Kitabı oku: «La espiritualidad puritana y reformada», sayfa 10

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- 6 -EL ILUSTRE DOCTOR WILLIAM AMES Y LA MÉDULA DE LA TEOLOGÍA

Cuando Abraham Kuyper hijo examinó la antagónica relación entre William Ames (1576-1633) y Johannes Maccovius (1588-1644), dos profesores teológicos en Franeker (Holanda), concluyó que Ames se había desviado de la posición reformada que Maccovius defendió.488Robert T. Kendall llega a decir que, a través de la influencia de Ames, “la doctrina de la fe de Calvino, para todos los propósitos prácticos, estaba ahora muerta y enterrada. Ames adoptó una doctrina de la fe voluntarista dentro de una tradición que ya había estado desechando la influencia de Calvino, en cualquier caso. Kendall prosigue para concluir que “el voluntarismo de Ames parece ser la clave de todo lo que cree”.489

Aunque Ames hizo ocasionales afirmaciones que sonaban como si fuese un voluntarista que se había extraviado de la senda de la ortodoxia reformada, los eruditos que acusan a Ames de voluntarismo denotan una lamentable falta de comprensión de toda su obra. Dentro de los parámetros de la teología reformada ortodoxa, Ames acentuó que el cristianismo es una fe operada por el Espíritu, vital y sincera, que produce un genuino caminar cristiano.

Tras un esbozo de la vida y carrera docente de Ames, mostraremos que un examen del sistema y contenido de la obra clásica de Ames, La médula de la Teología, revela que Ames fue uno de los primeros en construir todo un sistema de teología del pacto reformada. Aunque una teología de pacto se puede discernir en Calvino y otros reformadores, Ames fue más allá que ellos, convirtiendo una teología de pacto (es decir, el pacto tratado como un aspecto importante de la teología) en una teología del pacto (es decir, el pacto como principio central y marco de la teología). Dentro del marco de la teología del pacto, Ames unió doctrina y vida para promover la piedad puritana práctica.

Esbozo biográfico490

William Ames (latinizado como “Amesius”) nació en 1576 en Ipswich, capital del condado de Suffolk, Inglaterra, que más tarde se convertiría en un centro de marcado condado de Suffolk, Inglaterra, que más tarde se convertiría en un centro de marcado 1649), celoso puritano y primer gobernador de la bahía de Massachussets, también procedía del condado de Suffolk.

El padre de Ames, que también se llamaba William, fue un próspero comerciante con simpatías puritanas. Su madre, Joan Snelling, estaba relacionada con familias que ayudaron a fundar la plantación de Plymouth en el Nuevo Mundo. Puesto que ambos padres murieron cuando él era joven, fue criado por su tío materno, Robert Snelling, un puritano de un lugar cercano a Boxford. Desde la infancia, Ames se empapó del vigoroso puritanismo de su época y lugar.


William Ames

El tío de Ames no reparó en gastos para su educación, enviándole en 1593 al Christ’s College de la Universidad de Cambridge, conocido por su puritanismo íntegro y filosofía ramista. Ames manifestó rápidamente su inclinación a aprender. Se licenció en Letras en 1598. En 1601, recibió un máster en Letras, fue elegido miembro del Christ’s College y ordenado para el ministerio, y vivió una dramática experiencia de conversión bajo la “enardecedora predicación” del profesor William Perkins, padre de la teología puritana experimental.

Siguiendo esta profunda transformación espiritual, Ames declaró que “un hombre puede ser bonus ethicus y, sin embargo, no ser bonus theologus, es decir, hombre de buena conducta externa, expresando tanto el sentido como la práctica de la religión en su comportamiento externo y, sin embargo, no ser un cristiano de corazón sincero”.491 Esta experiencia personal se convirtió en la preocupación vitalicia de Ames y en el centro de todo su pensamiento, manifestándose en un cristianismo práctico y externo que expresaba la piedad interior de un corazón obediente y redimido.

