Kitabı oku: «La alimentación de los antiguos mexicanos en la Historia natural de la Nueva España»
Índice de contenido
Advertencia
ESTUDIO PRELIMINAR
PLANTAS
Raíces
Del ACAXÍLOTL
Del CAMOTLI o batata
Del CHILLI de la India oriental
Del CÍMATL o cierta raíz comestible
Del CUTIRIQUI
Del HUITZQUÍLITL cuarto o de Xalatlauhco
Del ITLANEXILLO o pierna de liebre
Del OCELOXÓCHITL o flor de tigre
Del OZTOAYEZÓQUIL yacapichtlense o hierba de frijoles
Del QUAPATLI o medicina del monte
Del QUAUHCAMOTLI o yuca
Del QUAUHCHÍLZOTL o palo de pimiento viejo
Del QUEQUÉXQUIC o planta de raíz picante
Del QUEQUÉXQUIC que los españoles llaman plátano y los portugueses naume
Del TEPEXONÁCATL o cebollas silvestres
Del TEPEXONÁCATL o cebolla silvestre
Del TEXCALCÓYOTL o zorra de las peñas
Del XALCOYANTZIN
De la XICAMA
Del XIXIPIN
Del XONÁCATL o cierto género de cebolla
Del YEXÓCHITL o flor de yetl
Tallos y hojas
Del segundo ACAQUÍLlTL
Del ACUEYO o hierba aburbujada
De la ACUMBA
Del segundo AMAMALÁCOTL
Del AMÓZOTL o hierba torcida
Del ACHOCHOQUÍLITL o verdura suave
Del segundo CHAOACOCOPIN o uñas de mujer celosa
Del CHIPILIN panucense
Del CHIPILLIN o hierba de fruto sonante
Del segundo CHIPILLIN
Del COCOCAQUÍLITL o verdura acuática acre
Del COYAMECÓATL o piel de jabalí
Del quinto ELOQUÍLTIC
Del EPATLACHQUÍLITL o verdura comprimida
Del EPÁZOTL o hierba olorosa
De la hierba que llaman DE LA PLAYA
Del HOAUHQUÍLITL o verdura con semilla dispuesta en penacho
Del HOEIXÓCHITL u omiquílitl
Del HOlTZQUÍLlTL o verdura espinosa
Del segundo HOlTZQUÍLlTL
Del HUAPAQUÍLITL
Del HUEIPÓCHOTL huaxacense
Del ITZMlQUÍLlTL o verdura parecida a las puntas de itztli de las flechas
Dei ITZÓNCAL o hierba cabelluda
Del IZTAQUÍLITL o verdura salada
Del MASTUERZO peruano
Del MATZALQUÍLITL o verdura algo profundamente crenelada
Del MAXTENQUÍLITL
Del OCOPETLATLQUALONI o comestible
Del OCOQUÍLITL o verdura que sabe a resina
Del PETZÍCATL o hierba de semilla lisa
Del TLATLANCUAYEQUALONI
Del TEPEXIUHQUÍLITL
Del TETEXQUÍLITL
Del TETEXQUILQUÁHUITL o palo de tetexquílitl
Del TEUHQUÍLITL o hierba del príncipe
Del THAREPEN o hierba favorable a los viejos
Del TLACOYACAQUÍLITL o verdura de punta de vara
Del TLALATEZQUÍLITL
Del TLALlTZMIQUÍLlTL o itzmiquílitl chico
Del TLALXÍLOTL o mazorca chica
Del TLANECPATLI o medicina de los dientes
Del TLAXINCAQUÍLITL o verdura recortada
Del TLAZALXÍHUITL o hierba glutinosa
Del TZIQUÁRENI
Del XALALAQUÍLITL
Del XOCONCÓATL
Del segundo XOXOCATON
Del XOXOCOYOLLIN
Flores
Del AXOCOPACONI o loción acida
Del CACAOAXÓCHITL o flor de cacáoatl
Del COATZONTECOXÓCHITL
Del ELOXÓCHITL o flor de élotl
Del segundo HOITZXÓCHITL
Del XOCHINACAZTLI o flor de oreja
Del ZOTOLLIN o planta semejante a la palma
Frutos
Del AHATE panucino, quauhtzápotl o anona
Del AHOACAQUÁHUITL o árbol parecido al encino y que da fruto
Del segundo AHOACAQUÁHUITL o ahoácatl del monte
Del AHOAXÓCOTL o ciruelo de encino
Del segundo AHOAXÓCOTL
Del ÁRBOL DE LA NUEZ INDICA o coco
Del ATZÁPOTL o fruto acuático
Del AYOTLI o de la naturaleza y géneros de las calabazas indias
Del árbol CHACHALACÁMETL o maguey que hace mucho ruido
Del CAPOLIN o cerezo dulce de Indias
Del CHAYOTLI o planta que da fruto semejante a erizos
Del CHILLI
Del COCHiZTZÁPOTL o tzápotl somnífero
Del COPALXÓCOTL o árbol gomoso que da ciruelas
Del segundo COPALXÓCOTL
Del COYAMECÓATL o piel de jabalí
Del COYOTÓMATL o tómatl de coyote
Del COZTÓMATL o tómatl amarillo
De la hierba que da la llamada por los españoles GRANADILLA
Del HOÓXITL
De la HURÚHUETA o tzápotl
Del ILLAMATZÁPOTL o fruto de las viejas.
