Kitabı oku: «Si Es Amor», sayfa 2
“Quiero protegerte de ti misma.”, dijo Narissa.
Hannah cerró los ojos y sacudió la cabeza. Las cintas de su sombrero le hacían cosquillas en el pecho con el movimiento. “No necesito protección.”
Hannah empezaba a estar harta de que todo el mundo deseara protegerla- excepto ella. Ella sabía lo que hacía y los riesgos que corría. Eran riesgos que ella quería correr. Ella tenía un fuerte deseo de vivir u vida según sus términos y no podía entender por que todo el mundo quería entrometerse. Todo sería diferente si ellos fueran unos retrógrados lores y ladis, pero cada uno de ellos tenían su lado salvaje-
Seth fue un pícaro de renombre antes de sentar la cabeza con Narissa. Hananh conoció a Narissa cuando ella la invitó aun juego femenino infernal. Por no mencionar el hecho de que Narissa participaba en carreras de caballos masculinas. Además, ella la entrenó. Todo eso no era adecuado para una duquesa. Y Ramsbury… Hannah apretó los labios. Se iba a enterar de lo que vale un peine.
Narissa descanso una mano en el hombro de Hannah. “Eres joven y enérgica. No eres capaz de ver el peligro.”
“Siempre sopeso los riesgos antes de hacer algo.” Contratacó Hannah.
Narissa sonrió. “¿Nunca has deseado casarte?”
“No de manera inminente.” Dijo Hannah, entonces añadió rápidamente. “Y no a menos que me enamore.”
Chica lista su cuñada al cambiara de tema sin abandonarlo totalmente. Sin embargo, lo que Hannah opinaba sobre el asunto no había cambiado en absoluto.
“Reducirás enormemente tus posibilidades si por el camino te arruinas.” Narissa le dio unos golpecitos en el hombro a Hannah. “Solo quiero lo que es mejor para ti. Quizás en el futuro, deberías llevarte a Brooke o Katherine cuando te aventures por ahí. Así al menos no estarás sola.”
Hannah estaba quieta, su mirad estaba puesta en el árbol cerca de su balcón. Ella no podía creer lo que estaba viendo. “¿Qué demonios estaba pasando?” Ella tocó a Narissa con el codo. “Mira.”
Narissa miró al árbol y entonces de nuevo a Hannah. “Yo no…– “
“Por supuesto que no. Ha sido Ramsbury.” Hannah miró al hombre desde la distancia. Nunca debería de haber confiado en ese sinvergüenza.
Narissa se giró para mirar a los hombres. “¿Qué tiene Ramsbury que ver con todo esto?”
“Es un entrometido, eso es lo que es. Volvamos a la casa.” Hannah giró sobre sus talones y empezó a caminar a grandes zancadas hasta el porche. Ella no tenía ningún deseo de discutir con Ramsbury. No hasta que pudiera hacerlo cara a cara. No te equivoques. Ramsbury me las pagara por hacer que corten el árbol.
CAPÍTULO 3
Hannah contuvo el aliento antes de entrar en el salón. Lo ultimo que ella quería era entretener a un chivato. De todos modos, Lord Wayfair le esperaba y Hannah no tenía motivos para ser desagradable con el. Ella haría todo lo que pudiera por ser una anfitriona cortés y entonces una vez se hubiera marchado, ella se las vería con Ramsbury. Forzando una sonrisa en su rostro, ella caminó por la habitación hasta donde se encontraba Lord Wayfair. Cuando ella se detuvo, el le tomó la mano y le dio un beso en los nudillos. “Buenas tardes milord,” dijo Hannah.
El se puso recto, devolviendo la sonrisa. “Efectivamente lo son, milady.”
Hannah se soltó de la mano y miró alrededor del salón buscando el carrito de te que ella había ordenado traer cuando el mayordomo anunció la visita. La bandeja de te plateada descansaba sobre una mesa situada a lo largo de la pared más alejada de donde ellos se encontraban. Hannah volvió de nuevo su atención hacia Lord Wayfair. “¿Le apetecería una taza de te?”
El sonrió titubeando antes de decir, “Si, por favor.”
Hannah caminó por el salón hacia donde se descansaba la bandeja de te antes de girarse hacia el. “¿Te y azúcar?” preguntó ella.
Lord Wayfair asintió, “un terrón.”