Con un énfasis en la piedad y la oposición a cualquier práctica no regulada explícitamente por la Escritura, Ames se convirtió pronto en la brújula y conciencia moral de la facultad. Se vio a sí mismo como el atalaya de Ezequiel (Ez. 33), con el deber de advertir a los estudiantes del pecado, y promover una fe y pureza más profundas entre los estudiantes. Pero este papel duró poco. Con el edicto de tolerancia del rey Jaime en la Conferencia de Hampton Court, toda actividad puritana en las facultades que implicara crítica a la Iglesia de Inglaterra fue suprimida. La Iglesia se había reformado suficientemente, dijo el rey.

El partido puritano de Cambridge, sin embargo, continuó su oposición incesante al régimen isabelino. Esta violación del edicto del rey tuvo serias consecuencias. Los profesores puritanos pronto fueron desprovistos de sus títulos y destituidos. La gota que colmó el vaso del régimen oficial tuvo lugar en 1609 con el nombramiento de

Valentine Cary –que odiaba el puritanismo–, para la dirección, en lugar de William Ames –que estaba mucho más cualificado para el puesto–. Cary tenía más influencia eclesiástica que Ames. Con su nombramiento, el enfoque del Christ’s College del puritanismo se hizo decididamente antagónico. Las reprimendas deAmes a la Iglesia de Inglaterra y su negación a llevar vestimentas sacerdotales, como el sobrepelliz, ofendían cada vez más. El 21 de diciembre de 1609, cuando Ames predicaba un sermón sobre el día de santo Tomás –una festividad anual de Cambridge que cada vez se había hecho más chirriante con los años– y denunció el juego, administrando el “vinagre salutífero de la reprensión”492, las autoridades de la facultad lo detuvieron y anularon sus titulaciones.

Aunque Ames no fue técnicamente expulsado, entendió que abandonar era más atrayente que afrontar las oscuras perspectivas de un futuro desconocido en Cambridge, y “voluntariamente” dejó su puesto como miembro de la facultad. Tras un breve empleo como conferenciante de ciudad en Colchester, el obispo de Londres, George Abbott, le prohibió predicar. En 1610, Ames decidió buscar el ambiente académico y eclesiástico más libre de Holanda. Allí permaneció en exilio durante el resto de su vida.

Ames fue primeramente a Rotterdam, donde conoció a John Robinson, pastor de la congregación separatista inglesa de Leiden. Algunos de los miembros de la congregación pronto iban a establecer la plantación de Plymouth en el Nuevo Mundo, pasando a ser conocidos como los peregrinos. Ames no pudo persuadir a Robinson para que renunciara a sus sentimientos separatistas, a saber, que las iglesias puritanas se separaran “raíz y rama” de la Iglesia de Inglaterra, pero tuvo éxito en templar algunas de sus ideas más radicales.

Después de una breve estancia en Rotterdam y Leiden, Ames fue contratado por Sir Horace Vere, desde 1611 hasta 1619, como capellán militar de las fuerzas inglesas posicionadas en la Haya. A este respecto, Ames escribió prolíficamente contra el arminianismo, que pronto precipitaría una crisis eclesiástica. Esta crisis entre los holandeses fue finalmente tratada en un Sínodo internacional en la ciudad holandesa de Dordrecht (1618-1619). A causa de su maestría en tratar cuestiones de la lucha arminiana, Ames, inglés y miembro sin voto del Sínodo de Dort, fue llamado para ser consejero teológico principal y secretario de Johannes Bogerman, el presidente. Los miembros del Sínodo de Dort abogaron por la posición calvinista histórica en los cinco puntos suscitados por los arminianos, para gran alegría de Ames. No querido en Inglaterra, al menos aquí se encontró en el lado vencedor.