Del ITZÁMATL o papiro de navajas
Del IZTACXOCONOCHLI o tuna agria y blanca
Del MATZATLI o piña de Indias
Del MAZACAXÓCOTL o ciruelo cervino
Del MECAXÓCHITL
Del MELÓN de Indias
Del MOLLE
Del NANTZINXÓCOTL
Del NETZOLLIN o planta que da fruto gemelo
Del NOCHTLI o género de tunas
Del OLOPIO mecatlánico
Del OZTOAIXOCÓUH o fruto de oztoa
Del OZOMATÓMATL o tómatl de mona
De la PÁHOA o árbol pahuatlanense
De la PAPAYA
Del QUAUHCACÁOATL o nogal de Nueva España
Del QUAUHTATÁMAL o agalla arbórea
Del QUAUHTZÁPOTL o anona
Del segundo QUAUHTZÁ POTL o tzápotl silvestre
Del QUAUHXÍLOTL
Del segundo QUAUHXÍLOTL, que otros llaman plátano
Del árbol TEONOCHTLI o tuna divina
Del TEOCINTLI o tepecentli, o sea mazorca de maíz del monte
Del TEOCÓMITL u olla sagrada
Del TEOXÓCOTL o ciruelo divino
Del TEPENEXCÓMITL u olla del monte
Del TEXÓCOTL o fruto de piedra
Del TEZHOATL o planta áspera
Del TEZHOAXÓCHITL o flor de tézhoatl
Del TENTZONQUÍLITL o planta barbada
Del TEZONTZÁPOTL o fruto que tiene color de piedra tezontli
Del TLACOÁMATL o vara papirácea
Del TLALAYOTLI o calabaza chica
Del TLALTÉZQUITL o fruto terrestre
Del TLlLTZÁPOTL o tzápotl negro
Del TÓMATL o planta de frutos acinosos
Del TÓPOTL
Del TOTOTZÁPOTL o tzápotl de pájaro
Del TZÁPOTL haitiano o mamey
Del XALQUÁHUITL mecatlanense
Del XALXÓCOTL o fruto arenoso
Del XICOTZÁPOTL o tzápotl de abeja
Del XÓCOC mecatlanense o planta ácida
Del XOCOQUÁHUITL o árbol de ciruelas tototepecense
Vainas
Del AHOAXIN o hoaxin acuático
Del HOAXIN
Del MÍZQUITL o vaina
Del QUAMÓCHITL o árbol de fruto parecido al maíz reventón
Del QUAUHPINOLI ihualapense
Del TAMARINDO
Del segundo TEPEHOAXIN
Del segundo TLALHOAXIN
Del quinto TLALHOAXIN
Del TLILXÓCHITL o flor negra
Semillas
Del ACHÍOTL o medicina buena para teñir
Del CACAHOAQUÁHUITL o árbol del cacao
Del CENCOCOPI o planta parecida al tlaolli
Del CHIANPITZÁHOAC o delgado
Del CHIANTZOTZOLLI o planta que se hincha en la humedad
Del CHIMALÁCATL peruano o grande, que otros suelen llamar flor del sol
Del EPATLACHTLl o frijol comprimido
De cierto género de GARBANZO silvestre
Del segundo QUAUHAYOHUACHTLI
Del TEOYETLTEMICTI
Del TLALCACÁHOATL o cacáhoatl chico
Del TRIGO mechoacanense
Del XOCOXÓCHITL o pimienta de Tabasco
Tlaolli (maíz)
Del TLAOLLI o maíz, y de las bebidas y géneros de tortas que suelen prepararse con él
Del modo de preparar el pan de maíz
Del XOCÓATL
Magueyes
Del METL o maguey
Del MEXÓCOTL o maguey de ciruelas
Del MEXCÁLMETL o maguey bueno para comerse asado
Del NEQUÁMETL o bebedor de miel
Hongos
Del NANÁCATL o género de hongos
Algas
Del TECUÍTLATL
ANIMALES
Insectos
Del AHUAUHTLI o huevos de moscas palustres
Del AHUIHUITLA o que atrae el agua
Del ANÉNEZ, insecto lacustre
Del ATETÉPITZ o escarabajo lacustre
