Kitabı oku: «El sol de los ciegos», sayfa 2
a Jacqueline: ella es un ángel y siempre está conmigo.
Ese sol es el Misterio sobre el que fijan la mirada aquéllos que renovaron ya su corazón. A. P. A.
Taller
Vi cosas
que no se ven
y me revestí
de lo justo,
amando en carne
y en espíritu,
cual señales
de lo que aconteció
en mí.
Y más que
repetir palabras,
las lijé,
como un humilde
carpintero
en su taller.
La poesía alcanza
Digamos
que habitamos una tierra ardiente
llamada Poesía,
que también es Voz
y es fruta viva
y es tallo
que a diario la gente descubre
creciendo ante sus ojos
o sonando cual amoroso violín
cuyas notas ruedan
por el mundo,
ya hechas Palabras
para ser sol en nuestras vidas.
Digamos
que en el principio era la Poesía
y que ésta nos nutre
y nos alcanza,
así pasen dos lustros
o dos Milenios.
(a Hugo Muleiro)
Lo más oscuro
Lo más oscuro
es el ojo blanco
del ciego
y la miseria
que se abre paso
entre la gente
que a diario pisa
las calles
tronándoles el vientre.
Oscuro el corazón
si se muestra
cual granito
o el festejo
si el pan no abastece
muchas mesas.
Y oscuro
jugar a la vida
descolgados
de la rama
del Amor.
Año nuevo
La orquídea
que te ofrezco hoy,
brotó el año pasado,
princesa.
Es flor cuidada
en el invernadero
de mi corazón.
Acéptala.
No importa que otros
la estimen cosa
de instantes.
También
la aurora lo es,
pero renace siempre,
como el amor
que te entregué
el siglo pasado,
princesa.
Fama
(Fama Volat)
En su búsqueda
los hay astutos
y también ingenuos,
tan semejantes
en sus afanes
por el asedio de fans,
de flashes y elogios,
de pasarelas en la corte…
A tiempo supe
descreer de toda ganga.
Ah, pero si volvieran
Píndaro y Virgilio,
y anotaran mi nombre
entre sus versos…
Todo sucede
Quise ser
guardador de ejemplos
y,
aquí estoy,
a la intemperie,
pues así filtro
lo sagrado
al andar por sombras
de tanto misterio.
Otra cosa
es arder tramo a tramo,
ir entre los hombres
sin cal
y sin azufre.
Es difícil, pero
todo sucede.
Creación
Ningún
susurro de mujer
acompañó la deseante soledad
de mis días iniciales.
Ninguna costilla salía
de mi barro.
Entonces cayó una hoja
de exquisita fragancia
y en mi pecho
se hizo carne amantísima,
vibrante llama,
vena de transfusión para
siempre.
Luego empezó
la fecundación del hijo.
Te ensalivo,
mujer,
te amaso a mí.
Campo de refugiados
Y estos niños
¿qué combates perdieron
sin haberlos provocado?
Mujeres que sólo esperan
para enterrar a sus
criaturas.
Pues yo miraba ancianos
entre el polvo
o el barro de esos laberintos,
hombres enfermos
que ya ni cuentan lo que
han vivido.
Otra vez la gente
agolpándose en el centro
de mi corazón,
otra vez la humanidad
sin entonar su
mea culpa.
La nieve venía sobre mí
La nieve venía sobre mí,
incansable, hasta
ocultar las impurezas
de la tierra,
o lo verde que quedaba
de este invierno.
Y, antes que el frío
se adueñara del lugar,
de pronto brotó un
lirio blanco,
cual heraldo insorteable
de que no todo está
extinguido,
todavía.
Invocación
Hermano,
estés donde estés,
abre los puños
y que no vuelvan
las armas a tus manos,
que la lucha
no insista en acercar
distancias,
que sólo las palabras
se levanten y convenzan.
Que convenzan tus palabras,
no los golpes ni las
balas,
y que en ti se agigante
la benevolencia.
Soy, seré…
No importa que mi carne
sea derrotada.
Soy, siempre seré
en el espíritu,
pues llegué mucho antes
de mí mismo,
en lejano tiempo,
cuando los árboles eran
infinitos.
Es cierto que luego
fracasé en todo,
menos en el lenguaje que
aprendí ayer.
Daño menor es perder
el cuerpo. Mi espíritu tiene,
tendrá, su particular
vivencia.
Soy y seré el que pase
por el ojo de la aguja
con las pupilas
siempre alucinadas.
David
Lo tuyo
son cánticos esenciales
adheridos al alma
o al latido del corazón
redimido
al que ya no doblan
las pasiones.
Lo tuyo, David,
es víspera y es encuentro
con Dios,
amparo de un Amor
que convence,
como el que tiernamente
ahora me sostiene.
Lo tuyo
despeja mis oscuridades,
David.
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