Kitabı oku: «París responsable»
PARÍS responsable
Diseño: Paloma Valverde
Cartografía: Gonzalo Pires, © Alhenamedia
Texto: Elena del Amo, Rubén González y Alhenamedia
© Fotografías: Imagen M.A.S., Europhotos-Shutterstock, Hotel Crillon, Samot-Shutterstock, Benh Lieu Song, Sugarplum Cake Shop, Du pain et des idées.
Fotografía de portada: © Samot-Shutterstock
Primera edición: junio de 2015
ISBN: 978-84-16395-94-1
© Alhenamedia
C/ Rabassa, 54
08024 Barcelona
T. 934 518 437
Ningún contenido de este libro podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin la autorización previa y por escrito del editor. Reservados todos los derechos.
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Los autores
Elena del Amo
Licenciada en periodismo, con un postgrado en Información Internacional y Países del Sur y un master en Migraciones y Relaciones Interculturales, esta madrileña inició su andadura profesional en la decana revista Viajar, aunque antes de oficiar como periodista se curtió en otros trabajos que le permitieron conocer a fondo muchos otros rincones del planeta.
Rubén González Alonso
Nacido en Aranjuez en 1976, es consultor de comunicación y periodista especializado en turismo. A lo largo de sus más de diez años de carrera ha compaginado su labor profesional trabajando en medios, empresas turísticas y consultoras de comunicación corporativa, con una de sus grandes pasiones: las guías de viaje.
Imagen M.A.S.
Más de 25 años de trabajo en las principales editoriales y revistas del mundo avalan el trabajo de Imagen M.A.S. en la fotografía de patrimonio, monumental, turística y artística.
En España, donde han participado en más de 500 libros, son colaboradores asiduos de las revistas de viajes: National Geographic, Geo, Altair, Descubrir, Viajes.
Qué te encontrarás en esta guía
Alhenamedia Responsable no es una colección más, es un concepto, una manera de enfrentarse al viaje que recuerda a los grandes viajeros del siglo XIX en su búsqueda de la originalidad y lo diferente, y a veces de lo exótico.
DESCUBRE PARÍS
Descubre París es un primer acercamiento a esta bella ciudad. Son pequeñas pinceladas sobre su gente, su estructura, historia... Conocerla a través de lo que se ha escrito o filmado y también identificar el mejor momento para visitarla y cómo hemos de recorrerla.
IMPRESCINDIBLES
Imprescindibles son todos aquellos aspectos de la ciudad que el viajero que llega por primera vez a ella no debería perderse; esos lugares por los que te preguntarán tus amigos cuando regreses.
RECORRE PARÍS
Los monumentos, museos y espacios de la ciudad son el reflejo más claro de lo que fue y de lo que será. A través de sus edificios descubrimos sus riquezas, gustos y modas. El respeto por el patrimonio es el primer acto responsable de todo destino que desee permanecer en el recuerdo de sus viajeros.
DISFRUTA PARÍS
La gastronomía, las tiendas, los cafés de París... son algunos de los aspectos que hacen a esta ciudad única. Disfrutar París es dejarse llevar y mezclarse entre la gente; en resumen, llevarse París en el alma.
INFO PRÁCTICA
Aspectos importantes a tener en cuenta antes y durante el viaje para sacarle el mayor partido o evitar sobresaltos: visitas guiadas, seguridad, oficinas de turismo...
Mapa digital con geolocalización
Alhenamedia Responsable te da la posibilidad de descargar el mapa digital de París en tu móvil o tableta, de modo que puedas realizar tu viaje sin miedo a perderte. Para ello deberás bajarte la aplicación PDF Maps en tu dispositivo desde cualquiera de estas dos direcciones:
Android: https://play.google.com/store/apps/details?id=com.Avenza
iOS: http://itunes.apple.com/ca/app/avenza-pdf-maps/id388424049?mt=8#
Una vez instalada PDF Maps, podrás cargar en ella el mapa de París diseñado por Alhena desde la siguiente dirección (el mismo mapa te servirá para cualquier sistema operativo):
http://alhenamedia.info/?q=es/content/mapas-digitales
Funcionalidades
• Geolocalización: podrás navegar por la ciudad sin perderte utilizando el GPS de tu dispositivo y sin necesidad de conectarte a Internet (sin costes de roaming).
• Añadir información en el mapa y todas las imágenes que desees, creando tu propia guía de viaje.
