Kitabı oku: «Preparación para la maternidad: un compromiso de amor», sayfa 2
Técnica Olfativa: El feto conoce ampliamente el olor de su madre porque ha convivido en su vientre. Esta sensación que permite la identificación del rol filial, se refuerza al momento del contacto piel a piel y se optimiza evitando el uso de fragancias que evitan esa identificación. Por lo tanto, no están permitidos los olores del jabón, cremas de fragancias, ni mucho menos perfumes o colonias, porque interfieren en ese proceso (pp. 26-28).
El objetivo de la estimulación intrauterina es optimizar el potencial de cada feto y lograr su resiliencia. Los procesos educativos se logran a través de técnicas esenciales como la impregnación, la imitación, la identificación y la experimentación. La impregnación es por excelencia la técnica de educación prenatal, la cual se logra con repetición hasta constituirse en rutina. En el período prenatal la impregnación es máxima porque utiliza métodos celulares. El feto en el útero se impregna de todo lo que vive su madre (Beltrán, 1996).
Durante el tercer trimestre, la principal tarea de la madre es precisamente sentirse madre, con la pérdida de autonomía y control subsecuente. Los cambios en la rutina diaria a medida que el hijo se convierte en realidad son causa de estrés, lo mismo que la inminencia del parto y la crianza. En esta estrategia de intervención, para fortalecer el componente emocional-psicológico de la futura madre se considera realizar talleres de fortalecimiento de la autoestima y vinculación afectiva madre-hijo.
Para armonizar el ambiente y sanear la locación donde se realizan las sesiones se utiliza la aromaterapia por vía inhalatoria, que hará sus efectos a través de la difusión aérea o colocando entre dos y tres gotas en cada muñeca. La aromaterapia utilizada en las sesiones se realiza vía inhalatoria y consiste en respirar olores agradables que ayuden a la gestante a sentirse bien. La inhalación de aceites esenciales otorga beneficios corporales emocionales y mentales, ayudando a aliviar el estrés, la ansiedad, la depresión y la negatividad (Sheen, 2017). Con la aromaterapia se consigue la liberación de neurotransmisores y endorfinas, y la estimulación de las zonas cerebrales responsables de las sensaciones placenteras y el bienestar. Se utiliza aceite esencial de lavanda, de mandarina, de manzanilla entre otros (Werner, 2003).
La salud mental es primordial durante la gestación, de ahí que realizar intervenciones en este aspecto tiene logros significativos. En esta etapa de la vida se requiere básicamente fortalecer la autoestima involucrando tres aspectos fundamentales: el conocimiento situacional, el componente emocional y el análisis conductual. Como se trabaja desde el ser, sentir y hacer de la propia mujer, se proponen talleres que fortalezcan el autoconocimiento, el autoconcepto, la autoevaluación, la autoaceptación, el autorrespeto, la autorrealización y la toma de decisiones.
La autoestima es un constructo personal que se sitúa en el cuarto lugar de la pirámide de necesidades de Maslow y se edifica a partir de la satisfacción de las necesidades biológicas fundamentales, de la seguridad física y psicológica, y de las relaciones interpersonales duraderas y profundas. Solo la percepción de satisfacción de estas necesidades constituye la base para la construcción de la autoestima. Este tópico es importante en la gestación porque la mujer sufre muchos cambios que la llevan a minimizar su imagen ante sí misma y a disminuir su valía (Bleauregard, Bouffard y Duclos, 2005).
Como parte indispensable de la intervención a la gestante es importante realizar y enseñar actividades que propendan por la relajación. Para relajar a las gestantes se utiliza una técnica que alterne espacios de contracción y momentos de relajación, de tal forma que se consiga una sensación de que se ha aflojado tanto física como psicológica y emocionalmente, y, por tanto, aflora y aumenta la expresión emocional. La relajación es importante en la gestante porque el estado gestacional lleva implícito un estrés corporal y emocional, envuelta en una sensación de cansancio y pesadez que a su vez la hace percibir su cuerpo y las necesidades del embarazo con un temor constante sobre su propia capacidad para llevarlo a feliz término.
La relajación libera endorfinas, dopamina y serotonina con sus efectos en la sensación de bienestar, mientras que el estrés libera catecolaminas con el consecuente aumento de la presión arterial y de la frecuencia cardiaca. Niveles altos de estrés y de manera persistente obstaculizan la satisfacción de las necesidades del individuo y la capacidad de hacer frente al entorno, lo que se denomina distrés. Cuando el estrés es preparatorio, o estrés positivo, lleva al acondicionamiento físico, psicológico y emocional para el logro de un objetivo. Cuando el estrés es permanente, el cuerpo no logra el objetivo de dar respuesta a las necesidades del individuo y exigencias del entorno: se convierte en un distrés y acarrea fuertes repercusiones físicas en forma de enfermedad, emocionales en forma de sentimientos negativos hacia sí mismo o psicológicos en forma de miedos y fobias (Pintanel, 2005).
Controlar el estrés es beneficioso para el binomio madre-hijo porque favorece la perfusión útero-placentaria, tiene efectos neurobiológicos negativos y se relaciona con mayor probabilidad de patología en la vida extrauterina. De ahí la importancia de lograr un ambiente prenatal lo más tranquilo posible (Cáceres, Martínez-Aguayo, Arancibia, Sepúlveda, 2017).
Por otro lado, la reflexología podal tiene particular efecto sobre el embarazo. Los puntos reflexológicos garantizan repercusión directa sobre el órgano reflejado. Por eso, es importante realizar con delicadeza el masaje en las zonas que representan el útero. La reflexología en el embarazo es un arma efectiva para combatir la náusea, garantiza relajación interna y externa, disminuye el dolor de espalda y la aparición de varices, y mejora la irrigación y la oxigenación del feto (Storner, 2005).
Planeación de la intervención
—Se congregan un máximo de 12 gestantes en una locación donde haya espacio para colocar colchonetas y en donde se pueda acostar cada una de las gestantes.
