Kitabı oku: «Gracias por existir», sayfa 2

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2 - SANTIFICADO SEA TU REINO

SM-Joan Manuel Serrat “Tu nombre me sabe a hierba“ ”Porque te quiero a ti, porque te quiero…”

¿Cuántas crisis han sido portada de periódicos? A mí me toca ésta del siglo XXI que como siempre, afecta más a los que menos tienen. No digamos en el medio rural donde se instala la envidia y corroe la insolidaridad. Algunos pueblos (los menos) se han salvado porque han visto que la única manera de sobrevivir es aunando esfuerzos, poniendo en común las fortalezas, ilusiones y ganas por levantar o conservar lo bueno de los pueblos.

Maldita crisis. Si en lugar de llamarla crisis la hubieran llamado oportunidad, creo que sería otra forma de afrontarla. Todos los gurús afirman que los periodos de crisis son también periodos de oportunidades. Pero ¿para quienes? También aquí hay reglas. Las personas que se adaptan a los cambios, las personas positivas, que se esfuerzan, que además están en el lugar idóneo en el momento oportunos (llamo la atención sobre el concepto de espacio –tiempo: solo puede estar ocurriendo algo en un espacio y un tiempo concretos. Sólo una cosa) Después, ya habrá quien se dedique a analizar las variables que han influido en el éxito o fracaso de determinada persona en la vida.

Los pobres, tenemos suficiente con vivir cada día, con rezar, si sabemos y somos creyentes o con subsistir sin grandes ilusiones porque si no nos frustramos. Es la era de la precariedad cool. Si le pones apellido en inglés parece menos precario. La imagen ha tomado la delantera a todo lo escrito. Además, prima lo rápido frente a lo bien hecho.

Pobres griegos que daban importancia a lo lento, a lo perfecto, a lo bello y duradero.

Coach y empoderamientos son la cabecera de píldoras de noticias en Instagram o Twitter.

Los trabajadores del periódico” El correo” están de huelga. Va a desaparecer otro medio de comunicación, las revistas en papel, el periódico en papel … Ya solo leemos en digital y poco.

Han desaparecido en tres años:” Interviú “después de 42 años de erotismo e investigación, “Tiempo”,” El adelanto “de Salamanca, “La crónica” de León, “ADN” de Bilbao ¡Qué pena! Y los periodistas investigadores, ya no necesitan salir a ver lo que ocurre, desde casa ya podemos investigar lo que queramos.Nos fiamos de Twitter y lo convertimos en sala de redacción.

Sin trabajo, es posible que las actividades humanas también cambien y tengan como consecuencia que los humanos también nos transformemos, que nos estemos convirtiendo en gregarios, analfabetos, borregos, incapaces de pensar por nosotros mismos.Y si dejamos de pensar y ser conscientes de nuestros pensamientos y actos entonces...morimos.

Cada vez me gusta más esta mujer. Con todo lo pasado, parece que percibe el ritmo que marca el vivir. Pero todavía no me reconoce.

Gabriel intenta escapar de la ruina a base de pisotear a compañeros. El director del periódico convoca una reunión que en principio iba a ser informativa pero que ha derivado en un debate encarnizado entre Isabel y Gabriel. Según Isabel, este no quiere trabajar y tampoco deja hacer bien el trabajo a los demás.

-Tenemos que plantearnos que la continuidad del periodismo pasa por adaptarnos a las nuevas formas de transmitir información.-comenta Isabel.

-Claro, ahora tenemos además que ser informáticos. ¡Hasta ahí podíamos llegar ¡.Tú y tu adaptación. Estoy de las adaptaciones y de las mujeres hasta los cojones.

Así era Gabriel, temperamental y sin ganas de cambiar las cosas. Eso le desesperaba a Isabel. Menos mal que estaba Luis, equilibrando posiciones.

