Kitabı oku: «Renunciar a todo»
Sinopsis
El autor ofrece en este libro un cuidadoso estudio exegético del Evangelio de Lucas y el libro de Los Hechos sobre la riqueza, los bienes materiales y el discipulado cristiano. Es un estudio pertinente en un escenario social, económico y político, como el latinoamericano.Un contexto donde es innegable la existencia de una concentración de riqueza, exclusión social y vulnerabilidad que afecta a una población importante. Además, donde la desigualdad, la pobreza, el apego a la lógica materialista y el vacío ético del cual la corrupción es su rostro más visible, deben ser discutidos a la luz del evangelio del reino de Dios.
El lector encontrará una original explicación de la ética de la riqueza como un principio aplicable en todas las realidad humanas, un abordaje teológico muy útil para la reflexión pastoral y la acción misionera.
Renunciar a todo
El dinero y el discipulado en Lucas
© 2016 Christopher M. Hays
Original en inglés: Renouncing Everything: Money and Discipleship in Luke
Paulist Press
997 Macarthur Boulevard
Mahwah, New Jersey 07430
www.paulistpress.org
© 2016 Centre for Enterprise, Markets and Ethics
© 2019 Centro de Investigaciones y Publicaciones (cenip) – Ediciones Puma
Primera edición digital: julio 2020
ISBN N° 978-612-4252-48-8
Categoría: Estudios bíblicos – Estudio del Nuevo Testamento
Primera edición impresa: junio 2019
ISBN N° 978-612-4252-31-0
Editado por:
© 2020 Centro de Investigaciones y Publicaciones (cenip) – Ediciones Puma
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Ediciones Puma es un programa del Centro de Investigaciones y Publicaciones (cenip)
Traducción: Russell Wm. Hultgren y Guillermo Mejía Castillo
Diseño de carátula: Eliezer D. Castillo P.
Revisión editorial: Alejandro Pimentel
Diagramación: Hansel J. Huaynate Ventocilla
Reservados todos los derechos
All rights reserved
Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o introducida en un sistema de recuperación, o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio sea electrónico, mecánico, fotocopia, grabación o cualquier otro, sin previa autorización de los editores.
Salvo indicación especial, las citas bíblicas se han tomado de la Nueva Versión Internacional © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional.
Dedicado al Barón Griffiths de Fforestfach
Prólogo
Los escritos de Lucas, tanto el tercer Evangelio como Hechos de los Apóstoles, son actualmente el foco de atención de un número creciente de estudiosos del Nuevo Testamento del Sur y del Norte del mundo. Este interés se relaciona, particularmente, con dos temas que compendian la hebra teológica que subyace en ambos documentos lucanos: a) la gratuidad del amor de Dios y b) la imparcialidad de su amor. De estos ejes transversales de la teología lucana se desprenden dos temas clave de singular importancia para la misión y la pastoral en la aldea global contemporánea: a) la universalidad del amor de Dios y b) la amistad especial de Dios con los indefensos del mundo. A la luz de estos dos temas claves, desde una perspectiva liberadora relacionada con la dignidad y el valor de los seres humanos como creación de Dios, se puede afirmar que la teología lucana plantea varias preguntas actuales vinculadas con la dimensión social y política del reino de Dios, entre ellas, ¿qué piensa Lucas sobre la ética de la riqueza, especialmente, a la luz del seguimiento a Jesús de Nazaret encarnado, crucificado, resucitado y exaltado en sociedades caracterizadas por altos índices de violencia, corrupción e injusticia institucionalizada?
Precisamente el libro Renunciar a todo: El dinero y el discipulado en Lucas del Dr. Christopher M. Hays, basado en su investigación doctoral Luke’s Wealth Ethics: A Study in Their Coherence and Character (La ética de la riqueza en Lucas: Un estudio sobre su coherencia y carácter), aborda de manera original este tema tan actual en un contexto histórico en el que parece imponerse con más fuerza cada día la lógica materialista «salvo el mercado todo es ilusión» o «consumo y luego existo». El autor enfatiza, como clave interpretativa para captar la propuesta teológica lucana sobre la ética de la riqueza, lo siguiente: «Dejar que Lucas sea Lucas». Es decir, destaca que se tiene que valorar y respetar el sentido natural del relato bíblico y no olvidar que es importante la doble contextualización en todo intento de comprensión y apropiación del mensaje de Lucas para hoy: a) el texto en su contexto y b) el intérprete o lector contemporáneo en su contexto.
