Kitabı oku: «Experiencias y retos en supervisión clínica sistémica»
Moncada Torres, Luz Marina
Experiencias y retos en supervisión clínica sistémica / Luz Marina Moncada Torres [y otros nueve autores] ; Editora académica, Angie Paola Román Cárdenas, Bogotá: Ediciones USTA, 2020.
253 páginas; ilustraciones y gráficos
Incluye índice de autores y referencias bibliográficas
ISBN: 978-958-782-341-7
E-ISBN: 978-958-782-342-4
1.Psicoterapia familiar. -- Dinámica familiar 2. Psicología clínica 3. Terapia sistémica 4. Psicoterapia breve – Psicoanálisis 5. Cambio (terapia sistémica) I. Universidad Santo Tomás (Colombia).
CDD 616.981
CO-BoUST
© Angie Paola Román Cárdenas, editora académica, 2020
© Luz Marina Moncada Torres, Juan Carlos Fonseca Fonseca, Mariana Andrea Pinillos Guzmán, Claudia Johana López Rodríguez, Rosa Elena Duque García, Dora Isabel Garzón De Laverde, Angie Paola Román Cárdenas, Julio Abel Niño Rojas, Diana Laverde Gallego, Carlos Alberto Cuevas Ramírez, autores, 2020
© Universidad Santo Tomás, 2020
Ediciones USTA
Bogotá, D. C., Colombia
Carrera 9 n.° 51-11
Teléfono: (+571) 587 8797, ext. 2991
Corrección de estilo: Alejandro Molina Osorno
Diagramación y diseño de cubierta: lacentraldediseno.com
Impresión: DGP Editores S.A.S.
Conversión a ePub
Mákina Editorial
Hecho el depósito que establece la ley
ISBN: 978-958-782-341-7
E-ISBN: 978-958-782-342-4
Primera edición, 2020
Esta obra tiene una versión de acceso abierto disponible en el Repositorio Institucional de la Universidad Santo Tomás: https://repository.usta.edu.co/
Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra, por cualquier medio, sin la autorización expresa del titular de los derechos.
Contenido
Presentación
El libro Experiencias y retos en supervisión clínica sistémica busca articular un nuevo material al currículo formativo que propicie espacios de reflexión en torno a la labor del psicólogo clínico, en los contextos de supervisión del programa de Psicología y de la Maestría en Psicología Clínica y de la Familia de la Universidad Santo Tomás. El documento recopila diferentes capítulos, basados en reflexiones autorreferenciales y experiencia vivida como formadoras de terapeutas y clínicos en los espacios de supervisión. Se abordarán temas como las estrategias didácticas para la formación y la comprensión que facilitan las diferentes herramientas en el ejercicio práctico, las cuales, de forma auto y heterorreferencial, permiten la construcción de novedades adaptativas y comprender la complejidad personal, sistémica y ecológica en los diferentes niveles de intervención.
Con estos textos se busca acompañar los procesos de formación de los terapeutas, desde el manejo de técnicas y estrategias propias del método reflexivo en un modelo de investigación/intervención clínica. Al mismo tiempo se pretende llegar a comprender la persona del terapeuta y la del supervisor en una conversación ética y estética en el ejercicio formativo, recursivo y reflexivo de clínicos, lo que permite una transformación importante en la evolución isomórfica de los sistemas terapéuticos.
Esta contribución académica tiene la finalidad de mostrar los avances en la comprensión de los procesos de investigación/intervención en supervisión, con base en las experiencias de los docentes-supervisores en el área clínica sistémica del pregrado en Psicología y de la Maestría en Psicología Clínica y de la Familia de la Universidad Santo Tomás. Se busca, a su vez, reconocer la supervisión clínica como un espacio de acompañamiento en la formación continua de todos sus participantes y como una oportunidad para generar conocimiento mediante el método reflexivo, que no solo permite la transformación de los sistemas terapéuticos, sino también la posibilidad de reflexionar sobre los modos de operar en las prácticas profesionales en psicología clínica —de pregrado y maestría— y de innovar pedagógicamente para responder a las nuevas demandas y exigencias en el ámbito de la salud mental en nuestra sociedad.
