Kitabı oku: «Cirugía hepatobiliar en Colombia»
Cirugía hepatobiliar en Colombia
Cirugía hepatobiliar en Colombia. Perspectiva para no olvidar la historia
Resumen
La historia del hígado está llena de anécdotas que se remontan al origen de la humanidad. Los antiguos lo consideraban el principal órgano del cuerpo, donde se alojaban el alma y las emociones humanas, y por ello también ha sido sede de temperamentos, incluyendo el biliar. Para algunos, el hígado está vinculado con el placer: se cree que las palabras hepático y hedonista comparten la misma raíz. En el periodo de Isabel I, reina de Inglaterra, el monarca era el “hígado de la nación”.
Este órgano tiene particularidades únicas, como su poder de regeneración y su tamaño: es el segundo más grande del ser humano, superado solamente por el cerebro. Es la ‘fábrica’ del organismo, donde se realiza un sinnúmero de procesos orgánicos indispensables para la vida. Además, es único: su falla terminal solo puede ser tratada con el trasplante; no tiene cómo tratarse de otra manera, pues no hay máquina, medicamento ni soporte que pueda sustituir sus funciones, ni siquiera temporalmente.
Igualmente rica es la historia de la cirugía hepatobiliar en el mundo y, particularmente, en Colombia, de la cual esta obra hace un recuento pormenorizado.
Palabras clave: cirugía en Colombia, cirugía del abdomen, cirugía de trasplantes, vías biliares, hígado, páncreas.
Hepatobiliary surgery in Colombia: A perspective that aims to not forget history
Abstract
The history of liver is full of anecdotes that go back to the origins of humanity. The ancients considered it to be the main organ of the body, where the soul and human emotions lived, and for this reason it has also been the place where temperaments are housed, including the biliary one. Some also linked the liver to pleasure: the words hepatic and hedonistic are believed to share the same root. In the period of Elizabeth I, Queen of England, the monarch was the “Liver of the Nation”.
This organ has unique characteristics, such as its regenerative power and its size: it is the second largest organ in the human body, surpassed only by the brain. It is the “factory” of the organism, where countless organic processes occur that are essential for life. Furthermore, it is unique: its terminal failure can only be managed with transplantation; it cannot be treated in any other way, since there is no machine, medicine or support that can replace its functions, not even temporarily.
Equally rich is the history of hepatobiliary surgery worldwide and, particularly, in Colombia, of which this work offers a detailed account.
Keywords: surgery in Colombia, abdomen surgery, transplant surgery, bile ducts, liver, pancreas.
Citación sugerida / Suggested citation
Quintero GA. Cirugía hepatobiliar en Colombia. Perspectiva para no olvidar la historia. Bogotá, D. C.: Editorial Universidad del Rosario; 2021.
https://doi.org/10.12804/urosario9789587846812
Cirugía hepatobiliar en Colombia
Perspectiva para no olvidar la historia
GUSTAVO A. QUINTERO, MD, ESP. MSC.
Quintero, Gustavo A.
Cirugía hepatobiliar en Colombia. Perspectiva para no olvidar la historia / Gustavo A. Quintero, MD, Esp. MSc.; prólogo Alonso Vera Torres, MD, FACS, FEBS – Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2021.
Incluye referencias bibliográficas.
1. Cirugía – Historia – Colombia. 2. Vías biliares – Cirugía. 3. Hígado – Cirugía. 4. Páncreas – Cirugía. I. Quintero, Gustavo A. II. Universidad del Rosario. III. Título.
617.09861 | SCDD 20 |
Catalogación en la fuente – Universidad del Rosario. CRAI
DJGR | Abril 22 de 2021 |
Hecho el depósito legal que marca el Decreto 460 de 1995
© Editorial Universidad del Rosario
© Universidad del Rosario
© Gustavo A. Quintero. MD, Esp. MSc.