—Se realiza una sesión semanal con una duración aproximada de tres horas.
—Se realizan ocho sesiones en total.
—Cada sesión tiene unas intervenciones comunes, es decir, que se repiten sin variar en cada sesión, y unas intervenciones que son específicas. Las intervenciones comunes son gimnasia prenatal, ejercicios de Kegel, sesión de relajación, reflexología podal para embarazadas y aromaterapia.
—Las sesiones consideradas específicas son un espacio educativo, un taller de estimulación prenatal y un taller de fomento de la autoestima.
—En las sesiones se incluyen gestantes entre 13 y 36 semanas con embarazo de bajo riesgo, inscritas en control prenatal.
—Las gestantes deben estar dispuestas a participar por lo menos en 6 de las 8 sesiones, para lo cual deben firman un consentimiento informado.
—A cada gestante se le instruye para que repita en su casa, hasta el final de su embarazo, los ejercicios y las sesiones de estimulación dos veces a la semana, haciendo menos énfasis en la estimulación visual.
Capítulo 2
Intervenciones comunes a todas las sesiones
Relajarse para disfrutar el embarazo
El grupo de gestantes puede estar de pie o puede sentarse si su condición así lo requiere. De todas formas, debe disponer de una silla para utilizarla en el momento en que lo requiera.
La persona que dirige la sesión va a impartir órdenes específicas:
—Cierre los ojos, realice tres inhalaciones profundas y expulse el aire por la boca.
—Con los ojos cerrados, mírese a usted misma durante un minuto. Vea su cara, su torso, sus brazos, sus piernas…
—Arrugue su frente y ojos y manténgalos así mientras yo cuento hasta cinco. Al término del conteo la gestante debe relajar las partes que había tensionado.
—Arrugue la boca y haga una trompa mientras demora el conteo hasta cinco. Luego suelte la tensión que había hecho y mantenga esta relajación mientras el conteo llega a cinco.
—Acerque sus hombros hacia el cuerpo y tensiónelos hasta que acabe el conteo por cinco segundos.
—Apriete toda el área de genitales y ano, y mantenga la presión durante los cinco segundos que contará el instructor.
—Sentada, tense todo el miembro inferior, sintiendo cómo se contraen los muslos y pantorrillas.
—Ahora inicie la parte de relajación: sentada, cuelgue sus piernas como si no pudiera sostenerlas y manténgalas así por cinco segundos.
—Rote hacia la izquierda y luego hacia la derecha cada tobillo por cinco veces en cada dirección.
—Levántese y rote la cadera hacia la izquierda y luego hacia la derecha como si estuviera bailando el hula-hula, por cinco veces en cada dirección. Debe tener una persona cerca que la sostenga en caso de inestabilidad.
—Rote los hombros en cinco oportunidades hacia la derecha y luego hacia la izquierda el mismo número de veces.
—Rote las muñecas en cinco oportunidades hacia la derecha y luego hacia la izquierda el mismo número de veces.
—Rote la cabeza en cinco oportunidades hacia la derecha y luego hacia la izquierda el mismo número de veces.
—Ahora acerque su cabeza a su hombro izquierdo; luego levántela y déjela erguida por un segundo y luego gírela hacia el hombro derecho. En cada ciclo, los movimientos hacia la derecha y hacia la izquierda deben estar separados por la cabeza erguida un segundo. Se hacen cinco movimientos alternativos hacia cada lado.
—Por último, haga una inspiración profunda al tiempo que va levantando los brazos hasta llegar a la altura del hombro, para luego exhalar pausadamente mientras va acercando los brazos al cuerpo. Este ciclo se repte cinco veces.
Fortalecer los músculos: condición indispensable en la preparación prenatal
Gimnasia prenatal
El ejercicio durante el embarazo ayuda a mantener el bienestar y el tono muscular de la madre, mejora su imagen, disminuye la náusea, favorece la función intestinal regular, aumenta la energía, mejora el sueño, alivia la tensión, ayuda a controlar el aumento de peso y facilita la recuperación en el posparto. Toda embarazada, así lleve un embarazo de alto riesgo, puede realizar ejercicio, teniendo siempre en cuenta que debe ser a su propio ritmo, y siempre que pueda mantener la respiración con normalidad mientras se ejercita y habla al mismo tiempo.
Si el ejercicio definitivamente no es posible, siempre queda la opción de la actividad física, por ejemplo, una caminata recreativa que se prolongue por ciento cuarenta minutos en la semana, siempre que mientras camine pueda concomitantemente hablar con un compañero. Se prefiere que el ejercicio regular se practique al menos tres veces por semana. Esto ayudará a reducir enfermedades como diabetes gestacional e hipertensión inducida por el embarazo.
Son muchos los cambios que ocurren durante la gestación. Los vasos sanguíneos y el corazón deben esforzarse para movilizar el aumento de la volemia, que se calcula en un 50 % por encima de la cifra basal; el ejercicio mejora la resistencia cardiovascular y aumenta los aportes de sangre y oxígeno hacia el feto (Wessels y Oellerich, 2016).
Por regla general, la gestante debe respetar las siguientes reglas:
•Hacer ejercicio siempre que pueda hablar con normalidad mientras los esté realizando. Esto se conoce como “test del habla” (Wessels y Oellerich, 2016).
•Realizar ejercicio mínimo tres veces a la semana.
•Usar calzado cómodo y con suela antideslizante.
•Si va a hacer ejercicios en decúbito supino, estos no pueden extenderse más allá de un minuto. Cuando terminen, variar la posición lentamente: primero sentarse y, cuando se normalice la respiración, levantarse. Al evitar la posición en decúbito supino se evita el síndrome de compresión de la vena cava.
Como se ve en la figura 1, la gestante debe colocarse en cuclillas, con las plantas de los pies completamente apoyadas sobre el suelo, la espalda ligeramente echada hacia adelante, dejando en vecindad el abdomen globoso con tórax y abdomen, mientras los codos se acercan a las rodillas y las palmas de las manos se juntan en posición de oración. Sentirá un estirón en los músculos gemelos. Esta es la misma posición que debe tener la gestante para levantar objetos del piso.
Figura 1. Elongación de pantorrilla y cadera