De acuerdo con estas iniciativas, se pretende, entonces, articular los currículos de pregrado y maestría mediante la presentación de un material de consulta actualizado y transversal para los espacios de prácticas supervisadas. Así mismo, se busca que este trabajo sirva para la consulta de profesionales y estudiantes de otros programas universitarios encargados de la formación clínica, además de colegas que mantengan una curiosidad auténtica en el ejercicio del quehacer en el ámbito clínico, desde una perspectiva sistémica y compleja.
La estructura del libro se organiza por medio de una danza, cuya lógica de movimientos conversa con las propuestas paradigmáticas. Dicha danza “encuentra” al equipo entero en la conversación para la construcción colectiva del capítulo introductorio, lo “separa” para la articulación de capítulos basados en las experiencias de cada autor y lo vuelve a encontrar en una conclusión. Así, este movimiento se constituye en una metáfora estética que permite comprender los movimientos recursivos entre la convergencia y la divergencia, que dan cuenta de esa construcción colectiva de segundo orden. En la introducción, el ejercicio conversacional permite disertar alrededor del marco epistemológico y paradigmático que encuadra el modelo de investigación/ intervención y el método reflexivo, con lo que deja el preámbulo para el desarrollo de cada capítulo.
Posteriormente, la estructura se divide en tres partes, cada una con tres capítulos en los que cada autor presenta, de acuerdo con sus experiencias y la persona del supervisor, su apuesta y reflexiones alrededor de un tema de particular interés. La primera parte contiene los capítulos que tratan asuntos centrales alrededor de la persona del terapeuta. Se enfoca en comprender la formación integral del clínico sistémico, que trasciende la simple formación conceptual y busca la encarnación epistemológica y paradigmática para la vivencia del modelo, así como los dilemas y retos que presentan en el ejercicio de la formación clínica y las posibilidades que emergen en el equipo de supervisión basadas en las experiencias construidas en dicho escenario. La segunda parte, correspondiente al método clínico sistémico, contiene los capítulos cuyas reflexiones y experiencias docentes y clínicas giran alrededor de la comprensión del método reflexivo, de su complejidad para la construcción de diálogos generativos y de la auto- y la heterorreferencia en el ejercicio investigativo/interventivo propio de los paradigmas de trabajo —sistémico, ecológico, constructivista, construccionista y complejo—. Por último, la tercera parte recopila las contribuciones de docentes que presentan el ejercicio de la supervisión en diversos campos y contextos de abordaje clínico, lo que muestra las posibilidades de intervención diversas del contexto de la psicoterapia. Estos temas comprenden la complejidad y riqueza alrededor de los escenarios de supervisión, y llevan a conclusiones que exponen cómo dichos escenarios pueden permitir niveles de aprendizaje transversales al currículo formativo, pero a su vez en los estilos personales de los supervisores y de los sistemas humanos que se construyen en la relación clínica.
Para terminar, los autores se vuelven a encontrar en un capítulo de cierre, que presenta las conclusiones alrededor de las reflexiones y las apuestas que se exponen de manera generativa como plataforma, para dar cuenta de los retos y las aperturas que invitan a la continua confrontación y reinvención del ejercicio de la supervisión y de la persona del supervisor en la formación de clínicos sistémicos.
