Kitabı oku: «Breve historia de los cineastas del Caribe colombiano»
Catalogación en la publicación – Biblioteca Nacional de Colombia
Restrepo Sánchez, Gonzalo
Breve historia de los cineastas del Caribe colombiano / Gonzalo Restrepo Sánchez. -- 2a. ed. -- Santa Marta : Universidad del Magdalena, 2019.
-- (Humanidades y artes. Cine y audiovisuales)
Incluye datos biográficos del autor. -- Incluye bibliografía.
ISBN 978-958-746-203-6 -- 978-958-746-204-3 (pdf) -- 978-958-746-205-0 (e-pub)
1. Cine - Historia y crítica – Colombia - Siglos XIX-XX I. Título II. Serie
CDD: 791.43709861 ed. 23
CO-BoBN– a1039021
Primera edición, noviembre 2003
© GONZALO RESTREPO SÁNCHEZ
ISBN: 978-958-33-5335-2
Segunda edición, abril 2019
© UNIVERSIDAD DEL MAGDALENA
Editorial Unimagdalena
Carrera 32 No. 22 - 08
(57 - 5) 4217940 Ext. 1888 / bloque 8 - segundo piso
Santa Marta D.T.C.H. - Colombia
editorial@unimagdalena.edu.co
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Colección Humanidades y Artes, serie: Cine y Audiovisuales
Rector: Pablo Vera Salazar
Vicerrector de Investigación: Ernesto Amarú Galvis Lista
Coordinador de Publicaciones y Fomento Editorial: Jorge Enrique Elías-Caro
Diagramación: Luis Felipe Márquez Lora
Diseño de portada: Andrés Felipe Moreno Toro
Editor literario: Clinton Ramírez C.
Corrección de estilo: Gran Caribe, Pensamiento, Cultura, Literatura
Santa Marta, Colombia, 2019
ISBN: 978-958-746-203-6 (impreso)
ISBN: 978-958-746-204-3 (pdf)
ISBN: 978-958-746-205-0 (epub)
Hecho en Colombia - Made in Colombia
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Contenido
Prefacio
1897 Llegada del cine a Colombia
¿Qué es Caribe?
El Caribe y Macondo
Aracataca–Decreto 0480
Primeras proyecciones
Años 1900–1910 / 1920: El Caribe cinéfilo
Los hermanos Di Doménico en el Caribe
Primeras salas de cine
El Teatro Colombia
Floro Manco
Carnaval de Barranquilla (Floro Manco, 1914)
El triunfo de La Fe (Floro Manco, 1918)
Cartagena de Indias
11 de noviembre (Belisario Díaz, 1916)
Salas de cine
El Kine, primeras publicaciones. Revistas de cine
1920–1930 Salas de cine
Salón Pathé - Barranquilla
Ciénaga y sus salas de cine
Luis Bunneau Miller
Rodajes en Ciénaga Grande y otras locaciones
Santa Marta (Magdalena)
Centenario de Bolívar (1930)
Salas de cine en Santa Marta
Cartagena de Indias
(Noticiero Nacional No. 30)
1930-1940 En busca del sonido
Carlos Schroeder
Primeros ensayos nacionales del cine parlante
Don Issa Saieh, Blas Fiorillo Schettini y don Pedro Ucrós
1940-1950 El sonido se consolida
Bellezas de Cartagena (hnos. Acevedo, 1947)
Gran Colombia Films
Melodías del Caribe colombiano al cine
La cumbia sampuesana
Rafael Campanella Rodríguez
Sociedad Fílmica (1946-1947)
Hans Möller
1950-1960 Para un aliento a temas del Caribe
Filmaciones en Barranquilla, Cartagena de Indias y Santa Marta
El cineclub de Colombia y cineclub Cartagena
Álvaro Cepeda Samudio (1926-1972)
La langosta azul (1954)
Nereo López Meza (1920-2015)
Ideario cinéfilo de Gabriel García Márquez (1927-2014)
Primeras filmaciones de la década en Cartagena de Indias
Gustavo Ibarra Merlano (1919-2001)
Jaime Muvdi Abufhele
Carnaval de Barranquilla (1952)
1960-1970 Filmaciones en Cartagena de Indias
Las murallas de Cartagena
A propósito de Quemada (1969)
Gabo, el guionista
La música en el cine nacional y compositores caribeños: La pollera colorá y La piragua en el cine. José Barros, Rafael Escalona y ‘Lucho’ Bermúdez
José Benito Barros Palomino (1915-2007)
Rafael Escalona (1927-2009)
Lucho Bermúdez (1912-1994)
Don Juan Madera Castro
Cartagena de Indias y su festival de cine
Luis Ernesto Arocha (1932-2016)
Película familiar en Barranquilla
La historia que no contaron, Erika Antequera (2011)
Enrique Grau (1920-2004)
1970-1980 Los gloriosos setenta
Jaime Muvdi Abufhele
La Ciénaga Grande de Santa Marta
Al mal tiempo, buena cara o la ópera del mondongo (1974)
Juan de Biase Álvarez
Hernando Mendoza Sánchez
Alberto Duque López (1943-2010)
La Ley de Sobreprecio
Corralejas en Sincelejo (1974)
Rodajes en la región Caribe
Sobre el argumento Tayrona
Ricardo Cifuentes Caballero
Gustavo y Diobeth Guerra
Yuruparí — Jorge Ruíz Ardila
Focine
Gabo: sus guiones, sus ideas
Pedro Manuel Conde (1939-2012)
Los hermanos Charris Gallardo
Efraín Zagarra Insignares
La plástica en el Caribe
1980-1990 ¿La consolidación?