Hannah sirvió dos tazas, entonces añadió leche y azúcar. Ella se giró hacia llevando una taza en cada mano, “¿A que debo el placer de su visita?” ella le ofreció una de las tazas y el la cogió.
Hannah se sentó en un sillón orejero mientras aguardaba su respuesta. El hombre la miraba fijamente. Ahí parado con una expresión extraña mirándola fijamente. “¿Qué diantres iba mal?” Hannah tragó saliva, obligándose a ser paciente mientras le subían un poco las pulsaciones del corazón. Ella arqueó una ceja.
“Lord Wayfair, ¿Ocurre algo?”
El sacudió la cabeza. “No, no todo anda bien.” Lord Wayfair apoyó la taza de te, y sus miradas se encontraron. “Al menos, eso espero.”
“Me temo que no le comprendo.” Hannah entrecerró los ojos, concentrándose, mientras intentaba descifrar el significado de sus palabras.
Lord Wayfair se acercó y capturó sus manos. “No hay nada que temer.” El les dio un apretón. “No lo estoy haciendo muy bien.”
El corazón de Hannah se golpeaba contra sus costillas. Dios mío, me va a pedir matrimonio. Ella se puso en pie e intentó liberar sus manos, pero el las tenía bien agarradas.
“Espera, no te sorprendas.” Dijo el.
“Hannah volvió a girar la cabeza para mirarle. “No estoy sorprendida. Es solo que no estoy preparada para esto.” Incluso si deseara casarse, Lord Wayfair no sería su elección. ¿Acaso habría hablado el con su hermano? La cara se le puso blanca de solo pensarlo.
El le dedicó una amplia sonrisa. “Lady Hannah, me gusta desde que la conocí. Me tiene usted cautivado y me divierte.
“Déjelo ya,” dijo Hannah con voz vacilante.
Lord Wayfair la miró cabizbajo. “Ya que he llegado hasta aquí, déjame terminar.”
Hannah apretó los ojos. “Desearía que no lo hiciera.”
“¿Entonces no se casará conmigo?” El le frotó el dorso el de sus manos en pequeños círculos. “No tema, estoy herido, pero no destrozado.
Hannah abrió los ojos, y liberó sus manos. “Lo siento. No estoy lista para tal compromiso.”
Lord Wayfair miró hacia la puerta del salón. “No se disculpe. No ha ocurrido nada malo. Seguiremos siendo amigos.”
“Si, amigos.” Hannah esbozó una débil sonrisa.
“Quizás algún día pueda cambiar de opinión.” Lord Wayfair colocó un dedo bajo su barbilla y le inclinó la cabeza para mirarla a los ojos.” Si es así. Allí estaré. Mi oferta sigue en pie.”
Hannah se forzó a si misma a aguantarle la mirada. “Gracias.”
Lord Wayfair dio un paso atrás y entonces se inclinó ante ella. “Que tenga un buen día.”
“Si,”, dijo Hannah asintiendo con la cabeza mientras dejaba escapar un suspiro y desaparecía por el recibidor. ¿A que diantres venía eso? Ella no tenía ningún motivo para creer que le gustaba a Lord Wayfair. El no la había cortejado de manera oficial. Ni le había mandado flores, notas o regalado ninguna baratija.
Ellos habían bailado varias veces junto y dado un paseo juntos en el picnic de la semana pasada. Ella tomó unos sorbos de su te. Lord Wayfair también se había sentado al lado suya en el musical de Tisdale.
Hannah dio unos golpecitos en su mandíbula. Ahora que lo pensaba, el lord le había estado prestando bastante atención. ¡Caray! ¿Cómo es que ella no se había dado cuenta?
Hananh dejó la taza de te en la bandeja. Ella necesitaba algo más fuerte que ese caliente brebaje. Algo que pudiera calmarle los nervios. Si, whisky sería perfecto. Ella iría al Fortuna por la tarde. Seth no pondría ninguna objeción, ya que Narissa era la dueña del club.
No es que a Hannah le importara demasiado lo que su hermano pudiera objetar, pero después de los últimos eventos ocurridos, ella se había propuesto no ser tan impulsiva. La propuesta de Lord Wayfair solo era un añadido más a su determinación por no enfadar a a Seth. Ella no deseaba provocarle a su hermano un infarto, o peor aún, darle un motivo para que la obligara a casarse.
No le haría ningún mal ser más respetuosa con su cordura y sus horas de sueño.