-Mira Gabriel, no hay que ser programadores, pero si usuarios de redes sociales y conocer como funcionan las nuevas plataformas de noticias que llegan a mucha mas gente en menos tiempo. ¿Recuerdas como vimos la guerra de Irán en la TV casi en tiempo real? Ahora cualquier noticia corre por la red en cuestión de segundos. Claro que ahora es más difícil comprobar la veracidad de las noticias. Hay que hacer una investigación previa antes de lanzar cualquier cosa por la red y tener cuidado con los bulos.

-Ya está el cachorro poniendo paz.¡Que no, conmigo no contéis!-Dijo tajante y enfadado Gabriel.

El resto de compañeros, incluida Isabel se levantan acompañando a Luis y casi al unísono exclaman :

-Con nosotros puedes contar, jefe. ¿Cuándo empezamos a formarnos?.

El director emocionado por la reacción de su redacción les da las gracias y se dirige a Gabriel : -Tú puedes pasar por administración.

SM-Kase.O “Libertad” (preferible escuchar solo; hacer solo una cosa cada vez)

Han encontrado la partícula de Dios. Esto sí que es un gran avance (ponerle acento de ironía).

Es como en los libros sobre utopías en los que los gobernantes están a un rollo distinto que el resto de las gentes o masas que solo trabajan, se drogan y se reproducen (esto solo en algunas utopías porque realmente, no sé si merece la pena reproducir semejante situación esclavista)También en estas utopías aparece algún elemento discordante que hace pensar en que las cosas pueden ser distintas y esta posibilidad provoca que el lector se crea que puede cambiar también su realidad. Pero siempre se recuerda que la utopía es una realidad virtual, que esos elementos discordantes, a lo largo de la historia de la humanidad, se han ido eliminando de una forma u otra, porque no interesa que las cosas sean distintas. A todas nos gustaría que fueran de otra manera, pero ¡suponen tanto esfuerzo!

Jóse había dejado de creer en las utopías, solo sabía que vivir era lo único que le quedaba por hacer. Empezó a anotar pequeñas palabras que le permitirían hilar los acontecimientos cuando Isabel llegara los domingos a visitarlo. Isabel, por su parte, aún creía que podían ganar los elementos discordantes de las utopías, aunque lo que más acudía a su mente era el bienestar de Jóse. Quería hacer lo mejor para que estuviera bien.

Por la noche, los ruidos en la residencia solo son premonición de acontecimientos desagradables ¿A quien le tocará esta vez? Para mí son sonidos agradables. No se dan cuenta que cuando llamo a su alma los hago libres, totalmente libres. Sus decisiones son siempre emocionales. Yo aprovecho los resquicios que me dejan para aprovechar mi ventaja sobre ellos. Esta noche no le toca a Jóse sino a su compañero de habitación. Lo hago por su bien. No puede aguantar mas la soledad que le invade hasta el tuétano. Va a estar más cómodo, más tranquilo, más libre.

Jóse abre los ojos al notar una luz fúlgida que acompaña el estertor de su compañero de habitación. Lo reconoce enseguida, sabe lo que es. Ha vivido con ello desde pequeño. ¡Le ha pasado tantas veces, ver morir a personas! Toma el timbre y llama insistentemente. Aparecen los auxiliares de la residencia

- ¿Qué pasa Jóse? ¿No puedes dormir?

-No puedo dormir. Pero no me pasa nada.Es èl -dice señalando a su compañero.

-Vaya, pobre Santiago. Gracias Jóse, no te preocupes, ya nos ocupamos nosotros. Intenta descansar.

Como si pudiera... Menos mal que mañana es domingo y viene Isabel y le contaré que...(no recuerda el nombre del compañero que acaba de fallecer y llora como un niño pequeño).

SM-Hello Buddy de The Tremeloes.

