocía al ser humano en Hitler, decía Kurt Zeitzler: en cómo a las noticias descorazonantes reaccionaba siempre con la negación. Es lo que hacen los humanos, mientras que de manera inhumana se les prohíbe a los soldados. Se avergüenza un tanto, proseguía Zeitzler, de sumar otra aportación a los muchos recuerdos de «¿Cómo era realmente Hitler?». Pero tenía que comunicar sus impresiones. Ante testigos Hitler siempre fue un actor del führer, estrictamente disciplinado y «duro como una roca». Al fondo del escenario, en la oscuridad de la noche, iluminado solo por una lámpara íntima de pergamino, no es que se volviera ni mucho menos sentimental o humano, sino que ya no era capaz de fijar el límite entre sí mismo y los demás. Compartía involuntariamente con otro lo que se guardaba para sí. Era, según Zeitzler, una cuestión de registros.Tensión de los nervios del estómago, visible en la actividad labial de Speer y Hitler durante una inspección de armasEn la boca del Ministro de Armamento Speer y también en la del Führer había una tensión que delataba que desde primera hora no se había servido ni una sopa. La inspección de armas, en este caso una mejora del cañón antitanque de 7,5 cm, duraba desde hacía horas. El régimen era el de los especialistas, artífices de ese nuevo desarrollo. Y eran despiadados.Una cazuela de guisantes o un muslo de pollo habrían suscitado más aprobación del ministro y el canciller que el disparo de 88 proyectiles contados, que alcanzaron en su totalidad los objetivos mejor de lo previsto en la estadística de los cañones previos. Dos ayudantes, uno de la Luftwaffe y otro de la Marina, que no eran competentes, convinieron en que hubiese sido mejor para el curso de la guerra reforzar el estado físico de los dirigentes con un refrigerio que empeñarse en demostrar como ingenieros cuánto se había mejorado en 14 meses.Los líderes del Tercer Reich eran tendencialmente dispépticos. La guerra se perdió, según una afirmación del Dr. Karl Brandt, por la falta de consideración hacia el estado físico de los líderes. A las 5 de la mañana, sin haber descargado el intestino, no se pueden tomar decisiones eficaces, es lo que le ocurrió al Mariscal de Campo von Rundstedt en las horas de la invasión. Tampoco se puede, cuando fuerzas ajenas establecen el timing, hacer propio el entusiasmo de los ingenieros y revestirlo de palabras vigorizantes si entre el desayuno y el almuerzo se extiende un lapso de tiempo desmedido.¿Quién controla entonces las coyunturas de la guerra? ¿Quién establece la desmesura de los tiempos?Ningún individuo. Nadie que lo planee. Son serviciales secretarias y planificadores a ambos lados de la agenda quienes les marcan los tiempos a los grandes.Pero estos podrían cambiar la agenda en cualquier momento.¡Si tuvieran tiempo!El síndrome de BerchtesgadenEl canciller Adolf Hitler aglutinó sucesivamente, ya desde su investidura, pero más aún tras la muerte de Hindenburg y la crisis del invierno de 1941, el monopolio de decisiones estatales en su entorno más próximo. Era un bancarrotista del tiempo. Y es que la misma persona que tomaba decisiones también tenía que comer, dormir por la mañana, estrechar manos, ir de aquí para allá, visitar el baño. Tendía asimismo a explayarse en relatos sin importancia que lo relajaban. En el otoño de 1942 concentró en su persona el mando sur del frente oriental hasta para las divisiones y compañías específicas. Tras haber acaparado así todas las competencias, se retiró a su domicilio en Berchtesgaden en busca de un par de días de descanso, inaccesible a preguntas o noticias. Desde entonces, el arte de gobernar llama a la acumulación de todo el poder en una sola mano, unida a la partida posterior, el síndrome de berchtesgaden.Había que cosechar victorias cada tardeEn el año 1910, un reputado ministro de la República Francesa de cuya homosexualidad todos estaban convencidos dimitió de su cargo por sorpresa. A los 83 años se había enamorado de un aprendiz de cerrajero normando de 19 y lo había acogido en su casa. Antes de que pudiera extenderse el rumor, había dimitido de sus cargos, lo que se consideraba honorable.En un salón parecido al de Madame Verdurin en la novela En busca del tiempo perdido se le preguntó a Marcel Proust sobre el asunto. El ministro había conservado el rango de coronel en la reserva de un regimiento de caballería, renunciando en cambio a todos sus cargos civiles. ¿A qué recuerda más su actitud, fue preguntado Proust, a la del viejo imbécil conmovido en su hoguera de San Juan o al gesto de Sócrates al abrazar públicamente al joven Alcibíades?Marcel Proust se dio perfecta cuenta de que al interrogador no le interesaba la respuesta, sino escenificar su ladina pregunta. Proust se mostró «prusiano». Tratándose de una amada menor de edad, por ejemplo, de una normanda angelical de 13 años que lo hubiese vuelto loco y no lograra quitarse de la cabeza, la dimisión del ministro sería el paso correcto, entre otras cosas porque necesitaría tiempo para conservar a una criatura tan joven y, a ser posible, disponer su carrera futura. Pero en ese caso podría conservar el rango de oficial, porque ya se ha visto a menudo que un mando en campaña lleve consigo a una muchacha menor de edad. En cambio, el afecto por el obrero de 19 años sería —por lo que toca a la edad— menos censurable, pero tanto más «inaceptable» para su posición social. Debe permanecer estrictamente en secreto. No debería haber sido hecho público por la dimisión del ministro. Al mismo tiempo vuelve particularmente «insostenible» el rango militar. Al hombre podrían retarlo a duelo en cualquier momento, solo con que alguien afirmara lo que el ministro mismo había admitido. Su honor quedaría siempre mancillado y solo podría limpiarse con sangre. Ahora, en aquel salón, Proust había eclipsado la pregunta intrigante del redactor del Figaro, que sabía de sus inclinaciones homoeróticas. Había que cosechar victorias cada tarde.Después de la victoriaEn nuestro grupo de trabajo, cedido por el servicio secreto de la República Popular de Polonia a la República Popular de Vietnam, nos decepcionó que a la impresionante victoria del verano con la toma de Saigón le siguiera una fase de posguerra en la que sucedió muy poco. Retorno de los combatientes a colectivos civiles, reparación de daños en los edificios y en los campos de arroz. Los polacos habíamos perdido a seis de los nuestros. La república hermana a cientos de miles. Y ahora se hacían cargo los administradores. Nuestros expertos en explosivos fueron repatriados. Svatoslav Lemke con una sola mano, la otra reventada. Esperábamos como relevo a seis economistas. Las cuentas de la República Popular, separada aún en Vietnam del Norte y del Sur, estuvieron listas a fin de año.Estación de LehrteLa zona de la nueva Estación Central de Berlín es reflejo de un estado político. Así lo veía el periodista Pierre Ledoux de Le Monde, que visitaba Berlín. Hay que imaginarse la periferia de hoteles, calles comerciales, restaurantes que normalmente rodean una estación. A esta le falta también la función que establecía el plan, la gran conexión norte-sur y el tráfico oeste-este: las líneas Estocolmo, Berlín, Praga, Viena, Budapest, Estambul están tan subdesarrolladas, según Ledoux, como la línea Pekín, Moscú, Varsovia, Riga, París, Madrid.Para ir desde los búnkeres de los diputados hasta la Estación Central resulta excesivo pedir un taxi o un coche oficial, pero el camino a pie es largo y monótono. El Reichstag, las oficinas de los diputados y la cancillería solo tienen de vecinos el edificio antiguo de la embajada suiza, el campanario del Tiergarten y la Casa de las Culturas del Mundo. No se planeó una conexión con bibliotecas, con espacios de encuentro informal ni ministerios. La calle representativa se halla solo más allá de la Puerta de Brandemburgo.Una zona totalmente abandonada por las manifestacionesComo bloques errantes se alzan una estación de tren, silos de aparcamientos, hoteles y un complejo aeroportuario sin entradas reconocibles, como una red vial en el paisaje previo. Es la tercera naturaleza.La tercera pista de despegue se construyó sin que tuvieran lugar manifestaciones, se planea la cuarta. El gobierno regional aprovecha la falta de atención que suscita estos años el aeropuerto. Las manifestaciones contra la pista de despegue oeste partieron de una zona boscosa. Entonces los combatientes y la policía encontraron sus sitios. Hoy costaría hallar un lugar similarmente adecuado del que pudiesen partir manifestaciones contra la ampliación de esta estructura, suponiendo que hubiese manifestantes. La atención pública ha emigrado en modo depresivo.Adam Smith y Ricardo hablan de la sociedad industrial como de una segunda naturaleza. Con ella contrasta, como una nave espacial lista para despegar en la región Rin-Meno, una tercera naturaleza cuya realidad reside en planes, amortizaciones, el valor futuro o un valor de ruina, pero no en los objetos y personas que se mueven por ella. Un caminante no podría orientarse en la tercera naturaleza por los signos de los cielos, que cubre la bruma, y tampoco por rótulos puestos para él. Tendría que introducirse en automóvil, tren o avión en esta red de edificios.«La piel exterior del poder»Una vez que hubo asumido el cargo de ministro, ya no dispuso de atención hacia su cuerpo. Qué comía, cuándo descansaba, qué cantidad de oxígeno había en su respiración, no dependía de sus decisiones. Se le asignaba un asiento en el helicóptero, tras llegar al lugar de encuentro ingería cinco platos de una comida oficial, negociaba hasta la medianoche y lo esperaba ya su avión, que había de transportarlo antes del amanecer a otro continente. ¿A quién le importaba su equilibrio biológico? ¿La relación compensada de sus células? Cualquier rebelión contra el desmesurado programa habría costado un tiempo que no tenía.Así que no prestó atención a los hongos en su intestino que pronto alcanzaron también la boca y el esófago. Notó solo que se le inflamaban los dedos de los pies y la piel se le enrojecía en la entrepierna. Le picaba la piel. Lo tomó por una alergia, que combatió lavándose con jabón. Así no se ejerce ningún poder contra el mundo de los parásitos.Los cuerpos extraños se instalaron en él, seguían su propia política. Más tarde, una vez que se lo explicaron los médicos, tuvo la impresión de que los hongos habían ejercido su influencia como un lobby. Tenía que beber aún más cerveza, añadir un postre al menú, generar estados en sí mismo que les convenían. Si estaba cansado, cedía a esa presión. ¿Habían ocupado ya el cerebro? ¿Anidado del todo? El cuerpo tumbó este programa, tanto el de los parásitos como el de la exigencia profesional. Reaccionó con sarpullidos, no solo bajo la ropa, sino también por la cara. Hacía prácticamente imposible una foto de prensa. No fue el criterio de los médicos, fueron errores profesionales que cometió él los que acabaron con su carrera política. Pero en el fondo fue la inesperada fealdad de su cara, con la que se había defendido el cuerpo.En las tierras de la sostenibilidadSe dice de ella que dispone de energía de Westfalia. Se refieren a la fuerza de los antepasados, que por lo visto pervive en ella. Antes la seguían los hermanos más jóvenes. Al morir la madre, le garantizó a su padre el orden en la casa. Hoy es una autoridad política.Sobre sus delgados hombros recae esta semana la responsabilidad de los siguientes proyectos: la universidad turco-germana en Estambul, iniciativa de una fundación con el compromiso de ayudas del gobierno alemán, debe ser refrendada por el parlamento turco, pero este punto ha sido retirado del orden del día; la tabla dura consiste en que ha de hilvanar el asunto otra vez, antes de que la canciller se reúna con el presidente Erdoğan y pueda darse un conflicto en otro asunto (los institutos germano-turcos). Al margen de ello ha asumido responsabilidades en el órgano supervisor de la Odenwaldschule; la escuela debe recobrar su esencia reformista y salir del devastador foco público en que actualmente se encuentra23. Como presidenta de la Asociación de Universidades Populares, y seguimos hablando de la misma persona, se ocupa del presente y el futuro de la educación de adultos en Alemania, pero también en Europa. En una época que cambia tan rápidamente que en la mitad de su vida a la gente ya no le basta con su formación escolar juvenil, y en que por tanto se impone la éducation permanente, hay que ganarse con presupuestos reducidos a profesores todavía más motivados mediante publicaciones, mediante publicidad interna, mediante actos, mediante organización. En la 68ª hora de su semana laboral, esta mujer viaja por autopista a una reunión final que no podía haber sido fijada más que a esa hora tan tardía. Aprovecha la ocasión para explicarle a su acompañante los equilibrios que harán falta cuando la canciller, con la que ha hablado por teléfono hace tan solo dos horas, se entreviste en la capital turca con el obstinado presidente Erdoğan. Da a entender lo que ella haría por la parte turca si quisiera hacer valer los intereses de este país. Y es que también hay que pensarlo, si se quiere decidir cuál ha de ser la respuesta por nuestra parte.¿De dónde sale tanta agilidad mental? Esa concentración de buena voluntad de la que presta partes a terceros. Esa energía, dice su asistente, no es de este mundo. Tampoco solo del cuerpo o de su alma individual. Es el empuje de familias que aún cultivaban las tierras por sí mismas. Todas son portadoras de esperanza en lo que se refiere a la cosecha de cada año, al relevo generacional. No sé los nombres de los antepasados de mi jefa. Los míos, cuenta el asistente, se llamaban primero Habermeier, luego Viertelmeier, más tarde Sechzehntelmeier24, es decir, sus tierras fueron divididas en la Edad Media. En la penuria trabajaron aún más duro. Algunos emigraron y contribuyeron a fundar América. Son esos muertos los que nos impulsan. En ellos podemos confiar, aunque no los conozcamos en persona.Dentro de la red de favoresLa moneda de cambio en el complejo engranaje de la clase que dirigía la política cultural de la rfa en los años cincuenta eran las buenas acciones. Quien participase en ellas podía contarse entre los responsables que, precisamente por tratar esas acciones como una minucia necesaria, eran tenidos en cuenta en los grandes asuntos. La política cultural fue conversacional hasta entrados los años sesenta. Los funcionarios que no dominaran esa técnica de la vieja sociedad (que había cerrado filas bajo los martillazos del Tercer Reich) eran desdeñados. Un cargo así podía hablar mucho, pero no se le escuchaba. En cambio, un alto funcionario que dispusiera de esa técnica, o sea de un acopio de favores hechos con naturalidad o resultados filantrópicos, era tratado como una persona por encima de cualquier cargo funcionarial.Esa constelación salvó a Wilfried Helm, condenado a cadena perpetua siendo menor de edad, de la atrofia anímica que inevitablemente aqueja a un joven que pase más de diez o quince años en presidios bávaros. De niño, con su hermana pequeña de la mano, había marchado al oeste tras el bombardeo de Dresde en febrero de 1945. Pronto fue la mascota de una compañía estadounidense. La prebenda se le subió a la cabeza, cometió hurtos. Evitó la investigación huyendo a Bruselas. Detenido allí en el entorno del estraperlo, fue transportado a Núremberg en coche por soldados estadounidenses para su enjuiciamiento. Aunque iba esposado, mató al conductor y al copiloto con un arma que se había dejado uno de sus guardianes en el asiento trasero.Condenado a muerte por un tribunal militar estadounidense, salvó la vida gracias a un grupo de abogados que se conocían de los procesos de Núremberg. Cursaron una solicitud de indulto al presidente de Estados Unidos. Señalaron que, según el derecho alemán, los menores de edad no podían ser condenados a muerte; era la diferencia jurídica con el Tercer Reich. Se produjo así la conmutación de pena. La justicia bávara se proponía hacer cumplir la cadena perpetua.Una red de dirigentes unidos por vínculos previos indujo al Dr. Fritz Bauer, fiscal general del estado de Hesse, a disponer el traslado del preso a la cárcel de Butzbach, invocando reglas de competencia referidas al lugar de nacimiento de los difuntos padres de Helm. El nuevo juicio impulsado por los abogados y otros activistas, basado en la legislación alemana de menores, tenía perspectivas en Hesse. Un indulto que condonase el resto de la pena requería exponer el oficio que iba a ejercer el delincuente liberado. Max Horkheimer, el rector de la Universidad Johann Wolfgang Goethe, fue persuadido para contratar al antiguo asesino juvenil como chófer del rectorado. Dentro del sistema de favores y el enfoque en general humano que rodeaba al círculo antifascista de Hesse, Horkheimer no podía negarse al deseo de sus amigos. Al mismo tiempo tampoco era tan desprejuiciado como para descartar una repetición del terrible crimen. Su mente le decía que el joven Helm no iba a repetir ahora, con 21 años, lo que había hecho en su infancia cegado por la pasión. Pero su temperamento percibía un peligro. Así, el legendario intelectual resolvió el problema contratando al joven, pero no volviendo a utilizar el coche del rectorado. De todos modos, no le iban las excursiones. El delincuente indultado, a su vez, hizo el bachillerato gracias al sistema de becas de Hesse, se convirtió en empresario y hoy reside en una mansión de la Elbchaussee en Hamburgo.Todavía de guardiaEl viento de noviembre silba por el paso subterráneo en la estación central de Münster. Los trenes pasan por encima. La anciana lleva dos abrigos, camisas dobles, un jersey. Un horno de convección irradia su puesto. Se halla en medio del paso subterráneo, que alberga comercios.25 Vende libros de bolsillo y periódicos. En los muslos, debido a la orientación del horno, siente demasiado calor y en el cuello, vuelto hacia el paso subterráneo, demasiado frío. Pero ya no se resfría tanto como antes. La fina piel de la frente y la piel de las sienes de la anciana. Rellenar los recibos le cuesta. Pero todavía puede leer los precios en letra pequeña de los libros. Ante ella, sobre la mesa expuesta a las corrientes, Playboy. Cada hora vende dos periódicos y hasta siete libros.Ha vuelto a salir bien…Estaba indignado. Pero también era consciente de cómo se desarrollaría aquello si continuaba hablando. Ella seguía con sus discursos, atacándolo. Luego haría las maletas —y una vez que estuviera en el círculo de sus amigas, su familia, sus consejeros y su amante, que respaldarían su actitud, la habría perdido para siempre.Así que se moderó, le recordó los amargos días en los que estuvo enferma, durante los que se habían mantenido unidos. ¿No habían superado juntos la quiebra de su empresa? ¿Y el nuevo comienzo? ¿No habían guiado a sus dos hijos, entretanto adultos, por todas las escuelas, hijos que ahora faltaban en casa, lo que había contribuido a agudizar la crisis? Le recordó hazañas antiguas, igual que Bonaparte cuando habló a sus granaderos en el invierno de 1814, antes de una de sus últimas batallas, e invocó la ayuda del pasado en ese momento de desesperación.Fue más el cambio de tono en su voz que el contenido de sus palabras lo que al final logró que salieran a comer juntos. La agudeza del conflicto, aún tan reciente, ¿no se debería también a una hipoglucemia? Ahora ya daba igual. Se habían reconciliado. En este tipo de crisis no hay lecciones de experiencia que valgan para la vez siguiente: ha vuelto a salir bien, se dijo.Un modelo político de los años treinta. Transformabilidad de la funciónLa señorita Runde, niñera profesional, recogía todas las mañanas a los niños de buena familia en Halberstadt y los reunía por turno diario en una de las casas de las que venían, donde los ponía jugar. Por la tarde iba entregando el pelotón por sus casas. Descargaba así a los padres de trabajo.Donde los Roehr, el hijo del director del matadero, el almuerzo era sopa de salchicha. Donde los Klamroth jugábamos en el pabellón, que estaba habilitado como pista de tenis cubierta, pero ahora nos servía de parque infantil; para almorzar había bocadillos de la cocina. Por el Spiegelsbergenweg quedaban las mansiones que más adelante, tras la derrota alemana, serían confiscadas una tras otra por los oficiales estadounidenses, por los británicos y los rusos. En la Kaiserstraße 42, nuestra casa, el cuarto de los niños era demasiado pequeño para la tropa. El comedor y el invernadero se ponían a nuestra disposición. El cambio diario del lugar de juego nivelaba diferencias jerárquicas entre la clase alta de Halberstadt en lo que toca a los niños. La barrera social entre la clase media alta y la clase alta, en cambio, se mantenía intacta en lo que tocaba a los padres. Los Roehr, Kluge, Liesenberg no podían tratar como iguales en privado a los Klamroth si se los encontraban en actos públicos.Todavía hoy, el pelotón de productores de la empresa dctp26 emula al colectivo andante de la señorita Runde. Spiegel tv, Focus tv, Neue Zürcher Zeitung (un periódico que existe desde hace más de 225 años), bbc, Süddeutsche Zeitung, las revistas de cultura se distinguen en su jerarquía. Tampoco hay una sede (como el cuarto común de los niños). Los socios no se distribuyen por distintas casas como la tropa de la señorita Runde. Pero entre todos forman una red sin clases de la calidad informativa que se rebela contra la mera cuota.Pocos años después de que el régimen de la señorita Runde hubiese cumplido su papel, el sistema político-burgués de Halberstadt había reventado. Un chico como Harm Backer, hijo del editor del Halberstädter Zeitung, que como simple miembro del partido nunca habría sido recibido en casa de los Klamroth, pero a base de aceite de hígado de bacalao y de solárium semanal había sido adaptado al tipo ideal nacionalsocialista, era en su calidad de líder de juventudes el jefe de la mejor compañía en Halberstadt.La ciudad alta formaba la bandera 9 del Jungbann27, que incluía Wernigerode y Quedlinburg. Nunca llegó a reunirse íntegra, ni siquiera para las grandes fiestas deportivas. Esto describe al grueso de sus miembros. A veces se veía al líder en algún discurso. También era sabido que el médico del regimiento expedía los certificados para liberarse del servicio en Wernigerode. Por lo demás solo cabía adivinar la formación al completo.La parte baja de la ciudad equipaba la bandera 2. Eran chicos obreros. Su bandera era superior en fuerza muscular a la de los chicos de la ciudad alta (descendientes de médicos, profesores, juristas, directores, artistas). En este sentido, la juventud de la ciudad quedaba dividida en lo sucesivo en dos grupos, igual que la ciudad misma llevaba más de mil años dividida en una parte alta y otra baja.Estas acumulaciones adicionales no las reproduce ninguna organización de medios modernos. Tampoco parecen repetibles en su capacidad de articular oposiciones y posibles vínculos.Los períodos felices son «páginas en blanco de la historia universal»Stefan Aust, fundador del proyecto periodístico Die Woche, que pasó largo tiempo por secreto, señala en una serie de artículos ilustrados que en la escala de los doce años del Tercer Reich (plenitud de acontecimientos, nitidez de contrastes, ascensos y caídas, biografías) los dieciséis años de gobierno de Kohl constituyen un período en que parece ocurrir muy poco. Sí, los años entre 1951 y 2010 podrían verse como toda una época de 59 años en que las familias apenas fueron desgarradas y se exterminaron seres humanos en menor grado. Las épocas así son poco heroicas y en ese sentido favorables a la proliferación de historias vitales. Pero no serían «páginas en blanco», como afirma el filósofo suabo en su fórmula sobre la historia universal.28¿Qué es un gerente del espíritu universal?G. W. F. Hegel califica a César, Napoleón y Alejandro de Macedonia de gerentes del espíritu universal. ¿En qué consiste esa gerencia? preguntaba a cuenta de esa fórmula el escritor Arno Schmidt. César cobró fama como fundador de un cargo, una red de carreteras, un sistema para evitar más guerras civiles. Luego fue asesinado antes de poder completar su gerencia. Napoleón, según Schmidt, emuló la vida de César, su cargo de emperador enlazaba no con el enaltecimiento medieval del título alemán de rey, sino directamente con la tradición antigua que derivaba de César. Napoleón siguió escribiendo en cierto modo a césar como obra de teatro, pero faltaban el tercer y cuarto actos. Mucho más atinada sería la denominación de «gerente» para Alejandro de Macedonia. Se subestima a menudo su labor. Se lo ve como jefe militar y guía en la batalla. Pero entre Issos y Gaugamela, dice Schmidt, pasan tres años. Estos, no las batallas, que por lo general duraron solo unas pocas horas, muestran la verdadera esencia de las acciones de Alejandro. No fue un conquistador, sino un fundador de ciudades. En ese sentido, lo que Hegel llama espíritu universal y se organizaría por la gerencia sería la red de lugares, matrimonios inducidos y documentos consignados, también de féretros de piedra, inscripciones funerarias que no existirían sin la trayectoria de Alejandro. Pero su cualidad más importante residiría en su generosidad, por tanto en algo muy distinto a lo que se suele denominar gerencia. Los reyes persas encerraban los tesoros del mundo en sus arsenales como en una cárcel. En cambio él, el macedonio, sacó a la luz esos tesoros, los regaló al buen tuntún entre su gente y por el mundo y provocó así, según el método del economista Maynard Keynes, un milagro económico de 300 años para la época helenista. Todavía hoy se buscan por el valle de Ferganá sótanos concebidos como almacenes de avituallamiento, las llamadas farmacias de alejandro. Pero mientras los arqueólogos rusos, dice Schmidt, solicitan por escrito medios para financiar su búsqueda, el viento de las Res gestae Alexandri Macedonis sopla en textos muy distintos: por ejemplo, en los caballos blancos de ese valle, que descenderían de caballos griegos. Esos genes no habrían llegado hasta allí, a los pies del Pamir, de no ser por la gerencia del joven conquistador que tanto entusiasmo despertaba.

8 Hegel.

9 A la izquierda Sarkozy, a la derecha la canciller Angela Merkel, en el centro Helge Schneider como taladrador de tablas duras. A la derecha del todo, con la cabeza girada, Obama.Un zumbido de lámparas anímicas.Jacobinos volando en globo hacia la lunaDédalo fue el constructor del laberinto. Se lo encargó el rey Minos, que después, por razones que no conocemos, desterró a Dédalo a Sicilia. También allí lo persiguió. Al parecer, Dédalo arrojó agua hirviendo a su perseguidor y de ese modo lo mató. Se considera a Dédalo el inventor de la plomada, la sierra, el vuelo, el engrudo y el taladro. El nuevo Dédalo —Le nouveau Dédale— es el título de una obra de Jean-Jacques Rousseau del año 1742. Rousseau había asistido a la demostración del vuelo de un globo. La aeronave se hundió en el Sena tras haber recorrido solo un breve tramo.Rousseau describía en su ensayo (de acuerdo con su observación) la imposibilidad de viajar en una nave por el aire o por la superficie como lo hacen los navegantes por los mares. Los objetos que se desplazan por la atmósfera, según Rousseau, terminan siempre cayendo tarde o temprano.

10 En la batalla de Fleurus, 8 de Mesidor del Año 2 (26 de junio de 1794), el ejército revolucionario francés adquiere una vista global del enemigo mediante el legendario ascenso de un globo.Vistas desde el Museo de la Revolución a la masacre en la Plaza de TiananménManfred Seifert era un agente de la rda, de la sección ix de la hva29. En el verano de 1989 acompañó al camarada Krenz a China. Allí se iba a conmemorar el cuarenta aniversario de la fundación de la República Popular China. Debido a su esmerada formación en la Facultad Obrera y Campesina30 de Halle, en el ánimo de Seifert sonaba un fuerte eco del retorno a los 200 años de la Gran Revolución Francesa. Pero el camarada se encontraba en ese momento en las salas del museo de la revolución en la Plaza de Tiananmén.En una subasta en Inglaterra había adquirido manuscritos originales de Marx por encargo del partido y los había traído como regalo del Consejo de Estado de la rda al Comité Central de la República Popular China. Se guardaban en las cajas fuertes del museo. Ahora, por las grandes ventanas del monumental edificio, observaba junto a otros camaradas, entre ellos franceses, lo que sucedía fuera: las carreras, el impacto de disparos, el intento de la gente de improvisar barricadas que no suponían un obstáculo para los coches policiales y los tanques militares.En las vitrinas a sus espaldas, que conservaban los incunables de revoluciones anteriores, se reflejaban las llamas: un panorama desconcertante a los ojos del avezado observador Seifert. No tenía nada que objetar cuando desalojaban a alborotadores. Pero le surgían dudas, y por lo visto también a los otros camaradas presentes, de si se trataba de alborotadores. La estatua de la libertad de cartón era desde luego una provocación, y una tontería. Pero el movimiento en sí, según las impresiones de los días anteriores, de los periódicos murales, de las charlas que había mantenido Seifert, parecía tener atributos revolucionarios. Ayer mismo había creído que la revolución volvía a levantar cabeza. La disciplina de partido no le impedía conservar para sus adentros esas impresiones. ¿Dónde acaba el pueblo y dónde empieza el alboroto? ¿Por qué un pueblo no puede rebelarse si al mismo tiempo alborota? ¿Quién decide sobre la forma de indignarse?Ralle-balleSin combustible en las gasolineras, trastornos en los tgv, grotescos retrasos en el aeropuerto París-Charles de Gaulle. Eran las consecuencias de la huelga contra el aumento de la edad de jubilación en Francia hasta los 62 años, un proyecto de ley de Sarkozy que el Senado debía aprobar ese miércoles. Por mucho que intentara Stefan Aust, solo podía llegar a Berlín desde París con enorme retraso. Nunca le hacía ascos a un resumen concentrado de sus impresiones inmediatas. Se expresó así:La gran Francia me recuerda a una segunda rda.¿En qué sentido?Un perfecto taller de reparación.Pero la rda no era perfecta.¡Francia es perfecta a su manera!¿Porque no se inspira en la Revolución de Octubre, sino en la Gran Francesa?No se inspira en ninguna revolución.¿En qué, entonces?Es única. Francia no es un programa, sino una circunstancia.¿Por qué lo dices? ¿Solo porque no hay combustible en las gasolineras?En ninguna parte del mundo se adapta tan bien la sociedad durante una huelga general como sucede en Francia. Se llama bricolage.Según Lévi-Strauss, el bricolage se atiene al principio de la evolución.Si las sociedades quieren sobrevivir, han de hacerlo así.Con pocas palabras, Aust había digerido ya su enfado inicial. Parecía sentir simpatía por la excéntrica Francia. ¿Estaba agradecido a las dificultades del tráfico por haberle inspirado la idea expuesta? Stefan Aust tenía poco tiempo. El retraso había pospuesto todas sus citas. Un recuerdo se le había grabado a fuego al viajero raudo y aún más raudo pensador: la expresión ralle-balle. Nunca la había escuchado antes. Jaleo, dijo, no la traduce bien. Llevaba bastante tiempo buscando una expresión mejor. Avanzada la noche llamó para preguntar si yo había dado con una traducción. Se quedó en ralle-balle.31 Se trata, opina Aust, de expresar sin trabas el descontento con el propio gobierno. Pero eso es algo que ocurre con una rutina de 200 años (a diferencia de un jaleo o de una revuelta de tejedores). ¿Cuánto puede hacer el campo contra la altiva París, los trabajadores contra una mayoría parlamentaria, la juventud contra la vejez, los suburbios contra el centro? Se involucra no ya un pueblo, un estado, una sociedad, sino un caleidoscopio de todo ello. A aquellas horas de la noche, estaba claro que Aust seguía dándole vueltas a su viaje de regreso, que tan drásticamente había trastornado lo vivido en Francia.

11 Los jacobinos en globo, de camino a revolucionar la luna.Cuadro vivienteEl día en que las mujeres se llevaron inapelablemente al rey desde Versalles a París, el palacio quedó casi desierto por la tarde. Un hombre de larga barba se esforzaba en cortarles la cabeza con un hacha a los cadáveres de dos guardias de corps asesinados en la escalinata. Algunos tomaron a este desgraciado por un famoso bandido del sur. Resultó ser un modelo masculino de la academia de pintura. Ese día llevaba el disfraz de un esclavo antiguo. Nadie había visto nunca antes a este Nicolas, que así se llamaba el modelo, comportarse de forma violenta. Se entregó al ánimo del día, había querido llevar a cabo un acto original y enérgico. Dijo haber visto una escena de teatro o un cuadro que mostraban esa decapitación.Las dos cabezas cortadas fueron confiscadas y puestas bajo custodia. Luego fueron llevadas a París en picas. Una de esas dos picas la portaba un niño.Alegre, triste, impetuosa, jocosa y sombría, una oleada de genteEl rey temblaba de pies a cabeza cuando la reina salió al balcón y se mostró al pueblo. Temía lo peor. Cuando la cosa salió bien, le dijo a Lafayette: ¿no podría hacer algo por mis guardias? Deme un guardia, responde Lafayette, el dios del momento. Saca al hombre al balcón, le hace prestar juramento y mostrar la escarapela nacional de su sombrero. El guardia lo abraza. Desde la multitud gritan: ¡vivan los guardias de corps! Los granaderos de la Guardia Nacional de París, que obedecían a Lafayette, se habían puesto por seguridad las gorras de los guardias de corps y dado a estos las suyas. Como ya no se los podía reconocer por los tocados, no cabía ya disparar a los guardias sin correr peligro de herir a la propia gente. El primer intercambio de uniformes en la historia de las guerras civiles resultó una invención feliz.La Asamblea Nacional decidió a propuesta de Mirabeau que para el período legislativo actual era inseparable del rey. Si él cae, ella caerá con él. Es la una de la madrugada. Hay que partir.Cientos de diputados rodean al rey. Un pueblo entero marcha de vuelta a París. Luis xvi se aleja del palacio de Luis xiv para no volver jamás allí. Todos creían que nunca podrían pasar hambre mientras tuvieran al rey con ellos. Nos llevamos a casa al panadero, a la panadera y al panaderito, refiriéndose al Delfín. Lo coreaba la muchedumbre en grupos, variando las frases. Jules Michelet la describe así: alegre, triste, impetuosa, jocosa y sombría, una oleada de gente.Tiempo que requieren los procesos educativosEn el verano de 1790, tras haber abandonado sus señores palacio y reino, llegó a París de las Ardenas el preceptor Etienne Dreux. Pronto fundó con dinero prestado por un banco del Palais Royal un instituto de enseñanza. Los revolucionarios podrían aprender allí los rudimentos del republicanismo. Surgieron varias escuelas de ese tipo. Los docentes sabían tan poco como los alumnos sobre la materia de enseñanza.Eran lugares de atracción del saber. Cuando la revolución se volvió sangrienta, Dreux logró camuflar sus institutos. Después del Termidor se dijo: «Por fin puedo continuar mi trabajo de cara al público y con plena energía».Educar rinde a largo plazo. La primera generación de docentes que podía apoyar a Dreux en su trabajo no estuvo formada hasta 1802. En aquel momento la escuela volvía a hallarse en la clandestinidad, ya que la administración de policía del ministro Fouché desconfiaba de un aprendizaje en forma de asociaciones independientes. Los productos de las escuelas republicanas solo están listos cuando la historia ya no los quiere o no los necesita. Hasta 1832 no volvió a haber demanda de republicanos. Dreux era para entonces un anciano.

12 Carta con la inscripción «Saber» y «Contrato social».Diferente nivel cultural en las provinciasEn las Fiestas de la Federación en Francia en junio y julio de 1790, cuya energía pervive hoy en la festividad del 14 de julio, se puso de manifiesto un nivel cultural muy diferente en las provincias, transformadas ahora en departamentos. Para el impulso colectivo, que discurre por debajo de lo que se puede transmitir mediante reglas y enseñanza, esto no suponía diferencia alguna. Una enorme agitación buscaba formas de expresarse.En Dôle, el fuego sagrado con que los sacerdotes de la revolución, reconocibles por sus gorros, encienden el incienso en el altar de la patria es extraído directamente del sol mediante un espejo ustorio que maneja una muchacha. En Saint-Maurice (Charente) las leyes, los decretos y documentos de la Asamblea en París son colocados en el altar y a continuación quemados como ofrenda. En Saint-Pierre (cerca de Crépy) se confiscó un arca de la Alianza de un edificio de la comunidad judía y el fuego es llevado al altar en un recipiente de hierro colgado de este objeto de culto. En un pueblo vecino se usa un mapamundi como cubierta del altar. Sirven como ornamentos revolucionarios: una daga, un arado, una balanza y además dos balas. De las balas se dice que proceden de la Bastilla.Prevalece la energía del afecto. Las firmas bajo los protocolos sobre las fiestas elaborados por los que saben escribir consisten en cruces, ya que predomina el analfabetismo. Ante los altares la comunidad adopta a hijos de los caídos, se registran matrimonios. Banquetes públicos junto al altar, luego también junto al árbol de mayo. Los alimentos se han socializado. En Lons-le-Saulnier se bebe: ¡por todos los hombres, hasta nuestros enemigos, a los que juramos amar y proteger!Un intento de legislar de aproximadamente una semanaLos días posteriores a la muerte de Luis xvi hubo un acuerdo absoluto en la Convención. «Ya no hay partidos, solo la unidad de la nación».Se aprobó por unanimidad un crédito de 900 millones de asignados. Además, el reclutamiento de 300 000 hombres. Las comunas obtuvieron el derecho a requisar, a fin de poder reunir en ocho días el material para ropa y equipamiento. Fue el comienzo del ejército popular.En ese ambiente tuvo lugar el debate sobre el futuro de la enseñanza en Francia. Y es que era el siglo de la educación de la humanidad. Pero en París, en la Asamblea Nacional Constituyente y en la Legislativa, apenas se habían visto docentes.En la Convención se sucedieron las demandas. Al principio hubo la idea, que por unos días pareció ser la mayoritaria, de que la educación, ampliación del saber y del horizonte político, debía fomentarse a todos los niveles, en todas las direcciones. ¡Hay que reunirse! Los adultos se agrupan en círculos para aprender. Los acompañan los jóvenes. ¡Leemos juntos los textos! ¿Qué textos? ¡No los de los curas! Y eso en presencia de los niños. Los representantes del pueblo imaginaban que en la época de la cosecha los niños vendrían en masa de los campos, se entregarían a reuniones de aprendizaje. Al principio no se decidió nada.Había bases previas: el brillante informe de Talleyrand sobre la enseñanza, así como las memorias de Condorcet. Su plan organizativo preveía cuatro niveles. Llevaban desde la escuela elemental al instituto. El plan estaba ya en poder de la Comisión para la enseñanza pública de la Asamblea Nacional.Lanthemy, jefe de gabinete en el ministerio Roland, reunió las ideas básicas en un proyecto de ley. El hijo estudioso de los pobres puede ingresar tras la escuela elemental gratuita en la clase de los «alumnos de la patria». Los padres de familia de la comuna eligen a los maestros. Saber es ejercer la libertad.En los bancos de la derecha se levantó el sacerdote Durand de Maillane, un clásico erudito. Justificó su voto de modo que despertara simpatías en los bancos de la izquierda, entre los jacobinos. Propuso que solo hubiera un nivel de enseñanza. Organizar las escuelas en distintas clases y según el rendimiento lesionaría el principio de igualdad.En la escuela única podrá familiarizarse a los alumnos con los principios de la moral. Y grabar en su memoria los más bellos relatos de la historia de los pueblos, concluyó su discurso.El Pantano, el centro de la Asamblea, que en la mayoría de las cuestiones se mantenía pasivo, se encendió en la cuestión de la enseñanza. Se veía ante un dilema insoluble. Insoluble con los medios de la ley. O bien hay que destronar la enseñanza superior, derribar la ciencia, inventar una «ciencia inculta», o introducir el saber avanzado en la enseñanza elemental. Y entonces hay que hablarles del cálculo infinitesimal a niños que todavía están aprendiendo a deletrear.Una facción de girondinos, que en este asunto se opusieron a su propio ministro Roland, abogó por la autonomía del conocimiento, independientemente de la manera en que se la incorporara a la enseñanza. Eso iba contra la escuela única, pero también contra la regulación del saber por niveles. Debía prevalecer la igualdad entre la vanguardia del saber y el entusiasmo de aprender. Aclaremos primero lo esencial, decían esos diputados: lo que hay que aprender. ¿Qué es más importante, enseñar la moral o el derecho? ¿Cuentan más las habilidades del presente o las experiencias de la historia? ¿Han de saber los niños cómo se construye un puente, por ejemplo, hacia España en Bayona, o sería más importante aprender lenguas extranjeras? En las semanas posteriores decayó el debate. Fue víctima de la lucha contra la Gironda. Hasta el final de la Gran Revolución, la enseñanza ya nunca volvió a ser un tema prioritario de la discusión política en la Asamblea Nacional.Sobre el desinflado gradual de las ideas revolucionarias al hablarPara el ilustrado Condorcet, la idea absoluta del derecho es el centro gravitacional de la Revolución. Hasta Dios está sujeto a esa idea. Si lesiona el derecho, se convierte en demonio, pierde su omnipotencia.Jules Michelet muestra cómo, en sus textos tempranos, Robespierre exige el imperio absoluto del derecho, o sea su inviolabilidad. Más tarde, según Michelet, declina esa firmeza. En lugar del derecho absoluto aparece la moral (un cúmulo de intenciones). Su lugar lo ocupa a continuación el bienestar público. Y este exige hacer concesiones en momentos de apuro de la patria; la flexibilidad y el rigor, o sea, los dos extremos abiertos en el mundo de las concesiones dividen a la nación, y también a la Asamblea que la representa. Se puso así en duda lo esencial que hubiese podido conformar el contenido de la enseñanza.Los bustos de Mirabeau y Helvetius, acusados de exigir una reforma educativa, son traídos del Panteón, presentados a la Asamblea y destruidos a la vista de los diputados. «Política de la acción».Abolición de la nobleza hereditaria y la deshonra hereditaria«Una calurosa tarde de junio de 1790, la Asamblea Nacional recobró su entusiasmo de 1789». Un diputado del sur de Francia aprovechó el noble revuelo que había suscitado la propuesta de trasladar monumentos del antiguo régimen desde su emplazamiento ancestral a uno nuevo para exigir la abolición de todos los títulos nobiliarios. La propuesta fue secundada por la mayoría —entre ellos Lafayette, Montmorency (que pertenecía a un linaje de rancio abolengo)— e impugnada solo por Mary, un zapatero, como relata Jules Michelet. En esa sesión del 19 de junio de 1790, la Asamblea abolió los títulos hereditarios. A la mañana siguiente, algunos que habían votado a favor lamentaron la resolución. La renuncia a los nombres confundió al mundo. Ahora Lafayette se llamaba «señor Mortier» y Mirabeau «señor Riquetti».La igualación de los nombres obedecía a una lógica revolucionaria, pero también atávica: el mérito no debía transmitirse ya a los hijos. La misma Asamblea Nacional completó esta lógica con otra resolución: tampoco debía transmitirse culpa alguna a la generación siguiente, aunque el cadalso hubiese causado estragos entre los padres.Cada cual ha de responder individualmente de sus actos, para bien y para mal.Y es que, como relata Michelet, dos jóvenes habían sido condenados a la horca y ejecutados por falsificar papel moneda. Debido a este caso, la Asamblea acordó que las familias de los condenados no quedaran deshonradas por la ejecución. El decreto fue publicado. Pero siguió habiendo desigualdad, ya que los hijos de los verdugos responsables sí quedaron deshonrados. La legislación nunca es completa.El punto de vista observanteAl sereno observador Wilhelm von Humboldt, que estaba habituado a la situación de Roma y pasó agosto de 1789 en París, la excitación de su acompañante Campe le era ajena. Aceptaba atribuir el calificativo de «curiosos» a los acontecimientos que observaba en torno a sí, que le parecían teatrales. Pero no el de «significativos». Era un espíritu egocéntrico, concentrado en los ritmos de su interés propio y su estado, no inflamable de pronto. ¿Dónde veía aquí centros de enseñanza? ¿Dónde una continuidad con el proceso de la Ilustración o de la Enciclopedia? ¿Dónde la recepción del espíritu griego que fundamenta una polis? Así no se siembra un siglo nuevo, dijo, así no se conserva la cosecha del antiguo. Es cierto, le dijo a Campe, que percibía una «perentoriedad de la voluntad popular». No conocía ningún poder que pudiese vencer con medios militares o policiales a semejante expresión de voluntad. Eso solo podría conseguirlo el propio trascurso del tiempo o la distracción de esa voluntad. Pero no quedaba claro cómo un pueblo podía averiguar exactamente el contenido de su voluntad que se mostraba en tales ímpetus, en el fervor. No se le puede venir con exigencias a una «emoción popular» así de impresionante, respondió Campe. Y además no cabe entender lo sucedido desde un punto de vista observante, sino solo desde uno participante. Pero yo solo dispongo de mi propio punto de vista, resolvió Humboldt.Un apaño en el cuarto año de la Revolución (1792)El Chevalier de Monges, arruinado, oculto por el momento tras un pseudónimo, persuadió a su joven esposa, que solo cuatro años antes había visto en el matrimonio con él un ascenso social, para contraer matrimonio de conveniencia con uno de los especuladores de más éxito que poblaban las dependencias del Palais Royal. Desde esa posición debía mantenerlo en esa fase de penuria. El nuevo marido se llamaba Émile Regnier. Entre los tres habían acordado que el Chevalier pudiera seguir visitando a su exmujer todos los viernes por la noche. Sonaba como el antiguo ius primae noctis, pero correspondía al cambio de las circunstancias. Con el tiempo, la joven aprendió a amar a ambos caballeros, sin valorar en exceso su carácter. No se ama la virtud, decía, sino las amadas costumbres.El saco anímico de Immanuel KantOskar Negt cita con simpatía la expresión «saco anímico de Kant» que, en Hegel, su inventor, tenía un sentido polémico. En la larga marcha hacia la emancipación, según el comentario a Kant de Negt, recipientes improvisados como cestos, botellas grandes, tubos y sacos se hacen imprescindibles. En 1945, añade Negt, en nuestra huida por el cordón32 en que con once años yo guiaba a los hermanos, transportamos en sacos tarros de mermelada bien cerrados, harina, libros y cuentas.Para Hegel, que tenía su «manía mediadora», las «cualidades naturales del hombre» de Kant, supuestamente surgidas de la historia y compartidas, eran afirmaciones carentes de toda lógica dialéctica — y en ese sentido saco anímico y no sistema.Immanuel Kant presupone tres grupos de facultades humanas, y considera que bastan para fundamentar el derecho natural y la fe en la razón:las facultades de la razón establecen los principios,las facultades del entendimiento desarrollan las reglas,las facultades del juicio (también de la imaginación) distinguen lo particular y lo ponen en relación con lo general.¿Cómo surge lo uno de lo otro?, se preguntaba Hegel. A Immanuel Kant le bastaba que esas cualidades parecieran estar presentes en considerable cantidad en los seres humanos. No quería contestar a la pregunta de en qué consiste su alquimia. Y en cuanto a la motivación con que se puede conseguir que las fuerzas del entendimiento se transformen en principios, la respuesta se la dejaba a la práctica. ¿O es que habría que esperar, preguntó cuando le fueron planteados puntos de la crítica que Hegel publicaría más tarde, pero había apuntado ya en privado, hasta que la psicología haya explicado las fuerzas básicas que los seres humanos vienen ejerciendo en la práctica (y mostrando en el laboratorio de la revolución)? La emancipación no puede esperar. Ni quiere esperar, añadió Kant a una visita.