Esto explica por qué para él es necesario tener en cuenta otro principio interpretativo clave cuando se estudian pasajes narrativos como los que se registran en el tercer Evangelio y en Hechos: no siempre se tiene que extraer principios normativos de pasajes bíblicos narrativos. Aunque tiene que precisar que de pasajes narrativos, cuando los principios o énfasis son acumulativos e insistentes y tienen suficiente peso a lo largo del mensaje bíblico, sí se pueden derivar principios normativos para la vida y misión de las iglesias y de los creyentes. La ética de la riqueza es precisamente uno de estos principios normativos aplicables en todas las realidades humanas, sobre todo en sociedades en las que miles de seres humanos son ninguneados, cosificados y deshumanizados por el sistema predominante que trata a los pobres y a los indefensos como sobrantes y descartables.
Christopher M. Hays concede especial atención al tema del auto-despojo pensando en el prójimo indefenso y vulnerable: los pobres. Enfatiza que aparentemente en ciertos pasajes del tercer Evangelio el autor parece contradecirse y en otros momentos parece impracticable su propuesta de renuncia voluntaria a los bienes temporales. Se trata de un tema teológico especialmente valioso para la discusión pastoral y misional actual en contextos de corrupción sistémica, pobreza extrema, violencia, migración forzada, explotación y opresión. ¿Por qué? Entre otras razones, porque el auto-despojo voluntario nunca es fácil cuando uno está acostumbrado (o le han acostumbrado) a tener un apego exagerado hacia los bienes materiales y a ser indiferente e insensible ante las necesidades humanas de las personas descartadas por el sistema. En su Evangelio y en Hechos, Lucas aborda este asunto y nos insta a ser diferentes, completamente diferentes a la sociedad circundante y sus valores anti-vida, tanto en la dimensión personal como en la dimensión social de nuestra vida. Lucas resalta que las posesiones materiales nunca deben estar por encima del amor al prójimo, la solidaridad, la generosidad y la defensa de la vida de todos los seres humanos como creación de Dios. ¿Hemos comprendido la propuesta teológica lucana?
Para ilustrar teológica, pastoral y misiológicamente su punto de vista sobre la ética de la riqueza en Lucas, Christopher Hays hace un fino análisis exegético de varios pasajes claves del tercer Evangelio y de Hechos bajo el paraguas de los modelos de discipulado. Deliberadamente divide su análisis exegético en dos bloques: los no itinerantes y los itinerantes. Entre los primeros estudia los relatos de Zaqueo, la viuda pobre y los hijos de paz. Y entre los itinerantes examina los relatos acerca de Jesús de Nazaret, Pedro, Jacobo, Juan, María, Juana, Susana y el joven rico. De Hechos de los Apóstoles examina los relatos de la comunidad de discípulos de Jerusalén, Bernabé, Ananías y Safira, Pablo y otros. Una pregunta clave que subyace en el análisis exegético es, ¿Por qué renuncian a todo lo que tienen? Hays responde argumentando que esta renuncia voluntaria, o auto-despojo voluntario, se asienta en el amor desinteresado al prójimo, la advertencia del peligro de las riquezas, la convicción de la provisión divina en todo tiempo, y la promesa de la justicia de Dios para quienes obedecen el mandato del amor al prójimo.
Renunciar a todo: El dinero y el discipulado en Lucas es un libro que tiene hay que leer con el corazón en la mano y con las manos extendidas libremente, sin ninguna atadura, para caminar solidariamente con el otro, con el prójimo ninguneado y explotado. Para que esa caminata solidaria sea posible, sin restricciones, uno tiene que auto-despojarse de su apego exagerado a los bienes materiales. Se trata de una renuncia voluntaria cuyo correlato es la reorientación de las prioridades, porque para amar y servir al prójimo hay que aprender a ser más humano. Esto implica tener una ética de la riqueza permeada y leudada por los valores de la buena noticia del reino de Dios: justicia, verdad, perdón, solidaridad, generosidad, reconciliación, paz.