Por su parte Isabel está sumida en otra de sus pesadillas. Alguien le persigue por una casa llena de puertas, habitaciones pequeñas donde había que cerrar una puerta para abrir otra. Se mete en una habitación que tenía un pequeño respiradero, es un cuarto de baño. Piensa que está a salvo porque todos los baños tienen cerrojos. Casi la alcanzan no con violencia sino con deseo. Isabel solo respiraba, era consciente del peligro de ceder y también de las consecuencias de decir que no. Solo en su pensamiento la imagen omnipotente, hipócritamente serena y segura de sí del... ¿presidente de gobierno? No podía despertar hasta que las ganas de orinar lograron que cesara el sueño. Sudorosa, con ansiedad y con un deseo inmenso de que alguien le diera un abrazo.

Como no puede conciliar el sueño coge la caja de las fotografías y vuelve a revivir otras épocas. Cuando estaba casada, cuando estaba esperando a sus bebés. Cuando era feliz pero no lo sabía. La casa olía a Nenuco. Todo estaba limpio y ordenado. Su marido se mostraba amable. Su padre estaba disponible para acudir en cualquier momento a ayudarle a lo que fuera. Ella se encontraba embarazada y perfecta. Le sentaba bien la comida, reía a gusto en las reuniones. Recuerda como en el periódico, llegó Gabriel enfurecido a una reunión diciendo que la ruina del periódico vendría por el gasto ingente de papel higiénico que se estaba produciendo. Que si alguien necesitaba dicho elemento para su casa que lo dijera que haríamos una colecta. El verlo tan enfurecido produjo un ataque de risa en Isabel, que contagió al resto. Contra más reían los compañeros, más se enfurecía Gabriel. Al final Isabel tuvo que ir al baño a orinar.A lo que volvió a la reunión se enfrentó a la mirada violenta de Gabriel que le sentenció; “Porque estás a punto de parir que si no … “.¿Si no qué …?.No creo que sea un tema tan trascendental y de supervivencia…Lo cierto es que desde entonces intentaba no quedarse a solas con él. No le gustó lo que vió en su mirada.

SM-“Wind of change” Scorpions.

En el sexto mes de embarazo, su marido llegó borracho de una reunión de trabajo. Nunca lo había visto en esas condiciones. Cuando bebía mucho, siempre había podido conllevarlo a la cama, y nunca había pasado nada.

Lo primero que hizo fue empujarla contra la pared. Ella intentó decirle que estaba embarazada que tuviera cuidado. El respondió con un bofetón que Isabel no esperaba y la hizo tambalear. Asustada se retiró de su camino, pero él había dejado sueltos todos los momentos de ira que había acumulado no se sabía dónde. Isabel, no entendía que había pasado, no entendía lo que decía. Algo de si serán míos o no …¿Pero de qué hablaba? Isabel intentaba llegar al baño a encerrarse, pero cada vez que se movía, recibía un golpe. Al final se vió arrebujada sobre sí misma en el suelo, como la concha de un caracol. No recordaba si la puerta estaba abierta, si había algún sitio por donde escapar…Intentaba gritar, pero él gritaba más fuerte. Se sentía acorralada, inmovilizada. Recibió una patada en la espalda. Isabel suplicaba, cuanto más imploraba, más enojado se mostraba él.

Aún recordaba Isabel cada uno de los golpes. Le dolían como si los recibiera en ese momento. Resuena en su cabeza toda la escena, hasta que cayó desmayada. Lo siguiente que recuerda es ver a la vecina con los enfermeros atendiéndola. La voz de la vecina decía que debía permanecer tranquila, pero su cara era de gran preocupación. Le decía que iba a avisar a su padre, que estaba la policía también, que la llevaban al hospital. Isabel se recuerda cubierta de líquido, no sabe si era sangre, agua, sudor ….pero se recuerda mojada, sucia, con la ropa pegada al cuerpo caliente y húmedo. No recuerda nada más hasta que vió a Jóse al lado de la cama del hospital dándole la noticia de la pérdida de los bebés y de que probablemente no podría tener más hijos. Que la policía se había llevado a su marido y que esperaban que cursara la denuncia en cuanto pudiera. Que sería doble homicidio con agravante de violencia en el ámbito familiar.