13 Immanuel Kant, preparando mostaza. Dibujo de 1801. El órgano olfativo, un instrumento particularmente fiable del juicio. Hasta su muerte en el año 1804, Immanuel Kant sigue desde Königsberg, que nunca abandona, los acontecimientos de la época leyendo los periódicos y escuchando lo que cuentan las visitas. Así atiende también durante quince años a la historia de Francia después de 1789. Nunca sumó su voz —como sí lo hace Hegel en su fenomenología del espíritu— al coro de juicios negativos sobre la Revolución. En el Conflicto de las facultades, Kant habla de la evolución de una condición natural a la que se llegará incluso aunque se vierta sangre (algo que Kant no aprueba). Es cierto que, según su observación, la moralidad del ser humano individual apenas mejora. Pero el aumento de legalidad supone un acontecimiento que siguió con empatía.Grand Design en las pirámidesEn su correspondencia con Luis xiv, G.W. Leibniz aconsejaba la ocupación de Egipto por Francia. Dueña de esa posición, una potencia europea fuerte podría esperar al declive de la India y el Imperio otomano y hacerse con un imperio alejandrino. Francia poseía entonces una flota tan potente (con presencia en el Océano Índico), escribe Jules Michelet, que semejante plan no habría sido irreal. Cerca de cien años después, el ejército expedicionario de Napoleón ocupó efectivamente Egipto.En la nochevieja de 1799 a 1800, oficiales franceses celebraron dos fiestas en El Cairo y Alejandría. El comandante en jefe del ejército asistió a ambos actos. En ese momento existía el plan, marcado por el cambio de siglo, de continuar e implantar en África la revolución ya prácticamente fracasada en Francia. ¿Qué alternativa había, si la flota británica bloqueaba al ejército en el Nilo? No querían ser un campo de prisioneros armado. Eran oficiales y soldados jóvenes. Un tercio de los franceses en esa expedición eran estudiosos. Secciones de caballería habían penetrado con fines exploratorios hasta Zanzíbar y el oeste del Sahara.

14 Página doble con un apunte de G.W. Leibniz.

15 Ciudadela de El Cairo. Abajo una pieza de artillería francesa tirada por camellos.Muerte del general KléberEl general Kléber, del este de Francia, asumió el mando supremo tras la partida de Bonaparte de Egipto. El 20 de marzo de 1800 sus tropas tomaron Heliópolis. Junio estaba tranquilo.La mañana del 14 de junio Kléber presidió un desfile de la legión griega. Después de un almuerzo tomado en el alojamiento de su jefe de Estado Mayor, Kléber, acompañado por el arquitecto Protain, se dirigió a su propio alojamiento. Fue abordado por un joven musulmán que parecía querer entregarle un papel. Cuando Kléber, con su elevada estatura, se estiró para alcanzar el escrito, el autor del atentado sacó un cuchillo y perforó varias veces el pecho del general. El arquitecto Protain golpeó en vano al joven de 24 años y resultó herido él mismo.

16 El autor del atentado perforó varias veces el pecho del general. A la izquierda, en la imagen, el arquitecto Protain.Llevado de vuelta al alojamiento del jefe de Estado Mayor Darnas, Kléber falleció a causa de sus heridas. El autor del atentado, un fanático fundamentalista sirio, se llamaba Solimán al-Halabi. Un tribunal militar lo condenó a muerte junto a tres clérigos (profesores de religión en la Universidad Al-Azhar) que lo habían alentado al crimen. Los clérigos fueron decapitados, sus cabezas clavadas en estacas y expuestas en una de las puertas de El Cairo. Esto ocurrió inmediatamente antes de ejecutarse la pena sobre Solimán. Solimán fue «empalado», es decir, el cuerpo fue clavado sobre una estaca afilada de modo que perforase los intestinos y el peritoneo. El delincuente soportó el suplicio, se dijo, «valiente y tranquilo». Esto avergonzó a los ejecutores franceses más que si hubiese gritado. Cuatro horas estuvo así clavado. Murió cuando un oficial atendió su ruego y le trajo algo de beber. El líquido desencadenó en la masa amorfa y revuelta del cuerpo del joven una convulsión que lo mató.La posterior revisión de un tribunal militar llevada a cabo en Francia sometió a crítica judicial la bárbara forma de ejecución; pero nadie fue castigado. Los oficiales acusados replicaron en ese proceso: la crueldad de la pena respondía a la mentalidad oriental. Otras formas de ejecución no serían percibidas como castigo. La inmediatez y crueldad de los atentados exigían una forma de castigo que los oficiales no propondrían en Francia.El cadáver del fundamentalista siguió colgado tres días en el aire de verano. El cirujano jefe Larrey limpió a continuación el esqueleto de todos los trozos de carne, parásitos y microbios. Durante la evacuación de Egipto se ocupó de que el esqueleto fuera llevado a Francia en una caja de madera. Los restos del famoso autor del atentado fueron expuestos en el Museo de Historia Natural en el Jardin des Plantes.El mando del ejército se hace islámicoA Kléber le sucedió, por antigüedad, el general Menou. Este general se había convertido al islam como marido de una joven musulmana de Rosette. A su nombre de pila Jacques le había añadido el nombre Abdalá. «Brillante administrador y economista, sin talento militar». Tras el desembarco de tropas británicas el 8 de marzo de 1801, dispuso a sus soldados junto a Canope con tan poca fortuna que fue derrotado. Cercado en Alejandría, tuvo que rendirse el 2 de septiembre de 1801.¿Se cuenta que Menou había planeado apoderarse de la costa norteafricana hasta Túnez?Así es.¿La Armée d’Orient se volvió autónoma?Planes fantásticos. También se sopesó marchar sobre Constantinopla. A principios de 1802 se habría llegado a las puertas de Viena.Filosofía, interés, moral como fuegos fatuos de la RevoluciónEn la Francia revolucionaria podía considerarse un supuesto generalmente aceptado que la percepción del interés propio fundamenta la moral, igual que, a la inversa, la moral define el interés propio, o sea la capacidad de reconocerse a sí mismo o de quererse. Eran los resultados de un discurso filosófico que impregnó el siglo y se había consolidado tanto mediante tesis y réplicas como el zumbido de las sinapsis en el cerebro humano. Una idea tan general se basa en la repetición, respuesta, eco, en estímulos preestablecidos.Los tres conceptos, filosofía, interés y moral se revelaron mortíferos en el curso de la Revolución. Eran abstractos, poco anclados en la experiencia práctica, que lo compensa todo según probabilidades. Se convirtieron en motivos para la guillotina, bajo la que murió al final la Revolución misma.Muy distinta es la tríada derecho, diferenciación, autonomía. La determinación exacta de la diferencia es la madre de la objetividad. Crea «situaciones», recipientes de la vida. El derecho asegura la distancia con el otro, la «libertad de codos para cada cual». Hace que la sociedad sea habitable. La autonomía, por último, corresponde a la certeza de sí, al comienzo de la filosofía antes de que se vuelva verborrea. Una república basada en esta tríada, ¿habría podido defenderse contra usurpadores? Ciertamente. Y es que no habría surgido una república unitaria que pudiese asumir un general. Más bien habría sido un reino sin reyes perteneciente a todos: ¡libertad, sans phrase!

17 Napoleón al final de su campaña india. Invierno de 1812.Al amigo del derecho, el Abate Sieyès, el cual pertenecía al Directorio, lo captó Bonaparte, que durante la campaña de Italia le encargó redactar la constitución para la República de Génova. Para Sieyès había tres puntos centrales en la constitución: libertad, ley, indivisibilidad de la República (o sea el monopolio del poder por el estado). Bonaparte refería a ese ídolo cuando tras el 18 de Brumario declaró que solo había dos principios constitucionales: 1º actuar y 2º la sorpresa. Era la vía de la violencia.Visita planeada de Napoleón a Roma y sus ruinas. Culminación de un reinadoEn enero de 1813, en la fría Roma continuaban los preparativos del esperado regreso triunfal de Napoleón. Estrictamente no era un «regreso a Roma», ya que se trataba de la primera visita del emperador a la antigua capital del mundo, y lo de ‘regreso’ remitía a la campaña en Rusia. El escultor danés Thorvaldsen trabajaba con abundante personal en un relieve en barro rojo romano que mostraría cinco estaciones de la vida de Alejandro de Macedonia. Podía ver ya al emperador recorriendo a buen paso la inmensa obra cuando estuviera acabada y el emperador libre de acudir a Roma. Las gradas para el desfile previsto aguardaban en el almacén.Llegaron entonces las noticias de Beresina. La visita del emperador se pospuso por un tiempo indefinido. Los gobiernos intactos de Iliria e Italia no imaginaban aún el desmoronamiento del imperio. Nadie podía imaginarse que el relieve de Thorvaldsen, que tomaba forma definitiva en esos días, nunca llegaría a ser visto por Napoleón.Proyecto de una película sobre Napoleón de Stanley Kubrick.Comienzo previsto del rodaje: agosto de 1969Duración de la película: 180 minutos. Duración diaria que producir: 1,3 minutos. Plazo para el rodaje: 150 días.Batallas y marchas: 30 días. Yugoslavia.Tomas exteriores: 40 días. Yugoslavia.Tomas interiores: 40 días. Italia.Lost to travel: 10 días.

18 Del cuaderno de Kubrick para la escena final. Duración: 12 minutos. Santa Elena. El camino de montaña por encima del puerto conduce al interior de la isla, en la que se retiene a Napoleón en una casa rural. Brigantes del Caribe intentaron tomar en su poder al emperador preso. Ascendieron por el camino escarpado (a la derecha de la imagen), pero no dieron con el alojamiento del emperador. Soldados británicos los interceptaron y dispersaron.Treinta mil personas. Tropas a dos dólares por persona en Rumania. En Yugoslavia cinco dólares por persona.Hubo una empresa neoyorkina que frabricó printed uniforms en Dupont, fireproof, drip-dry, paper fabric; tres mil libras de breaking strength. Estos uniformes de papel costaban entre uno y cuatro dólares. Un traje elaborado en Londres o París en cambio doscientos dólares.

19 En su exilio, Napoleón leyó los libros para los que no había tenido tiempo durante su reinado. A la derecha una de las cajas que le fueron enviadas al exilio.

20 El diseñador de mundos en el jardín de la casa rural, con niños ingleses vecinos.El animal heráldico de NapoleónEl joven Bonaparte, que luego hizo de la abeja su insignia imperial (había elegido el símbolo durante la campaña egipcia, a partir de modelos faraónicos), pidió a un biólogo británico que le explicara las costumbres y los sistemas políticos de estos insectos.¿Forman sociedades, estados, naciones?Son fábricas.¿Que producen miel o frescura en verano y calor mediano en invierno?Ya el cónsul Bonaparte, al igual que luego como emperador, tendía a sorprender a sus invitados con su saber propio. El tiempo empleado en ello lo perdía como tiempo de trabajo. No ganaba nada con las respuestas a lo que ya sabía. Por otro lado, esos «impulsos» avivaban el esfuerzo del invitado. De modo que la «técnica» de Bonaparte también brindaba provecho. El británico respondió:Producen una reina. La reina gobierna sobre la des­cendencia.Una reina gorda y sebosa, exclamó Bonaparte. Es como si los ingleses, prosiguió el británico, tuviéramos una figura de seis metros de alto a la que llamamos rey y que produce a diario miles de soldados o comerciantes. A eso lo llamo una fábrica, admitió el cónsul.¿Cómo surge esa figura gigante, raza solitaria de la que dependen todas las demás?Mediante una alimentación especial de la larva elegida que más tarde será reina.¿No a través del árbol genealógico?No lo creo.¿Las obreras, todo el clan de abejas ha contribuido con sus esfuerzos a esa fabricación de la descendencia y la felicidad?Eso es lo particular del Estado de abejas, de la fábrica de abejas.Sí, una comunidad muy particular.

21 Como administrador del espíritu universal. En el año de su muerte.Bonaparte tendía en aquellos años a la exagerada creencia de que un gobernante, al margen de lo que predijera su origen, podía ganarse el afecto de los gobernados hasta el punto de hacer surgir una figura gigante capaz de generar gloria, expansión del reino, brillo y «felicidad» al modo de una fábrica, o sea a voluntad. Era una oportunidad de destronar a Dios. Y superior al carisma solo nominal de los reyes.¿Dónde quedaba el instante en que la potencia de miles de patriotas se transfería al cuerpo de Napoleón? ¿Elevándolo a la excepcionalidad, a abeja reina? El cónsul no se atrevió a preguntarle esto al erudito. No quería escuchar que los seres humanos pudiesen «heredar» esas cualidades. Era lo suficientemente crítico para no creer que fuese a convertirse en abeja reina debido a su herencia familiar.Un patriota napoleónico en el pueblo de ZillyEn una nota de 1921, el año de su muerte, Karl Pätz, que era nieto de campesino, juzgaba positivamente la época francesa de 1806 a 1813, en la que el pueblo de Zilly perteneció al distrito de Halle y con ello al reino de Westfalia. Hasta la ocupación de Alemania Central por las tropas napoleónicas, los campesinos de Zilly estaban sujetos a servicios de corvea, aunque entre tanto se arruinara su propia cosecha. Los franceses abolieron todos esos servicios.Karl Pätz solo conocía estos hechos por relatos de su padre y de su abuelo, y por lo que había oído a otros parientes. Tanto más plástico resultaba el contraste entre las dispensas del corso y el comportamiento de los soldados prusianos. Estos se habían acantonado en Zilly en 1812/13. Las mujeres de Zilly llevaban faldas hasta el suelo (solo desde 1918 fueron más cortas) y por debajo enaguas largas, pero sin ropa interior. Esa era la costumbre. Los soldados prusianos las asaltaban de noche y les ataban las faldas sobre la cabeza. Y así, sin motivo de guerra alguno, las llevaban por el pueblo con la entrepierna al descubierto. Los sótanos y las despensas eran saqueados.Los maestros nacionalistas de las escuelas de Halberstadt trataron de convencer al joven Pätz de que los años de ocupación francesa habían sido «años oscuros para Alemania». Pätz, que era dado a la polémica, había nacido en 1839. Lo que él había escuchado sobre la época francesa contradecía las enseñanzas de sus maestros. No estaba dispuesto a aceptar que se ofendiera a sus antepasados. No creía que hubieran mentido en sus relatos.Autómata de los mil deseos. El emperador niñoLa noche del 30 de abril al primero de mayo, un reducido círculo de fieles —el médico jefe del hospital del distrito, el jefe del teatro (provisional), Dr. Reich, otros jefes de Halberstadt— se habían emborrachado malamente como invitados de mi padre. Cuando tres de estas personas obtuvieron de la aistenta la llave de la despensa y se instalaron allí, mi padre mandó la tropa a su casa. Eran las seis de la mañana. No merecía la pena irse a dormir.Fuera, en la Bismarckplatz, han desfilado a las diez combatientes obreros, así como colectivos de la gastronomía y la ingeniería, la juventud y el partido. Desde su escritorio, mi padre tiene una vista magnífica de lo que ocurre. Ha puesto en marcha el tocadiscos y escucha el segundo acto de los Maestros cantores de Núremberg. Estudia además un pasaje de las campañas de Napoleón, en que se trata la batalla de Aspern. Una serie de ligerezas del emperador al inicio de la jornada, que luego jamás se perdonó, hizo que perdiera la batalla. Un molino arrojado al Danubio por los austriacos bajó por el río hasta destruir el puente por el que Napoleón quería hacer cruzar a sus reservas, que hubiesen decidido la lucha. El emperador logró apenas retirar su ejército a la isla de Lobau, que está separada de ambas orillas por dos brazos del Danubio. Napoleón mandó demoler el dique a la orilla del Danubio que ocupaba el enemigo. Durante la noche, los pioneros trataron de reconstruir el puente hacia la propia orilla. No descansó nadie hasta las cinco de la mañana.El emperador hizo acondicionar la pequeña isla para su cuantioso ejército igual que lo hubiese hecho una legión romana: drenar, construir letrinas, «inventar» carpas con ramas. Lo cierto es que pronto empezó a llover. ¿Era clarividente el emperador? Se esforzaba ahora como debiera haberlo hecho la mañana de la víspera.Fuera, en la Bismarckplatz, han terminado los discursos. El Ejército popular toca música.El «burgués» se caracteriza por una fuerte impronta individual. Veo las manos de mi padre, manos de médico. Los sensibles pies en zapatos lacados, traídos del oeste. Lleva esa cubierta de pies valiosos en sus visitas cotidianas a pacientes. Hay que verlo: producto occidental, eso lo distingue. Son rasgos de la sociedad ilustre de los años treinta, que ya no existe ahora en la rda. Puede ocurrir que mi padre, después del baño matutino, se eche encima una botella de perfume. Y lleve la ropa sobre la fragancia. Por un lado, actúa así para hacer una broma. Pero, por otro, para recalcar al menos un atributo de singularidad.Un burgués tal es un ser desplegado, destinado a «hacer todo lo posible» en un ámbito que ha elegido él mismo. Pertenece a los ya «ascendidos». No podrá esforzarse más de lo que viene haciendo ya. Su persona no es incrementable: no quiere ser noble, sabe que no es un príncipe, tampoco quiere ser muerto de guerra en países extranjeros. Mi padre está compensado.Eligió así como ídolo al soberano Napoleón, que se encumbró desde la nada. Todopoderoso por mérito. En representación de todos nosotros muestra un brillo cesáreo. Con él no pueden competir los esfuerzos de los oradores de ahí fuera en la Bismarckplatz sobre el internacionalismo de la clase obrera. El emperador obra milagros en esa noche de Aspern. Mi padre hojea batallas en Francia en el invierno de 1814. El emperador se muestra rejuvenecido (es su final).El emperador es un autómata. Lo inspiran mil deseos de los que quieren un nuevo mundo, pero no van a crearlo ellos. ¡Que lo haga el emperador! Es un autómata con forma humana.Las representaciones marxistas del «tipo burgués» son engañosas. Un hombre así no es gordo, aunque resulte corpulento y tenga tripa. Los miembros, las energías de su ser están en tensión y llenas de espíritu humano. El carácter del terrateniente Púntila, tal como lo presenta Brecht, se le aproxima más.Napoleón es un concentrado de este tipo burgués. La piel del cuello sensible. Los rasgos de la cara del joven general son primero los de un adolescente, luego los de un niño sabio. Esto se debe también a que los retratos los pintó Jacques-Louis David, propagandista del emperador, secretario de la comisión de beneficencia, un falsificador intelectual. El verdadero aspecto de Napoleón solo se puede deducir de los testimonios de las visitas, y el emperador siempre supo manipular su percepción. Se dice que lo cegaba el afán de gloria.Aquella noche, el grupo de fieles que se instaló en la despensa se había acalorado largo rato con una canción que tenía 17 estrofas. Cada una terminaba con este refrán:«Un tipo como seda y terciopelo /La pena es que empinara tanto el codo.»El principio sorpresaPor el cumpleaños me regalaron un coche de pedales. Una tarde se estropeó. Magda, nuestra niñera, al ver mi cara de pena, me aconsejó dejar esa noche el vehículo dañado en una caseta del patio. «Igual se cura durmiendo». A la mañana siguiente, el coche apareció arreglado. Lo más seguro es que Magda le pidiera al señor Laube, el marido de la portera (sabía de técnica), que se ocupara de él. Todavía hoy, cuando postergo la solución de un problema, confío en un milagro nocturno de ese tipo. Es el principio sorpresa al que aludió Napoleón como a un principio constitucional. Su equivalente en la constitución de Estados Unidos sería el derecho humano del «pursuit of happiness». Es por esa promesa de reparar el mundo, y no tanto por sus victorias militares, que en la producción de soldaditos de plomo uno de los motivos más frecuentes son no solo las batallas de Napoleón, sino también sus fiestas en las Tullerías.

22 El futuro de un gran imperio: el hijo de Napoleón, el rey de Roma.

23 El cuarto de los niños en las Tullerías. Del cuaderno de Stanley Kubrick.La vida de Bonaparte duró 18.878 díasDurante su breve visita a París, el domingo 23 de junio de 1940, Hitler ordenó in situ trasladar desde Viena a la cúpula de los Inválidos en París el féretro del duque de Reichstadt (el hijo de Napoleón). El segundo secretario Fritz Kanneguth, que se hallaba entre el séquito de Hitler en el grupo de visitantes del sepulcro de Napoleón, hubo de asumir la dirección del transporte por indicación de Hitler. Hitler había visto por casualidad el expediente de Kanneguth. En él constaban sus estudios de Historia e Historia del Arte. De ahí que le confiara el transporte del valioso muerto. Era una forma de autodeleite: al Führer le encantaba sacar de pronto a la luz algún conocimiento que le pasaba por la cabeza y traducirlo en una orden. A menudo pensaba en qué pocas de todas esas ocurrencias, recuerdos súbitos y decretos resultantes cabían en un solo día de gobierno, mientras la vida se iba pasando.Kanneguth había llamado la atención del Führer durante el vuelo a París, con el comentario de que Napoleón tenía la talla para haber creado un mundo nuevo. Pero que malgastó su enorme poder en conservar uno viejo.Hitler estaba decidido a evitar eso. ¡No lo verían vacilar! Tampoco caería en la tentación de casarse con alguien de la alta nobleza y engendrar con ella un príncipe. El nombramiento de Kanneguth tuvo por tanto dos motivos: la casualidad de que Hitler conociera su expediente, y además un comentario que no correspondía a un segundo secretario en presencia del canciller, pero que llevó a este a comparar su vida con la de Napoleón.Asesor para casos de secuestro en África OccidentalSoy asesor en casos de secuestro. Mi sede es Nueva York. Asesoro a un despacho de abogados. Este a su vez es contratado cuando secuestran, por ejemplo, en África Occidental a trabajadores de un banco o una petrolera. ¿Cómo pagar los rescates? ¿Cómo averiguar quién tiene realmente en su poder a los rehenes? Nuestro trabajo es averiguarlo y dar consejo.Ahora han secuestrado en Arlit, una ciudad minera del grupo Areva, que está especializado en la extracción de uranio, ochocientos cincuenta kilómetros al noreste de Niamey, capital de Níger, a siete trabajadores de sus viviendas. La ciudad minera es zona de alta seguridad. Trescientos gendarmes de la República de Níger se ocupan de protegerla. Que treinta hombres armados pudieran llevar a cabo este secuestro sugiere que contaron con ayuda dentro del círculo de seguridad. La asesoría en este asunto es una labor lucrativa. Areva es el mayor productor de elementos combustibles de uranio. En 2013 ha de inaugurarse la segunda mayor mina de uranio del mundo. Compañías chinas, indias, canadienses y sudafricanas participan con concesiones. Las obras las lleva la empresa Santoma. No se trata solo de la identificación de los secuestradores y el pago del rescate, sino de un plan para localizar y destruir los nidos de secuestradores.Cada error solo puede cometerse una vez. De ahí el alto valor de nuestra colaboración. Por el secuestro de los siete aún no han llegado exigencias. Los expertos en seguridad de Areva barruntan la autoría de la organización al-Quaïda au maghreb islamique (aqmi). Yo en cambio creo que se trata de tuaregs. La zona de extracción de Areva corta el territorio de los tuaregs. Las aguas subterráneas, vitales para los nómadas, se han llenado de arena en un 70 por ciento debido a la extracción. Harían falta tuberías para restablecer el equilibrio de las aguas. Ni siquiera hay un plan. La revuelta de los tuaregs de 2007 se aplacó superficialmente en 2009 mediante un acuerdo.En julio fue secuestrado un cooperante francés, junto a otros 18 rehenes. Francia arriesgó en su caso una operación de rescate. La acción fracasó porque París cooperó con las autoridades de Mauritania y hubo intercambio de informaciones. El rehén fue asesinado.La semana pasada, el aqmi «declaró la guerra» a Francia. Tiene necesidad de dar señales. Si se jactara ahora del secuestro en el caso de los siete de arlit, habría que desconfiar de ello. En las negociaciones con el aqmi, que son posibles a través de Mauritania, se pierde el tiempo que haría falta para establecer contacto con los tuaregs mientras viven los rehenes. La comunicación con esos nómadas es una de las tareas más complicadas de mi oficio.El observador de a bordoEl observador de a bordo Mendès-France es miembro del Parlamento y fue elegido por un departamento de Normandía. Hace falta talento dramático para obtener una mayoría entre los clanes de campesinos normandos viniendo de la metrópoli y siendo hombre de letras. Y hace falta talento para conservarla tanto en la paz como en la guerra. El estado de guerra sorprende a Mendès-France en Beirut: vuelos de reconocimiento en la frontera con Irak, ostentación de presencia militar; en caso extremo, sin sentido. Ocho meses después de estallar la guerra, tras repetidas solicitudes, Mendès-France es trasladado a París. Como miembro del Parlamento es recibido por el ministro de Aviación André Laurent-Eynac. A las nueve en su oficina.Querría ser destinado como observador de a bordo en misiones ofensivas contra el enemigo directo, los alemanes, reclama Mendès-France. De acuerdo, responde el ministro.Francia no tiene nada que hacer. Asombroso: carece de una estrategia aérea, después de todo lo que se ha publicado al respecto en los años previos. El observador de a bordo, el miembro del Parlamento Pierre Mendès-France, registra con exactitud los estadios de la derrota. Desde la abstracción del aire se ve más fácil: el nerviosismo del personal de tierra, la confusión de las órdenes de ataque. Los motores y tornillos del engranaje captan la derrota antes que los Estados Mayores.Conflicto en el extremo sur del mundoA las islas Kerguelen, un territorio frío y rocoso cerca de la Antártida, arribó en diciembre de 1941 un buscaminas británico. Emisarios de la Francia Libre accedieron al muelle de la isla francesa. El gobernador de la base obedecía al régimen de Vichy. Los emisarios de la libertad fueron escuchados e inmediatamente detenidos. Un intento de apoderarse del buscaminas fue repelido por la tripulación. El barco se desamarró del muelle y huyó del fiordo. Esto ocurrió dos días antes de Navidad.El primer día de Navidad, durante la fiesta, mientras chirriaban en las radios los sonidos de las emisoras de la patria, la pequeña tropa, consistente en especialistas meteorológicos, logistas y unos pocos militares, no pudo dejar en sus calabozos a los forasteros. Los sacaron de allí para la comilona común y la velada posterior, y aunque a continuación se volvió a encerrar a los prisioneros, la hostilidad del primer momento, cuando el antagonismo se basaba solo en una orden, no podía mantenerse. Para antes de Nochevieja, los emisarios de la Francia Libre se movían con la misma libertad que todos los demás por aquel territorio inhóspito. A menudo se reunían en los barracones. En esas semanas de diciembre regían en la tierra las condiciones de una «guerra mundial», puesto que el bloque occidental estaba en guerra contra las potencias del Eje. Pero eso no significaba en absoluto que la guerra se hubiese apoderado del mundo. La guerra: una red complicada, artificial (supeditada siempre a que se renueve continuamente el estallido de las hostilidades), una relación que exige demasiado. Necesita cuidados como un jardín. La guerra es solo «real puntualmente». La mayoría de los individuos y los territorios del planeta no se ven afectados por ella.Prisioneros del destinoEl paso del cabo de Hornos era difícil para los barcos postales en el siglo xviii. De ahí que las noticias sobre la Revolución de 1789 no llegaran al archipiélago del mar del Sur hasta un año después. En enero de 1790, la fragata «Navgal» encarnaba así aún intacta la política marina del Ancien Régime al controlar las bahías de las estaciones comerciales australianas. Cerca de Samoa, dos oficiales de la tripulación detuvieron al alborotador Yves Génie, buscado desde hacía cuatro años. Fue recluido en un compartimento estrecho en la popa del barco. Cuando el comandante del «Navgal», el aristócrata de Barres, supo de las transformaciones en la patria el 23 de enero de 1790, hizo llamar al prisionero al camarote del capitán.De Barres: Tengo orden del almirantazgo de regresar a Brest. Le entregaré el barco a usted, mi prisionero, si me deja desembarcar en un puerto español.El revolucionario no quería aceptar ese trato. Se veía capaz de soltar un discurso incendiario a la tripulación y hacerse cargo del barco «a lo revolucionario». Pero no es capaz de pilotarlo, respondió el comandante. Yo en cambio puedo ir con él hasta Hamburgo o arribar a un puerto británico.La tripulación no colaborará, replicó el prisionero.Se puso de manifiesto que no querían enfrentarse, pero tampoco eran capaces de decidir nada mediante discursos refinados. No en aquel camarote. La mentalidad de ambos prisioneros del destino era demasiado distinta. Solo cabía resolver prácticamente el conflicto entre la astucia y el moralismo.«La guardia muere, pero no se rinde»En el otoño de 1944, un comando de las fuerzas ocupantes alemanas evacuó como una carga de paquetes de mudanza, pero tributándole honores militares, a Philippe Pétain, jefe de estado de la Francia restante que existía en las fronteras del régimen de Vichy, y a sus altos cargos al castillo de Hohenzollern en Sigmaringen. Un destacamento del ejército francés, fuertemente armado, vigilaba a las puertas del castillo. Los ciudadanos alemanes, incluyendo al embajador Abetz, solo podían acceder con acreditación a la zona extraterritorial que constituía el resto de la francia indivisible.Sin duda Pétain no podía ser calificado como un partidario o heredero de la Gran Revolución Francesa. A su segundo y posible sucesor le asignó, en la constitución esbozada por él mismo, el título de Delfín. Su régimen era autoritario. Y sin embargo, en el entorno de este adversario de la Revolución estaban presentes sus principios, la centralidad, la singularidad, la legalidad de Francia, y sus emblemas habían sido incorporados a la bandera de la república. Un tropel de juristas acompañó al jefe de estado en su evacuación, una comitiva de expertos legales le siguió. Los sediciosos de la llamada francia libre (los londinenses en torno a Charles de Gaulle, al que se habían adherido ya un número altísimo de patriotas) se habían apoderado de la mayor parte de las colonias francesas y, siguiendo a las tropas aliadas, de amplias zonas de Francia. Permanecían leales al jefe de estado en Sigmaringen las islas Guadalupe y Martinica y la colonia Indochina (bloqueada de forma muy similar al gobierno central por las fuerzas de ocupación japonesas, pero igual de indivisible). Pesados equipos de radio operaban desde el ático del castillo en dirección a ultramar. Entre las competencias del gobierno atrincherado en un espacio tan estrecho se contaban los más de un millón de franceses prisioneros de guerra o reclutados para trabajos forzosos en territorio del Reich, así como los 20 000 soldados de la División Carlomagno.Como a un príncipe católico del siglo xvii sus confesores, a Pétain lo asesoraban los juristas que traía. Justo ahora, reducido a un resto de potencia, no podía permitirse una renuncia ni un error que mermara la autoridad de la Francia eterna (la France perpétuelle). Once millones de kilómetros cuadrados de superficie marina pertenecían a la nación. Pétain aún estaba en condiciones de otorgarle al capitán George Brouder, dueño de una flota pesquera en Brest, una concesión para explotar alguna de aquellas zonas marinas. Nunca se concentró tanta legalidad en un espacio tan estrecho como en el castillo de Hohenzollern.Friedrich Sieburg como médico literario de Pétain33A modo de un «médico político», Friedrich Sieburg acompañó al jefe de Estado Pétain en su último exilio (como consuelo, confesor, consejero, animador, informante). El general se sentía «como en un país extranjero». No encajaba en su tiempo. Ahora había sido llevado al castillo de los Hohenzollern, la residencia de la línea católica de esa estirpe de príncipes, donde nunca habían estado los reyes prusianos. Se ganaba tiempo.Unos dos mil colaboradores en el castillo y en el pueblo: el régimen de un microprincipado en el siglo xviii. Al pueblo había llegado el escritor Louis-Ferdinand Céline, que no suplía la falta de liderazgo, pero era testigo. Instalado en la habitación 11 del hostal Zum Löwen, impartía consulta como médico. En medio de ese caos, la voz serena de Friedrich Sieburg. No hablaba en absoluto por Exteriores, que le pagaba. Encarnaba más bien la línea de pensamiento de la antigua stoa: cómo mantener la compostura en una situación desesperada. Y es que era eso, y no el consuelo de una religión, lo que necesitaba el solitario mariscal.Pétain se había esforzado (en 1916 y 1940, también después). ¿De qué le servía? Preveía ser fusilado como los desertores de 1917. Había una diferencia en si lo colgaban con oprobio o le disparaban dignamente al pecho. En esa herida mental, Friedrich Sieburg vertió el fármaco de la memoria literaria. Es uno de los raros casos en que confluyen la historia y el consuelo intelectual. El estadista de ochentayocho años era un aldeano. Con historias grotescas de Rabelais Sieburg lo animaba, lo distraía y por así decir lo preparaba para la absolución. El consejo de Sieburg: cruzar a Suiza, desde allí entregarse voluntariamente al Tribunal Supremo de Francia mientras el mundo aún cree que está seguro en el asilo suizo. Un ataque final, una sorpresa, al presentarse en la frontera de Francia. Sieburg había extraído el gesto de su caja fuerte literaria. Se trataba del último grado de voluntariedad que aún estaba disponible, un elemento político pesable en gramos. Tras la condena a muerte impuesta a Pétain, decidió su indulto a destierro perpetuo en la isla de Yeu. Y es que no lo podían condenar a muerte, tal como Sieburg había previsto, después de haber abandonado voluntariamente su alojamiento junto al lago de Walen en Suiza. «Si no te cogen, no te cuelgan». Un último triunfo del bagaje literario en medio de la consecuente derrota del Tercer Reich.

24 Triunfo de la arqueología prusiana en las pirámides.

25 En Bad Ems, en el año 1919, oficiales franceses contemplan la placa arrancada que conmemora el llamado telegrama de Ems. Una versión exacerbada de un mensaje del rey prusiano sobre una charla con el embajador francés, que Bismarck elaboró y publicó por su cuenta y riesgo, fue el desencadenante de la guerra de 1870.Un carterista cae en un grupo fusionante:«Ese día no le dejó más que su entusiasmo»Fuera, el frío cielo de noviembre de Hannover. En el interior de la Ópera, en los escenarios de ensayo y en el principal, se preparan los elementos que está montando Peter Konwitschny para un pasaje de la scena in musica de Luigi Nono: «Al gran sole carico d’amore» — al sol radiante cargado de amor. El sociólogo Oskar Negt está aquí invitado por el director. En la platea de la Gran Sala se enardece con la música de Nono, que le recuerda a Bellini. El pasaje de la ópera de Nono que vienen ensayando está ambientado en la Revolución rusa de 1905. Trata de una madre y de su hijo Pavel, un agitador socialista. Hay que esconderlo de la policía. La revolución de 1905 no generó dominio alguno y apenas se enzarzó en violencia. Un anhelo de ruptura y de renovación social, en eso coinciden Oskar Negt y Peter Konwitschny (se sienten refrendados por la música de Nono), emana hasta hoy del torbellino de esta breve revolución (como de un vacío).

26 «Un tren en la noche del mundo».Sala de lectura rusa en Heidelberg durante la Revolución de 1905De vuelta de su viaje a San Luis, Max Weber está fascinado por las noticias de Rusia. Hablan de un movimiento revolucionario que se extiende a toda velocidad, afectando a las ciudades y en parte también al campo. En el plazo de un mes, Weber aprende a leer los periódicos rusos. Su juicio se basa en encuentros con jóvenes e inteligentes emigrantes que se reúnen a diario en la sala de lectura, que está provista de periódicos.Dos veces hace planes de viajar a Rusia. Pero igual que los emigrantes del círculo de lectura se quedan en Heidelberg, también él se limita a comprender mentalmente el formidable movimiento. Es redactor de la revista Archiv für Sozialwissenschaft und Sozialpolitik. En ella han de aparecer los textos que escribe. El proceso requiere demasiado tiempo con relación a los acontecimientos. Estos dejan atrás lo escrito. Viacheslav K. von Pleve, el odiado ministro del Interior del zar, es víctima de un atentado. De pronto se estanca el movimiento revolucionario. Y todavía no han aparecido las reflexiones fundamentales de Weber.Su análisis es a largo plazo. Enlaza con su trabajo sobre la historia de la reforma agraria en la antigüedad romana. La hambruna de los campesinos le parece el motor del proceso revolucionario. En este sentido, escribe, Rusia (y no Estados Unidos) es para el Reich alemán «el país de las infinitas posibilidades». En las semanas en que llegaban a diario a Heidelberg noticias de la transformación, a Weber le parecía coherente lo anotado. Ahora, después de que haya pasado ya el momento histórico, encuentra sus apuntes incoherentes. La idea de una oportunidad para Alemania le resulta codiciosa.¿Qué es un «grupo fusionante»? / Rosa Luxemburg y la Revolución de 1905El «grupo fusionante» es el elemento de todas las revoluciones. La gente se aglutina. Todavía sin saberlo, forman un estado novedoso respecto a su vida anterior en el que sus cualidades se unen sin que lo pretendan: por debajo de sus voluntades, bajo la impresión del revuelo que se ha adueñado de la ciudad, en base al presentimiento y al arrojo. Refuerzos de gente desde el campo. Se alinean. El «nuevo hombre revolucionario» (elemento inestable en un principio) no consiste en personas, en los propios hombres viejos, sino que surge entre ellas, de los huecos que separaban a la gente en el día a día.En Kiev, un carterista cayó en un grupo fusionante que avanzaba hacia la estación. Querían ocuparla. Guardias zaristas trataron de frenar a la muchedumbre. Al carterista le había atraído la ocasión, pero olvidó su negocio. Se convirtió en uno de los batidores que exploraron para los manifestantes el camino que llevaba a la plaza de la estación por calles laterales. Durante varias horas el joven no robó nada. Por la tarde le tocó pasar hambre. Ese día no le dejó más que su entusiasmo.Un abogado al que su tiempo siempre le había sido preciado (los abogados son proveedores de servicios) se extravió en el mismo grupo. Recorrió la ciudad con la horda sediciosa, reforzó sin quererlo (y desaprobando en lo subjetivo tales disturbios ilícitos) el ímpetu del ataque a las barreras policiales al haberse sumado a la muchedumbre. Anduvo por la ciudad hasta entrada la tarde.Rosa Luxemburg, que al enterarse del estallido de la revolución había partido de Berlín sin conseguir llegar a tiempo, trataba de reconstruir la experiencia de los primeros días. Recababa informes. Las noticias coincidían en que, en el momento de la transformación, los mensajes, las ideas, los impulsos de obrar se difundían más rápidamente entre la gente de lo que hubiesen hecho mediante la telegrafía o los medios de transporte. Le parecía, así escribió con cierto patetismo en sus artículos para el Leipziger Volkszeitung, como si estuviera actuando una única criatura, un artífice total de la revolución. A los pocos días ya no era más que un recuerdo. El «gigante» del que escribiera Rosa Luxemburg parecía haberse desintegrado en ese plazo.A diferencia del ser humano, escribía Rosa Luxemburg, que nace como un bulto minúsculo y crece hasta convertirse en adulto, la revolución nace como un cuerpo gigante, como nueva sociedad, y necesita tiempo para retransformarse en los individuos en los que consiste. La cuestión decisiva, que la ocupó hasta el final de su vida, le parecía: cómo mantener con vida, alimentar y arropar más allá de las primeras semanas y sobre todo luego, los primeros siglos, al bebé gigante de la revolución. Creía haber visto durante algunos días, tras su llegada, a esa criatura especial. No se conocía ningún medio con el que haber podido salvar en el tiempo una FUSIÓN semejante bajo las condiciones del día a día productivo o la privacidad de la familia. En la vida falsa no prospera revolución alguna. Sin revolución no hay vida auténtica.

27 Max Weber (segundo por la derecha), prestando servicio de guerra en 1916 como administrador de un hospital militar.En el atasco del tiempoEn el castillo de Lauenstein se reunió, en torno a Pentecostés de 1917 y de nuevo en octubre, un parlamento de ingenios de gente joven y mayores rejuvenecidos: invitados por el editor Eugen Diederichs y prosiguiendo la enfática Reunión de Juventud en el Hoher Meißner de 1913. Pero ahora, en plena guerra, se trataba de tomar decisiones sobre el futuro del Reich y de Europa. Entre los asistentes Ernst Toller, Friedrich Meinecke, Theodor Heuss. Max Weber se ganó a estos jóvenes con sus intervenciones.«Taladrar con pasión». La pasión no suele caracterizar las actividades de las instituciones. La hay por algunos años en la administración prusiana, tras la derrota contra Napoleón en Jena y Auerstedt. Nada de ello se repitió después de 1914. El lento avance de los meses en guerra paralizó las fuerzas anímicas en el Reich. Los llamamientos emocionantes son siempre los de los demás: en Rusia, en China.¿En qué cursos nocturnos se forma al hombre del siglo xx? Los cargos políticos que aúnen pasión y tino no pueden ser legos. El káiser actual, una serie de presidentes provinciales en Prusia, algunos directores generales del sur de Alemania, quedarán como legos, según Max Weber, cuando la nueva juventud despierte en honda objetividad (racionalidad) y vibrante capacidad de horizontes (pasión). A su alrededor, diría después, tipos atractivos. Max Weber llegó a hablar de los berserker, cuya extática disposición a la lucha e impavidez ante la muerte debería ir ligada a la capacidad de organizar una oficina, igual que Moltke instaló su oficina en su tienda durante la batalla de Königgrätz. Con su idea de que hace falta formación, de que así pues habría que aprender, Weber no tuvo demasiado éxito entre los jóvenes. Sufrían de un atasco de motivos. No querían aprender, sino intervenir.«La persona se convierte en cosa»El espíritu del capitalismo es un concentrado inmaterial, proseguía Weber, destilado a lo largo de 400 años de miedo a la muerte, fe (como respuesta a las penurias y el espanto) y tensión de toda el alma: un fluido, «que de pronto se vuelve cristalino en todo un pueblo y convierte a las personas en cosas».Con proclamas como esta, Max Weber asombraba a la juventud y a sus rivales en el castillo de Lauenstein. Un concentrado similar, decía Weber, es la idea de vocación: que mi trabajo me vincula con todos los demás seres humanos del mundo y por eso debe cuidarse como los alimentos que hay en la despensa. ¡Esa es la verdad! Un tercer atractor es el poder. Acumula la confianza que vuelve a surgir en las familias con cada generación.Como en millones de chozas de carbonero, una sociedad obtiene sus brasas del reino de las familias. Aquí reside el vínculo entre familia y poder. Por eso el poder se presenta como persona, y si después es decapitado el cuerpo real del soberano, el personalismo se transfiere a todos los miembros individuales de la sociedad: todo el mundo es rey. El monarca, en cambio, se vuelve estúpido, sostenía Max Weber entre aplausos, como nuestro soberano absoluto Guillermo II.

28 Max Weber (segundo por la derecha, de pie). Abajo (segundo por la derecha, sentado) el escritor Ernst Toller, más tarde revolucionario en Baviera. El cuarto por la izquierda es Theodor Heuss.Viaje a KalínovkaSe toma el tren nocturno de Moscú a Kursk. Desde allí en coche, por carreteras sin asfaltar y caminos de arena, dos horas hacia el oeste hasta Dmitrievka. Desde allí en dirección sur hasta Chomutovka. Allí hacia el suroeste, el desvío a Kalínovka.En la cima de su poder como secretario general del pcus, a Jrushchov lo adulaban todo tipo de consejeros y asesores. A principios de 1960 supieron, por un comentario del jefe, de su maestra Lydia Shevchenko. La localizaron e hicieron llevar a la anciana a Moscú, donde presentó una ponencia en el Congreso Panruso de Educadores. Allí explicó que Kalínovka era «un pueblo terriblemente aburrido». Por lo que ella sabía, Jrushchov (como alumno y durante sus visitas a su localidad natal) había expresado una antipatía contra la clase campesina, que se aferraba a una posición desesperada. Al menos uno debía intentar llegar a ser minero en la cuenca del Donets. Los campesinos no eran proletarios. Tras estas declaraciones, la mujer fue retirada en seguida de la circulación. Jrushchov fue a buscarla. Resultó que en la última década había ido dos veces al año a Kalínovka. Abrazó largamente a la rebelde envejecida.

