Kitabı oku: «Como elaborar proyectos»

Yazı tipi:

Colección Mesa Redonda

Cerda Gutiérrez, Hugo.

Cómo elaborar proyectos: diseño, ejecución y evaluación de proyectos sociales y educativos / Hugo Cerda Gutiérrez. — 4. ed. —Bogotá: Cooperativa Editorial Magisterio, 2001.

56p. — (Colección Mesa Redonda; Nº 16)

1. Proyectos Educativos (Elaboración) 2. Educación - Proyectos I. Tit.

II. Serie.

CDD 371. 207 /C27c MFN: 0016

HUGO CERDA GUTIÉRREZ

CÓMO ELABORAR PROYECTOS

DISEÑO, EJECUCIÓN Y EVALUACIÓN DE PROYECTOS SOCIALES Y EDUCATIVOS


Colección Mesa Redonda

CÓMO ELABORAR PROYECTOS

Diseño, ejecución y evaluación de proyectos sociales y educativos

Autor

© HUGO CERDA GUTIÉRREZ

Libro ISBN: 978-958-20-1318-9

Primera edición: 1995.

Segunda edición: 1997.

Tercera edición: 1999.

Cuarta edición: 2001.

Quinta edición: 2012

Reimpresión 2015

Reimpresión: 2018

© COOPERATIVA EDITORIAL MAGISTERIO

Diagonal 36 bis # 20-70 (Parkway la Soledad) PBX: 3383605/06

Bogotá, D.C., Colombia

www.magisterio.com.co

info@magisterio.com.co

Dirección General

ALFREDO AYARZA BASTIDAS

Dirección Editorial

ILSE PATRICIA SÁNCHEZ R.

Impresión:

Este libro no podrá ser reproducido en todo o en parte,

por ningún medio impreso o de reproducción

sin permiso escrito del editor.

Diseño epub:

Hipertexto – Netizen Digital Solutions

CONTENIDO

PRÓLOGO

¿QUÉ ES UN PROYECTO?

1. Definición de proyecto

2. Gestión de proyectos

TIPOS Y MODALIDADES DE PROYECTOS

GUÍA PARA LA PRESENTACIÓN Y ELABORACIÓN DE PROYECTOS

1. Denominación o título

2. Caracterización del proyecto

A Identificación

B. Justificación

C. Marco institucional, social y teórico

D. Finalidad

E. Objetivos, propósitos, logros y

F. Destinatarios

G. Productos, resultados y efectos

H. Cobertura y contexto físico o espacial

3. El régimen operacional

4. Instrumentos, métodos, técnicas y modalidades

5. Cronología

6. Los recursos y costos de ejecución

7. Cómo administrar el proyecto

8. Los indicadores de evaluación de un proyecto

Esquema para la elaboración de un proyecto

Guía para la presentación de proyectos de investigación científica colciencias 1999

Etapas anteriores a la elaboración del proyecto:

Anteproyecto, diagnósticos y estudios de factibilidad

Evaluación de proyectos

Actividades, proyectos, programas y planes

Proyectos comunitarios

El proyecto en el campo educativo

Proyecto para crear una biblioteca infantil comunitaria y un centro cultural para un barrio de la ciudad de Bogotá

Bibliografía general

PRÓLOGO

En esta cuarta edición se ha querido ampliar la información relacionada con el proyecto en general y se ha establecido una clara diferenciación entre el significado genérico que posee el término proyecto y el propio de la gestión de proyectos, que en el campo de la administración de empresas y de la economía se encuentra relacionado con una práctica más específica. De esta manera se busca evitar equívocos y confusiones en este terreno, principalmente en el campo educativo, donde el término se utiliza indistintamente para designar tanto una propuesta como un plan definido o el documento final de un proyecto. Se ha incluido un nuevo capítulo dedicado al proyecto en el campo educativo, particularmente centrado en las diferentes variantes que el término tiene en este terreno: proyectos pedagógicos, proyectos educativos institucionales (PEI), proyectos curriculares, proyectos de vida, etc. De igual manera se ha ampliado el capítulo dedicado al anteproyecto, debido a la importancia que poseen en la actualidad los estudios de prefactibilidad, factibilidad y viabilidad, como etapa preliminar de cualquier proyecto. Se ha conservado gran parte del material de las ediciones anteriores porque, a nuestro juicio, éste tiene una vigencia permanente.

