¿Qué hace un jovencito universitario en un conservador país latinoamericano cuando no puede profesar abiertamente sus sentimientos a la chica de quien se ha enamorado? El joven ingenia convertirlos en letras y así logra expresarlos artificiosamente a su amada tarde tras tarde sin que nadie, ni la musa misma, se entere del verdadero destinatario. Con el tiempo, en su cuaderno los apuntes van creciendo -como el amor mismo- y la relación se fortalece.El primer grupo de 50 apuntes que dedica a su musa lo titula
EX CORDE: Ideas y poemas, pero al ser insuficiente idea completar «100 sueños» mediante un segundo tomo:
EX CORDE: Colección privada. Sin embargo, completado el objetivo, no podía parar de escribir y surge un tercer tomo al que llama
AD SEMPER, AB AETERNO, que posteriormente da nombre a todo el conjunto.La relación y los poemas terminan abruptamente un infausto día sin que su amor sea correspondido y la obra permanece guardada, inédita por un cuarto de siglo, hasta que los presagios finalmente cobran vida.
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