Kitabı oku: «Franquismo de carne y hueso», sayfa 4

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Durante todo el periodo la familia, profundamente religiosa, habría encontrado en la confesionalidad católica del Estado uno de los atractivos del régimen que habrían merecido su consenso (gráfico 1). Así se desprende del relato de Encarna, que recuerda cómo, a raíz de la vuelta a casa de Pepín tras su secuestro por los «bandoleros» en la sierra, la madre «se echó una promesa de andar descalza todo un año entero en invierno y en verano, lloviera y no lloviera. Y luego después fue a Sevilla detrás del Gran Poder [gracias a un contacto] cuando ninguna mujer podía ir detrás del Gran Poder». Y prosigue su testimonio: «en mi casa había una mesa con un corazón de Jesús y allí cuando vino mi niño [su hermano] allí se rezó. Eso estuvo muy bonito, muy emocionante». No obstante, al recordar que las mujeres debían entrar en el templo con velo, manga larga o manguitos y medias que cubrieran sus cabellos, brazos y piernas, reconoce que «la Iglesia era muy dura antes», a pesar de lo cual se habría adaptado a estas disposiciones a regañadientes, movida por una religiosidad subjetivada e interiorizada.

A finales de los años cincuenta y, sobre todo, a principios de los sesenta tuvo lugar en Teba una fortísima emigración de vecinos que decidieron hacer la maleta ante la falta de vivienda y trabajo. Esta partida masiva hacia el extranjero de muchos de sus convecinos habría sido percibida en términos positivos por Encarna, que la entendía como una oportunidad para que estas personas pudieran mejorar sus condiciones de vida. «Franco abrió la mano y se fue mucha gente a Alemania y se fueron y ganaron dinero», afirma mostrando una actitud próxima al consentimiento. A forjar esta opinión habrían contribuido ejemplos como el de uno de sus convecinos emigrados a América que, a su regreso, «trajo dinerito» y abrió el American Bar, donde se instalaría uno de los primeros aparatos de televisión del pueblo. Cuando en 1963 contrajeron matrimonio, Encarna y Pepe estuvieron entre los primeros de la localidad en saborear las mieles del publicitado «desarrollismo». Los recién casados no solo pudieron acceder en una fecha relativamente temprana a bienes como la televisión, ya disponible en su nuevo hogar, sino que hicieron del «boom económico» su medio de vida, pues él regentaba una tienda de electrodomésticos. A través de aquel primer televisor en blanco y negro Encarna recuerda haber visto «cuando se subió a la luna y cuando mataron a Kennedy», una ventana a un nuevo mundo que le hizo más llevadera la cotidianeidad en el pueblo y que la situó nuevamente en las inmediaciones del consentimiento hacia el régimen (gráfico 1).

También por televisión tuvo conocimiento, a los 35 años de edad, de la muerte de Francisco Franco, el hombre que había regido con mano de hierro el país desde antes incluso de que ella llegara al mundo. «La gente tenía ya muchas ganas de democracia porque la verdad que era muy restringida la cosa. Franco la tuvo muy restringida. Era una dictadura y era muy restrictiva la vida», concluye Encarna, dejando traslucir que a esas alturas eran ya pocos en su entorno los que se mantenían en la esfera de las actitudes sociopolíticas aquiescentes.

La historia de vida de esta mujer de Teba (Málaga), si bien mediatizada por el relato construido en la actualidad sobre su propio pasado –que permite recuperar la memoria de las actitudes, que no las actitudes mismas–, muestra el carácter caleidoscópico de las percepciones sociopolíticas hacia la dictadura. Asimismo, es ilustrativa de la policromía que caracterizó las actitudes sociopolíticas de la población hacia el régimen de Franco que, más que teñirse de blanco o negro, lo hicieron de distintas tonalidades de gris. Su evolución dibuja líneas curvas, que van y que vienen, pero que rara vez son completamente rectas, en tanto que las trayectorias vitales pocas veces resultan monolíticas. Lejos de obedecer a un patrón preestablecido y fácilmente predecible, obedecen a lógicas plurales (gráfico 1). Por supuesto, habría tantas líneas potenciales como sujetos existentes. Entre los aspectos que pudieron condicionar significativamente las actitudes sociales y políticas de españoles como Encarna hacia el régimen estuvieron también la política de repoblación forestal, las relaciones internacionales o, sobre todo, las políticas sociales como las «traídas de aguas» a los pueblos o la construcción de grupos de viviendas baratas a partir de comienzos de la década de los sesenta.

