Kitabı oku: «Venecia Responsable»

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VENECIA responsable

Diseño: Paloma Valverde

Cartografía: Gonzalo Pires, © Alhenamedia

Texto: Jordi Bastart Cassé, Alhenamedia

© Fotografías: Jordi Bastart Cassé, Konstantin Belenkov – Shutterstock (12), Imagen M.A.S. (19, 68), Devil’s Forest Pub (130)

Cubierta: Lisa S. – Shutterstock

Primera edición: junio de 2015

ISBN: 978-84-16395-92-7

© Alhenamedia

C/ Rabassa, 54

08024 Barcelona

T. 934 518 437

alhenamedia@alhenamedia.info

www.alhenamedia.info

Ningún contenido de este libro podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin la autorización previa y por escrito del editor. Reservados todos los derechos.

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El autor

Jordi Bastart Cassé


Periodista y fotógrafo especializado en artículos y guías de viaje, lleva más de setenta títulos publicados, aunque su carrera profesional empezó en una central eléctrica ya que su formación

académica es la de Ingeniería. Más tarde estudió Sociología y la vertiente periodística empezó con la fotografía después de diversos viajes al Sahara y de su vinculación con temas marineros. Formó parte del Grupo 10x4, con el que realizó diversas exposiciones colectivas.

A nivel individual llevó a cabo más de una veintena de exposiciones en todo el territorio español, con el mar y el pueblo bereber como temas principales.

Hace veinte años que dirige la empresa Turismo Verde, desde la que realiza sus trabajos de colaboración en diversos medios. Se especializó primero en rutas para vehículos todoterreno dirigiendo la revista Rutas off road y realizando varios libros para Land Rover y Opel; posteriormente afrontó temas de senderismo y espacios naturales para niños, así como rutas de interés cultural, hoteles con encanto y restaurantes. Destaca la dirección durante siete años de la colección de guías QF? del periódico La Vanguardia y las colecciones de libros Camino Verde y Sortides en familia. En 2001 recibió el premio al mejor libro de promoción turística por parte de la Generalitat de Catalunya y, en el año 2008, el premio Pica d’Estats por sus trabajos sobre las Terres de Lleida. Desde hace veinte años es colaborador del programa Gente Viajera de Onda Cero.

Qué te encontrarás en esta guía

Gente Viajera Responsable no es una colección más, es un concepto, una manera de enfrentarse al viaje que recuerda a los grandes viajeros del siglo XIX en su búsqueda de la originalidad y lo diferente, y a veces de lo exótico.

DESCUBRE VENECIA

Descubre París es un primer acercamiento a esta bella ciudad. Son pequeñas pinceladas sobre su gente, su estructura, historia... Conocerla a través de lo que se ha escrito o filmado y también identificar el mejor momento para visitarla y cómo hemos de recorrerla.

IMPRESCINDIBLES

Imprescindibles son todos aquellos aspectos de la ciudad que el viajero que llega por primera vez a ella no debería perderse; esos lugares por los que te preguntarán tus amigos cuando regreses.

RECORRE VENECIA

Los monumentos, museos y espacios de la ciudad son el reflejo más claro de lo que fue y de lo que será. A través de sus edificios descubrimos sus riquezas, gustos y modas. El respeto por el patrimonio es el primer acto responsable de todo destino que desee permanecer en el recuerdo de sus viajeros.

DISFRUTA VENECIA

La gastronomía, las tiendas, los cafés de París... son algunos de los aspectos que hacen a esta ciudad única. Disfrutar París es dejarse llevar y mezclarse entre la gente; en resumen, llevarse París en el alma.

INFO PRÁCTICA

Aspectos importantes a tener en cuenta antes y durante el viaje para sacarle el mayor partido o evitar sobresaltos: visitas guiadas, seguridad, oficinas de turismo...

Mapa digital con geolocalización

Gente Viajera Responsable te da la posibilidad de descargar el mapa digital de Venecia en tu móvil o tableta, de modo que puedas realizar tu viaje sin miedo a perderte. Para ello deberás bajarte la aplicación PDF Maps en tu dispositivo desde cualquiera de estas dos direcciones:


Android: https://play.google.com/store/apps/details?id=com.Avenza

iOS: http://itunes.apple.com/ca/app/avenza-pdf-maps/id388424049?mt=8#


Una vez instalada PDF Maps, podrás cargar en ella el mapa de Venecia diseñado por Alhena desde la siguiente dirección (el mismo mapa te servirá para cualquier sistema operativo):

http://alhenamedia.info/?q=es/content/mapas-digitales


Funcionalidades

• Geolocalización: podrás navegar por la ciudad sin perderte utilizando el GPS de tu dispositivo y sin necesidad de conectarte a Internet (sin costes de roaming).