Christopher M. Hays ha escrito un libro que todos deberíamos leer. Aunque su reflexión teológica se asienta principalmente en Lucas-Hechos, su alcance pastoral y misional da cuenta de que resume magistralmente la enseñanza bíblica sobre la ética de la riqueza. Bastaría mencionar solamente el caso del cobrador de impuesto Zaqueo en cuya experiencia de conversión se condensa la propuesta bíblica de amar a Dios y amar al prójimo. Es un libro recomendable para todos los públicos, pastores y miembros de las iglesias, porque como comunidad del reino tenemos que forjar un testimonio colectivo instalado en la plaza pública que dé cuenta de la dimensión social y política del reino de Dios y su justicia. Y tener una clara ética de la riqueza, con sólidos fundamentos bíblicos y un compromiso concreto con los pobres de la tierra, forma parte de nuestro irrenunciable testimonio personal y colectivo.
Rvdo. Dr. Darío López Rodríguez
Villa María del Triunfo, enero del 2019
Prefacio
Este libro está basado en mi tesis doctoral que fue publicada originalmente como Luke’s Wealth Ethics: A Study in Their Coherence and Character [La ética de Lucas respecto a la riqueza: Un estudio sobre su coherencia y carácter] en la serie Wissenschaftliche Untersuchungen zum Neuen Testament II vol. 275, (Tubinga: Mohr Siebeck, 2010). Sin embargo, ese texto fue dirigido a eruditos, no a estudiantes ni a laicos. Ahora me complace tener esta oportunidad de escribir una versión del libro para una audiencia más amplia.
El presente libro es apenas una cuarta parte del texto de Luke’s Wealth Ethics y nada denso comparado con aquella monografía académica. Además, como cristiano hago preguntas tanto académicas como prácticas, que surgen de la convicción de que tanto Lucas como el libro de los Hechos no son simplemente artefactos históricos interesantes, sino Escritura.
Obviamente, un libro corto y popular no puede responder ni siquiera a una fracción de las preguntas académicas que un estudio como este podría generar, por lo que animo al lector con preguntas adicionales a leer el tratamiento ampliado disponible en Luke’s Wealth Ethics, donde se desarrollan con mucho más detalle casi todos los argumentos expresados aquí (a excepción de los del capítulo siete). Aunque en general no pongo notas al pie de las páginas relevantes de Luke’s Wealth Ethics, ya que citarse a uno mismo es un asunto agotador (probablemente más para el lector que para el autor), en las ocasiones en que me refiero explícitamente a dicho volumen, simplemente utilizo la abreviatura LWE.
Reconocimientos
La producción de este libro ha sido posible gracias al apoyo generoso del Centre for Enterprise, Markets and Ethics (CEME; Centro para la empresa, mercados y ética). El primer acercamiento para vincularme con el CEME tuvo lugar en el año 2012, cuando el doctor Richard Turnbull, director del recientemente creado centro de pensamiento, me envió un breve mensaje cuando yo estaba terminando mi postdoctorado del British Academy en la escuela Keble de la Universidad de Oxford. El doctor Turnbull me explicó que el CEME se estaba formando para examinar cómo la ética judeocristiana podría apoyar el florecimiento de una forma más moral del capitalismo de mercado. Richard me expresó que el presidente de la junta del CEME, Brian Griffiths (el Barón Griffiths de Fforestfach), había leído mi tesis doctoral, publicada poco antes,1 y que ambos pensaron que yo podría ser la persona adecuada para vincularme con dicho centro de pensamiento.
Debo confesar que tuve sentimientos de escepticismo en cuanto a lo dicho por Richard que el Barón Griffiths había leído mi libro y le había gustado, no solo por el síndrome del impostor que sufren todos los académicos jóvenes, pero también porque el Barón Griffiths escribió The Creation of Wealth: A Christian’s Case for Capitalism [La creación de riqueza: un argumento cristiano a favor del capitalismo] (Downers Grove, IL: Intervarsity, 1984), uno de los primeros trabajos sobre la ética de la riqueza que estudié cuando, en mi condición de estudiante de maestría, comencé a investigar los temas de pobreza y economía. El Barón Griffiths ha sido, inter multa alia, profesor de Banca y Finanzas en la London School of Economics (la escuela de economía de Londres), director del banco de Inglaterra y el jefe de la unidad de políticas de Margaret Thatcher.