Luis E. Arocha y Jorge Ruíz Ardila
Farnofelia currambera (1984)
Locaciones región Caribe colombiana
Largometrajes filmados en Cartagena de Indias
La Cinemateca del Caribe
Tragicomedia costeña
Cineastas caribeños de la década
Luis Fernando ‘Pacho’ Bottía
Heriberto Fiorillo
Los elegidos (Sergio Soloviev, 1984)
Diógenes (Diobeth) Guerra
Enrique Ortiga Pareja
Juan Carlos Ensuncho de la Bárcena
Caribeños, cineastas por una vez
Gabriel García Márquez en los años ochenta
Los cuentos del Capitán (1982)
El río Magdalena en el cine
Un canal regional para el cine
Años noventa y la nueva generación del siglo XXI
Normas de regulación cinematográfica
Entidades mixtas de fomento y conservación
Ernesto McCausland Sojo
Taller de guiones de Gabriel García Márquez
Mujeres cineastas del Caribe colombiano: Martha Yances Peña, Lila Campanella Monsalvo, Margarita McCausland, Sara Harb Said, Jessica Grossman, Tatiana Villacob Meléndez
Festivales de cine del Caribe
La nueva ley de cine
Cineastas del Caribe colombiano: Francisco González Rosales, Erlin Salgado, Alessandro Basile, La esquina del cine, Iván Wild, Roberto Flores Prieto, Antonio Merlano, Juan Manuel Buelvas, Reynaldo Sagbini, Jorge Cadena, David David Celedón, Armando Bolaños Rangel, Juan Camilo Olmos Feris, Alberto Marenco y Rafael Martínez Moreno
Colectivo de Comunicaciones Montes de María Línea 21
Otros cineastas del Caribe: Martha Noss, Nina Paola Marín Díaz, Laura Morales Guerrero, Mariana Stand, Adriana Lucía, Tatiana Villacob Meléndez e y Amado Villafaña Chaparro (cineasta arhuaco)
Jóvenes cineastas caribeños: Los sonidistas
La animación en el Caribe colombiano
Ciro Guerra
Epílogo
Bibliografía
Bibliografía suplementaria
“Dedicado a aquellos pioneros del cine, quienes sufrieron y lucharon tanto como nosotros”.
Gonzalo Restrepo Sánchez
“Cuando apareció el cine, este ya existía desde siempre, no como una máquina de invención de la técnica, sino como cinema”.
Serge Daney Oliveira –crítico de cine–
Agradecimientos
A mi hijo Alfonso Enrique (por los datos magdalenenses), ‘Juancho’ de Biase y su esposa Connie, Julio Charris Gallardo, Ricardo Cifuentes Caballero, Sara Harb Said, Roxana Castillo Pacheco, Jaime Muvdi Abufhele, Alfredo De la Espriella, Pedro M. Conde Santos, Edgar Rey Sinning, los hnos. Carlos y Armando Ordóñez Vives, Rito Alberto Torres, Patrimonio Fílmico Colombiano, Laura Morales Guerrero (directora del Programa de Cine y Audiovisuales de la Facultad de Humanidades de la Universidad del Magdalena), dr. Jorge Elías-Caro, escritor Clinton Ramírez (por sus observaciones), Ernesto Galvis Lista (Vicerrector de Investigación) y el dr. Pablo Vera Salazar (rector de la Universidad del Magdalena).