• Añadir información en el mapa y todas las imágenes que desees, creando tu propia guía de viaje.

• Calcular distancias y compartir tu mapa y tu viaje con tus amigos.

Si puedes elegir... ¡elige responsable!

«Dale a la tierra el cuidado y respeto que se merece; aprende sobre su entorno y geografía; dedica tiempo a conocer a su gente y su arte, su cultura, historia y modo de vida. Mientras disfrutes, conozcas y aprendas en tus viajes, recuerda la importancia de preservar esos tesoros para aquellos que puedan seguir tus pasos». (Responsible Travel Handbook, 2006).


Mercado de antigüedades de San Nicolò.

El turismo responsable agrupa diferentes tipos de viajes con un elemento común: minimizar los impactos negativos del turismo en el entorno y maximizar las contribuciones positivas del mismo en las comunidades locales. Viajar responsablemente no es sinónimo de penurias, sacrificios, ecologismo o tercer mundo... lo que pretende es convertir cada viaje en algo único y auténtico a la vez que deja una huella positiva en el destino.

Bajo el paraguas de turismo responsable se agrupan conceptos como turismo justo, turismo sostenible, ecoturismo y turismo de sensaciones.

El turismo responsable está orientado a los viajeros que a la hora de elegir apuestan por lo auténtico, por lo diferente, por enriquecerse y por la conservación del patrimonio cultural y natural.

El turismo responsable afecta a todos los aspectos del viaje: cultura (disfrute del patrimonio cultural del lugar y de sus costumbres y tradiciones sin intentar influir en ellas); espacio y entorno (el paso del viajero ha de afectar lo menos posible a la naturaleza), y gentes (detenerse a comprender los diferentes modos de vida de un modo respetuoso).

El turismo responsable está relacionado con la curiosidad por descubrir y entender lo nuevo, lo diferente… y disfrutar de ello.

Si puedes elegir: ¡elige responsable!

Decálogo del viajero responsable

1. Abre tu mente a nuevas culturas y tradiciones y sé tolerante ante la diversidad.

2. Respeta los derechos humanos; cualquier forma de explotación vulnera los objetivos del viaje.

3. Ayuda a conservar el entorno natural y procura no dejar otra huella que la de tu zapato.

4. Respeta el patrimonio artístico, arqueológico y cultural del destino.

5. Si compras regalos, procura que estos sean expresión de la cultura local.

6. Cuando planifiques tu viaje, elige aquellos proveedores que se preocupan por los derechos humanos y por el medio ambiente.

7. Utiliza los recursos naturales con moderación y procura minimizar la generación de residuos.

8. Disfruta con las costumbres, gastronomía y tradiciones de la cultura local.

9. Si visitas espacios sensibles, infórmate antes cómo hacerlo.

10. Contribuye al desarrollo de un turismo responsable, justo y sostenible.


Venecia responsable

Cualquier ciudad en la que no se pueda circular en coche y cuyo símbolo sea una góndola, es decir una pequeña embarcación sin motor, parte con ventaja, de entrada, en la lista de destinos turísticos responsables. Dicho esto hay que recordar que ambas condiciones dependen de la particular idiosincrasia de Venecia, o sea, del hecho de que está semi hundida en el agua y no del deseo explícito de sus gobernantes. En realidad, la ciudad es un hervidero de turistas que ha dado al traste con el comercio local y que ha provocado que los alquileres suban hasta extremos impagables para los venecianos. Restaurantes y alojamientos turísticos ocupan lo que otro tiempo fueran verdulerías, panaderías y casas particulares. La gestión de recogida de residuos, ya de por si caótica y complicada en un mini archipiélago continuamente anegado, se hace casi imposible con la afluencia masiva de visitantes. Y sin embargo... ¡Qué bella es Venecia incluso con el calor de agosto y los miles de turistas deambulando!

Irónicamente, la amenaza de que tanta belleza acabe completamente sumergida en la laguna que rodea la ciudad puede ser, si se gestiona bien, su salvación. Y es que el proyecto Moisés, una impresionante obra de ingeniería hidráulica destinada a parar las mareas que inundan la ciudad con un complejo conjunto de compuertas, lleva aparejada una notable mejora. Es cierto que para desarrollarlo a cabo se destruirán varias hectáreas de playa, pero el plan prevé la construcción de zonas verdes, paseos y la instalación de paneles solares sobre los edificios técnicos.

