Kitabı oku: «Por una sonrisa mil lágrimas», sayfa 2

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HUMANOS EGOÍSTAS

Cuerpos desnudos extendidos sobre una arena ardiente,

expuestos a un sol radiante,

buscando quemarse para ponerse morenos;

seres humanos ingenuos, paralelos

al mundo cruel: no observan más allá

si nunca les va a doler.

Pero qué hipócritas somos si nos reímos

y no entendemos a un trabajador negro,

expuesto bajo un sol radiante sin intención

de quemarse ni de cambiar su color;

egoístas seremos si nos vamos a otros países

para vivir mejor y apedreamos a un inmigrante

de otro color que busca lo mismo que nosotros.

Egoístas del mundo cruel: amamos los océanos,

pero somos incapaces de ir a comprar

con la misma bolsa de ayer.

Quizás seamos seres humanos,

pero jamás nos entenderemos

para construir un mundo mejor

ni nos pondremos en la piel del otro

para sentir su dolor.

Quizás seamos seres humanos

o quizás animales hipócritas

con dos piernas que jamás

nos inculcaremos la empatía;

el bien de uno no es el bien de todos.

Somos tan inferiores que ni animales

podríamos llegar a ser.

QUERIDO AMIGO

Amigo del alma, amigo del pueblo,

compañero de clase, compañero de casa,

a ti te escribo estas bonitas palabras

para que sepas lo mucho que te quiero;

pero como un amigo,

como mi segundo hermano.

Acepta mi voto de confianza,

querido compañero;

acepta mi amistad y confiésame tus penas,

comparte conmigo tu sufrimiento

y tus lágrimas;

comparte conmigo tu alegría, tu felicidad

y tu sonrisa de cada día.

Firmado tu querido amigo,

tu querido hermano.

POR UN HILO

Hoy no acepto tu rechazo:

sigo pensando

que en cualquier momento regresarás a mi lado.

Nunca entendí tus besos,

sigo sin entender tus abrazos.

No entiendo por qué me mantuviste insistiendo,

¿por qué no frenaste esto?

¿Por qué me mantuviste colgando en este hilo,

haciéndome daño, rompiéndome en pedazos,

sin querer soltarme y sabiendo que nunca

ibas a estar a mi lado?

Me mantuviste colgando de este hilo tanto tiempo

que mi dignidad y orgullo están rozando el subsuelo.

Aún no entiendo tu rechazo: si un día

sin mi sonrisa se te hace eterno,

¿por qué me mantuviste colgando de este hilo?

Un hilo que quemaba, pero

preferiste verme quemada

que confesar que me amabas.

Sigo colgando de este hilo,

un hilo cada vez más fino;

pero seguiré pendiente de tu orgullo

por si algún día decide dejar de hacerme daño;

seguiré recibiendo todos tus latigazos,

pero si se rompe el hilo…

VERDAD N.º 1

Hoy me dijeron que estuviste

tocando mi puerta,

que tu cuerpo me buscaba;

pero tu corazón pertenecía a otra.

VELERO AMARRADO

Llegaste en un velero

con la intención de dar un paseo:

lo amarraste en el puerto

y pensaste que solo serían

cinco minutos;

caminaste por sus calles

y te sorprendieron.

Creíste haberlo visto todo,

pero después de veinte años

ese velero aún sigue amarrado.

Las calles de este pueblo

aún te siguen sorprendiendo:

nunca acabarás de verlo todo,

nunca dejará de sorprenderte

y cada vez que salgas,

encontrarás un tesoro.

LA DECISIÓN

No sé si he tomado una buena decisión,

pero se acabaron esos gritos que duelen,

esas peleas que nos matan;

se acabaron las noches sin dormir

y ya no habrá llanto sin fin;

pero sigo sin saber si es

la decisión correcta.

¿Por qué me duele no verte?

¿Por qué me duele no tenerte?

¿Por qué me duele tu ausencia?

Puede que no haya tomado

la decisión correcta.

PAPÁ

Buenas noches, señor.

Quiero que sepas,

quiero hacerte recordar,

que hoy será un día más

en el que ya no estará;

cómo hoy me arrebataste

lo que más quería.

A fecha de hoy se fue

y lloré como jamás.