En los siguientes capítulos analizamos la experiencia de socialización política de los españoles que vivieron en dictadura, a fin de esclarecer la forma en que la gente «normal y corriente» se relacionó con el Estado franquista. En la primera parte del libro prestamos atención a las políticas puestas en marcha por la dictadura para ampliar sus bases sociales más allá de los adeptos y atraerse a su causa a los descontentos y disconformes. En los capítulos correspondientes a esta parte (1 y 2) asumimos la premisa según la cual todos los regímenes políticos, inclusive los fascistas y parafascistas, necesitan apoyo social para alcanzar la estabilidad y pervivir. Y el franquismo no habría sido una excepción en este sentido, pues aunque no lograra las cotas de consenso alcanzadas por las dictaduras nazi y fascista, también cosechó un buen número de adeptos. Sin subestimar su naturaleza violenta y represora, admitimos que la dictadura de Franco fue capaz de granjearse el apoyo de amplios sectores sociales a través de la puesta en marcha de diversas estrategias de legitimación y generación de consenso como las políticas sociales. En la parte II se intenta matizar el alcance de esas políticas de construcción de consentimiento del régimen franquista. Para ello se ponen en valor las pequeñas acciones de resistencia cotidiana, muchas veces de carácter simbólico, que fueron capaces de activar los hombres y mujeres del agro andaluz, ya fuera para mejorar o preservar sus condiciones materiales de vida (capítulo 3), ya para defender sus ideales o sus tradiciones culturales (capítulo 4).

Aunque la estructura del libro, dividido en dos partes con sus correspondientes capítulos, pueda dar la impresión de que asume la existencia de compartimentos estancos en lo referente a las actitudes sociales, lo cierto es que responde a razones de organización, claridad expositiva y, sobre todo, a la propia naturaleza de las fuentes manejadas. La mayor parte de la documentación oficial generada por la Administración franquista ofrece un color homogéneo en cuanto a las actitudes sociales que muestra, ya sea el negro de las disidencias, ya el blanco de las adhesiones. Así, por ejemplo, los expedientes judiciales que castigaban a los autores de alguna falta o delito nos ilustran acerca de las resistencias cotidianas, pero nos dicen muy poco o nada sobre los consentimientos.

Sin embargo, y como es lógico, en la realidad cotidiana no se dio semejante fragmentación entre bloques, sino que las fronteras entre las diferentes actitudes sociopolíticas fueron la mayoría de las veces difusas. A menudo un mismo individuo estuvo en ambas zonas cromáticas en distintos momentos y respecto a diferentes políticas. Con frecuencia las personas que criticaban el desabastecimiento en los años cuarenta o la política de repoblación forestal eran las mismas que se beneficiaron de una vivienda ultrabarata al inaugurar la década de los sesenta. En consecuencia, difícilmente se pueden llegar a percibir los matices de las actitudes sociopolíticas si no se tienen en cuenta las diversas facetas de la vida de cada individuo más allá de su interacción puntual con una determinada administración. Las voces de los hombres y mujeres de a pie que, como Encarnación Lora, vivieron bajo la dictadura franquista, vienen a recordarnos la complejidad y los grises de la cotidianeidad que rara vez reflejan los documentos oficiales. Sus testimonios aparecen transversalmente a lo largo de todos los capítulos.

1 Ágnes Heller: Historia y vida cotidiana, Barcelona, 1972, p. 42.

2 Franco Ferrarotti: La historia y lo cotidiano, Barcelona, Península, 1991, p. 13.

3 Charles Seignobos: Histoire sincère de la nation française [Historia sincera de la nación francesa], París, 1933, p. XI.