Una de las cosas que más enorgullece al equipo de presentar esta contribución académica es que muestra el resultado de una conversación que surgió en uno de los comités docentes de la Maestría en Psicología Clínica y de la Familia, en la que emergió el interés auténtico de divulgar algunos temas que nacen en el proceso de supervisión, pensando en la importancia de plasmar la riqueza de argumentos que se tratan en este escenario formativo y reflexivo, que permite interiorizar en las prácticas profesionales los conceptos propios del paradigma. Así, el equipo comienza a alimentar esta idea con el entusiasmo de poder hablar según cada experiencia particular, validando así uno de los principios del enfoque: el de la conversación de múltiples saberes, encontrando las voces desde la experiencia, la curiosidad particular y la experticia de los docentes que han construido historia en la Facultad de Psicología y en la Maestría en Psicología Clínica y de la Familia de la Universidad Santo Tomás. A su vez, presenta las voces de quienes heredan tan valioso legado de los pioneros de este enfoque en nuestro país. Este libro implica un reconocimiento del legado académico generacional que dejan maestros como Ángela Hernández, Jairo Estupiñán, Nelson Bruno, Adrián Serna, Dora Isabel Garzón, María Cristina Riveros, Orlando González, Diana Rodríguez, Julio Abel Niño, entre otros, y asimismo muestra las nuevas voces que le apuestan a esta perspectiva para continuar en la construcción de la historia de la psicología clínica sistémica, ecológica y compleja.
Este trabajo da paso para continuar compartiendo con la comunidad académica los temas que emergen y que pueden convocar a la reflexión sobre el ejercicio clínico en nuestra sociedad. No me queda más que agradecer a mi equipo de colegas por secundar mi iniciativa y por confiar en mí para la compilación y edición académica del presente trabajo. Es muy valioso para mí sentirme acogida en el poco tiempo que llevo formando parte de tan enriquecedor equipo de trabajo, por lo que el asumir esta tarea, si bien me llena de orgullo, representa también un gran reto: el de vivir con humildad, amor y congruencia lo que se aporta diariamente en la co-construcción frente a la reinvención continua del ejercicio como terapeutas, docentes, investigadores y supervisores clínicos sistémicos. Que este pretexto quede siempre abierto para que esta no sea la última palabra alrededor del argumento y que en la conversación con cada lector, este pueda sentirse identificado en la convergencia, en la divergencia, en la confrontación y en la trazabilidad de nuevas distinciones que estimulen su ser como psicólogo clínico sistémico.
ANGIE PAOLA ROMÁN CÁRDENAS
Docente de la Maestría en Psicología Clínica y de la Familia
Editora académica
Prólogo
El texto que ustedes tienen en sus manos es un libro de creación colectiva. A la hora de escribirlo ameritó vivir cada palabra, cada idea, cada contexto y cada historia narrada en sus diferentes capítulos. Todo pensamiento esbozado fue dando tránsito a un horizonte que proyecta la Facultad de Psicología y la Maestría en Psicología Clínica y de la Familia de la Universidad Santo Tomás.
Un libro requiere gestarse durante la experiencia vivida, encarnar en la escritura lo que se ha co-creado en la formación con otros y para otros. Permite recoger la experiencia de docentes supervisores que han estructurado el camino de su formación en construcción permanente con el otro.
En el libro Experiencias y retos en supervisión clínica sistémica, se recogen las historias vividas y narradas durante más de cuarenta años del programa de Psicología, con el propósito de transferir a los estudiantes, con interés clínico, y a los profesionales posgraduales las construcciones del programa en torno a la formación de terapeutas familiares y clínicos. De este modo, se les permite comprender el campo de la salud mental como una posibilidad de transformación social. Crea articuladamente principios y aplicaciones en contextos de formación de terapeutas familiares y consultores en el campo de los sistemas humanos. Así, se evocan principios paradigmáticos, epistemológicos, pedagógicos, investigativos y de supervisión, en los que han participado docentes, investigadores, estudiantes, instituciones y familias. Sumado a lo anterior, se conecta con el tránsito generacional que se apropia de cada palabra, cada significado, cada escrito, siendo este el resultado de la evolución de un programa en donde todos sus autores se permitieron comprender una nueva forma de construir, transformar y formar terapeutas familiares como respuesta a los intereses investigativos, interventivos y personales.
Finalmente, quiero con estas palabras de felicitación exaltar a los docentes, supervisores y colegas clínicos del programa de Maestría en Psicología Clínica y de la Familia, por su compromiso y dedicación en el diseño y elaboración de este texto. Les manifiesto a todos los lectores que en esta obra encontrarán un legado de conocimiento que implica la transformación constante de nuestras propias vidas, como resultado del compromiso que se tiene en la calidad de formación de terapeutas clínicos desde un paradigma sistémico complejo.