Del ATOPINAN
Del AXAXAYÁCATL o mosca palustre que tiene faz acuosa
Del OCUlLÍZTAC o gusanillos blancos
De los géneros de miel de Indias
Crustáceos
Del ACOCILIN o figura de caracol
Del CHACALLIN
Del TEPECHACALLIN
Batracios
Del ATOTÓCATL o de los renacuajos
Del AXÓLOTL o juego del agua *
Del CUÉYATL
De los MALULLES
De las especies de TAMAZOLIN o rubetas
Peces
Del ACACANA o pez giboso
Del ACIPAQUITLI
De la ALOSA o clúpea del Mar del Sur
Del AMÍLOTL o pez cilíndro
Del COÁTETL
[Otra vez] Del COÁTETL
Del COYAMEMICHIN
Del CUITLAPÉTOTL o pececillo lacustre de vientre grande
Del HUITZITZILMICHIN
Del IZCOHUA
Del MICHPILLIN o huevos de peces
Del PAPALOMICHIN
Del TENEXMICHIN
Del TLACAMICHIN
Del XALMICHIN o pez arenoso
Del XALMICHIN quauhnahuacense
Del XIOMICHIN de los mexicanos, que nuestros compatriotas llaman trucha
Del XOHUILIN
Del YACAPITZÁHUAC o pez de nariz delgada
De otro YACAPITZÁHUAC
Aves
Del ACACÁLOTL macho o cuervo acuático
Del ACHALALACTLI o devorador de peces
Del ACITLI o liebre acuática
Del ACOLCHICHI o ave de hombros rojos
Del AMACOZQUE o ave de cuello rojo
Del ATAPÁLCATL o tiesto acuático
Del ATOTOLQUÍCHIL o pájaro acuático macho
Del ATÓTOTL o ave acuática macho
Del AYOQUANTÓTOTL
Del AZAZAHOACTLI o ave acuática que grazna roncamente
Del AZOLIN o codorniz acuática
Del AZOLIN o codorniz acuática
Del CHIANTÓTOTL
Del CHIQUATÓTOTL
Del CHIETÓTOTL
Del CHILCANAUHTLI o ánade color de chilli
Del CHILTÓTOTL
Del CHILTÓTOTL
Del segundo CHILTÓTOTL
Del CHIQUATLI o lechuza
Del CHOCHOPITLI
Del COMALTÉCATL
Del COXOLITLI, que llaman faisán del país
Del COYOLCOZQUE o cascabel del cuello
Del COZTÓTOTL o ave amarilla
Del ELOTÓTOTL o ave de mazorca de maíz
Del cuarto ELOTÓTOTL
Del segundo HOACTZIN
Del HOAUHTÓTOTL
Del HOEITLÁLLOTL
Del HOEXOTÓTOTL o ave de los sauces
Otra vez del HÓILOTL
Del HUEXÓLOTL
Del ILLAMATÓTOTL o ave vieja
Del IXAMÁTZCATL
Del IXAMATZCATLTÓTOTL o ave de ojos pintados de blanco
Del IXTEZCATÓTOTL
Del IZTACTZONYAYAUHQUI
Del METZCANAUHTLI o ánade lunar
Del MIACATÓTOTL o ave del renuevo de maíz
Del MOZOTÓTOTL o ave que se alimenta de la hierba llamada mozoquílitl
Del NEXTON
Del OCOTZINITZCAN
Del OCOZOLIN o perdiz montés
Del OCOZOLIN
Del OLOTÓTOTL
Del segundo OLOTÓTOTL
Del PEPATZCA o ánade brillante
Del PICÁLOTL
Del PICICITLI
Del PIPIXCAN o ave ladrona
Del QUACHILTON o ave con cabeza de chilli
Del QUAPACHCANAUHTLI
Del QUAPACHTÓTOTL
Del QUAPETLÁHOAC
Del QUATOZTLI
Del QUAUHCILIN
De otro QUAUHTOTOPOTLI
Del TECHICTLI
Del segundo TEMPATLÁHOAC o ave de pico ancho
Del TEPETÓTOTL
Del tercer ELOTÓTOTL
Del TLAPALCHICHI o ave roja que se restrega
Del TOLCOMOCTLI
Del TOLTECOLOTLI macho o metzcanauhtli, es decir, ave lunar
Del TOLTECOLOTLI hembra o ave que ronca en el juncal