Prefacio
Habiendo escogiendo las ciudades de Barranquilla, Cartagena de Indias, Santa Marta y Ciénaga, este texto, en su condición de instrumento de compilación toma e indaga cada década, a partir de 1897, cuando llega por primera vez el vitascopio —un proyector de cine— al Puerto de Colón, en Panamá, por entonces territorio colombiano, hasta el año 2018. A lo largo de este periodo, se escrutan las intenciones de todos aquellos caribeños que se pusieron detrás de una cámara, tuvieron algún tipo de experiencia en la industria del cine y proyectaron una evolución histórica en el campo del arte cinematrográfico —proyecciones, salas de cine, festivales, etc.—; siendo constructores de identidad y nación, en medio de las diferentes condiciones sociales y políticas del país.
Algunas acotaciones demasiado lacónicas sobre cineastas casi desconocidos o sobre temas no muy visibilizados, que se encuentran dispersos a lo largo de este texto, se deben al hecho de que, en algunos casos no existe en las ciudades seleccionadas y otros lugares de la región Caribe colombiana algún tipo de memoria audiovisual al respecto. Además, antes de la aparición de la Fundación Cinemateca del Caribe (con la necesidad de consolidarse aún más para el estudio del cine de la región y demandar así, un cambio de percepción de nuestra propia realidad), las convocatorias regionales para debatir y compilar el cine de la región son inexistentes.
Sin ir a contracorriente, al evocar el texto ¿Qué es una buena película? (2002) de Laurent Jullier, abraza la observación y la necesidad de insistir sobre el hecho de que los cineastas del Caribe colombiano rodaron muy poco, durante un largo periodo de tiempo, y que poco a poco algunos temas de interés fueron llevados al celuloide (y al video, a partir de su advenimiento) sin aspaviento, aunque con poco compromiso —quizás— con la construcción social de la creación cinematográfica.
Si el nacimiento del cine está íntimamente ligado a un reflejo inmediato de la realidad cotidiana, de acuerdo con este argumento el nacimiento del Programa de Cine de la Universidad del Magdalena, en su relación con la región, sería su fiel reflejo. “La persona, en cuanto que puede ser un objeto para sí, es esencialmente una estructura social y surge en la experiencia social” (Mead, Morris, Germani y Mazía, 1982, p. 172).
El autor
“No es la vida sino su sombra, no es el movimiento pero sí su espectro mudo”.
Máximo Gorki
1897 Llegada del cine a Colombia
Jorge Nieto (1943-2012) y Rojas coinciden historiográficamente sobre al advenimiento del cine en Colombia. Al respecto, Rojas (1997) afirma:
[…] el 13 de Abril de 1897 la compañía de Balabrega llega en el vapor Str. Holstia, procedente de Jamaica, al Puerto de Colón en Panamá, entonces territorio colombiano. En esa ocasión el Vitascopio era la atracción principal [un proyector de 45 imágenes por segundo] […] La primera función tuvo lugar el miércoles 14 de abril de 1897 a las ocho de la noche (p.4).
Es pertinente recordar por aquellas fechas cómo a raíz del fallecimiento del presidente cartagenero Rafael Núñez le sucede —por su condición de vicepresidente— Miguel Antonio Caro. Cuando Panamá (descubierta por Rodrigo de Bastidas) se declara independiente del gobierno español, libremente se adhiere a la Constitución de Cúcuta de 1821. En tal declaración se pacta que los territorios de las provincias del istmo de Panamá pertenecen al estado republicano de Colombia.
Si el historiador colombiano Enrique Gaviria Liévano explica que, con base en esa proclamación, era innegable que el pueblo panameño no expresara de entrada su interés por permanecer soberano e independiente aspirara era seguir formando parte de Colombia, igual que en la Nueva Granada, entonces sepuede formular, sin temor alguno, que el lugar donde se origina por primera vez una experiencia de tipo cinematográfico en Colombia es en su región Caribe; y es que dos meses más tarde —y también por Panamá— llegaría el francés Gabriel Antoine Veyre con su cinematógrafo. Un joven del sur de Lyon y estudiante de farmacia, quien, a cargo de su madre y hermanos tras la muerte de su padre en 1802, decide ser camarógrafo de los Lumière y viajar a América.