LUZ MARINA MONCADA TORRES
Directora de la Maestría en Psicología Clínica y de la Familia,
Universidad Santo Tomás
Introducción
Converger en la divergencia: la propuesta epistemológica y paradigmática en la conversación con las experiencias en supervisión clínica sistémica
Esta introducción contextualiza lo que se quiere reflejar en los diferentes capítulos del libro. Surge tras la conversación de los autores como método reflexivo, que es característico en el modelo de investigación/intervención y en los paradigmas sistémico, complejo, constructivista y construccionista. Los autores de este texto, en un encuentro de colegas, desarrollan sus comprensiones y las articulan al propósito del libro. Para ello generan un escenario conversacional reflexivo en el que retoman referentes de otros autores en sus ideas centrales, sin la pretensión de hacer mención literal de ellas, pero conectándolas con sus propias comprensiones y experiencias profesionales como supervisores.
El libro se desarrolla a la luz de tres argumentos orientadores que van en relación con lo propuesto por cada autor, reconociendo la particularidad y el estilo de la persona del supervisor, y, a su vez, en relación con los ejes transversales del modelo. De esta forma se fortalece la convergencia en la divergencia y en el reconocimiento de las particularidades que enriquecen la propuesta desde la experiencia profesional y personal de cada autor, en conexión con la identidad y con la historia de la escuela de la Maestría en Psicología Clínica y de la Familia de la Universidad Santo Tomás.
La base epistemológica y paradigmática que fundamenta el ejercicio de supervisión clínica sistémica
Si se piensa en la clínica sistémica, reconociendo específicamente los avances en la Maestría en Psicología Clínica y de la Familia, se valora el orden de recursión de los sistemas observantes, que en relación con los ejercicios de supervisión invita a la persona a ponerse en juego como observadora de sus observaciones. En esta medida hay un gran aporte al modelo de supervisión desde esta base epistemológica definitivamente no presente en los modelos de supervisión clásicos, ni en otros enfoques o perspectivas. Esto le da un orden diferente a la clínica sistémica.
La puntuación está tanto en el orden epistemológico desde el cual se está dando cuenta y desde todo lo que implica el marco paradigmático que permite esa construcción del conocimiento, en donde no hay nada que ya esté dicho, todo está para construirse permanentemente. Por tal razón, se trabaja la supervisión de esta manera, pues los actores se cuestionan constantemente cómo se puede crear conocimiento respecto a los fenómenos humanos, a los clínicos y al ser humano que emerge en cada una de las experiencias. Este es el fundamento que justifica toda la propuesta en el escenario de supervisión; es lo que realmente nutre y aporta en particular desde esta perspectiva.
El escenario de supervisión, enmarcado dentro de una propuesta de segundo orden, permite desarrollar los principios operadores como la autorreferencia, la reflexividad y la circularidad, en coherencia con la base epistemológica de la recursión entre investigación e intervención. Esto permite la emergencia del observador en lo observado y el reconocimiento del espacio de supervisión como un escenario que se relaciona también de acuerdo con el énfasis formativo en los terapeutas. Desde un énfasis investigativo, el modelo de investigación/intervención se relacionará mayormente con la redefinición de fenómenos humanos, y desde el énfasis de profundización, el lente estará centrado sobre todo en la redefinición de los motivos de consulta, relacionados con un dominio clínico y con la redefinición de fenómenos.
Reconocer la supervisión como un escenario que les compete a los terapeutas en formación, al equipo, al supervisor y a los sistemas consultantes convocados podría parecer un espacio muy cerrado. Sin embargo, los principios epistemológicos, paradigmáticos y metodológicos configuran un espacio en el cual siempre está el diálogo con la realidad social y con los sistemas amplios que complejizan también el ejercicio. El contexto de la supervisión clínica sistémica lleva a pensar en el concepto de familia, que se está creando y recreando constantemente en el encuentro, respondiendo también a la realidad social. Es decir, el conocimiento no es un conocimiento aislado, extraño o alejado a una realidad, sino que responde a las formas de conocimiento y a lo que está sucediendo en el país, por ejemplo, reconociendo la importancia de pensar en ese interjuego entre el clínico y la realidad social.