Una purga anti-arminiana en círculos eclesiásticos, políticos y académicos siguió a los designios del Sínodo de Dort, y se creó una cátedra en la Universidad de Leiden. Ames fue elegido para ocupar el puesto, pero el extenso brazo del Estado inglés prevaleció. Ames, recientemente destituido de su puesto en la Haya bajo presión de las autoridades inglesas, también encontró vedado el puesto en la Universidad de Leiden.

Ames se casó con su segunda esposa, Joan Fletcher, alrededor de 1618, quien le engendró tres hijos: Ruth, William y John. (Su primera esposa, la hija de John Burgess, el predecesor de Ames en La Haya, murió poco después de que se casaran, no dejando ningún hijo.) Para sustentar a su familia, volvió a las clases y tutorías particulares de estudiantes universitarios durante tres años, tras el Sínodo de Dort. Regentó una pequeña facultad privada parecida, en pequeña escala, a la facultad estatal presidida por Festus Hommius. Los estudiantes teológicos vivían en casa de Ames, y él les enseñaba puritanismo y teología sistemática conforme al método lógico de Petrus Ramus. Más tarde, desarrolló algunas de estas clases en su famosa Marrow of Theology.493

En 1622, los funcionarios de la Universidad de Franeker, una institución relativamente nueva en la remota provincia de Friesland, ignoraron a las autoridades inglesas y nombraron aAmes profesor de teología. El 7 de mayo de 1622,Ames dio su discurso inaugural sobre el Urim y el Tumim, basado en Éxodos 28:30. Cuatro días después de su inauguración como profesor, recibió el doctorado de teología al defender con éxito 38 tesis y cuatro corolarios sobre “la naturaleza, teoría y trabajo práctico de la Conciencia” ante Sibrandus Lubbertus, profesor veteranodelafacultad.En1626,fue nombrado Rector Magnificus, el cargo académico más honorífico de la universidad.

Durante su magisterio de once años en Franeker, Ames vino a ser conocido como el “ilustre doctor” que intentó “puritanizar” toda la universidad. Ames reconocía que la universidad era ortodoxa en doctrina, pero no pensaba que la mayoría de la facultad y cuerpo de estudiantes fueran suficientemente reformados en la práctica. Su fe aún no se traducía en una adecuada observancia cristiana. La facultad, en particular, era para el pensamiento de Ames demasiado dependiente de la lógica aristotélica, y enfatizaba de manera inapropiada la responsabilidad humana y el ejercicio de la voluntad humana en la vida cristiana. Por tanto, Ames una vez más organizó un tipo de casa de huéspedes o “facultad” en su casa, dentro de la universidad, donde tenían lugar sesiones de tutoría, clases y numerosas discusiones teológicas.494El objetivo de Ames era “ver si, al menos en nuestra universidad, yo pudiera de alguna manera apartar la teología de cuestiones y controversias oscuras, confusas y no muy esenciales, para introducirla en la vida y práctica, de modo que los estudiantes comenzasen a pensar seriamente en la conciencia y sus particulares”.495Con este fin, Ames, como rector, promovió la piedad, obligó la observancia del sabbat, acortó los días festivos de Navidad y Semana Santa e incrementó la disciplina estudiantil. Sus reformas puritanas produjeron lo que se llamó “la Reforma” de los años 20 del siglo XVII.


La Iglesia inglesa del siglo XVIII en la Haya

A través de sus clases y prolíficos escritos durante sus años en Franeker, Ames mantuvo una fuerte postura anti-prelaticia y anti-arminiana, pero su mayor contribución fue en teología y ética, que veía como un sistema unificado que ayudaba al cristiano a vivir una vida de genuina piedad. En este sentido, escribió sus dos obras mayores, Medulla Theologie (The Marrow of Theology) y De Conscientia (“De la Conciencia”, traducido al inglés como Conscience with the Power and Cases Thereof). En su sistema de teología y moral, Ames incorporó la filosofía y método ramistas que había aprendido en Cambridge.