Fuente: elaboración propia.
La figura 2 muestra a la gestante acostada, con los brazos flexionados, las manos entrelazadas en la nuca y la cabeza levantada 30°, mirando hacia la pierna derecha. Esta pierna derecha está cruzada por encima de la rodilla de la pierna izquierda, y el pie tocando el suelo. La pierna izquierda está estirada. Este ejercicio fortalece la musculatura abdominal, necesaria para lograr un pujo fuerte durante el trabajo de parto.
Figura 2. Fortalecimiento abdominal

Fuente: elaboración propia.
Como muestra en la figura 3, la gestante está en cuclillas, con los pies completamente apoyados en el suelo, la espalda lo más recta posible y las manos con los dedos entrecruzados, haciendo fuerza de oposición. En esta posición la gestante debe contraer los músculos de la pelvis, mantener la contracción unos segundos y luego relajar. Para que la embarazada tenga claro dónde hacer la fuerza de contracción, se le dice que contraiga de la misma forma que lo haría si quisiera detener la salida del chorro de orina.
Figura 3. Elongación de la musculatura pelviana

Fuente: elaboración propia.
Para fortalecer los músculos de la columna dorsal y lumbar, la gestante puede hacer este ejercicio ilustrado en la figura 4. Inicia estando en decúbito supino, con los brazos estirados, las rodillas flexionadas y la planta del pie completamente apoyada en el suelo. El segundo paso consiste en levantar la cadera del suelo hasta la altura que le sea posible y mantenerse por diez segundos. Después, bajar la cadera, descansar dos segundos y levantar nuevamente durante diez segundos.
Figura 4. Fortalecimiento dorsal y lumbar

Fuente: elaboración propia.
La gestante con la espalda recta, apoyada en la pared, las manos sobre la rodilla o sosteniendo el muslo por debajo hasta traer la pierna flexionada lo más fuerte posible hacia el abdomen, debe ensayar el pujo, concentrándose en hacer fuerza en la parte inferior de la pelvis, realizando la misma fuerza que se realiza durante la defecación (Figura 5).
Figura 5. Práctica del pujo

Fuente: elaboración propia.
La gestación conlleva un aumento de peso en la parte anterior del cuerpo y para contrarrestarlo se originan cambios adaptativos en los que la columna lumbar genera lordosis fisiológica que, sumada al punto de gravedad tan anterior, provoca dolor de espalda. Para combatirlo se aconsejan los ejercicios de relajación de la espalda, como muestra la figura 6, manteniendo una posición con las palmas de las manos y las rodillas sobre el suelo, y el cuerpo arqueado en movimientos alternativos: primero haciendo una convexidad de la espalda sostenida por unos segundos, seguida de una concavidad igualmente sostenida por unos segundos. Esto se hace en sesiones de diez ejercicios, ojalá diariamente.
Figura 6. Relajación de la espalda


Fuente: elaboración propia.
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