¿QUÉ ES UN PROYECTO?

DEFINICIÓN DE PROYECTO

El término proyecto es fundamentalmente polisémico, porque en torno a él se conjugan usos, significados y aplicaciones muy diferentes. Es una de las palabras “comodín” que se utilizan como sinónimo de muchas cosas, porque si bien en la práctica todos entendemos lo que es un proyecto, la diversidad de significados con los cuales lo asociamos lo convierte en un término ambiguo e impreciso. La propia etimología de la palabra proyecto no nos ayuda mucho a definir sus dimensiones semánticas. El vocablo, proveniente del latín proiectus, se compone del prefijo pro, que significa entre muchas cosas hacia adelante o hacia el futuro, e edictus (participio pasado del verbo latino iacere, que se traduce por lanzar o arrojar). O sea, cuando decimos que somos un proyecto, significa que estamos lanzados hacia delante o estamos abiertos al futuro. Esta acepción hace referencia a uno de los tantos significados que tiene la palabra, o sea, al proyecto como idea, disposición o intención de una persona, pero no necesariamente como plan sistemático para alcanzar algunos fines y objetivos específicos, que es, a la postre, el uso que tiene más difusión en la actualidad.

Antes de que el término proyecto se instrumentalizara y se transformara en un conjunto de medios y procedimientos para alcanzar un fin determinado a nivel operativo, tenía una connotación más amplia, porque, filosóficamente, hacía referencia a la proyección social y espiritual del ser humano que encarnaba el deseo de trascender y proyectarse hacia los demás, salir de sí mismo y abrirse al otro. Heidegger nos habla del proyecto como la actitud de plantearse a sí mismo un vivir como un proyecto, una anticipación a sí mismo. Para Ortega y Gasset, la vida humana es ante todo un proyecto vital, pues el hombre se ve enfrentado permanentemente a lo que va a ser, a inventarlo y pretender realizarlo ante el imperativo de las circunstancias. Sartre afirma que el proyecto es una conciencia de libertad absoluta, de manera que, más que un proyecto, es un preproyecto, porque siempre está abierto a cualquier modificación.

Los sociólogos y antropólogos aspiran a convertir la comunidad en un verdadero proyecto de desarrollo. A juicio de éstos, la comunidad, independientemente de las acciones que se realicen, es un proyecto en sí mismo, al igual que los individuos que la integran. Cualquier acción organizada que busque un cambio social y mental en la comunidad hará parte de este proyecto de desarrollo. Para los planificadores económicos o administrativos, un proyecto es un plan de trabajo con carácter de propuesta, que concreta los elementos necesarios para alcanzar sus metas o logros. Una proyección, para un psicólogo, es un mecanismo de defensa por el cual un individuo les atribuye sus propios conflictos a individuos o hechos externos.

Aunque en la práctica un proyecto puede constituirse en una actitud, un designio, una intención o una idea, existe un consenso entre los autores de que se trata de un avance de las acciones que se realizarán, dirigidas a conseguir un propósitos determinados. En el propio verbo proyectar se perfilan algunas características del término, ya que éste nos habla del acto de idear, trazar o disponer de un plan y de los medios para la ejecución de una cosa. O sea, el proyectarse exige definir y concretar las ideas o los deseos que posee un individuo, al igual que en cualquier proyecto social o económico.

