Kitabı oku: «Versos Breves Sobre Hermosas Mariposas», sayfa 2
2. POR UNA PARED BLANQUITA
Por una pared blanquita
un gusanito un día
corriendo allí estaba
pues muy rápido subía.
―¿A dónde vas gusanito?
―de pronto se escuchó
alguien que está volando
hasta allí se acercó.
Ella era muy pequeña
y él que la ha mirado
de pronto la dice ―¡Mira!
―Y ella se ha parado.
―¿A dónde quieres que mire?
―la mariposa decía.
El gusano la contesta
―¡La pared es solo mía!
―¿Qué quieres decir con eso?
―ella le está diciendo.
―Que no te pares aquí
que he de seguir corriendo.
―Pero ¿dónde vas deprisa?
―ella le ha preguntado.
―Hasta el techo y luego vuelta
―él así ha contestado.
―Pero ¿qué estás diciendo
que todo vas a subir
y cuando llegues arriba?
―y se pone a reír.
―¿Qué te ha hecho tanta gracia?
―el gusanito decía
al verla a ella reír
y ella le respondía.
―Pues si he oído bien
algo así he escuchado
que cuando llegues al techo
de nuevo vas para abajo.
―¡Claro, no creas que soy tonto!
―el pequeño contestaba―,
¿Qué voy a hacer yo allí?”
―ella muy seria se quedaba.
―Entonces ¿para qué subes
si vas a acabar bajando?
―pregunta la mariposa
que se marchaba volando.
―Así hago ejercicio
¿por qué te parece mal?
¿te digo yo que no vueles?
―y se vuelve a callar.
Pero ya la mariposa
escucharle no podía
mucho se ha separado
por la ventana salía.
Y el pequeño trepando
por la pared va subiendo
y cuando llegue al techo
la bajará él corriendo.
AMOR
3. VOLANDO UNA MAÑANA
Volando una mañana
una mariposa estaba
viento fuerte la arrastraba
y lejos se la llevaba.
La mariposa mirando
por alrededor estaba
a dónde habrá llegado
extraño lo encontraba.
Antes árboles había
y flores de mil colores
pero ahora no veía
ni los árboles ni flores.
Perdida se encontraba
no sabía qué pensar
cuando de pronto decide
ponerse fuerte a cantar.
Una canción muy bonita
la mariposa entonó
y alguien que había cerca
enseguida la escuchó.
Curioso se ha acercado
para ver quién lo cantaba
lo que estaba escuchando
y rápido preguntaba.
―¿Me la puedes enseñar?
La mariposa escuchó
a mirar a quién hablaba
media vuelta ella se dio.
Se ha quedado sorprendida
no se podía esperar
que nunca un caracol
la fuera a ella a hablar.
―Pero ¿quién te ha enseñado?”
―rápido le preguntó.
―¿El qué? ―él ha preguntado.
―A hablar ―le contestó.
―Pero ¿qué estás diciendo?
siempre yo así he hablado
―le dijo el caracol
que esperaba a su lado.
―Te he escuchado cantar
y mucho me ha gustado
¿Me quisieras enseñar?
―de nuevo le ha preguntado.
La mariposa riendo
enseguida contestó
―¡Claro que te enseñaré!
―le dijo al caracol.
―Mira, pon así la boca
―indicándole estaba―,
y ahora sopla fuerte.
Y así le enseñaba.
Al ratito ya sabía
cantar bien el caracol
muy contento la decía
―¡Te dedico esta canción!
Y poniéndose muy serio
se ha puesto a cantar
una canción a su amiga
que volando ya se va.
Desde entonces se escucha
cada día un cantar
pues es aquel caracol
que eso le gustará.
Cada vez lo hace mejor
a todos les agradaba
oír a aquel caracol
por lo bien que él cantaba.
Y cuando le preguntaban
cómo había aprendido
él siempre les explicaba
que su amiga había sido.
Una linda mariposa
que a su lado se posó
una mañana temprano
que el viento la arrastró.
La que le había enseñado
ese bonito cantar
y para no olvidarlo
siempre lo va a ensayar.
AMOR
4. EN EL CAMPO ALLÍ CON OTRAS
En un campo allí con otras
la mariposa volaba
pero era diferente
tristeza se le notaba.
―¿Qué te pasa mariposa?
―la mariquita decía.
Ella callaba y callaba
y nada respondería.
La mariquita intrigada
volvía a preguntar
a su amiga le pasaba
algo y no lo quiere contar.
―¡Mariposita confía
sólo te quiero ayudar!
―la mariquita decía
cuando la veía acercar.
La mariposa posada
en la rosa se quedó
pero no decía nada
muy callada la miró.
Su amiga la mariquita
insistía e insistía
―¡Anda, cuéntame qué pasa!
―una y más veces decía.
―Nada, no me pasa nada
―esa respuesta escuchaba
pero ella que no es tonta
así no se conformaba.
―Sé que no quieres decirlo
pero no me engañarás
te conozco desde chica
¡Quiero saber la verdad!
―Es cierto que me conoces
sí me quieres ayudar
¡Déjame estar solita
aquí en este lugar!
―¿Tú sola?, he escuchado
¿Cómo te voy a dejar?
eso nunca te ha gustado
¡Te quiero acompañar!
La mariquita a su lado
en la rosa se posó
pero como pesa tanto
la hojita se movió.
Casi se caen las dos
y qué risa les ha entrado
volando salen de allí
riendo han continuado.
La pena que antes tenía
parece que se le ha pasado
la mariquita al fin
a su amiga ha ayudado.
La tristeza sabe ella
cómo se puede curar
haciéndole compañía
y también reír lograr.
AMOR
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