4 Alf Lüdtke y William Templer: The History of everyday life: reconstructing historical experiences and ways of life, Princeton N. J., Princeton University Press, 1995; y, más recientemente, Alf Lüdtke: «Introductory notes», en Alf Lüdtke (ed.): Everyday Life in Mass Dictatorship. Collusion and evasion, Nueva York, Palgrave Macmillan, 2016, pp. 4-5. Al respecto, véase también Geoff Eley: «Labor History, Social History, Alltagsgeschichte: Experience, Culture and the Politics of Everyday. A New Direction for German Social History?», The Journal of Modern History, 61(2), 1989, pp. 297-343.

5 Georges Duby y Philippe Ariès: Historia de la vida privada. Volumen 5. De la Primera Guerra Mundial a nuestros días, Madrid, Taurus, 2001 (1987).

6 Para el caso de la Italia fascista, véase Richard J. Bosworth: «Everyday mussolinism: friends, family, locality and violence in fascist Italy», Contemporary European History, 14, 1, 2005, pp. 23-43; Kate Ferris: Everyday Life in Fascist Venice, 1929-1940, Nueva York, Palgrave Macmillan, 2012; Joshua Arthurs, Michael Ebner y Kate Ferris (eds.): The Politics of Everyday Life in Fascist Italy. Outside the State?, Nueva York, Palgrave Macmillan, 2017. En el caso de la Alemania nazi, uno de los trabajos pioneros fue el de Detlev Peukert: Inside Nazi Germany. Conformity, Opposition, and Racism in Everyday Life, Londres, Batsford, 1987 (1982). A este le han seguido otros como Paul Steege: Black market, Cold War: everyday life in Berlin, 1946-1949, Cambridge, Cambridge University Press, 2007; o Elisa Mäilander Koslov et al.: «Forum. Everyday life in nazi Germany», German History, 27/4, 2009, pp. 560-579. Para la Francia de Vichy destaca Robert Gildea: Marianne in chains. Daily life in the heart of France during the German occupation, Nueva York, Picador, 2004. Y para la Rusia estalinista resultan paradigmáticos los studios de Sheila Fitzpatrick: Everyday Stalinism: ordinary life in extraordinary times: Soviet Rusia in the 1930s, Nueva York, Oxford University Press, 1999, y Orlando Figes: The Whisperers: Private Life in Stalin’s Russia, Londres, Allen Lane, 2007.

7 Kim Yong-Woo: «From Consensus Studies to History of Subjectivity. Some Considerations on Recent Historiography on Italian Fascism», Totalitarian Movements and Political Religions, 10(3-4), 2009, pp. 327-337 (esp. p. 328).

8 Renzo De Felice: Mussolini il duce. Gli anni del consenso (1939-1936), Turín, Giulio Einaudi, 1974, pp. 55-56. Entre quienes criticaron los postulados de De Felice se hallan Nicola Tranfaglia: «Sul regime fascista negli anni trenta», en Nicola Tranfaglia (ed.): Fascismo e capitalismo, Milán, Feltrinelli, 1976, pp. 173-204; Guido Quazza: Resistenza e Storia d’Italia. Problemi e ipotesi di ricerca, Milán, Feltrinelli, 1976, pp. 70-104; o Luciano Casali: «E se fosse dissenso di masa? Elementi per un analisi della «conflittualita» politica», Italia contemporánea, 144, 1988, pp. 101-116. Y entre quienes siguieron los planteamientos de De Felice, Alberto Aquarone: «Violenza e consenso nel fascismo italiano», Storia Contemporanea, 10(1), 1979, pp. 145-155. Otros trabajos pioneros en el estudio de las actitudes sociales bajo el fascismo italiano que señalaron ya el poder de atracción que pudo haber ejercido la dictadura sobre la población fueron: Susan Sontag: Under de Sign of Saturn, Nueva York, Random House, 1980 (1972), pp. 73-108, en el que aparecía la expresión «fascinating fascism»; Philip V. Cannistraro: La fabbrica del consenso. Fascismo e mass media, Roma-Bari, Laterza, 1975, o Victoria De Grazia: Consenso e cultura di massa nell’Italia fascista, Roma-Bari, Laterza, 1981.