• Calcular distancias y compartir tu mapa y tu viaje con tus amigos.
Si puedes elegir... ¡elige responsable!
«Dale a la tierra el cuidado y respeto que se merece; aprende sobre su entorno y geografía; dedica tiempo a conocer a su gente y su arte, su cultura, historia y modo de vida. Mientras disfrutes, conozcas y aprendas en tus viajes, recuerda la importancia de preservar esos tesoros para aquellos que puedan seguir tus pasos» (Responsible Travel Handbook, 2006).
El turismo responsable agrupa diferentes tipos de viajes con un elemento común: minimizar los impactos negativos del turismo en el entorno y maximizar las contribuciones positivas del mismo en las comunidades locales. Viajar responsablemente no es sinónimo de penurias, sacrificios, ecologismo o tercer mundo... lo que pretende es convertir cada viaje en algo único y auténtico a la vez que deja una huella positiva en el destino.
Bajo el paraguas de turismo responsable se agrupan conceptos como turismo justo, turismo sostenible, ecoturismo y turismo de sensaciones.
El turismo responsable está orientado a los viajeros que a la hora de elegir apuestan por lo auténtico, por lo diferente, por enriquecerse y por la conservación del patrimonio cultural y natural.
El turismo responsable afecta a todos los aspectos del viaje: cultura (disfrute del patrimonio cultural del lugar y de sus costumbres y tradiciones sin intentar influir en ellas); espacio y entorno (el paso del viajero ha de afectar lo menos posible a la naturaleza), y gentes (detenerse a comprender los diferentes modos de vida de un modo respetuoso).
El turismo responsable está relacionado con la curiosidad por descubrir y entender lo nuevo, lo diferente… y disfrutar de ello.
Decálogo del viajero responsable
1. Abre tu mente a nuevas culturas y tradiciones y sé tolerante ante la diversidad.
2. Respeta los derechos humanos; cualquier forma de explotación vulnera los objetivos del viaje.
3. Ayuda a conservar el entorno natural y procura no dejar otra huella que la de tu calzado.
4. Respeta el patrimonio artístico, arqueológico y cultural del destino.
5. Si compras regalos, procura que estos sean expresión de la cultura local.
6. Cuando planifiques tu viaje, elige aquellos proveedores que se preocupan por los derechos humanos y por el medio ambiente.
7. Utiliza los recursos naturales con moderación y procura minimizar la generación de residuos.
8. Disfruta con las costumbres, gastronomía y tradiciones de la cultura local.
9. Si visitas espacios sensibles, infórmate antes cómo hacerlo.
10. Contribuye al desarrollo de un turismo responsable, justo y sostenible.
Tienda en el barrio Judío.
París responsable
Las grandes metrópolis no suelen ser buenos ejemplos de sostenibilidad, sino más bien todo lo contrario. Son importantes núcleos de contaminación, de abuso de recursos y de insostenibilidad energética. Pero algunas ciudades están llevando a cabo ajustes para intentar, sin prisa pero sin pausa, cambiar esta escena. Las que llevan más ventaja en este campo son, como es fácil adivinar, las ciudades nórdicas. Pero París también ha hecho importantes avances y todo indica que estos no sólo van a seguir, sino que aumentarán progresivamente.
Un buen ejemplo de esta tendencia lo encontramos en el símbolo de la ciudad: la torre Eiffel. Durante la noche se iluminaba durante diez minutos cada hora y recientemente se ha reducido a cinco, lo que significa un ahorro de energía, además de prolongar la vida de las bombillas. Sin duda es un dato casi anecdótico, pero son estos detalles los que indican una tendencia hacia un modelo más respetuoso con el medio ambiente.
El concepto ecoamiogable también se ha extendido en el sector privado y son numerosos los negocios que lo aplican. Proliferan las tiendas de perfumes elaborados sin añadidos químicos, de ropa 100% orgánica o confeccionada con materiales reciclados, de comercio justo, de muebles de segunda mano, de decoración para el hogar elaborada en fábricas respetuosas con el medio ambiente… En París se puede encontrar ya todo tipo de propuestas en comercios éticos, justos y ecológicos.
Entre los restaurantes son muchos los que lucen el distintivo AB (Agricultura Biológica) y parece que cada semana abra un nuevo local vegetariano. Incluso algunos de alta cocina se han apuntado a esta tendencia, como L’Arpège, que obtiene gran parte de sus materias primas de su propio huerto. También abundan las tiendas de alimentación bio y hay mercados especializados en estos productos.