29 Lydia Shevchenko, maestra de primaria de Nikita Jrushchov, que, en 1905, con once años, asiste a la escuela en Kalínovka. La joven maestra, atea y rebelde, descubre la inteligencia del chico. Le inculca el espíritu de 1905.Max Weber compara la reforma agraria en Roma con la «hambruna rusa de 1905»Para Max Weber, la corriente decisiva (que seguiría obrando tras el fracaso de la revolución) no eran las raudas ideas y rotundos eslóganes de los urbanitas que se erigían en portavoces de la Revolución rusa de 1905, sino la hambruna, la impetuosa fuerza de voluntad, estancada durante siglos, de quienes trabajan la tierra. No decía «campesinos» porque buscaba el vínculo teórico con los tenaces empeños de la reforma agraria en Roma. Esta se prolongó durante 400 años (una subrevolución de la revolución agraria que llega de Babilonia). No podía llamarse campesinos a quienes habían impulsado ese proceso a lo largo de generaciones. Ellos mismos se llamaban colonos. Uno era el emperador Diocleciano.Weber creía reconocer en la historia agraria de Roma un movimiento continuo, comparable a un río subterráneo, que habría constituido la fuerza secreta del Imperio. En su centro estaría la capacidad de delimitar la tierra y cultivarla en colaboración. El auténtico fruto se daría así en la cabeza, que sería un suelo de segundo orden. Las comunidades crecen en esos terrenos. El interior del ser humano: «como un jardín bien rastrillado».Como dice Weber, este «elemento romano» no se encuentra ni en las guerras de campesinos alemanes ni en la Rusia del año 1905. Pero tampoco cabía reconocerlo en Roma el año en que se fundó la ciudad, 753 antes de Cristo. Weber calculaba que de los impulsos de 1905 podía surgir en 50 o 100 años una «República del Este», liderada por un nuevo tipo humano. Objeto del proceso sería no ya la propiedad y el trabajo, sino la adaptación del terreno al refinamiento alcanzado por el cerebro, la mejora del terreno mental. Esa nueva inteligencia, preparada para «taladrar tablas duras», podría asumir la administración del mundo.Un grupo de investigadores en AkademgorodokEn Akademgorodok, junto a Novosibirsk, investigaban en los años 1984-1987 doce expertos que había enviado allí Andrópov y más tarde asesoraron a Gorbachov. Estudiaban la cuestión de si los notorios avances en la gran Rusia (en contraste con sus no menos notorios déficits en motivación y politización) tenían una raíz especial, específica de Rusia. Y es que en tal caso sería posible invertir el lema «socialismo en un solo país», germen de innumerables retrocesos y sacrificios, y abordar algo útil para el mundo. El desarrollo de las fuerzas productivas, según los investigadores, requiere un eco del mundo, si es preciso en forma de mercados.Puede que se genere de otro modo, decían los investigadores, un «centro de los sentimientos» — seguramente inalcanzable para los órganos directivos. La existencia en el firmamento de la mir, el sorprendente hecho de que con el almirante Gorshkov se alcanzara casi el poder naval —esto último les parecía a los investigadores un logro estéril, pero asombroso—, la explosión del sistema educativo, de la ingeniería y la propia Glasnost eran frutos que debían tener una raíz común. En ese sentido, los doce investigadores entendían que la perestroika y antes la fase de prueba de la desestalinización bajo jrushchov eran una continuación de los impulsos de 1905 y no una prolongación del golpe de estado de 1917. «Muy por debajo de la nieve» fue el título de una publicación conjunta de los doce, que tras hundirse el imperio se dispersaron por Estados Unidos en Berkeley, Stanford, Harvard y Yale y ya no volvieron a trabajar juntos allí.Desigualdad de todos los avances en RusiaTodos los progresos en Rusia son desiguales, apunta Leonid Andrópov, sobrino en sexto grado del secretario general (para lo que se basa en Alexandr Pushkin). Andrópov es economista, de la escuela de Nikolái Kondrátiev. Así, explica, la pesca está desarrollada en el mar de Barents desde Lomonósov, que fue pescador antes que investigador, pero totalmente subdesarrollada en la costa del Pacífico. Rusia posee los mejores rompehielos del mundo, pero ningún modelo práctico de bote pesquero. Desde Pedro el Grande se siguió con los manuales holandeses para construir botes pequeños. En cambio, varios modelos grandes llegaron tarde. Así, en los años cuarenta, los de la guerra, había abundantes poblaciones de ballenas al alcance de los puertos rusos. La Unión Soviética construyó entonces en los años sesenta el Sowjetskaja Rossija, un ballenero del tamaño de un portaaviones. Para poder pagarlo, se forzó el sector ballenero, ya apenas rentable (y se mentía con las cuotas). Entretanto, las poblaciones de ballenas se habían reducido en todo el mundo. Utilizar el gran barco no valía la pena. El Sowjetskaja Rossija fue retirado del servicio. Se usa como matadero flotante de ovejas australianas. La necesidad de abastecer a la tripulación nativa en aguas de las antípodas anula el beneficio económico. La estadística ha de ser falseada de nuevo. Así, éxitos que no están interrelacionados, dice Leonid Andrópov, generan el estancamiento de la economía del país.

30 Leonid Andrópov.

31 Nikolái Kondrátiev.Un profeta es asesinadoEl economista ruso Nikolái Kondrátiev, marxista, pero también «teórico más allá», formuló la teoría de los ciclos económicos largos. Cada una de esas ondas largas, que se dan desde el comienzo de la Revolución Industrial, abarca entre 51 y 59 años.1787-1843 / 1843-1898 / 1898-1949 / 1949-2008Un ciclo, según Kondrátiev, se divide en primavera, verano, otoño e invierno. En el invierno del desarrollo capitalista reinan la depresión y el estancamiento. Tal vez lo que ahora estamos viviendo. El momento de mayor dinamismo llega con la «primavera» y el «otoño del capital». El otoño tardío de cada ciclo lo caracterizan un dinamismo excesivo y burbujas especulativas, como si las fuerzas vitales del dinero se concentraran de nuevo en el último momento antes de que llegue el frío. Las observaciones de Kondrátiev no se ajustaban a la ley de la caída de las tasas de beneficio, por la cual es el desplome del capitalismo, y no su movimiento ondulatorio a largo plazo, el que rige el futuro. Kondrátiev fue retenido en prisión por Stalin y condenado a muerte el 17 de septiembre de 1938. Fue fusilado el mismo día de la condena.Cuatro últimos apuntes de KondrátievPóstumamente apareció en París, en enero de 1939, un cuaderno con apuntes de Kondrátiev, como un mensaje en una botella. Aproximadamente, dice allí:No hay una Edad de Oro del capital.La mayoría de las organizaciones con las que la gente puede defenderse colectivamente no poseen estructura productiva propia. En caso extremo, son chantajeables.Debemos buscar organizaciones de la solidaridad que posean estructura productiva propia. Existen. En ellas la gente no solo puede defenderse, sino (sin atacar directamente un sistema) contraponer alternativas autónomas. No la utopía, sino la heterotopía.Para la autonomía rige la ley de la gravedad. Ahí se demostraría, según Kondrátiev, que los resortes de cartón de la cleptocracia ejercen a la postre escaso atractivo en la gente. Hay una gravedad más poderosa en la autoestima humana.

32 Entre las riquezas de Rusia están sus cumbres. Ascenderlas es la mayor virtud de un camarada. Mientras que, como indica Jrushchov, «nuestros campesinos no tienen especial ambición intrínseca para la escalada». Quería decir con ello que son perezosos, que tampoco se esforzaban espontáneamente por medrar en el partido.Descubrimiento de una exposición olvidada del año 1937En el año 1987, con toda la población soviética siguiendo la Perestroika, lo que significaba el presente y el futuro, no era fácil organizar una exposición conmemorativa del 70º aniversario de la Revolución de Octubre (1917-1987). Vladímir J. Schlomberg, hombre de confianza de Gorbachov, había asumido el encargo. Durante la investigación, sus colaboradores dieron con una sala de máquinas sin identificar en los registros cerca de Moscú. Embaladas en cajas y en grandes estanterías, se hallaban allí las piezas de una exposición que se frustró en el año 1937 porque sus organizadores sucumbieron a la ola persecutoria y habían sido asesinados.Los carteles, las reproducciones en color de cumbres de montaña, las figuras a tamaño natural de montañeros legendarios, todos ellos camaradas revolucionarios, pertenecían al organismo Obšcestwo proletarskogo turizma i ekskursiij (opte). Uno de los héroes y proveedores, el camarada Krylenko, alto cargo en el Comisariado Popular de Justicia, había hecho embalar y almacenar la exposición que él iniciara con un último poder (y se encargó también de eliminar el almacén de los registros). Fue detenido al día siguiente y fusilado pocos días después.

33 Cumbres de montaña de difícil acceso, coronadas con la bandera de la URSS.

34 Sello especial. Un campesino con los rasgos de Trotski siembra trigo. Desde el suelo se elevan aviones. Vuelan hacia el sol.Ascensión a los montes más altos de la Unión SoviéticaGorki formuló el lema «siempre más alto» del pujante hombre soviético que se sobrepone a las fuerzas de la naturaleza. Eso hacían los aviadores soviéticos, las cifras de producción de tractores en las estadísticas y el alpinismo. Durante mucho tiempo, el pico lenin en el Pamir pasó por ser el monte más alto. Luego una cumbre del Pamir, con 7495 metros sobre el nivel del mar, resultó más alta; recibió el nombre de pico stalin. Tras el discurso secreto de Jrushchov, que destronó a Stalin, se lo rebautizó como pico comunismo. Los Komsomoles escaladores ascendieron en los años hasta 1937 una docena de montes en el Altái y el Pamir y les pusieron nombres socialistas.En julio de 1937, la primera ola de detenciones alcanzó a los clubs alpinistas soviéticos. Los montañeros profesionales habían tenido contacto con montañeros de otros países, por ejemplo, con Schutzbündler austríacos (camaradas que habían huido del giro reaccionario de 1934) y refugiados de la Guerra Civil española. Eso los exponía a la sospecha ubicua.Vitali Abalákov, Hans Sauberer, Peter Zaričnjak y por último Krylenko, fueron víctimas de las acusaciones. Las organizaciones de masas alpinas, así como las Alpiníadas de 1935 y 1936, pasaron a ser lideradas por importantes políticos.

35 Solo dos ideas se convirtieron en un poder material, porque llegaron a las masas, afirma Schomberg: la electrificación y la aeronáutica. En este sentido, la nave espacial Soyuz sería una continuación del biplano de 1923. La exposición «Rusia 1917-1987» fue un éxito.

36 «Estuvimos en el Elbrús. Ahora vamos al Kazbek. Luego subiremos al Pico Stalin.»¿Son Glasnost y Perestroika un salto al futuro, y en tal caso, desde qué suelo?Walter Seidel iba en la comitiva del presidente alemán Richard von Weizsäcker cuando este visitó en 1987 a Mijaíl Gorbachov y al jefe de Estado ruso que por protocolo le correspondía, Andréi Gromyko. Provenía del círculo del Instituto de Economía Mundial en Kiel y estaba fascinado por las transformaciones que tenían lugar en la Unión Soviética bajo los nombres de Perestroika y Glasnost. Seidel no obtenía su información de los periódicos, sino de los dosieres que llegaban al Instituto en inglés y japonés. Seidel era joven, y sentía que las cuestiones de la época aguardaban respuestas rápidas y profundas como las que atesoraba él, recién formado para ello. Le gustaba responder a preguntas difíciles.El encuentro con los técnicos del Comité Central moscovita, a los que Seidel describió como competentes y capaces, tuvo lugar en un edificio nuevo construido catorce años antes siguiendo un plan arquitectónico de los años veinte: como sede de la autoridad central del partido comunista, justo en el momento en que parecía ya vislumbrarse su declive. El nuevo alojamiento en el remodelado espacio debía reavivar el flujo en las «arterias sociales enfermas». Los audaces planificadores del año 1923, fallecidos hace mucho, habían diseñado los edificios en el estilo de un Gran Hotel. Antes y justo después de la Revolución rusa de 1917, las reuniones de los revolucionarios solían tener lugar en hoteles. El planificador de 1923, al que los arquitectos de 1973 siguieron fielmente, partía de ese recuerdo. Lo cierto es que solo aquel período anterior a la toma del poder (con un breve eco en la época posterior) había sido político.En la recepción examinaron los papeles de Seidel. Igual que en un hotel de verdad, las llaves colgaban de la pared tras el conserje, que ostentaba un alto rango en el servicio secreto. Los burócratas del partido, responsables del juicio político que desde hacía años acompañaba a las medidas tomadas de hecho en los centros de decisión económicos, ocupaban cuartos angostos, tipo tuberías, como los que surgen cuando se vacía una habitación de hotel generosa destinada a antiguos señores y se la divide en dos incorporando estanterías y tabiques. Era un híbrido entre brillo histórico y eficiencia que estaba ya presente en el trazado de los hoteles suizos y parisinos que sirvieron de modelo al diseño del edificio. El titular responsable para «Nuevas estrategias económicas» le pareció a Seidel perezoso y mal informado.El hombre intentó ser cortés con el extranjero, también por quitárselo de encima pronto. ¿Para qué vivía en ese tubo? ¿Qué le interesaba? ¿Qué quería hacer después de despachar a Seidel? A Seidel todos los detalles de ese cuartel general del partido se le aparecían como simulacros, una especie de camuflaje que debía distraer de que las decisiones verdaderamente relevantes se tomaban pese a ese control político en otros lugares. El sujeto político se había marchado del hotel sin dejar una dirección.El edificio no contaba con una máquina expendedora de bebidas. Los revolucionarios de antes de 1917 no necesitaban nada de eso, ya que acudían a los cafés de los alrededores. Y tampoco estaba prevista en los planes, que eran elaborados en el sector de suministros, al margen del poder del partido.Un análisis de la Revolución rusa, que por un momento pareció volver con Glasnost y Perestroika, arrojaba para Seidel la siguiente imagen: los grandes institutos científicos y combinados económicos, a los que se agregan puestos de planificación y suministros, funcionan como grandes fincas. Producen rentas. Conforman el suelo, un suelo de segunda naturaleza. Así, los institutos, empresas y organizaciones se superponen a paisajes enteros y coexisten con bosques, ríos, pueblos y el conjunto del territorio ruso, que es degradado a realidad meramente complementaria, una zona económica paralela. Gobierno, institutos y combinados —a los que hay que sumar la estructura militar con fincas agregadas y unidades de suministro— son objeto de una «reforma decidida», en cierto modo una reforma agraria en quinta dimensión.«La gran Rusia alzó su ánimoSe hinchó el valorVolaron las virutas»¿La Perestroika sería entonces una revolución campesina? ¿Los siervos toman las fincas?No, los propios jefes y sus adjuntos.¿No tiene lugar una redistribución?No una redistribución del suelo social, sino una disolución de ese suelo, ya que consiste en segunda naturaleza, no en tierra, agua y el tiempo, más bien en planes de suministro, decretos, también costumbres. Un político de la Perestroika tiene que ser jurista.

37 Jrushchov y su mujer Nina Petrovna.

38 Jrushchov en San Francisco. ¿Fue su política un antecedente de la Perestroika? ¿Era él un partidario de la Revolución de 1905? ¿Estalinista? ¿O un poco de todo?Ahora se añade la perspectiva económica: ¿podría usarse el concepto de Schumpeter de la destrucción creativa?Igual que el capital releva históricamente a la agricultura clásica. Pero no se ve un capital.¿El capital es la euforia, el impulso que surge en las cabezas?Ahora tendría que arrancar la industrialización de la conciencia. ¡Una ofensiva educativa!¿Cree que una sociedad socialista puede vivir de información y textos?Sobrevivir de algún modo, si los institutos y organizaciones siguen alimentándola.¿Y no se vuelve a caer al suelo real? ¿De la segunda naturaleza a los caminos embarrados de Rusia durante la raspútitsa34?Jamás. El suelo real hace tiempo que está asfaltado. Los pueblos de 1905 ya no existen. Sus habitantes se han convertido imparablemente en moscovitas.En los apuntes que Seidel se llevó a Kiel, la información correlacionaba con observaciones de los escritos de Adam Smith. Si los procesos en la gran Rusia no eran interrumpidos de repente y con violencia, aquí podía surgir una segunda vía a la futura sociedad de la información.Esbozo de una red cooperativaEl vicejefe del sector bancario de la rda y, por tanto, según los usos organizativos del bloque del Este, su mente política, en quien más tarde llegaría a confiar Hilmar Kopper35, desarrolló el siguiente plan para salvar la sustancia de la antigua industria naval de la rda: producción a crédito de una flota pesquera para los complejos de pesca del mar Blanco en Múrmansk y Arcángel. Contra entrega de pescado según un plan decenal. Tratamiento y envasado en latas del material congelado y transportado por ferrocarril en tren expreso en empresas de la costa báltica, sobre todo en Rostock. Exportación al Oeste —al amparo de una guardia de diseñadores de Frankfurt que debían ser adaptados a la mentalidad de una producción oriental mediante cursos de formación de adultos—. El mercado de consumidores quedaría seguramente más allá del Rin, según el experto en banca, donde había menos prejuicios contra la calidad oriental. El plan era subjetivo y objetivo, es decir, remitía a personas, maquinaria, las capturas en el mar, redes viales y mentalidades. Con habilidad y trato personal confiaba en superar las trabas de la Treuhand, intervenciones de cadenas de comercio pesquero germanooccidentales, la incomprensión de las plantillas, las dificultades de traducción entre alemán, ruso y francés, pero también los distintos hábitos lingüísticos de la economía oriental y la jerga mercantil del Oeste. Dominaba una red de contactos entre especialistas que habría dejado pequeña a la del mercado negro de 1946. Mil proyectos como el esbozado aquí, sostenía este vicejefe cuyos servicios serían requeridos después por un gran banco alemán, habrían logrado preservar la autoestima y la industria de la Alemania oriental como un jardín bien cuidado.El equilibrio en el presupuesto político-emocional de la República Democrática AlemanaEn el debe y el haber del balance político-emocional, y no solo económico, la producción en las empresas generaba una desidia (en sentido positivo) que volvía a empezar cada lunes. En ella coincidían todos y el inmenso volumen de insistencia en los hogares (el tesón del trabajo relacional) arrojaba un saldo positivo en equilibrio. Ninguna sociedad se desmorona mientras la anclen esos pesos.Con este haber (y algunas partidas extraordinarias de política exitosa) contrastaba como debe el gasto en lealtad que se había acumulado en cuarenta años: un montón de deudas. Un período de ocio de solo diez días, como el que regía en el mes de septiembre en la Revolución Francesa, habría hecho colapsar el balance político: si la producción se detuviera y los hogares siguieran su propio camino. Los siete días espiritualmente sometidos entre Nochebuena y Año Nuevo no derribaron el poder. Pero un mes de vacaciones como el de agosto de 1989 podía llevar a un desequilibrio que sacudiera la república y generase un agujero sobre el que una y otra vez habían alertado los órganos de la seguridad estatal.La noria de ChernóbilLa misma fuerza organizativa que mantenía en marcha todos los sectores de la urss era tan responsable de los preparativos anuales del día de la clase trabajadora, el 1º de mayo, como de la porosa planificación (la ligereza, los concentrados técnicos y el desorden de competencias eran absorbidos como en una esponja) que llevó a la avería del reactor 4 en Chernóbil el 26 de abril de 1986. La ciudad ya había sido evacuada. Pero seguían en pie, sin que ya nadie las mirara, las instalaciones del parque de atracciones para el 1º de mayo. Las dominaba una llamativa noria que aguantó allí dos años, porque nadie se atrevía a desmontar el aparato contaminado. Se alzaba rígida antes de oxidarse en el próximo invierno. Los mudos testigos de una conmemoración y la ruina paisajística del parque tecnológico cubierta de lava invisible: dos símbolos políticamente opuestos del trabajo humano.El ideólogo desconocía el concepto de alienaciónEn el tercer año de la Perestroika, en la época de la visita a Moscú del presidente alemán von Weizsäcker, las personalidades políticas del Kremlin se mostraban ostentosamente accesibles. Si se sumaba al grupo que lo rodeaba, uno podía preguntar a Aleksandr Yakovlev, responsable de Ideología en el Politburó. Aunque cada minuto que pasaba así retenía el proceso de cambio en la Unión Soviética, no mostraba impaciencia. Sus discursos eran genéricos. La economía le interesaba como una cuestión de abastecimiento de la población urbana en invierno.No conocía la palabra enajenación. Perplejo, hizo suyo el término inglés alienation, que parecía casar bien con circunstancias que conocía. Se necesita tiempo, dijo, para aprender. Los conservadores como Ligáchov, añadió con expresión irónica (logró una distorsión afectuosa y creíble de su masa facial), disponen de una gran cuenta corriente en tiempo; también han leído a Marx mejor que él. Él siempre anda con prisa, no puede leer cosas nuevas. Si no pasa nada, gana el defensor. Los conservadores pertinaces en la administración pueden esperar, nosotros no. Sonaba escéptico.Él había luchado contra los alemanes en Leningrado. Ahora, con motivo de la visita, vería a un presidente alemán que se le había enfrentado en el bando de los ocupantes, miembro de un regimiento de élite. Pero como no avanzaron lo suficientemente rápido, y perdieron tiempo en el norte de Rusia, Alemania fue vencida. El ataque final a Berlín fue solo la consumación. El político, que pasaba por ser el nº 2 de la jerarquía, parecía cansado. No estaba claro hasta qué punto comparaba al grupo que llevaba adelante la ofensiva de la Perestroika, o sea, a sí mismo, con el regimiento de infantería nº 9, que fracasó en una isla del Báltico o frente a Leningrado porque llegó tarde. Muchas cosas parecían darle igual a Yakovlev.Frente a Leningrado, la causa de los defensores era la buena. ¿Y en el caso de Ligáchov, que defendía las posiciones del aparato y de los sectores agrícolas? No, respondió Yakovlev.Las arañas de la sala de Santa Catalina imitaban a las que iluminaron las recepciones del zar y por muy poco tiempo al intruso Napoleón, entonces con velas. Eran productos eléctricos de los años treinta cuidadosamente hechos a mano, fabricaciones especiales para la dirección del partido. Llaman ahora a la cena de gala. La disposición de asientos fija es inapropiada para el diálogo político, porque nunca se logra sentar juntos a los interlocutores que tienen algo que decirse. El reparto de asientos se hace por jerarquía. Pero en la rfa el responsable político es el jefe de gabinete, y en la urss el vicejefe. Nunca se les sienta juntos. Tras los comensales tiene que haber también en un taburete un traductor bilingüe. Y además, un segundo intérprete que traduzca no ya el idioma, sino los significados históricos de las palabras, su contexto. La comida no puede consistir en cinco platos. La sopa caliente basta, porque distiende. Después habría ocasión para el diálogo político, pero este no tiene lugar por la inapropiada distribución de asientos. Todo esto, la reactivación de los conceptos clásicos y la transformación en foro de los banquetes oficiales, son también tareas de la Perestroika.«Radio cerebral»En el instituto de Leonid Vasíliev en Leningrado estudiaban la radiación cerebral psicofísica. Durante breves instantes se podía generar en las salas del instituto el zumbido de las lámparas anímicas. Aunque quienes fueran de formación materialista siempre podían interpretarlo como una «radiación física».Cuando se está tendido junto a una persona a la que se quiere, sobre todo por la mañana, cuando despiertan las fuerzas corporales, cualquiera puede notar el flujo de esas fuerzas.¿No es solo calor?En absoluto.¿Tampoco es espiritual?Es exaltante. Pero en realidad es el «ruido sensorial», como el rumor de dos ciudades, el torrente de luz de una ciudad atravesada por un río, ambos lados de la ciudad se influyen mutuamente con sus masas de luz.Los biocosmistas proclamaron a los seres humanos del socialismo, los Humanos Reunidos, una especie de ciudad fisiológica. Así como la ciudad acumula seres humanos en edificios de varios pisos, y estos, mediante aeronaves y aviones y ciudades estelares que se hallan muy por encima de las nubes, se elevan en la tercera dimensión (vista desde la planicie de los campos), así se acumulan las características elementales de los seres humanos en la sociedad socialista. Constituyen una industria doble: en las fábricas y en sus relaciones mutuas como fábrica social.Es sabido que Lenin, en su texto Materialismo y Empiriocriticismo (dirigido contra Alexander Bogdanov), rechaza cualquier tipo de creencia en los espíritus. Solo que ningún biocosmista habló jamás de espíritus. Todos son materialistas consecuentes. Pero lo son en el espíritu de los santos y obispos de la Antigüedad Tardía. Esa es una prerrogativa rusa. Si el cuerpo de un muerto no muestra signos de putrefacción al abrirse el sarcófago, acredita su santidad. Pero la revolución aspira a que esa promesa de inmortalidad que pregonaban injustamente los propagandistas cristianos se imponga bajo las condiciones reales del saber, el trabajo y la socialización de nuestra república.¿Quiere decir inmortalidad y resurrección de los muertos en sentido metafórico, por ejemplo, como proyecto museístico? ¿O como proyecto de embalsamamiento?En absoluto.Hasta 46 Institutos de la Academia de las Ciencias en distintos lugares de Rusia trabajaron por momentos en el proyecto revolucionario «Nueva humanidad», es decir resurrección de los muertos, rejuvenecimiento y en último término inmortalidad de los vivos, igualdad de los no nacidos.¿Lo político ha de someterse a la crítica de los no nacidos?¿Cómo no?Caracterización de una burguesa viajera¿Dónde se encuentra el rostro de un alma burguesa? La hija del millonario, embajador de Estados Unidos en Alemania y enviado especial de Roosevelt, Dodd, que viajó por la Unión Soviética, sufría mucho con los retretes de los pequeños vapores que transportaban a los turistas por el Volga. Se trataba de instalaciones de hierro fundido, burdamente cubiertas de pintura. Eran tan ásperas en la superficie que retenían durante años cualquier cuerpo extraño, cualquier inmundicia. Esta hija de millonario no quería sentarse allí con sus nalgas occidentales. Prefería acuclillarse con un gran esfuerzo muscular sobre aquel armatoste, buscando evitar el contacto con la materia férrea y pintada.Poco antes de Astracán conoció a un joven, agente del servicio secreto soviético, que más tarde la describiría como sigue: «Encontré a una burguesa. Estas burguesas se limpian el ano, sobre el que se sientan tal como nosotros, con más cuidado del que dedican al rostro. Este está expuesto al aire y a la climatología y se limpia por así decir solo. Puntualmente, las burguesas refuerzan la piel del rostro con una pizca de pomada. Al mismo tiempo, una burguesa tal lleva consigo pequeños rollitos de papel blando (imposibles de describir). No se encuentra ningún tipo de apunte en esos rollitos (los examiné con precisión), el hecho es que están destinados a limpiar el ano tras sus desempeños propios y a continuación se tiran descuidadamente. Las reservas de esos rollitos son ‘sagradas’ para la persona sometida a observación, la burguesa. Se alteró muchísimo cuando su capacidad de disponer de esos rollitos pareció anulada durante unas horas (debido a una manipulación por nuestra parte, una prueba). Seguidamente ‘hallé’ los ‘papeles’, para su tranquilidad, sin que llegara a saber por qué los habíamos sustraído.Las nalgas tienen una especial sensibilidad en las burguesas. Se ve que a esta joven nunca la azotaron con varas en las nalgas. Reacciona positivamente a las caricias en este anti-rostro, su principal órgano cutáneo. Además es sensible en hombros, cuello, y detrás de las orejas. En cambio los labios, que nosotros los soviéticos usamos para acompañar contactos, se destinan más bien a la defensa.Exigió confidencialidad absoluta para todo lo que tratamos en el breve espacio de unos pocos días. La esperaba sobre todo con relación al personal de la embajada estadounidense que vimos después en Astracán. No pude verificar actividades antisoviéticas o conocimientos secretos (al margen de las costumbres personales y los hábitos eróticos de una burguesa). Firmado A.M. Schwierin, Mayor.»Reinhard JirglHeterotopíaTras el hundimiento de los sistemas socialistas en Europa, a comienzos de los años 1990, se rompieron los sellos de varios archivos hasta entonces inaccesibles también para nosotros los historiadores: desde archivos de partidos y órdenes secretas hasta el Vaticano. Un campo de actuación totalmente por explorar para la historiografía; ¡una aurora con mil soles de papel! Y es que los estados, regímenes, e imperios crecen y caen, pero las actas permanecen.Una de mis estudiantes, la ambiciosa y aplicada Cornelia Schmitt36, comenzó en esa época su tesis con el título «Sobre el cambio en las relaciones políticas entre las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial de 1945 a 1989» — un tema estándar por aquella época. Las investigaciones requeridas la llevaron también a Berlín, al archivo del sed37 (en la Torstraße, antes Wilhelm-Pieck-Straße). Allí descubrió una carpeta delgada; sin otra indicación que el número de registro, archivada bajo el rótulo de «eliminar». La carpeta contenía un resumen de la situación política a principios de 1961, así como una colección de textos sueltos en parte manuscritos, en parte transcritos a máquina en distintos formatos. Estos últimos debieron ser catalogados como inservibles y hasta se salvarían luego de la trituradora.En la lectura de esas notas reunidas y a primera vista extrañas, redactadas en un alemán muy singular, se despliega el informe de un agente secreto en las filas de la delegación soviética durante la conferencia entre el secretario general del pcus, Nikita Jrushchov, y la comisión estadounidense bajo el mando del presidente John F. Kennedy en Viena en junio de 1961. Esta conferencia tenía lugar a iniciativa de la Unión Soviética; objeto de las negociaciones al más alto nivel era el estatus de Berlín Este; se trataba de la cuestión de si el gobierno soviético —en contra del acuerdo cuatripartito previo— podía cerrar un tratado de paz por separado con la rda. Como lugar de las negociaciones se había elegido Viena por la neutralidad de Austria (los americanos no habrían aceptado ningún otro país europeo como lugar de la conferencia).Pero en las negociaciones no se había admitido a representantes del gobierno de la rda. De ahí su pregunta inquieta: ¿logrará la parte soviética arrancarles a los americanos su aprobación a un tratado de paz separado con el gobierno de la rda? Porque así los dirigentes de la rda obtendrían también la competencia soberana sobre las rutas de acceso al conjunto de Berlín. Pese al fracaso del bloqueo de Berlín Oeste el año 1948, la experiencia había dejado clara una cosa: ¡lo rápido que «ceden» las potencias occidentales!: Una vez que el 27 de noviembre de 1958 Jrushchov les planteó a los aliados occidentales un ultimátum sobre Berlín que incluía la rescisión unilateral por el gobierno soviético del estatus cuatripartito para Berlín y el conjunto de Alemania, con lo que Berlín Oeste debía convertirse en una unidad política autónoma y las fuerzas armadas de los aliados occidentales retirarse de la ciudad, esto habría conllevado una revisión del estado tras el bloqueo de 1948. A ello reaccionó en seguida, al empezar 1959, la comisión del grupo de trabajo germano(occidental)-aliado en Washington preguntando si sería posible evacuar al brezal de Luneburgo a toda la población de Berlín Oeste por las rutas de acceso y salida a Berlín. Así estarían disponibles, en un lugar seguro como el brezal, reservas de mano de obra para la reconstrucción de la cuenca del Ruhr. Mientras que si en adelante la rda obtuviera el derecho soberano sobre las rutas desde y a Berlín, el reasentamiento de toda una población urbana sería ya inviable; un nuevo bloqueo ofrecería más perspectivas de éxito al gobierno de la rda apoyado por los soviéticos.En Viena se encuentran dos negociadores totalmente distintos: Jrushchov, famoso y temido por sus imprevisibles cambios de humor, se enfrenta a un presidente de Estados Unidos en gran medida inexperto a nivel de política internacional, cuya posición se ha debilitado además por la operación fracasada hace pocas semanas en la Bahía de Cochinos en Cuba. La situación entre ambas superpotencias es de por sí incierta: submarinos soviéticos y otras instalaciones militares frente a las costas de Estados Unidos, y en particular misiles tácticos en Cuba. En Turquía misiles Júpiter apuntando al Cáucaso y al sur de Rusia. La inestabilidad de la situación a gran escala se corresponde con la inestabilidad del temperamento de Jrushchov. Jrushchov —al que los delegados soviéticos llaman siempre El Jefe— cree que su posición resulta reforzada por los éxitos soviéticos en navegación espacial; casi al mismo tiempo que el fracaso americano en Cuba, Yuri Gagarin ha sido el primer hombre en el espacio en rodear la tierra. Debacle allí, triunfo acá —¿hará esta asimetría que los americanos transijan aquí y ahora?Al margen de todos los éxitos técnicos de la Unión Soviética, ¡Jrushchov necesitaba éxitos políticos propios con urgencia! Para eso debía servirle la negociación sobre Berlín Este. —A los (ausentes) dirigentes de la rda les dejaba así la inquietud por el trascurso y los resultados de esta conferencia en Viena, y: si la negociación tenía éxito, ¿qué precio haría pagar después a la rda la parte soviética?La anticipación hipotética del mal mayor ayuda a afrontar ese mal y, si se diera, a quebrarle la punta a tiempo. Así que los líderes de la rda decidieron colocar en secreto un espía propio en las filas de la delegación soviética en Viena. Habría sido del todo imposible infiltrar allí un informante alemán. En consecuencia, no les quedó sino el intento, extremadamente arriesgado, de ganarse a uno de los delegados soviéticos a fin de acceder con tiempo por esa vía directa a mejores informaciones que las que cribara luego el «hermano mayor». Y el servicio secreto de la rda (sección Información Este, una sección que oficialmente no debía existir, dado que un pueblo hermano no espía a otro —en realidad esta sección de espionaje se mantuvo muy activa hasta el final) logró su objetivo literalmente a última hora: pudo reclutar a un teniente coronel del Ejército Rojo, de nombre (¿real?) Yuri Antónovich Aléguiev y acreditado como intérprete en las negociaciones de Viena, porque le habían hallado un punto débil: en 1945 este Aléguiev (nacido en 1924 en Leningrado) había participado como joven oficial en el asalto del Ejército Rojo sobre Berlín. Luego, durante la ocupación, conoció en el Berlín arrasado por las bombas a una joven alemana; el resultado fue un hijo. Aunque este accidente erótico con resultado de hijo no fue descubierto por las autoridades del Ejército Rojo (ante tales infracciones contra la estricta prohibición de fraternizar, los tribunales militares soviéticos solían imponer la pena de muerte), desde su retorno a Leningrado y el reencuentro con esposa e hijos el hombre sentía hacia la alemana abandonada y su hijo ilegítimo el picor de la culpa (resumido en la perenne imagen de un fino vestido de flores y el recuerdo olfativo del cuerpo de la joven extranjera). El sentimentalismo y los remordimientos de conciencia que le corroían desde entonces fueron el resquicio de Sigfrido en la coraza de la servicialidad: allí hincó su lanza el servicio secreto de la rda; el teniente coronel Aléguiev se convirtió en espía del Este contra el Este; bajo su uniforme la carne de una máquina secretamente sensual con doble motor.Con el fin de seguir investigando para su tesis, la estudiante Cornelia Schmitt viajó a Moscú a buscar en el archivo del pcus indicios adicionales de este caso de espionaje. Gracias a mi relación de años con la directora de aquel archivo Ludmila Teshénkova*, la estudiante obtuvo todos los permisos necesarios. — Antes de partir, la estudiante me había entregado, como a su mentor, las siguientes notas del susodicho Yuri Antónovich Aléguiev para su examen.En el tren=del Gobierno. Desde hace 1 semana viaje entre Moscú y Viena con rodeos: Kiev-Varsovia- Praga-: el-Zar quiere mostrarse a sus «aliados». En cada parada: delegaciones de Obreros en la-estación, bandas=de música, flores & pancartas rojas flameantes conjurando a la Pazeternaconlospueblosdela1iónsoviética — lindos niños en brazos de El Jefe, todos vueltos sonrientes a las-cámaras. Como le gusta a El Jefe. (?Qué recibimiento nos harán en la neutral Viena -).En torno a El Jefe, reunidos en el Vagón=Sala acolchada, la-horda de 12 colaboradores. El resto de las buenas 3 docenas de personal en compartimentos + lejanos, ubicados en la cocina & instalaciones=sanitarias. No se nos admite en las-conversaciones=en-grupo reducido con El Jefe. Holgazaneamos. Ping=pong, dominó, hasta el ajedrez resulta imposible durante el-viaje debido al estado de las vías=férreas — las bolas no dan a la mesa, ni los jugadores a las bolas, fichas & piezas ruedan y resbalan por el tablero en jugadas ilícitas. No queda + que jugar=a cartas & devotos chismes de lacayos : charlas de gnomo ganas de cada sirviente de ser=parte del Estado & mando. — Tiempo fuera de servicio es tiempo para lemas=de retrete & intrigas.Doble función de los-empleados, ecuación de el-Poder : (corresponsal / intérprete / cocinero / médico) + chequista = cada cual su propio espía. — En la-comitiva de los-intérpretes también yo (el Indócil).En todos ellos, subiendo de los fondillos, de zapatos & chaquetas un mohoso olor a=sudor, antiguo y re-nuevo, bien 1tado de perfume de hombre dulzón. Las secreciones glandulares de los-elegidos en el concurso de servicialidad : el que + tiempo aguante sin cambiar-se de ropa debe ser !El + importante. . . . (Anidado en los hilos de los sillones, en las pesadas telas=de las cortinas, en las tapicerías=de seda & en las borlas de las lámparas viejos vapores de humo=de tabaco.)Desde esta semana: !alcohol rigurosa-mente prohibido por El Jefe para=sí=&=todos. (En los compartimentos traseros circulan por la noche botellas y vigilantes, que quieren ser-invitados a beber, si no den1cia a El Jefe al-día-siguiente. Pero invitar-los no excluye la-den1cia; los-den1ciantes deben den1ciar, es su misión, & luego los-den1ciados son: apartados. . . .)(Escribir mis apuntes es 1 problema : 1 camarada decente !solo escribe para el-Partido. El que escribe sin-motivo despierta sospechas. . . . Imposible anotar sin-crónicamente. Tengo que confiar en mis sensores, en las imágenes robadas en secreto de mis ojos, confiar en los ecos de lo escuchado en mis oídos, el sabor en el recuerdo de mi lengua, la vibración & presión de las plantas de mis pies que aquí=en el-tren, este trozo de patria, rozan el suelo durante el-viaje por 1/2 Europa del Este & la presión de mis manos, en los capilares todas las palabras aún por escribir. (Al-rededor los perros sin piel. . . .) Solo puedo escribir en las pausas del mediodía, mejor por la noche, bajo la lamparilla solitaria que Xtiende su luz amarillenta y grasa sobre el papel desde la cabecera de mi litera. Palabras contra los ronquidos del colega en la litera=de abajo y contra mi-culpa en el otro Xtremo de esta guerra. Yo, vieja mancha=de óxido en el escudo&espada-del-Partido. Hora de hacer penitencia. / La mano que escribe tiembla durante el-viaje nocturno y matraqueante —) —(Desde que escribo en-misión=secreta, es como si hubiese obtenido 1 par adicional de ojos. Observan a mis antiguos ojos, envían al cerebro señales que convierto en Otras Palabras. Para los nuevos Todo es sin reservas sin crédito : nuevo & libre.) Siempre solo 1as pocas horas de sueño trémulo ——!Camarada Aléguiev: el camarada !Secretario-general lo espera. — Son poco + de las 6 de la mañana: a El Jefe le encantan las-charlas oficiales a primera=hora, porque a-esa=hora es cuando mayor es su energía & determinación (:El Jefe se hace viejo, solo se empalma por las mañanas). Dormido y vacilante tras el-ordenanza el estrecho pasillo hasta el salón de El Jefe. El oficial con chaqueta: curioso ver a gente que solo conocemos de=1iforme ahora de azul civil & inhabitual. Cuerpo, movimientos, la forma=de hablar: todos circ1scritos a los ataúdes de la diplomacia.Al final del pasillo el gran samovar=para el-personal, al lado como 1a nube gruesa y gris la Deshurnaya, siempre dormida. El pelo revuelto negligentemente recogido, vieja&muda sobre lo visto & oído tras toda 1a vida de servicio en las ante-salas; la 1ica mujer a-bordo=aquí.Todas las ventanas del tren cerradas, por-orden de El Jefe solo puede abrirlas el-ordenanza con 1a llave especial; también las cortinas permanecen corridas día&noche — por-motivos-de-salud. (A veces la mentira es + elocuente que la verdad & en todo tiempo es grande el Miedo de los-de=arriba al amor. . . .-del-pueblo) | Entro por la elegante puerta, en los paneles vidrio blanco mate con adornos esmerilados de plantas —: el-aire en salas & compartimentos tórrido para incubar, 1 vaho mohoso, esférico pesado & embotado.Aquí=dentro amarillenta luz de atardecer de las arañas en el-techo=del vagón, durante el viaje oscilan & resuenan suavemente las decoraciones=de cristal — tras las pesadas cortinas de flecos marrones el tenue amanecer. En el aire viscoso de la suite, las palabras dichas parecen permanecer + tiempo que de costumbre. Acaba de hablar Antón Porfírovich Cheliakin*, 1 tipo brutal de cejas tupidas & voz campanuda. Los largos y recios pelos=del bigote encapotan la boca de gruesos labios, crecen por las comisuras a la espesura de las mejillas y el mentón, que a su vez prolifera como 1 fieltro hirsuto y vigoroso que desciende por el cuello. Bajo la línea del cabello en las honduras de la frente arden negros los ojos muy juntos. (1 insulto austriaco: el-jabalí. . . .)Él lleva la-palabra al entrar yo, su aliento, en bloque, exhala burla : —El-Ami no entiende + que !hechos con=sumados — o sea: 1 patada en los !huevos. Y: —!Batermilkboi. Fresco procaz como pintadas obscenas & claramente dirigido a Kennedy como objeto de 1a retahíla sin duda + larga; se pega al aire cargado. Risas de las bocas de los-doce que se arremolinan a la mesa en torno a El Jefe, siguen vibrando en oleadas 1tuosas —. El Jefe-mismo acoge secretamente halagado el Xabrupto de su colaborador (conozco esa Xpresión casi puerilmente complacida de su cara); comprometer a todos con Su línea ofensiva parece surtir efecto. El Jefe lo llama: discusión. Y eso significa: El Jefe da su opinión. Luego se alzan voces de la ronda de los-doce que exponen variantes de esa opinión. El Jefe las resume en 1a opinión + que vuelve a ser-cubierta de reflexiones. Después El Jefe explica Su=Opinión; los resultados, seg1 el humor de El Jefe en el momento, han de ser-aprobados a-mano alzada — Cheliakin se encarga de ladrar al-orden a los-disidentes — & quedan así fijados como decisiones. El Jefe tiene ahora ade+ la ocasión de sacar a pasear atado y refrenado por él=mismo su temperamento superior, comenta con-descendiente que Nosotros no hemos de tener problemas con esos diletantes de Bahía=de Cochinos & !perdedores en el espacio, — & se desborda por la mesa de la sala —.Con este comentario El Jefe da por finalizado el opíparo desay1o. Desde que entré me hallo ante 1a larga mesa, repartidos por encima trozos de pan fuentes con mantequilla restos rojizos de salmón brillante embutido cortado jamón tarros de mermelada pedazos de hojaldre — migas repartidas como guijarros blancos, cuchillos 1tados, dientes de tenedor, cucharas asomando de vasos de té (capas de azúcar al fondo). Mesa sucia, palabras ahogadas — a El Jefe le encantan esas charlas de trabajo que crecen de la disipación. Abstra-ido, sus gruesos dedos juegan casi tiernamente con tazas, platos, vasos, cubiertos — y los amontona juntos en torno al rechoncho Rey Azucarero —; pero recuerdo también ataques=de ira & cómo de 1 manotazo podía barrer a-gritos de la mesa todo su séquito de porcelana (solo el Azucarero, ídolo blanco & grueso, se libraba siempre.) — Ahora, entre la vajilla que tintinea en la-mesa y el eco del Xabrupto brutal de Cheliakin, el achaparrado cuerpo de El Jefe emerge en toda regla, un proceso elemental, & se derrama gusto-so en Su=mejor Forma.Desde ahora parece que El Jefe cobra Valor con brutalidades como=los bastos pedruscos de Cheliakin, + que con las admoniciones talladas del esteta político Iván Petróvich Yedúrov* (quien, sentado casi en el Xtremo izquierdo de la-mesa, siempre torcía dolorosamente el gesto ante Xabruptos como este. Llegó a conocer a Lenin; pronto podría, por-edad, ser apartado). Largo-tiempo había despreciado tanto a Iván Petróvich como a Cheliakin, aunque por motivos opuestos. Yedúrov (al que tenía íntimamente por 1 gusano=de Dios que se dobla hacia el cielo para rezar) ensalza a-menudo el tesoro de humanidad del Hombre, así como la Luz interior que podría guiar firmemente a los-Hombres en sus caminos por la-Oscuridad de los sótanos políticos, siempre que con-fíen profundamente en su=Luz. — (:todo esto casi me habría llevado a Cheliakin.) — Pero desde este viaje, me siento + cerca de Yedúrov. Después de un Xabrupto temperamental de El Jefe Yedúrov, que se sentaba a mi lado, señaló a Cheliakin & musitó con in-esperada franqueza: —No está lejos el-día en que estas=2 almas bellas se entenderán mejor aún, & esa será !la-hora de mi Final. — (:Por qué decirme !eso a ?mí: ?Puede leerse ya en mis ojos al disidente secreto. Su-pongo que a quienes no esperan nada=del-futuro los 1e también el Asco común.) — Entre-tanto El Jefe forja con Su Forma la coraza de Su Arrogancia para las-negociaciones en Viena. . . .Y Sus Ojos se vuelven ahora a mí, como si acabara de darse cuenta de mi presencia. Cuando El Jefe me anuncia que el total de 6 intérpretes van divididos en 2 grupos & que yo soy el 2º que ha de traducir en el 1º & que este orden podría repetirse dado el caso, de modo que cada 1o solo ha de realizar la traducción simultánea relativamente poco tiempo — y que además me nombra, como el + antiguo en el servicio, director de los grupos de intérpretes — el color de Sus Ojos cambia de gris gaviota a=azul acuoso. Esta división en grupos, apostilla El Jefe, se realiza por !motivos de salud. Los gruesos dedos de Su Derecha re1en entretanto junto a sí los cubiertos usados y resonantes, el tintineo & las púas me señalan.Seguidamente Sus Ojos miran a-través-de-mí, a lo-indefinido. — Silencio y calma quebrados por el matraqueo férreo del tren. — Frente a lo largo de las ventanas severamente tapadas (por las rendijas de la tela, en delgadas franjas, Fuera el ardiente sol de junio) la-mesa & los-doce, inmóviles en sus trajes azules, congelados en sus nerviosas poses, a mitad de la-mesa El Jefe, en=sí-mismado, sin replicar a mi cumplidor saludo de despedida. Como si los hubiera pintado Da Vinci — —Pese a la velocidad: en=el tren tiempo detenido, 1a 1ica tarde perpetua, sofocante. . . .2 de junio de 1961: llegada al amanecer a la Estación Central de Viena. Por vez 1era desde hace días&noches cesa el bramido retumbante, en=cabeza&pies continúa el vibrar fantasmal del viaje y sus bandazos taladrantes. Ahora reposo, — solo nuestro bloque de hierro el tiempo sigue atronando frenético en=la cabeza — —Todos los miembros de la-delegación salen a los pasillos, formando como paracaidistas que van a saltar sobre Zona Enemiga. Nosotros, el-séquito, esperamos a El Jefe.Pesadamente inclinado hacia-adelante el cráneo atocinado, el sombrero de fieltro rígido gris cepillado de El Jefe parece volverse gigantesco — deslizado hasta el cuello y los hombros. El sombrero ha de ser pesado, de modo que sea Él el que inclina la figura abrigada de El Jefe a la postura de un toro listo para el ataque. !En el andén. Es la hora matutina.Fluida&clara luz del día picando en los ojos; parpadeos; brisa fresca en el aire de la estación con dejes de vapor & amargo hollín —, salir de los tubos de hierro — ráfagas que se activan = enredan toscamente faldones de los abrigos & revuelven como lianas aéreas el pelo en + de 1a cabeza que no se ha cubierto a tiempo —El frescor sentido solo en el 1er momento. En seguida ya a esta=hora temprana el bochorno que empieza: humedad alta, apenas viento, + 20 ° Celsius ya.En el andén: saludo del presidente austriaco Adolf Schärf. Cráneo alargado, pelo gris ralo, aire ministerial. Un refinado caballero (dirían ciertas=damas), rasgos paternales y blandos de septuagenario, la boca agradable capaz de frases conciliadoras pero decididas. Aura de bufete, 1 metropolista en cortesía. Así el recibimiento a nuestra delegación de lo + aterciopelado, con exceso de velitas y gentilezas (para mí 1 punto irónico : ?discreto triunfo aún por=lo de 1955: diplomacia del vodka para el Tratado, Schärf tomó parte en Él, contribuyó a redactarlo & nos venció a los-Rusos con nuestras propias armas). Recibimiento sin comité de Obreros ni lindos niños ni banda de música o pancartas, El Jefe echa en falta la envoltura=habitual; — a cambio diplomáticos, digna-tarios, honorables : estrictamente según el-protocolo. La alfombra delante del tren conduce hasta el vestíbulo de la estación — 1a banda rojo brillante (— justo delante de la escalerilla del tren la alfombra forma 1 pequeño pliegue).A Jrushchov le irrita que Kennedy llegue en avión al día siguiente; las distintas velocidades y formas de viaje vienen dadas por voluntades políticas distintas en impulso y consolidación. — Seguramente El Jefe teme que su arrojo acumulado se filtre en la arena suelta de las horas malgastadas. . . .De ahí que nada más aterrizar el presidente americano en el aeropuerto de Viena-Schwechat insista en comenzar !de inmediato las negociaciones (aún es pronto, el aire detenido, + 19 ° C, y subiendo rápido — : Kennedy no está habituado al clima continental; necesita un tiempo para aclimatarse, anhela refugiarse en el frescor sintético del aire acondicionado). El Jefe adivina la táctica de los-americanos & rechaza todas las educadas ofertas de «primero en una atmósfera relajada». Presiente que su oportunidad está en la-prisa & el aire sofocante.1er día de negociación en la mañana del 3 de junio de 1961, un sábado, en la embajada de Estados Unidos, la antigua Academia Oriental kakana; sirvió antaño a la mejora de las-relaciones con Oriente Próximo & con los Balcanes.La solemne hilera de coches de los digna-tarios estatales (:!la de -tarios que hay: manda- destina- presta- adjudica- asigna- contesta- digna-tarios —) : alineadas 1 tras otra 4 espaciosas suavemente basculantes limusinas «Chaika» (1a para El Jefe; 3 para sus 12 colaboradores + estrechos) — chapa negra pulida con rejilla del radiador plateada, avanzando en caravana bajo el cielo lechoso. Al entrar en la embajada americana, Boltzmanngasse 16, en el espejo lacado de las carro-cerías estatales señorialmente distorsionada la imagen anamórfica del complejo barroco de la antigua Real Academia Oriental — su re-flejo es lanzado al pasar de 1 limusina a otra como 1 velo de gasa con ornamentos entretejidos, estucos, columnas, arquitrabes — antes la estricta medida del Discurso=del Poder, — los oscuros reflejos distorsionantes en la chapa de las carro-cerías brindan algo muy irónico al Poder petrificado.Para el resto de la delegación soviética — sus buenas 3 docenas — hay disponibles frente a la embajada 8 «Volgas» en total, 5 personas por coche, pegándose 1os a otros mediante el calor corporal. Apretujado en 1o de los vehículos, me hundo en la tapicería oscura mientras siento las-exudaciones del vecino.El plan original es 1a recepción con tente-en-pie. Pero El Jefe mira nervioso al reloj, no quiere que pase la mañana (!su momento de Máxima Energía) sin aprovecharla. El bistec dura !demasiado; — El Jefe dispone el-comienzo de las-negociaciones, separa a Sus=Acompañantes de los-de+; nosotros nos quedamos en la cafetería, esperando, abastecidos con canapés & café (hot brown water).Amplio & intrincado este espacio en el sótano de la embajada, suelo cubierto de baldosas, paredes & techo claros, puede que Antes fuera 1 almacén o despensa, Hoy es la cafetería del personal de la embajada (benéfica frescura de la piedra y olor a comida fría como telarañas). Silencio=aquí sostenido en la alta sala por pesadas columnas de piedra, a=veces 1 carraspeo 1a banalidad susurrada (:podría haber instalados micrófonos). A mi lado 1 colega que salta de la silla cuando=lo llaman=desde la-puerta, interrumpe su insípida charla & deforma el pálido rostro estomacal para darse importancia: —!Es mi=!turno.El Jefe puede haber cambiado el orden de sus intérpretes; 2 de mis colegas han regresado ya de la-sala de conferencias, hasta ahora Se ha prescindido de mí. Las miradas planas de los-que regresan en modo Confidencial, las bocas apretadas en silencio.Breve pausa en las-negociaciones; fuera en el vestíbulo. Aire estancado, en el Exterior + 26 ° C; aquí=dentro solo 1os pocos grados menos. De las salas de la conferencia brotan los rostros cortantes, hombres dilatados, severas las-miradas, las bocas mudas=resueltas. / Y !en seguida se decreta el final de la pausa : vuelta a la sala de conferencias, sorbidas por el portal alto de boca estrecha las-figuras, en los vahos de Baal de la-política.!Mi turno=de 20-minutos : alineadas a lo largo del centro de la mesa equipos de botellas de-Cocacola leptosomáticas, atusadas como Partygirls posando en trapos negros. : En paralelo a ellas la 2ª línea media: rollizas & transparentes las grandes jarras — Blanco | Negro, figuras de ajedrez ante la partida final. — A intervalos regulares quiebran los frentes fijados en paralelo grandes platos redondos sobre mantelitos, recargados con galletas de 1a llamada=mezcla de colores. Asimismo cestos exuberantes con fruta, manzanas piñas plátanos naranjas uvas, bien combinados en lo-cromático, — derramándose cual glacis hacia 1o u otro lado de la mesa.Durante los debates. De la decoración de la mesa se toma la alter-nancia en las alocuciones de los líderes : empieza Jrushchov. Su discurso 1 tamborileo de cascos de palabras sobre el suelo seco y firme de la estepa, no ceder en-Nada, hundir en el-polvo al adversario —. (Trabajo en el aire de sus gruesas manos, como si formara con masas consistentes esculturas de rápido aplastamiento. El-tiempo apremia, las reservas de energía de El Jefe menguan, la mañana ha avanzado y se inclina al mediodía; humedad de sudor en los michelines del cuello, los pelillos blancos en torno a la tonsura pegándose a la piel rosada. El borde del sombrero siempre prieto se ha marcado rojizo como muesca en el cráneo oviforme, Trópico-de-Terquedad. | Kennedy espera al ataque, se achanta por dentro, se pasa 1a y otra vez la mano despacio por su pelo recio con permanente, baja los párpados, quiere crear impresión de cansancio. A veces sonríe forzado=irónico, frunce el ceño; su gesto subraya la intención de hallar una expresión para la buena voluntad y el: exigir-respeto; sentado, tronco & rostro se extienden en vertical. Espera el final del tamborileo de la otra parte.El pesado tronco de El Jefe se adelanta, agita a 1o&otro lado el pescuezo apretado en cuello estrecho, se dispone a arrebatarles la energía a Sus colaboradores (que permanecen mudos, no se atreven a cortarle la-palabra a El Jefe); con un último esfuerzo El Jefe planta en-vertical el cráneo de rostro ya pálido, es-tira ahora el ancho rostro, sigue afilándolo abriendo mucho la-boca & pellizcando los mofletes. Las arrugas trazadas en vertical le dan al rostro rigor&orden, — 1 maestro que trata de quitarle a su alumno de-antemano las ganas de correrías. / Kennedy ve llegado su=momento. Reprime el ambivalente brillo de sus ojos. Se=domina.Ahora: acumular palabras en la-boca hasta que se enfríen & hielen —. Habla con labios finos y boca torcida, mientras la muñeca de su derecha cuelga floja en el respaldo del sillón; habla lenta y morosamente de Berlín. Inserta comentarios amables y bien=medidos sobre la política soviética en esa-ciudad. Porque Berlín es en=el fondo 1 lugar sin ley, los bombardeos aliados durante la-guerra & la-toma de Berlín por el Ejército Rojo no habían podido con esa-ciudad. (Me siento al lado derecho tras El Jefe, musito mis traducciones en su pabellón auditivo, del que brotan cerdas grises. La oreja está quieta.)Jrushchov no está de=humor para amabilidades. Los-halagos del americano le importan a ojos-vista 1 comino. Mientras habla Kennedy, Jrushchov le corta la palabra; en voz alta pide chai con azúcar & pan blanco. Hay abundancia de este en-forma de sándwich, pero lo que no tienen los-americanos es un samovar para el chai; hay que traer el aparato desde la embajada soviética a casi 6 kilómetros de distancia. Así ocurre — 1 coche urgente & todoslossemáforos del-recorrido puestos en=verde (El Jefe disfruta su Triunfo.) Pasa el tiempo — —Entretanto Jrushchov les va quitando a los sándwiches que le ofrecen todo el relleno, separa también, asqueado, mantequilla, cebolla, lechuga&salsa, — solo quiere el pan blanco desnudo. (Los-americanos=enfrente asisten mudos& desconfiados a cada 1o de sus movimientos, como si ese desmontaje de los sándwiches augurara 1 perjuicio en las-negociaciones. Los armónicos rasgos de Kennedy se encrespan a olas de disgusto: sin duda desea calma& perspectiva, cortés suavidad en el-trato con las de+ personas; los antojos caprichos extra-vagancias, abiertamente sacados a pasear, seguramente le parecen insolentes y molestos. Ver a este patán ruso le hace apartarse=por dentro, como si temiera el contacto físico con Ese, este viejo zafio que cuando suda huele seguramente agrio=vidrioso a carne vieja.…) El presidente se enciende en seguida 1 cigarrillo, ahúma y sopla vapores planos en dirección al lado soviético de la-mesa; como si quisiera ocultar en niebla su retirada, aleja 1 poco + su frente.Llega ahora el samovar — se prepara el chai. Hervores adicionales brotan del recipiente de brillos plateados. Kennedy, abanicándose nervioso con 1 papel, retoma su exposición (la voz costrosa llena de ira contenida & incómodo por el calor=sofocante en la-sala.) — Masticando despacio & a sus anchas (mientras parece escuchar las palabras de Kennedy) Jrushchov añade azucarillos a su chai, hinca la cucharilla con elocuente minuciosidad & lentitud en los porosos cubitos, estudia las estrías azucarosas y observa su disolución en el cocido dorado — vuelve a revolver con la cucharilla el azúcar, mirando aparentemente absorto el vaso —. A todas luces ha instalado su actividad interior gracias al té caliente.Kennedy sigue pasando a la defensiva. Sin-miedo, recalca, hay que llamar a las-cosas por su nombre: Berlín es 1 factor perturbador en las relaciones americano:soviéticas. Punto. (Y seca el sudor de su frente.) / Ya solo le habría faltado decir: ?!Qué + te da You Ass esa manzana de la discordia con gusano que es Berlín, de la que hemos mordido 1 trozo y: no Nos gusta. Nos preocupan + otras cosas.… (:& y todo el mundo=aquí habría entendido !lo que quiere decir el presidente americano). Pero no Lo dice, calla, 1as palabras antes del abismo a la estupidez. / (:Traducir todo lo que no puede oírse.) / Jrushchov genera con la cucharilla 1 mancha dulzona en el mantel. La limpia con la manga de la chaqueta. (Sin-duda preferiría barrer de la mesa la vajilla entera o: tirársela encima al-americano. (Miro a hurtadillas a Cheliakin; su cara como 1 manómetro con las agujas en el medio.)) / Kennedy ha encontrado 1 tono espeso=cálido, 1 punto rechinante, como 1a cuchara revolviendo la salsa que hierve en el fondo de 1a cazuela.El Jefe (saliendo de su aparente letargo): —Hablemos !claro, Sr. presidente. En=la-Guerra fuimos aliados, la-posguerra nos ha hecho enemigos. Tenemos que !saldar:cuentas. No hay escapatoria. !Ustedes no han conocido realmente Berlín. Obtuvieron su=sector de esa-ciudad a=través de negociaciones, Nosotros de la lucha-&-la victoria. No recuerdo que en Berlín muriera 1 solo soldado americano: pero sí miles-de=los nuestros. — Ahora la voz de El Jefe suena auténtica y sin imposturas, su miles-de=los nuestros suena como la coda de un himno. Aprieta ade+ los puños, los deja caer sobre la mesa.Entretanto alg1as manos ágiles, rusas, han ocupado & tomado=posesión en 1 golpe de mano de los platos con galletas=de-chocolate; los-americanos apenas pasan a la ofensiva — Kennedy no quiere llevar Nada al-Xtremo; evita la confrontación, quiere llevar sus=negociaciones a la defensiva —, toman solo de los crujientes copos de avena. Im-pasibilidad de Kennedy (como si jugara al ajedrez con las reglas del poker) frente al voluble ajedrez=de bandido de Jrushchov. | Berlín, la dama blanca, ofrece: !ajedrez. Y las figuras=sobre-el-tablero son carne&sangre del Socialismo, vencibles solo con La Espada. Fin del 1er día de negociación. Levantarse, mover sillas, salida formándose en delegaciones, — Fuera aún bochorno=pretormentoso, que oprime la respiración.Última mirada a la sala de conferencias: los platos de galletas saqueados, pero la fruta en los cestos sin tocar, como si fuera venenosa o: de porcelana. Vacía & volcada sobre el mantel que fuera blanco, bailarina de cristal, 1 botella=deCola. : ?Quién hace el-1er-movimiento.…2º día de negociación: domingo, 4 de junio de 1961, de mañana (El Jefe ha insistido en esa-hora). Sin viento, bochorno-brumoso (al menos sin signos de tormenta); como si el medio-día de ayer se hubiese estancado en + 26 ° C, cielo cubierto y vidrioso. En la embajada soviética: Neorenacimiento vienés, antiguo palacio del duque de Nassau; amplia fachada, balcón abierto con balaustrada; por-dentro equipada con granito & mármol. Sobre la cúpula acristalada del techo se alza el asta embanderada, 1a aguja con tela color sangre clavada directamente en el corazón del cielo — (:!1 mástil demasiado alto atrae al rayo. / Justo-al-lado la catedral ruso-ortodoxa de San Nicolás. (:No nos libramos nunca de los-popes —)Los-americanos llegan con 1a flota de 30 limusinas de estado negras y bien climatizadas, sobre el guarda-barros de cada 1o de los coches la banderita con las barras & estrellas. Cata-pultando el-patio=de colegio: ?Quién La tiene + larga — a la diplomacia : & secreto oprobio de todos a los-perdedores.Hoy empiezo como el 1er intérprete de la mañana.Sentados en torno a la larga:mesa en medio de la sala, cargados-de calor, vapores de tabaco como vetas de mármol en el aire. Cabezas moviéndose en varias actitudes, buscando postura hacia=sí, hacia los-otros, hacia el mobiliario. Profundas arrugas en + de 1a cara.Los párpados de Kennedy aletean, intenta elevarlos & amarrarlos. La piel de las mejillas lisa y sin sudor, a ambos lados de la boca alg1as ondas, pero los labios en blando, las p1tas de sus blancos arcos dentales superior&inferior relucen. —A-veces — (empieza con voz marcadamente fría, sus labios en la vocal llena del O-ccasionally redondeados como para 1 beso marca=culo de gallina.) —A-veces 1o se cambia de ropa. Si me permite decirlo así, Ud. también se viste al- completo. Verá que no le contradigo en p1to alg1o. Nosotros, nuestros 2 países, hemos tenido ya disputas a-menudo; ahora estamos en=conflicto por así decirlo de la-cabeza-a-los-pies. — (Mientras vuelve a pasarse la derecha por su recio pelo).(!No traducirLo todo como se oye.)—Lo que me muestra, Sr. Presidente, no me parece una nueva=moda: el traje que quiere Ud. echarme por los hombros está ya bastante grasiento, las perneras sueltan agua, las rodillas se alisan. — El rostro de El Jefe se tensa de pronto, como si la piel fuera demasiado fina, la-cabeza en cambio, oviformemente hinchada & roja, parece haberse vuelto demasiado grande para tan poca piel. Sus manos con los cortos dedos gruesos pesan, lejos de él, sobre el mantel, los puños húmedos de sudor. Los 2 grandes incisivos aprietan el labio inferior, mientras que el resto de la boca a ambos lados corta hacia adelante la carne de las mejillas; las arruguitas se estiran hasta los sacos lagrimales; una mueca de agobio & maldad. Lanza una larga mirada a su interlocutor. Sus observaciones le tienen que parecer una emboscada : voz espesa y cálida con permanente. (El pér-fido calculo de los-defensivos: atrae al-enemigo hasta tal p1to a tu país que tenga que perderse. Eliminar al enemigo dispersándo=se.… El-país se come entonces a trozos al-enemigo igual que el-pantano se traga Todo lo que caiga en él.) / La 1ica respuesta de El Jefe: —Hm. Hm. — Y en tono herrumbroso: —Basta de temas de con-fección. Dejemos-se-los a los-sastres. Deseo que ahora hagamos 1a !pausa. — Levantarse, mover sillas, aquí&allá carraspeos. Ir-a-la-puerta, fin de mi turno=de 20-minutos. (El Jefe se afloja la corbata, se abre el botón superior del cuello, el michelín del cogote hace uso de su inesperada libertad y brota blando como una salchicha rojiza sobre el borde.)Fin del 2º y último día de negociación. Nadie había hecho el 1er movimiento, las-palabras no se=dieron. El vuelo de Kennedy a Europa, el avión como proyectil a un tiempo transitorio. Su equipaje invisible (el fiasco en Bahía de Cochinos) ha de perderse en velocidad sostenida-mente alta. La-vergüenza se borra acelerando la propia fuga. : Choca contra nuestro bloque de tiempo de acero, 1a semana en tren por 1/2 Europa del Este. Tiempo-aire : tiempo-acero. (Yo, 1 mediador para los-ausentes = mis clientes secretos en Berlín Este, que no saben nada ni de tiempo ni de reserva política en lo-sensorial. Los-comunistas-de-partido-alemanes siempre fueron + útiles para Nosotros como tontos.)Cena de gala en el Palacio de Schönbrunn. Invita el canciller austriaco Alfons Gorbach (en el cargo desde abril; 60y pocos, figura pícnica, comportamiento de burócrata). Representantes selectos de la-prensa, se mantienen en un discreto 2º plano. Pocos flashes. Pese a los esfuerzos de mediación del austriaco, apenas se charla en la mesa. Kennedy no come + que 1os bocados del Tafelspitz, prueba el vino. En la cultura-de-la-frigidez basta con la pose. Todo=en-torno-a-Kennedy emana el aura de lo-femenino. — Jrushchov ha dejado su plato vacío. Dice que siente comenzar 1 resfriado, y que quien tiene mocos ha de comer=bien. Para terminar se suena con 1 enorme pañuelo blanco que saca ceremoniosamente del bolsillo. Las manazas aprietan el pañuelo contra=su rostro, que desaparece entero tras la tela. Como si tratara de estamparlo en la tela. (No quiere crucificarse, ya solo quiere irse a casa.)Sin embargo 1a gran sorpresa tras la cena, a hora avanzada: El Jefe invita a Kennedy a su suite. Quiere verlo a solas, sin personal-de seguridad sin asesores; solo he de acompañarlo yo, como intérprete de + antigüedad. El Jefe desoye las objeciones a esta idea nacida a todas luces de 1 capricho que alg1nos acompañantes le musitan presurosos, hasta patalea igual que 1 niño terco que se aferra a su deseo. (Un murmullo recorre brevemente la delegación americana) : y la con-formidad de Kennedy. Los 2 hombres salen j1tos, Kennedy muy apretado en la vertical con pasos amplios — arqueando caderas & codos como si fuera a un partido de tenis. El cuerpo rechoncho de El Jefe ensaya la misma actitud, se queda en una pose abombada. Seguidos por 1 intérprete americano & yo. Silencio entre todos, nuestros pasos frotan una alfombra mullida como el musgo —.Entrada en la suite de El Jefe, 1 conjunto espacioso de muebles barrocos & pesado por las alfombras. El Jefe está de humor sentimental, suena 1 poco autodestructivo, no bebido, pero sí habla mucho. Debe ser la ebullición de la endorfina antes de comenzar un resfriado la que lo hace mostrarse tan burdo=aldeano. Rostro&ojos ardientes como lámparas. (:!No traducir todo lo que hay que oír:) —Mi país es !mi-alma, Sr. Presidente, y mi-alma la llevo conmigo como a un San Bernardo. Es mi sombra. — El Jefe calla 1 instante, mira receloso a su interlocutor con mirada oblicua desde-abajo. El americano guarda silencio, espera a la traducción.Entretanto 1 súbita transformación en la cara de El Jefe. Sus ojos resbalan de la pared, van hasta los zapatos por la gruesa alfombra. La coraza de seguridad que había forjado durante la semana en el tren la siente ahora = en esta situación seguramente porosa, corroída & cubierta de 1a costra de herrumbre, desmoronándose…. como si hubieran impactado en=él proyectiles pesados & lo hundieran en el fondo del mar como a 1 buque de guerra — disparos en mitad del pecho. La fuerza lo abandona, se evapora — ante mí hay 1a persona diferente a la que conozco desde hace no-sé-cuántos-años. Ahora ha recuperado sus ojos, clava la-mirada en la solapa del americano, mete el cráneo entre los hombros de modo que parece como encajonado entre 2 abrazaderas.Y empezando otra vez la verborrea: —Si estuviéramos aquí los=2 solos, Sr. Presidente, estoy convencido, !hace tiempo que nos habríamos puesto=de acuerdo. Pero — (acercándose a él en confianza, como si quisiera susurrarle algo al americano) —no estamos solos. Todos= tenemos nuestra sombra, Sr. Presidente. ?Sabe cómo !se libra 1o de su sombra : no se sale corriendo, sino que se pisa !en medio! de-la sombra, !así es como hay que librarse de ella, la pequeña sombra=propia…. (Por la frente y el cuello de El Jefe flojas perlas mucosas de sudor.) —No tengo que dar dinero a rameras & indigentes, Sr. Presidente. No he comprado mi-casa para prenderle fuego e irme luego al-bosque liberado. Eso lo leí en su día en alg1 sitio. Hoy sé que está escrito para=!mí.—Es Ud. un Granhombre. — Replica, visiblemente confuso pero sin lugar a dudas reverente, el americano con voz gutural. A lo que El Jefe extiende sus gruesos brazos cortos, las cojinescas manazas asomando por las mangas azules, hacia el americano y trata de abrazar a Kennedy, — tropieza, da la vuelta a trompicones sobre los tacones lisos, pierde el equilibro —, se tambalea contra la pared: y aplasta con sus omóplatos anchos un gran espejo barroco — : chasquido feo-estridente como si quebraran finos esqueletos, de la superficie estallan luego trozos en forma de daga & lanza, esquirlas, polvo de espejo centelleando malévolo=peligroso, se reparten con 1 brillo plateado de cristal de hielo por la chaqueta de El Jefe y la mullida alfombra. / Como si despertara de 1 mal sueño, el Jefe se queda mirando la superficie negro mate que aparece tras el espejo roto; sin mirar a nadie grita en la amplia habitación: —!Eso es lo que hay de=trás: 1 agujero en el mundo. Todo cae allí=dentro, Todo. Nuestra tumba está cavada, Sr. Presidente; la suya & la mía. Nunca se es lo bastante rápido para romper los espejos &mirar=detrás. — Kennedy se agacha, recoge 1 trozo de espejo, lo extiende sobre su mano bien formada, seca y money-curada a El Jefe. —Me ?regala este. En recuerdo de nuestro !excepcional encuentro. — Jrushchov no responde, se queda callado, tosco. Kennedy conserva el trozo en la derecha, lo que imposibilita darle la mano para-despedirse. Bajo las suelas del presidente & su intérprete, que salen a paso flexible como si anduvieran sobre goma, crujen las esquirlas del espejo roto.A la mañana siguiente en el vestíbulo, ante una pared revestida de madera oscura y brillante: Sentado junto a Kennedy Jrushchov, su ruda mano derecha en el muslo de Kennedy, ambos mostrando a las cámaras la risa propia=de cada 1o. : !Quedará esa imagen, pequeña eternidad químicamente fijada, el-Pin-up de la-Política, esperando al Día del Fuego….El Jefe es sensato 80 horas antes de la conferencia & 120 después; durante la-conferencia ni señal de sensatez. Su estupidez es grande en nimiedades.Aquí se interrumpen los apuntes de Yuri Antónovich Aléguiev.En la última hoja de papel en la carpeta, escrito con tinta arriba a la izquierda, (en ruso) solo dos palabras:!Ganar independencia.Si ha de entenderse como consejo a sus clientes en la rda, como máxima para sí mismo, o como quintaesencia de lo que él había percibido durante aquella conferencia entre Jrushchov y Kennedy, seguirá siendo un misterio.Semanas después de que partiera, recibí una carta de la estudiante Cornelia Schmitt desde Moscú. Escribía que sus investigaciones allí en el archivo del pcus no habían obtenido éxito reseñable, salvo por el hecho de haber encontrado el paradero actual del tal Yuri Antónovich Aléguiev. Nombraba un poblacho en Siberia central. El hombre, escribía, «cayó en desgracia» en 1964 junto a su jefe y bastantes más; apartado a Siberia, había dirigido en aquel pueblo el archivo local del partido hasta su jubilación. Ahora vivía solo, aislado, olvidado hace mucho. Allí quería ir ella ahora. Solo que, añadía la estudiante, tardaría un tiempo en volver… — Supe ya entonces que no volvería. Sigue valiendo lo que escribiera Séneca: «Los olvidados siempre son los más felices». Y para los más felices sobra espacio en este mundo.