Cuando salió del hospital, Jóse se convirtió en el resorte que le hacía moverse. Le ayudó a cambiar de casa. Dejó todo en la casa vieja, excepto sus fotos de cuando era joven. No guardaba ninguna foto de su vida de casada, ni las ropas y objetos que había comprado para los bebés, nada. Todo lo dejó en ese piso que malvendió y que intenta olvidar.

Pasa rápido protección civil. Un aviso del 112, éstos son casos míos casi todos. Un coche cruzado en la autovía. Oigo a la brigada; no sabemos lo que os podéis encontrar…atentos, rapidez, pero con precaución. Cada vez hay más grupos de humanos a ayudar a ciudadano, pero la gran masa de población no se cuida como debiera. Por mi parte yo cumplo con mi trabajo que es ir llevándome a los que se mueren. Cada vez son mas largas las listas que tengo. Ahí están sus señales : rapidez de respuesta, coche estropeado, sirenas, luces…parece que van a grabar una película. Estos humanos siempre tan escandalosos. Adelanta al coche accidentado un BMV del que bajan dos hombres y sacan a un niño y a una mujer del coche averiado y los suben a su vehículo que sale a toda velocidad dirección Zaragoza. Cuando llegan los de protección civil, se encuentran el motor del coche echando humo sin señalizar, tres personas allí gritando, no se entiende lo que dicen. Les piden que se retiren del coche justo en el momento en que prende fuego. No hay heridos a la vista, la circulación está parada. Yo me llevaré al niño, es el que más necesita descansar, no llegará vivo al hospital. La madre llorará, pero aprenderá a vivir sin él.

3 - VENGA A NOSOTROS TU REINO

SM-“Melodía Las Salinas” de José Campuzano.

Jóse mira a su hija sin reconocerla. Con su mujer no necesitaba hablar, con mirarse, se entendían. Ahora cada conversación suponía un esfuerzo de concentración. Sus ojos se cerraron sin querer, dejando que el recuerdo inundara su mente. Entonces comenzó con voz pausada y clara :

Había una joven de un pueblo cercano que se rebeló contra su padre. Ella no quería trabajar la tierra como habían hecho su abuela y ahora su madre. El padre no paraba de azotarla para obligarla a trabajar la tierra. Un día que le había mandado a por el ganado al monte, se escapó campo a través hasta llegar al apeadero del tren. En el andén le atravesaron las miradas de las personas que estaban esperando al “cercanías”. Era la primera vez que salía de su pueblo, contaría con 15 años. Las miradas que más le pesaban eran las de los hombres. Se acurrucó en su chaqueta de lana y esperó a que llegara el primer tren, le daba igual que fuera hacia Calatayud o hacia Zaragoza.

Subió al tren y pasó el revisor que le pidió dinero para el billete. Había salido tan rápido de casa que no había tenido en cuenta que necesitaría dinero. Se echó a llorar con todas las fuerzas que pudo, lo que le impedía poder explicar su situación. La gente miraba hacia el revisor y la joven, sin saber que podría estar pasando. Una señora mayor le increpó:” Deje a la chica tranquila o saco la navaja y lo rajo, ¡con ella se meterá!”.

-No, no señora, si no pasa nada. Gritó el pobre revisor. Y tú, en la próxima parada te bajas si no quieres buscarte un buen problema. -le indicó sin más comentario.

El siguiente pueblo tenía una calle central, la calle Mayor llena de establecimientos de toda clase, carnicerías, mercerías, cesterías…Además había tres bodegas dedicadas a la elaboración de vino, una fábrica de alcohol y estaban iniciando una fábrica de cemento.