© Alonso Vera Torres, MD, FACS, FEBS, por el Prólogo
Editorial Universidad del Rosario
Carrera 7 No. 12B-41, of. 501
Tel: 2970200 Ext. 3112
Primera edición: Bogotá D.C., 2021
ISBN: 978-958-784-679-9 (impreso)
ISBN: 978-958-784-680-5 (ePub)
ISBN: 978-958-784-681-2 (pdf)
https://doi.org/10.12804/urosario9789587846812
Coordinación editorial:
Editorial Universidad del Rosario
Corrección de estilo: Gustavo Patiño
Diseño de cubierta: César Yepes y Luz Arango
Diagramación: Precolombi EU-David Reyes
Conversión ePub: L¡piz Blanco S.A.S.
Hecho en Colombia
Made in Colombia
Los conceptos y opiniones de esta obra son responsabilidad de sus autores y no comprometen a la Universidad ni sus políticas institucionales.
El contenido de este libro fue sometido al proceso de evaluación de pares para garantizar los altos estándares académicos. Para conocer las políticas completas visitar: editorial.urosario.edu.co
Todos los derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida sin el permiso previo escrito de la Editorial Universidad del Rosario.
Autor
Gustavo A. Quintero
Cirujano hepatobiliar y de trasplantes, profesor titular de carrera. Decano de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario.
Imagen de cubierta: Trasplante hepático, óleo sobre tela. Gustavo A. Quintero. Diseño de cubierta: César Yepes.
[…] monarca oscuro,
distribuidor de mieles y venenos,
regulador de sales,
de ti espero justicia:
Amo la vida: ¡Cúmpleme! ¡Trabaja!
No detengas mi canto.
PABLO NERUDA, Oda al hígado
Contenido
Prólogo
Alonso Vera Torres
Introducción
Capítulo 1. Historia
1.1. Antecedentes
1.2. Historia de la cirugía de vías biliares
Referencias
Capítulo 2. Perspectiva
2.1. Primer periodo (1903-1945)
2.2. Segundo periodo (1946-1986)
2.3. Tercer periodo (1987-hoy)
Referencias
Capítulo 3. Regresando al futuro
3.1. Hipótesis y trabajos actuales sobre la litiasis biliar
Referencias
Prólogo
Siempre, detrás de los grandes logros, hay grandes historias que contar, y este libro es un claro ejemplo de ello. La influencia del doctor Gustavo Quintero Hernández en la formación de toda una generación de médicos, y especialmente de la mía como cirujano, fue indudablemente definitiva.
Recuerdo mi primer día como residente de cirugía general en el Hospital Universitario San Ignacio. Era agosto de 1993. Las rotaciones ya habían sido asignadas y yo estaba rotulado para “cirugía piso Fundación Santa Fe de Bogotá”. Llegué temprano, un poco desorientado. Tenía entonces 23 años. Tras pedir las indicaciones necesarias, subí rápidamente al cuarto piso, con esa incertidumbre de lo desconocido. Me presenté ante la secretaria de la Oficina de Coordinación de Cirugía, con tono seguro para que no se notaran mis nervios. “Buenos días, soy el doctor Alonso Vera; hoy es mi primer día de cirugía”. Claramente no sabía qué hacer y sus indicaciones fueron de gran valor para mí en ese momento. Fue entonces cuando tuve mi primer encuentro con quien después sería mi gran mentor, profesor, guía y amigo en esta increíble carrera que este año cumple 23 años.
El doctor Gustavo Quintero Hernández, coordinador del Departamento de Cirugía, al ver mi cara de angustia se me acercó con esa amabilidad que lo ha caracterizado siempre, comprensivo de mi situación, y me dijo unas palabras que hasta hoy no se me olvidan: “Tranquilo, todo va a estar bien”. Me llevó a su oficina y me explicó brevemente quién era, qué hacía, quiénes conformaban y cómo funcionaba el Departamento que él coordinaba. Comencé entonces mi residencia en esta gran institución, “aprendiendo a hacer nudos”, mientras asistía a cirugías muy grandes, entre ellas el trasplante hepático y cirugías hepatobiliares mayores. Fui afortunado al aprender de los cirujanos más destacados del país de ese momento. Tuve la oportunidad de conocer entonces a uno de los creadores de la Fundación Santa Fe, el doctor José Félix Patiño, quien murió en el 2020. Lo recuerdo como un médico culto, inteligente y generoso con su conocimiento y quien —como él mismo dijo en una entrevista— dedicó su vida a la docencia y al ejercicio de las especialidades quirúrgicas, siempre en un ambiente académico y con un profundo sentido de responsabilidad social heredado de su padre.