Tradicionalmente, cualquiera que sea la modalidad o el propósito del proyecto, sus funciones y su misión son prever, orientar y preparar bien el camino de lo que se va a hacer. Las personas preparan o se anticipan mentalmente a las cosas o a las acciones que se van a desarrollar durante el desarrollo de un proyecto, o sea, están en condiciones de prever. Pero la función de un proyecto también es dirigir, encauzar, guiar y orientar las acciones o a las personas hacia un fin determinado. Al ser el proyecto un medio sistemático y organizado, destinado a resolver un problema o a alcanzar un fin determinado, se deben prever y planear todos los pasos, acciones y medios para lograr los fines que propuestos.

El Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social (ILPES ), organismo vinculado a la CEPAL, afirma que, en su significado básico, el proyecto es el plan prospectivo de una unidad de acción capaz de materializar algún aspecto del desarrollo económico o social 1. Pero la palabra proyecto se usa también para designar el documento o monografía en que se plantean y analizan los problemas que implica movilizar factores para alcanzar objetivos determinados, de acuerdo con una función de producción dada, justificando asimismo el empleo de estos factores frente a otras opciones potenciales de utilización2. El ILPES considera que reducir el término a los niveles de los aspectos puramente materiales y técnicos del trabajo es limitar su significado, por lo que reserva el término para referirse, en su sentido más amplio, a la idea original de producción, la cual se justifica en un marco metodológico, técnico, administrativo, económico, financiero e institucional.

¿Qué elementos deben necesariamente incluirse en un proyecto para considerarlo como tal? Si bien en este terreno existen opiniones diferentes, para el Ilpes se deben incluir los siguientes aspectos:

• Una descripción de lo que se quiere conseguir, indicando con precisión su finalidad.

• Una adaptación del proyecto a las características del entorno y a las personas que lo van a llevar a cabo.

• Unos datos e informaciones técnicas para el mejor desarrollo del proyecto, así como instrumentos de recogida de datos.

• Unos recursos mínimos imprescindibles para su aplicación.

• Una temporalización precisa para el desarrollo del proyecto.

Hoy día, el término proyecto ha adquirido carta de ciudadanía en la mayoría de las actividades políticas, económicas, tecnológicas, científicas, culturales y educativas, y no existe país que no haya incorporado la palabra de proyecto en sus actividades básicas. El progetto en Italia, el projet en Francia, el project en Estados Unidos, el projekt en Alemania y el proekt en Rusia hacen parte de la terminología común en la economía, la educación y la tecnología de estos países.

Quizás debido a la ambigüedad del concepto, en muchas oportunidades se comete el error de confundir el término proyecto con otros que, si bien se encuentran íntimamente relacionados con éste, son muy diferentes. Nos referimos a las actividades, planes y programas que hacen parte de un ciclo y un desarrollo, que algunos consideran como una unidad lógica y metodológica, en la que las partes hacen parte de un todo organizado que tiene significado propio y que no siempre es reductible a sus partes.

GESTIÓN DE PROYECTOS

Esta variedad de significados que posee el término proyecto ha dificultado en la práctica el manejo de un concepto que parece entenderse indistintamente como un deseo, una actitud o una intención, o como una práctica específica o como un conjunto de medios para alcanzar un objetivo fijado de antemano. Las ciencias administrativas y económicas utilizan el término gestión de proyectos para evitar que se confundan dos significados que, si bien son inseparables de cualquier proyecto, se acostumbra diferenciar para evitar que se produzcan equívocos que pueden desorientar y confundir a quienes utilizan en forma genérica el término.

Una de las definiciones de gestión de proyectos más difundidas es la de David Cleland, quien la define como una disciplina y como un proceso estratégico de elaboración y organización, que combina una serie de recursos organizacionales y operativos destinados a alcanzar un fin o un logro determinado. De acuerdo con este autor, “la gestión de proyectos es el arte de dirigir y coordinar los recursos humanos y materiales para alcanzar los objetivos predefinidos, de costo, de tiempo, de calidad a satisfacción de los participantes3.