Del TOQUILCÓYOTL
Del TOZCACOZTLI macho o ave de garganta amarilla
Del TZITZICUÍLOTL
Del TZONYAYAUHQUI macho o ave con cabeza de varios colores
Del TZONYAYAUHQUI hembra
Del XALCUANI o ave que traga arena
Del XIUHTÓTOTL o ave de las yerbas
Del XOCHITENÁCATL
Del XOCHITÓTOTL
Del segundo XOCHITÓTOTL o ave florida
Del XOLOTLÁPECH
Del XOMPANTÓTOTL
Del XOTLÁPECH
Del YACACINTLI o pico de mazorca de maíz
Del YACAPATLÁHOAC o ave de pico ancho
Del YACATEXOTLI o pico azul
Del YACATÓPIL o pico de estaca
Del ZACAZOLIN
Del ZOLCANAUHTLI o ánade del color de las codornices mexicanas
Del ZOLCUICUÍLTIC
De algunos géneros de ZOLIN
Reptiles
Del ACUECUETZPALLIN o colote del agua
Del TEUHTLACOZAUHQUI o señora de las serpientes
Mamíferos
De algunas especies raras de perros
Del AYOTOCHTLI o conejo cucurbitino, llamado por otros tatou o armadillo
Del CITLI o liebre
Del COYÁMETL o quauhcoyámetl
Del QUAUHTECHÁLLOTL
Del MANATÍ
De los MAZAME o ciervos
Del TOCHTLI o de los géneros de dasípodos que llaman conejos
De los toros y vacas de la región de Quivira
Del TUZAN o cierto género de topos de Indias
Minerales
Del ÍZTATL o de la sal en general
Del TEOUÍXQUITL o nitro mexicano
Bibliografía
Aviso legal
Advertencia
La Historia natural de Nueva España de Fracisco Hernández fue publicada por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1959 como parte de las Obras completas de este autor. Respecto de la Historia natural de las plantas, la comisión encargada de publicarla se basó en la edición conocida como matritense (Herederos de Ibarra, Madrid, 1790). La sección que corresponde a los animales y los minerales fue tomada de la versión llamada romana (Rerum Medicarum Hispaniae Thesaurus, Roma, 1651). Fueron traducidas del latín por José Rojo Navarro. Para una historia detallada de las ediciones de Hernández, el lector puede acudir al tomo i de las Obras completas y en particular al excelente prólogo de Germán Somolinos D'Ardois. Los comentarios de la comisión aparecen en el tomo ii, volumen i.
El libro que presentamos al lector es una selección de las plantas, animales y minerales descritos por Francisco Hernández que están vinculados con la alimentación y que se encuentran en los tomos ii y iii de las Obras completas. Están agrupadas bajo el título general de Historia natural de Nueva España. El orden no coincide con el de las Obras completas. Las plantas se han dividido en raíces, tallos y hojas, flores, frutos, vainas, semillas; por separado se reúnen las entradas referentes al tlaolli (maíz), a los magueyes, a los hongos y a las algas. Los animales se han ordenado así: insectos, crustáceos, batracios, peces, aves, reptiles y mamíferos. Dentro de cada grupo se usa el orden alfabético.
