Kitabı oku: «Versos Breves Sobre Tormentas», sayfa 2
3. LA SIRENITA TRISTE
Nadando una mañana
una sirenita estaba
seria tenía la cara
muy triste se encontraba.
El sol que estaba saliendo
enseguida se fijó
en la pequeña sirena
y un poquito la alumbró.
Ella le mira y le dice
―No te molestes por mi
la pena que me embarga
no se me quita así.
Como él es muy curioso
enseguida preguntó:
―¿y de que es esa pena?
que lo quiero saber yo.
Le responde la sirena
―No te lo quiero contar
que seguro que te ríes
y no lo podré aguantar.
―¿Reírme? ―dice el sol―
eso nunca lo haría
lo que trato es de ayudarte
y que tengas un buen día.
Aunque no está convencida
se ha puesto a contar
que la pena que ella tiene
es que no puede andar.
Una carcajada el sol
enseguida ha echado
―¡Andar tú! ¿y para qué?
eso nunca lo he escuchado.
―¡Ves cómo te has reído!
―la sirenita decía.
―Es que es muy divertido
―el sol así respondía.
―Divertido, no lo entiendo
me lo quieres explicar.
―No, primero tú me dices
¿para qué quieres andar?
―No lo sé ―le dice ella―
pero no puedo dormir
quisiera tener dos piernas
y así poderme ir.
―¿Pero a dónde te irías?
―el sol está preguntando.
―A recorrer los caminos
yo me iría andando.
―Pero eso es muy cansado
y no lo resistirías
es peor que ir nadando
―Y ella le insistía.
―¡Que no!, que yo quiero ver
a dónde acaba el mar
esa tierra tan bonita
la quisiera visitar.
―Mira ―le dice el sol
pues él bien lo conocía―
cuando se acaba el mar
solo hay tierra vacía.
―Pero ¿cómo dices eso?
creo que no puede ser
árboles seguro que hay
desde aquí los puedo ver.
»A veces en la tormenta
por aquí he visto flotar
troncos que trajo el viento
atravesando el mar.
El sol está pensativo
y al momentito decía
―Pero no te gustará
la tierra es dura y fría.
La sirena no le cree
y de esta forma afirmaba
―Si no hay agua allí
seguro que me gustaba.
―¿Pero por qué dices eso?
―el sol así la decía.
Ella le dice bajito
―Es que esta está muy fría.
Riendo el sol la contesta
―Eso lo arreglo yo
―Y poniéndose a lucir
el agua le calentó.
La sirena sonriente
ya no se quiere marchar
ahora se encuentra bien
nadando allí en el mar.
El agua se ha calentado
y nada con alegría
porque a ella no le gusta
nadar en el agua fría.
AMOR
4. LA HOGUERA
La hoguera está encendida
sentados alrededor
la gente entretenida
cuentan historias de amor.
Esperando ya están todos
que yo comience la mía
quieren saber de ese modo
lo que yo cuento este día.
Comienzo hoy muy distinto
porque quiero aquí contar
sucesos quizás muy lindos
que pasaron en este lugar.
Para empezar, te diremos
dónde estamos aun
sentados y partiremos
cuando esto acabes tú.
Nos hemos reunido aquí
tres niños y dos mujeres
los restantes somos hombres
lo digo para que te enteres.
Somos pocos como ves
los tiempos así lo quieren
te lo diré aquí después
dónde están otras mujeres.
Los niños son muy pequeños
pero entienden muy bien
luego un día serán dueños
de las historias también.
Hemos pasado ya el día
noche cerrada ya es
cuando esto se hacía
otro tiempo es después.
Ya todos están callados
esperando el comienzo
la hoguera brilla al lado
calienta y ya empiezo.
―Había por estos lares
en tiempos ya muy lejanos
unos pájaros cantores
que se les decía enanos.
»Su tamaño era tan chico
que eran difíciles de ver
pero por su trino bonito
se les hacía querer.
»Al llegar la primavera
cantaban ya sin descanso
entonaban la primera
cuando salía el ganso.
»No dejaban de cantar
sólo los días de lluvia
con eso querían avisar
esos días de penuria.
»Una mañana temprano
antes de hacerse de día
cantaban con gran estruendo
a las gentes sorprendían.
»No dejaban de cantar
a todos les despertaron
no se podían parar
estábamos extrañados.
»Aunque de noche se estaba
eso no era normal
al pájaro algo le pasaba
para que cantara tan mal.
»Cuando viendo qué pasaba
el grupo así veía
los pájaros se posaban
en los hombros aquel día.
»La actitud era muy rara
en eso coinciden todos
cuando mirar qué pasó
y sucedió de este modo.
»Empezaron a escuchar
algo que no entendieron
pero pudieron oír
claro y así lo hicieron.
»¡Huir, huir, huir!
»Decía alguien.
Ellos a nadie veían,
pero era insistente
algo de ellos querían.
»Uno el más diligente
al momento comprendió
los pájaros les hablaban
algo así sucedió.
»Salieron todos corriendo
los pájaros les guiaban
se subieron a unos riscos
todos por allí trepaban.
»Al rato un gran estruendo
en el valle se escuchó
un terremoto tremendo
todo aquello asoló.
Las gentes de esta historia
se salvaron por los pelos
luego todo fue euforia
no hubo así ni un duelo.
Por escuchar los avisos
y saberlos atender
se salvaron todos ellos
como después me enteré.
La naturaleza cambia
eso es muy natural
hay que adaptarse a ello
y saber también cambiar.
Nos avisa ya del trueno
y cuando viento va a hacer
pero nosotros tenemos
siempre que obedecer.
No quiere hacernos daño
pero tiene que cambiar
piensa no eres su dueño
y la tienes que dejar.
Esa lluvia cuando cae
quiere hasta el río llegar
refrescar todo el entorno
y los campos ya regar.
El río no está allí
algo a él le ha pasado
la lluvia que cae aquí
el problema ha encontrado.
El hombre le ha tapado
el curso que ya tenía
ha construido un pantano
y el agua retenía.
No deja que siga libre
su recorrido en la vega
le pone mil ataduras
y si puede hasta le ciega.
Tapona el curso del río
y le mueve a otro lado
luego le quita el sentido
al terreno así ganado.
Construye para vivir
en un lugar peligroso
compitiendo por salir
del pulso así airoso.
Pero un día la lluvia
cae con más abundancia
su curso natural busca
Ücretsiz ön izlemeyi tamamladınız.