9 Luisa Passerini: Torino operaia e fascismo. Una storia orale, Roma-Bari, Laterza, 1984.

10 Philippe Burrin: «Politique et société: les structures du pouvoir dans l’Italie fasciste et l’Allemagne nazie», Annales. Économies, Sociétés, Civilisations, 3, 1988, pp. 615-637 (esp. pp. 625-628).

11 Emilio De Gentile: «Fascism as Political Religion», Journal of Contemporary History, 25(2), 1990, pp. 229-251. Véase también Simona Colarizi: L’opinione degli italiani sotto il regime (1929-1943), Bari, Laterza, 1991.

12 Paul Corner: «Italian Fascism. Whatever happened to Dictatorship?», The Journal of Modern History, 74(2), 2002, pp. 325-351.

13 Martin Broszat: «Resistenz und Widerstand. Eine Zwischenbilanz des Forschungsprojekts. Widerstand und Verfolgung in Bayern 1933-1945», en Von Hermann Graml y Klaus D. Henke (eds.): Nach Hitler: Der schwierige Umgang mit unserer Geschichte. Beiträge von Martin Broszat, Múnich, 1987, pp. 75-76. George L. Mosse: La nacionalización de las masas. Simbolismo político y movimientos de masas en Alemania desde las Guerras Napoleónicas al Tercer Reich, Madrid, Marcial Pons, 2005 (1975); Detlev Peukert: Inside Nazi Germany…, op. cit. Véasetambién Marlis G. Steinert: Hitler’s war and the Germans: public mood and attitude during the Second World War, Athens, Ohio University Press, 1977.

14 Levi Primo: Los hundidos y los salvados, Barcelona, Muchnik Editores, 1989 (1986), pp. 16-29.

15 Daniel J. Goldhagen: Hitler’s Willing Executioners: Ordinary Germans and the Holocaust, Nueva York, Alfred A. Knopf, 1996, pp. 184-186 y 192-193. Christopher Browning: «Los verdugos voluntarios de Daniel Goldhagen», en Christopher Browning et al.: Los alemanes, el holocausto y la culpa colectiva: el debate Goldhagen, Buenos Aires, Eudeba, 1999, pp. 115-135. Sobre este debate historiográfico, véase también Geoff Eley (ed.): The «Goldhagen Effect». History, Memory, Nazism. Facing the German Past, Ann Arbor, The University of Michigan Press, 2000.

16 Robert Gellately: No sólo Hitler: la Alemania nazi entre la coacción y el consenso, Barcelona, Crítica, 2007, pp. 88-89.

17 Ian Kershaw: Hitler, the Germans, and the Final Solution, New Haven / Londres, Yale University Press, 2008, pp. 204, 206 y 207; Ian Kershaw: «Consensus, Coercion and Popular Opinion in the Third Reich: Some reflections», en Paul Corner (ed.): Popular Opinion in Totalitarian Regimes. Fascism, Nazism, Communism, Oxford, Oxford University Press, 2009, pp. 33-46.

18 Nicholas Stargardt: La guerra alemana. Una nación en armas (1939-1945), Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2016, pp. 289-327.

19 Robert O. Paxton: Vichy France: Old Guard and New Order, 1940-1944, Nueva York, Columbia University Press, 2001 (1972); Michael Marrus y Robert Paxton: O. Vichy France and the Jews, Standford, Standford University Press, 1995 (1981); Pierre Laborie: L’opinion française sous Vichy. Les Français et la crise d’identité nationale (1936-1944), París, Le Seuil, 1990; Robert Gildea: Marianne in chains…, op. cit., pp. 1-19. Véase también Robert Gildea: Fighters in the Shadows: A New History of the French Resistance, Londres, Faber & Faber, 2015.

20 Sheila Fitzpatrick: Stalin’s Peasants. Resistance and Survival in the Russian Village after Collectivization, Nueva York, Oxford University Press, 1994.

21 Mary Fulbrook: Anatomy of a dictatorship. Inside the gdr (1949-1989), Oxford, Oxford University Press, 1995. Para el caso portugués, Goffredo Adinolfi: Ai confini del fascismo. Propaganda e consenso nel Portogallo salazarista (1932-1944), Milán, Franco Angeli, 2007. Para el caso argentino véase Daniel Lvovich: «Sistema político y actitudes sociales en la legitimación de la dictadura militar argentina (1976-1983)», Ayer, 75, 2009, pp. 275-299.