Al tener la oportunidad de reunirme personalmente, tomando café en el Senior Common Room (salón común de profesores de rango superior), me convencí de que el Barón Griffiths (o Brian, como él generosamente insistió que lo llamara) había en efecto leído mi libro con gran cuidado, y que a él de todos modos le gustaba. De hecho, fue durante ese primer café en Keble que Brian me estimuló a escribir una versión popular y pequeña de mi tesis doctoral. Ciertamente, cuando me convertí en socio del CEME, Brian y Richard amablemente encomendaron la popularización de la tesis, que se convirtió en el presente libro. Estoy ampliamente agradecido por su estímulo y apoyo financiero para este proyecto.
Varios meses más tarde, Christopher Frechette de la editorial Paulist Press me buscó con una idea similar, y el CEME pensó que Paulist sería una editorial adecuada para el libro, y por ello también estoy muy agradecido. También tengo gratitud con Mohr Siebeck, la casa de publicación de Luke’s Wealth Ethics, por aceptar con complacencia esta popularización de la monografía para una audiencia más amplia.
Estoy agradecido con mi maravillosa esposa, Michelle, que repitió su rol como editora de Luke’s Wealth Ethics y aplicó la tinta roja a este volumen, con mucha paciencia. También tengo una deuda con Syman y Mary Catherine Stevens, así como con Trinity Forum Academy, quienes para ayudarme a terminar este libro, me invitaron a Osprey Point, a un retiro para escribir, ofreciéndome una cabaña y una semana en una biblioteca muy acogedora con paneles de roble y con vista a la bahía Chesapeake.
En 2017, recibí otra grata sorpresa cuando mis amigos y colegas en la Fundación Universitaria Seminario Bíblico de Colombia, Russell Hultgren y Guillermo Mejía Castillo, expresaron que a ellos les gustaría traducir Renouncing Everything al español. Me sentí altamente honrado que ellos opinaran que el libro sería de valor tanto en el mundo de habla hispana como en contextos angloparlantes, y me sentí aun más agradecido que ellos mismos estaban dispuestos a aplicar sus formidables destrezas lingüísticas a la traducción. Fueron sus talentos que rescataron este libro de la inelegancia retórica que habría afligido el libro si yo lo hubiera traducido personalmente al castellano, así que quedo altamente en deuda con ellos. Además, agradezco a Ediciones Puma por publicar esta traducción y así facilitar su divulgación en América Latina.
Este libro está dedicado al Barón Griffiths, y no solo por la importante participación del CEME en propiciar la publicación. El Barón Griffiths y su amable esposa, Rachel, han patrocinado no solo mi investigación académica sino también mi vocación como misionero en América del Sur. El entusiasmo de Brian por mi trabajo y su deseo de verme florecer como académico aun después de salir de Oxford han sido un mayor gesto de generosidad para mí de lo que yo puedo expresar. Por todo ello, estoy profundamente agradecido.
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1. Christopher M. Hays, Luke’s Wealth Ethics: A Study of Their Coherence and Character [La ética de Lucas respecto a la riqueza: un estudio de su coherencia y su carácter],Wissenschaftliche Untersuchungen zum Neuen Testament II, vol. 275 (Tubinga: Mohr Siebeck, 2010).
Abreviaturas
1En. | Primera de Enoc |
1QS | Regla de la comunidad |
4Q171 | Salmos Péshera |
4Q427 | Hodayota o Rollo de los Himnos |
Abr. | De Abrahamo |
Aem. | Aemilius Paullus |
Ages. | Agesilao |
A.J. | Antigüedades judías |
b. | Talmud babilonio |
Ben. | De beneficiis |
Ber. | Berakot |
B.J. | La guerra de los judíos |
CD | Documento de Damasco |
Cleom. | Cleómenes |
Demetr. | Demetrio |
Demon. | Demónax |
Dig. | Digesta |
Ep. | Epístola |
Eth. nic. | Ética a Nicómaco |
Evag. | Evágoras (9ª oración) |
Herm. | El pastor de Hermas |
Hist. eccl. | Historia eclesiástica |
Leg. | Leyes |
LWE | Luke’s Wealth Ethics: A Study in Their Coherence and Character, Wissenschaftliche Untersuchungen zum Neuen Testament II, vol. 275 (Tubinga: Mohr Siebeck, 2010). |
m. | Mishná |
Migr. | De migratione Abrahami |
Mar. | Moralia |
Neof. | Neofiti |
Off. | De officiis |
Onq. | Onkelos |
Per. | Pericles |
P.Oxy. | Papiros de Oxirrinco |
Pol. | Politica |
Prob. | Quod omnis probus liber sit |
Ps.-Jon. | Pseudo-Jonatán |
Resp. | Respublica |
Sib. Or. | Oráculos sibilinos |
Sim. | Similitud |
T.Jud. | Testamento de Judá |
Tg. | Targum |
Tim. | Timeo |
Vita Pyth. | Sobre la vida pitagórica |
Capítulo 1
Los problemas
El mundo anda desesperadamente patas arriba. Ello no se discute. La pobreza lleva a los niños a robar, a los jóvenes a matar y a las niñas a vender lo que nunca se debe comprar. El hambre afecta a cientos de millones de personas por todo el mundo; las estadísticas son tan enormes que se pierde el sentido de las proporciones, se hace difícil imaginar a países enteros con gente desnutrida. En Estados Unidos, los veteranos de guerra, barbudos y ojerosos, deambulan como fantasmas por las calles y los hoteles baratos están atiborrados con familias que perdieron sus casas. La crisis financiera de 2008 ya está en nuestro espejo retrovisor, pero no hemos arreglado el sistema que dio lugar a préstamos abusivos, a permutas por incumplimiento crediticio y a créditos hipotecarios impagables. Solo queda esperar la próxima mala noticia.