Este aspecto fundamental reconoce el contexto de la supervisión como un escenario creativo que se configura según las múltiples posibilidades. Por eso no existe nada que tenga que cumplirse de una manera determinada, ya que, aunque se tenga un modelo, en realidad no se manejan protocolos que deban cumplirse exactamente igual para comprender o para crear. Resulta fundamental la creación permanente que requiere de todos los actores cuando se habla de investigación/intervención y de supervisión clínica sistémica. Esto permite reconocerlas como una experiencia movilizadora que ubica a la persona en una postura de gran expectativa y de gran gusto, no solo por la novedad en el conocimiento de las teorías, sino también por el conocimiento del ser humano y esa parte humana; da la posibilidad de trabajar la investigación/intervención en el escenario de supervisión, lo cual se construye en el reconocimiento que posibilita la permanente exposición como sujeto para construir auténticamente con el otro.
Lo anterior, en relación con la perspectiva compleja, se piensa en la hipótesis de la supervisión como sistema complejo adaptativo, lo que implica reconocer y pensar al escenario de supervisión como sistema complejo; es precisamente el legitimar al conocimiento como una producción ecológica que plantea una invención no racional de conceptos sino más bien de posibilidades adaptativas. El conocimiento trasciende la ecología de la supervisión y está destinado a una invención pragmática para construir el cambio de los mismos sistemas consultantes en sus propias ecologías, y presenta a su vez un impacto ecológico de los mismos arreglos pedagógicos que se construyen para la formación reflexiva de psicoterapeutas en el entero equipo de supervisión.
Desde esta misma hipótesis del conocimiento, como eso que los sistemas vivos saben hacer no para crecer solo intelectualmente sino para sobrevivir, se puede reconocer que el conocimiento no es una producción superior, sino más bien una producción integrada contextual que sirve básicamente para la supervivencia. Entonces el sentido del conocimiento, en este orden de ideas, es el de preservar la vida, pero la vida no se puede preservar con el mismo arreglo que produjo el problema o dilema que llevó al consultante a asistir al proceso clínico, sino que se preserva con plus de invención. En otras palabras, es necesario crear un orden de relaciones en un nivel lógico superior al nivel lógico en el que se creó el problema. Hay que incrementar la complejidad y esto es posible cuando se transforman o se incrementan las posibilidades de conexión ecológica de los consultantes con sus entornos en lógica generativa. La producción de conocimiento que se crea en los sistemas de supervisión está dirigida hacia la invención que les permite a los sistemas avanzar hacia lo posible, pero teniendo en cuenta eso posible como lo impensado —retomando el tema de la creación—; no es predeterminado, sino que, en lugar de ello, permite un avance colectivo y ecológico hacia la invención, lo cual permitirá preservar la vida al ubicarse en un nivel lógico distinto.
Esos procesos de coevolución vividos, creados, narrados, se configuran en ese pequeño espacio, reconocido como un espacio íntimo donde todos tendrían la posibilidad de crecer. Es el escenario donde se puede crear mayor posibilidad de sobrevivir, pero además les permite crear aquello que sea posible y también realizable. Pakman menciona que uno no se puede quedar solamente en ese lenguaje de la palabra que se dice, sino aquello que es lo no dicho, lo que está en un orden tan simbólico y tan inexplicable para la conciencia humana, que en realidad no se sabe todo lo que va a emerger. Por otro lado, los órdenes de esta evolución conjunta son infinitos. Cada ser humano puede emerger de una manera totalmente diferente, en la que como terapeuta no se puede medir sino cuando se vive y se tiene un grado de observación y un equipo que permiten crear unos órdenes de coevolución en la complejidad creciente de los sistemas.