22 Rafael Abellá: La vida cotidiana durante la guerra civil. La España nacional, Barcelona, Planeta, 1973; Rafael Abellá: La vida cotidiana durante la guerra civil. La España republicana, Barcelona, Planeta, 1975; Rafael Abellá: La vida cotidiana en España bajo el régimen de Franco, Barcelona, Argos Vergara, 1985.

23 Pilar Folguera: «La construcción de lo cotidiano durante los primeros años del franquismo», en Luis Castells (coord.): «La historia de la vida cotidiana», Ayer (dosier), 19, 1995, pp. 165-188; Alf Lüdtke: «De los héroes de la resistencia a los coautores. ‘Alltagsgeschichte’ en Alemania», Ayer, 19, 1995, pp. 49-70.

24 Luis Castells: «Introducción», en Luis Castells (coord.): El rumor de lo cotidiano: estudios sobre el País Vasco contemporáneo, Bilbao, Universidad del País Vasco, 1999, p. 10.

25 Borja de Riquer: «Rebuig, passivitat i support. Actituds politiques catalanes davant el primer franquisme (1939-1950)», en VV. AA.: Franquisme. Sobre resistència i consens a Catalunya (1938-1959), Barcelona, Crítica, 1990, pp. 179-193. Javier Moreno Luzón: «El estudio de los apoyos sociales al franquismo. Una propuesta metodológica», La historia social en España: actualidad y perspectivas: actas del I Congreso de la Asociación de Historia Social, Zaragoza, 1990. Cándida Calvo Vicente: «El concepto de consenso y su aplicación al estudio del régimen franquista», Spagna Contemporanea, 7, 1995, pp. 141-158. Entre los trabajos pioneros en este sentido estuvo también: Nicolás, María Encarna: «Conflicto y consenso en la historiografía de la dictadura franquista: una historia social por hacer», en José Trujillano y José María Gago (eds.): Jornadas Historia y Fuentes Orales. Historia y Memoria del franquismo, 1936-1939, Ávila, Fundación Cultural Santa Teresa, 1997, pp. 27-38.

26 Francesco Barbagallo: Franquisme. Sobre resistencia i consens a Catalunya (1938-1959), Barcelona, Crítica, 1990; Carme Molinero e Pere Ysàs: El régim franquista. Feixisme, modernització i consens, Barcelona, Eumo, 1992; Carme Molinero: «Les actituds polítiques a Catalunya durant el primer franquisme», Bulletí de la Societat Catalana d’Estudis Històrics, 12, 2001, pp. 97-106; Conxita Mir et al.: «La justicia ordinaria como elemento de control social y de percepción de la vida cotidiana de postguerra. Lleida, 1938-1945», en Javier Tussel: El régimen de Franco, 1936-1975: política y relaciones exteriores, vol. I, Madrid, UNED, 1993, pp. 237-254; Conxita Mir: «Resistència política i contestació no formal a la Catalunya rural de posguerra», Revista d’etnología de Catalunya, 17, 2000, pp. 83-97; Jordi Font i Agulló: ¡Arriba el campo! Primer franquisme i actituds polítiques en l’àmbit rural nord-català, Girona, Diputació de Girona, 2001; y Jordi Font i Agulló: «Nosotros no nos cuidábamos de la política. Fuentes orales y actitudes políticas en el franquismo. El ejemplo de una zona rural, 1939-1959», Historia Social, 49, 2004, pp. 49-66, p. 52.

27 Ismael Saz y Alberto Gómez Roda: «Politics and Society: Valencia in the Age of Franco», Bulletin of Hispanic Studies, 75(5), 1998, pp. 157-185 (esp. pp. 177-178); Ismael Saz y Alberto Gómez Roda (eds.): El franquismo en Valencia. Formas de vida y actitudes sociales en la posguerra, Valencia, Episteme, 1999.