Él diferencia entre una gestión de proyectos y una gestión para proyectos. La primera centra su atención en el objeto hacia el cual dirige su interés el proyecto, mientras que la segunda utiliza el proyecto como una metodología apropiada para introducir los cambios deseados en la gestión de una unidad organizacional. En general, la gestión para proyectos es una preocupación de la alta dirección, mientras que la gestión de proyectos se dirige a los gestionarios del proyecto. La gestión de proyectos descansa sobre la puesta en práctica de un paso que se apoya sobre un proceso propio del ciclo de vida de un proyecto.

Tradicionalmente, el término gestión se ha asociado con el acto y efecto de administrar el funcionamiento de un sistema organizacional, y a diferencia del campo educativo se inscribe en un campo regido por los principios económicos de costos/beneficios e inversión/rentabilidad, que tienen significados diferentes en la educación. Salvo que la educación adopte, como muchas veces lo ha hecho, la terminología propia del campo empresarial y económico, ésta carece de un término que establezca las diferencias entre dos significados: uno general y otro específico. En el primer caso, el proyecto es apenas un esbozo o quizás un deseo; en cambio, en el segundo, es una guía para la acción.

Según Vincent Giard, cualquiera que sea la naturaleza específica de una gestión de proyecto, es posible reducir su realización a un universo de tres dimensiones:

La dimensión técnica: donde existe preocupación por la calidad del proyecto.

La dimensión tiempo: donde se centra la atención en el tiempo que se requiere para realizar el proyecto.

La dimensión costos: donde hay preocupación por el esfuerzo que se requiere para realizar el proyecto; en el caso económico, la unidad monetaria se convierte en el denominador común para medir este esfuerzo. Estos costos se pueden referir a la dimensión tiempo o técnica, y particularmente a dificultades encontradas, o a excesos o errores de estimación.

TIPOS Y MODALIDADES DE PROYECTOS

Cada disciplina o área del conocimiento parece tener su propia forma de ver y de percibir un proyecto; de ahí la gran cantidad de criterios que existen, en las ciencias sociales y en las ciencias naturales, en el momento de clasificar los proyectos, clasificación que muchas veces no escapa a la influencia de los propios paradigmas cuantitativos y cualitativos. Algunos autores clasifican los proyectos según sus finalidades; otros, de acuerdo con el tiempo que separa la ejecución de los procesos de la obtención de los resultados. En cambio, otros reducen la clasificación a dos categorías básicas: los sociales y los económicos, según se relacionen o no con la producción. Para los franceses Chervel y Le Gail, los proyectos económicos y sociales se pueden clasificar según sus características de la siguiente manera:

CLASIFICACIÓN POR FINALIDADES

A. Según la naturaleza de los bienes o servicios producidos

• Proyectos de producción de bienes materiales (proyectos agrícolas, mineros, energéticos, industriales, etc.).

• Proyectos de producción de servicios (proyectos de transporte, de telecomunicaciones, de construcción de vivienda, de educación, de salud, etc.).

B. Según la clase de consumo a que da lugar el producto

•Proyectos de producción destinados a la demanda interna (fábrica de cemento, cervecería, etc.) y proyectos de exportación (cultivo de algodón, fabricación de conservas o de jugo de frutas, etc.).

• Proyectos económicos (explotación de un yacimiento minero, fábrica de textiles, etc.) y proyectos sociales (salud, educación, etc.).

• Proyectos de producción de bienes comercializables (plantación de café, de maní, etc.) y proyectos de producción de bienes no comercializables (proyectos de autoconsumo).

CLASIFICACIÓN EN RELACIÓN CON EL TIEMPO QUE SEPARA LA EJECUCIÓN DE LOS PROCESOS DE LA OBTENCIÓN DE LOS RESULTADOS

• Proyectos de producción inmediata (industriales).