Aunque era posible hacer una transcripción de los capítulos seleccionados de la Historia natural de Nueva España, se optó por la reproducción del original en todos los casos a fin de conservar la armonía entre tipografía y dibujos. Las ilustraciones de las entradas correspondientes a: Tallos y hojas, Flores, Frutos, Vainas, Semillas, Magueyes, Insectos, Crustáceos, Batracios, Peces, Aves y Reptiles fueron compuestas a partir de la gráfica original.
El propósito fundamental de este libro es hacer llegar a los especialistas en historia de la cocina mexicana, un material de gran importancia para reconstruir diversos aspectos de la cultura alimentaria de los antiguos mexicanos, difícil de conseguir hoy incluso en bibliotecas institucionales.
Cristina Barros
Marco Buenrostro
ESTUDIO PRELIMINAR
Leer la Historia natural de Nueva España de Francisco Hernández es, de alguna manera, viajar por México y recuperar una etapa de su historia. Con un poco de imaginación podemos acompañarlo en sus largos recorridos por Morelos, Tlaxcala, Puebla, Veracruz, Guerrero, Oaxaca, Michoacán y Colima. A lo largo de seis años visitó numerosas poblaciones a las que se trasladó desde la ciudad de México en una litera sostenida por dos mulas.
Las motivaciones de Hernández eran sobre todo dos: cumplir con la encomienda de Felipe II que lo instruyó para que recuperara los conocimientos de los médicos indios y satisfacer su propia curiosidad científica, pues evidentemente Hernández mostraba interés por todo lo que veía y en su intento de conocer a fondo lo que se presentaba ante sus ojos preguntaba, olía, degustaba e incluso aplicaba en sí mismo muchos de los remedios indígenas. Su actitud en general era abierta, aunque inevitablemente tiñó con su propia manera de ver el mundo y ejercer la medicina, muchos de los conocimientos que le transmitían los médicos indios.
Si la iniciativa de Felipe II al nombrar a Francisco Hernández protomédico y enviarlo a México era sobre todo económica, práctica, las descripciones que nos ha dejado el protomédico de la Corte española muestran un verdadero interés por el conocimiento. Con un método similar al que utilizó Bernardino de Sahagún para reconstruir la vida de los antiguos mexicanos en la Historia general de las cosas de la Nueva España e incluso, según algunos, consultando en varios casos a los mismos informantes, describió cientos de plantas y animales, así como algunos minerales. Considera Germán Somolinos D'Ardois, en su importante estudio preliminar a la Historia natural, que “el tipo de español preguntón, indispensable para el conocimiento del nuevo país, llegó a ser tan popular entre los indígenas que en alguna ocasión cuando representaron a las autoridades españolas incluyeron entre ellas al preguntador”. 1
Además de los numerosos conventos que habían fundado franciscanos, agustinos y dominicos, debió de utilizar para hospedarse o detenerse a comer, los alojamientos llamados tecpan. Éstos formaban parte de “la red de los que pudiéramos llamar hosterías y mesones utilizados por los viajeros y comerciantes precortesianos durante sus viajes". 2
Para que la transmisión fuera lo más exacta posible, dejó además numerosas imágenes, pues Hernández no viajó solo; iba acompañado de pintores, escribanos, traductores, guías y en especial de médicos indígenas que le informaban y podían aclarar sus dudas. De cada planta hacía una ficha en la que anotaba su descripción botánica, sus aplicaciones y, en un buen número de ocasiones, el lugar en el que se había localizado. Los pintores copiaban luego la imagen, incluso de aquellas plantas que no recogía Hernández directamente, sino que le hacían llegar sus informantes. También hay ilustraciones en el caso de la fauna. Muchas de las plantas están dibujadas con su raíz, como era la tradición india, aunque en algún dibujo aparecen las iniciales del dibujante que debió de ser europeo, pues firmar no era usual entre los antiguos mexicanos, cuyo trabajo se considera colectivo.
