Kitabı oku: «Haikus del canto y del agua», sayfa 2

PRÓLOGO

Hace ya unos cuantos años mi amigo el poeta Lara Cantizani, a quien está dedicado este libro, me habló por primera vez de los haikus. Hasta ese momento yo no había oído hablar de este tipo de poemas. Me habló de Issa Kobayashi y de Matshuo Bashoo, los grandes haikuistas japoneses, pues es de ese país de donde procede el haiku. Me habló de los trabajos que había hecho con sus alumnos y que culminaría con la publicación de un libro titulado “haikus del mal amor” del que me regaló un ejemplar. Su lectura despertó en mí el interés por este tipo de poemas y de alguna manera me abrieron el camino hacia ellos y así comencé a escribir una serie, a modo de ensayo, en los que recogía distintos temas de la vida cotidiana. A partir de la lectura de los versos de Kobayashi, Bashoo y otros poetas, me propuse profundizar un poco más en este tipo de poemas y de esas lecturas surgieron los versos que el lector va a encontrar en las páginas que siguen.

¿Pero qué es un haiku? aparentemente no es sino un poema de tres versos de 5-7-5 sílabas, pero sin duda, un haiku es mucho más pues pese a su brevedad se une el hecho de que va a hacer alusión a una estación del año y a la realidad cotidiana de ese tiempo y a la naturaleza. Un haiku es, en palabras de Ch. Maillard “Es una imagen de algo que sucede, de repente, para alguien”.

Un haiku, dada su sencillez, no tiene necesidad de ser explicado sino vislumbrado durante un instante y por tanto ha de asombrar a quien lo lea más que transmitirle una historia, pues como decía Bashoo, un haiku es algo que llega en un lugar y en un momento: llega el otoño: / el mar y el campo tienen / el mismo verde.