Además, el y Narissa no estaban equivocados. Hannah caminaba al filo de la navaja mas a menudo que no. Y por ahora, ella ya no tenía bastante de lo que preocuparse. Y Hannah no quería sentar la cabeza. Ella perfectamente podría no casarse. Y si ella alguna vez lo hacía, no permitiría que su estado le impidiera disfrutar de las cosas de las que ella disfrutaba.
Ella necesitaría un hombre que la quisiera lo suficiente como para comprenderla. Uno que compartiera su gusto por las aventuras y que le gustaran las cartas, y el juego. Un caballero que la tratara como a un igual, pero también alguien que la desafiara.
Ella sacudió la cabeza, convencida de que tal hombre no existía. Ella no estaba triste en lo más mínimo ante tal descubrimiento.
Hannah dobló la esquina, entonces entró en el gran vestíbulo. “Prepara mi caballo e informa a el señor que me he ido al Fortuna.”
Ahora mismo, miladi.” El mayordomo se inclinó ligeramente antes de darse la vuelta y darle la orden a un criado.
“Gracias.” Dijo Hannah antes de salir al porche a esperar. Ella bajó por la escaleras a la carretera de gravilla y miró las nubes que estaban formando Una bonita brisa le ponía hacia su crujir a su falda mientras ella observaba como las nubes blancas como el algodón se movían por el cielo cerúleo.
Con un poco de suerte, ella legaría al club antes de que empezara a llover. Sin embargo, a ella le gustaba este tiempo ya que hacía juego con su estado de animo y a Hannah siempre le había gustado la lluvia.
Ella montó su caballo y dejó la carretera de gravilla atrás con el viento azotándole la cara.
Durante el camino, ella adelantó a varios carruajes, incluso a varios jinetes, pero no aminoró el ritmo hasta que llegó al Fortuna. Hananh se bajó de su montura para caminar cuando ella se acercó al callejón de atrás de la tienda de vestidos de Madame Debroux. Ella miró a su alrededor para asegurarse de que nadie le había seguido. Entonces cambió de opinión y continuó cabalgando hasta la calle principal.
Después de atar su caballo, Hannah entró en la tienda de vestidos.
Josephine se sentaba tras un cercano mostrador, ojeando un libro de muestras. Ella levantó la cabeza del catalogo cuando Hannah entró.
“Hola, Josephine,” saludó Hannah.
“No te he visto hace tiempo.” Sonrió Josephine. “Supongo que no habrás venido a por un nuevo vestido.”
“No.” Hannah miró hacia el fondo de la habitación donde la puerta que llevaba a el Fortuna estaba disimulada. Ella normalmente entraba por la puerta trasera en el callejón, pero hoy era distinto. La ultima cosa que Hannah quería era guiar a otro hombre hasta el salón de juego de Narissa. Por lo tanto, ella optó por entrar por la tienda. Ella le sonrió a Josephine. “He pensado en usar la puerta principal hoy. Espero que no te importe.
“En lo más mínimo.” Josephine se levantó y rodeó el mostrador. “Hoy ha venido poca gente y ya casi es la hora que sustituya a Lady Broke. Creo que me uniré a ti, si no tienes ninguna objeción.
“Por supuesto que no.” Hannah le devolvió la sonrisa, entonces se dirigió a la puerta del club. “Imagino que Narissa no esta aquí.”
“Se pasó por aquí esta mañana, pero se marchó poco después.” Josephine contentaba mientras ella seguía a Hannah por la estrecha escalera.
Hannah había esperado poder relajarse en la oficina de Narissa con un vaso de whisky o dos, daba igual, ella sintió aliviada de que su cuñada no estuviera presente. Una partida de whist, y un trago, le servirían igualmente.
Por lo menos, Lady Brooke ni Josephine pondrían ninguna objeción a nada a lo que ella decidiera dedicarse. Eso no podría decirse de Narissa.
Su cuñada había dirigido el Fortuna durante cuatro años sin ayuda, pero desde que se casó con Seth, ella pasaba menos tiempo en el club. Josephine y Lady Broke hacían de manager en su lugar. Ambas eran antiguas miembros del club y buenas amigas de Narissa. Hannah era afortunada de poder decir que también eran amigas suyas.
El humor de Hannah mejoro en cuanto ella pisó el salón de juegos. Ella se giró hacia Josephine. “Necesito whisky, y luego me gustaría jugar una partida de whist si me acompañas”.