• Proyectos de producción diferida (reforestación, embalses, etc.).

• Proyectos que suponen una inversión importante (intensivos en capital, larga duración de vida, etc.).

• Proyectos que exigen una inversión moderada.

CLASIFICACIÓN EN RELACIÓN CON LA COMPLEJIDAD A NIVEL DE LA EJECUCIÓN O NIVEL DE RESULTADOS

• Proyecto puntual (industrial) y proyecto de desarrollo regional.

• Proyecto puntual y proyecto de una red de escuelas a nivel rural (ejecución simple, resultados complejos, etc.).

En el campo de las ciencias sociales tradicionalmente, se hace referencia al carácter, la naturaleza y el tipo de proyecto, con lo cual se busca realizar una clasificación que permita organizar todas las variantes y modalidades en este terreno. El carácter del proyecto se refiere a si éste es considerado como económico o social. Será de carácter económico si su objetivo es producir un bien, un valor o un servicio que demande un beneficio económico. Será de carácter social si este valor o una parte de éste tiene un propósito social, o sea, busca satisfacer un conjunto de necesidades de un grupo, una organización, una institución o un área territorial. La naturaleza del proyecto tiene que ver con la esencia y la propiedad característica del proyecto, pero fundamentalmente con la naturaleza y prioridad del problema que se pretende resolver. En este terreno nos encontramos con proyectos que pueden ser de instalación o implantación de un conjunto de bienes, y de operación, caso en el que se entra a racionalizar los elementos que intervienen. La categoría del proyecto hace referencia a las áreas o disciplinas que abarcan o incluyen:

a.Producción de bienes (extracción y transformación).

b.Infraestructura (comunicaciones, transporte, energía, etc.).

c.Prestación de servicios (institucionales y profesionales).

d.Mejoramiento de los niveles y de la calidad de vida (educación, cultura, nutrición, deportes, etc.).

Pero además de las clasificaciones que dividen a los proyectos según la naturaleza de los bienes o servicios producidos, y según la clase de consumo a que da lugar el producto, nos encontramos con proyectos destinados a satisfacer las demandas externas e internas o cuyos bienes son exportables o no exportables.

El tiempo que separa la ejecución de los procesos de la obtención de los resultados se constituye en un factor de clasificación, ya que aquí podemos identificar los proyectos que exigen algunos resultados inmediatos y aquellos de producción diferida, o a largo plazo, los cuales pueden ser adecuados para otro tipo de exigencias. De igual manera, la estructura y el desarrollo de un proyecto cambian si éste posee mayor o menor grado de complejidad, porque es muy diferente un proyecto que apunta hacia un objetivo específico que aquel que busca el desarrollo regional o nacional de un amplio sector.

En el contexto de la planeación y de la programación también se habla de tipos de proyectos, que se definen en función de quien ha sido el gestor; por ejemplo: proyectos provenientes de empresas privadas, cuya meta fundamental es la búsqueda de utilidades, o proyectos que emergen de los sectores públicos o estatales, cuyos objetivos, en la mayoría de los casos, son satisfacer una necesidad o asegurar la prestación de un servicio público. En un plano más general se habla de los proyectos históricos que, para algunos, tienen un significado más teórico que real, los cuales están más cercanos a un tipo de proyecto nacional o a un modelo general de desarrollo que a un proyecto específico. En la formulación de un proyecto histórico existe una fundamentación más política e ideológica que técnica.

Dentro de las modalidades más específicas hay que destacar los proyectos de desarrollo, los cuales se ubican en el campo particularmente económico y social. Si bien existen a nivel del diseño y realización de un proyecto, algunos acuerdos entre los autores, no sucede lo mismo cuando se trata de definir la noción de desarrollo, una palabra mágica que se ha convertido en un mito poderoso en nuestros sistemas económicos y sociales, y cuyo análisis nos apartaría del tema que nos ocupa.

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