Reconociendo lo posible y lo realizable como lo plausible para cada sistema, y en línea con lo que mencionan Maturana y Varela sobre los cierres y las aperturas, cabe la pregunta: ¿hasta qué punto en cierto momento un sistema puede avanzar? Hasta el punto en el que puede asimilar la diversidad que produjo. Ahí habrá un momento de cierre para asimilar esa diversidad y uno para volver a abrirse, para no quedarse rígido en el cambio que logró en ese momento y en el nivel de complejidad logrado. El conocimiento se presenta igualmente como adaptación y la adaptación como ese incremento de la complejidad necesaria para lograr ese movimiento coevolutivo y ese arreglo contextual de los sistemas a la demanda que genera el dilema presente.
Los procesos coevolutivos se construyen no solo desde los mismos terapeutas en formación, sino también desde los supervisores, y resultan ser un escenario creativo y ecológico que conversa no solamente con las realidades que están en el encuentro del escenario de supervisión, sino también con la misma realidad de la formación que se da en la Maestría en Psicología Clínica y de la Familia y en el programa de pregrado en Psicología, donde se crean contextos de supervisión con intenciones de formar en comprensiones clínicas relacionales. Dicho escenario comienza a converger también con lo que se construye en los seminarios clínicos y en los de investigación, que estarían conversando también con el escenario de supervisión, donde lo conversado, desde el reconocimiento de los principios epistemológicos y paradigmáticos, la redefinición de los motivos de consulta, la comprensión de la psicopatología con una perspectiva sistémica y compleja, hasta el reconocimiento de la ecología en el ejercicio clínico, es luego interiorizado en un escenario de supervisión. Esto le permite el posicionamiento tras reconocer las posibilidades emergentes y creativas. Además, en el escenario de la supervisión que se realiza en el programa de pregrado se anclan los conocimientos previos desarrollados en los espacios académicos que se relacionan con la comprensión del enfoque sistémico, la profundización en clínica y sus experiencias en la extensión de aula.
Esto muestra que lo ecológico y lo creativo no solo implican la identificación de los sistemas amplios externos, sino que además, desde esta propuesta, buscan una participación de esa ecología incluso entre los supervisores, los seminarios y las profundizaciones, en cada uno de los escenarios formativos. Eso permite también niveles de complejidad que invitan a los supervisores y a la comunidad académica a converger en cada uno de los escenarios formativos, en esta ocasión, convocando la discusión en el escenario de supervisión.
La complejidad en el ejercicio de supervisión clínica sistémica requiere un trabajo en la persona del supervisor, lo cual tiene muchas exigencias; en primera medida, en el reconocimiento de la ignorancia, en el que es imposible tener todo el conocimiento, dado que se está en un continuo aprendizaje. Dicha postura, que se dirige hacia la humildad en el reconocimiento de la riqueza del pensamiento divergente, en la que se puede actuar con libertad, teje lo más loable de este ejercicio: la construcción en el bienestar humano y ecológico. Este ejercicio necesita la ayuda del supervisor en su ser, que puede reconocerse en todos sus órdenes de la subjetividad humana, lo que da la posibilidad de crecer en un proceso de creación ecológico y complejo.
Lo anterior lleva a conectar el discurso con los distintos niveles de observación que coexisten en el escenario de supervisión. Cuando se presentan casos en vivo, el supervisor está atento a los procesos de cambio de los sistemas observantes, para diseñar con el equipo de terapeutas y psicólogos en formación, la construcción del estilo de intervenir. Sin embargo, ¿cómo se puede dar cuenta de los puntos ciegos como psicólogos y como supervisores? Pues se generan procesos autorreferenciales y autorreflexivos con los estudiantes para dar cuenta de sus versiones potenciales en la lectura de los casos y, a su vez, para dar cuenta del posicionamiento del supervisor, lo que facilita los niveles relacionales horizontales y la construcción conjunta de conocimiento. El supervisor se posiciona en la encarnación y en la vivencia del ejercicio de supervisión, con lo cual se reconoce como sistema observante en el proceso coevolutivo.