Le llamó la atención la cantidad de gente que bajaba en la estación y se dirigía hacia el centro del pueblo. Ella se dejó guiar y observó un gran letrero “CINE MONTERREY” y en letras brillantes anunciaba “El último cuplé” en sesiones de jueves, viernes, sábado y domingo. Además, había letreros que anunciaban grandes bailes en los salones del Casino Agrícola Industrial con un grupo de guitarras y laudes para el sábado y domingo. Para ella que no había salido de su pueblo y de los campos, era casi una ciudad. Seguro que encontraría alguien que le diera trabajo y alojamiento. Lo cierto es que no sentía miedo, los pasajeros del tren habían salido en su defensa sin ni siquiera conocerla y el pobre revisor fue condescendiente con ella. Mientras iba pensando en ello tropezó con un mozo delgado y espigado que fumaba cuarterón y llevaba un chato de vino en la mano. Estaba refirmado en la puerta de una taberna de la que salía olor a queso y vino y humos y gritos de hombres.

-Niña, ¿se puede saber de dónde sale tanta preciosidad?

-Déjala, no ves que es una chiquilla –le dijeron sus compañeros de cantina- Anda ven a terminar el “salao”.

-Pero, ¿no veis que va como perdida? ¿De dónde vienes chiquilla?

-De los Alpes, señor.

-Vaya y sabes hablar. Pero, ¿tú sabes dónde están los Alpes criatura?

Aquello provocó la risa general y la huida de la muchacha a toda velocidad. Lo cierto es que no sabía nada de nada. Lo único que tenía claro era que no volvería a su casa.

Al llegar a la plaza, vio que estaba montado un tenderete con muchos puestos de verdura, fruta y toda clase de utensilios y objetos, algunos no los había visto en su vida.

Se fijó en la gente que estaba comprando y vio a una señora con abrigo de paño azul marino sin pelusas y aspecto de buena persona y se acercó a ella entre tímida y decidida.

-Señora, señora, ¿no necesitará una chica para los recados o para planchar o lavar o lo que sea?

-Pero, ¿de dónde sales muchacha?

Bajó la mirada y pudo observar el lustre del calzado que llevaba y las medias sin roturas, y la falda que asomaba por entre el abrigo. Y no pudo más que decir la verdad.

-Mire, señora, me he escapado de casa para que mi padre no me pegara y he venido en el tren, pero me he tenido que bajar aquí porque no tengo dinero y había pensado que si usted o alguien me acoge para trabajar yo …….

Las lágrimas estaban asomando a los ojos cuando la mujer le levantó la cara y le preguntó los años que tenía. Con 15 años no se podía trabajar sin permiso de los hombres de la familia y menos una mujer. Habría que hacer algo. Hablarían con su marido.

-Ay señora que no quiero complicarle la vida, yo solo quiero que me de trabajo y cuando tenga lo suficiente me voy y ya está.

-Tranquila, mi marido sabrá que hacer contigo. Es el director de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad. Vamos a ver que nos dice.

Así que allí que se fueron a preguntarle al marido qué podían hacer para ayudar a aquella criatura que había aparecido en sus vidas. Mientras el matrimonio hablaba entre ellos, la chiquilla se quedó sentada en unos grandes sillones mullidos y forrados de escay que le parecieron los más cómodos del mundo.

La hicieron pasar al despacho y le preguntaron donde vivían sus padres. Que deberían ponerse en contacto con su padre para que le diera permiso para trabajar. En su pueblo no había teléfono así que aun pasarían tres días hasta recibir respuesta. Quedaron que mientras hacían estas diligencias se quedaría en casa con ellos y ayudaría a la señora.

El Señor director escribió una misiva con lenguaje que se entendiera ya que pensó que el padre de la niña a lo mejor, no sabría ni leer

“Muy señor mío:

Soy el director de la sucursal de La caja de ahorros y monte de piedad de Zaragoza en el pueblo de Morata de Jalón y le comunico que hemos encontrado sana y salva a su hija. A mi mujer y a mí nos haría un gran favor si la dejara a nuestro cargo para que nos ayudara con la casa ahora que mi mujer está esperando un hijo y se encuentra un poco delicada. Si no tiene inconveniente le ruego que autorice a su hija a trabajar ya que es menor de edad. Me permito enviarles un documento que debe firmar y enviar a esta dirección.