Gabriel Antoine Veyre (Septème, Francia 1871–Marruecos 1936) fue cineasta, fotógrafo y operador del cinematógrafo con los hermanos Lumière. Fundamentalmente es conocido por su trabajo en México y se le considera pionero de la cinematografía de ese país, de Indochina y Marruecos. Durante su estancia en México, Veyre rodó cerca de 35 «vistas», muchas de las cuales se conservan en los archivos Lumière de la Cinemateca Francesa. Los académicos e historiadores del cine mexicano consideran que los cortometrajes del francés: Desayuno de indios (1896) y El canal de la Viga (1896) representan una parte de ese México socialmente diferente de la época.
El día 13 de junio de 1897 llega Veyre al Puerto de Colón y pocos días después se ubica en la ciudad de Panamá. Las primeras funciones del cinematógrafo en Colombia, según medios impresos, fueron: los martes, jueves y domingos del mes de junio. Según los diarios de entonces, estas funciones: «dejaron satisfechos a los numerosos espectadores» (Rojas, 1997).
Respecto al cine, el poeta Amado Nervo pronostica que «este espectáculo me ha sugerido lo que será la historia en el futuro, no más libros» (Reyes, 1990).
¿Qué es Caribe?
Al formular qué es Caribe, Trillos (2001) afirma lo siguiente:
En el momento de la Conquista iniciada por el español Alfonso Ojeda, quien llega a la Guajira en el año de 1499, los tayronas y los zenúes conformaban confederaciones muy organizadas en una amplia geografía (hoy región Caribe) y vivían de la caza, la pesca y de la horticultura […] La familia Karib tuvo su origen y centro de dispersión, en la región comprendida entre el alto Xingú y el Tapajoz, en Brasil (árbol tintóreo de origen hindú y también brass, vocablo irlandés que remite a la idea de felicidad); de donde debió empezar sus migraciones. Se cree también que los Karib llegaron a Colombia procedentes de las Antillas, surcando el mar que luego inmortalizaría su nombre (pp. 29-37).
En otro apartado, La lingüista María Trillos escribe:
Los relatos de los cronistas están llenos de citas de encuentro con los pueblos de habla karib, a quienes describen como: ‘eminentemente guerreros, feroces y valientes’. Es posible que a la denominación ‘caribe’, se le hubiese dado un sentido demasiado laxo, y se le aplicara a todo aquel pueblo que enfrentaba las tropas invasoras; quienes los calificaban como salvajes, crueles y antropófagos […] De suerte que ‘caribe, caribana o caníbal’ son vocablos sinónimos para estimar a los supuestos salvajes de las Antillas, con quienes volvieron a toparse en las costas continentales. Todo esto ha generado un desconcierto histórico, ya que ‘Caribe’, fue aplicado sin distinción a pueblos ancestrales y sus tradiciones culturales y lingüísticas que en contexto no eran caribes. En el territorio colombiano, los españoles encontraron tres grupos de habla karib: Grupo Perijá–Magdalena, grupo Caquetá–Apaporis y grupo Amazonas” (Trillos, 2001, p. 10).
El archipiélago caribeño toma el nombre de Antillas (Antilia), a la llegada de los españoles a América. Este era el nombre de una de las islas del Océano Atlántico que se puede observar en los mapas de los primeros años de la Edad Moderna. Pero retornando a la formulación inicial sobre qué es Caribe, se pueden obtener algunas bases geohistóricas interesantes al revisar la cuestión de la identidad mediante el acto de nominación del otro, o sea la alteridad, pues con esto se sugiere que “Caribe es ante todo uno de los problemas filosóficos modernos” (Avella, 2001).
En otro desarrollo conceptual, el etnólogo francés Paul Rivet, pionero de la antropología en Colombia, estimó que el foco de origen de los Caribes fueron las Guayanas. Por su parte, Luis Duque Gómez, Sergio Elías Ortiz y Álvaro Chávez aseguran que su centro de dispersión fue Brasil; origen, a su vez, planteado en 1809 por Francisco González Suárez, Obispo de Quito. Así mismo, Sourdís (2001) refiere que:
Rivet, en 1943 propuso como característica distintiva de los que él llamó Karib, la deformación de la pantorrilla, y a veces del brazo, que lograban mediante ligamentos que se colocaban debajo de la rodilla y encima del tobillo para forzar un mayor abultamiento del músculo. Rivet se fundamenta en diversas estatuillas y piezas de cerámica que muestran la deformación, encontradas en distintos sitios, desde la cuenca del Amazonas, a través de los ríos y planicies cálidas de Venezuela y Colombia; hasta llegar a las costas del Caribe y a las Antillas Menores (p. 30).