Trabajé también al lado de varios médicos que marcaron definitivamente mi desarrollo profesional, como Francisco Holguín, quien no solo ha sido un gran profesor, sino también un buen amigo; Jaime Escallón, jefe del Departamento Quirúrgico de la Fundación en ese momento; Manuel Cadena, Guillermo Supelano, Fernando Guzmán, Jairo Ramírez, Eduardo Londoño, Nathan Eidelman y Nathan Zundel, y los inolvidables amigos médicos cirujanos hospitalarios de entonces: Juan Manuel Salazar y Julián Sotomayor.
En ese entonces fui testigo de operaciones magníficas que demandaban un gran esfuerzo por parte de los cirujanos, de los equipos de anestesia y de cuidado intensivo, y valoré y presencié verdaderos y maravillosos “actos quirúrgicos”. Sin duda, mi primera fase de entrenamiento, junto con algunos de mis colegas, fue marcada por todos estos intérpretes de la enfermedad: grandes profesionales que se preocuparon por entrenarse más allá de lo que el entorno quirúrgico del país de ese entonces permitía y por lograr resultados sorprendentes. Tuve el honor de operar con ese grupo de grandes profesionales que hoy, me atrevo a decir, son verdaderos héroes de la cirugía en Colombia. Su ejemplo de disciplina, rigor y estudio fue absolutamente impactante y decisivo para mi vida.
Al terminar mi residencia en 1997, ya tenía más claro el panorama. Haber sido testigo de que la cirugía puede curar, y haber visto cómo el conocimiento, el temperamento y la habilidad se hacían uno en el momento sublime de operar, me llevaron a escoger la cirugía como especialización. Mi futuro era, indudablemente, la cirugía de trasplantes y hepatobiliar; esa decisión nunca cambió.
De alguna manera sentía que en Colombia, a pesar de los esfuerzos de estos grandes cirujanos, había mucho por hacer y aprender. Viajé entonces a Estados Unidos e hice un visiting fellowship en la Unidad de Cirugía Hepatobiliar y Trasplantes del Albert Einstein Medical Center, en Filadelfia. Allí me convencí de que no había nada más sublime y retador para un cirujano que un trasplante de hígado. Aprendí cómo, con este procedimiento, se podía curar la enfermedad, y traer a un paciente de la muerte a la vida en un momento. La recuperación de los pacientes era increíble. Un día después de la operación, tras mucho sufrimiento, se lograba que el paciente, ya sin dolor, empezara una nueva vida, lo cual era muy gratificante.
A mi regreso a Colombia, ya graduado como cirujano, y entendiendo mejor las diferentes necesidades, volví a la Fundación Santa Fe de Bogotá. En 1999, de nuevo con la ayuda de mi profesor y mentor Gustavo Quintero, emprendí un viaje a Inglaterra, donde me entrené en trasplante hepático y cirugía hepatobiliar en el Queen Elizabeth Hospital en Birmingham. Estuve bajo la tutela de los profesores Paul McMaster, John Buckels y David Mayer, quienes años atrás fueron también profesores del maestro Quintero. Fue una experiencia fascinante, pues pude ampliar mi conocimiento sobre los detalles de la cirugía hepatobiliar y aprendí a investigar; tuve entonces la suerte de conocer a la mayoría de los grandes maestros de esta especialidad del mundo y, lo más importante, conocí a mi esposa, quien, junto con mis dos hijas, me ha acompañado y apoyado en todos los proyectos que me he propuesto hasta hoy. Tres años más tarde regresé e inmediatamente reinicié mis labores como cirujano. Más preparado y tratando de seguir el legado de mis grandes maestros pude, con mi equipo, poner en práctica todo el conocimiento adquirido sobre los trasplantes y la cirugía hepatobiliar.