Aun así, los casi sesenta mil habitantes que tiene la ciudad poco pueden hacer contra los veintitrés millones de visitantes que pisan sus calles cada año. Medidas recientes tomadas por el ayuntamiento como la de impedir que los grandes cruceros campen a sus anchas por la laguna o que las lanchas no puedan navegar por el Gran Canal son pequeñas esperanzas para una ciudad que fácilmente podría morir de éxito.


Cómo es Venecia

Sus habitantes

Aunque a primera vista los venecianos pueden parecer fríos y distantes, es gente que resulta muy amable y hospitalaria, dispuesta a atendernos en cualquier momento. Como es lógico, en una ciudad invadida constantemente por turistas, quien no vive de esta industria da la sensación que está un poco harto de tanta gente. Otra cuestión, que también les hace parecer distantes, es el dialecto que hablan entre ellos y que resulta incomprensible para los demás. Los venecianos están encantados con su ciudad y, aunque ellos puedan ser muy críticos, no consienten que lo hagan los que la visitan.

Aunque pueda parecer una ciudad-museo por la cantidad de monumentos históricos, Venecia actualmente cuenta con unos 60.000 habitantes en el centro histórico y unos 270.000 en todo el municipio. En los barrios más alejados del centro es donde se puede percibir que la ciudad aún está viva con sus bulliciosas plazas y bares poblados de lugareños. Pero vivir en Venecia es tarea difícil; primero por la invasión turística durante todo el año, luego por el precio de los alquileres y, por último, por la incomodidad de los desplazamientos. Por estas circunstancias, cada vez son más las personas que prefieren trasladarse a tierra firme por la comodidad que significa. Venecia va perdiendo población continuamente y hoy en día es la localidad de Italia con gente de mayor edad.


Cafetería en la plaza de San Marcos.

Venecia es visitada cada año por miles de personas, la mayoría de las cuales se concentran en la plaza de San Marcos y alrededores. Si marcamos este lugar como epicentro y trazamos círculos a su alrededor, nos daremos cuenta de que cuanto más nos alejamos de él, más opciones tenemos de descubrir otra Venecia, de plazas y calles más tranquilas, donde sentarse en las terrazas de los bares resulta un verdadero placer… sin tener que pagar sumas desorbitadas.

Sus barrios

Venecia fue construida sobre el agua en lo que fuera el delta del río Po. Los arrastres del río y las arenas traídas por las corrientes marítimas crearon las numerosas islas que hay en la laguna de Venecia. Sobre esta tierra firme, un entramado de pilotes de madera petrificada y losas de piedra sostienen suntuosos palacios, iglesias que lucen todos los estilos, alegres plazas y apacibles rincones donde parece que se haya detenido el tiempo. Todo un conjunto arquitectónico único en el mundo cuya protección ha hecho saltar a menudo numerosas voces de alarma. Venecia, con el acqua alta, parece que pueda ser engullida por el mar, cuya erosión constante se deja notar en los cimientos de las casas. Muros de protección exterior, sistemas de drenaje y limitaciones de velocidad, para no provocar oleaje, son algunas de las medidas que se han puesto en macha para paliar el deterioro. Venecia debe sobrevivir para admiración de generaciones posteriores.


Campo San Giacomo dell´Orio.

La ciudad se divide en seis barrios (sestiere): Cannaregio, Santa Croce, San Polo, Dorsoduro, San Marco y Castello. La numeración de las casas es un sistema algo complicado; incluye el nombre de la calle, del barrio donde se ubica y un número que en casi todos los sestiere llega a los cuatro guarismos.

La ciudad de Venecia está declarada Patrimonio de La Humanidad desde el año 1987. Para hacerse una idea del interés histórico, basta con decir que hay unas 150 iglesias y más de quinientos palacios, evidentemente no todos en estado impecable. La ciudad está formada por numerosas islas e islotes unidas por unos 430 puentes que salvan la presencia de una intrincada red de aproximadamente 150 canales. Hay que saber que dentro del lenguaje urbano, campo significa plaza y fondamenta es la calzada adyacente a un canal.