De los dibujos queda constancia en la edición que hizo la Universidad Nacional Autónoma de México y que es la que se utiliza para este trabajo; sin embargo debe saber el lector que sólo se incluye una mínima parte de los dibujos originales. El manuscrito de Hernández había sido entregado a Felipe II tras no pocas vicisitudes, pero en 1671 un incontrolable incendio en El Escorial que duró 15 días, al parecer lo convirtió en cenizas. Sólo quedan los comentarios de algunos que pudieron verlo antes de su destrucción. Francisco de Santos narra al referirse a la biblioteca del monasterio:
[...] hay una curiosidad de grande admiración y estima que es la historia de todas las medicinales plantas de las Indias Occidentales, con sus mismos nativos colores y propias hojas pegadas en las de los libros y su misma raíz, tronco, ramas, venas, flores y frutos. Fue el autor de esta curiosidad un gran herbolario llamado Francisco Hernández. [Hay otros libros] donde puso pintadas esas mismas hierbas y plantas y animales y los estilos y traje de los indios con otras observaciones gustosas de por allá y variedad de aves.3
Se puede afirmar que las dos obras que más aportan al conocimiento de las culturas que se desarrollaron en el centro del país y que ayudan a entender nuestro pasado indudablemente fracturado por la conquista, son la Historia general de las cosas de la Nueva España de Bernardino de Sahagún y la Historia natural de Nueva España de Francisco Hernández. La obra de Sahagún, como se sabe, abarca casi todos los aspectos de las culturas que se desarrollaron en la cuenca de México.
La obra de Hernández es más específica, pues su propósito fue, como ya se dijo, dar cuenta a Felipe II de la situación de la medicina indígena a fines del siglo xvi.
Tanto la Historia general de las cosas de la Nueva España como la Historia natural de Nueva España descansan sin duda en buena parte en los testimonios que les dieron los propios indios. Coincidimos entonces con Francisco del Paso y Troncoso, quien considera que por ello las obras de Bernardino de Sahagún y de Francisco Hernández “deben estudiarse con profunda atención, considerándolas las dos fuentes más puras de nuestra historia: la primera para el estudio de las ciencias naturales y médicas; la segunda, para el conocimiento de las instituciones de nuestros antiguos pueblos”. 4
La obra. El protomédico de la corte organizó su obra dividiéndola en dos grandes apartados: el que se refiere a las plantas y el que describe los animales. Hay también una parte dedicada a los minerales.
Aunque Francisco Hernández tenía el propósito de documentar las plantas medicinales, para nuestra fortuna muchas de ellas eran además comestibles. Algunas le parecieron tan importantes que las describe con prolijidad. Es el caso del maíz, planta a la que se refiere con especial admiración; lo mismo ocurre con el maguey. Además debió de ser un goloso pues, como observa Germán Somolinos, cada vez “que encuentra ocasión escribe en su obra alabanzas a una salsa, a un guisado o a cualquier otro manjar que le han servido”.5 Respecto a la barbacoa, por ejemplo, comenta que después de que se ha degustado “no ha quedado oculto nada de lo que se refiere a las delicias y glorias del paladar”.
El recorrido por las 319 entradas que hemos seleccionado y en las que aparece alguna indicación referido a si el espécimen descrito es o no comestible, o tiene algún uso en la comida, reafirma que la alimentación de los antiguos mexicanos era completa, pues incluía sal, endulzantes, una amplísima variedad de plantas y animales, condimentos (epazote, achiote, pimienta de Tabasco y diversas flores para perfumar el cacao, entre otros), así como numerosas técnicas culinarias.
Es importante enfatizar que si comparamos muchas de las descripciones y usos en la cocina que se documentan en la Historia natural de Nueva España, con la manera en que comemos hoy, especialmente en muchas comunidades indígenas, encontraremos una marcada continuidad cultural.
A cada planta, a cada animal, a cada mineral descrito, le dedica un capítulo de mayor o menor extensión. La “Historia de las plantas” está dividida en 24 apartados o libros que abarcan numerosos capítulos cada uno. Respecto de la zoología o “Historia de los animales’, los tratados son cinco, divididos también en capítulos. Finaliza con la “Historia de los minerales”, que consta de 34 capítulos.