No hay certeza, pero en el momento en que se empezó a hablar de Mar Caribe, hay que remitirse a Juan de la Cosa. Dibujó el primer mapa de América en el año de 1500, habló de Mare Oceanum. Los mapas de los siglos XVI y XVII, hechos por cartógrafos españoles, holandeses y franceses traen esta denominación. El nombre «Caribe» en la cartografía lo encontramos por primera vez en un mapa de 1656, de N. Sanson D’Aberville, un cartógrafo del Rey de Francia, quien sitúa a los indios Caribes o caníbales, en las cercanías de la desembocadura del Orinoco (…) La denominación de Caribbean Sea (Mar Caribe) la encontramos por primera vez en un mapa de 1756 trazado por Juan Bautista de Burguignon D’Anville, uno de los más célebres cartógrafos del siglo XVIII. Los mapas de comienzos del siglo XIX, hablan indistintamente de Mar de las Antillas o Mar Caribe (Sourdís, 2002, pp. 31-32).
El Caribe y Macondo
La costa Atlántica —con una extensión de 132.288 Km2 que representa el 11.6% de territorio nacional con ocho departamentos—, es el Caribe colombiano y nos desafía a un escenario afín al de los habitantes de Macondo, en los primeros tiempos cuando, para designar las cosas era suficiente señalarlas con el dedo (Avella, 2001). Asimismo, nos permite crear un contraste con el interior andino colombiano.
Sobre el significado de Macondo, del documental de una hora Macondo (My Macondo, Dan Weldon, 1990), vale la pena recordar la aparición, al final, de Gabo y su frase: —Macondo es un estado del alma.
De acuerdo con el texto El misterio de los Buendía. El verdadero trasfondo histórico de Cien Años de Soledad (2003) de Guillermo Henríquez Torres —quien aparece en el documental de Dan Weldon—, para Gabriel García Márquez hubo tres macondos: Aracataca, Barranquilla y Ciénaga, siendo este último el que le dio el mayor número de los relatos1. Existen muy pocos cineastas caribeños que, antes del año 2003, hayan rodado en celuloide sobre el Nobel de Literatura colombiano y sobre ese Macondo.
De todas formas algunos filmes se pueden citar, como Patria de la soledad (Pinzón, 1975), un documental de doce minutos, en el que el cineasta se introduce en la Aracataca donde Gabo nació; en la cinta Del viento y del fuego, de Adolfo García Videla y Humberto Ríos (1983), se registra cómo fue el rodaje de Eréndira, de Ruy Guerra (1983); en Diario de Macondo de Fernando Birri (1988), el argentino —de forma concisa— filma cómo fue el rodaje de Un señor muy viejo con alas enormes. Acerca del filme documental de la Televisión Metropolitana, Canal 22, con la colaboración de Irene Soto Amaya, Patricia Castaño y Jean Stups, el escritor García Márquez habla sobre sus argumentos y guiones.
Gabriel García Márquez: la magia de lo real (1982) es un video de sesenta minutos que, según la reportera de la Televisión Española Ana Cristina Navarro, es un documental que tiene tres etapas bien diferentes: finales del siglo pasado con la guerra civil; los años veintes con la llegada —en 1928— de la United Fruit Company; y los años de la violencia, que son secuela de El bogotazo. Otras películas documentales son: Macondo, sinfonía caribeña de Raúl García R. Jr. (1992), con un metraje de una hora; Gabriel García Márquez: La escritura embrujada, de Yves Billon y Mauricio Martínez-Cavard (1998) y el bien intencionado cortometraje de animación caribeño La llegada de Melquíades a Macondo, de Mauricio García Matamoros (2014), del Programa de Cine y Audiovisuales de la Universidad del Magdalena. En este trabajo, la voz en off es del director del Programa de entonces, el cineasta ‘Pacho’ Bottía; y la producción de la joven Michelle Hawkings Duica. De todas formas, en el libro de Gonzalo Restrepo Sánchez, Gabriel García Márquez y el cine ¿una buena amistad? (2001a), existe un amplio estudio de los asuntos de Gabo en el cine.