Atentamente, quedo a su servicio.

Celedonio González Embid.”

SM-“Déjala que baile con otros zapatos……” Melendi y Alejandro Sanz, Arkano

No había dado otra opción nada más que firmar la autorización, si no quería, ya se las apañaría el padre para hacer volver a la chiquilla.

Mientras, la señora y la chiquilla se dirigieron a la casa y le indicó los aposentos que ocuparía. Una habitación pequeña con una cama turca, una mesilla y un pequeño armario. Estaba cerca de la cocina y cerca de los corrales. Una vez le enseñó el resto de la casa decidieron salir al tenderete para comprarle por lo menos una ropa de quita y pon además de comida para llenar la despensa.

- ¿Cómo te llamas?

-Dolores, señora. Pero con Lola es suficiente.

-Pues yo me llamo Carmen y ahora vamos de compras. ¿Qué sabes cocinar?

-Pues nada señora, mi padre me llevaba al campo y como mucho sé hacer gachas y migas, fritos y poco más.

-Ya aprenderás. Y de las labores de casa nada por lo que veo -Nada señora, pero aprendo rápido, ya verá.

-Eso espero, estoy en mi tercer embarazo, los dos anteriores acabaron mal y en este me han recomendado mucho reposo así que tendrás que ponerte al día rápido. Estoy en el tercer mes, y espero que ahora venga el hijo que tanto deseamos mi marido y yo.

-No se preocupe señora que yo seré sus manos y piernas.

-Eres muy delgada no sé si podrás con todo el trabajo.

-Soy fuerte, ya lo verá.

Volvieron a casa con comida y viandas como para dar de comer a un regimiento de italianos y con una falda, una blusa, unas medias de lana y una chaqueta de abrigo que a la joven le parecieron lo más elegante que había tenido hasta entonces.

No hizo falta que le dijera donde colocar las cosas. Lola se subió a una silla porque no llegaba a la alacena, se bajó a por leña para encender el fuego y comenzó a dejarse guiar a través de la cocina tal como le iba sugiriendo su señora. Cuando el señor llegó a casa sirvió la comida en platos de duralex, luego comió ella y recogió todo mientras sus señores se tomaron un café de puchero con pastas.

Se tumbó un poco en la cama turca de la habitación justo para comprobar que era más mullida que el colchón de lana que tenía en casa de sus padres. Se puso a rezar pidiendo que su padre le diera el consentimiento para quedarse porque si no, tendría que volver a escaparse.

Solo había rezado un padrenuestro cuando la señora la llamó.

- ¿Sabes planchar?

-Pues no.

-Mira mi marido me ha regalado esta plancha eléctrica. Es más ligera que las viejas de acero y menos peligrosas. Solo hay enchufe en la cocina y en la sala de estar. Te vas colocando en la cocina y a la vez vas preparando un pescado para la cena. Al señor le gusta el pescado a la plancha. Tienes poco que planchar así que como aprendizaje te vale. Y el plato también es sencillo. Nosotros nos vamos a dar un paseo hasta el Casino que hay una tertulia sobre toros. Cenaremos pronto. No abras a nadie. De momento no conoces a nadie en el pueblo así que no te distraigas de tus quehaceres.

-No se preocupe señora. Que lo haré lo mejor que pueda.

¿Por dónde empezaría? Bueno encender la plancha no está mal. No sabía si había entendido bien todo porque debía planchar dos prendas y hacer el pescado a la plancha. Enchufó la plancha, pero parecía que no funcionaba, así que vio la plancha de hierro como la de su madre, la llenó de brasas y se puso a planchar. La blusa de la señora le había quedado bien, aunque esa plancha era más pesada que la otra. Al llegar al pantalón del señor, la imaginación le hizo desconcentrarse y quemó un poco la

“grabetera”. ¡De esta a la calle! Sonaba el reloj de la plaza y comenzó a precipitarse. Los señores la encontraron planchando el pescado con la plancha de hierro literalmente.