El ramismo era una filosofía que pretendía corregir la sofistería artificial del aristotelismo del día, que se caracterizaba por una brecha entre la vida y el pensamiento, entre conocer y hacer y, en el caso de la vida religiosa, entre la teología y la ética. El ramismo fue desarrollado por Petrus Ramus (1515-1572), un filósofo reformado francés del siglo XVI.496Ames incorporó el pensamiento de este hugonote a su propia obra, entretejiendo la teología y la ética en un programa de vida obediente y de pacto.

A través de su enseñanza, Ames estableció su propia reputación, así como la de la academia donde enseñaba. Los estudiantes venían de toda Europa para estudiar con él. Su alumno más famoso fue Johannes Cocceius, que más tarde llevaría la teología del pacto bastante más allá del pensamiento deAmes. Sin embargo,Ames no estaba contento, pues no toda iba bien en la Universidad. Algunos estudiantes y miembros de la facultad no apreciaban los esfuerzos de Ames por lograr una reforma más profunda o completa. Una camarilla de profesores, liderada por Johannes Maccovius, saboteó los esfuerzos de Ames. Además, las continuadas discusiones entre Ames y su colega aristotélico Maccovius estropeó el ambiente intelectual en Franeker, al tiempo que la húmeda brisa marina de Friesland deterioró la salud de Ames. Estos problemas, combinados con el deseo de su esposa de reunirse con sus paisanos, convencieron a Ames para buscar un nuevo lugar en que servir.

En 1632, Ames aceptó una invitación de su amigo Hugh Peter de unirse a él para copastorear la iglesia congregacionalista de habla inglesa en Rotterdam. Ames se sintió muy atraído por la invitación, debido al propósito de Peter de formar una congregación independiente, centrada en el pacto, que procurara una purificada membresía de creyentes regenerados que verdaderamente practicaran su fe. Ames había defendido desde hacía tiempo tales principios congregacionalistas dentro y fuera de círculos puritanos.497También le atraía la idea de ayudar a la iglesia a desarrollar una facultad puritana en Rotterdam.

A finales del verano de 1633, Ames finalmente se dirigió al sur, camino de Rotterdam. Su estancia allí fue breve. En el otoño, el río Maas se desbordó y Ames, que ya estaba mal, enfermó aún más después de que su casa se inundara. Murió de neumonía el 11 de noviembre a la edad de cincuenta y siete años en los brazos de su amigo, Hugh Peter. Hasta el final, permaneció firme en la fe y triunfante en la esperanza.498

Poco antes de su muerte, Ames había considerado seriamente reunirse con su amigo John Winthrop en Nueva Inglaterra, pero Dios tenía otro “Nuevo Mundo” en mente para él. Aunque Ames tuvo gran influencia en la historia teológica e intelectual de Nueva Inglaterra –particularmente a través de la Marrow–, jamás alcanzó sus orillas. ¿Se habría convertido en el primer presidente de Harvard, como muchos historiadores han especulado?499En su historia de Nueva Inglaterra, el puritano Cotton Mather musitó que el “angélico doctor”, William Ames, “fue intencionalmente un hombre de Nueva Inglaterra, aunque no finalmente”.500Cuatro años después de la muerte de Ames, su esposa e hijos se fueron a vivir a la colonia puritana de Salem (Massachussets). Trajeron consigo la biblioteca de Ames, que vino a formar el núcleo de la biblioteca original de la Universidad de Harvard, aunque más tarde el fuego destruiría la mayoría de los libros.

The Marrow of Theology (La Médula de la Teología)

Aunque The Marrow of Theology de William Ames fue publicada por primera vez en latín, bajo el título de Medulla Theologiae, en 1627, sus ideas principales habían sido expresadas anteriormente. Las clases teológicas que Ames dio desde 1619 hasta 1622 como tutor a los estudiantes de Leiden fueron reelaboradas mientras estaba, como él expresó, “desocupado en el mercado”. Salieron a la luz en latín (1623), en forma fragmentaria, desde Franeker. Cuatro años después, cuando Ames encontró seguridad financiera dentro del ámbito escolar de la universidad, acabó finalmente la que llegaría a ser su publicación decisiva, aquélla por la que más se le recuerda hoy.

