El presidente

David Portnoy, simplemente Dave para sus amigos, «el presidente» para muchos otros, no representa a ciudadanos de un país, sino una actitud y una ideología. Es dueño de un imperio mediático singular, Barstool Sports, basado en sus principales intereses: deportes, juegos de azar y mujeres. Es una celebridad, no sólo en USA sino en todo el mundo. Tiene millones de seguidores fieles que compran desde las pizzas que él recomienda hasta las acciones que propone —como mínimas o grandes inversiones— en el mercado de valores. De hecho, lo acusan por provocar la fiebre de los Millenials en un mercado peligrosamente volátil. Portnoy es polémico, disruptivo, muchas veces molesto, pero innegablemente auténtico y espontáneo, políticamente incorrecto, pero siempre fiel a sí mismo.