-¡Lola!,¿ porque no dijiste que no sabías como hacer pescado a la plancha?

-Señora, se marcharon tan rápido que no tuve tiempo de preguntar. Tampoco he sabido cómo funciona la plancha de enchufar. Lo siento.

El señor no pudo por más que reír de la ocurrencia de Lola. La señora lloraba de la risa y tranquilizó a la pequeña por el quemazo del pantalón (casi no se notaba) y le enseñó cómo usar la plancha y como debía hacer el pescado la próxima vez.

Mientras recogía las cosas de la cena. Doña Carmen le iba diciendo lo que al día siguiente debía hacer. Ella le ayudaría y le iría enseñando a cocinar y a usar la plancha. También le iría poniendo al día de los acontecimientos del pueblo. Iban a meter el agua corriente en las casas y a lo mejor había novedades. Mientras, esperarían la decisión de su padre.

Cuando se metió en la cama, no podía creerse todo lo que había dado de sí el primer día sin los gritos de su padre. No tenía camisón, pero le daba igual, tenía dos buenas mantas y una sábana de hilo. Empezaba a vivir.

SM-Melendi “Tu jardín con enanitos”

Volvió a ver al muchacho del primer día. Siempre lo encontraba con el cigarro y el vaso de vino y además siempre gritaba, pero le resultaba agraciado. Los demás siempre lo enganchaban con el juego.

Los días se pasaban rápidos. El domingo doña Carmen le dio 3 pesetas. Ella no quería nada hasta que no llegara el permiso de su padre por no comprometer a los señoritos. Consideraba la semana como un periodo de prueba, además estaba aprendiendo a llevar una casa pues el trabajo que realizaba en casa de su padre, era de animal más que de persona. Al final tanto insistió la señora que decidió ir guardando lo que le daban. Algún día podría ir al cine o bien comprarse un camisón o un billete para Zaragoza o lo que fuera.

El lunes siguiente, ya había contestación de su padre. Una carta escueta con una caligrafía de niño pequeño.” Tiene mi permiso para trabajar. Es una mula. A ver si le enseña algo“.

Como Lola no sabía leer, doña Carmen suavizó la misiva con un “te echan de menos “a los que Lola añadía en su pensamiento “mi madre sí, mi padre no “. Un” te queremos”,” mi madre sí, mi padre no”. Un” nos veremos pronto “, “eso no os lo creéis ni locos “.

Ahora era libre, bueno, podía trabajar con permiso. Ya podía acordar sueldo con Doña Carmen y decidieron que de momento serian 3 pesetas a la semana y si necesitaba ropa o cualquier otra cosa también se la pagarían para que fuera decente.

Cada vez hacía mejor las faenas de casa y los recados. Los brazos, las manos y las piernas se le ponían fuertes, del ejercicio que hacía y de lo bien que comía. La señora Carmen cada vez engordaba más y podía estar menos tiempo de pie. Necesitaba más cuidados y más sopas y caldos de gallina que Lola hacía cada vez mejor.

Cuando salía a hacer los recados, se encontraba con la gente que le preguntaba cómo le trataban en la casa. Ella no hablaba mucho pues no sabía si a los señores les gustaría que fuera contando cosas de las que pasaban con los, de lo que hablaban los señoritos.

También se encontraba con los muchachos, que salían de la taberna a decirle cosas que la ponían colorada o bien la hacían correr asustada.