28 Ángela Cenarro: «Muerte y subordinación en la España franquista: El imperio de la violencia como base del “Nuevo Estado”», Historia Social, 30, 1998, pp. 5-22; Antonio Cazorla: «Sobre el primer franquismo y la extensión de su apoyo popular», Historia y política: ideas, procesos y movimientos sociales, 8, 2002, pp. 303-320; Francisco Sevillano Calero: «Consenso y violencia en el ‘Nuevo Estado’ franquista: historia de las actitudes cotidianas», Historia Social, 46, 2003, pp. 159-171; Francisco Sevillano Calero: «Actitudes políticas y opinión de los españoles durante la posguerra (1939-1950)», Anales de la Universidad de Alicante. Historia Contemporánea, 8-9, 1991-1992, pp. 53-68. Véase también Manuel Ortiz Heras: «Historia social en la dictadura franquista: apoyos sociales y actitudes de los españoles», Spagna Contemporánea, 28, 2005, pp. 169-185.

29 Sobre los apoyos sociales de los sistemas políticos autoritarios, véase Eduardo González Calleja: «Los apoyos sociales de los movimientos y regímenes fascistas en la Europa de entreguerras: 75 años de debate científico», Hispania, 61(207), 2001, y Francisco Cobo Romero: «Los apoyos sociales a los regímenes fascistas y totalitarios en la Europa de entreguerras. Un estudio comparado», Historia Social, 71, 2011, pp. 61-88. Para el caso del franquismo, Francisco Cobo y Teresa Ortega: «No sólo Franco: la heterogeneidad de los apoyos sociales al régimen franquista y la composición de los poderes locales. Andalucía, 1936-1948», Historia Social, 51, 2005, pp. 49-72; Miguel Ángel del Arco Blanco: Hambre de siglos. Mundo rural y apoyos sociales del franquismo en Andalucía oriental (1936-1951), Granada, Comares, 2007; Miguel Ángel del Arco Blanco y Peter Anderson: «Construyendo la dictadura y castigando a sus enemigos: represión y apoyos sociales al franquismo», Historia Social, 71, 2011, pp. 125-141.

30 Óscar J. Rodríguez Barreira: Migas con miedo: prácticas de resistencia al primer franquismo: Almería, 1939-1953, Almería, Universidad de Almería, 2008; Ana Cabana: La derrota de lo épico, València, Publicacions de la Universitat de València, 2013; Daniel Lanero Táboas: «Las políticas sociales del franquismo. Las obras sindicales», en Miguel Ángel del Arco Blanco, Carlos Fuertes, Claudio Hernández Burgos y Jorge Marco (coords.): No solo miedo. Actitudes políticas y opinión popular bajo la dictadura franquista (1936-1977), Granada, Comares, 2013.

31 Claudio Hernández Burgos: Franquismo a ras de suelo. Zonas grises, apoyos sociales y actitudes durante la dictadura (1936-1976), Granada, Editorial Universidad de Granada, 2013; Irene Murillo: «Exigiendo el derecho a tener derechos: ciudadanía y género como prácticas de negociación y resistencia: el caso de Aragón, 1936-1945», tesis doctoral dirigida por Ángela Cenarro leída en la Universidad de Zaragoza en 2016; Carlos Fuertes: «Vida cotidiana, educación y aprendizajes políticos de la sociedad española durante el franquismo», en Manuel Pérez Ledesma y Ismael Saz: Del franquismo a la democracia (1936-2013), Madrid, Marcial Pons, 2015, pp. 53-79; Carlos Fuertes: Viviendo en dictadura. La evolución de las actitudes sociales hacia el franquismo, Granada, Comares, 2017; Estefanía Langarita: «El revés atroz de la medalla». Complicidades, apoyos sociales y construcción de la dictadura franquista en el Aragón de posguerra (1939-1945), tesis doctoral dirigida por Julián Casanova leída en la Universidad de Zaragoza en 2016.

32 Elena Hernández Sandoica: Tendencias historiográficas actuales. Escribir historia hoy, Akal, Madrid, 2004, pp. 506-519 (esp. p. 507); y más recientemente Claudio Hernández Burgos: «Tiempo de experiencias: el retorno de la Alltagsgeschichte y el estudio de las dictaduras de entreguerras», Ayer, 113, 2019 (1), pp. 301-315.