Cómo es París
Sus habitantes
Bertrand Delante, elegido alcalde de París en 2001, definió esta ciudad como la de todos los enamorados de la justicia, la libertad y la belleza. Una tríada que ha estado irremediablemente unida a la urbe durante siglos: de la justicia y la libertad de la Revolución Francesa y Mayo del 68 a la belleza de palacios, museos y monumentos que salpican toda la ciudad. Pero qué sería de una ciudad, por grandiosa que sea, sin sus habitantes que, al fin y a la postre, son los que le proporcionan energía, personalidad, en definitiva, alma. Los parisinos se muestran orgullosos de serlo. Cierto es que se les acusa de estar bajo el irremediable influjo del estrés causado por una urbe inmensa, con alrededor de doce millones de habitantes. A pesar de que son definidos como arrogantes o antipáticos, en muchas ocasiones basta con un sencillo bonjour y un merci para que muestren su rostro más amable, educado y cálido, esa mezcla de romanticismo y seducción de alguien al que le encanta disfrutar de los placeres de la vida. Los parisinos, como todos los franceses, son extremadamente protocolarios a la hora de relacionarse: madame, monsieur, merci, bonjour y el permanente trato de usted son casi obligados.
Jugando al ajedrez en los jardines de Luxemburgo.
Los distritos
La ciudad está formada por veinte distritos, con una población de alrededor de 2,3 millones de personas. Contando el área metropolitana de la capital, el número de habitantes se sitúa en torno a los doce millones, distribuidos en unos 14.500 kilómetros cuadrados, lo que da una idea de la magnitud del gran París. La altitud media es de tan solo treinta metros sobre el nivel del mar, situándose el punto más alto a 148 metros de altura, en la Rue du Telegraphe, en el distrito 20.
Los distritos parisinos o arrondissements conforman una espiral que nace en el centro de la ciudad y gira en el sentido de las agujas del reloj. Los menos poblados son los del centro, en los que el precio de la vivienda es casi prohibitivo y en el que predominan oficinas y edificios públicos. Los distritos 1, 2, 3 y 4 (Louvre, Bourse, Temple y Hôtel-de-Ville, respectivamente) constituyen el corazón de París, de Notre Dame al Louvre. Los distritos 5, 6 y 7 (Panthéon, Luxembourg y Palais-Bourbon) representan la cuna de tendencias y manifestaciones culturales de todo tipo, del barrio Latino a la Torre Eiffel. Las zonas 8 y 9 (Hélice y Opéra, en el que se acumula el mayor número de hoteles y los más caros) están dedicadas a los negocios y al comercio, con los Campos Elíseos como arteria principal. En el distrito 18 se encuentra la colina de Montmartre, con la basílica del Sacré Coeur, el barrio de los pintores y el Moulin Rouge como lugares más destacados.
Cada distrito está formado por barrios o quartiers que dibujan un variado paisaje urbano en el que se entremezclan culturas, acentos y modos de entender la vida, que van del encanto literario de Saint-Germain-des-Prés a Little Tokio, barrio japonés en pleno centro parisino. Al hablar de barrios es inevitable citar el Barrio Latino, tradicional distrito universitario, con la Sorbona, el Museo Cluny y el Instituto del Mundo Árabe al frente. En Montparnasse, la torre de oficinas del mismo nombre ofrece desde su azotea una espectacular vista de la ciudad. Saint Germain, situado entre el Quais de Conti y los jardines de Luxemburgo incluye la iglesia de Sant Germain de Prés, la más antigua de la ciudad, y la de Saint Sulpice, la segunda más grandiosa tras Notre Dame. Algunas de las calles que son historia viva de París son Rue Rivoli, avenida Foch, Rue de la Paix, Rue de Grenelle o el Boulevard des Capucines.
La autopista de circunvalación Périphérique, de 35 kilómetros de longitud, marca los límites de los veinte arrondissements. El vanguardista barrio de la Defensa, además, conforma el distrito 21 de la capital, presidido por el Arco de la Defensa, en torno al cual se reúne una colección de grandes rascacielos que se han situado como el emblema del París del siglo XXI.