Se consolidó entonces un gran servicio de Trasplantes y Cirugía Hepatobiliar en la Fundación Santa Fe, que logró rápidamente trasplantes hepáticos exitosos en adultos y niños —800 hasta el momento—; se estableció la práctica exitosa de cirugías hepáticas y pancreáticas abiertas, que se tornaron con el tiempo en laparoscópicas y robóticas. Se realizó la primera hepatectomía mayor laparoscópica, en 2011, y la robótica en 2018; así como procedimientos de Whipple laparoscópicos en 2016 y robóticos en 2018. De esta manera, se estableció un servicio quirúrgico de muy alto nivel y de vanguardia en Colombia, con el manejo integral de las enfermedades hepática y pancreática, un nivel alto de investigación, con publicaciones médicas indexadas en el campo de la cirugía hepatobiliar y con descubrimientos que han sido reconocidos por la práctica quirúrgica mundial, como la colectomía —cuando está indicada— para evitar la recurrencia de la colangitis esclerosante primaria postrasplante hepático, publicada en The Lancet el 14 de diciembre de 2002 (volumen 360, número 9349), entre otros tantos.
Hoy, pasados 27 años de mi primer encuentro con el profesor Quintero, tengo el enorme agrado y el honor de presentar este maravilloso libro. Encuentro entre sus páginas a ese gran ser humano, educador, escritor, investigador y gran amigo, quien marcó mi carrera y cambió mi forma de ver y entender la medicina, así como la manera de operar. Me introdujo en un mundo diferente: el de los más preparados en el campo, y me enseñó a ejercer con disciplina, siguiendo siempre unos protocolos estrictos.
Durante la lectura me di cuenta de que, habiendo trabajado con los doctores Gustavo Quintero —pionero de la cirugía hepatobiliar moderna en Colombia— y Paul McMaster, y habiendo conocido a Thomas Starlz y a sir Roy Calne, yo estaba haciendo parte de este importante proceso histórico de nuestra cirugía e, indudablemente, había estado en el Olimpo con los mejores.
Si bien los trabajos anteriores de este excelente cirujano, el doctor Quintero, son claros, asertivos y educativos, considero importante confesar mi preferencia por esta última creación; es difícil encontrar un hombre con tanto conocimiento sobre el tema. En las manos tenemos un exquisito trabajo de investigación y recopilación; sin embargo, es notable la sencillez con la que explica acontecimientos muy complicados, permitiéndoles a los lectores con o sin conocimientos específicos del tema, comprender sin mayores dificultades cómo ha sido el desarrollo en el mundo de una de las ramas más complejas y bellas de la cirugía.
El profesor Quintero resumió maravillosamente el legado de los grandes maestros de la cirugía en Colombia y del mundo, visualizó el momento y las diferentes necesidades y se esforzó por traer conocimientos nuevos y frescos al país. Finalmente, instauró “la cirugía hepatobiliar moderna” en nuestro país y los trasplantes hepáticos exitosos, las reconstrucciones biliares y, tal vez, lo más importante: educó a una gran generación de médicos, para que la historia fuera completa y duradera.
Este libro nos cuenta la historia de cómo se desarrolló la cirugía hepatobiliar en Colombia, para ponerla en un lugar de punta en Latinoamérica. Hemos alcanzado varios logros de la mano del doctor Quintero, como el primer trasplante hepático en Colombia con donante con hígado dividido, y uno de los primeros en Latinoamérica; el trasplante hepático que más ha sobrevivido en Colombia (más de 30 años), el desarrollo de las unidades de cuidado intensivo quirúrgico, el entendimiento de la inmunología y el trabajo en grupo como clave de éxito.
Con una espléndida narración, nos recuerda hechos y personas valiosas, para nunca olvidar, para que siempre podamos entender de dónde vinimos, ¡valorar nuestros esfuerzos colectivos y entender que somos parte de una historia!, que “no nos hicimos solos”.
Este libro nos lleva por una historia espléndida narrada por uno de los principales protagonistas en nuestro país y la región, que trascendió entre nosotros para el beneficio de todos.
En la primera parte del libro cita de manera ordenada eventos históricos en el desarrollo de la cirugía de hígado y la vía biliar en el mundo, producto de una exhaustiva investigación y recopilación de escritos originales. Por ejemplo, nos deleita con la descripción de la patología vesicular y litiásica desde el siglo v hasta hoy, contándonos historias de personajes que la padecieron y murieron por su causa.
