Kitabı oku: «Emociones fragmentadas»
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E.V.A
Emociones fragmentadas / E.V.A. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Autores de Argentina, 2020.
Libro digital, EPUB
Archivo Digital: online
ISBN 978-987-87-1176-8
1. Autoconocimiento. I. Título.
CDD 158.1
Editorial Autores de Argentina
www.autoresdeargentina.com
Mail: info@autoresdeargentina.com
Y siendo joven y sumergido en la locura,
me enamoré de la melancolía
- Edgar Allan Poe
PRÓLOGO
Cuando la palabra comienza a deambular los cuerpos. Cuando comienza a hacerse de las almas. Cuando comienza a levantarse de todos los infiernos, a caer de todos los cielos que la humanidad se constituye para salvar en parte algo de sí misma. Ella se hace de nuevo en el principio de las cosas y de uno mismo. Se hace todos los barros que conjugan el dolor de ser humanos y la virtud de serlo en un nuevo nacimiento de la poesía. Se hace simplemente un estar siendo, a un abrazo de tocar el cielo siempre, y siempre a una caída, del infierno. La palabra se hace llaga arbitraria, solo para ser sanada por el poema, por el grito en medio del desierto de un verso que atraviesa la existencia. Y la atraviesa desde los lugares más oscuros o desde los soles más abrazadores y luminosos. Es ahí donde la poesía encuentra a la autora para decirse:
(…)
Porque nunca nada es suficiente
Porque la vara es demasiado alta
Porque la perfección no llega
Y ya no tengo más tiempo
Ni ganas de volver a perder.
Aguas turbias que me llevan
Con mi oscuro reflejo
Mi espejo, mi espectro
Mis demonios internos.
(…)
Es ahí donde la abraza para en un abrir y cerrar los ojos:
(…)
Sin tiempo sin apuros
Complejo pero pleno
De amor, alegrías
Y un futuro incierto
Pero lleno de caricias
(…)
Comenzar a lamer sus heridas para hacerse, para constituirse de nuevo en el poema, E. V. A.
La poesía tiene semillas en todos los paisajes donde varones y mujeres constituyen lo verdaderamente humano de ser humanos. Pero no todos los varones y mujeres ven, oyen o sienten al poema siendo en los paisajes. La poesía asienta en todos, pero solo algunos se animan a detenerse y mirar, y mirarse en sus espejos. Hay tanto de vicio y de virtud en lo que somos que la autora no puede dejar de revelarse y de gritar la esencia de las cosas desde de la mirada hacia ellas y hacia sí misma para señalar y señalarse, para contemplar y contemplarse en ese grito entre las hojas:
(…)
Dos enormes soledades
Tiradas en una esquina
Pasan desapercibidas
Invisibles por un rato.
Dos locos amantes
Llenos del más intenso fuego
Con mil derrotas de amor y una huida.
(…)
E. V. A. es una escritora existencialista que va mudando de gloria en gloria todos sus infiernos, todos sus cielos, para constituirse de nuevo en el verso que la expone, a un abrazo del cielo y a un paso del infierno, porque si hay algo de cierto en la poesía es que camina los límites más ínfimos entre el ser y el sentir que se es nada en un abrir y cerrar de ojos. Simplemente, porque, como señala la autora:
(…)
Me reconozco y me pierdo, de nuevo.
Aturdida en tus gritos mudos.
Silencios voraces.
Chocan, rompen y desarman.
Se encuentran, unen, y sanan.
Diciendo todo sin palabras.
Morimos y volvemos a nacer.
(…)
Presentar a una nueva escritora no es cualquier ejercicio en el andar de un escritor. Tener la oportunidad de estar en el mojón (el libro) que lanza al bosque de miradas críticas, a quien se anima a decir y decirse desde el pensamiento. A quien se anima a reflexionar sobre sí misma en el salto hacia atrás que la impulsa hacia el desafío de sobreponerse cada día todos los días. Y lo hace con el auxilio de la poesía, no deja de ser un maravilloso desafío de sumar al universo de la literatura, el peso de una experiencia singular haciéndose verbo, accionar hacia adelante en su poesía.
Eva es una constante manifestación del grito de una humanidad constituyéndose desde sus extremos, poesía. Sin descanso, sin pausa, a un abrazo de tocar el cielo siempre, y siempre a una caída, del infierno.
(…)
Queda a medio andar.
Tanto amor que remueve fantasmas
Arden cicatrices, estalla el alma.
Explota el todo en la nada
Las miserias se callan.
Ahí estás otra vez
Sacándome del infierno que soy y no ves.
(…)
Es un placer, una maravillosa oportunidad como escritor, ser quien te diga, estimado lector/a, que la poesía de E. V. A. es una posibilidad de mirarnos cara a cara desde el poema. Mirarnos y entender, desde su decir poético, que en el principio era la palabra y la palabra se hizo principio resiliente, tuyo, mío, nuestro, en el versar de E. V. A. Te invito a descubrir a la poetisa de lo más humano de nosotros: caer, para de nuevo levantarse y hacerse poesía en Emociones fragmentadas.
Un abrazo en las palabras
Darío Valenzuela
(escritor, poeta, tallerista, profesor de Lengua y Literatura)
AGRADECIMIENTOS
A mi Alba y Renacer, amor de mi alma.
A mi padre y mi abuela por el apoyo incondicional.
A la vida por enseñarme lo que es la resiliencia.
INTRODUCCIÓN
Lo bueno de lo malo
Ya no me importa lo políticamente correcto. Si al fin y al cabo, quien más aprende es quien tuvo más experiencias, en su mayoría malas. Sí, hay excepciones y tampoco es una apología al libre albedrío ni al “sale como sale”. Si no que la vida te lleva a entender que de las cosas malas es de donde más envión tomamos, lo que más nos nutre, donde más aprendemos. Porque sin el sentimiento de lucha no conoceríamos el regocijo de gloria.
Hay que animarse a sentir más lo que nuestro ser nos dicta con lo sencillo que suena decirlo, pero lo complejo que es llevarlo a la práctica. Y sí, nos equivocamos, erramos, fallamos, sufrimos, lloramos. Pero siempre, siempre, nos levantamos tarde o temprano y seguimos más plantados que nunca. No por haber encontrado el camino, sino por saber por dónde ya no debemos pisar.
Cuesta. Muchas veces tropezamos con la misma piedra una y otra vez. Hasta que nos permitimos transitar el error/dolor, abrazarlo y finalmente soltarlo. Solo en ese momento lo superamos. A veces nunca lo logramos. Pero hay que animarse, hay que sentir más, conocerse, ser conscientes.
Porque, ¿qué tan factible es apostar sobre seguro? ¿Qué tan lejos llegamos? ¿Qué tan conformistas nos tornamos?
Vivir y sobre todo sentir con desapego. Transitar las emociones, sentimientos y experiencias. Que son nuestras enseñanzas. A veces buenas, a veces malas. Pero para eso están.
Permitirnos sentir dolor duele. Pero cuando lo hacés con conciencia, uno hasta llega a agradecerlo. Porque nos hizo afrontar, nos hizo crecer y trascender. Así con todo. Nada nos pertenece realmente, ni siquiera nuestras propias experiencias porque son un conjunto de muchas otras colectivas. Porque todos tenemos que ver con todos, todos somos todos. Todos somos uno.