París en la literatura
La historia de París está vinculada, ineludiblemente, a la de los creadores y artistas de la palabra que han desarrollado su obra entre sus calles y plazas. En el Boulevard Saint Germain —considerado hoy como una de las zonas más selectas de todo París— se encuentran los cafés y rincones mágicos en los que Beauvoir, Verlaine, Camus o Rimbaud pasaron largos ratos escribiendo. Cortázar es otro ejemplo del escritor que sucumbió al encanto parisino, recorriendo sus calles en busca del legado de Hemingway, Proust o Victor Hugo. En París nace y muere Grenouille, protagonista de El perfume de Patrick Suskind. Scott Fitzgerald escribió las últimas páginas de El gran Gatsby sentado en el parisino Café Voltaire, mientras que Zoe Valdés escribe en su última novela, El todo cotidiano, sobre el exilio cubano visto desde las calles de París, ciudad en la que vive actualmente.
Parece como si esa herencia literaria esté todavía presente hoy a orillas del Sena, conservada por los más de doscientos bouquinistes o libreros de viejo que a lo largo de tres kilómetros conforman una permanente feria literaria formada por 300.000 volúmenes situada frente al barrio Latino, espacio en el que escritores como Baudelaire garabatearon las mejores líneas de la literatura universal.
Libreria Shakespeare.
Balzac y Victor Hugo
Dicen que toda ciudad encierra un alma literaria que la ha desbordado y que en el caso de París, esa figura la encarna Honoré de Balzac, el novelista francés más importante de la primera mitad del XIX, y el principal representante, junto con Flaubert, de la novela realista. Su opus magnum, titulada la Comedia humana, está formada por varias decenas de novelas en las que describe de modo exhaustivo a la sociedad francesa y parisina de su tiempo. Uno de los grandes amigos de Balzac fue Victor Hugo, gran exponente del romanticismo francés, escritor prolífico, pensador, filósofo y reformista, autor de Nuestra Señora de París, que relata la desdichada historia de Esmeralda, una gitana, y del famoso Quasimodo, un jorobado sordo responsable de las campanas de Notre Dame en el París del siglo XV.
París en el cine
Una de cada dos películas francesas se rueda en París, lo que supone que, por ejemplo, sólo en 2006, la ciudad acogiera 730 rodajes. A lo largo de la historia, la Ciudad de la Luz ha sido protagonista de clásicos como Charada, con Cary Grant y Audrey Hepburn; el musical Un americano en París o la tórrida El último tango en París; y de títulos recientes como María Antonieta, de Sofía Coppola, El código da Vinci, en la que el Museo del Louvre es pieza fundamental de la trama, u Origen, de Christopher Nolan, donde las calles de París se convierten en el lugar ideal para la creación de laberintos.
En París je t’aime se muestra la ciudad vista por los ojos de algunos de los directores más aclamados del mundo, que cuentan diferentes historias utilizando la urbe como telón de fondo. Amélie, esa fábula interpretada por Audrey Tautou, fue rodada en el barrio de Montmartre. Algunos de sus escenarios, como el Café des deux Moulains, en la Rue Lepic, en el que trabaja la protagonista, o la frutería del número 56 de la Rue des Trois Frères, se han convertido en parte de los lugares que hay que conocer. Junto a Tautou, otras estrellas parisinas que lucen en el universo cinematográfico son Luc Besson, Juliette Binoche, Sophie Marceau, Marion Cotillard, Brigitte Bardot o Catherine Deneuve.
Historia
Como toda gran capital que se precie, el origen de París se debate entre la leyenda y la historia. No obstante, parece seguro que el núcleo primitivo de la ciudad se sitúa en la Île de la Citté, en la que hacia el año 100 a.C. se asienta la tribu de los parisii. Algo menos de 50 años después los romanos vencen a los parisii, convierten al poblado en Lutecia e inician una etapa de expansión, interrumpida por las invasiones germánicas y bárbaras. En el siglo V, Atila se dispone a arrasar la ciudad, por lo que los parisinos deciden abandonar sus casas. Cuenta la tradición que las oraciones de una joven de diecinueve años dotada de la gracia del Espíritu Santo y de nombre Genoveva, provocaron que finalmente los hunos bordearan la ciudad, dirigiéndose a Orleans. Desde entonces, Santa Genoveva es considerada patrona de París. Tras la conversión de Clodoveo al cristianismo, la conocida antaño como Civitas Parisiorum o simplemente Parii, se convierte en la capital del reino merovingio, condición que pierde durante la época carolingia.
Las arenas de Lutecia, reflejo del pasado romano de París.