El libro pretendía servir como un compendio útil de teología para laicos y estudiantes de teología. Inmediatamente ganó reconocimiento y aclamación en los círculos escolares y eclesiásticos, y fue rápidamente traducido a muchas lenguas. Las primeras traducciones inglesas fueron publicadas en 1642 y 1643.

Tema principal

El tema de apertura de la Marrow es extraordinariamente sencillo y sucinto. “La teología es la doctrina de vivir para Dios”, escribe Ames. Esta afirmación, por sencilla que pueda parecer, está cargada de significado. Fundamentada en el modo en que Ames fue educado, encontró articulación teológica y científica en el Christ’s College y con el tiempo, Ames la desarrolló hasta constituirse en un sistema teológico.

Toda la teología de este libro trata del cristianismo práctico –un cristianismo de todo el hombre, no sólo del intelecto, voluntad o afectos–. Demuestra la pasión de Ames por que pensamiento y vida representaran un único sistema de cristianismo práctico y vital. Ames intentó mostrar que la teología no trata principalmente de afirmaciones acerca de Dios, sino más bien del conocimiento de cómo vivir para Dios, es decir, “de acuerdo con la voluntad de Dios”.

Ames centró la teología más en la acción que en el conocimiento. Para Calvino, la teología se centraba en conocer a Dios y conocerse a uno mismo, aunque la fe activa nunca estaba lejos del conocimiento. Sólo cuando Dios es conocido hay religión y piedad, decía Calvino. Para Ames, conocer a Dios nunca era el fin u objetivo de la teología. Antes bien, el fin era llevar el corazón y la voluntad en sujeción a Dios y su palabra.501 El cristianismo práctico era la pieza central de la teología.

En este particular, Ames se estaba moviendo en una dirección establecida por su mentor Perkins, y reflejando la influencia de Petrus Ramus, que dijo: “La teología es la doctrina de vivir bien”. Perkins veía la teología como “la ciencia de vivir de manera bendita por siempre”. Esta vida bendita, según Perkins, se obtiene por vía del conocimiento de Dios y el conocimiento de uno mismo. A este respecto, la teología de Perkins era una combinación de la teología de Calvino y la metodología de Ramus. Ames, sin embargo, trató de distanciarse de esta perspectiva debido a su preocupación de que vivir de manera bendita podía promover la auto-indulgencia. Después de todo, ¿qué constituye la vida bendita? ¿Qué constituye la felicidad? Como John Dykstra Eusden lo expresó: “Para Ames el fin de la teología nunca fue producir bendición, que él entendió que estaba relacionada principalmente con la última aspiración y deseo del hombre. En busca de su propia bendición, el hombre podría perder a Dios, el mismo objeto de su vivir justamente”.502Para Ames, la teología era el arte del vivir cristiano. Esta arte no existe en un vacío, sin embargo; antes bien, es informada y conducida por un sincero deseo de obedecer a Dios. La teología suscita el ejercicio del cristianismo.

El énfasis de Ames sobre la voluntad fue una de las cuestiones clave de la controversia entre él y su colega de Franeker, Maccovius. Maccovius enfatizó la primacía del intelecto en la mente regenerada; es decir, la voluntad es renovada a través del intelecto. El intelecto es el terminus a quo (el punto de partida de un proceso); la voluntad es el terminus ad quem (el objetivo final de un proceso). Pero Ames sostuvo la primacía de la volición. La fe implica “un acto de todo el hombre –que no es de ninguna manera un mero acto del intelecto–”, escribió, sino que el acto de la voluntad en creer el evangelio es lo que, por la gracia del Espíritu, hace el conocimiento salvífico. El conocimiento salvífico, por tanto, difiere del mero conocimiento en implicar el completo compromiso de la voluntad. Escribe Ames: “Aunque la fe siempre presupone un conocimiento del evangelio, no hay, sin embargo, ningún conocimiento salvífico en nadie…, excepto el conocimiento que sigue a este acto de la voluntad y que depende de él”.503