De la eficacia de la medicina indígena da numerosos testimonios, que incluso incluyen su propia curación. Es el caso del mexixquílitl, mastuerzo o iberis de Indias. Ahí refiere:
Es cosa admirable que una hierba tan acre y caliente, mezclada con manteca de vaca sin sal y aplicada, mitiga el calor de los riñones calmando así el ardor de la orina como lo experimente en mí mismo con excelentes resultados cuando sufrí dicha enfermedad. Hay que notar, por cierto, que los médicos indígenas ya habían adoptado una nueva grasa, la de vaca, para agregarla a sus fórmulas.
El doctor Xavier Lozoya ha escrito importantes trabajos acerca de los adelantos de la medicina indígena. En su libro Xiuhpatli. Herba officinalis (literalmente planta medicinal) muestra que la ciencia occidental ha confirmado con sus propios métodos que la ciencia indígena tenía bases sólidas provenientes de la observación y la experimentación. Detengámonos a analizar algunos casos de plantas que el doctor estudia y que se utilizan en la alimentación. De paso se demuestra que la medicina y los alimentos están muy vinculados.
El zapote blanco, por ejemplo, contiene principios activos que disminuyen la presión arterial y tienen efectos sedantes. Esto explica su nombre en náhuatl: cochiztzápotl o zapote del sueño (cochiliztli significa sueño). En el caso del aguacate, el contenido de ácidos grasos y vitamina A justifica por qué lo utilizaron los antiguos mexicanos para evitar que se partiera el cabello, o para curar la sarna, las llagas y la caspa. Hoy sabemos además que por sus altos contenidos de ácido oleico y la escasa presencia de ácidos grasos saturados, su consumo contribuye a reducir de manera significativa el colesterol. A eso se debe que el guacamole sea buen acompañante de las sabrosas carnitas.
El chile, una de las primeras plantas cultivadas en Mesoamérica, además de ser el condimento por excelencia de la comida mexicana, tiene importantes cualidades. En el siglo XIX, los científicos occidentales reconocieron que tenía propiedades analgésicas, rubefacientes y tónicas. Por esta razón los médicos indios lo utilizaron para aliviar el dolor de oído; la capsicina y sus derivados tienen acción analgésica. También aplicaron el chile para curar enfermedades como la tuberculosis y el escorbuto. Hoy sabemos que el chile tiene altos contenidos de vitamina A y C, elementos que contribuyen a fortalecer las membranas de los pulmones.
Sin embargo, en este caso el protomédico se dejó ganar por sus prejuicios y descalificó el uso del chile con base en un razonamiento moral; lo consideró “perjudicial al alma, porque provoca la sensualidad”. No estaba desencaminado, pues otra de las cualidades del chile, de acuerdo con investigaciones recientes, es la de provocar a partir de lo que llamamos el picor, descargas de endorfinas, sustancias “responsables de los estados de excitación y bienestar que produce un buen plato de mole”.6
Hay que enfatizar que en general se supone que los médicos indígenas se basaban en el pensamiento mágico para llegar a sus conclusiones. Con el comentario anterior de Hernández y con la práctica médica europea del siglo XVI, se evidencia la afirmación de Lozoya para el caso de los procesos del parto: “la sencillez con la que la medicina indígena procuraba el exitoso desarrollo del parto, contrasta con la versión médica española, frecuentemente cargada de supersticiones y de actitudes trágicas”.7
Pasemos ahora a otro tema en el que los antiguos mexicanos alcanzaron un importante desarrollo: el de la clasificación y nomenclatura de las plantas.
La clasificación indígena. Para una mejor comprensión de su entorno natural, los antiguos mexicanos utilizaron una nomenclatura a partir de la manera en que se construye en su lengua y de su propia visión del mundo. En el caso del náhuatl, la posibilidad de unir palabras para construir un vocablo, permitió reunir varias cualidades de una planta en una sola palabra. Además utilizaron el método pictográfico para identificarlas en lo general y también para señalarlas con cualidades específicas.
En ambos casos hay un concepto genérico, un ejemplo es el concepto de árbol, al que se agregan atributos específicos que permiten diferenciarlo. Estos atributos pueden ser muchos: el que dé frutos, que esté cerca del agua o en el monte, que sea alto o bajo como un arbusto; también puede identificar en el fruto su sabor, su olor, su tamaño, sus aplicaciones en medicina, la textura de la cáscara, si le gusta a un animal determinado, etcétera.