39 El presidente John F. Kennedy y Nikita Jrushchov en Viena.Altos hornos de la historia.Derribando tiranosEn la Universidad de Stanford se celebró en 2010 un congreso titulado «Convergencias de orden y caos en la oposición entre Ilustración y Modernidad en el siglo xx». El fogoso Slavoj Žižek participó con la ponencia «Los altos hornos de la historia». Su punto de partida era el Círculo de Kienthal (1916) y el irreversible impulso revolucionario del grupo espartaquista (1919) desencadenado por el estallido de la Primera Guerra Mundial. Le interesaba el movimiento radicalmente opuesto del futurismo, que se movía en el entorno del fascismo. Si atendemos a la estructura, según Žižek, así pues, no a la valoración política posterior, sino a las propias fuerzas expresivas, puede reconocerse:Ilustración y Modernidad se oponen mutuamente.Las iniciativas del futurismo son individualistas.Las construcciones del movimiento proletario, o sea masa, ornamento (por ejemplo, los desfiles) e industria, son artificiales.Los alquimistas políticos del siglo xx utilizan hornillos, no altos hornos. Žižek se apoyó para su exposición en un texto del historiador de Tübingen Fernando Esposito: «Modernidad mítica. Aviación, fascismo y el anhelo de orden en Alemania e Italia». En él se señala la metáfora del volar como la raíz de la modernidad futurista. La denigrante fijación al suelo durante la guerra de posiciones de 1917 solo se soporta en la imagen del vuelo y del homo volans.

40 Aviadores.

41 Futuristas.

42 La nueva Italia. Guerra de agresión contra Etiopía.Tiempo aceleradoEn los años posteriores a 1938, también en Halberstadt se dejó notar la aceleración del tiempo, que muchos juzgaban «política». No solo se debía a la sucesión más rápida de citas, invitaciones a veladas, aumento de comunicados especiales, desfiles y giros de la historia.Mi madre intentaba «educar» sus indolentes intestinos, que se aferraban al ritmo de la época anterior. Con el desayuno tomaba a diario una gran cucharada de un laxante lechoso. Mi padre intentaba animar a la digestión a adaptarse a la agitación del tiempo acelerado mediante varias copas de gilka, un licor de comino húngaro-berlinés. Apenas hallaba la calma suficiente para aporcar las plantas en el jardín.Ambos padres tenían continuamente la impresión de estar perdiéndose algo. Cuando en 1941 las tropas marcharon sobre Atenas, algo que a mi madre (según su criterio) no le incumbía en absoluto, se excitó tanto que un lunes por la mañana, para poder llegar a tiempo a la prueba de su nuevo vestido donde Marga Töpfer en el Breiter Weg, canceló la clase de tenis en la parte baja.En retrospectivaDesde el primer congreso del Partido en Núremberg, fui el funcionario municipal encargado de los arriates de flores del recinto. No pueden ser chillones. Deben complementar la decoración de banderas y los elegantes uniformes de los participantes. Deben estar dispuestos de tal modo que no queden aplastados por las botas.Cuando el treinta de abril de 1945 inspeccioné por última vez el recinto de congresos, entonces todavía intacto, vagaban por allí grupos de gis38 recién llegados. Jacintos, aquilegias, tulipanes, narcisos, los bancales de nomeolvides estaban ya en flor. Mi mandato acabó ese día.Como jardinero, en los grandes actos políticos ejerzo una función auxiliar pero evidente en el sentido literal, en la medida en que las flores son la continuación de mi persona en otra figura. Aunque al pasar nadie nota que soy responsable de ese hermoso marco. Ante la comisión de desnazificación me costó mucho caracterizar mi contribución a la historia. Nunca llevé el uniforme del partido, siempre me vestí con delantal de jardinero…Un rey llamado «real»En su libro teoría de la constitución, Carl Schmitt examina las elecciones desde la Revolución Francesa hasta el siglo xx. Advierte que los electores siempre confirman con su voto lo que debido a circunstancias recién acaecidas consideran una realidad.Así, en 1793, los electores en Francia habrían perdido al rey, al que no se elige, sino que se encuentra, y acatado a continuación la república indivisible. Como escolares que se esfuerzan en un examen, según Carl Schmitt, tratan de interpretar el resultado que ven ante sí. Trazan su cruz según su leal saber y entender. En las elecciones refrendan el golpe de estado de Luis Napoleón en 1848 igual que antes, el 18 de Brumario, reconocieron como un hecho la toma del poder por Bonaparte y la confirmaron después votando. No declaran lo que desean, prosigue Carl Schmitt, se limitan a mostrar que reconocen correctamente el poder de lo fáctico. Eligen lo que les parece real, consideran arrogantes las candidaturas alternativas.Nada apuntaba a que las elecciones para la Asamblea Nacional alemana de 1919 fueran a ser boicoteadas, como reclamaba la izquierda política. Era evidente que esas elecciones tendrían lugar, que el esbozo de la constitución que condujo a la guerra sería usado para sacar al Reich de la guerra, y es que era obvio que la guerra se había desmoronado sola, de modo que sacar ya no resultaba posible, sino que se trataba de seguir. Tampoco fue ningún milagro que las elecciones de marzo de 1933 arrojaran una posición mejorada (aunque aún no omnipotente) de los nacionalsocialistas, porque se oía en la radio y se veía en las banderas colgadas en las calles, pero sobre todo en la persecución de los rivales, que el partido estaba en el poder y no iba a soltarlo tan fácilmente.Hasta 1954 se habían sucedido en Francia 143 presidentes de gobierno (así lo registraba Carl Schmitt en la segunda edición de su Teoría de la constitución). Estos cambios rara vez fueron consecuencia de elecciones, sino que o bien tuvieron lugar durante la legislatura, o un cambio violento fue refrendado por elecciones. En Gran Bretaña la secuencia de cambio de gobierno es diferente. Aquí se derriba primero al primer ministro en un círculo pequeño. Solo entonces se celebran elecciones. La democracia se ejerce de forma aclamatoria, dice el demoescéptico Schmitt apelando a textos de Tucídides. Un pueblo es muy capaz de derribar algo que percibe como irreal. De otro modo tiende a la afirmación (o sea al «homenaje»).Salvo por algunos breves períodos en Atenas o Florencia, dice Schmitt, no conoce gobiernos populares puros. Al movimiento institucional de una «voluntad popular» le precede siempre un «ensayo» en círculos cerrados (lobbies, élites, conspiraciones, consejos). En caso extremo, en los partidos.Si, como se afirma en los países anglosajones, la democracia constituyera la mejor forma de gobierno relativa, sería porque tiene su ancla lejos del gobierno. En la política no se trata de la cuestión: ¿en quién confío?, sino de la cuestión: ¿quién creo que abusa menos que otro de lo político?Inversa en cambio es la relación con la realidad. Aquí, cuando se elige, se trata de confianza en que efectivamente haya una realidad. Lo que parece infeliz lleva a la desesperación o a la tormenta. El corso, según Schmitt, lo vivió a las puertas de Madrid, al presentarse como un monstruo incomprensible para españoles, acompañado de gente armada, pero proclamando las libertades. Nada de ello fue percibido por los habitantes del país como real-español. La realidad necesita mil años, según el conservador Schmitt, para establecer un mundo en las cabezas.Una educación particularmente exitosa de perros policíaNadie educa como el criador de perros policía Trägemann del club ms en Mainz. Aporta el mejor material canino desde que en 1942, en la exhibición de perros policía en Járkov, obtuvo su primer éxito con el sabueso «Bessermann». Una cría especial son los perros buscametales de Trägemann. En sentido estricto no son una cría. Trägemann adiestra más bien a este perro pastor para rastrear metales, por ejemplo, el sabueso «Babsi». «Parece gustarle el metal». El perro rastrea pruebas metálicas, como bombas, metralla, armas ocultas; su adiestramiento tiene sin embargo la desventaja de que se traga las tuercas que encuentra, tubos de plástico y pernos de metal. Hay que auscultarlo con un detector de metales y, o bien hacerlo devolver su botín con ayuda de un vomitivo, o bien operarlo, cuando por ejemplo se ha tragado una bujía que sirve como prueba. El caso es, dice Trägemann, que puedo provocar esos reflejos condicionados (porque naturalmente leo la literatura) y que los afianzo previamente en el carácter del perro, pero no puedo controlar el grado de ese arraigo. Trägemann no logra colocar en el mercado ese tipo de perro. A las comisarías de policía les asusta el coste de los detectores de metal, temen también indiscreciones que, en caso de tener que operar al perro, les echen encima a las asociaciones de defensa de los animales. Tampoco pueden permitirse un veterinario canino y una sección quirúrgica, dice Trägemann, solo para poder disponer de este tipo de perro policía.Heidegger cuenta con ser nombrado director de la Führer-Lehrbegleitstaffel39Desde todos los Gaue (las provincias alemanas), los filósofos alemanes se apresuraban bajo la lluvia de noviembre a llegar a Leipzig para el Congreso de Filósofos Alemanes. En Berlín, el Führer subía al tren especial que debía llevarlo a Berchtesgaden. En la estación de Leipzig se cambió la locomotora del tren del Führer, como de costumbre. Schmundt, el asistente de la Wehrmacht, había previsto una entrevista de Hitler con Martin Heidegger. Una concatenación de causas mínimas redujo la estancia de Hitler en Leipzig y abortó el encuentro, del que los iniciados se prometían un apuntalamiento de las fuerzas que habrían sido necesarias para una segunda revolución nacionalsocialista. Se perdió así la oportunidad, única y última en Occidente, de que la filosofía accediese a un «espacio de ponencia y de despacho directo junto al poder del Reich».Nzz40: ¿Qué significa Führer-Lehrbegleitstaffel? Hasta ahora no existía un gremio así.Miembro del partido (pg.) Richter41: Era necesario instaurarlo.Nzz: ¿Conocía Hitler su suerte? ¿Había exigido un gremio así?Pg. Richter: Dijo que siempre quería aprender algo nue­vo. Lo dijo en público y también en círculos más reducidos.Nzz: ¿Y ahora se le asignaba un profesor?Pg. Richter: No con ese nombre. El Führer no es un alumno.Nzz: ¿Un estudioso de la filosofía?Pg. Richter: No se trataba tanto de filosofía. Se trataba de pensar.Nzz: ¿Hitler no era capaz de pensar?Pg. Richter: Todo el mundo es capaz de pensar si no tiene miedo de hacerlo.Nzz: ¿Se dice que el Führer es supersticioso?Pg. Richter: Puede ser. Es parte del pensar. De lo que se trataba es, por decirlo así, de un especialista para la dieta intelectual.Nzz: ¿Como un chef de cocina?Pg. Richter: Algo parecido.Nzz: ¿Por qué no cuajó?Pg. Richter: El cambio de locomotora no se llevó a cabo en la estación central de Leipzig, sino en Wurzen-Leipzig. De modo que solo hubo una estancia breve en Leipzig.Nzz: Suponiendo siempre que el Führer tuviera efectivamente la intención de instalar una Führer-Lehrbegleitstaffel…Pg. Richter: Suponiéndolo.Nzz: ¿Un gremio de educadores de príncipes?Pg. Richter: Los poderosos siempre han tenido algo así.Nzz: ¿Cómo habría hablado Heidegger con el Führer? ¿En el lenguaje de sus publicaciones?Pg. Richter: Sin duda no en el estilo que caracteriza a los textos de Heidegger. El Führer tiene poco tiempo. Tampoco es dado a escuchar. Una Führer-Lehrbegleitstaffel no estaría de forma permanente en el entorno de Hitler. El Führer-Begleitarzt42 es un organismo en Berlín. Führer-Begleitstaffel es el nombre de la unidad de protección «Großdeutschland», que aporta la escolta en los viajes del Führer. En ese contexto, la Führer-Lehrbegleitstaffel se encarga de coordinar la educación en el Reich. La Staffel informa directamente al Führer y transmite las indicaciones del Führer a los organismos competentes. Supervisa lo que se piensa y escribe en el Reich. No se trata de dar clases a Hitler, de instruirlo o de darle sugerencias de lectura.Nzz: ¿Director de la Führer-Lehrbegleitstaffel es por tanto un título?Pg. Richter: Y una señal.Nzz: ¿Estaba Heidegger preparándose para ello?Pg. Richter: Sin duda.Nzz: ¿Cómo?Pg. Richter: Solo con preguntas. Preguntas bien preparadas, afinadas, que muestran que el Führer podía confiar en una introducción así, que al principio podría resultarle extraña, en los entrecruzamientos secretos del siglo, una guía filosófica, no especializada, algo de Schelling, Leibniz, Nietzsche, pero sin citarlos.Nzz: ¿Con qué presupuesto debía financiarse ese departamento?Pg. Richter: Con los recargos para sellos especiales de Correos del Reich; los sellos de la serie marrón de Riem, por ejemplo, tienen un recargo de 1,42 peniques por sello además del valor nominal de 44 céntimos. En tiradas tan altas, es una suma considerable.Nzz: ¿Cómo se tomó Heidegger que no ocurriera nada?Pg. Richter: Como una catástrofe. Después el 30 de junio43 era ya persona non grata. Cualquier autor novel nacionalsocialista podía tomarla con él. Le cayeron encima.Nzz: Pero durante un momento histórico fue algo más que una idea asignarle un maestro al Führer.Pg. Richter: Sí, un maestro del pensar seguro de sí.Nzz: ¡No cabe ni pensar hasta dónde podría haber llegado!Pg. Richter: ¡Hasta donde alcanza el pensar!Como simple nacionalsocialistaYa a finales de 1933, nacionalsocialistas que estaban insatisfechos con la llamada revolución desde enero esperaban una consumación del movimiento. Algunos de esos grupos buscaban una profundización, otros hablaban de la necesidad de una «noche de los cuchillos largos». Martin Heidegger estaba en el grupo de los que hallaban insuficiente el grado de absolutidad y giro revolucionario. Él no habría usado la palabra «izquierda»; cronistas políticos posteriores, en vista de los contactos de que disponía, habrían hablado de un «nacionalsocialista de izquierdas». A un artículo en que el ideólogo Rosenberg hablaba de un final de la era hegeliana, Heidegger respondió con la exclamación: ¡ahora es cuando Hegel vive de verdad!En el verano de 1934, con los asesinatos del 30 de junio se puso un final violento al llamado curso izquierdista (pero también a una amplia serie de movimientos políticos). A partir de ahí, en las declaraciones de Heidegger sobre Hitler y el movimiento nacionalsocialista ya no cabe hallar confesiones que revelen una devoción personal. Siguió siendo, por así decir, un «simple nacionalsocialista».

43 Ilustraciones para niños de la época de la Ilustración.

44 Ruina antigua. Modelo para la Ley de ruinas del Reich: los edificios estatales del Reich Alemán han de construirse sin reparar en costes de tal modo que en 5000 años resulten imponentes para el observador.