33 La relación de estos conceptos foucaultianos con la historia de la vida cotidiana, en Paul Steege et al.: «History of Everyday Life: a Second Chapter», The Journal of Modern History, 80(2), 2008, pp. 358-378 (esp. p. 361).

34 Acerca del concepto de «cosmovisión», Cliford Geertz: La interpretación de las culturas, Barcelona, Gedisa, 2001 (1992), pp. 118-119.

35 Franco Crespi: «El miedo a lo cotidiano», Debats, 10, 1984, pp. 100-102 (esp. p. 100).

36 Andrew Stuart Bergerson: Ordinary Germans in Extraordinary Times: The Nazi Revolution in Hildesheim, Bloomington, Indiana University Press, 2004, p. 35.

37 Claudio Hernández Burgos: «Españoles normales en tiempos anormales: ‘Nuevas’ miradas sobre vida cotidiana y franquismo», en Gloria Román Ruiz y Juan Antonio Santana González (coords.): Tiempo de dictadura. Experiencias cotidianas durante la guerra, el franquismo y la democracia, Granada, Editorial Universidad de Granada, pp. 23-44.

38 Geoff Eley: Una línea torcida: de la historia cultural a la historia de la sociedad, Valencia, Universidad de Valencia, 2008 (2005); Justo Serna y Anaclet Pons: La historia cultural: autores, obras, lugares, Madrid, Akal, 2013 (2005); Miguel Ángel del Arco Blanco: «Un paso más allá de la historia cultural: los cultural studies», en Teresa María Ortega López (ed.): Por una historia global. El debate historiográfico en los últimos tiempos, Granada, Universidad de Granada, 2007, pp. 259-289; Xosé Manuel Núñez Seixas: «La historia social ante el dominio de la historia cultural: algunas reflexiones», Historia Social, 70, 2008, pp. 177-184. Sobre su aplicación a la España contemporánea: Helen Graham y Jo Labanyi: Spanish Cultural Studies. An introduction: the struggle for modernity, Nueva York, Oxford University Press, 1996; y para el caso concreto de la Guerra Civil, Chris Ealham y Michael Richards: España fragmentada: historia cultural y guerra civil española, 1936-1939, Granada, Comares, 2010.

39 Sobre la primera acepción, Raymond Williams: Sociología de la cultura, Barcelona, Paidós, 1994 (1981), p. 11. Para la segunda definición véase Cliford Geertz: La interpretación de las culturas, op. cit., p. 132. Sobre el concepto de cultura y la distinción entre la alta y la baja, Geoff Eley: «What is Cultural History?», New German Critique, 65, 1995, pp. 19-36. Para una definición de «cultura popular», Peter Burke et al.: «¿Qué es la historia de la cultura popular», Historia Social, 10, 1991, pp. 151-162 (pp. 153-155). Acerca del «folclore», Antonio Gramsci: Quaderni del carcere, quaderno 27 (XI), 1935, pp. 2313-2314.

40 Sobre el concepto habitus, Pierre Bourdieu: Distinction: a Social Critique of the Judgement of Taste, Cambridge-Massachusetts, Harvard University Press, 1996 (1979), pp. 169-175.

41 Alf Lüdtke: «De los héroes de la resistencia a los coautores…», op. cit, pp. 49-50.

42 Michel de Certeau: La invención de lo cotidiano I. Artes de hacer, México D. F., Universidad Iberoamericana, 1999 (1990), pp. XLIV-XLV.

43 Pedro Carasa: «El giro local», Alcores, 3, 2007, pp. 13-35. Algunas notas sobre el auge y problemas de la historia local, en Pere Anguera: «Algunas consideraciones acerca de la historia local», en Miguel Á. Ruiz Carnicer y Carmen Frías Corredor: Nuevas tendencias historiográficas e historial local en España: actas del II Congreso de Historia local de Aragón, 1999, pp. 27-31. Natalie Zemon Davis: «Descentralizar la historia: relatos locales y cruces culturales», Historia Social, 75, 2013, pp. 165-179.