A menudo estamos abrumados por el sufrimiento, el miedo, la necesidad de echar la culpa a otro y la urgencia de encontrar una respuesta. Tal vez nos apresuremos a Facebook para ventilar nuestra justa indignación, a sabiendas de que esta reacción no resuelve nada. Queremos desesperadamente encontrar un punto fijo en el horizonte, un norte que nos ayude a orientarnos en medio de las voces cacofónicas de los medios de comunicación como CNN, la revista Forbes y las redes sociales.
Algunos se preguntarán si Jesús puede hacernos ese favor. Después de todo, Jesús tiene una manera de ir al grano. Jesús habla muy directamente sobre la pobreza y las riquezas, especialmente en el Evangelio de Lucas. Él nos dice que los pobres son bendecidos (Lc 6.20) y que los ricos están en problemas (6.24). Él nos dice que si lo seguimos y no miramos hacia atrás (9.62), si damos de comer a los hambrientos (14.13-34) y si damos limosna a los pobres (12.33), entonces tendremos tesoros en el cielo (12.34). Nos preguntamos, entonces, si este Jesús que habla tan directamente puede ayudarnos a evitar a los comentaristas y a los que discurren sobre lo divino y lo humano, y finalmente darnos la tranquilidad de saber que estamos haciendo lo correcto.
El Evangelio de Lucas nos dice mucho acerca de la manera como Dios quiere que su pueblo use sus posesiones en un mundo de injusticia. Pero como cualquier lector de los evangelios sabe, cuando uno recurre a Jesús a fin de buscar respuestas, quizás no le gusten las respuestas que recibe.
La ética de Lucas respecto a la riqueza
Lucas escribe ampliamente sobre la moral y el dinero, sobre cómo debemos pensar en la pobreza y qué debemos hacer con nuestras posesiones —lo que podemos llamar «la ética de la riqueza». Pero la ética de Lucas respecto a la riqueza es notoriamente complicada y un estudio cuidadoso de sus muchas enseñanzas sobre el dinero revela dos problemas:
1. Lucas parece contradecirse (Inconsistencia)
2. La ética de Lucas parece absurdamente irrealizable (Impracticabilidad)
La inconsistencia de Lucas
Como se señaló anteriormente, algunas personas que sienten el peso de la inequidad y la injusticia en el siglo XXI buscan respuestas en la Biblia. Pero, ¿qué sucede cuando esas respuestas no son sistemáticas? ¿Qué sucede cuando parece que aun Lucas, tal vez el autor bíblico más interesado en el tema del dinero, no registra un argumento coherente? Tal como lo explica un estudioso del tema, el problema con lo que escribió Lucas parece ser que «aunque Lucas de manera constante aborda el tema de las posesiones, no lo hace de manera consistente».2
Consideremos las tensiones entre los siguientes textos. En ocasiones, el Jesús de Lucas3 anima a la gente a dar limosna (Lc 11.41, cf. Hch 9.36; 10.2). A primera vista, esto puede parecer sencillo, pero luego surge la cuestión sobre cuánto debe dar uno. Hoy en día, podemos concebir la limosna en términos de monedas, o algunos billetes si uno se siente particularmente generoso, pero el Jesús de Lucas les dice a sus seguidores: «Vendan sus bienes y den a los pobres» (Lc 12.33, cursivas del autor).