No te juzgo porque a mi lado

ya nunca estará:

te doy las gracias

por haberme dado fuerzas,

por haberme ayudado

y poder ser capaz de superarlo.

Quiero que lo cuides

allá en el bonito cielo;

dile que su hija nunca lo olvidará,

pídele que vuele hasta mí

para su presencia notar.

Recuérdale que su hija

era quien lo cuidaba,

la que noches enteras

en el hospital estaba.

Dile que ya soy grande,

toda una mujer:

grítale que ya no soy

su niña pequeña,

susúrrale que nunca lo seré.

Pero, señor, cuídalo

y no lo dejes llorar;

anímalo y dile que no se preocupe,

que seguiré su ejemplo

para mi sueño lograr.

MI ALZHÉIMER

Sales con el propósito de pasártelo bien;

has salido con la esperanza de regresar.

Una vez fuera, caminas y caminas;

sigues caminando, miras y te paras a pensar;

observas y observas y no reconoces el lugar:

estás completamente perdido y solo,

querer y no poder por tu camino volver.

Pasaste y pasaste por ese lugar mil y una vez;

ahora que eres grande, tu cerebro es pequeño:

no te ayuda a recordar, solo te hace olvidar.

Te has hecho grande y no lo quieres aceptar,

estás enfermo y, aun así, lo intentas ignorar;

te prestamos ayuda y con dolor la rechazas.

Sales solo cada día y solo nunca regresas.

Te resignas a perderlo todo solo con un olvido,

miedo a quedarte solo en la oscuridad.

Tienes miedo a salir y jamás regresar.

EL MISIL DE TODOS

Cuando abres los ojos cada mañana,

sueles pensar en desayunar,

en ir a trabajar, a estudiar, o pensar

lo que harás de comer y de cenar.

Pasas el día normalmente

sin preocupaciones;

luego, te acuestas y razonas

sobre el poco dinero que tienes,

sobre la familia maravillosa que formaste,

los problemas del trabajo o

sobre algún que otro contratiempo.

En cambio, en algunas partes del mundo

no despiertan porque apenas duermen,

tampoco piensan en desayunar

ni en lo que harán de comer o de cenar,

no razonan sobre el dinero que tienen,

pero sí piensan en la familia que pierden.

Su trabajo es proteger a los suyos

de los misiles e intentar esquivar

todas las balas posibles.

Muchos países están en guerra

y a veces no entendemos el porqué:

luchan por razones muy sencillas

que grandes potencias podrían detener.

Pero ¿por qué mover un dedo?

Si el más fuerte es

el que más sangre derrama.

Pero no nos equivoquemos:

al que debemos temer

no es el que lucha contra nosotros,

sino al que está detrás de la cortina,

moviendo al rey y a la reina

como si fuera el mundo

un juego de ajedrez.

Razonemos juntos en nombre

de esas balas que atraviesan corazones.

LUCHA

Nuestro error humano

es no luchar por las cosas

que creemos imposibles de lograr.

A veces pensamos

que no podemos triunfar

y ya ni nos molestamos en luchar.

Pensando con claridad,

todo lo que haya conseguido

un solo ser humano

los demás también lo podemos lograr:

con esfuerzo, paciencia y dedicación,

podemos alcanzar lo que

pensábamos inalcanzable

y hacer de esa meta

un triunfo inolvidable.

¿Y si fracasamos?

Hay veces que debemos caer

para saber cómo

ponernos de pie otra vez;

y nos levantamos

porque mientras la vida siga,

seguirán lloviendo oportunidades.

Por eso, no te rindas

y ve a por esa meta

que creías inalcanzable.

SIN DIRECCIÓN

Te subes a un tren

sin saber su destino final,

no sabes a dónde

vas a ir a parar;

no sabes quién

te va a estar esperando

cuando te bajes

en la desconocida parada final.

Eres como un velero sin rumbo

en medio del mar:

no le temes a nada

ni a nadie.

Mucha gente te observa preguntándose

a dónde irás a parar;

tú solo sonríes:

no tienes ganas de hablar.

Te has subido a un tren sin destino

para olvidarte de pensar

durante ese recorrido.

Suelen decir que todos los caminos

llevan a Roma;

yo digo que todos los caminos

te llevan a casa.

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