45 Formación política nacional en el año 1935.Altos hornos del alma. Las dudas de Max Webersobre el «tipo del superhombre»En los pasajes introductorios a la «doctrina transcendental» en la Crítica de la razón pura (editada según la primera y segunda edición original por Jens Timmermann, Hamburgo, Felix Meiner Verlag 1998, p. 759) Immanuel Kant escribe sobre la forma de construcción del pensamiento:«Si considero el conjunto de todos los conocimientos de la razón pura especulativa como un edificio del que tenemos al menos la idea en nosotros mismos […] el resultado ha sido que, si bien pensábamos en una torre que debía llegar al cielo, los materiales de que disponíamos solo han alcanzado para una casa suficientemente espaciosa en relación con nuestros asuntos en el plano empírico y suficientemente alta […], [pero] que esa audaz empresa tenía que fracasar por falta de materiales, por no mencionar la confusión lingüística que inevitablemente tenía que dividir a los obreros en torno al proyecto, dispersándolos por todo el mundo […] estamos ya advertidos […]. Pero, por otro lado, no podemos dejar de construir una casa sólida. Se trata de proyectar un edificio que corresponda a los materiales de que disponemos y que sea, a la vez, conforme a nuestras necesidades. […] en este sentido, trataremos de una disciplina, un canon, una arquitectónica […] de la razón pura […].»44En un apunte de 1917, Max Weber partía de este texto de Kant y enlazaba con él las siguientes ideas:La torre de la que habla la sagrada escritura estaba construida en barro, sujeta en los lados por esteras de paja, y luego se desmoronó (o se deshizo). Pero tres mil años después de hundirse, aproximadamente en torno a 1600 después de Cristo, volvió a surgir en el interior de los seres humanos y supone como la capacidad de pensar a varios niveles la oportunidad de la sociedad moderna.El ser humano de nuestro tiempo, según Max Weber, ha retraído su fe candente al corazón y ahí la puede fundir a disciplina cotidiana en el trabajo: a laboriosidad industrial. Esto resulta especialmente válido para el carácter protestante. Está sobrerrepresentado en los cinturones industriales de Escocia, Inglaterra Central, los Países Bajos y el Ruhr prusiano. A ello se suma la «torre en nosotros» como fuerza organizadora: la de los «terrenos apilables». Por eso habla, parecido al sociólogo francés Durkheim, de «terrenos del alma», pero también de «talleres del alma».En cambio, no ha observado elementos subjetivos que denoten una interiorización de industria y gran maquinaria. En ese sentido no hay altos hornos del alma. Duda de que llegue a haber nunca un superhombre. Más bien cabría esperar que de la gran maquinaria se ocupen bárbaros…Aquí se interrumpía el manuscrito.¿Cómo surge el carácter político moderno?Betty Bielefeld, discípula del marxista Fredric Jameson en la Columbia University, expuso en su disertación la tesis de que todas las formaciones sociales «que requieren de algún grado de trabajo espontáneo de los productores (es decir, de los trabajadores)», así pues, las ciudades comerciales, el capitalismo, el laboreo, la construcción de máquinas herramientas, se convierten en una de las generaciones siguientes en cualidades subjetivas (skills) y por tanto en un progreso. Ahora bien, la adaptación del mundo exterior al interior sucede a ritmos diferentes. Así, los caracteres del laboreo no se impusieron en el interior hasta después de unos dos mil años; hay un largo camino desde los cazadores, recolectores y nómadas hasta el poeta y legislador romano Ennio. Las ciudades, en cambio, son rápidas en su evolución. En la Antigüedad griega, la polis se impuso en solo tres generaciones.En cambio, cabe excluir —a ello se dedica el larguísimo anexo con tablas en la disertación de Bielefeld— que el trabajo en la fábrica o cualquier tipo de trabajo forzado o esclavitud genere un cristal en el sujeto, o sea, energía. Si cesa la coacción externa, el mundo exterior ligado a ella es depuesto como un vestido. Ahí, Betty Bielefeld contradecía los asertos de los marxistas soviéticos que esperaban un nuevo hombre curtido en la industria. Por contra, como le hizo notar educadamente su maestro Fredric Jameson, en los años veinte del siglo xx muchos marxistas habrían sospechado idealismo en sus explicaciones sobre el retorno de formaciones sociales previas en los sujetos.Los antepasados de Betty eran de Wuppertal. Pasaban por ser westfalos testarudos. Y así es como Bielefeld se aferra a sus tesis frente a todas las objeciones. No podían gustarle a nadie, ni a los marxistas ortodoxos ni tampoco a los librecambistas de Chicago, que niegan cualquier persistir de experiencias de procesos de trabajo en el interior de los seres humanos. Pero ella estaba convencida: ese interior es una fragua. Claro que en ella no se puede usar ninguno de los instrumentos conocidos del mundo exterior.La granja cerca de Harvard en que escribía estuvo rodeada aquel invierno de una gruesa capa de nieve. Durante dos semanas no se pudo llegar a las parcelas vecinas ni en trineo, porque la nieve era demasiado alta y blanda para ello, ni en bicicleta.Sohn-RethelPasó su vejez en Bremen, cuidado por jóvenes mujeres en un piso compartido. De joven, hijo de buena familia, se había colado como una especie de espía académico en la Confederación de la Industria Alemana. Allí las noticias del Reich llegaban sin filtrar mediante los dosieres y la correspondencia. Contabilidad, tubos, salas eléctricas de una economía moderna.Si Sohn-Rethel era marxista es algo sobre lo que no se ponían de acuerdo sus rivales en el movimiento de protesta y el círculo del Instituto de Investigación Social de Frankfurt. Había leído mucho. Ciertas cosas las conocía de oídas. Conoce a Marx a través de gente que ha leído realmente los textos y en los que confía, sentenció Max Horkheimer. Así había anidado en su cabeza una retícula especial de teoría.La producción, se dice en Marx, es «lo trascendente». De ahí la impaciencia de la gente, según Sohn-Rethel, cuando la distribución y el consumo, o sea los mercados lentos, no pueden seguir a la inventiva de ingenieros y máquinas. Una producción centroeuropea de los años treinta del siglo XX no puede estar esperando a que aumenten la necesidad y el poder adquisitivo. La producción se abre paso, en caso extremo con violencia. Sohn-Rethel describe esto como el principio de la sociedad de cambio obligatorio. Si el cambio se hace solo con reticencias, se reparte violentamente. La imagen de esta estructura de expulsión en que pensaba Sohn-Rethel eran los altos hornos de la cuenca del Ruhr. De noche el tren expreso pasaba junto a sus plantas y se los veía arder a lo lejos. Pero también se podía ir en coche durante más de una hora junto a los sistemas de tubos y delgadas chimeneas metálicas de la industria química en Halle/Leuna y obtener así una imagen diurna. Desde el avión, tal como contaba Sohn-Rethel, un grupo de responsables toma la decisión de construir fábricas en la llanura junto a Wolfsburgo/Salzgitter. Debajo aún se ven campos de cereales.Sohn-Rethel fue el único teórico familiarizado con las formas de pensar de Karl Marx y Karl Korsch que tuvo la oportunidad de acumular conocimientos secretos reales de la industria.Aritmética del poderTras la súbita muerte del ministro de Armamento Todt, varios mandatarios del Reich trataron de apropiarse de trozos de su legado político. El más débil de ellos, el ministro de Economía Funk, había acordado con Leeb y Witzell de la Oficina de Abastecimiento de la Wehrmacht nombrar al mariscal de campo Erhard Milch presidente de la comisión que debía decidir sobre las nuevas competencias en materia de armamento. No cabía reemplazar la fórmula «nombrar presidente» por «elegir presidente». En el centro del Reich no se elige a nadie. Se habla por teléfono entre gente de confianza. En una reunión preparatoria, uno de la ronda de conjurados propone un nombre. Se prepara así el terreno para que un poderoso pueda decir: la presidencia la asumo yo. Tienen que haberse tomado precauciones para que ningún otro se le interponga; de lo contrario el poderoso no lo haría. Pierde una enormidad si se descubre que otro puede frenarlo. La votación previa tuvo lugar el 11 de febrero en el Consejo de Industria. El director general Albert Vögler, líder de opinión de la industria, es ganado por los conjurados.Al día siguiente se reunió la comisión en la gran sala de reuniones del ministerio de Aviación. Presentes: Vögler, Wilhelm Zangen, el director de la Confederación de la Industria Alemana, el general Leeb como jefe de la Oficina de Armamento del Ejército, luego el almirante general Witzell, el general Thomas del Alto Mando de la Wehrmacht. Presidencia: Milch. Funk a su derecha, Speer a la izquierda. En cuanto el sucesor inmediato de Todt, el nuevo ministro de Armamento Speer, fue consciente de la conjura que quería saquear su herencia, buscó a Hitler y se aseguró su apoyo. Ahora, en la reunión, asiste a la escenificación del complot. El director general de siderurgia Vögler esboza rango y calidad de quien en el futuro debía presidir una comisión que reagrupara todos los poderes, así pues, los del ministro de Armamento, los de la Luftwaffe, de la Marina, del Ejército, de la industria y la producción civil. Siguen turnos de palabra de Leeb y Witzell, que «en principio» se adhieren. Reparos no acordados de terceros confunden el efecto. Pero está claro que solo el director de esta asamblea, o sea Erhard Milch, entra en consideración para la superpresidencia de una comisión central.Speer cuenta: en ese momento cuchicheé con Milch. Le dije: esta reunión continúa en la sala del gabinete. El Führer quiere hablar de mis tareas. Milch entendió en seguida y por completo. Por supuesto, tampoco en la llamada sala del gabinete, establecida en el edificio nuevo de la cancillería, pero en la que durante toda la guerra no tuvo lugar una reunión con los ministros, habría habido ninguna discusión. El aviso de Speer significaba que había hablado con Hitler y que para Milch ya no era posible un «asumo la presidencia, una vez que así se ha propuesto en esta comisión». De modo que el avezado mariscal de campo retiró su candidatura haciendo un chiste. Todas las competencias siguieron desperdigadas hasta el final de la guerra, porque era la única forma de que Speer conservara las competencias de Todt.«Política es determinar exactamente el enemigocon el que quiero firmar la paz»Como escribe Ian Kershaw, desde diciembre de 1941 Hitler había concentrado en sus manos todo el poder político. De modo que en lo sucesivo hubo nominalmente un discurso político, pero apenas podía hablarse de decisiones políticas. Tras la muerte de Hitler, el 30 de abril de 1945, la «voluntad política acumulada» recayó en las personas. Pero a diferencia de 1918 no fue ejercida por los individuos (que en cierto modo se dispersan, huyen de la guerra, se ponen en huelga de guerra), sino dentro de las organizaciones y los séquitos existentes. Se trataba de «determinar exactamente el enemigo al que quiero rendirme».Poderosas columnas se movieron en dirección general oeste. A través de contactos suecos, el Reichsführer SS buscó una oportunidad de negociar con el cuartel general aliado. A las tres y media de la tarde se había suicidado Hitler. El nuevo canciller del Reich Joseph Goebbels (no llegó a gobernar un día) buscó contacto con el alto mando soviético en Berlín. ¿Sería posible enlazar con el status quo ante de mayo de 1941? Los mariscales von Manstein y von Bock salieron en dirección a Schleswig-Holstein en la comitiva de una manada de caballos. Querían llegar a una determinada casa señorial.En filas de cinco vehículos, una división acorazada avanzaba en bloque por las carreteras de Eslovaquia hacia Chequia. La tropa quería alcanzar Salzburgo. Las dos columnas centrales, que usaban la carretera, cobraban una y otra vez ventaja y debían organizar paradas para que los vehículos que marchaban por el campo pudieran cerrar filas. La convicción política era que solo en toda su amplitud podrían superar las barricadas de los rebeldes checos.La exactitud para determinar al enemigo sufría de errores e ilusiones. La derrota pilló a todos desprevenidos. Ni siquiera la sección de ejércitos extranjeros este, repartida entre distintos acantonamientos de la zona sur, disponía de información sobre qué mandos aliados admitían que se les rindiera una tropa oriental y cuáles tendían más bien a rechazarla. Así, una división de las Waffen-SS fue entregada a los rusos por un comandante americano; a solo cien kilómetros de distancia, otra división de las Waffen-SS fue acogida en el campo de prisioneros aliado.Política en el último momentoNinguna de las partes beligerantes trató de usar como arma el sufrimiento del pueblo holandés en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial. El año anterior aún habría sido un posible recurso bélico en otros frentes, tanto según el criterio británico como alemán, para obligar a mover ficha al enemigo mediante la penuria de la población civil. La falta de toda perspectiva de éxito para el Eje había refinado los ánimos. La tarde del treinta de abril de 1945 tuvo lugar una conferencia conjunta. Participaron el teniente general Smith del Estado Mayor de Eisenhower, el general mayor Suslopárov como observador ruso, y el príncipe Bernardo de Holanda. Por parte alemana el Reichskommissar Seyß-Inquart. La conferencia condujo a un éxito pleno al finalizar la tarde. Los alemanes seguían siendo excelentes organizadores. Como escolares a los que de otro modo espera un castigo, mostraron de lo que eran capaces.Sobre el suministro de víveres a la población holandesa, el protocolo establecía lo siguiente. Suministro por aire: los alemanes reservan para los aviones aliados de avituallamiento diez zonas de recogida, utilizables cada día entre las siete y las quince horas. «Durante este tiempo los aviones aliados gozan de plena inmunidad». Suministro por mar: los barcos de avituallamiento aliados pueden atracar en Róterdam. Los alemanes recogerán cada barco y lo guiarán al puerto. Suministro por tierra: los alemanes facilitan una carretera.La primacía del arte sobre la penuriaHacia el final de la guerra, un discípulo de Heidegger fue reclutado para servicios obligatorios en la oficina de limpieza municipal de la capital del Reich. La columna mandada por él salió con sus herramientas el mismo 30 de abril de 1945, día de la muerte de Hitler (algo que en ese momento no sabía nadie), del depósito en el norte de la ciudad y fue abriéndose camino hasta Wilmersdorf con sus instrumentos de desescombro y limpieza. Desde una de las esquinas que habían liberado de escombros vieron a soldados del Ejército Rojo, a algunos pocos cruces de distancia, asaltando una barricada.

46 Ezra Pound en la trampa.«Nor can who has passed a month in the death cells /believe in capital punishment /No man who has passed a month in the death cells /Believes in cages for beasts»45Ezra Pound, Canto lxxxiii, 530

47 Ezra Pound con su madre.

48 Fascistas son fusilados por partisanos con vistas al Lago di Como.«Podría haber prescindido de tales bromas […].Ahora deja de circular la sangre verde.»Ezra Pound

49 A la izquierda Theo Pirzer, líder del destacamento de guardia que debía proteger al Duce y llevarlo a la Valtelina.Un expoderoso traspasa a determinada hora la delgada superficie de la realidad institucionaly queda fuera de la ley

50 Alfredo Ildefonso Schuster, el poderoso arzobispo de Milán, cuyo amparo buscó Mussolini.Día de lluvia. Un lunes por la mañana en Milán. El cardenal recibe al presidente de la fascista República de Salò en su palacio. Galletas. Un vino dulce. Entretanto el secretario del cardenal negocia en la antesala con los tres delegados del comité revolucionario, un representante de la izquierda, un abogado del ayuntamiento y el delegado de los socialcristianos. Sobre la ciudad pende la amenaza de una huelga general y una revuelta armada. Su anuncio genera ajetreo en la estación de radio y las oficinas de los órganos de seguridad. En la ciudad misma el bullicio habitual. En horas así, la realidad no se reparte homogéneamente por la ciudad.En ese momento el cardenal sigue charlando cortésmente con el mandatario varado. Alude al momento en la vida de Napoleón en que este abdica. La guardia aún velaba por el emperador. Si entonces (como Ud., querido Mussolini, cuando estuvo preso en el Gran Sasso) se hubiese resignado a la renuncia al trono, sus descendientes serían hoy los reyes de Elba. Igual que los Grimaldi en Mónaco. El cardenal era un bromista cortés. Le agradeció al dictador que con las negociaciones, cuyo resultado garantizaba la iglesia, se evitara una guerra civil en la ciudad.A continuación, entraron los negociadores del nuevo poder. Besaron la mano del cardenal. El ministro de Defensa de Mussolini, Graziani, apareció corriendo. Todos los interlocutores se sentaron a una mesa.La negociación avanzó durante un tiempo. El general Cadorna, hijo del legendario mariscal de la Primera Guerra Mundial, delegado del partido socialcristiano que estaba fundándose, o sea un pedazo de «historia autorizada», concedió que, aunque no se exculparía a la milicia fascista, no había por qué perseguir a los familiares de los milicianos. Entonces todo lo demás puede arreglarse, respondió Mussolini. En ese instante el mariscal Graziani dio a conocer la noticia (a gritos) de que el alto mando alemán acababa de capitular ante los aliados. ¿Convierte eso en superflua la negociación aquí? Mussolini suspende confuso la conferencia.Al salir del edificio aún tiene la intención de regresar más tarde. Lo cierto es que a esa hora traspasa el delgado suelo de la realidad institucional e ingresa en un espacio intermedio entre aún-vivo y ya-muerto. En Como se detiene con su séquito en un hotel. Luego emprende el funesto viaje que va a ser su perdición.Es un tiempo en el que todo está ya decidido y en el que sin embargo hay que soportar largas esperas. Ahora podría leer los libros que siempre quiso leer. No tiene ninguno a mano.

51 La muchacha junto a Mussolini es Elena Curti. Pasa por ser su hija ilegítima. Ha acudido a toda prisa para salvar al padre. Cruza en bicicleta las líneas de los partisanos hasta Como y hace que una tropa de milicianos fascistas envíe un vehículo blindado a su padre.

52 El punto estrecho en el que la barricada de los partisanos detuvo el convoy de Mussolini. El vehículo blindado (aquí una maqueta) logró rechazar a los rebeldes, pero no fue capaz de dar la vuelta.

53 El «hombre colgado hacia abajo» es una de las veintidós cartas del Tarot que se llaman arcanos. Es la carta del «Infame», la persona a la que «se denigró». El castigo viene de Florencia y de la época del Renacimiento. No castiga al hombre, sino que se deshonra su imagen. De ahí que el castigo no necesitara ejercerse sobre el traidor o asesino mismo, sino que podía llevarse a cabo in effigie representando el cuerpo encadenado arriba por los pies.

54 Exhibición de los cadáveres de Mussolini y su amante a las 12 del mediodía del 29 de abril de 1945 en la Piazza Loreto en Milán. La ropa de la mujer está sujeta con cuerdas al cuerpo. Al margen de mostrarla como compañera del INFAME, no quería exponérsela a un oprobio añadido.

55 Los dos amantes. Así yacieron largo tiempo en una calle lateral de Milán, debido a un lapso organizativo-temporal. Uno muy poderoso antaño, la otra nunca. Fueron enterrados el 30 de abril por la tarde en una zona no utilizada previamente del cementerio municipal. En total se usaron 13 ataúdes de madera sin rótulo. Solo dos contienen a los verdaderos muertos. Si más tarde alguien intentara desenterrar los ataúdes y extraer los huesos, sería imposible, así se creyó, identificar sus nombres.Eso pasa por ser un superhombreAún lo protegían dos mujeres (Petacci, Curzio) y una unidad de las Waffen-SS. En la Valtelina decían que lo esperaban mil combatientes. Al mismo tiempo: millones maldecían al tirano. No le faltaba inteligencia: se daba cuenta de que su trayectoria había concluido.Durante los veinte años en que gobernó en Italia —su centro de poder era Milán y el territorio que hoy vota a la Liga Norte, él era urbanita— hubo fases en las que su presencia tuvo valor: momentos buenos en una realidad según guión. Testigos y biógrafos lo consideraron entonces la encarnación del «superhombre» de Nietzsche. Llegó a ver los almacenes del poder cuando el primer ministro británico Chamberlain lo visitó en las Navidades de 1938 y le pidió ayuda para arreglar los conflictos europeos.De aplausos clamorosos, de voluntades unidas, de deseos arrumbados y vueltos a rescatar de tantas generaciones, de colecciones de desechos de los corazones y cabezas de millones de personas: de eso se alimenta el superhombre. Ese precario acervo mental no resistía un viaje en barco a Etiopía.El hombre que en este hotel de Dongo trataba de persuadir a su guardia alemán Theo Pirzer de ejecutar un último golpe ya no tenía más que piel y huesos en común con la persona de 1938. Pedía a Pirzer como última acción que recorriera con una unidad motorizada de las Waffen-SS los treinta kilómetros hasta la frontera suiza, arrestara allí a los agentes fronterizos italianos que a su vez habían detenido a dos ministros de Mussolini que debían sondear el paso a Suiza, y le trajera de vuelta a sus fieles. ¡Porque, como señala Maquiavelo, desde César la autoridad de un príncipe se mide en que sea capaz de recuperar sana y salva a su gente tras una misión! El hablar de Mussolini era confuso.La distancia a que su alma (sin duda no inocente) se había alejado ya de la prisión del cuerpo ascendía a 12 cm, como confirmó el médico del prefecto de Como, que se había convertido en el médico personal del jefe de Estado y conocía textos de Plutarco.

56 Calle en la Valtelina. Matutina y desierta. El sol traza franjas. Aquí se esperaba a Mussolini para la lucha final.Los pies en el suelo a través del vientreLas rocas en las que hay petróleo, dice el geólogo de exploración Wilhelm Dominik, no dejan ver a simple vista lo que contienen. Se comportan como una esponja, pero solo se ve piedra. Solo la enorme presión que soportan desde todos los lados los yacimientos muy por debajo de los sedimentos impulsa el líquido, y con él el petróleo, hacia arriba. La mezcla de gas, agua y petróleo genera la fuente que se inflama en seguida.Lo político funciona de forma parecida, según el nuevo asesor de Obama (de la University of Chicago como el anterior). No puede reconocérselo en las masas humanas, como si estuviera escondido a tamaño microscópico en una roca esponjosa, y de pronto estalla. No hay por qué creer, concluyó el nuevo asesor, que una empresa conservadora como NewsCorp. TV o los organizadores del Tea Party entre los republicanos estén en condiciones de provocar con sus manipulaciones una ERUPCIÓN POLÍTICA. Esto tiene validez general, según el hombre de Chicago. Él lo ha estudiado en los casos de Europa y China. Los manipuladores solo pueden «hacer cosquillas en el yacimiento» cuando usan sus taladros. La «geología de lo político» reacciona de forma autónoma e incontrolada. Se aloja en las almas individuales, y no en el «concepto de las masas», que son una construcción del intelecto.El parlamento de ingenios en el cerebro humanoDetrás de la frente, con máxima actividad en el medio entre los ojos y el occipucio, se aloja el zoon politikon, el animal político. Su elemento, la neurona, es asombrosamente simple y como dice el investigador del cerebro Prof. Dr. Eric Kandel: «en el fondo tonta». Dispone de tres reacciones elementales que repite una y otra vez. Solo en el movimiento que mutuamente generan los millones de neuronas, así pues, entre ellas, surge la sapientia. Ahí reside, por ejemplo, el formidable poder del principio del derecho: a la mayoría de las sinapsis en el cerebro les desagrada ver violado el derecho. En la evolución social, sostiene Kandel, han quedado más seres humanos con esa disposición que los que no la tienen. El sentimiento del derecho parece ser un subgénero del equilibrio. Tiene su sede en el oído, dice Kandel.En las personas activas que llevan consigo este cerebro, amplía Kandel su argumento trazando con tiza diagramas en la pizarra del aula, en cierto modo es al revés. El individuo y su cerebro son de una complejidad excesiva, como diversificadores indomables y —contra toda apariencia— apenas receptivos a las órdenes. En cambio, la comunidad que forman individuos así es curiosamente primitiva y parece «en el fondo tonta». Tampoco es muy robusto lo que se puede decir de la neurona.Una conducta de alta intensidadEberhard Knödler-Bunte relata un suceso muy curioso. Una joven fue encontrada muerta en la chimenea de la casa que pertenecía a su amante. Había intentado entrar por ella. El amante, un médico local, la había echado antes de casa. Quería separarse de ella. La joven no lo aceptó. El médico, indiferente a todas las palabras y señales de la desdeñada, atrincheró la casa y se marchó de viaje, cosa que no sabía la mujer.Pero la joven no estaba dispuesta a renunciar a aquella relación sin otra charla personal, quizá incluso un abrazo o el intento de darle un giro sorprendente al destino (¡él le quitaría la ropa, y todo volvería a ir bien!). Subió al tejado y se introdujo en la chimenea hasta un punto en que ya no podía seguir bajando ni ascender de nuevo hasta el pedazo de cielo que debió de seguir viendo arriba como un rectángulo azul.Los vecinos, molestos por un olor intenso que duraba ya semanas, avisaron a las autoridades, que descubrieron a la muerta en la chimenea. Los bomberos, sin experiencia en una operación así, tuvieron problemas para extraer el cadáver. El médico seguía de viaje.Se discutió durante largo tiempo quién debía asumir los gastos del «rescate», que solo dejó un cadáver mutilado, partido en trozos. Por mucho que los bomberos tiraran de él, no hubo forma de sacar íntegro el cuerpo atrapado. Lo único íntegro era la intensidad con que la joven había perseguido su objetivo de volver a ver cara a cara a su amante. Nadie le habría atribuido tanta energía a aquella mujer frágil y más bien delgada.Fundación de una república a raíz de un accidentea setecientos cincuenta metros de profundidadUn accidente en una mina del desierto de Atacama que se cobró numerosas víctimas, con el inesperado descubrimiento de treinta y tres mineros atrapados, llevó allí a reputados expertos mundiales en rescates, perseverancia en la adversidad, procesos de aprendizaje repentinos, formación y estabilización de sociedades humanas, en suma: la humanidad. Así lo formuló Frieda Grafe en el Süddeutsche Zeitung tras el feliz desenlace del rescate, que había seguido en una película y cuyo ruido mediático se superpuso a la percepción original del principio, cuando todo parecía incierto.El eficiente ministro de Minería de la República de Chile, Laurence Golborne, había instruido a las embajadas de su país para difundir la noticia y pedir ayuda nada más descubrirse a los afectados. Agencias informaban desde la capital chilena y desde el lugar del accidente. A quinientos metros de profundidad, un corrimiento de tierras había sepultado la parte central de la mina. Una sonda perforadora llegó hasta los mineros, que se habían puesto a salvo en un refugio setecientos cincuenta metros bajo tierra. Desde hace más de cuatrocientos años hay historias que tratan de accidentes en las minas, por ejemplo, en Suecia. En países civilizados se afianzó esa sensación: mineros dados por muertos aparecen, mineros desaparecidos son desenterrados décadas después, gracias a la química de las capas de tierra se han conservado igual de jóvenes que en el momento en que los sorprendió la muerte.Había que alojar a los expertos llegados a Santiago y al lugar del accidente en el desierto. No estaban acostumbrados a dormir en tiendas de campaña. Tampoco estaban dispuestos a irse a dormir. Estaban excitados. También porque aquí se encontraban a gente escogida. Muchos de ellos solo se conocían hasta entonces por los libros.Está claro que los sepultados han de prepararse para una estancia forzosa en su cueva de hasta ciento veinte días. ¿Cómo hacer concebible esa abstracción temporal? ¿Cómo se les comunica algo así a los afectados? ¿Cómo se organiza una sociedad humana en ese punto en las profundidades de la tierra? Con gente que, hasta ese momento, como apunta el etnólogo llegado de Viena Dr. Helmut Reinl, nunca ha fundado una república. Ahora deben formar un grupo humano en un espacio aislado. Es prácticamente seguro, añadió el biólogo de la evolución Prof. Dr. Leimar de la Universidad de Estocolmo, que habrá crisis. En cambio, resultó que no había estrechez. Los encerrados tenían sitio en las galerías hasta la zona derrumbada encima de ellos.¿Había uno entre ellos en el que confiaran todos? Un grupo que quiere sobrevivir necesita un líder. ¿No surge en las sociedades humanas primitivas un clan de iguales? ¿Y después uno de los fuertes usurpa el poder? preguntó un jurista del grupo de apoyo. Es exactamente al revés, respondieron los etnólogos: primero el clan tiene un jefe, luego este es depuesto. Debatían en un hotel de Santiago. Es así, agregó un antropólogo de Stanford: uno tiene la confianza de los otros o es el más fuerte, luego otros conspiran para derribarlo. Tras el derribo (o asesinato) se pelean por su herencia. A menudo (no siempre) estos procesos terminan generando algo más de igualdad. Este punto siguió siendo controvertido. La siguiente reunión de los científicos —estaban demasiado inquietos para sentarse en torno a una mesa, discutían andando y en corros frente a los ordenadores— tuvo lugar en las instalaciones del observatorio radioastronómico que se encontraba en las cumbres sobre el Atacama.Además de la perforación de prueba que logró encontrar al grupo de sepultados, se introdujo hasta abajo una sonda de avituallamiento. A través de ella se hacían llegar líquidos, preguntas, alimentos concentrados en recipientes muy estrechos. Arriba volvían respuestas garabateadas a las preguntas, luego se tendió una línea telefónica. Abajo hacía calor. Resultó que la persona de confianza para todos no fue el trabajador que según los ingenieros llevaba la voz cantante antes del accidente —todos los que conocían a la tropa afirmaban que sería el probable líder—, sino otro desconocido que antes ni siquiera pertenecía a la tropa principal, sino a otra en una galería vecina. Los organizadores arriba se adaptaron a esta nueva situación. Consejos desde la gran distancia: desde la ciudad de las estrellas junto a Moscú, donde se hacían pruebas con personas encerradas en espacios estrechos para prepararlas a un vuelo de setecientos días a Marte. ¿Cómo trata un organizador de fuera a personas que han de soportarse en una cápsula estrecha en grupo pequeño? ¿Cómo se dosifica la esperanza para que no arrojen la toalla, sino que permanezcan atentos largo tiempo? Existía una diferencia entre las situaciones de índole tan claustrofóbica y la experiencia de un Robinson Crusoe, que en su día también fundó una nueva sociedad, pero no estaba así de aislado. Disponía de una isla entera con animales, en la playa desembarcaban salvajes, y el mar, o sea el vínculo con la posibilidad en y para sí, estimulaba su fantasía. En el vacío del espacio y en el espesor de las profundidades de la tierra era sin duda diferente.¿Necesitaban distraerse los sepultados? ¿Necesitaban entretenimiento? ¿Cabía tomar medidas preventivas contra la crisis que sin duda estallaría? Los trabajadores de abajo tenían que hacer ejercicio, físico y mental. De hecho, habrían necesitado un curso. Había que ajustar de nuevo en su personalidad la experiencia de seis mil años de evolución social. Y no servía de nada que los expertos que disponían de esa experiencia concibieran entre sí esa adaptación. Había que introducirla en las cabezas de los sepultados y desde allí en su conducta.A los médicos del equipo de rescate les preocupaba que ninguno de los treinta y tres trabajadores en la galería cayera enfermo. Eso exigía que separasen con absoluto rigor las zonas de alimentación y de deposición. A los trabajadores les esperaba una tarea muy importante en caso de rescate. Debían conocerla, porque motivaba. Tampoco podían exagerarse la tarea y la ayuda a la autoayuda si no se quería reducir sus esperanzas. Había que prometerles una recompensa adecuada al objetivo de su rescate (que en cierto modo nos regalan). Y es que la gran máquina que estaba perforando el pozo de rescate vertería en la fase final masas de roca de unas cuatro mil toneladas en la galería. Los trabajadores tenían que desplazar esos escombros a otras galerías. Para eso debían estar en buena forma física.Los últimos días del operativo de rescate, se supuso al principio, la perforadora solo avanzaría cinco metros diarios debido al peligro para los mineros. Ahora, al comienzo de la perforación, eran hasta veinte metros. Eso exigía una espera tenaz. Debemos mantener ocupadas las cabezas de los trabajadores, dijo el especialista en túneles y economista Carlo Lamberti. No basta con inculcarles la perspectiva de salvarse. Más bien se trata de allanar la recta final de los motivos permitiendo cosas secundarias. Se discutió con ellos. Respondieron que les gustaría tener una comida «de verdad». No esa dieta de la nasa en tubos. Ahí vimos, según el profesor Leimar, que podían apartar de su cabeza la idea de los peligros que encerraba el final de la operación, y que seguían siendo imprevisibles, con la misma eficiencia con que debían apartar las rocas que al final llenarían la galería. Les enviamos en termos estrechos, el único tipo de recipiente que transportaba la sonda, pasta con carne picada. Los días antes de que estuviera disponible la sonda para abastecerlos, los trabajadores encerrados se habían racionado y repartido entre sí los alimentos y bebidas disponibles en el momento del accidente. Una vez al día, cada uno de ellos recibía unos gramos de atún y una cucharada de líquido, de las que tenían dos consigo. Esa situación, que podía volver a producirse en caso de avería de la sonda, exigía, y esa era la preocupación de los expertos, una disciplina excepcional en la vida ordinaria que a la larga se hacía improbable de por sí.Los expertos solicitaron información a la nasa, que tenía experiencia con accidentes en el espacio. ¿Hay en el ser humano un fundamento de fraternidad en la desgracia? ¿Cómo vamos a saberlo? respondieron los científicos de la nasa, que no tenían experiencia con grupos de más de seis encerrados en una cápsula espacial. Por sí sola, opinaron, la desgracia no genera fraternidad. En la desgracia también pueden masacrarse. Pero hay indicios de una reserva de los primeros tiempos de la humanidad que los lleva a recurrir primero unos a otros en caso de peligro. Claro que, si ese recurso resulta desesperado o atosigante, el grupo explota.Ya nos pasó, dijo el jefe de organización local, que dependía del ministro de Obras Públicas, que hubo que retrasar la perforación del Estrato 950 (en realidad un taladro de arquetas para profundidades de hasta veinte metros, adaptado ahora) porque había que traer un percutor para la máquina desde Alemania, pero el avión de transporte sufrió una avería.El presidente Piñera había encargado al ministro de Minería que estudiara diez variantes más del rescate con el objetivo de abreviar la acción a dos meses. ¡Qué sorpresa para los afectados, qué noticia tan positiva para la opinión pública mundial si la ayuda se agilizara! Una de las preocupaciones de los organizadores chilenos era que pudieran flaquear no ya los nervios de los sepultados, sino el interés de la opinión pública, y que con el tiempo decayera así también el de los rescatadores. Por eso el presidente del país creía que no debía esperarse al adviento.Un debate político fecundo para el gobierno enlazaba con la cuestión de los costes. Debían ir enteramente a cargo del dueño de la mina. Para poner en práctica esos planes y reforzar quizá la seguridad minera a nivel internacional se requería una atención pública sostenida. ¿Cómo se organiza algo así? El equipo de rescate en el orificio de perforación accidentado no podía contribuir a ello. ¿Quién en los distintos continentes del mundo se representaba la situación de los encerrados a oscuras y a una profundidad de setecientos cincuenta metros durante varios meses? El inversor que explotaba la mina se había declarado en quiebra. Quiere evitarse los costes derivados, por ejemplo, la indemnización a las familias de los mineros fallecidos, también los sueldos de los que han de rescatarse (estar encerrado cuenta como tiempo de trabajo), pero sobre todo asumir los costes de las medidas de rescate. La empresa es una sociedad de responsabilidad limitada.No estaba a la altura del delitoUna dama de Bruselas le dejó a un chico de once años (vio que era un chico inmaduro y fuerte físicamente, no supo ni su edad exacta ni su nombre) llevarle la bolsa de la compra. La oferta de ayudarle con la carga le sonó «bien educada», «atenta». Estaba segura de que el porteador no podía saber que transportaba once mil francos en la bolsa. Era un alma despreocupada. Una vez en casa se dio cuenta de que había sido sustraído el bolso en que se encontraba el dinero. Y el chico había desaparecido. Recompensado con una moneda de dos francos. Se dirigió a la policía. Pretendía sacar el dinero de país, depositarlo en Luxemburgo. No fue fácil explicarles a las autoridades por qué llevaba consigo semejante cantidad al ir de compras.Hacia las 17 horas de ese día aparecieron en una tienda de descuento de aparatos electrónicos dos menores de edad que pidieron una grabadora Natel y quisieron pagarla con un billete de mil francos. La vendedora se alejó del mostrador con un pretexto y dio parte a la policía. Cuando regresó, los dos adolescentes ya no estaban. Habían olido el peligro.En un pasaje del casco viejo, no lejos de las tiendas de descuento, dos funcionarios de patrulla acompañados de la vendedora encontraron antes del cierre de los comercios a los dos chicos. El registro de sus bolsillos deparó más billetes de mil francos. Era muy sospechoso que se hubieran dejado en la tienda el aparato y el billete ya abonado. Un inocente no hace algo así.No se podía detener al chico de once años y a su compañero. Que uno de los billetes estuviera en el bolsillo del compañero no convertía a este en «cómplice», ya que un menor de edad no puede cometer «delitos» en el sentido penal y nadie puede ser su cómplice si también es un adolescente. Se trataba de un «intento no apto». El chico había concebido un plan sin estar a la altura. Debía haber observado a la dama cuando salía del banco.No cabía prever acciones jurídicas. Alegría general por el final benigno. Bastó con advertir a los padres e informar a la Oficina de Menores. Esas actas esperan como una mina que explota si el chico, ya mayor, comete un delito. Entonces la falta anterior es añadida a la imagen.En el límite del sistema«A un sistema no le importalo que queda fuera del sistema.»Niklas LuhmannA un empresario acomodado que poseía una parcela en Berlín desde el boom inmobiliario de los años noventa se le pidió acreditar su identidad ante un gran banco para crear una cuenta de administrador. Era una norma de la ley contra el lavado de dinero. Para ello debía presentarse con el pasaporte y en compañía de su mujer (que era la copropietaria de la parcela y llevaba también su pasaporte) en la sucursal de ese banco en una gran ciudad germanooccidental. Allí guardó cola ante al mostrador a la debida distancia. Cuando le tocó exponer su caso, lo único que logró fue que la empleada se pusiera en contacto con la sucursal berlinesa del banco, que (como tantas empresas de la capital) solo abría más tarde. El hombre tuvo que esperar.El empresario no estaba acostumbrado a pasar buena parte de la mañana del lunes esperando.El matrimonio se tomó un espresso cerca de allí. Tras su regreso al banco tampoco se resolvió el asunto. Los pasaportes seguían retenidos.Este es un ejemplo de la línea divisoria entre un sistema, en este caso un gran banco, y el resto del mundo. Como cliente de su propio banco, así pues, en el interior del sistema, el influyente y atareado empresario habría sido tratado con solicitud. No habría perdido tiempo. Pero como se enfrentaba a un banco nuevo desde fuera (viniendo de la calle) y además se quejó de forma airada, así pues, aumentando la distancia entre dentro y fuera, le fue difícil superar la barrera exterior. Es imposible, le dijo a su mujer, que un caminante como el de la canción de Franz Schubert recorra la ciudad, entre en la sucursal del banco y pueda solventar allí un asunto, por ejemplo, sobre un tesoro que lleve consigo. Los bancos ya no están a la caza del cliente como en tiempos anteriores.Como se había quejado y para hacerse cargo de su protesta hubo que llamar a un representante de la central, que se encontraba en otra zona de la ciudad, la identificación no pudo concluirse hasta el mediodía. El enfado que sintió perjudicó a las paredes vasculares del empresario.La institución sobrevive a sus miembrosSiempre que filmé la tribuna de la ejecutiva del partido con las cabezas que sobresalían de las mesas y las placas con sus nombres —también en el congreso de Hamburgo durante el otoño alemán46 de 1977— tuve que pensar en cuántos de los allí sentados estarían pronto muertos. Se me pasaba por la cabeza la serie de dirigentes que desde 1900 habían presidido el partido socialdemócrata y eran exhibidos con sus fotos en la entrada al congreso. Se remontaban hasta August Bebel. La institución del partido sobrevive a sus miembros. En Hamburgo mi cámara, Günther Hörmann, se demoró largo tiempo en el rostro del miembro de la ejecutiva Wilhelm Dröscher. Le pareció cansado. Algo en la expresión de ese rostro cautivó al cámara. Dos días más tarde recibimos la noticia de que Dröscher había muerto.Crisis sin tiempo de palabraDía parcialmente lluvioso. En el año 1928, la fracción en el Reichstag del spd disponía solo de un cuarto de hora para fijar su posición. El resultado debía ser transmitido por mensajeros a la reunión del gabinete. Rudolf Wissell (spd), el ministro de Economía del Reich, consumió cuatro valiosos minutos del tiempo de palabra, le replicaron el ministro del Interior Severing (spd) y el miembro de la Unión Sindical Alemana Hermann Müller-Lichtenberg (spd), que consumieron el resto del tiempo.Se trataba de un aumento del 0,25 por ciento en la cotización de desempleo. Setenta millones de marcos. Un mecenas que hubiese aportado esa cantidad (o un fondo de pensiones) habría podido evitar la dimisión del último gabinete con apoyo parlamentario de la República de Weimar bajo el canciller Hermann Müller, inevitable tras el rechazo de la fracción del spd. El paso a los gabinetes presidenciales se habría vuelto innecesario y el acceso al poder de Hitler improbable. Esto se supo después.47Cualquier entendido en organizaciones (y todos los de la fracción del spd lo eran) podía ver la necesidad de darle una oportunidad temporal a la dinámica de grupos aquella mañana. Tras veinte minutos de tiempo de palabra se habría alcanzado el punto culminante de la controversia. Tras una pausa de tres minutos, que serviría para mirar al abismo, los expertos habrían llegado a un acuerdo tras otros cuarenta minutos de discusión. Seguramente habría consistido en aprobar el aumento del 0,25 por ciento solo en el siguiente año y hasta entonces reducirlo a la mitad.El obrero en el BundestagDurante el movimiento de protesta estudiantil de 1967 a 1969, que invocaba a la clase obrera, un grupo político logró que se eligiera a un obrero de Recklinghausen para el Bundestag. El grupo, reforzado por redactores de una gran radio regional, se había implicado en la campaña electoral un año entero.El joven obrero Alfons Küppers, ahora representante popular, ha asistido a todas las fases del declive industrial de la cuenca del Ruhr, luego a la anexión de los estados germanoorientales, seguida de la liquidación industrial allí. Siempre fue reelegido, porque el fundamento que lo hacía elegible, la imagen pública elaborada por el grupo de apoyo en el año 1969 crecía como un jardín. El dueño del jardín, el diputado, a todas luces insobornable, siguió preocupándose por su circunscripción.Hoy, tras once campañas electorales, Küppers se ve atrapado en las redes de la sociedad de la comunicación, que pasa por ser posindustrial. ¿Dónde están las chimeneas? ¿Dónde se ve esa labor de ensamblaje en la fabricación de espirales metálicas? ¿Dónde se necesitarían aún las destrezas de Küppers, inactivas durante su mandato? ¿Hasta qué punto sigue siendo «obrero»?Sin duda existen aún grandes empresas en la cuenca del Ruhr, en Suabia y en Baja Sajonia. En Berlín apenas las hay. 25 años tenía cuando fue elegido por primera vez, ahora este «joven turco» en la fracción del spd tiene 66 años. Las biografías son como una ventana en una casa con numerosos habitantes.Cómo surge una ley corruptaEl diputado de Baja Sajonia Joachim Raffert era el responsable para fusiones de prensa de su partido, el spd. Un día el faz publicó que cada primero de mes recibía una transferencia por 3 000 marcos de la Editorial Bauer, un grupo de prensa cuya doma le estaba encomendada. El político, que entretanto había llegado a secretario de estado parlamentario y formaba parte de la presidencia de su fracción, se vio obligado a renunciar a 44 de sus 166 cargos. Ya no volvió a ser propuesto como candidato para el Bundestag.En la política cinematográfica de los años a partir de 1967 y junto a su compañero el diputado Ulrich Lohmar, este administrador desleal fue nuestro más encarnizado enemigo. Decíamos enemigo y no rival porque lo considerábamos corrupto, sin poder demostrarlo. En televisión nos dirigimos a él directamente diciendo: «En el sentido de la frase de Willy Brandt sobre ‘corrupción mental’, lo consideramos corrupto.» No nos ayudó nada en la lucha política. Los diputados —los de todas las fracciones— se protegen mutuamente.El peligro no era el lobby de la organización marco de la industria cinematográfica, tampoco el diputado de la cdu Martin, que trabajaba para ellos y había propagado el llamado «plan Martin» para la salvación el cine comercial, sino estos paladines del cartel de los dramones integrados en el spd. Nosotros los cineastas éramos ingenuos. Solo mediante el éxito de nuestras películas, sin organización, creíamos poder impedir una ley acordada por el lobby.Entre 1962 y 1966 habíamos preparado, rodado y estrenado nuestras películas. Entretanto la organización marco de la industria cinematográfica, libre del engorro de hacer películas por sí misma, urdía una ley para el ramo. Según la ley, por cada entrada de cine debía imponerse una tarifa, el céntimo del cine. Esto afectaba en primer lugar a las distribuidoras estadounidenses, que aportaban la mayoría de las películas. En realidad, la tasa al cine consolidó su posición de los años de ocupación, que incluía privilegios como repatriar los beneficios con una retención de solo el 5 por ciento. Pero lo más interesante para los lobbistas era el muro a la competencia de newcomers que erigía la ley. El céntimo del cine, una suma millonaria de dos dígitos, se repartía entre las producciones comerciales a partir de una determinada cuota de pantalla. El grueso de los productos del nuevo cine alemán no pasaba esa criba. Como el subsidio elevaba los precios de cachés, copias, publicidad y generaba una inflación concentrada en un único ramo, los jóvenes cineastas se enfrentaban a un muro a la competencia de unos 200 000 marcos por película. 200 000 marcos había que tener para empezar a competir de cero. Era el modelo de depuración de mercado con que el primer ministro italiano Andreotti destruyó en 1952 el cinema nuovo italiano.Nuestras protestas no sirvieron de nada. Siete años estuvimos boicoteando ese «cartel de los dramones», renunciando a ocupar las dos plazas que la ley nos asignaba en el organismo para el fomento del cine. A la estructura legislativa no acceden argumentos no autorizados. Herbert Ehrenberg, poderoso vicepresidente de la fracción y miembro de la ejecutiva federal del spd, nos recibió, creo que le resultamos simpáticos. Pero no se le pasaba por la cabeza enfrentarse a los diputados Raffert y Lohmar. Visitamos a los jóvenes en el 16º piso del Langer Eugen48: Norbert Gansel, Heide Simonis, Björn Engholm. Estaban deseosos de actuar, pero les faltaba el poder. Solo tras la caída de Raffert Peter Glotz (spd) y Burkhard Hirsch (fdp) empezaron a trabajar en una revisión de la ley.Daño colateral de un fenómeno de la naturalezaEn el regreso desde Tampa al cuartel general en Afganistán, el general McChrystal y su Estado Mayor quedaron retenidos en París. También él, comandante en jefe de las tropas en el techo del mundo, debía atenerse a la prohibición de vuelo impuesta por la autoridad aérea europea debido a la nube de ceniza del volcán islandés. Así que Estado Mayor y general permanecieron varios días en un hotel parisino. El grupo incluía a un periodista asignado de la revista Rolling Stone. Debía informar para los destinatarios de esta publicación en la que confían los jóvenes. Los oficiales, que se sentían en un entremundo peculiar (ni cuartel ni zona de operaciones) se expresaron con relativa desinhibición. La suma de las citas publicadas en Rolling Stone obligó al presidente de Estados Unidos a sugerirle al general que dimitiera de su puesto.¿Qué podemos concluir de ello? preguntó el politólogo Seymour Higgins de la Universidad de Stanford en su seminario «Power and Public Opinion». No se puede poner a una élite militar en posición de espera, respondió uno de los participantes. Ya la estancia de Aníbal en Capua resultó funesta. Otros participantes apuntaron: de vez en cuando el presidente americano tiene que sacrificar a alguien, de otro modo el poder militar se vuelve una guardia pretoriana que ya no obedece a la élite política. La nube de ceniza le dio al presidente Obama una oportunidad para mostrarse firme. Otra participante aludió al poder de la naturaleza. De vez en cuando recuerda su omnipresencia jugando con el poder de presidentes y generales. Se porta como una artista, y con el daño colateral que produce supera incluso a la guerra, en la que los generales normalmente no pierden sus puestos, sino que los ganan.Daño colateral del carismaAquel bochornoso día de verano en que Napoleón, a la cabeza de su imponente ejército, cruzó el río fronterizo Niemen —llevaba desde la mañana a caballo en una colina cerca de la orilla y observaba el trabajo de los zapadores que preparaban el puente—, un comandante polaco trató de atraer la mirada del jefe lanzando sin necesidad a su escuadrón a las aguas del río. Perdió 40 jinetes. Los cadáveres flotaban río abajo. Había que atribuirlo al carisma que el emperador, quisiera o no, irradiaba tras tantos actos heroicos en los años previos y ofuscaba la conciencia de los subordinados como una embriaguez. Cuando vio el daño que había causado, Napoleón se dispuso a apartarse de allí. Hizo llamar al oficial polaco y lo reprendió. Se corrió la voz.El peligro era que ahora nadie más se lanzara a actos temerarios. La absurda acción del polaco habría sido un modelo de audacia. Pero no aceleró el paso del río por el ejército. Se necesita un ingeniero, dijo Napoleón, que apague por un rato el «brillo imperial». Pero la desgracia no estaba solo en el detalle de ese día, sino en todo el proyecto: llegar hasta la India por Moscú. Ese funesto plan hizo caer al emperador.El mordisco en el cuello políticoSaint-Just, el ángel despiadado del Terreur, había estado puliendo su discurso desde la tarde de la víspera y toda la noche. Quizá se esmeró demasiado. Mejor si se hubiera preparado mal y dejado arrebatar por la locuacidad desde el principio. El discurso era muy importante. Debía contrarrestar la debacle generada por la soflama de Robespierre la víspera en la Convención, en la que no se nombraba a los acusados; todos los diputados se llevaron la impresión de que corrían peligro inmediato.El discurso de Saint-Just fue un discurso del tino, un texto inhabitual en él. Apenas había leído veinte líneas de su composición —aún no había logrado un ritmo, ni que le escucharan de verdad los miembros de la Convención— cuando desde el vestíbulo, donde charlaban diversos corros de diputados, llegó corriendo el conspirador Tallien y lo interrumpió. Exigió que se suspendiera el discurso. Entre la maraña de voces se alzaron dos diputados y pidieron detener a Saint-Just y Robespierre, más diputados votaron, ocuparon tiempo de palabra. Si se pedía a Saint-Just y Robespierre, gritó Couthon, habría que detenerlo también a él. El inválido49 creía poder poner su popularidad en la balanza. Demasiado tarde.El «mordisco en el cuello» consistió en no dejar hablar a la fracción de Robespierre a la que se quería derribar. Fue una lucha por el tiempo de palabra en la tribuna, dirimida mediante ruido, chistes, indignación, objeciones y manipulaciones del presidio cambiante, que se disputaba el orden del día como si fuera un hueso.Durante ese tiempo pudo verse cómo se reunía la Montaña, la minoría de jacobinos a los que estaba encomendada la Revolución. El grupo no se puso de acuerdo. Como se supo después, a los patriotas les pareció peligroso intervenir en favor de Saint-Just y Robespierre, porque su éxito podía suponer la dictadura. Pero si no les daban tiempo de palabra y los derribaban, la Revolución podía sucumbir. En ese momento a Robespierre se le ocurrió dirigirse en voz alta, sin estar en posesión de la tribuna, a la derecha política, o sea a la parte de la Convención que se sentaba a la derecha, con las palabras: «honorables señores de la derecha». Eran el partido del orden, y Robespierre daba a entender con su apelación que quería ahorrarles toda acusación en el futuro. Fue abucheado por el centro, el Pantano.Los alborotadores lo tenían fácil. No solo porque estaban repartidos por la sala y por todas las fracciones (salvo la de la Montaña). Cada minuto, cada segundo de tiempo de palabra que bloquearan llevaba al abismo a la «fracción del terror». A las 15 horas se exigió a los acusados cruzar la barrera de la Convención, al punto en que se los consideraba detenidos.Habían caído en dos horas y media. Presa de una conspiración, víctimas del proceso histórico. Aunque poco después fueron liberados por tropas de la Comuna, declarados «fuera de la ley» por la corporación francesa estaban perdidos. Solo porque Tallien gritó en el instante preciso, sabiendo que Saint-Just aún no había alcanzado ese nivel de histeria, entre otras cosas porque sucedió por la mañana. Morder en el cuello significa privar de tiempo.Coletazos del poderHacia el final de su vida, Luis xi de Francia temía por su poder. Se sabía que le abandonaban las fuerzas. Desde el convento en que monjes versados en medicina lo cuidaban iba de vez en cuando a la capital. Allí pronunciaba algunas sentencias de muerte injustas, destituía cargos, protegía sin tino a favoritos. Prefería aquellas medidas que hacían parecer sus intervenciones particularmente injustas. Restablecía así su autoridad por el terror. Su poder sobrevivió de ese modo al momento en que hubiese podido ejercerlo física o mentalmente. Solo quedó: la mera duración.Se apagaba en el convento durante aquellos días. Pero los inopinados viajes habían afianzado hasta tal punto su imagen que aguantó como máscara hasta su muerte natural. Ningún heredero pudo apremiarlo. Cabía descartar que uno intentara ahogar al tirano con una almohada, como aún pudo hacer Calígula con Tiberio, que no fue capaz de manifestar adecuadamente el terror que ejercía también en su último año.El mismo mordisco del poder exhibió el presidente de Estados Unidos Truman al salir para Corea y destituir de su cargo al recalcitrante héroe MacArthur. Lo que este perdió —y que pasaba por ser invulnerable— se transfirió al presidente. Comparado con la vigorosa dosis de Luis xi, fue menos de un gramo de la atención ansiada.La misma estrategia —practicada ya con éxito por los césares romanos— resultó funesta para Napoleón. Como prueba de su autoridad, y tras sufrir un intento de atentado que atribuyó a los realistas, creyó necesario dar un escarmiento secuestrando al duque de Enghien. Lo que logró fue que nadie confiara en él. El secuestro implicaba una violación del derecho internacional. Pareció poco serio que se empeñara en fusilarlo, con la oposición de la emperatriz Joséphine. De haberse mostrado humilde el soberano, habría podido alcanzar un equilibrio con relación a sus adversarios. Era un mal psicólogo político.En aquel momento tenía poder. Si no hubiera intentado demostrarlo, lo que conllevaba más batallas, seguramente lo habría conservado. Para entonces, ya no aspiraba a ampliarlo.No la persona ni el clan, sino la institución decide la medida exacta de la enemistadEl Papa era su tutor. Federico, rey de Sicilia, sabía perfectamente qué reglas imperaban en el sur de Italia, y por tanto cuál sería la política del Vaticano. Su implacable adversario, el káiser alemán Otón iv de la casa de Welf, era un aliado papal según la tradición de su familia. Pero en cuanto un rey o káiser alemán ascendía a la cima de su cargo, se encontraba en oposición a los Papas. Las instituciones se alineaban sin contemplaciones en la guerra bicentenaria entre la Iglesia y el káiser.Con ira y studium (parcialidad). No fue distinto con el hombre de confianza del Papa, el Hohenstaufen Federico ii, cuando venció al rey adversario y asumió la dirección del Imperio. Indecidible si la autoridad eclesial o profana quedaba más cerca de la Imitación de Cristo. En todo caso fueron virulentos adversarios, independientemente de cuanta comprensión llevaran en sus corazones. Solo que una iglesia no muere, mientras que el káiser acaba en su tumba de Palermo.Una sensación incómodaResulta algo inquietante, pero tenemos que aceptar como hecho médico que los gis heridos a los que se les han amputado ambas piernas muestran, ya en la fase de rehabilitación y aún más después, signos de una excesiva excitabilidad sexual. Incluso, dijo el médico jefe de la base militar de Fort Utah, que llevaba las hospitalizaciones desde zonas de combate del oriente medio aumentado, yo no hablaría solo de excitabilidad, sino de un aumento enorme del impulso sexual.En la búsqueda médico-militar de razones, prosiguió, dimos con la postura acuclillada en que se halla el embrión en el útero materno. En esa fase las plantas del pie quedan muy pegadas a la cabeza. Lo vemos en el denominado homúnculo, donde se reproduce el cuerpo en las regiones cerebrales; esa estructura corresponde al ser humano inicial, el embrión. El cuerpo se transforma, sus representaciones no. Nunca hubiésemos creído que esas relaciones iniciales de proximidad siguieran siendo relevantes para los adultos. Pero tras la amputación, las áreas del cerebro que corresponden a las partes del cuerpo amputadas quedan libres para ser ocupadas por las regiones vecinas. En nuestros pacientes, las representaciones sexuales han asumido en el cerebro la sensibilidad de las plantas de los pies, cuya receptividad a las cosquillas es bien conocida. El cosquilleo es un reflejo defensivo, y así, en los gis, ante cada reacción afectiva que trata de mantener a raya el afán sexual, algo de lo que la naturaleza se defiende, la energía sexual es reforzada con la fuerza del impulso moral. Se vuelve irrefrenable. Nuestros informes al respecto les parecieron preocupantes a los altos mandos. Los encubren.