¿Cuántas posesiones se deben vender para dar limosnas? ¿Una túnica? ¿Un juego de herramientas? ¿Tazones de barro? ¿El burro de la familia? Jesús no anda con rodeos. Le dice a un hombre rico: «Vende todo lo que tienes y repártelo entre los pobres» (Lc 18.22), y cuando el caballero se pone cabizbajo, Jesús aclara que por no hacer lo que él ha ordenado, el hombre no puede entrar en el reino de Dios (18.23-24), es decir, no «heredar[á] la vida eterna» (18.18). Por más severo que esto pueda parecer, encaja naturalmente con la afirmación categórica de Jesús: «Cualquiera de ustedes que no renuncie a todas sus posesiones no puede ser mi discípulo» (14.33, mi traducción). Asimismo, Jesús dice: «Dichosos ustedes los pobres, porque el reino de Dios les pertenece» (6.20). En este contexto, puede que el autoempobrecimiento al pie de la letra no sea una mala idea, si de hecho es un prerrequisito para ser admitido al reino.
Por lo tanto, Jesús exige que nos despojemos con el propósito de dar a los pobres. De hecho, les dice a sus oyentes que tienen que renunciar a todas sus posesiones si es que quieren seguirlo. Esto suscita obvias cuestiones prácticas, pero desde una perspectiva exegética (es decir, de entender simplemente lo que Lucas está diciendo), el imperativo de renunciar a todas las posesiones no es un problema en sí mismo; es perfectamente plausible que un autor antiguo dijera algo que a un lector contemporáneo le parezca difícil de tragar. El problema exegético surge cuando uno lee en el Evangelio de Lucas acerca de todas las personas que no se despojan a sí mismos y que, sin embargo, no son censuradas por Jesús, aunque él claramente dijo que sus discípulos tenían que renunciar a todas sus posesiones.
Por ejemplo, cuando Jesús envía a sus discípulos a predicar que el reino de Dios se ha acercado (10.1-11), les dice que no lleven dinero, ni siquiera una bolsa para la comida (10.4). No necesitarán provisiones, explica él, porque pueden esperar ser hospedados y alimentados por la gente a la que le predican (10.5-9). Esto plantea entonces la pregunta: si los discípulos predican el mensaje de Jesús en los pueblos, ¿no debería la gente de los pueblos también renunciar a sus hogares y posesiones en respuesta a ese mensaje? Pero entonces, ¿dónde se hospedarían los discípulos? ¿Quién alimentaría a los discípulos? ¡Estarían de hecho cortando la rama sobre la cual se sientan!
Sin embargo, contrario a lo que uno pudiera inferir, no parece que los discípulos hubiesen dicho a la gente que renunciara a sus posesiones. Más bien, Jesús les dijo que bendijeran la casa en la que se alojaran (10.5) y curaran a los enfermos que estuviesen allí (10.9), lo cual parece indicar más bien con bastante fuerza que es legítimo que los oyentes de los discípulos no renunciaran a sus posesiones. De hecho, cuando uno pasa al segundo libro de Lucas, los Hechos de los Apóstoles, hay varios propietarios de casas que al parecer reciben una descripción positiva.4 Entonces, ¿piensa Lucas que está bien tener casas y posesiones o no?
Hay algunos textos en los que el Evangelio de Lucas parece encontrar un equilibrio entre el despojarse y la posesión de bienes. Por ejemplo, Juan el Bautista dice a los que tienen dos capas que renuncien a una, y que compartan su comida con los pobres (3.11). Al principio, esta división en partes iguales parece repetirse en el ejemplo de Zaqueo, que dice que les dará la mitad de sus posesiones a los pobres (19.8). Sin embargo, en vez de decir: « ¡Ya estás a mitad de camino!» (Como se podría esperar si la renuncia completa fuera un requisito previo para la salvación), Jesús exclama de manera concluyente: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa» (19.9).