Esta posición difería de mucha de la ortodoxia establecida a principios del siglo XVII, que decía que la fe procedía del conocimiento. En consecuencia, la posición de Ames sobre la fe y la volición cayó bajo el escrutinio de los reformados ortodoxos. En interesante que Gisbertus Voetius, un seguidor de Ames y un líder en desarrollar el sistema reformado de la teología y la piedad en la Holanda de la post-Reforma, declaró que atribuir la salvación a la voluntad era inaudito en la teología reformada, con la excepción de Ames, que fue el único que había conocido en defender este punto de vista públicamente.504

Enfatizando la voluntad como el centro de la fe, Ames quería demostrar que la verdadera piedad toma lugar en una relación de pacto entre la criatura pecaminosa y el Creador redentor. La fe como un acto de la voluntad es una verdadera marca de obediencia del pacto, puesto que a la criatura se le pide que responda con fe y obediencia a las promesas del pacto ofrecidas gratuitamente en Cristo. La teología del pacto es el corazón del sistema teológico de Ames.

Organización y contenido

La Marrow está organizada conforme al sistema ramista de dicotomías505en que el tema tratado es que la teología, la doctrina de vivir para Dios, consiste, en primer lugar, en “fe” (Libro 1, capítulos 1-41, páginas 77-216), o lo que uno cree y, en segundo lugar, “observancia” (Libro 2, capítulos 1-22, páginas 219-331), o cómo practica uno la fe y hace buenas obras en obediencia a Dios. Tales obras emanan de la fe y añaden vida y significado a ella. Estas dos categorías principales –fe y observancia– comprenden la fuente de la que emana todo el sistema teológico de Ames. Entender el concepto de la fe en el Libro 1, y su observancia por medio de la llamada calvinista a las buenas obras en el Libro 2, lleva a Ames a explicar su sistema teológico a través de varias dicotomías en que las señales de vivir para Dios son continuamente expuestas.

Tras definir la fe como “el descanso del corazón en Dios” y exponerla como un acto de todo el hombre, especialmente la voluntad, Ames discute el objeto de la fe, que es Dios. Siguiendo su enseñanza sobre el conocimiento y esencia de Dios (Libro 1, Capítulos 4-5; de ahora en adelante, 1.4-5), Ames expone la “eficiencia” de Dios, que define como el “operante poder de Dios por el que obra todas las cosas en todas las cosas (Ef. 1:11; Ro. 11:36)” (1.6). Después, discute el decreto de Dios como el primer ejercicio de la eficiencia de Dios (1.7). Establece que todo ocurre a causa de la eterna complacencia de Dios, como se demuestra en su creación y providencia (1.8-9). La preservadora gracia de Dios se extiende sobre el orden creado, mientras que el gobierno especial que Dios ejerce hacia la humanidad, la “criatura inteligente”, es el pacto de obras (1.10). Por violar este pacto condicional, la humanidad cayó, trágicamente, en el pecado. Esta caída tuvo serias y eternas consecuencias, incluyendo la muerte espiritual y física, y la propagación del pecado original (1.11-17).

Pero aún hay esperanza. La condenación es derrotada por la gracia restauradora a través de la redención. A través de la persona y obra de Cristo, la humanidad caída puede tener renovada comunión con Cristo. Todo esto ocurre tan sólo por la complacencia de Dios y por su “propósito misericordioso” (1.18-23).