Relata los esfuerzos quirúrgicos que se han hecho a lo largo de la historia para tratar la enfermedad litiásica, mortal durante muchos siglos; reseña la primera colecistolitotomía en el mundo (en el siglo XVII), las colecistostomías, las primeras colecistectomías abiertas y laparoscópicas en Alemania y todo lo que viene para nosotros después. Narra cronológicamente los desarrollos en intervención de la vía biliar y de los métodos diagnósticos hasta llegar a la intervención radiológica y endoscópica actuales.
El profesor Quintero, en la segunda parte de este libro, que él titula “Perspectiva”, nos explica uno a uno los diferentes periodos de la historia de la cirugía hepatobiliar, que van desde 1888, con la primera colecistostomía, en Cali, hasta nuestros días.
Resalta en el “segundo periodo” (1945-1986), el papel que desempeñaron en esa época el Hospital San José en Bogotá y algunos de los grandes maestros. Así, nos cuenta la labor de los discípulos de esa alma mater, llenos de sabiduría, habilidad y arrojo para ejecutar tareas quirúrgicas que incluso hoy en día son titánicas.
Hacen parte de esta etapa relatos inspiradores de personalidad y liderazgo, de cómo se formaron escuelas quirúrgicas en Colombia y, en especial, cómo se desarrolló el talento venidero. Además, describe la influencia en nuestra práctica de cirujanos de Estados Unidos, Argentina y el Reino Unido.
Posteriormente, nos cuenta cómo se concibió la teoría de la fisiopatogenia de la enfermedad litiásica y los factores formadores de cálculos biliares, desde lo metabólico hasta lo anatómico. Hace descripciones completas histológicas y funcionales del esfínter de Oddi y todo aquello que es la base para el manejo endoscópico y quirúrgico de la vía biliar hoy día; trabajos pioneros extensos, infortunadamente no publicados en ese momento, pero que estuvieron entonces a la vanguardia en el mundo.
Finalmente, con el inicio del “tercer periodo” (desde 1986 hasta hoy) nos explica la historia del trasplante hepático en nuestro país, procedimiento que se le debe a él, el profesor y maestro Quintero, como forjador, gestor e inspirador de todos los que seguimos su camino. Este procedimiento marca el inicio de este periodo que aún nos cobija.
El procedimiento “trasplante hepático” es reconocido como la máxima expresión de arrojo, conocimiento y habilidad en cirugía hasta el momento. Se cambia entonces por completo la manera de hacer cirugía en nuestro país y llegamos así a alcanzar la máxima complejidad quirúrgica posible hasta hoy. Todos estos hechos jalonaron el cuidado intensivo a niveles muy avanzados y posicionaron a Colombia como pionera en trasplante hepático en Latinoamérica.
En este periodo, el autor nos expone además sus prodigiosos y extensos trabajos —de un altísimo nivel— en relación con reconstrucciones biliares con asa subcutánea, colecistitis asintomática, intervencionismo en la vía biliar. Acto seguido, describe el desarrollo de la cirugía mínimamente invasiva —laparoscópica y robótica—, algo casi imposible de imaginar para nuestros no muy lejanos gestores.
Concluye el libro con un tercer capítulo, en el cual comparte el relato de su hipótesis magistral y visionaria sobre la litiasis biliar, teniendo en cuenta el metabolismo y el microbioma, en un esfuerzo por prevenirla, lo cual beneficiaría la salud pública mundial.
¡La historia que no se escribe se olvida! Gracias, maestro Gustavo Quintero —uno de los principales protagonistas del desarrollo de la medicina en nuestro país—, por este libro que, estoy seguro, será un motor para no desfallecer y para promover el desarrollo e innovación en este campo de la cirugía, y servirá de fuente de inspiración para las generaciones futuras y para beneficio de nuestra gente y nuestra medicina.
Alonso Vera Torres, MD, FACS, FEBS
Jefe del Servicio de Trasplantes y Cirugía Hepatobiliar
Fundación Santa Fe de Bogotá
Ücretsiz ön izlemeyi tamamladınız.