57 El denominado homúnculo: las representaciones del cuerpo en el cerebro. Las proporciones quedan fijadas en el embrión.¿Así que no es un cuerpo herido el que reacciona a la lesión sufrida, sino un estado anterior, una historia previa, la que extiende su efecto al presente?Las reacciones se han desplazado en el tiempo. Yo no creía que hubiese un estado médico en que interactúan realidades tan separadas en el tiempo como la del embrión y la de un hombre acribillado de 29 años.¿Por qué dice «médico-militar»? Podría decir simplemente «médico» o «psicosomático».Entonces tendríamos que publicar el hallazgo en una revista especializada. Para un médico sería poco ético ocultar ese descubrimiento. Un médico militar puede hacerlo. Recibe órdenes.Un vínculo causal perturbador. El disparo alcanza retroactivamente al embrión.Se ve que los talibanes disparan hasta el pasado.El pésimo chiste fue ignorado por los colegas participantes en esta charla confidencial. Tenían oscuras dudas. Por otro lado, asumían, como oficiales versados en medicina, que sería un error difundir las consecuencias de una guerra no deseada. Tampoco describimos, dijo uno de ellos titubeando, el aspecto terrible que tiene en una foto la pérdida de la mitad izquierda de la cara por un disparo. A los miembros de esta escuela de tratamiento avanzado de heridos les quedó una sensación incómoda.El concepto absoluto y el relativo de política«La política es la continuación de la guerra por otros medios».Michel Foucault501Corriente desbocada de nubes casuales, masas de realidadDesde hacía ya 38 años Heinz-Alex Bogdanov, bisnieto del legendario Alexander Bogdanov, pertenecía a un grupo informal de mentes despiertas formado en torno a la revista Estética y comunicación. Ahora discutían un esbozo conceptual para el proyecto universidad de gestión sostenible berlín: University of sustainable Management Berlin (usm). Se trata de crear una universidad privada. El enfoque interdisciplinar remite entre otras cosas a que las anclas de la observación cualificada (estética) y el control de la corriente desbocada de nubes casuales y masas de realidad, que son fluidas, aunque no se parecen a ningún mar (lo político), apenas reaccionan mutuamente. Se necesitan modelos de un concepto de política, apunta Bogdanov en nombre del grupo, que responda a las circunstancias distintas del siglo xxi.«La política es la organización de la experiencia social colectiva.» Era una expresión de 1918 que volvió a estar en boga en 1968. Se basa en el concepto de organización. Aunque para el seminario que preparaba (y que debía encajar en el marco universitario previsto), Heinz-Alex Bogdanov preferiría utilizar el concepto de enseñanza. No conocemos ningún modo de organización, decía, que regule lo político de forma diferente a la actual, pero sí que podemos aprender lo que nos dice la experiencia social colectiva: cómo sustituir a la organización (por ejemplo, mediante procesos autónomos y autorregulados). ¿No es la formulación un poco enrevesada? preguntó Elisabeth Kiderlen, bisnieta del secretario de Estado51. Como ocurre a menudo, una idea brillaba tanto más cuanto más iba perdiendo su perfil en las tesis y réplicas. Había algo de aproximado en lo que perseguía el grupo.El seminario de Heinz-Alex Bogdanov se centraba en el «concepto de lo político». El curso debía ser uno de 38. El esbozo en el que trabajaba debía servir para ordenar sus ideas.Para empezar, lo político, tecleó en el ordenador, no es más que una lucha ampliada: consigo mismo, con los antepasados, el grupo o la pareja, con la vecindad, con lo lejano, un combate a vida o muerte con el presente que me avasalla. Antes también entre las naciones y las clases, últimamente más bien sobre la pregunta ¿qué impresiones descarto? ¿cuáles me conciernen?Esta imagen de la lucha le pareció a Bogdanov por un lado elemental y al mismo tiempo poco realista. La bipolaridad podía observarse en todas partes, pero casi en ninguna se articulaba en una política. Lo político, prosiguió Bogdanov, tiene un lado absoluto y otro casual. Tras haber escrito 26 páginas, se sintió cansado. Imprimió el texto y se lo dio a leer a su novia.2La política sueña con su poder absoluto«Lo político es un estallido de violencia, y en su utilización no hay límites. Este es el primer extremo.De modo que yo no soy dueño de mí mismo, sino que él (el adversario político) me da la ley, como yo se la doy. Este es el segundo extremo.Se trata de la magnitud de los medios aplicables y de la fuerza de la voluntad; ambos factores del producto son inseparables. Este es el tercer extremo.»Estas tres leyes, escribe Bogdanov, llevan ya en la Revolución Francesa a una violencia ilimitada, si bien solo en el momento en el que la República es amenazada por la Contrarrevolución (la Vendée, la invasión de los aliados). Esta imagen de lo político es rara en la historia. Pero coincide con lo esencial del concepto, que también funciona cuando no se ve, por ejemplo, en lo cotidiano. Se trata de una abstracción real en la medida en que todo realismo, todo lo especial, es ignorado. El detalle es barrido bajo el dominio del concepto.De ese modo surge una «extraña trinidad de la política absoluta»52. (1) La violencia original de su elemento, como instinto ciego. (2) El juego de las probabilidades y el azar, que la hacen en lo subjetivo «una libre actividad del alma». (3) La naturaleza secundaria de sus instrumentos inmediatos y próximos intereses, por la que recae en el puro entendimiento.Estas tesis fueron discutidas en el grupo. ¿Dónde se ve todavía que la gente se lea enunciados para debatir al respecto? Los reunidos llevaban 38 años haciéndolo. Delimitar exactamente lo político les interesó en todo ese tiempo. Esa tarde discutieron además sobre los órganos de la usm prevista. Para mil estudiantes (hasta 2016) se requerían aproximadamente cinco mil metros cuadrados de espacio. De ellos un 25 por ciento de superficie común. Para ser reconocida como universidad privada por el senado de Berlín, además del presupuesto a reunir por patrocinio, debía acreditarse un aval bancario de más de un millón de euros.3La Revolución de los Claveles portuguesa de 1974: un laboratorio de experiencia política directa para la izquierda alemanaTrabajar, para Bogdanov, era sentarse ante el ordenador, así pues, en un espacio privado. Solo había hecho investigación de campo en la época de la revolución portuguesa. La izquierda de Frankfurt se vio sorprendida por la noticia de que un ejército colonial en la Bisáu portuguesa (al que se tenía por reaccionario) daba un golpe de estado de izquierdas. Militantes alemanes visitaron el país revolucionario en la costa atlántica. ¡Un laboratorio de experiencia política directa! Se discutía si en un país agrario al sur y estructurado en el norte de forma artesanal-manufactural-pequeñoburguesa podía tener lugar una revolución proletaria. El grupo Estética y comunicación examinaba entonces los elementos de teoría revolucionaria. Las experiencias de la protesta estudiantil no aportaban datos suficientes. Seguían siendo raras las noticias fiables de China. Ahora los camaradas contaban las fábricas que había en Portugal (solo se puede comprobar viajando, no hay directorios de empresas que lo acrediten). Podían percibir que se trataba de países diferentes reunidos (últimamente bajo la tiranía de Salazar) en una república común: en el sur los latifundios, en cambio la estructura social de la capital Lisboa era extremadamente distinta a la del sur y al norte agrario-artesanal (con la ciudad de Oporto). ¿Qué fue de los atributos de la nación de marinos que habían caracterizado al país y fundado Brasil? En esta región del mundo, alejada de las zonas bélicas de la Segunda Guerra Mundial, lo político no había destacado mucho en las últimas décadas. Bogdanov se apuntó la frase de Saint-Just: «Si un pueblo puede ser oprimido, será oprimido».Según eso, una insurrección como la que observaban ahora los camaradas como físicos en un laboratorio era improbable. Pero allí estaban los acontecimientos. A la cabeza del Estado una figura legendaria, voluntariamente designada por las fracciones antitéticas: el general António de Spínola, el monóculo en su ojo derecho. Los antepasados en su rostro, remontándose muy atrás, aristócratas. Pero el gesto enfático que apremiaba a la libertad se manifestaba en piezas musicales, rompía las barreras institucionales en todas partes menos en el estrecho recinto en torno al palacio presidencial, atípico para todo lo que Bogdanov conocía. Por el momento se parecía a la imagen de lo político absoluto, aunque sin la tendencia a la aniquilación de los posibles adversarios que según la teoría era ingrediente de esa fase. Todo inusual, dijo Bogdanov. El grupo llegó a esta conclusión: lo que estamos viendo aquí es la copia en limpio de una revolución burguesa, con 185 años de retraso.Si fuera posible acreditar una revolución burguesa afortunada, según Bogdanov, quizá cabría también pensar en planear transformaciones sociales no burguesas o que fueran más allá de la revolución burguesa. Y planear significa hacer, completó Heiner Boehncke. Sabiendo cómo se genera la emancipación, ningún ser humano vivo se privará hacerlo. Volvieron, llenos hasta el cuello de experiencia, a la metrópoli del Rin y el Meno, discutieron, escribieron y proyectaron en las mesas del Nordend53. Habían visto lo político en acción.Eran observadores de oficio. Bogdanov, físico de formación, era un observador cualificado. No le decepcionaba que algo que había observado en detalle desapareciera más tarde (casi del todo). «Lo he visto», escribió al comienzo del cuaderno en que apuntaba en aquel tiempo sus anotaciones. Su recopilación sobre los dos meses en Portugal, todas observaciones hechas por él mismo, llena 1146 páginas con letra apretada.Reinhard Jirgl: Post scriptum a «Heterotopía»Teniente coronel retirado Yuri Antónovich Aléguiev,Intérprete en la Conferencia de Viena en 1961Aspectos de política poiquilotérmicaClimas, tiempo, piel : triple !medida=categórica para la conducta-política puntual, sin que 1o de los tres factores sea por sí-mismo 1a categoría política. Estos tres factores desplegaron su efecto decisivo antes & durante las negociaciones en Viena del 2 al 4 de junio de 1961 entre el secretario general soviético Nikita Serguéievich Jrushchov y: el presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy.Viena, lugar de la conferencia. Centro urbano: 48° 12' de latitud norte; 16° 21' de longitud este. La ciudad está encajada en 1a zona de depresión terciaria entre el borde nor-oriental de los-Alpes y los-Cárpatos, con lo que forma 1a caldera natural. Al sureste la cuenca de Viena entre la línea de las termas54, el Danubio, los montes de Hainburg, las cordilleras de Leita y Rosalia con el llamado Bucklige Welt. Al norte la «llanura húmeda» atravesada por alg1as corrientes. Al sur el «pedregal» seco a lo largo del Schwarza. — En la ciudad reina 1 clima continental, sin viento del oeste; los vientos llegan sobre todo del sur y del este; verano cálido balcánico, a menudo vaporizado con bochorno & sofocante en la caldera urbana. En invierno 1 chirriante frío de origen siberiano.Kalínovka, óblast de Kursk, lugar de nacimiento de Jrushchov. Centro urbano: 51° 54´ de latitud norte; 34° 30´ de longitud este. Región minera en la «meseta de Rusia Central», paisaje montañoso muy disperso con clima continental. — Con 1 clima similar cuenta Moscú, donde se ubica el-Kremlin, la sede del gobierno soviético.Brookline, Massachusetts, lugar de nacimiento de Kennedy. Centro urbano: 42° 20' de latitud norte; 71° 07' de longitud oeste. Ahí reina el clima atlántico-oceánico. Las condiciones climáticas son similares en Washington, D.C., la sede del gobierno Estado-Unidense («Casa Blanca»).El secretario general soviético encontraba en Viena 1 clima que le=era familiar; mientras el presidente Estado-Unidense se enfrentaba a 1as condiciones meteorológicas absolutamente desacostumbradas. Bajo el aspecto poiquilotérmico 1a !enorme ventaja-de lugar política para Jrushchov.Piel del-hombre: como envoltura externa de toda la superficie corporal, con sus aditamentos (uñas, pelos) sirve sobre-todo a la-defensa, recepción & transmisión de impulsos así como al intercambio-de sustancias.3 capas de piel: 1.) Externa (Epidermis). Varios estratos de células, debajo la capa-germinal (basal) regenerando en-forma de capa-córnea de queratina. — 2.) Dermis (Corium), consistente en tejidos conjuntivos & fibras elásticas. Engarza con la-epidermis mediante protuberancias coniformes (papilas) & está recorrida por vasos sanguíneos & linfáticos. Aquí también los-aditamentos de la piel: pelos, glándulas de sebo & sudor. En el curso de 24 horas la-piel exuda en caso extremo hasta 2 litros de sudor. Los receptores termosensibles encajados en la-piel, en conexión con los nociceptores del dolor, determinan !decisivamente el bien- o malestar del-hombre en el-momento. — 3.) Tejido subcutáneo & adiposo (Subkutis), deriva gradualmente de la-dermis. Se ahueca el tejido conjuntivo, el graso va encajando en la estructura (Panniculus adiposus). Según edad, sexo, dieta, predisposición & carga física esta capa muestra grosores diferentes; la-córnea posee sobre-todo las + diversas funciones de defensa frente a estímulos externos. — Bajo las condiciones climáticas durante los 3 días de conferencia en junio de 1961 en Viena, el presidente americano Kennedy se sintió manifiesta=mente muy mal: afuera en la ciudad 1 bochorno pesado, apenas brisa en la caldera de Viena, el-sol pegado al vaho lechoso del cielo como 1 grumo de bronce derretido / en las salas de sesiones aire cargado=estancado sin ventilación apreciable, gérmenes=agresivos en rápido aumento.... La-piel lisa & cuidada del rostro de Kennedy registraba los-gérmenes del-aire como picaduras, cobró primero 1 tono rosáceo, se encrespó luego a manchas rojas & urticáceas. El aire respirable pronto consumido se le acumulaba pesado frente a la boca como 1a mano húmeda de barro. En poco-tiempo su cuerpo entero parecía bañado en sudor — su anhelo de ducha !inmediata era evidente. Aunque inviable en el curso=de-las-negociaciones; habría debido abandonar la sala de conferencias, lo que habría sido interpretado como !grave afrenta diplomática. Resistir & padecer.... Cuerpo brazos piernas del americano, que al comienzo del-día se deslizaban in-tachablemente en sus ropas a=medida, pronto estarían empapados — los hilos pegándose entre continuas oleadas=de sudor, sebo formándose en los poros & obstruyendo la respiración de los-tejidos. La-piel del presidente reclamaba cada vez + !urgentemente limpieza, ventilación & secado. Y como no podía obtenerlo de inmediato, la-piel del presidente se rebeló, se hizo insumisa. De defensora del cuerpo se transformó con notable=rapidez en enemiga: comezón, primero aislada, pronto ex-tendiéndose seguramente a toda la-epidermis — picaba como cánulas en-medio-del-cerebro, acompañada de arrebatos de calor —. En suma, la sensible piel del presidente americano dio la impresión, si cabe decirlo así, de pasarse al enemigo. . . .Al secretario general soviético Jrushchov, acostumbrado desde=niño a las-manifestaciones del clima continental, no podían afectarle esas condiciones. Sin duda también en su caso las partes de piel al-descubierto, sobre-todo frente cuello & cogote, presentaban 1a sudoración copiosa, pero su cuerpo rollizo parecía compensar la circunstancia bastante mejor que el del americano & deportista Kennedy, acostumbrado a climas atlántico-oceánicos. Como si el-ruso tuviera bajo la-dermis 1a capa adicional con diferentes vasos propios que fueran capaces de absorber a modo de minúsculas ampollas el aumento de sudoración. También sus prendas de mucho peor corte resultaban ahora favorables frente al-americano: los bultos & hinchazones entre el-cuerpo y la-tela le procuraban reservas adicionales de aire. — Bastaba con 1a mirada a Kennedy para entrever que en este hombre iba creciendo con el-curso de las-negociaciones y + allá de las horas 1=temor concreto: temor a cualquier tipo de contacto corporal.... con aquel ruso bañado en sudor. Horror tactus, — & solo 1a !salida posible: el-paso=forzoso & gradual a-la-defensiva —.En Viena se encontraban 2 tipos esencialmente contra-dictorios entre:sí : Jrushchov daba el tipo en extinción del-trabajador, que impregnaban en igual=medida tanto la-técnica como la asunción en=propiedad de las reacciones físicas debidas al-trabajo. Características principales de este tipo: resistente a la privación, falto de libertad por-dentro.Mientras que Kennedy encarnaba el reproche de ejemplares en alza con atributos distintos: depilación, copiosos baños de vapor, bebidas sanas & suaves, higiene & veget-arianismo : el-tipo de la emergente época eunucoide; sus características principales: guiado por la voluntad, sin disciplina.Siguen estando en gran medida inexploradas las vías de comunicación de-estímulos desde los-receptores de la-piel a la-psique=del-hombre. Y sin embargo !esos estímulos parecen devolver al zoon politikon a formas de reacción & conducta de poiquilotermos. Durante mucho tiempo se consideró a la-piel la frontera exterior del Ser humano. Bajo la-piel lo-correspondiente=al-hombre, lo-propio=del-Yo; fuera de ese límite todas las-ofertas de identificación (delirantes): ideas, ideales, Dios & otros SeresSupremos, Pat-riot-ismo.... — La-piel conforma el paisaje de ruinas más evidente para la Historia : así como está configurada & se muestra mi piel, así nos equivocamos mis antepasados & yo....La-investigación-médica marxista-leninista no muestra interés en este Tema. Un GraveError de los-Marxistas-Leninistas profe=sionales es ignorar la instancia & el alcance del alma como la capacitación poiquilotérmica del-hombre. En el «Diccionario Filosófico» del-Partido no hay una entrada para alma; solo la scintilla animae (la «chispa anímica») del Maestro Eckhart es mencionada brevemente. Pero quien !ignora El Alma del-hombre subestima al mejor amigo & mejor enemigo tanto del-político como del-guerrero; ha emplazado mal sus argumentos & sus armas. Por eso ELLOS siguieron librando batallas donde hacía tiempo que habían triunfado: en la-propaganda (desde Alaska a Zaire la-gente discutía con el vocabulario del-Marxismo), & querían ganar donde !tenían-que perder: en la-economía. Dejaron así espacio para el desfogue desaforado de la esencia de la Historia, hecha por los-hombres: de la-Estupidez=humana.... —Las negociaciones en Viena no las ganaron los-americanos. Pero en el-futuro los-rusos iban a=perderlo !+ que todo....(notas manuscritas sin fecha, encontradas en el archivo del Partido de Tura en Siberia Central, el último lugar de trabajo del teniente coronel retirado Yuri Antónovich Aléguiev)

58 Tras su primer encuentro con Zhou Enlai, Mendès-France toma el tren al aeropuerto. Lo rodea (además de los guardaespaldas) un pelotón de funcionarios motivados. En la tradición optimista de los años veinte y treinta, Mendès-France es un planificateur. Sabe dominar aparatos. La poderosa maquinaria planificadora de Francia ha despertado a la vida en esas semanas: con más de 300 años, encarna a modo de estratificación geológica las fases de reforma del país. Algunos colaboradores deberían llevar bicornio, otros turbante egipcio, unos terceros ir vestidos de Catón, de Fabio Máximo (disfrazados en el sentido de la Revolución Francesa) o de empleados de la Sociedad del Canal de Suez, y por fin otros de ingenieros de 1940, un gentío abigarrado de la iniciativa.Impresiones de un observador suizo en la Conferencia de Indochina en Ginebra de 1954Yo lo formularía así: la República Popular China, que participa en esta conferencia, aún no ha «encajado» del todo. Lo decía el miembro del servicio secreto militar suizo que se encargaba de los alojamientos y servicios de la conferencia en Ginebra. Se llamaba coronel Ferdinand Hilgenegger y hablaba un francés fluido. Este régimen de China, según su impresión, era una sucursal del Ejército Rojo, dado que el partido prolongaba a todas luces los cuadros militares. Este Estado apenas tenía cuatro años. Si alguno de los camaradas tuvo un hijo en el año de la victoria 1949, acababa de aprender a hablar y en dos años iría a la escuela.¿Se han inaugurado ya escuelas suficientes?Para fundar una comunidad rural, lo mejor parece empezar construyendo una escuela. Allí se cuida de los niños. El colectivo puede empezar con el trabajo.¿Son informaciones del servicio secreto?Escuchamos muchas cosas que no investigamos nosotros. Pero solo llegamos a entender a los invitados si recabamos informes sobre ellos.Los observadores suizos se asombraron ante el desfile de «grupos sociales de Francia» en el ámbito de la delegación china. Se trataba de delegaciones de agrupaciones femeninas, comités sindicales, grupos pacifistas, en su mayoría del entorno del Partido Comunista de Francia. Se habían agenciado sus billetes como colectivo. La delegación china pasaba mucho tiempo con los visitantes. Hubo intercambio de regalos (folletos de propaganda, cigarrillos, publicaciones de Mao Zedong) y contrarregalos franceses (libros y botellas de vino). En protocolos que eran transportados en barco a través de Suez hasta Shanghái, y que el servicio secreto militar suizo examinaba antes de su exportación, se consignaba «que todas las preguntas de los delegados del pueblo francés fueron correctamente respondidas». Este ritual fue notablemente abreviado hacia el final de la conferencia. El camarada Zhou Enlai juzgaba «poco práctico» agitar a las bases en Francia. Entre una delegación de parlamentarios franceses, el servicio secreto suizo identificó a agentes franceses que vigilaban al grupo. En la habitación de su hotel suizo fueron advertidos. Los observadores suizos localizaron también a un agente chino en la delegación francesa, de pelo blanco, europeo, católico y con una trayectoria en Francia que se remontaba a los años treinta, y que suministraba informaciones dos veces al día. No se informó a la parte francesa de este descubrimiento, sino que el hombre disfrutó del derecho de hospitalidad que se había concedido a la República Popular China, joven y todavía inexperta en cuestiones de camuflaje. Mientras no emplearan la violencia, todas las delegaciones en la conferencia eran libres por lo que respecta a la red de agentes que mantenían.Un guerrero-relámpago de la paz: pmf1Un carácter burgués con una cadena de antepasadosMejor traicionar a un gran hombre que no encontrárselo siquiera. Yo me infiltré en su entorno como hombre de confianza de los colonos argelinos, sus enemigos mortales. La traición que le hago la compensaré escribiendo una biografía.Gana simpatías entre la población al hablar cada fin de semana por la radio a la gente de las provincias. A los oyentes les sorprende que hable tan concreto. Sus adversarios no previeron ese establecimiento de relaciones directas con los franceses. Considero posible que gobierne diez años si no es derribado en el plazo de 200 días.Sus antepasados provienen de Portugal, emigrados pronto a Francia, de ahí el añadido France. ¿Parentesco con la familia Spinoza? Es de suponer, si partimos de la progresión genealógica. En mil años se genera una cifra elevadísima de antepasados que se reparten entre la pequeña comunidad sefardita de Portugal; tiene que haber un parentesco.Mendès-France es en 1928 el abogado más joven de Francia. La juventud francesa posterior a 1918 no es una «lost generation». Se encuentra abandonados los puestos de los caídos en la Primera Guerra Mundial. La expresión «nueva época» no es una frase hecha. En su expediente personal figura: durante la carrera entrenamiento físico, deporte extremo, cursos especiales y ejercicios con explosivos. Secretario de estado en el Ministerio de Finanzas en el gabinete de Léon Blum, 1936. Teniente de aviación en Siria. En 1940 regresa a tiempo a la patria. Tras la capitulación de Pétain es detenido al intentar cruzar al norte de África. Huye de la prisión del gobierno de Vichy a Londres. 1944: delegado jefe de Francia en las negociaciones de Bretton Woods. En el gabinete de de Gaulle de 1945 se indispone con el ministro de Finanzas Pleven. Es despedido.En cada situación todos los demás se alían contra este «primero de la clase». Últimamente su rostro ya no me parece más feo que el de Enrique IV.Generoso, capaz de aflojar. No se siente obligado a defender su territorio. Lo que demuestra autoestima. Inteligencia fría. ¿Pero qué ha de ser frío en su rápida capacidad de comprensión? ¿Entender sobre todo de antemano lo que pasa en otras cabezas? Sus neuronas se calentarán a los 37° habituales. Billones de sinapsis forman el cerebro. Señal de que una buena inteligencia es más bien fogosa.

59 Mendès-France en el asiento trasero del vehículo con el que llega a Ginebra el 1 de julio de 1954.En tres trenes que cruzan los Alpes de madrugada, Pierre Mendès-France viaja con delegación a Roma. Es inaudito que alguien se lleve consigo a su gobierno cuando sale al extranjero. Sus enemigos echan pestes. La M de la abreviatura PMF es traducida como Merde.2Va saliendo a la luz lo que significa Dien Bien PhuLa capitulación de Dien Bien Phu fue inevitable, se dice en el Ministerio de Defensa, porque se quiso salvar a los heridos. La marcha de los valientes al cautiverio. Filmada por el enemigo desde todas las perspectivas de propaganda. Reformadores y paracaidistas, también Alphonse Juin y Jacques Massu, afirman que el mando que capituló perdió los nervios. Los legionarios y los batallones aerotransportados habrían podido resistir hasta que llegara desde Hanoi ayuda acorazada. Las fracciones de las fuerzas armadas se bloquearon mutuamente por celos.¡Con lo brillante que había formado nuestro ejército junto al Río Rojo, al recibir el territorio de las fuerzas armadas japonesas! Veo al líder nacionalista Ho Chi Minh subiendo la escalera de cuerda del «Dunkerque» para una negociación. Por último, la ofensiva que planeó de Lattre de Tassigny. En doce fases. Metódicamente. Ocupación de un distrito tras otro, por último, el afianzamiento de todo el país. Al morir él, no hay nadie que ejecute el proyecto. Las medidas se dispersan, porque en París no se hacen idea de lo que ocurre en el norte de Indochina.3La sesión nocturna. El mandatoVenero a mi jefe. La rapidez de sus movimientos, de sus decisiones, me maravilla.Es ya de noche. Mendès-France va a la Cámara. Es el primer ministro de Francia. Según la constitución de la Cuarta República, hasta su relevo: omnipotente. Habla a los diputados. La Cámara no está muy concurrida. Tan solo la fracción de los comunistas, 94 diputados que votan contra él, está al completo. En los palcos de diplomáticos el embajador soviético y el de Estados Unidos. La mayoría de los diputados se reparte a esa hora por los restaurantes de París.El primer ministro promete restituir su mandato a la Cámara si en el plazo de cuatro semanas, es decir hasta el 21 de julio de 1954, no consigue acordar un alto el fuego en Ginebra y con él las fronteras de Indochina. ¿Se presiona a sí mismo? Obliga a los demás a mover ficha y se pone a sí mismo en la confortable situación de que el tiempo trabaje a su favor. Coloca a los que se oponen a las negociaciones de Ginebra y también a los partidos de Francia enfrentados ante la alternativa: o él o un incapaz que no logre la paz.Los grupos políticos, que han tomado ya sus cenas, regresan tras la medianoche a sus asientos en la Asamblea. Mendès-France se remonta muy atrás. Habla de los pasados de Francia, sobre su futuro, su transformación presionada por un mundo nuevo. Nadie cree en ello. Dentro de la conspiración de las perseverancias que une a las fracciones políticas reina la seguridad de que Mendès-France, el instrumento transitoriamente útil, podrá ser depuesto con rapidez y eficacia tras su uso. Edgar Faure, el líder de los radicales socialistas (el partido de Mendès-France), que quedó en minoría frente a él, y Guy Mollet, el líder de los socialistas, un temperamento normando, ambos expertos en el aparato, dos enemigos, se han incorporado al gabinete.4Cómo superponer la propia gente a un ministerioEl primer ministro ha asumido personalmente el Ministerio de Exteriores. En la cuestión de la paz relámpago a la que aspira no confía en ningún aparato. Se lleva consigo a su gente joven, licenciados de las grandes escuelas, asistentes como yo, el traidor. Pero hasta yo soy apóstata solo en una mínima parte de mis actos, en la mayor parte le sirvo como experto, y el jefe cree saber lo que tiene en mí. Mendès-France ha enviado a su gente al Ministerio de Exteriores en el Quai d’Orsay. Para trabajar no necesitan más que un teléfono y papel con membrete. Los rodea una tropa de mecanógrafos, las secretarias son relevadas como se cambia de amante. El método de trabajo es por lo general comunicativo. Trabajan codo a codo, en grupos, corriendo de un lado a otro; para ello serían inadecuados espacios con las puertas cerradas. Espacios así son para los directivos de la política exterior, los jefes de área, vicejefes, segundos secretarios. Nuestra estructura superpuesta, la capa de los intelectuales por así decir, el partido de la rapidez, se ha instalado en los pasillos, los baños y retretes, y asedia el castillo burocrático.Una orgía de competencia. Sobre todo, el fin de semana. El jefe quiere detalles precisos sobre el lugar. «El conocimiento del lugar es el alma del servicio». Le preocupa el posible trazado de la frontera, la línea de demarcación entre el norte (comunista, nominalmente neutral) y el sur (nominalmente neutral, al principio francés, luego independiente, sea lo que sea eso). El jefe todavía no ha negociado con nadie en Ginebra. Pero ya está rompiéndose la cabeza con lo que dirá el adversario. Quiere ver fotografías aéreas de los grados de latitud 16, 17 y 18, que cortan Indochina por las zonas más estrechas. El acuerdo de paz se decide en la cabeza de los otros.5Se paran los relojesEstoy convencido de que el primer ministro, de haber fracasado en Ginebra, no habría pedido una prórroga a la Asamblea Nacional. Su moneda es que actúa de forma previsible, que no se deja chantajear por la otra parte. La negociación aún no había acabado el 21 de junio a las 24 horas, no por falta de voluntad de la otra parte, sino por la infinidad de contactos que debían preceder al acuerdo. En esos casos, por cortesía de los anfitriones suizos, que previamente han pedido su aprobación a todos los implicados, se para el reloj. Esto ocurre en la sala de reuniones y mediante comunicado a la prensa que espera. Dos horas después se había trazado y fijado en los mapas la línea de demarcación en el grado de latitud 17 que separa los futuros Vietnam del Norte y Vietnam del Sur.6La inteligencia es una virtud nerviosa, o sea siempre demasiado rápidaEl cerebro de mi primer ministro, en su ritmo veloz, no lo controlan ni él ni terceros. Acabará por ser su perdición. Una de las consecuencias de su prontitud es su popularidad. La refuerza cada sábado con sus discursos radiofónicos a la nación francesa. Eso no se lo perdona el pcf, que «gestiona a las masas» y que considera esos discursos un robo en sus dominios. Ahora, en diciembre de 1954, pmf ha puesto en marcha el paquete de medidas contra el alcoholismo y al mismo tiempo la retirada de Argel de la gendarmería francesa. Ambas decisiones le deparan una fuerte polémica con la derecha. Si pudiera creer aún que va a gobernar diez años, le sería fiel.7L’amour propre como principioSegún la postura de mis antepasados, estoy obligado a amarme a mí mismo. Me despreciarían si no me atuviera a esa postura. Eso implica hacerse cargo del valor que poseo. Mi puesto y yo no tenemos ningún valor si soy destituido con mi primer ministro. Tengo valor si, todavía en los alrededores del poder, vendo secretos a terceros. A cambio de las promesas habituales para cuando finalice mi carrera política. Anhela mi traición ante todo René Mayer, el enérgico líder de los colonos franceses en Argelia, radical socialista como Pierre Mendès-France. El hombre trabaja inexorablemente para derribar al primer ministro, convencido como está de que cederá Argelia igual que ha hecho ya con Marruecos, Túnez y el Sarre. Considera a Mendès-France un político de la renuncia. ¡Qué error! Mi primer ministro es un tipo con suerte. La primera traición que cometo, sustrayendo papeles secretos del gabinete y entregándolos a René Mayer, lo respalda, ya que de los documentos se desprende que la retirada de la gendarmería refuerza el mantenimiento de Argelia.Tos y muerteMi abuelo materno, Alfred Hausdorf, murió de un catarro que le tomó el pulmón. El médico lo intentó con una inyección de alcanfor. Veo a mi madre llorando.Violetta yace en su cama, cuello y pecho envueltos en paños de seda, cuando llega Alfredo, el seductor de días pasados. Mimí muere, una pulmonía parisina en el pecho; ese mísero ladrido arroja culpa sobre Rodolfo, que la abandonó. La novela La montaña mágica, que tiene como núcleo agosto de 1914, despliega con gran sutileza los distintos tipos tosientes, causantes del acontecimiento de las naciones que marcó el siglo XX. Balzac acaba de comprar bosques en el sur de Rusia y talarlos con beneficio, y se ha casado con una terrateniente rusa. Tras estas adquisiciones viaja en diligencia hasta París, donde están acondicionando un piso para él y su futura esposa. Se instala en el piso con la certeza de que esposa y madera, en ese momento a seis semanas de distancia de París, están de camino, y muere tosiendo.La tos mortal, como la guerra, no es una invención de la novela o de la ópera. No se la puede expulsar con antibióticos («contra-vivezas»). Y es que el espíritu de la tos, al desaparecer de la persona, regresa como tisis del colectivo — «hay sociedades que se ladran fuera de la vida» (Stendhal). La «enfermedad de hacer desaparecer algo de su alma» que lleva a Violetta a la muerte no se puede curar, sino solo olvidar. Nuevas costumbres ocupan el lugar de la tos o de la guerra.Esbozo para un obituario del estado naciónUn día de principios de otoño con aire espléndido en Starnberg en que no tenía que responder preguntas, y a raíz de sus impresiones durante la crisis en Bruselas del 7 al 10 de mayo de 2010, el llamado paquete de rescate, Jürgen Habermas anotó el borrador de un obituario. Le antepuso las siguientes frases: «Si da la impresión de que desaparece o se oculta una política, en su lugar surge algo nuevo. Lo político es un Fénix. Donde viven seres humanos no puede desaparecer lo político.»Pero luego anotaba los puntos en que había percibido una ausencia de legitimación.El ministro de Finanzas responsable en la uci de una clínica de Bruselas. Lo representa el secretario de Estado del ministerio de Finanzas. Pero no tiene un cargo institucional en la Unión Europea.El ministro del Interior, llegado en avión a última hora del domingo, 10 de mayo, no puede representar parlamentariamente al departamento de Finanzas. Tiempo restante de negociación: dos horas. A la 1 a. m. abre la bolsa en Tokio. El ministro del Interior actúa con un poder de la canciller. Pero esta no puede transferir sus facultades discrecionales.Legitimación retroactiva por el Bundestag. Aunque no se trate de una ley, debe aprobarla el Bundestag. Pero el Bundestag ya no puede cambiar nada. La máxima «pacta sunt servanda» rige absolutamente frente a los mercados, que poseen poder sancionador de facto. Una caída en las cotizaciones sanciona con más severidad de lo que pueda hacerlo un Estado territorial.Precisión del asunto. Es condición previa de cualquier acto de derecho. Las resoluciones de Bruselas son imprecisas: puede tratarse de 750 mil millones de euros. Pero también puede ser que se necesiten cero euros, porque basta con la demostración.A Habermas le preocupa la cuestión de la soberanía. En Bruselas la responsabilidad se reparte entre 27 socios. Algunos de ellos, no todos, están comprometidos a un segundo nivel a través del bce y otros tratados. Los compromisos se superponen a la responsabilidad soberana. ¿En qué se basa aquí lo político, en qué la legitimación? ¿Cómo participa el parlamento europeo? Luego Habermas compilaba en síntesis los atractores que ocupan «creando realidad» el lugar de lo clásico político.La suma de todas las condiciones generales y convenios entre los departamentos jurídicos de las grandes empresas. En los límites en que chocan se forma un «nuevo derecho» similar al derecho internacional que se desarrolló en los bordes de los estados territoriales al final de la Guerra de los Treinta Años.¿Existe el trabajador total?¿Existe a escala mundial el capitalista total?La cuestión del ciudadano del mundo: representaciones embrionales de la idea de una sociedad burguesa transnacional (listado).Internet y la bolsa acumulan informaciones a mayor velocidad que toda institución política. Pero lo que sucede tienen que transmitirlo personas que no sean, como en la bolsa, apéndices de los sucesos.Todo esto quería discutirlo Jürgen Habermas en primer lugar consigo mismo, luego elaborarlo y formularlo. En cualquier caso, el obituario no debía señalizar un final de lo político, sino un cambio de paradigma, lo mismo que antaño se decía: ¡El rey ha muerto, viva el rey! Para ello, le dijo a su esposa Ute, que leyó el apunte, será necesaria todavía mucha investigación. Como filósofo uno debería contratar a detectives, indicó, igual que hacen los modernos despachos de abogados en sus demandas conjuntas.Discurso fúnebre por Peter GlotzQuerida Felicitas, querido Lion, muy estimados asistentes,el compañero y amigo al que despedimos hoy nos deja una crónica y un balance singulares, su último libro, aún sin publicar: de patria en patria. Allí se dice: «El recuerdo tantea por nuestro pasado como un borracho con linterna por una galería oscurísima. A partir de ahí se forma la visión del mundo.»El Peter Glotz que conocimos era un hombre de gran presencia. El hecho es que también aquí, en este momento, lo escucho y veo entre nosotros, y hasta en un discurso fúnebre solo puedo hablar en diálogo directo con él.Describe cómo en 1945, de la mano de su madre, cruza la frontera: «Un simple muchacho que se alegra de la vida.» Ese muchacho sigue en él, fue así en cada momento de su vida.Es llamativo lo cambiantes que son las realidades que se encuentra. Lo que llamamos realidad comienza ya antes de nacer con lo que ha ocupado a los padres en los últimos diez años. En el caso de Peter Glotz, nacido en 1939, reflejado en la madre. Es una época atrapada entre dos guerras mundiales. Las imágenes de aquella época otorgan a todas las observaciones de Peter Glotz su seriedad específica. Crece en la época del milagro económico, de la construcción de una república. Por edad, Peter Glotz está cerca de la generación del 68. Se muestra crítico con ella. Está armado de sentido de la realidad. No se muestra «de izquierdas» o «de derechas», que para él son asientos en la Convención de la Revolución Francesa de 1789. Él se muestra firme de carácter. Igual que un pacificador en una guerra de religión, posee un sexto sentido para construir puentes políticos. En su fase final la República de Bonn era un estado constitucional, una condición patriótica para espíritus opuestos, un ejemplo de solución de un conflicto generacional. No cabe subestimar la influencia de Peter Glotz en ese proceso. Una de sus cualificaciones especiales es acabar con luchas sin sentido.Las realidades cambian, su carácter no cambia, ni en la época de la Wende55 ni tras la de la Guerra Fría. Después de 1989 todos esperábamos una era augusta. Tras el desplome de una de las superpotencias sobraban las razones para un desarme de los conflictos en el mundo. Hoy asistimos asombrados a nuevas realidades agresivas del siglo xxi: nuevos fundamentalismos, nacionalismos y unilateralismos. Peter Glotz las capta todas con exactitud y responde siempre con incredulidad desde ese mismo ánimo subjetivo. En la Antigüedad lo llamaban ataraxia.Durante más de 36 años pude observarlo de cerca, fascinado. Tiene mi afecto permanente no solo como político, sino sobre todo como un colega en la escritura.Lo observo en 1984. Es un año marcado por la profecía de George Orwell, y una especie de intermedio: 16 años desde el apogeo de las protestas estudiantiles, 16 años hasta el cambio de milenio. Peter Glotz es el gerente del spd. Un cargo del que un controlador de jornada diría que no le deja ni un segundo de pausa al que lo desempeña. Hago constar: este hombre, Peter Glotz, se levanta a las cinco de la mañana. Hasta las ocho, antes de que lo asalten las citas y las llamadas, escribe sus diarios, apuntes, memorandos. El término «intelectual» no me parece el adecuado. Reflexionar, escribir es una emanación de la escrupulosidad. Un hombre se rinde cuentas. Un hombre vive en la continuidad de la época. Se ve como responsable frente a los antepasados y a aquellos que le siguen. Es la virtud del cronista, del hombre con conciencia. Cualquier persona tiene esa facultad, pero no todos se molestan en ejercerla.No puedo enumerar los muchos textos que escribió Peter Glotz, una especie de diario total y universal. Los interiores del poder: intimidad del que sabe cómo se ejecuta el poder. La movilidad del petrolero: el problema es que los mecanismos políticos de giro y de frenado necesitan una inversión de tiempo extrema. Cuarenta años dura el desarrollo de un proyecto de armamento o una reforma. Cada decisión al respecto en las comisiones implica una presión, se divide en minutos y días. Luego, en 1984: el trabajo de enfatizar, un libro político, trata del discernimiento. Manifiesto para una nueva izquierda europea, 1985. Campaña en alemania, 1986: es la campaña electoral de Rau frente a Kohl. La deriva del estado nación, 1990. Las élites sin plan, 1992. La sociedad acelerada: con esto nos encontramos ya en el siglo xxi. Expulsados. Bohemia como lección, es la historia de una enemistad. En apariencia se trata de un tema histórico. En realidad, se trata de un tema sumamente actual. Sin afrontar toda la amarga experiencia del siglo xx, según el texto original de Peter Glotz, el siglo xxi se convierte en un laberinto. Si hoy se escribiera una enciclopedia, tendría que afrontar las experiencias del siglo xx, a fin de que en el siglo xxi haya una oportunidad para nuestros hijos. Peter Glotz se apasiona cuando se trata de cómo transferir nuestra realidad a una generación futura.Pregunté a Peter Glotz por sus raíces. Las más próximas están en los padres y los antepasados que conoce, pero también se remontan muy atrás en el pasado. Hacia 1600 surge el «hombre nuevo». Galilei, que observa las estrellas. Luego: Leeuwenhoek, que analiza su propia saliva y descubre los microorganismos con el microscopio, Monteverdi, que inventó la ópera en 1607. Los anatomistas, Madame de Lafayette, que examina las cuestiones de la vinculabilidad, de las relaciones amorosas entre las personas. A este homo novus lo llamamos el hombre burgués. Yerra mucho. Pero es la única renovación humana durante la revolución agraria, que dura ya 6000 años. Las características positivas de este tipo son: no soy el espectador de mi vida, sino el productor de mi vida. Soy responsable del texto de mi vida, de los textos que escribo, de mis vínculos, también de mi país (y si no es un solo país, de Europa o la república mundial). Distingo entre lo que considero invendible en el mundo y aquello con lo que canjeo. Soy insobornable, afirma el carácter burgués en su origen positivo. Esa es la base para Peter Glotz.Peter Glotz es para mí un ejemplo de cómo la objetividad se basa en la intensidad sentimental. Hacia fuera: impasible. Sin patetismos, en caso de duda, frío. Por dentro de una emocionalidad intensa, por ejemplo, con las personas más cercanas, pero inmediatamente volcado en la causa a la que se ha consagrado.El duelo significa que experimentamos una pérdida. Hemos perdido a alguien irreemplazable. En este momento debemos tenerlo presente una vez más, a Peter Glotz, a esa persona intensa, tenaz y llena de vitalidad.Contrajo méritos. No hay que decir que, por la patria, la república concreta. Contrajo méritos mediante una actitud fundamental buena para más que para una patria concreta: lo político, lo real, lo científico, lo constante y lo firme de carácter. Es la república de todos los auténticos patriotas, independientemente del país en el que vivan. Era entregado, concienzudo, concreto y decidido.«Y sobre mí, como una espada de Damocles,la hora de mi muerte,y me apresuro.»Esto vale para todos nosotros que estamos aquí reunidos. Uno que se apresuró mucho es Peter Glotz.