Para complicar aún más el asunto, hay partes del texto de Lucas que suenan a socialismo. Por ejemplo, Lucas dice que en la comunidad de Jerusalén, «nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían… pues no había ningún necesitado en la comunidad. Quienes poseían casas o terrenos los vendían, llevaban el dinero de las ventas y lo entregaban» (Hch 4.32, 34).5 Este texto es tan sorprendente que Karl Kautsky, secretario de Friedrich Engels (el coautor de El manifiesto comunista), argumentó, citando el libro de Hechos como evidencia, que la religión cristiana exige la implantación del comunismo.6
¿La limosna o el comunismo; el despojarse o la hospitalidad? ¿Cuál de estas alternativas realmente quiere Lucas que sus lectores adopten? Uno no puede vender su casa y luego ofrecer hospitalidad. Este es el mayor problema exegético de la ética de Lucas respecto a la riqueza: parece que se contradice. ¡Y mucho!
La impracticabilidad de la ética de Lucas
El segundo problema con la ética de Lucas respecto a la riqueza consiste en que algunas cosas que él enseña parecen que son no recomendables, irresponsables o poco prácticas. Esto no es un problema exegético en sí mismo, es decir, no es el tipo de problema que los eruditos del Nuevo Testamento suelen abordar. La tarea básica del erudito del Nuevo Testamento es sencillamente describir lo que dicen los autores bíblicos en términos que sean lo más acertado y objetivo posibles. Se esfuerzan para no permitir que sus compromisos religiosos ni suposiciones culturales distorsionen su lectura del texto del primer siglo. En consecuencia, no debería importarle a la exégesis del Nuevo Testamento si lo que Lucas o Jesús piensan es «práctico». La exégesis debería simplemente aclarar lo que Lucas o Jesús parecen haber dicho.
Este esfuerzo por ser objetivo es digno de elogio.7 Después de todo, incluso una persona religiosa comprometida que no se interesa en lo absoluto por la erudición todavía diría que quiere saber lo que Lucas o Jesús «realmente» dijeron, y la objetividad académica ayuda a este propósito. Sin embargo, la razón por la que la mayoría de la gente lee el Nuevo Testamento no es porque piensa que Lucas sea un artista literario a la par de Eurípides, que Santiago sea un filósofo del mismo calibre de Séneca o que Pablo sea tan gracioso como Luciano. Más bien, la mayoría de la gente lee el Nuevo Testamento porque es religiosa y porque cree que éste comunica verdades acerca de Dios, acerca de la interacción de Dios con el mundo y acerca de la manera cómo los seres humanos deben vivir.8 De manera que, si esquivamos la pregunta sobre si en realidad se puede poner en práctica lo que Jesús enseña en Lucas, sería como interrumpir la conversación justo en el momento cuando la cosa se pone interesante.
Habiendo dicho esto, es oportuno afirmar que hay muchas razones para pensar que la ética de Lucas respecto a la riqueza no es muy práctica ni deseable. Después de todo, si uno vende todo lo que tiene y da todo el dinero a los pobres, ¿no se convierte entonces en una persona pobre que necesita dinero? ¿Significa la venta de todo lo que uno posee que todavía uno puede ganar un salario? ¿Es coherente exigir que un discípulo de Jesús se despoje de lo que tiene y luego argumentar que esa persona deba ser atendida por otras personas que no se despojaron de todo lo que tenían? O, si uno tiene cierta inclinación a favor de la vía socialista, ¿qué se debe hacer con las personas que viven a costillas de la comunidad, que no trabajan tan duro como debieran y que no contribuyen al beneficio de todos? ¿Es eso sostenible como una práctica a largo plazo?
Menos piadosas pero probablemente más influyentes son las otras consideraciones de si la gente realmente quiere vivir de la manera que se presenta en el Evangelio de Lucas. ¿Estoy dispuesto a renunciar a todo excepto a un par de vestidos? ¿Quiero tener una multitud de invitados que coman en mi casa todos los días? ¿O, más aun, debo vender mi casa y obligar a mis hijos a dormir en la calle?
Entonces, ¿qué hacemos con la ética de Lucas respecto a la riqueza? Si las acciones que él requiere son totalmente imprácticas, y si sus contradicciones, aparentemente constantes, indican que él no ha considerado bien este asunto, ¿vale la pena tomarse la molestia con sus enseñanzas? ¿Cómo lidiar con el hecho de que Lucas y Hechos son parte del canon y están claramente muy interesados en la ética de la riqueza, aunque no sean tan buenos al explicar la ética de la riqueza? En resumen, ¿se puede rescatar la ética de Lucas respecto a la riqueza?
Aclaraciones: fortalezas y debilidades