La Sorbona
La construcción de un segundo recinto amurallado durante el reinado de Felipe Augusto (1180-1223) permite a París incorporar el cinturón de burgos construido en torno a la iglesia de Saint-Germain-des-Prés y del área comercial nacida en la orilla derecha del Sena. Con ello, la burguesía consolida su posición y la universidad comienza a ganar importancia, gracias, en buena parte, a los privilegios concedidos por el propio Felipe Augusto en 1208. En 1257 Robert Sorbon funda el colegio sobre el que se levantará la Universidad de la Sorbona. En 1357, Carlos V ordena construir un tercer recinto amurallado, lo que permite a París seguir creciendo, a pesar de que corren tiempos convulsos: la revolución de Étienne Marcel (1356), de los Maillotins (1382), la guerra entre las casas de Borgoña y Armagnac (1407) o la revuelta de Simon Caboche (1413) son prueba de una etapa, que se extiende durante los dos últimos siglos del medievo, de continuas luchas y revueltas. Durante el reinado de Luis XII (1498-1515) se levanta en las Tullerías un nuevo recinto fortificado, que se revela tan inútil como los anteriores. En 1622 se constituye el Arzobispado de París, ya que la importancia ganada por la ciudad no le había impedido seguir dependiendo de la diócesis de Sens.
El rey Sol
En 1643, con tan sólo cinco años, es coronado Luis XIV, el rey Sol, que ordena la destrucción de las murallas y la transformación de la ciudad según un plan ideado por Colbert: surgen así barrios nuevos, plazas, monumentos civiles y militares y jardines públicos al amparo de un modelo de urbanismo de inspiración eminentemente clásica. Luis XIV aúpa a Francia a una posición de privilegio en Europa al incrementar el territorio, el poder y la influencia francesas. Europa comienza a admirar a Francia y su cultura, gastronomía y estilo de vida; el francés se convierte en la lingua franca para toda la élite europea, incluso en la lejana Rusia de los Romanov. El rey Sol, además, convierte Versalles en un espectacular palacio real erigido sobre un antiguo refugio de caza construido por su padre.
Napoleón y la revolución
La hegemonía francesa lograda por Luis XIV no es sino multiplicada por Napoleón Bonaparte, general de origen corso, gran estratega militar y político, que desarrolla una espectacular carrera por el poder hasta su coronación como Emperador en 1804. Napoleón divide París en doce distritos y emprende nuevas reformas urbanísticas en una ciudad que previamente ha sido escenario de la Revolución Francesa, iniciada con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizada con el golpe de estado del propio Napoleón en 1799. En 1830 y 1848 París vuelve a ser escenario de diversos levantamientos revolucionarios.
Napoleón III, presidente de la República Francesa hasta 1852, año en que es proclamado emperador, lleva a cabo, de la mano del barón Haussmann, prefecto del Sena desde 1853, la transformación integral de la ciudad, dotándola de su grandiosa fisonomía actual. Haussmann modifica el trazado urbano construyendo grandes avenidas y anexionando las comunas suburbanas.
Las exposiciones de 1878, 1889 y 1900 contribuyen a esta transformación y modernización, como demuestra la apertura, el primer año del siglo XX, de la primera línea de ferrocarril suburbano. Además, la ciudad se convierte entre 1880 y 1940 en la capital cultural por antonomasia, inspiración de pintores, poetas, novelistas, dramaturgos, músicos, etc. Picasso, Modigliani, Debussy, Zola, Cocteau, Nijinski… son sólo algunos de los genios que pasean su arte por París durante la llamada Belle Époque y las décadas posteriores.
Mayo del 68
Tras la II Guerra Mundial y la ocupación alemana, París comienza un largo proceso de reconstrucción y crecimiento salpicado de acontecimientos clave en la historia de Europa, como la revuelta estudiantil de mayo del 68, iniciada como una pacífica protesta contra el sistema universitario pero que al final demuestra ser un levantamiento contra un sistema caduco, anclado en las ideas conservadoras heredadas de Charles de Gaulle. Hacia finales del siglo XX, la historia de la ciudad está unida a la del presidente François Mitterrand, impulsor de proyectos emblemáticos como la reforma del Louvre y la construcción de la Pirámide de Cristal, el Gran Arco de la Defensa, la Gran Biblioteca de Tobialcy, la Ópera de la Bastilla o el Instituto del Mundo Árabe.
Los primeros años del siglo XXI acogen como presidentes a Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy y François Hollande.
Tumbas de J. Paul Sartre y Simone de Beauvoir en el cementerio de Montparnasse.
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