Desde el comienzo, la teología de Ames está construida implícitamente en la línea del pacto. En el capítulo 24, titulado “La aplicación de Cristo”, la teología del pacto de Ames se hace más obvia. El medio por el cual el pacto de redención entre Dios y Cristo se hace realidad es el pacto de gracia, que las Escrituras llaman el “nuevo pacto”. En otras palabras, la “aplicación de Cristo” es administrada por medio del pacto. Tras explicar cómo difiere el nuevo pacto del antiguo, Ames afirma que la esencia del pacto de gracia continúa a través de diferentes dispensaciones históricas hasta que, finalmente, el último día, los creyentes serán arrebatados a la gloria, y el pacto de gracia inaugurado en la caída será finalmente consumado.

El pacto de gracia es condicional, pues se requiere fe, y absoluto, pues, como lo expresa Ames, “la condición del pacto también es prometida en el pacto”. Para Ames, como John von Rohr señala, “la misma promesa del cumplimiento de las condiciones del pacto era la promesa del pacto”. Así pues, en el análisis final, la gracia lo hace todo, y el creyente aprende a descansar en un Dios que promete y decreta.506

Es digno de atención que, en la teología de Ames, los decretos de elección y reprobación no son discutidos hasta el capítulo 25. No aparecen en sus capítulos anteriores sobre el decreto de Dios (1.7), ni en su gobierno sobre las criaturas inteligentes (1.10). Ames se satisface con colocar la doctrina de la predestinación donde Calvino la puso: como parte de la doctrina de la seguridad. Para Ames, la gracia que asegura pertenece a su examen del orden de salvación, antes de pasar a la “unión por el llamamiento”, la justificación, la adopción, la santificación y la glorificación (1.26-30). Ésta es la sustancia de su “aplicación del pacto de gracia considerado en sí mismo”.507

Ames dedica después dos capítulos al objeto de la aplicación de la redención, que es la Iglesia. Tras considerar la Iglesia mística e invisible (1.31), y la Iglesia instituida o visible (1.32), aborda la manera o medio de la aplicación de la redención, dedicando varios capítulos a la Sagrada Escritura (1.34), el ministerio (1.33, 35), los sacramentos (1.36, 41) y la disciplina eclesiástica (1.37).

Finalmente, Ames explica la administración de la aplicación de la redención, es decir, cómo administra Dios el pacto de gracia (1.38, 39, 41). Se centra en la cronología de la administración del pacto, dividiendo la historia en periodos, mostrando cómo ha habido progresión desde “lo imperfecto hasta lo más perfecto” y “desde los general y oscuro hasta lo más específico y claro” (1.38.2, 3). Desde Adán hasta Abraham, el pacto de gracia fue administrado por medio de promesas generales, como Génesis 3:15 (1.38.14). Desde Abraham hasta Moisés, el pacto fue administrado, principalmente, por línea familiar a Abraham y su posteridad (1.38.20). Desde Moisés hasta Cristo, la Iglesia estuvo en su infancia bajo el pacto, y el ministerio fue “casi siempre extraordinario, conducido por los profetas” (1.38.12). Desde la venida de Cristo en el cuerpo hasta su regreso sobre las nubes, la Iglesia recibe de manera gratuita la aplicación del pacto como heredero espiritual, mediante el Espíritu de adopción, antes que como hijo terrenal en espíritu de temor y servidumbre (1.38.8, 9; 1.39.9). Al regreso de Cristo, “la aplicación, que tan sólo ha sido comenzada en esta vida, será perfeccionada” (1.41.1).