60 Un sospechoso amenazado por un rebelde. Pone un dedo en el arma con cuidado para apartarla a un lado.

61 L’homme Nouveau. Francis Picabia (1924).Los descendientes de la «nacida de la espuma»1El nacimiento de EneasEn tiempos precristianos brotó a la orilla del mar, de la espuma que causa el mar al romper en la playa. Pasa por ser diosa. Recibe su nombre de la isla en que fue vista por primera vez, la isla de Chipre. Se acostó con un joven. Era el bello Anquises, que pastoreaba los rebaños de su padre en el monte Ida (cerca de Troya). La diosa fingió ser una mortal. El hombre se asustó al reconocer después la naturaleza divina de su amante. La diosa le aseguró que no le ocurriría daño alguno si mantenía el secreto de su vínculo. Mas la nacida de la espuma trajo al mundo a Eneas, el héroe de Virgilio.Anquises presumiría más tarde, borracho, de haber engendrado al niño. Lo fulminó un rayo de Zeus. Inmediatamente quedó paralizado.2Un realista, o sea un experto en decisiones erróneasEl hijo de la diosa, Eneas, poseía dos talentos especiales. Sabía ganarse a los de alrededor con su espíritu agresivo y con su hablar conciso. Al mismo tiempo, casi todas sus decisiones eran erróneas. Estaba entre los que vieron al adivino Laocoonte clavar su lanza en el gigantesco caballo de madera que habían dejado los griegos en la costa de Troya (y llevaba en su vientre a los taimados invasores). Era una advertencia profética. Pero cuando Laocoonte fue mordido y estrangulado por la serpiente que surgió del mar, Eneas, que siempre fue un partidario de la autoridad de los hechos, dedujo que los dioses se habían pronunciado contra las advertencias del adivino. Y que por eso este había sido castigado. Se encargó así de hacer abrir una brecha en la muralla de Troya para introducir el símbolo en la ciudad.Fue uno de los comandantes en la batalla final de Troya. Con su padre paralítico a la espalda y su hijo Ascanio de la mano (rebautizado luego como Julo por los poetas romanos para que la historia se adecuase a César y Augusto), su mujer Creúsa tras él, huyó en dirección a la orilla con una tropa de guerreros. Perdió a Creúsa en la confusión de la huida.3El periploHabían construido barcos. Tras la pérdida de Troya esperaban hallar en algún lugar una nueva patria. En la isla de Delos, consagrada a Apolo, recabaron un oráculo: debían ir allí de donde habían venido los antepasados. Navegaron por tanto en dirección al origen mayoritario de sus antepasados, hacia Creta. Allí se desató la peste. Eso descartaba el lugar. Solo entonces vieron claro que una minoría de los antepasados no provenía de Creta, sino de Italia. La flotilla de los guerreros se hizo a la mar en dirección oeste.Durante una tormenta, la flota se refugia en una isla deshabitada. Hay rebaños de vacas. Los guerreros sacrifican algunas de las vacas. De pronto aparecen pájaros enormes con cabezas de muchacha. Se lanzan ávidos sobre la comida y ensucian el resto con sus excrementos. Ningún arma de Troya sirve contra ellos. No hay modo de traspasar el plumaje de los pájaros. Aunque las cabezas de muchacha atraen a los héroes, no logran establecer contacto con las misteriosas criaturas. Eneas y sus compañeros abandonan la isla.4La piel de buey de Dido y la fundación de CartagoDe la ciudad fenicia de Tiro era originaria la fundadora de Cartago, la reina Dido. Su tiránico hermano había asesinado a su esposo. A la cabeza de un tropel de fugitivos arribó a la costa libia. Los habitantes del país se mostraron dispuestos a venderle tanta tierra como abarca una piel vacuna. Era su forma de denegar la solicitud de compra. Por otro lado, los habitantes del país sabían que los contratos hay que cumplirlos. Dido hizo cortar una piel de buey en tiras finas que, atadas, abarcaron suficiente espacio para construir un castillo imponente.5La muerte de DidoUn soldado de una batalla perdida siembra desdichas allí por donde va. Lleva la desgracia en las suelas. La tropa guerrera de Eneas desembarca en Cartago. Un príncipe númida amenaza la ciudad. Los fugitivos de Troya, guerreros habituales, se baten por la reina Dido. Se produce (con el apoyo de la ubicua madre de Eneas, la nacida de la espuma) un acercamiento entre la reina y el huésped. Durante una cacería estalla una tormenta, dispersa al séquito. Los dos amantes se refugian solos en una gruta, donde se descubren.Supuestamente por orden de los dioses, en realidad debido a su capacidad de tomar decisiones masculino-erróneas, preso de la quimera de que el oráculo le había encomendado fundar en un lugar junto al Tíber la Roma venidera, Eneas quiere a todo trance subirse a los barcos con sus compañeros, abandonar a Dido. La desesperada Dido, que cree no poder seguir viviendo sin Eneas, hace erigir una pira, sobre ella utensilios y armas de Eneas. Luego pronuncia una maldición que inicia la futura enemistad entre Roma y Cartago y se hace quemar. Confía en que el amado infiel verá aún desde sus barcos el fuego llameante y adivinará su terrible final.6Los troyanos de Hector Berlioz, actos 3 a 5En la monumental obra Los troyanos de Hector Berlioz, grand opéra en 5 actos, los actos 3 y 5 describen la tragedia que desencadena Eneas al proteger inicialmente a Dido y seducirla y abandonarla después.Vemos a los fugitivos troyanos, al mismo tiempo guerreros apocalípticos, llegar con maletas, armas y servidumbre a la civilizada Cartago. Un tropel bárbaro de gente antes fina de Oriente. En realidad, no entienden lo más mínimo de nada. Como mucho saben luchar y orientarse por un futuro invisible que les han prefijado los dioses (o sus malentendidos sobre los mensajes de los dioses).Eneas aborda a la reina al estilo marinero, introduciéndole dinero en el escote y forzándola brutalmente a bailar. Los asesores de la reina liberan a la deseada de esa situación «impropia». Pero la agresividad del héroe no la amilana, sino que Dido sucumbe (tal como ha dispuesto en el amor la madre de Eneas, la nacida de la espuma) paso a paso al bárbaro encanto del «héroe inculto».En la representación de este drama musical en Düsseldorf, en la Ópera Alemana en el Rin, a Eneas lo interpreta el mismo cantante que interpretó a Siegfried en el legendario Ocaso de los dioses en la Ópera Estatal de Stuttgart: Albert Bonnema. El Siegfried de la puesta en escena de Peter Konwitschny aparece como «héroe ridículo». Ningún «hombre» se comporta así, solo un niño. De ahí que todas las insolencias del héroe ante la corte borgoñesa sean «demasiado directas». Pero precisamente gracias a esa ingenuidad el héroe se muestra abierto a la empatía. Su muerte conmociona a todos los implicados. Brünnhilde, la mujer que ama en secreto y a la que traiciona sin quererlo, muere arrojándose a las llamas tras su muerte. El mismo cantante canta a Eneas. La propensión al error de este papel no es menor que en el de Siegfried. Los mundos de Roma y Cartago no se hunden simultánea (aquí no hay «ocaso de los dioses»), sino sucesivamente. La actitud masculina del Eneas que se guía por un mandato divino es igual de «ridícula» que la de Siegfried. Su marcha desencadena la misma muerte en la hoguera que escenifica Brünnhilde, que también hace apilar los leños. No hay ninguna diferencia entre las dos obras mientras Albert Bonnema interprete el papel.7La historia se efectúa con rodeosTras desembarcar en la desembocadura del Tíber, los fugitivos troyanos recibieron otra señal divina. Habían llegado a la meta. El rey de Lacio les concedió el derecho de hospitalidad y se mostró dispuesto a darle a Eneas como mujer a su única hija, Lavinia. Pero todo aquel con el que se encontraba Eneas y era amable con él moría pronto o era masacrado. Esto ocurría por el cisma original entre los dioses, que hasta el final de la Antigüedad no lograron ponerse de acuerdo sobre el triunfo o la derrota de Troya, la gran metrópoli del Este.El dramaturgo Heiner Müller falleció el 30 de diciembre de 1995. Durante los últimos días de noviembre de aquel año puso en escena, también como proyecto para defenderse de la muerte, una epopeya o más bien una serie de dramas que debían dejar constancia de la caída de Troya, la huida de Eneas y la «pegada de la historia»: los griegos destruyen la poderosa Troya hasta los cimientos. La noticia es difundida por la tierra con el salvajismo de los guerreros supervivientes. Su energía (la del terror) basta para fundar la violenta Roma.56 Las legiones de Roma someten a Grecia. Cuando Corinto se rebela, Corinto es quemada. Igual que ocurrió con Troya 800 años antes.Justo después de la Nochebuena (vuelto a salir de la clínica tras la quimioterapia) Müller tuvo noticias de la devastación de Esmirna en el año 1922. Se puso a buscar nexos que enlazaran la trágica continuación de Troya, el incendio de Corinto, con el presente (la epopeya debía llegar hasta el 40º aniversario de la rda pasando por Stalingrado). Un acto entero estaba dedicado a diez profesores que en abril de 1941 invaden Grecia con uniformes de la Wehrmacht. Solo uno de ellos regresa a casa. Los profesores, según el esbozo de Müller un matemático y nueve filólogos clásicos, se encuentran en los primeros días de la aventura en la que buscan sus almas, con «romanos» en forma de dos tenientes de los Bersaglieri, que tras la capitulación de Italia son fusilados por una unidad alemana (y los profesores lo ven).Se preguntó al dramaturgo si tal acumulación de «novelas históricas» no era gratuita. También podía exponer una gran profecía sin ejemplos políticos. ¿Cómo pensaba resolver sobre el escenario del Berliner Ensemble todos esos rápidos cambios de lugar, si no disponía de una plataforma giratoria?Necesito música, contestó Müller. Estaba demasiado débil para alimentarse cada día de forma adecuada. ¿Cómo iba a llevar a cabo una serie dramática de más de cinco veladas en el resto de esa vida? Tenía prisa.Pero el ojo poético (al mismo tiempo también el de Virgilio y Ovidio) ve la comitiva de espíritus salvajes rodear la tierra extensamente y en plazos que no son medibles entre el nacimiento y la muerte de personas individuales. Aullando como las estrellas, dice Müller, vagan por la historia los mensajeros de la desgracia. Mejor que no hubieran nacido nunca. Si hay comadronas, argumenta Müller, debe haber también anti-comadronas para frenar el efecto remoto que emana de un lugar de desgracia como Troya. ¡Eneas nunca debería haber llegado a la orilla! A los lugares destruidos les corresponde una cuarentena.8La «nacida de la espuma»El ribete claro en la costa de Chipre consiste en materia orgánica y en «agua salada agitada de forma especial». No hay ser humano capaz de revolver el agua salina del mar de Tetis (que no existía ya en la Antigüedad y subsiste solo como cuenca oriental del Mediterráneo) de modo que surja la espuma con que se formó chypris. Siempre bajo el supuesto de que una diosa encarne una determinada forma y no un ser vivo en todas las formas. Los sobrenombres de la gran diosa son conocidos. Pero no hay una constelación en la que se muestre. La mayoría de las historias que se cuentan de ella son inverosímiles. Por ejemplo, su matrimonio con el armero Vulcano, que habita en el Vesuvio, sus visitas al inframundo, o la historia mendaz y hasta propagandística de cómo emparejó a la hermana de Penélope, Helena de Micenas, con el príncipe Paris de Troya. Para eso no le habría hecho falta ser «nacida de la espuma». Para llevar a cabo una historia como esa, le habría bastado provenir de los animales terrestres o de los monstruos marinos.Los dioses surgen, como la vida inicial, de una diferencia en el borde de islas felices. Pueden ser lagunas, en las que las aguas ganan tiempo, o puede deberse al violento golpe con que las olas embisten durante cientos de años contra las rocas o playas.Estreno de la tragedia más cruel que existe, al comienzo de una de las guerras más brutales de la historiaA comienzos de marzo de 431 antes de Cristo los tebanos, aliados de Esparta, asaltaron la ciudad de Platea, que pertenecía a la Liga Ática. A última hora de la tarde se dejó entrar a una avanzadilla en la ciudad. En cuanto sacaron las armas, los tebanos fueron reducidos. Por la mañana llegó el grueso del ejército tebano. La gente de Platea les anunció: mataremos a los prisioneros si atacáis la ciudad. Los guerreros tebanos apenas habían salido del país cuando aun así se procedió a ajusticiarlos (eran 180 prisioneros). Un mensajero de Atenas que debía oponerse a la ejecución llegó demasiado tarde. De ahí nació la Guerra del Peloponeso, que se resistía a terminar.Entre las tragedias que se estrenan a finales de marzo de 431 en Atenas se halla la medea de Eurípides. La hija del rey de la Cólquide (hoy aproximadamente Abjasia) ha sido repudiada por su marido Jasón, que quiere emparentarse con la familia real de Corinto. Medea debe abandonar el país con los dos hijos que ha tenido de Jasón.Medea la bárbara mata a la nueva esposa de su marido y al padre de ella, el rey. Luego mata a sus propios hijos, para que no hereden ninguna cualidad del traicionero Jasón.Christian Meier cree poseer indicios de que Eurípides añadió el infanticidio al mito original. Medea se horroriza al darse cuenta de lo que pretende hacer con sus hijos. Quiere renunciar al crimen. Pero entonces piensa en la burla de sus enemigos. En ningún caso quiere dejarles a los niños; también cree que los habitantes de Corinto los matarán de todos modos en cuanto ella se haya suicidado. Prefiere hacerlo ella misma.Los días en que se ensayaba la tragedia, la guerra ya se había decidido en Esparta. En Atenas estaba claro que no se cedería a las demandas espartanas. En la obra de Eurípides Medea huye a Atenas tras su crimen. El rey Egeo acoge a la extranjera.«Mas lo que esperamosNo ha de cumplirse /A lo inesperado allanaEl camino el dios.»El discurso a los caídos de Pericles en un acto del año 1943 en TebasDichosa la tropa por la que no se interesa la autoridad superior y que desaparece de las actas del alto mando. Cumple su servicio como en los primeros días de campaña, cuando la guerra parecía aún prometedora.En la ciudad de Tebas un tal mayor Dr. Detlef Schleiermacher, catedrático de la reserva, tenía el mando sobre uno de esos retenes olvidados. La guerra había desplazado sus prioridades en 1943. Schleiermacher era uno de los que, en 1913, en la antesala de la guerra anterior, habían organizado en el Hoher Meißner la «Fiesta de la juventud», con 16 años entonces. La palabra juventud aún le brotaba fresca de los labios.Aquí, en la retaguardia de la ocupación alemana, le había sido encomendado un retén de esa juventud. Así veía él a sus soldados, cuyo nivel formativo llamaba la atención en las visitas de mandos locales. Muy serias y de prestigio más allá de la región eran también las celebraciones deportivas y manifestaciones que organizaba.En la primavera de 1943 dos de sus hombres con grado de cabo, bebidos, circulando según las normas con los faros a oscuras, pero a excesiva velocidad, habían provocado un accidente de coche en el que murieron. La tropa de Schleiermacher estaba formada ahora en una zona de ruinas al oeste de Tebas. Luz de antorchas. Actores traídos en avión desde el teatro de Corinto leyeron el texto original de Tucídides, La Guerra del Peloponeso, Libro II, párrafos 35-46. El texto griego con timbre jónico.A continuación, se apagaron las antorchas. Habían sido arrancadas como una excepción a las disposiciones de defensa antiaérea. Estas disposiciones regían en todo el Reich (aunque una incursión de aviones enemigos al centro de Grecia se consideraba improbable).Frente a los féretros iluminados ahora por linternas, cubiertos por una esvástica cada uno, Schleiermacher comenzó su alocución:Despedimos a dos camaradas, dijo. En medio de la tremenda lucha por el futuro de Alemania, y de Europa, puede ser un motivo pequeño. Y tampoco se trata solo de estos dos, sino de una manifestación de duelo en general. La juventud nos es arrebatada. Con o sin guerra. ¿Qué nos dice Pericles al respecto?«Amamos lo bello y nos mantenemos frugales, amamos el espíritu y no nos ablandamos. La riqueza nos sirve para el acto efectivo, no para la palabra jactanciosa, y confesar la pobreza no es vergonzoso para nadie, vergonzoso es no evitarla activamente. Reunimos en nosotros la preocupación por nuestra casa y al mismo tiempo por nuestra ciudad, y dedicados a las diversas actividades, ninguno carece de juicio en los asuntos del estado. Y es que solo entre nosotros se juzga a uno que no toma parte en ellos no un ciudadano discreto sino malo, y somos los únicos que decidimos por nosotros mismos los asuntos públicos o los examinamos con detenimiento. Porque no vemos en la palabra un peligro para la acción, pero sí en no informarse primero mediante discursos antes de pasar a la acción necesaria…»Para Schleiermacher se trataba de hacer resistir anímicamente hasta el final de la guerra como formación de élite al joven retén que le habían confiado. Cuando, como era obvio, el «futuro al que marchamos hombre a hombre» y el sentido de esta guerra se habían perdido.Veía la razón para el discurso fúnebre no tanto en la muerte por negligencia propia de los dos cabos como en esa pérdida de auténtico presente. Había que trazar un arco muy amplio (y el texto le parecía apropiado no por su contenido, sino por la llamativa seriedad de su tono) para expresar algo con sentido en la Tebas ocupada de 1943.Schleiermacher tenía problemas con el levantisco juez militar capitán Friedrichs, llegado a Tebas desde Salónica. Había una acusación por cuatro casos de fornicación homosexual entre camaradas. A partir de las actas no quedaba claro si los contactos en el cuerpo desnudo habían sido involuntarios o buscaban la satisfacción sexual. La diferencia era entre la pena de muerte o una amonestación. Según el criterio del tolerante Schleiermacher, no era nada peor que las costumbres homoeróticas de una falange tebana, que en su pericia guerrera se destacaba como tropa temida por el enemigo. También eso, la defensa frente a un jurista externo calumnioso, era parte de la defensa de la juventud que el catedrático veía como su misión.La ceremonia fúnebre acabó con una velada de camaradería. En el casino luz de nuevo, al fin. Así pasan los días. La juventud, que corre hacia adelante y salió a conquistar nuevos espacios, una nueva época, trabaja y se ejercita día a día en la espera. La demanda de discurso fúnebre se hizo mayor, sin que se diera el motivo para otro acto con un texto antiguo. Ignorada por los partisanos griegos y por los centros de mando propios (entretanto confusos y desorganizados), la tropa del mayor Schleiermacher, por número una compañía reforzada, aguardaba todavía en mayo de 1945 a un adversario que se la llevase al cautiverio. La juventud quiere ser atendida. Quiere llegar a algún sitio.Elogio del difunto Alcibíades por la hetaira Timandra (a partir de Carl Schmitt)«¡Los dientes suben a los ojos como lágrimas!»La hetaira Timandra hizo el elogio del difunto. La crónica al respecto es, como casi todo en las fuentes históricas antiguas, una invención posterior. El cuerpo del héroe u oportunista de 47 años, al que las crónicas describen como un hombre joven, estaba mutilado a consecuencia del asesinato. Su aspecto debía de ser desagradable. La fiel amante y compañera recogió los restos y los depuso en una tina de piedra.Pronunció al parecer un discurso en el que enumeró los actos de Alcibíades. Sus cambios de bando. También eso lo distorsionó luego el cronista. De todos modos, solo podemos inferir lo que escribió, pues el texto original se ha perdido. En nuestro conocimiento de los hechos nos basamos en fragmentos y en la refundición de todas las crónicas por Cornelio Nepote.En su fase más dura, a comienzos de 1946 (no solo pasaba hambre, luchaba contra la pérdida de su puesto en la Universidad de Berlín), Carl Schmitt plasmó en unas notas el boceto de una reconstrucción del elogio fúnebre de timandra. En su penuria berlinesa, no tenía acceso a bibliotecas adecuadas. Se basó prácticamente en el recuerdo y su intuición. Surgió así el llamado esbozo para un poema femenino.Para Timandra (según Carl Schmitt), no fue tanto un cambio de carácter como las variaciones meteorológicas del poder las que habrían generado el repetido cambio de bando del héroe. La virtud de la ataraxia, el equilibrio de carácter, la demostró manteniéndose fiel a sí mismo. Ningún oportunista está dispuesto a invertir un trabajo tan arduo en la propia vida. Sin duda, frente a sus amigos y personas de confianza nunca explicó a tiempo su indomable voluntad de aguante, su thymos biopolítico. Ese fue su error. Los dejaba atrás. Aún tenía previsto aclararlo más adelante. A Timandra le costaba interpretar en su elogio fúnebre el relato de sus triunfos, su asesoramiento de bandos cambiantes, el principio de la inspiración estratégica del héroe. Lo amaba, así que no necesitaba comentar. Del cuerpo del muerto no quedaba más que el tórax. Los miembros estaban cortados, deshechos. El maxilar derecho arrancado de la cara. Lo que la hetaira hubiese podido mostrar a los presentes era muy desagradable. De modo que ocultó los restos en el arcón de piedra.La asebeia, la intervención en el destrozo de las cabezas de Hermes en Atenas en vísperas de la Guerra del Peloponeso que se achacaba a Alcibíades, era una acusación falsa. Sacó de la circulación por vez primera al héroe. La democracia radical ática lo había engendrado. Era su ídolo. Al mismo tiempo incluía una caterva de sicofantes (denunciantes, calumniadores). En cuanto el pueblo gobierna, aparecen parásitos sobre sus votos. Alcibíades fue inculpado. Huyó a Esparta, que era el enemigo. Pero Alcibíades era incapaz de reservarse sus capacidades. Su impetuosa voluntad de supervivencia era a la vez una voluntad de expresión. Hallaba deleite en explicar a los mayores de Esparta los secretos de Atenas, la estrategia que él mismo había diseñado. Sugirió el desembarco de los espartanos en Eubea. Para su ciudad natal fue un trago amargo. Provocó la revuelta de Quíos en favor de Esparta. Más tarde una camarilla poderosa amenazó su vida. Escapó a donde el sátrapa persa Tisafernes.Atisbó antes que nadie el malestar entre los comandantes de la flota ateniense en Samos con los excesos democráticos en Atenas, continúa Carl Schmitt el discurso de Timandra. En una visita secreta garantizó el apoyo persa a una república oligárquica, el Consejo de los 400. Los bien asesorados conspiradores de Samos no se lo agradecieron. Él supo otra vez de antemano que la oposición al levantamiento partiría de la misma flota de Samos (los levantamientos los suelen realizar grupos armados). Por debajo del grado de comandante y hasta el de remero, la flota era de convicciones democráticas. Se puso a la cabeza de esas fuerzas. Tras la victoria de ese bando en la guerra civil, Alcibíades pasó a ser strategos autokrator, jefe militar con plenos poderes.No era bueno, ni fiel, pero era rápido, proseguía Timandra en su discurso. Era clarividente. Es lo que hace al político. ¿Cómo podría preservarse ese valioso don? ¿En un vaso de ofrendas? En vez de eso, los trozos de su cadáver yacen en una tina de piedra.Tras el declive de Atenas, Alcibíades se refugió en sus posesiones en Tracia y más tarde con Farnabazo. Allí es asesinado por instigación del espartano Lisandro.Ahora yace aquí ante nosotros, concluía Timandra su discurso. Sin ningún poder. No creo que fuera poder, dice, lo que le interesaba y conquistó. Era previsión. No podía expresar, finaliza Carl Schmitt en su esbozo, lo que la había cautivado en el personaje, a ella que se ganaba la vida como hetaira, o sea como compañera de grandes hombres, y tenía sus firmes costumbres. Nada la obligaba a ponerse en apuros manteniéndose fiel al caído. Veía lo que la fascinó, pero no podía decirlo en su discurso.Un amante del saberMichel Serres, uno de los últimos amantes del saber, al que le gustaba que le llamaran hijo de un pescador, tendía en la exposición a llevar al extremo el vocabulario ya encontrado y a permanecer en ese campo semántico como en una zona climática. Parecía tratar de cazar con red pacientemente un fragmento de verdad. Las redes estaban destinadas a ser lanzadas en las corrientes asociativas de sus oyentes, que quedaban atrapados en la red. En aquel momento de la conferencia aspiraba a caracterizar la palabra «vida» (la vie).¿Vive un océano como el Pacífico? Sin duda. ¿Y el Himalaya? Vive, aunque con infinita lentitud. ¿Qué significa infinita? Inmemorial. O sea, en medidas temporales que no pueden ser percibidas por nuestras biografías (incluyendo lo que oímos de los antepasados y los nietos). Pero cabría registrar informaciones sobre lo que va más allá. Como el curso de las estrellas, respondía Michel Serres, que en 200 millones de años se desvían un arcosegundo en el cielo. Y el reino de los virus: ¿son organismos o solo escombros? ¿Restos de un mundo paralelo? ¿O está todo el planeta azul dividido en distintos reinos de lo vivo? ¿Y el reino de los virus es una parte de ello? ¿Igual que cuando se dice: Galia está dividida en tres partes? ¿De qué sirve estar distinguiendo reinos, si todo está vivo? La mejor partición entre vivo y muerto, formula Serres, es la muerte.Para Michel Serres se trata de una cuestión básica de derecho. Los océanos, decía enardecido, poseen un derecho de inviolabilidad, que tiene rango constitucional. No hay derecho humano sin respeto a los derechos de la naturaleza en el planeta; Serres dejaba aquí de lado las normas constitucionales del cosmos solo porque el contacto entre la humanidad y las fuerzas de allá arriba le parecía ahora mismo irrelevante. ¿Debían los querellantes de Nueva York, bufetes de abogados de múltiples miembros, asumir la representación legal de los océanos y los montes profanados? Serres se lo pensó. Casi querría decir, respondió, que los océanos y otros órganos de la tierra, por ejemplo, las rocas profundas y sedimentos, están en condiciones de reclamar por sí mismos sus derechos constitucionales. Ven cómo Neptuno se venga del sacrilegio que cometen los compañeros de Ulises al sacrificar sus reses blancas57 (serán la espuma marina, el oleaje blanco en las costas intactas) con tenacidad de veinte años. Lo ven en la imagen. Aquí ven cómo el héroe Ulises mira humildemente al dios triunfante desde las tablas que quedan de su barco. Pero, objetan los oyentes, que ese día poseen ellos mismos redes y las lanzan sobre el orador, ¿cómo llega un golfo de méxico vengativo hasta la central de bp en Londres? ¿Cómo encuentra el agua en un edificio tan alto las oficinas del Chief Executive Officer? Si el culpable ya ha sido destituido, y su sucesor es inocente del maltrato al mar, cómo lo reconoce el poder vengativo? Entonces sería mejor, concedió Serres, que el poder tribunicio del océano lo ejerzan seres humanos, investidos provisionalmente en cierto modo de una representación legal: la de los no nacidos, la de los océanos, la de los elementos profanados, la del aire, del suelo, de la historia.¿Qué eran las Aguas Unidas?¡Nada!¿Qué llegarán a ser?¡Todo!¿De modo que ese sería el Cuarto Estado?, le preguntaron a Michel Serres. ¿Cuántos sujetos constitucionales hay en total? No voy a comprometerme con ninguna cifra, respondió Serres. ¡Tampoco ante usted! La autora de la pregunta era una mujer guapa que inspiró al filósofo, nacido en 1930. Si olvidamos a una sola de las partes constitucionales, la venganza del hada excluida será especialmente dura. Por el delito cometido sobre ella, y además por el olvido.Concurrieron tres potencias, cada una inocua por sí sola, pero onerosas juntasPara reducir el estrés, como explicaría luego, el Dr. Erich Kläde solía desvestirse del todo al aire libre. Lo hacía a muy temprana hora del día. Alrededor aún no había gente que acudiera a su trabajo. Cerca de unos terrenos ferroviarios se asustó al darse cuenta de que, desnudo como estaba, lo veía una mujer. Se dio a la fuga. La mujer, por su parte, a la que le había resultado extraña su aparición, pero que no desaprobaba por principio a un hombre desnudo, descubrió luego sobre las vías, cuidadosamente plegadas, las ropas del fugado.Entretanto el hombre había encontrado el camino a casa y llegado a su hogar. La mujer que lo asustó, una persona muy solícita, había avisado a la policía del hallazgo de las ropas. Se puso en marcha una búsqueda del hombre, que podía haber sufrido un accidente. Los trenes, que transportaban trabajadores en gran número, fueron detenidos en pleno trayecto. Hubo atascos de ices58. Se generaron fricciones y un considerable perjuicio económico por una infracción contra unos hábitos en el vestir. Habían resultado fatales por la turbación moral del reductor de estrés sobre su propio aspecto, que había percibido con los ojos de la joven sin conocer la valoración que hacía esta de sus impresiones. Tampoco podía adivinar la escrupulosidad de la mujer cuando depuso sus ropas sobre las vías, ya que en aquel momento suponía que a corto plazo no cabía esperar un tren. Estaba seguro de que tendría tiempo de recuperar las prendas. Todos los elementos de la cadena causal que había originado el caos circulatorio poseían un sobretono de decencia y virtud, solo que no encajaban entre sí. A toro pasado, un observador imparcial habría podido desembrollar aquel enredo casi onírico y llevarlo a un final feliz con la aquiescencia de todos los implicados.El recurso al suicidio asistidoUn hombre muy considerado en la economía del capitalismo renano —trató insistentemente de salvar a su amigo Hanns Martin Schleyer durante su cautiverio59 (y en general no traicionaba a nadie al que debiera lealtad)— se vio acorralado por la enfermedad en su 83º año de vida.Su esposa, con la que había convivido 58 años, de la misma edad, padecía una enfermedad similar. Soportar el dolor con dignidad es posible. Hay medios paliativos, drogas. Pero, ¿para qué? «Aquello por lo que no estás dispuesto a morir no merece ser vivido.» De modo que los dos volvieron a poner en la balanza todo lo anímico que habían acumulado. Viajaron a Zúrich. Todo estaba acordado y abonados ya los los costes del procedimiento. Cogidos de la mano, en un piso ajeno, abandonaron esta vida.Los anuncios están llegandoLa gobernadora del estado norteamericano y el alcalde de la metrópoli operaban dentro de un cronograma impuesto por las cuestiones urgentes. Es un milagro, decía el alcalde, que en algún momento pueda llegar a soltar el chorro en un retrete. Si llevo el móvil, ya no lo consigo. No tenían tiempo.De ahí que se mostraran reacios cuando se les anunció en forma dramatizada la calamidad que estaban causando las aguas. Se habrían revuelto contra cualquier noticia que supusiera una carga adicional para el programa, tenso hasta lo insoportable, al que estaban sometidos.Y así negaron, igual que su séquito de colaboradores, que la enorme borrasca y la inundación fueran una señal o un anuncio del huracán. Los medios siempre inflando novedades. Y así los dos políticos en sí excelentes dejaron escapar el momento en que hubiesen podido acompañar con palabras de consuelo en la radio, en los gabinetes de crisis, en la cnn la catástrofe que de todos modos no dependía de su empuje. Les costó a ambos la carrera. La población ya nunca más les perdonó su descuido inicial.¿Pero qué pasa, preguntaba el profeta Willi Laube de Alsfeld, cuando los anuncios como señal del cielo se acrecientan en distintos puntos de nuestro planeta hasta formar una escritura? Un terremoto en Pakistán, un desprendimiento en el Pamir, un bloque de hielo del tamaño de Alemania que se separa del continente antártico, sequía en el Chad, un cometa llegando en dirección a nuestros hogares, otros anuncios: devastación de los sentidos. Un jarrón de cristal que cae y se rompe puede ser anuncio de ese día al que esperamos. ¿Cree que algún guardián de nuestra totalidad, un funcionario, un servidor del estado y de Satán, lee esas señales? Para eso necesitamos al moderno exégeta, al profeta. No lee libros, se prepara para la época tras la palabra escrita. Sus sensores (que no son nariz, ojos u oídos) están desplegados para captar la noticia del fin del mundo.De qué sirve eso, le preguntaron al profeta. La pregunta es errónea, respondió Willi Laube. No se trata de para qué sirve, sino de si nos mostramos preparados. ¿Cómo podemos prepararnos para un desastre? No será uno.«Hijo mío, /¿has pecado? /No lo vuelvas a hacer.»60El profeta, que sentía a menudo dolores de espalda, tirones dolorosos en los dedos de los pies, era considerado un hipocondríaco por los médicos del pueblo. Pero una pequeña comunidad en torno a él juzgaba importante difundir sus mensajes. En el marco de la universidad popular de Marburg, que queda cerca de Alsfeld, los fieles de Laube impartían cursos de contabilidad y lenguas extranjeras. En ese contexto hacían llegar avisos a sus alumnos en el sentido de la preparación.«Un tiempo /dos tiempos /y la mitad de un tiempo»61La cuestión era cuánto tiempo hay disponible hacia el final. Si queremos prepararnos como seres humanos para el día del resplandor, entonces no hay un minuto que perder. Pero la dirección de la universidad popular no estaba dispuesta a permitir cursos en esa línea. ¿Y si no se empleaban recursos públicos? Los espacios y la calefacción de la universidad popular se pagan con dinero público. ¿No podrían dar clase en el patio o en la calle? Los más fervientes quizá habrían seguido la propuesta si los alumnos hubiesen podido encontrarlos al aire libre. Su sentido práctico les dijo que tenía que haber algún vínculo con la opinión pública, con una organización.«Los entendidos brillarán /Como el resplandor del firmamento.»62En los paisajes en torno a Alsfeld habían tenido lugar, hace aproximadamente 500 años, las guerras de campesinos. Los lugares de reunión de los líderes, cuya revuelta había sido dictada no solo por la penuria, sino por señales, o sea anuncios del próximo fin del mundo, fueron marcados con piedras de siete metros cuadrados de tamaño, abandonadas hace mucho tiempo en los bosques. Eran lugares que uno se encontraba.Y así se reunían, bajo la mirada atenta de una policía recelosa, comunidades de entre 20 y 70 personas, para interpretar juntos las señales que les enseñaba a leer el profeta. Se congregaban bajo el frío de noviembre ante las puertas cerradas de las salas de reunión y permanecían largo tiempo allí.«Con el Apocalipsis del Anticristo /Termina la Escritura.»La versión completa de una ocurrencia barroca de Christoph SchlingensiefLas tumbas judías del siglo xii ostentan el emblema de una liebre. El símbolo en las lápidas llamó la atención del Oberrottenführer Hartmut Mielke cuando su columna allanó cementerios judíos de Alemania central en el año 1943, a fin de instalar cisternas de agua para camiones de bomberos en esos lugares. El motivo se repite en lápidas del siglo xvii: liebres tendidas a lo largo, «dormidas» o «muertas».Esto contrastaba, como sabía el Oberrottenführer, que en su vida privada era geógrafo local, con las representaciones paganas de liebres en el ámbito céltico al sur del Rhön. Aquí hay documentadas liebres en piedras sacrificiales, no en tumbas. Ya el primo del Turnvater Jahn63, Alfred-Erwin Jahn, describía en la Revista de investigación prehistórica alemana, volumen 14, pp. 143ss. del año 1809, la oposición entre el símbolo de la fertilidad «liebre» (como mito primaveral de la diosa Ostara) y la «teatralidad del Gólgota»: la «luctuosa despedida del Hijo de Dios por mucho tiempo».En ese pasaje se inspiró Richard Wagner para el encantamiento del Viernes Santo que incluyó en el tercer acto de Parsifal. El dolor de la cruz y la alegre «risa primaveral de la naturaleza» le parecieron un contraste adecuado para expresar el «deterioro de la compasión».En su puesta en escena del Parsifal en Bayreuth, Christoph Schlingensief hizo suya la escena que Wagner esbozó desde esa perspectiva. Largo tiempo había buscado en la partitura y en los textos de la obra algo que lo conmoviera íntimamente.En un sótano de la Universidad Humboldt de Berlín, se sometió al proceso de descomposición durante varias semanas a una liebre adquirida en una tienda especializada en carne de caza. Walter Lenertz dispuso una cámara Arriflex de 35 mm con acelerador. Se instalaron focos. Se cuidó de que hubiera moscas en el cuarto. Con saltos en el tiempo, la cámara estuvo grabando unas semanas cómo se pudría.Se confirmó un hallazgo del trabajo de Walter Benjamin Origen del drama barroco alemán. Benjamin discute allí una metáfora difícilmente soportable en la vida cotidiana: la ruptura del cuerpo animal peludo desde dentro por fuerzas vivas licuadas, los llamados gusanos. Sale a la luz el esqueleto. Esa «naturaleza moribunda», en la que ya «se forma nueva vida a toda prisa», es lo que registró la cámara con acelerador. Se demostró que Benjamin tenía razón al calificar de perturbadora la «intensidad al abrirse camino de gusanos de distinto tamaño por el paisaje en ruinas de lo que había sido la liebre».Ver en pantalla grande a la liebre descomponiéndose durante el «encantamiento del Viernes Santo» incomodó bastante al público del festival de Bayreuth. No se veía la «resurrección» de una liebre, sino la «reanudación de la vida en forma de putrefacción»: otros viven de lo que ha muerto. Al final la liebre desaparecía y pululaban los gusanos, también ellos «tocados por la muerte», ya que tras el consumo de la liebre el sótano ya no les ofrecía otro alimento. Como modo de entretener una velada aquello era difícilmente soportable, como contribución a la búsqueda de la verdad, en cambio, muy certero.En la conferencia de prensa tras el ensayo general, Schlingensief se defendió del reproche de que su planteamiento era «pesimista». El afán de vida de los gusanos grabados por la cámara no le parecía ni pesimista ni optimista. Más bien era positivo que la cámara pudiera registrar algo así y que de ese modo pudiera repetirse una y otra vez lo ocurrido en la cabeza de futuros observadores. ¿Qué otra cosa sería la «resurrección»? «Superación del superador». La seriedad de la música lo demostraba; algo así no podía representarse sin espanto. Los tonos de Wagner, domados por Pierre Boulez, no lograron mitigar el shock.