44 Óscar J. Rodríguez Barreira: «Historia local y social del franquismo en la democracia, 1976-2003. Datos para una reflexión», Historia Social, 56, 2006, pp. 153-175. Véase también Claudio Hernández Burgos (coord.): «Franquismo local. El desarrollo de la dictadura en las provincias» (dosier), Historia Actual Online, 36, 2015, pp. 36-65.

45 Justo Serna y Anaclet Pons: «En su lugar. Una reflexión sobre la historia local y el microanálisis», Contribuciones desde Coatepec (México), vol. II, 4, 2003, pp. 35-56 (esp. pp. 41, 46 y 49). Para el microanálisis, véase también Edoardo Grendi: «Micro analisi e storia sociale», Quaderni Storici, 12/2, 1977, pp. 505-520 (esp. pp. 518-520). En cuanto a la microhistoria, la obra clásica por excelencia se centra en la vida de un único sujeto, Menocchio, en Carlo Ginzburg: El queso y los gusanos: el cosmos según un molinero del siglo XVI, Barcelona, Muchnik, 1999. Algunas consideraciones teóricas acerca de la microhistoria, en Giovanni Levi: «Un dubbio senza fine non è neppure un dubbio. A proposito di microstoria», en Giovanni Levi et al.: Storia locale e microstoria: due visioni in confronto, Bilbao, Universidad del País Vasco, 1993, pp. 45-66; o Justo Serna y Anaclet Pons: Microhistoria. Las narraciones de Carlo Ginzburg, Comares, Granada, 2018.

46 Todavía a la altura de 1960 el sector agrario ocupaba a cerca del 60 por ciento de la población en regiones como Andalucía oriental: INE: Censo de 1960, «Población activa por grupos profesionales».

47 Así, si bien sitúa el umbral de lo urbano en los 10.000 habitantes, cataloga también de «rural» a aquellos municipios de hasta 20.000 con más del 25 % de población activa agraria, en José Cazorla Pérez: Factores de la estructura socioeconómica de Andalucía Oriental, Granada, Universidad de Granada / Caja de Ahorros de Granada, 1993 (1965), pp. 184-191. Julio Pérez Serrano: «La población rural en la Andalucía contemporánea. Viejos y nuevos enfoques», en Manuel González de Molina: La historia de Andalucía a debate. II. El campo andaluz, Barcelona, Diputación Provincial de Granada / Anthropos, 2000, pp. 44-60 (esp. pp. 48-49).

48 Para ello partieron de las características de la cultura política popular enunciadas por R. Dupuy en Xosé R. Veiga y Miguel Cabo: «La politización del campesinado en la época de la Restauración. Una perspectiva europea», en Francisco Cobo y Teresa Ortega: La España rural, siglos XIX y XX. Aspectos políticos, sociales y culturales, Granada, Comares, 2011, pp. 21-58 (esp. p. 25).

49 No nos interesa tanto lo que ocurrió como el significado que los sujetos confieren a lo que ocurrió, en: Alessandro Portelli: «Historia y memoria: la muerte de Luigi Trastulli», Historia y fuente oral, 1, 1989, pp. 5-32 (esp. pp. 28-29); Ronald Fraser: «Historia oral, historia social», Historia Social, 17, 1993, pp. 131-139; Mercedes Vilanova: «Prólogo», en Paul Thompson: La voz del pasado: la historia oral, Valencia, Alfons el Magnánim, 1998, pp. X-XVII (esp. p. XII). En cuanto a la representatividad, Miren Llona, refiriéndose a los conceptos de «bola de nieve» de Bertaux y de «saturación» de Ferrarotti, considera que para contar con una colección significativa «deberíamos lograr al menos una historia de vida representativa de cada forma de vida y de cada experiencia detectada». En Miren Llona: Entreverse: teoría y metodología práctica de las fuentes orales, Bilbao, Universidad del País Vasco, 2012, p. 35.

50 Íbid., pp. 35-87.

51 Alberto Reig: «Historia y memoria del franquismo», en José Luis de la Granja et al.: Tuñón de Lara y la historiografía española, Madrid, Siglo XXI, 1999, p. 177; Santos Juliá: Memoria de la guerra y del franquismo, Madrid, Fundación Pablo Iglesias, 2006, pp. 16-18.

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577 s. 30 illüstrasyon
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9788491347132
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