A través de toda la explicación ramista de Ames de la administración del pacto en diversos periodos, únicamente configura dos doctrinas mayores: la “redención por medio de Cristo” y la “aplicación de la redención”, que emanan de la gracia restauradora de Dios en la caída. Toma cada elemento del orden de salvación y lo aplica a algún hecho o suceso en cada periodo del pacto que ha enumerado. Colocando la predestinación en el orden de salvación, Ames encaja el aspecto eterno de la vida de los elegidos en la progresión temporal e histórica de la historia redentora. Los elementos lógicos del orden de salvación son, así pues, insertados en los periodos cronológicos de la administración del pacto a través de la historia de la salvación. Cada periodo en la historia de la salvación es coordinado con una correspondiente serie de condiciones o estados de los creyentes (1.30-39). De este modo, Ames evita la aparente incongruencia entre el pacto y el decreto que a menudo ha perseguido a la teología reformada. Ofrece un sistema internamente consistente de teología del pacto que hace justicia tanto a la actividad decretal de Dios como a su compromiso del pacto.

Hemos visto que la enseñanza teológica de Ames comienza con la fe, que es explicada en el Libro 1 de la Marrow, dentro de una estructura de pacto. El Libro 2 ofrece la segunda mitad del sistema ramista de teología de Ames: la observancia u obediencia que acompaña a la fe. La obediencia es cumplida mediante la virtud y las buenas obras, y es manifestada en la religión (amor a Dios) así como en la justicia y la caridad (amor al prójimo). Aquí Ames explica cómo la primera tabla de la ley y sus virtudes teológicas son el fundamento de la religión y la adoración de Dios, mientras que la segunda tabla de la ley y sus virtudes caritativas constituyen el paradigma para el comportamiento interpersonal. Esta propuesta para la vida cristiana es expresada actuando para con Dios y el prójimo como prescriben los Diez Mandamientos (2.1-22).

En este punto, deberíamos notar la relación entre la Marrow y la Conscience with the Power and Cases Thereof [La Consciencia, su Poder y Casos Específicos] (en 1630 en latín y en 1639 en inglés), que se convirtieron en un hito de teología moral, alcanzando casi veinte ediciones en una generación.508Es evidente que estos dos volúmenes están unificados, tanto por su temática como por el modo en que la Conscience emana naturalmente y sirve como comentario, por así decirlo, al Libro 2 de la Marrow. El declarado intento de Ames es que “si hay algunos que desean tener las cuestiones prácticas mejor explicadas, especialmente las de la última parte de esta Marrow, trataremos, Dios mediante, de satisfacerlos con un tratado especial que pretendo escribir, donde se aborden asuntos normalmente llamados ‘casos de conciencia’”509Dada la importancia de la Conscience en el sistema de pensamiento de Ames, y su propia declaración respecto a su significación, no podríamos entender a este autor adecuadamente si no considerásemos esta obra tan significante. Por eso incluiremos un breve comentario sobre la Conscience en nuestra explicación de la segunda parte de la Marrow de Ames.

El tema de la ética cristiana fue de crucial importancia para Ames. Esto es perfectamente comprensible, teniendo en cuenta lo que sabemos acerca del énfasis de Ames sobre la vida cristiana práctica. Si vivir para Dios en la obediencia del pacto es caracterizado por una religión de corazón y una piedad vital, ¿qué debía hacerse con las cuestiones éticas más difíciles respecto a la vida cristiana? Este asunto es abordado en la Conscience, una colección de cinco libros que van desde un tratamiento sumamente teórico de la naturaleza de la conciencia hasta aplicaciones muy prácticas. El contenido central de este libro salió a la luz por primera vez con la defensa de Ames de las 38 tesis y cuatro corolarios relacionados con su promoción al Doctorado de Teología en la Universidad de Franeker, en 1622. Ocho años después de aquella defensa, Ames publicó este trabajo como una obra multi-volumen sobre teología moral, que llenó un vacío en el sistema, en vías de desarrollo, de pensamiento reformado. Richard Baxter, que elaboró su propio Christian Directory sobre la casuística de Ames, dijo que Perkins hizo un valioso servicio al promover la casuística reformada, pero la obra de Ames, aunque más breve, fue superior. “Ames ha excedido a todos”, dijo Baxter.510

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792 s. 55 illüstrasyon
ISBN:
9781629461557
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