“Delicioso.” Josephine sonrió y entonces llamó con un movimiento de la mano a un sirviente que llevaba un carrito de color gris.
Momentos más tarde, Hannah daba un sorbo de un vaso de whisky saboreando la manera en la que le licor le quemaba las entrañas y la ponía de buen humor. Mientras bebía, ella examinó las mesas tapizadas de color verde buscando una partida.
“Ladi Brooke y Ladi Katherine están por allí.” Señaló Josephine con un gesto de la cabeza hacia una alejada esquina. “Quizás se unan a nosotras.”
“Desde luego,” dijo Hannah. Ella dio un trago a su vaso de whisky y se dirigió hacia la zona de juego. El Fortuna no estaba abarrotado de damas jugando, pero era de esperar debido a lo temprano que era. Mas hacia la tarde noche, todas las mesas estarían ocupadas si duda alguna.
Book llevaba un vaso en la mano cuando Hannah y Josephine se acercaron. “Llegas temprano.
Josephine devolvió el saludo sujetando su propio vaso en la mano. “Me cansé de jugar con las muestras y no tenía ninguna cita.” Ella le guiñó un ojo a Hannah. “Además, entonces llegó Hannah, y hacía tiempo que no nos veíamos.
“Ah, ¿sí?”, ¿Dónde te habías metido?
“no hace tanto tiempo, hace menos de quince días.” Hannah terminó se acabó lo que le quedaba del vaso de whisky. “Necesito una distracción. “¿Os importaría uniros a nosotras en una partida de whist?”
Brooke llamó con un gesto a un sirviente y entonces cogió un vaso de whisky lleno del carrito. “Una idea maravillosa.”
“Por supuesto.” Agregó Katherine.
Hannah tomo cogió también otro vaso, y entonces la guio hasta una mesa de cartas cercana. Broke se sentó enfrente de ella mientras Katherine acompañaba a Josephine. Las damas dabas sorbos a su whisky y charlaban sobre cosas intrascendentes mientras jugaban. La atención de Hannah permaneció clavada en la partida hasta que una palabras de Brooke llamaron su atención.
“Hoy va a haber una carrera de calesas.” Dijo Brooke mientras hojeaba sus cartas.
Eso captó el interés de Hannah quien se puso recta en la silla y se acercó un poco más a la mesa. Una carrera sería la distracción perfecta. Seth seguramente no lo aprobaría, pero si Brooke iba, entonces ella podría ir también.
“Es entre Lord Greener y Sir Halsey. El primero en doblar la curva hacia el otro lado de Londres gana.” Brook jugo con una carta de picas.
“¿Cuál es el premio?” preguntó Josephine.
Brooke sonrió. “La mano de Elise Redford.”
Katherine ladeo la cabeza, con los ojos abiertos como platos. “¿Lo sabe ella?”
“Me temo que no.” Brooke cogió el vaso de whisky. “De todas formas debe de ser un espectáculo digno de ver.”
“No es para todos los públicos.” Josephine levantó el vaso de whisky hasta sus labios y tomó un pequeño sorbo.
Hananh se cruzó la mirada con Brook, mientras ella golpeteaba la mesa con el tapete verde con los dedos. “¿Tienes planeado ir?”
“No me lo perdería por nada del mundo.” Book esbozó una picara sonrisa. “Aposté por Lord Greener, aunque me ha dicho que Sir Halsey es el favorito. Sospecho que ira mucha gente a la carrera teniendo en cuenta el enorme numero de apuestas.”
A Hannah se le iluminó la cara, la excitación le subió la moral. “Me gustaría ira también. ¿Puedo acompañaros?
“Por supuesto.” Brooke sacó una carta.
Hannah asintió con la cabeza y entonces volvió su atención hacia las cartas. Ella apenas podía decir quien ponía cuales cartas o si habían hecho trampas porque su mente ya estaba en la carrera. ¿Quién ganará? ¿Quién mas podría ir? ¿Iría el señor Ramsbury?
Un pequeño escalofrío le recorrió el cuerpo provocándole por momento una sensación de pánico al pensarlo. Ella tomó aire y entonces acabó el vaso de whisky. No importaba si era de una manera o de otra. Si el estaba presente, ella le echaría en cara el delatarla y hacer que cortaran el árbol. Y si el no estaba…bueno, pronto se verían las caras.
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