Drácula

"Drácula", escrito por Bram Stoker en 1897, se ha convertido en un hito de la literatura gótica. Esta obra narra la travesía del misterioso conde Drácula desde Transilvania hasta Londres, donde busca nuevas víctimas en un mundo cada vez más moderno. Stoker emplea un estilo epistolar, presentando la historia a través de cartas, diarios y recortes de periódicos, lo que crea un sentido de inmediatez y realismo. Su contexto literario refleja el temor victoriano hacia la modernidad y lo extranjero, abordando temas como el erotismo, la sexualidad y la lucha entre el bien y el mal, a la vez que reinterpreta mitos sobre vampiros, popularizando así el arquetipo del vampiro en la cultura occidental. Bram Stoker, un autor irlandés con una vida inmersa en el teatro y la literatura, se fue familiarizando con el género gótico y las tradiciones folclóricas de su país. Su relación con el famoso actor Henry Irving, a quien sirvió como gerente, también influyó en su narrativa dramática. Su interés por el ocultismo y los mitos europeos se entrelazan en «Drácula», haciendo que la obra sea un producto de su tiempo y experiencias. Recomiendo «Drácula» no solo como una lectura fascinante que trasciende el mero entretenimiento, sino como una obra de referencia esencial para comprender los temores y anhelos de una era. Su complejidad y simbolismo invitan a la reflexión y al análisis, convirtiéndola en una lectura obligada para quienes se interesan por la literatura gótica y su legado en la cultura contemporánea.