62 Ilustración: Christoph Schlingensief.«Fénix de las cenizas»La iglesia del Sagrado Corazón en la plaza del mercado de Oberhausen —en la que había sido bautizado— sirvió de modelo a Christoph Schlingensief para construir su instalación «Iglesia del miedo», con la que causó sensación en la Bienal de Venecia. Aquí su ataúd estaba ante el altar y las vidrieras, que con sus imágenes reiterativas cautivaban la vista de los asistentes. La foto que su esposa Aino había hecho colocar ante el ataúd y las flores era un retrato a tamaño natural de Schlingensief. Sus ojos tenían una expresión «astuta y socarrona» que al mezclarse con las impresiones de la solemne misa de difuntos les quitaba parte de su tenebrosa realidad. La foto parecía sugerir que la tapa del ataúd se alzaría en breve y que el presente en esa foto se nos manifestaría.Por desgracia esto no ocurría. Encabezados por los estandartes de la cruz y por los sacerdotes, los hermanos de su mujer sacaron el ataúd desde la nave hasta el portal y lo introdujeron en el vehículo por la compuerta trasera. Los transportistas, vestidos con mantillas negras, asistían al evento. Allí se despidieron la madre en silla de ruedas, la mujer de Schlingensief y el corro de parientes y colegas. Todos esperábamos que ocurriera algo más, por ejemplo, que el vehículo chocara con otro al salir de la plaza, que se destrozara el ataúd y el joven héroe regresara con nosotros para tomar parte en el banquete preparado en el Hotel Handelshof de Mülheim.Se produjo un retraso. Debía realizarse un acordonamiento policial. En las escaleras del portal se habían colocado directores artísticos y amigos (como políticos para una foto de grupo), con trajes de un negro insólito. Nadie se atrevió a inmortalizar a ese grupo —y en contraplano la compuerta abierta con el ataúd— en una imagen, como sin duda no se habría privado de hacer el muerto. Era un momento histórico y singular en su vida.El vehículo se puso en movimiento con una marcha muy lenta, como respetando el duelo. Los enterradores o acompañantes del transporte lo siguieron a pie en dos columnas. Nosotros nos quedamos y vimos incrédulos cómo la limusina rodeaba la plaza en un recorrido rectangular. Se alejó por una calle lateral en dirección a la autopista.Los sacerdotes responsables seguían a la entrada de la iglesia. La mujer de Schlingensief tenía otras preocupaciones que impartir órdenes organizativas. Se trataba de la retirada gradual del espacio físico de una persona muy presente en la imaginación de los reunidos. Para ello habría que haber quemado ante los ojos de todos la foto frente al altar. Entendí por qué ocurre que el ataúd de un muerto querido sea secuestrado por desconocidos. Es difícil creer a tiempo en la muerte de una persona carismática. Siempre da la impresión de ser un robo, una apropiación indebida.Jugadores malignos, nada está decidido(Esbozo de Heiner Müller en un posavasos de cerveza)Crece en la boca de Tántalo /Las dos hachas en el baño de Micenas /La cara taimada de Electra promete éxito /A todos los hermanos que puedan activar la guillotina!Allá van nuestros muchachos de 1941 /A los valles de Crimea Cuántas /Mentiras hacen falta para que uno crea /Que el antepasado ofreció a los dioses /El cráneo de su hijo como cuenco /Buen hombre genera la lucha de todos.Divinos que ponen en marcha tales máquinas /Se quedan tiesos, no sabemos dónde /Seguramente los llevamos como esquirlas en los ojos /Ojo rayo de Alicia /Lo que quiero lo tengo que querer como si /quisiera su eterno retorno.Reducir a arena la culpa acumulada de los Atridas /Carburante de la libertad /Inventores de autómatas, hijos de dioses /Se los reconoce en ojos de niños /Hasta la edad de tres años /Nada está decidido.Política de las palabrasAl mismo tiempo que nuestros antepasados en las frías estepas cazaban jóvenes e inexpertos mamuts con zanjas, tendían en su garganta una trampa para dosificar el aire y el ruido. Pronto pudieron producir una infinidad de sonidos para los que aún no disponían de uso práctico. De esa conquista nacieron seres vivos: las palabras. Pronto fundaron una república, el lenguaje. Sus habitantes, indómitas y seguras de sí, obedecieron largo tiempo (por bondad, por cortesía, por sociabilidad) a objetivos. Llevaban cargas. Hacían como si fueran estibadoras. Pero por su naturaleza, las palabras nunca fueron trabajadoras o sirvientas.Un día del siglo xx se sublevaron. En Finnegans Wake, uno de esos seres díscolos y rebeldes pasó a designar las fuerzas más elementales de la naturaleza, los quarks.«Three Quarks for Muster Mark»La genealogía del lenguaje, según el filólogo Anselm Haverkamp, muestra un nerviosismo general de las palabras, su sutil desobediencia, acorde con su naturaleza. De puertas afuera, en cambio, desfilan al mismo ritmo, obedientes a las funciones que les impone el día a día. Como carburante de la ira y los excesos, ejercen la mesura en nuestro tiempo.Al poco de rebelarse estaban aisladas. No hacen falta en la formación de la revuelta universal. Se reencuentran en islas. Nada más liberarse de la coerción del sentido, pasaron hambre.Como los hermanos Graco, como Espartaco, como Toussaint L’Ouverture, Joyce, Schwitters, Hans G Helms, Arno Schmidt, Reinhard Jirgl aceleraron la liberación de las palabras de su yugo y ofrecieron colonización, o sea nuevas tierras para las esclavas. Pero las esclavas no querían trabajar: nunca fuimos esclavas, dijeron las palabras, no nos dejamos reasentar como legionarios romanos o como los esclavos de Espartaco. «Quedarse con la mayoría, aunque se equivoque.» Y así nos quedamos con los humanos, cuya garganta nos formó, que nos clonan en miles de formas de difusión, entretanto también digital (lo que nos honra), aunque se equivoquen.Nuestra revuelta es una revuelta permanente. ¿Cómo van a oprimirnos, si somos la razón por la que existen la humanidad y su constitución? Somos seres vivos seguros de sí mismos, no se nos puede subestimar, a las palabras.«As the lion in our teargarten remembers the nenuphars of his Nile […] the besieged bedreamt him stil and solely of those lililiths undeveiled which had undone, gone for age, and knew not the watchful treachers at his wake, and theirs to stay. […] Zeepyzoepy, larcenlads! Zijnzijn Zijnzijn! […] (Twillby! Twillby!)»64Un comentario curioso de Till EulenspiegelRainer Stollmann refiere una salida de Till Eulenspiegel en la historia 62 del poema impreso según la versión de Braunschweig. Se trata de la metáfora: «Largo de mi vista». Un urbanita grosero se lo dice a Eulenspiegel, al que toma por un campesino. Till Eulenspiegel no atiende al requerimiento, sino que argumenta: «Si estuviera en vuestra vista, tendría que saliros por la nariz cuando cerráis los ojos.»El principio de las respuestas de Eulenspiegel es, según Stollmann, tomar al pie de la letra las expresiones del lenguaje urbano y frustrar así las posibilidades de engaño que hay en los dos lenguajes, el urbano y el campesino. Es un rasgo que emplea ya el urbanita Odiseo y responde a una política lingüística de concretización o que mantiene los pies en el suelo.Un hallazgo de la investigación actual sobre la muerte de Alejando MagnoLas fuentes de la muerte de Alejandro Magno son estereotípicas. Tras la muerte de Hefestión en mayo de 323 antes de Cristo, el rey ya no volvió a su vida acostumbrada. A los testigos les pareció que el soberano «se había hecho a un lado». Poco después sintió un dolor lacerante en el torso. Fiebre alta. Sed insaciable. A primera hora de la tarde del 10 de junio estaba muerto.Adrienne Mayor, de la Stanford University, ha encontrado recientemente indicios que apuntan que Alejandro habría sido asesinado. Siempre hubo rumores al respecto. Demuestra que el rey iba a ser liberado de su trance «con agua del río Estigia». Ya fuera que uno de sus médicos vio un remedio en esa agua, traída de la patria en largo viaje, ya fuera que un curandero había sido sobornado para matarlo. La administración de esa agua coincide en el tiempo con el repentino dolor en el torso. En las piedras bajo el Estigia, que se consideraba el río de los muertos, sigue hallándose hoy una bacteria llamada micromonospora echinospora. Produce el veneno celular calicheamicina, que genera una muerte masiva de células corporales. En su estadio final fallan el hígado, los riñones, la vejiga, los pulmones, el corazón, y por último el sistema nervioso. Exactamente esos fueron los síntomas, subraya Adrienne Mayor, mencionados por los testigos que rodeaban al soberano moribundo.Un logro político para la supervivencia propiaEstaban allí cuando las masas cruzaban la frontera húngara. Era el camino a una nueva vida. Ellos prefirieron quedarse en suelo de la república. Regresaron al barrio de Berlín Este que ya conocían.Pero en los años sucesivos siguieron yendo a Hungría de vacaciones. Y cuando los huesos ya no daban para más, visitaron un balneario en aquel país desde el que una vez casi acabaron en un mundo paralelo.En ese balneario cerca del Balatón, Elfriede Eilers conoció a un herido en un accidente. En la mesa común del almuerzo. Quedó en un contacto visual. Fue inolvidable, y le habría vuelto a parecer posible escapar de su vida habitual (probablemente también esta vez habría regresado, renovada y purificada, a la vida anterior). Se habría atrevido a huir de no haber estado al lado su marido (la comunidad del balneario seguía cenando en pleno hasta la noche). Le habría parecido poco realista unirse a un desconocido que ni siquiera sabía que lo estaba sopesando. Pero no se engañaba: la mirada, el contacto de los ojos, había sido franco por ambas partes.Tras el regreso a su medio habitual aprovechó una ausencia de su marido para hacer un viaje al oeste de Alemania. La tarde que trajo el contacto visual había oído que el herido iba a ser trasladado para la rehabilitación al Tegernsee. Estuvo buscando al alma afín por los lugares de convalecencia en el Tegernsee, sin encontrarlo. Pernoctó en una pensión barata. Aire enérgico en la región montañosa. Se adentró algunos pasos en el bosque. Estaba acostumbrada a mover las piernas, los músculos de los muslos, a caminar largo rato. Las piernas avanzaban solas. Se sentía llena de libertad y muy viva, porque aún esperaba encontrar al cortocircuitado, como se refería a la mirada correspondida.Había llegado bastante lejos y entretanto ya no estaba segura de si encontraría fácilmente el camino de vuelta cuando vio a una persona tendida junto al camino. De largo sobre el follaje. ¿Se había caído? El hombre yacía allí, pálido y respirando de forma apenas audible. Le dio la impresión de que estaba muriéndose. ¿Quién se tiende por propia voluntad sobre el suelo frío, húmedo, cordial del bosque, si no es por una urgencia física? La ropa del hombre le pareció medio oficial. Inapropiada para un paseo en el bosque. Aquello no encajaba con el lugar en el que lo había encontrado.Desplegó todo su brío. No lograba sentarlo. Volvía a caer a su penosa posición yacente. Quiso al menos calentarlo. Había pasado ya un tiempo. Gritó pidiendo ayuda, pero en aquella zona del bosque de montaña no le contestaba nadie.Había ido demasiado lejos. Se dispuso a velar junto al «desplomado accidentado». ¿Quién iba a salvarlo, si no ella?Recordó las pautas que había aprendido en un curso de primeros auxilios a principios de los años ochenta, todavía en el contexto del esfuerzo defensivo de la rda contra el capitalismo. Le aplicó la respiración boca a boca al —eso parecía— hipotérmico. Ahí fue indiscreta. En la práctica estaba besando a un desconocido. Pero se daba vida también a sí misma. Y le pareció que debía vérsela más bien como ángel que como amante. Con todo cariño envolvió el cuello y el pecho del hombre con su jersey.Pasó así la noche en vela, cuidando y estimulando una y otra vez con manipulaciones lo que le había sido confiado. No estaba cansada. Tenía una misión. Tendió su cuerpo aún cálido del día junto al del accidentado y le transmitió así la energía que atesoraba. No le daba vergüenza. Tampoco la veía nadie.El amanecer. En un bosque de montaña solo se lo reconoce como una ligera claridad a la base de los árboles. Le dio esperanza, porque el hombre seguía respirando. Un joven corredor llegó por el sendero. Más tarde supo que se trataba de un abogado de Rottach-Egern que entrenaba siempre a esa hora temprana. Su regularidad contribuyó al final feliz de esta aventura política. Un momento, dijo, tras haber examinado al de algún modo medio muerto, guiado por las indicaciones de Elfriede. Voy a por mi coche, dijo. ¡El hombre necesita un médico! No cabía llamar primero por el móvil a la policía o los bomberos. Se necesitaba ayuda inmediata.Para el desayuno estaba ya de vuelta en su pensión. El hombre frío al que con ayuda del corredor había subido a su vehículo y llevado al médico local no hizo declaraciones. Después de haber repartido inyecciones por el cuerpo del hombre, el médico anunció: Le ha salvado la vida a este hombre. ¿En serio? preguntó ella.No era consciente de haber tomado una decisión durante todo el proceso (¿cuándo habría hecho tal cosa?). Simplemente se había activado.Ese mismo día regresó al Prenzlauer Berg. No habría obtenido reconocimiento alguno. Seguía esperando volver a encontrar al hombre del contacto visual auténtico. Había una posibilidad, pues la organización Paralympics, que organizaba competiciones deportivas para minusválidos, le había facilitado una lista de todos los centros de rehabilitación en zona bávara. Por otro lado, tampoco quería actuar de forma poco realista con respecto a su marido o a las circunstancias de su vida en casa. Estaba decidida a «mantener los pies en el suelo».Los pies en el suelo a través del vientreEl delicado cuello del niño de tres meses estaba protegido por un soporte. Bajo la región de su cuerpo que un día serían las nalgas estaba la mano de la madre. Aún rigen los pies en el suelo a través del vientre. El suelo eran pecho y hombro de la joven, que parecía feliz. La mano del niño yacía «tomando posesión» del hombro de la madre. Con su conducta, los niños pequeños se aseguran la paz de su entorno. Aunque solo sea por la ingeniosidad de sus contactos.Índice anotado[Homo volans] Desde hace más de dos mil años se representa al hombre volador desde el punto de vista de la caída. Ícaro cae. Es cierto que Medea regresa con su padre volando sobre un dragón de fuego. Alejandro Magno seduce a sus míticos corceles para que lo suban al cielo con alimentos divinos que una vara les sostiene frente a las narices. El herrero Wieland (en los Edda), paralizado de las piernas por un tirano, fabrica alas y vuela junto al palacio real; antes ha embarazado a la hija del rey: todos los descendientes del soberano serán suyos. En Linz, el joven Adolf Hitler quería componer una ópera con esta materia. Para los futuristas italianos, el vuelo es un atributo de la modernidad. En la Unión Soviética, para Jrushchov, aviones y naves espaciales son la imagen del orgullo: el contrapeso a toda la miseria del mundo.[La política es determinar exactamente al enemigo] En su texto El concepto de lo político, Carl Schmitt propugna la antítesis entre política parasitaria y antagonista. Su punto de partida es la política del caso extremo. Schmitt distingue entre el lat. hostis (el enemigo público, el enemigo político) y el lat. inimicus (el enemigo privado, el semejante al que odio). Si en 1945 se trata de «determinar exactamente el enemigo al que me rindo», para Schmitt este es un empleo correcto del concepto.

63 Carl Schmitt, teórico del estado.

64 Aléguiev, intérprete y espía.

65 Inicio del viaje en globo. El padre acompaña a los hijos. Cuentan con víveres.[«Fuera la revolución bávara»] Bajo el mismo cielo de enero de 1919, simultáneamente a la conferencia que Max Weber impartía para un público burgués en una sala cerca de la sede del gobierno revolucionario, trabajaba el Dr. Eisner, primer ministro de la República de Baviera, en la Residencia de Múnich. El mismo tiempo frío ligaba conferencia y gobierno. Max Weber se ocupa de perspectivas cardinales sobre la vocación del político que perdurarán más allá de la década y elaborarán la experiencia de la guerra mundial. El Dr. Eisner tiene que imponer el impulso revolucionario de noviembre de 1918 con el apoltronado aparato funcionarial bávaro. Ha hecho pública la correspondencia secreta entre el Gobierno del Reich y el Vaticano que se hallaba en las actas del Gobierno bávaro. La publicación pone de manifiesto el afán bélico del Reich Alemán y avergüenza también a los aliados. Más allá de los datos meteorológicos del día no hay relación entre Max Weber y el Dr. Eisner, quien poco después será asesinado en un atentado por el ultranacionalista Anton, conde Arco auf Valley.[Equilibrista. Homo compensator] Virtud del hombre burgués, que a partir de 1600 toma el poder. No el entendimiento, el deseo, el interés y, por tanto, el detalle y la fuerza parcial, sino el oído, la música (que en 1607 inicia su marcha triunfal con Monteverdi), que son los órganos del equilibrio. Este, el balance, es la virtud burguesa.[El campesino en mí] Desde hace nueve mil años existe la revolución agraria. Seguimos viviendo en ella. Si uno se vuelve urbanita, en su interior se encuentra un campesino enmascarado. Este campesino en nosotros no se corresponde con la imagen de una persona concreta trabajando la tierra en una determinada época. El campesino supone más bien una abstracción real. Son miles de millones de facetas y espíritus elementales de las fuerzas básicas humanas que han aprendido del trabajo de la tierra: ese es el campesino en nosotros al que podemos recurrir en caso de necesidad.[Subjetivo-objetivo] Concepción filosófica (y política) según la cual ni la interioridad (el yo como Robinson) ni el exterior (la sociedad) pueden conformar por sí solas una realidad. La relación social, o sea una realidad para personas, surge más bien mediante un vínculo subjetivo-objetivo. Una relación amorosa feliz no consiste en la idea del uno y la del otro, sino que se desarrolla en una plataforma común entre ellos (lo que requiere tiempo). Del mismo modo, un objeto de trabajo se forma subjetiva-objetivamente mediante la voluntad del trabajador, pero también mediante la voluntad del material, que tiene su voluntad propia. Una comunidad se forma entre personas, no en ellas ni junto a ellas.[Love politics] Ámbito de la experiencia en el que las personas pueden examinar su conducta íntima y a la vez su juicio político. La libido misma es ciega para la política, tal como apunta Sigmund Freud. Pero sus derivados son genios de lo político y de la búsqueda de la felicidad.[El poder de lo fáctico] Concepto polémico frente al poder de la idea. Así, dice Maquiavelo, todas las leyes y la práctica de los gobernantes se mueven por la superficie del hábito y la pereza como por una vía fluvial. Pero el poder de lo fáctico se basa en una ilusión si cree ser más fuerte que los valores. El poder es depuesto por la gente si lesiona de forma continua sus valores.[Capitulación] Sometimiento acordado a un adversario superior. Se trata de una conquista civilizatoria: son reglas que rigen para el punto de sutura entre guerra y no-guerra. En el caso del genocidio y en la guerra aérea, esa conquista se pierde. Ahí no existe la capitulación.[Deditio] En la Antigüedad hay un derecho consuetudinario, con rango constitucional, por el que un enemigo vencido que se somete no ser puede humillado más allá del mísero estado en que se encuentra. A partir de ahí se desarrolla en el sistema cesáreo la clementia, la obligación de indultar adversarios al final de una guerra civil. Constituye una violación del Derecho que el emperador Federico ii de Staufen haga permanecer largo rato tendido en el suelo a su rebelde hijo Enrique vii, que se ha arrojado a sus pies. Los vasallos ya murmuran. Por fin lo levanta, pero solo para hacerlo llevar a un calabozo en el que muere. Aquí se deniega la deditio. El polo opuesto moderno es la unconditional surrender. La capitulación incondicional no supone ausencia de derechos en el país ocupado. También el enemigo sometido ha de ser alimentado, al final sus soldados tienen que ser enviados a sus casas.[«La política es el destino»] Napoleón aunaba mandato político, carisma, presencia militar en su persona. Parecía poseer el poder de crear un nuevo mundo. En vez de ello, solo se apropió del viejo mundo, dicen sus críticos. Murió con 51 años. Cabe interpretar su frase «la política es el destino» como que su política narcisista se convirtió en su destino.

66 Napoleón en el monte Sinaí.[Directo] Mendès-France elude ostentosamente todo ritual negociador. De forma parecida a como marchaba el ejército de Henri iv, va directo al punto más doloroso de la charla. Busca la decisión.[Solícito] Mendès-France parte de los planteamientos que detecta o supone en la cabeza de su interlocutor. Es el estilo de una persona educada. Jamás dice algo por complacer. Por otro lado, jamás hace como si no comprendiera de inmediato lo que quiere el otro. El primer ministro chino estaba estupefacto ante ese estilo de comportamiento. No lo conocía por los rituales de la diplomacia china.

67 Mendès-France.[¿Qué es urbano en la política?] Hasta la Edad Media tardía, en todas partes del mundo rige la esclavitud. Si hay esclavos, tampoco son libres los señores. Es una minoría la que deroga la esclavitud en las ciudades al norte de los Alpes. («El aire de ciudad hace libre.») Si un siervo o esclavo logra llegar a la ciudad, no es extraditado. A partir de ese germen se desarrollan los protestantes, los puritanos. La libertad salta a América. Eso es política en el sentido moderno.[Singularidad de la polis] En el primer milenio antes de Cristo surge en Grecia la ciudadanía (Aristóteles la llama politeia). Consiste en un grupo reducido de gente y tierras; se trata de labranza, comercio, esclavitud, algo de piratería. En la época clásica hubo setecientas de esas polis. Su estructura coincide con la de los oppida célticos de Astérix y recuerda lejanamente a la forma original de los cantones suizos. El historiador de la Antigüedad Christian Meier ha estudiado y reconstruido el surgimiento del concepto de política en ese periodo histórico singular. En los grandes reinos de Egipto y las megaciudades de Mesopotamia, dice Christian Meier, hubiesen sido improbables conquistas como las del concepto de libertad y la comunidad política de los griegos. La monstruosa concentración de poder de los grandes reinos hacía aparecer como un caos toda alternativa a un gobierno central. En las polis griegas era distinto. De ahí que Marx califique a los griegos de niños con suerte: una «infancia histórica de la humanidad, en su despliegue más hermoso, como una etapa irrepetible». Ahí surge la idea de lo político que sirve a la emancipación.[Emergencia] Atributo de un patrón de conducta generado mediante la interacción de muchos patrones de conducta menores que se agrupan y en un punto colectivo acceden a una realidad paralela. Ejemplo: la salida repentina de una bandada de pájaros en una nueva dirección, sin que esto haya sido provocado por la aparición de un halcón o de alguna otra causa observable. Otra denominación para ello: ruptura de la simetría.[«Generación de esfera pública»] Expresión habitual durante el movimiento de protesta estudiantil. Equivalente a politizar: concentrar la atención pública en un punto clave: Vietnam, justicia, leyes de emergencia65, lucha de clases. De un contexto muy distinto —desde la responsabilidad en la guerra de 1918 a la crisis del Spiegel en 196266— viene la exigencia de generación de esfera pública como quiebra de la política secreta. El mal social se acumula en los ámbitos arcanos. Si se pudiera poner al descubierto, la gente tendría la oportunidad de reaccionar.[Ámbito arcano] La República de Venecia conocía a través de sus agentes todos los secretos de las cortes europeas. De forma similar, los espías de la hva67 Sección ix (Contraespionaje) de la rda accedían a todos los secretos de la otan (desde nato Restricted a cosmic Top secret) y a los del Oeste (en Estados Unidos desde Restricted a Top secret). Arcano = secreto. Los ámbitos secretos son atributos del poder. La falsa doctrina de derecho público sobre secretos de Estado ilegales (crisis del Spiegel en 1962) y el empeño actual de Estados Unidos por encontrar un delito punible contra las filtraciones del ámbito arcano en Wikileaks ponen de manifiesto la firme voluntad del poder de defender ese mundo secreto. Igual que el valor se desprende de los billetes y que disminuye la confianza en el Estado, el fenómeno del «desprendimiento de la realidad de la política» se reconoce en que los secretos van saliendo a la luz en masa.[Principio de la cisterna invertida] Hans-Jürgen Krahl68 explicaba: el movimiento de protesta estudiantil trabaja según el principio de una «cisterna invertida». En el desierto, las cisternas le dan al sediento agua que se conserva en la roca y mana gota a gota. Nuestra actividad en cambio ha de entenderse como introducir agua en la roca (la sociedad). Se trata de licuar unas condiciones petrificadas.[No aflojar en ningún caso] No podemos aflojar en ningún caso, decía el compañero Reimut Reiche, un as de la psicoterapia que todas las mañanas a las cinco conducía un camión a la fábrica de Opel y depositaba allí octavillas. Por supuesto que es posible el cambio social, lo llamemos revolución o no. Continuamente hay que acelerar la acción subversiva, porque a la semana próxima puede faltarnos el motivo y disolverse el grupo. La prisa priva al proceso revolucionario de su base temporal, su «field of employment». Pero si adquirimos la necesaria perspectiva temporal, tenemos la preocupación de que a tan largo plazo no podemos mantener la intensificación de los sentimientos (y el grupo).

68 «No aflojar en ningún caso.»[Michael Kohlhaas jubilado] A diferencia de lo que cuenta Kleist, Michael Kohlhaas, que ya estaba siendo preparado para la ejecución tras su condena a muerte, fue liberado de la prisión en Wittenberg por un grupo de bandidos amigos de Bohemia (tal como aparecen en el drama de Schiller). Luego vivió en una ciudad imperial libre de Franconia. Igual que tras un cambio de tiempo, se le había extinguido el afán de vengar la injusticia cometida con sus animales. No volvió a ser capaz de cometer actos sangrientos. Trabajó como mercader y prestaba una cuidadosa atención al cambio.[Bifurcación] Expresión habitual en los escritos de Michel Serres para: encrucijada, desvío. En el curso de un análisis se puede remontar un resultado evolutivo hasta una bifurcación en la que un camino evolutivo se separó de otro. Pero si se regresa al punto de separación «con toda el alma y en compañía de dioses», explica Serres, se descubre un rastro de energía que ha tomado el otro camino. Solo que no ha vuelto a aparecer en la realidad. Según Michel Serres, hay que aprender a descubrir y a seguir como un guía esos mundos paralelos que responden al sentido de la posibilidad y —lo queramos y lo sepamos o no— coexisten con nuestro día a día. A menudo se encuentra así un primo del presente.[Alienación] Concepto central en los Manuscritos de París de Marx. Véase también Hegel y Adam Smith. Se trata de una irritación entre el sujeto y el objeto. Algo objetivo ha ido a parar en los seres humanos como si fuera subjetivo, y eso objetivo los hace inhumanos. Padres de familia por lo demás bondadosos, organizados como batallón policial, fusilan desconocidos en el Este.La relevancia del concepto reside en que lo que genera ese extravío (la alienación) son fuerzas subjetivas del ser humano. Fuerzas básicas humanas, líquidas por naturaleza, se petrifican. La violencia externa no puede imponer la alienación. Ningún esclavo comete las atrocidades que perpetra una tropa de asalto voluntaria, o que revela la indiferencia de una entidad bancaria al negarle préstamos al África Occidental. Los seres humanos alienados no reconocen como su propiedad el producto de su trabajo (por ejemplo, el de la historia). Su vida (el llamado trabajo muerto) está contenida en lo que producen. Pero ellos ven en sus productos valores ajenos a los que les atribuyen poder sobre sí.

69 «Salida de la alienación autoculpable.» Angelica Balabánova, revolucionaria rusa de 1905.[Salida de la alienación autoculpable] La alienación no es necesaria. La quiebran tanto la «atención penetrante» como la «pasión y tino». Toda emancipación trata de la «salida del ser humano de su alienación autoculpable».[Carisma] Alude al nimbo de una persona poderosa a la que se atribuye efecto sobrenatural. Max Weber, el descubridor de la objetividad y la racionalidad moderna (la ascesis, la psicofísica del trabajo industrial, los límites del conocimiento, la ética protestante), hizo de este concepto un polo de sus reflexiones a partir de 1910. Hoy el concepto, originalmente «inocente» (Hans-Ulrich Wehler), ha quedado solapado por el concepto de Führer en el Tercer Reich. Designa una disposición a obedecer que no se basa en interés o ratio sino en el hechizo de una persona a la que se le presume una influencia capaz de quebrar el poder de las realidades, una salida de lo meramente fáctico similar al viaje de Alejandro Magno y sus acompañantes a las extensiones del Oriente. Lo extraordinario del carácter carismático y la pirotecnia mental asociada a él fascina a Max Weber tanto como —en el polo opuesto— el moderno efecto masivo de la burocracia, la industria y la estandarización racional. Los polos se condicionan mutuamente.[Éxtasis heroico del elefante borracho] El tipo ideal del carismático encierra un fenómeno histórico y uno animal. Weber habla del «éxtasis heroico del elefante borracho». Al apuntar a un horizonte de gobierno carismático, Max Weber se gana sobre todo a personas jóvenes. La falta de precisión del concepto se pone de manifiesto en uno de los ejemplos de carisma que aporta Weber: en 1917 ve «líderes natos no tanto en el reichstag como en el actual director de las fábricas krupp, un antiguo político de las provincias orientales». Se trata de Alfred Hugenberg, que luego sería jefe del Deutschnationale Volkspartei, zar de la prensa y el cine, entró como ministro de Economía en el gabinete del carismático Hitler y al de un año ya había sido amortizado. Debo la referencia a Joachim Radkau: Max Weber. Die Leidenschaft des Denkens [La pasión de pensar], Múnich: Hanser 2005.[Acumulación de poder] El relato de la vida de grandes hombres implica ya desde Plutarco informar a la vez sobre el poder acumulado en torno a su persona. Si el poderoso envejece (o pierde su motivación o muere), el aparato de poder sigue viviendo aún algún tiempo («como con la cabeza cortada»). En ese punto sigue el relato de los diácodos, o sea de la división del reino, del censo de parásitos: el relato de la bancarrota del poder acumulado.[El poder como foco de conflictos] Michel Foucault niega que el poder pueda ser una forma de propiedad. En ninguna parte es estático o apilable. Es algo que se despliega y, sin dueño, se convierte en botín de terceros (si falta su autor o atractor). En este sentido, Foucault busca los efectos del poder «fuera del ámbito delimitado por la soberanía jurídica y por la institución del estado». Son los «micropoderes» y «luchas» los que generan el poder, es decir, un foco de conflictos.[Microfísica del poder] Para ejercer la soberanía no basta, según Foucault, con recaudar impuestos y llevar al cadalso a elementos rebeldes. La dinámica de la población, la capacidad para imponerse de pasiones, «biopolítica», «quiero vivir a cualquier precio», industrialización, potenciales que con el desmoronamiento de las industrias llenan los sujetos, forman redes infinitesimales. No operan en medio de la corriente específica (que posee equilibrios), sino mediante su efecto secundario sobre los ámbitos colindantes cuyo equilibrio perturban. Transformaciones mínimas se multiplican, inadvertidas al principio, y hacen que el poder tome otra dirección. Más bien resulta comparable a un monstruo, o sea al Leviatán, que a una «plataforma» o «máquina». Ejercen el poder en la comunidad política almas, niños, familias, hogares, empresas, parados, enfermos, lemas. Ver Michel Foucault: «Die Maschen der Macht» [Las mallas del poder], en: Schriften in vier Bänden. Dits et Ecrits, Band iv: 1980-1988, Frankfurt am Main: Suhrkamp 2005, pp. 297ss.[Modelo de la guerra] Según Foucault, «la política es la continuación de la guerra por otros medios»: no un conjunto de reglas, sino un duelo ampliado. Foucault invierte así la hipótesis de Clausewitz («La guerra es la continuación de la política por otros medios»).[Protego ergo sum] «Soy capaz de proteger, luego existo». Lo dice el soberano. Puede exigir de los ciudadanos propiedad y vida si ese es el requisito para que disfruten de su protección: delegación de autoridad de arriba a abajo. El soberano ordena en apariencia, en realidad le ha sido confiado un bien común. Si se malversa este o falla la protección, la autoridad se pierde. Esa es la legitimación del poder en el Estado territorial. Rige para reyes y parlamentos.[Ciencia de la policía69] «El auténtico objeto de la policía es el hombre.» Así lo formula la Polizeiwissenschaft, la ciencia de los cameralistas del siglo xviii. No se trata de las tareas de control y represión propias de una policía en el siglo xx, sino del brillo del estado, la felicidad de los ciudadanos. Soy capaz de promover, luego existo. Al estado le está permitido todo lo que no está expresamente prohibido.[Prusia-Antiprusia] El gobierno de última hora de la rda invierte la definición de autoridad del Estado: a los ciudadanos les está permitido todo lo que no está expresamente prohibido. La Mesa Redonda70 acoge esta frase como lema con rango constitucional.[«Poder tribunicio de los mares»] Un tribuno romano no tenía competencias administrativas. Tenía derecho a tomar la palabra en público para la defensa y la acusación. Disponía de un veto contra las leyes del senado. Los legendarios tribunos Graco (dos hermanos) murieron en el ejercicio de su cargo.Con respecto a la violación de los océanos, Michel Serres aplica de tal modo el derecho a veto tradicional que no sean querellantes en Nueva York o ongs, sino el propio poder de la naturaleza el que haga de tribuno y emita el interdicto contra los malhechores (el grupo bp, por ejemplo). ¡Que se vuelva a atrever la empresa con los mares![Las leyes de la naturaleza son el gobierno invisible de la tierra] En un suburbio de Boston, cuenta el físico Robert B. Laughlin, vivían doctorandos en física. Sus viviendas quedaban al final de una calle sin salida. Un día llegó desde el mar una tormenta de invierno que llenó de nieve la calle orientada al mar. Luego cambió la temperatura y llovió en cantidades tropicales. El fango de nieve y lluvia bloqueó las alcantarillas y seguía llenando la calle cuando hacia las tres de la mañana un frente frío proveniente de Canadá convirtió la masa, que no era ni sólida ni líquida, en una gruesa coraza de hielo. El ayuntamiento y los doctorandos que residían allí esperaron una semana al deshielo, que no quiso llegar. Quedó como una especie de cemento de hielo sucio y extremadamente peligroso hasta que se derritió en primavera.

70 Constelación de la ballena en la Uranographia de Johann Elert Bode. En la parte de abajo se reproducen aparatos.[Diferencia entre barbarie y estado natural] «Pero la devastación intelectual artificialmente producida cuando se transforma a personas inmaduras en meras máquinas para la producción de plusvalía [es] muy distinta a esa ignorancia natural que pone al espíritu en barbecho sin echar a perder su capacidad de desarrollo.» Apunte del diario de Theodor W. Adorno.[Tierra y trabajador] «Anticipación del futuro —en la producción de riqueza solo se da una auténtica anticipación con relación al trabajador y la tierra. En ambos […] puede anticiparse y devastarse el futuro realiter mediante el sobreesfuerzo y el agotamiento prematuros». Apunte en los cuadernos de Otto Ohlendorf71 en el Palacio de Justicia de Núremberg.[¿Qué significa «a la derecha del nacionalsocialismo»?] En el desfile de Bad Harzburg en 1931, el grueso de la derecha nacionalista se muestra a la derecha de los nacionalsocialistas. El uno de mayo de 1933, la cúpula nacionalsocialista invoca una especie de frente de izquierdas. El acento recae en nacionalsocialista. Esta línea (entre otras muchas) se corta el treinta de junio de 1934. En Halberstadt, la familia Klamroth, el Dr. Wischhusen, mis padres, el fiscal Genest, Alwine Steinrück (carnicera), el terrateniente Däneke, el fabricante Heine, están a la derecha de los nacionalsocialistas. Su dominio les parece pasajero, los desfiles plebeyos, rechazan la llamada cazuela los domingos y en vez de ello pagan un donativo. Quien está a la derecha de los nacionalsocialistas puede ingresar conforme a su posición social en las ss o en el nskk72, difícilmente en las sa. Tampoco sirve en la nsv73. Lo ideal sería la Reiterstaffel de las ss.

71 Ilustración: Burócrata político (según Max Weber) como homo volans.[Burócrata político] no es una expresión peyorativa en Max Weber. Se trata del carácter del planificador apasionado. Este tipo resulta consumido por la política, a la que dedica su vida y su idealidad. Como recuerda Dahrendorf, la palabra burocracia aún está intacta para Weber, el descubridor de la racionalidad gestora, o sea el gobierno objetivo desde una oficina. Designa una modern attitude.[Milagro en el Vaticano] El cardenal secretario de estado Waldemar, que desde hacía años sufría de hipo, pero siguió ejerciendo su cargo «con mano de hierro» y al final ya no era más que piel sobre los huesos ensacados —apenas un cuarto de hora antes de morir puso música de Beethoven en el tocadiscos—, aún fue después de sus últimas horas, días, semanas, objeto de un milagro. Su respiración se había apagado, las manchas negras que delatan la muerte física se formaban ya en su espalda (y si se lo giraba a un lado, también allí al cabo de un rato). Luz aplicada a sus ojos (dos linternas de dinamo) no causaba ninguna reacción de la pupila. Ya no tenía ni pulso ni calor —el enérgico príncipe de la Iglesia estaba clínicamente muerto. Pero al mismo tiempo su lengua seguía siendo milagrosamente capaz de hablar. «Ecce nubes lucida obumbravit». Y luego: «Scindite corda vestra». «Ne vacuata sit crux». Más de una vez los que lo rodeaban entendieron «Eccaeca». Y algo que les sonó importante: «Quid fiet hominibus qui minima contemnunt, majora non credunt…». Así eran interpretados los sonidos. En el espejo que le ponían ante la nariz y la boca ligeramente abierta no se apreciaban rastros de aliento; tampoco cuando el cadáver «hablaba». Cinco médicos de la curia intentaron extraerle sangre de la vena. Sin resultado. Le tiraron de los párpados. La piel se desprendía como una hoja. Un gran número de arzobispos escépticos se convenció por inspección visual de que se trataba de una especie de milagro. La lengua fue extraída quirúrgicamente, se la conservó en cristal. Ya el siguiente papa la llamaba el «alma de Waldemar».[Conducta desplazada en la política] Un perro corriendo que tiene que decidirse entre dos órdenes contradictorias no corrige su marcha, sino su dirección. Se llama desplazamiento. Dos días después del ataque a las Twin Towers del once de septiembre de 2001, frente a Nueva York apareció la flota de guerra de Hawai. Los testigos de época tuvieron la impresión de que la escuadra sorprendida antaño (en 1941) por la agresión japonesa acudía a proteger a la ciudad herida. Pero eran buques modernos los que flotaban frente a la costa. Suponían el intento de respuesta a la catástrofe más rápido que se le ocurrió al Pentágono. Desplazamiento significa: un reflejo descarrila. Lo cierto es que no había ningún recurso en la política de Estados Unidos que hubiese podido responder al ataque del once de septiembre. Solo la transferencia de la cuestión a Afganistán, o sea a otro mundo, permitió que entraran en acción las tropas.[La casualidad como factor político] En octubre de 1989, expertos estadounidenses seguían considerando posible una «solución china» (la represión violenta de la revuelta popular) en la rda. El punto de inflexión lo fecha Waltraud Grünbein, prima en segundo grado del poeta74, en el 8 de octubre. La tarde de ese día, un cordón policial dejó en el suelo sus escudos. Parecía una representación de ópera. El sorprendente gesto y el silencio que siguió al enmudecer los chorros aplacó los ánimos de los manifestantes. Ninguno de los responsables políticos había motivado este suceso. El jefe de distrito del partido, el futuro primer ministro Modrow, asistía a una representación de Fidelio en la Semperoper y estaba inalcanzable. El alcalde Berghofer recibía a una delegación de la iglesia evangélica —indispensable. Agentes secretos de civil que hacían guardia tras el cordón policial fueron por un momento incompetentes porque cambiaba su turno. Se bajaron los escudos por casualidad. También fue casualidad, escribe Waltraud Grünbein, que la ópera de Beethoven tuviera un efecto político-práctico directo.

72 La dirección china en el año 1989.[«Desprendimiento de la realidad de la política»] Berry Zischler, primo del actor y autor75, reclama en su artículo en el New York Times del veintinueve de diciembre de 2010 que «nos» (se refiere a los lectores americanos) instalemos de una vez en el siglo xxi. Hasta ahora «la mayoría de nosotros» habría creído que los acontecimientos desde 2001 serían «como un mal sueño», o sea pasajeros. Pero el siglo xx no vuelve. La impotencia de la política frente a las empresas y bolsas que actúan como Estados territoriales, la indignación de la gente (su ira y su desesperanza), expresada en nuevos movimientos religiosos, demostraría que la realidad se desprende del sistema de la política. La compañera de Zischler, que trabaja para el Washington Post, era de otra opinión. Redactó una réplica que apareció el dos de enero de 2011. Allí preguntaba: si la realidad se desprende de lo político, ¿qué es real en la realidad? La pareja compartía piso en Manhattan. Pasaron en armonía las Navidades y la Nochevieja —pese a su controversia.[Las uvas de la ira] «Desde que cerró la empresa en la que mi marido estuvo empleado veinte años aquí en Bremen, trabaja en la zona de Stuttgart. Nosotros, la familia, vivimos en Bremen, porque no podemos pagarnos la mudanza. No sabemos si nuestro matrimonio lo resistirá. En principio estoy de acuerdo con la Aktion Stuttgart 2176, también con la protesta contra los transportes de residuos nucleares, pero me gustaría algo más fuerte para expresarme de forma duradera. Ahora tengo que recoger a los niños del colegio. No dejo que me quiten la esperanza. Cordialmente Elfriede Willke, de soltera Handorf.»

73 Elfriede Willke, de soltera Handorf.[«You’re tough, I am tough / who will write our épitaphe?77»] El artículo de Nochevieja de Fritzi F. Hamilton en la edición neoyorquina de Spex comienza con ese lema. El subtítulo dice (traducido): «El retorno de lo político como partisano». El artículo contiene una previsión de la década de 2011 a 2020, vista desde la Nochevieja de 2010.[La indestructibilidad de lo político] La humanidad se había vuelto a extralimitar. Había embalado al gran mono en el interior del barco, esperando poder llevarlo desde África a Nueva York, donde querían exhibirlo en el circo o en una explanada. En cuanto llegue a la ciudad de las luces, el animal valdrá una fortuna, pero entremedio aún hay agua. El capitán tenía miedo. De momento todo seguía en calma. Las dos orquestas de a bordo tocaban. El hombre tenía mala conciencia. Junto a los salones del vapor pasaban icebergs. Parecía hacer frío bajo los bloques de hielo. Igual que las raíces, los icebergs tienen bordes de hielo que se extienden hacia abajo — y si el capitán no vela por su barco, esos cuchillos submarinos rajan la chapa y se hunde sin remedio en el fondo del mar. ¿Cómo ha de dominar su miedo el capitán? ¡Es una situación atroz, y aún falta por llegar la noche…!16° norte 88° oeste. Es la hora del gran poder de Kong. Qué fácil es destrozar este barco. No había sido construido para una fuerza de la naturaleza como él. Fuera relámpagos y tormenta. En el casco del barco, a esa hora, la naturaleza gigantesca. A popa revientan los cristales.

74 Taladro. Francis PicabiaReferenciasP. 48 Las partes textuales del diálogo con Thilo Sarrazin fueron grabadas en la Feria del Libro de Frankfurt en 2010. La versión completa de la charla fue emitida en el programa de la dctp «News & Stories» del 9 de enero de 2011 por sat 1.Pp. 110-117 Los relatos se basan en Jules Michelet: Geschichte der Französischen Revolution, revisión y edición de Friedrich M. Kircheisen, traducción del francés de Richard Kuhn, Viena, Hamburgo y Zürich: Gutenberg Verlag 1929.Pp. 130-132, 134, 140, 141 Ilustraciones de la colección de Stanley Kubrick para su película sobre Napoleón: Stanley Kubrick — The Napoleón Film: The greatest movie never made, Colonia: Taschen 2009.Pp. 167-171 Ilustraciones y parte de la exposición tomadas de Eva Maurer: Wege zum Pik Stalin. Sowjetische Alpinisten, 1928-1953, Zúrich: Chronos 2010.P. 154 Un treno nella notte del mondo. Cuadro de Aroldo Bonzagni del año 1915.Pp. 123, 151, 359 «Página doble con un apunte de G.W. Leibniz», «Triunfo de la arqueología prusiana en las pirámides» y «Constelación de la ballena» tomadas de: WeltWissen. 300 Jahre Wissenschaften in Berlin, editado por Jochen Hennig y Udo Andraschke, Múnich: Hirmer 2010.Pp. 285, 289, 348 Frank Scherschel / Time & Life Pictures / Getty Images.AgradecimientosA Zita Gottschling y Beata Wiggen, por su motivador trabajo preliminar para este libro. A Ute Fahlenbock, por su flexible y soberana puesta en práctica y también por su paciencia. Le debo gratitud muy especial a Wolfgang Kaußen, que me guió con mano segura en lo dramatúrgico y en lo logístico más allá de sus obligaciones como lector. A Thomas Combrink, gracias por la buena colaboración.

1 En Alemania, el jefe de Gobierno lleva el título de canciller, y la sede del Gobierno es la cancillería. (Todas las notas son del traductor salvo las marcadas con N.d.A., nota del autor).

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