Una mañana, se metió, por atajar por un callejón. Eran pasillos estrechos que facilitaban el paso entre la calle Mayor y la calle paralela “La calle Nueva“ que atravesaban las viviendas. En su recorrido, de unos 50 metros, se distribuían puertas por las que se accedían a pequeñas habitaciones de alquiler, que estaban ocupadas por las familias de sirvientes o forasteros. Lola las atravesaba casi corriendo, pero aquel día, antes de llegar al final estaba el muchacho del cigarro en jarras impidiéndole pasar.

Frenó justo delante de él. El olor a tabaco picado le hizo echarse atrás. No bajó la cabeza, al contrario, se respingó, levantó la barbilla y le dijo gritando:¡Retírate, que tengo prisa!

Eustaquio, que ese era su nombre, se asustó del vozarrón que le lanzó una persona tan delgada y diminuta. Recogió todas las fuerzas de las que era capaz le dijo:

-Muchacha, solo quería invitarte este domingo al cine si quieres.

-Le tendrás que pedir permiso a mis señores, porque soy menor.

-Vale, pero solo quería saber si a ti te apetece ir conmigo.

-Será la primera vez que vaya, pero se lo tienes que pedir a mis señores. Y ahora déjame pasar que tengo prisa.

Lola, se oía el corazón en la cabeza, le subía un calor desde las piernas y le bajaba un sudor desde los brazos. Era la primera vez que alguien le invitaba a algo y había sido al cine. No sabía ni si le gustaba. Hizo el recado lo más rápido que pudo y cuando volvió a casa encontró a doña Carmen esperándola en la cocina.

-Señora, ¿ha pasado algo? ¿Se encuentra bien?

-Yo sí, ¿pero y tú? No me habías dicho que te interesaba un hombre hecho y derecho. Se lo dijo con cariño, no con dureza.

Lola, no sabía dónde meterse. Ruborizada hasta las orejas, pensaba que iba a morir ahí mismo. Tal era el endiablado ritmo que llevaba su corazón. Intentó explicarle a la señora lo sucedido. Y esta empezó a reír relajada.

-Tranquila, Lola, le he dicho que si me prometía que no ibais a sentaros en la fila” los mancos” tenía mi permiso. Pero que tú eras la que tenía que decidir. ¿Quieres ir?

-Señora, pues si, será la primera vez que vaya al cine.

-No se hable más. Mañana iremos al tenderete a compararte un vestido nuevo.

-Señora, no creo que haga falta.

-Sí, hace falta –respondió doña Carmen- Es tu primera cita.

Doña Carmen estuvo los tres días que faltaban para que Lola asistiera al cine, sin parar de dar recomendaciones : no le cojas del brazo porque parecerás una buscona, no te dejes tocar las manos, ni ninguna parte del cuerpo, guarda la decencia, camina recta con la cara levantada, no hay nada que esconder, en el descanso sal al ambigú y acude a los baños y vuelve a entrar en la sala antes de apagarse la luz…….

Por la calle Mayor bajaba un reguero de gente hacia el Cine Monterrey, la mayoría jóvenes. Lola se sentía la mujer más importante del mundo. Mucha gente la saludaba cortésmente y ella respondía al saludo. Intentaba recordar todas las cosas que doña Carmen le había dicho, pero era imposible. Algo dentro de ella le impedía pensar, era la emoción. Entraron con otras parejas de chicos y chicas en el cine. Ante ellos se abría un gran salón con un mostrador repleto de conchas de nata, brevas rellenas de crema pastelera, chocolate caliente, mistela, mosto, churros…Encima de las puertas de madera se extendía un gran mural con personajes de las películas del oeste, cactus, árboles, indios, perfiles de actores y actrices que Lola no conocía. Se daba cuenta de que no sabía que película iban a ver. Tampoco se había dado cuenta de cuánto costaba la entrada.

Se sentaron en la fila 10, en mitad de la sala, que era enorme, con un escenario donde estaba la pantalla. Cuando apagaron las luces de la sala empezó el NODO en blanco y negro dando noticias de Franco inaugurando presas, carreteras, fábricas…y alguna noticia de espectáculos en Madrid y Barcelona.

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