Por la influencia de determinados factores como son las bajas presiones, las fases lunares y los vientos que soplan del sur (siroco), entre octubre y marzo se produce el fenómeno bautizado como acqua alta (marea alta). El nivel del mar sube e inunda las partes más bajas de la ciudad. En la plaza de San Marcos se habilitan pasarelas de madera y las botas de agua se convierten en un elemento imprescindible para recorrer algunos rincones. Hay en marcha un proyecto experimental para mitigar los efectos de estas periódicas inundaciones, pero mientras tanto, el objetivo fotográfico puede captar imágenes curiosas como el reflejo de los edificios en las plazas inundadas.

Venecia en la literatura

Venecia, por sus características arquitectónicas, el clima y la amalgama de personajes y culturas que se han alojado en ella, ha servido de fuente de inspiración a numerosos escritores. Primero, cuando era rica y floreciente y luego, cuando derrotada cayó en un ambiente lleno de melancolía. Sus múltiples caras han seducido a muchos autores de todos los tiempos y si los palacios son símbolo de grandeza, los desconchones y las humedades reflejan el deterioro arquitectónico y humano.

En los siglos XIII, XIV y XV, Dante Alighieri, Petrarca y Erasmo de Rotterdam ya habían incluido algunos aspectos de Venecia en sus relatos literarios. A finales del siglo XVI, William Shakespeare retrata en El mercader de Venecia la sociedad de la época y, al final, termina imponiendo la razón por encima del orgullo y el mercadeo. Otelo se inspira en un personaje que había vivido en campo de Santa Margherita.

Los siglos XVIII y XIX son prolíficos en obras dedicadas a Venecia. En Historia de mi vida, de Giacomo Casanova, las comedias de Carlos Goldoni y las obras teatrales de Carlo Gozzi se retrata una ciudad distinta, de costumbres liberales y situaciones anecdóticas. Wolfgang Goethe, en su Viaje a Italia (1786-1788), comentaba que esta ciudad no podía compararse a ninguna otra. Lord Byron vivió un par de años en un palacete del Gran Canal; luego escribiría Las peregrinaciones de Childe Harold (1812-1818) y Los dos Foscari (1821). Francisco Martínez de la Rosa, en La conjuración de Venecia (1830), recreaba la ciudad del siglo XIV. Charles Dickens escribía Imágenes de Italia (1846) y se entusiasmaba con Venecia diciendo que esta ciudad «superaba la capacidad imaginativa del más fantástico soñador». Henry James, en Italian Hours (1872-1909), la consideraba como una atracción turística muy explotada; en cambio en Las piedras de Venecia (1849), de John Ruskin, este escritor inglés resaltaba su belleza arquitectónica.

Durante el siglo XX diversos escritores siguen encontrando en Venecia un telón de fondo para sus obras. Thomas Mann, en su Muerte en Venecia (1912), convierte al joven Tadzio en una belleza inalcanzable de la que queda prendado el escritor Aschenbach. Jan Morris, escritora británica que nació varón, dedicó a Venecia uno de sus libros de viajes. Michael Dibdin en Laguna muerta (1994), Juan Manuel Prada en La tempestad (1997) y Donna Leon en Muerte en La Fenice (1992) y Acqua Alta (1996), sitúan sus historias novelescas en la ciudad de los canales.

Venecia en el cine

Venecia es una ciudad que está muy ligada al séptimo arte, ya sea porque sirve de decorado para muchas películas o por el Festival Internacional de Cinema de Venecia, que se celebra desde 1932 y en el que se entrega el codiciado León de Oro.

En 1935 Mark Sandrich rueda su famosa comedia musical Top Hat (El sombrero de copa), con Fred Astaire y Ginger Rogers. Los años 1950 fueron testigos del nacimiento de películas como Una noche en Venecia, de Georg Wildhagen, y Ombra sul Canal Grande (Sombras sobre el Gran Canal), de Glauco Pellegrini. Pero el esplendor cinematográfico de la década se produce en 1954. Es el año de la primera de las dos obras maestras de Luchino Visconti, Senso, adaptación al cine de la novela de Camillo Boto, mientras que Renato Castellani rueda la historia de Romeo y Julieta, en la que los palacios de Venecia sustituyen a los de Verona (esta película le valió un León de Oro). En ese mismo año, el inglés David Lean une a las estrellas Rossano Brazzi y Katharine Hepburn en Vacaciones en Venecia y en 1959 Alberto Sordi interpreta a un gondolero en una comedia de Dino Risi titulada Venecia, la luna y tú, cuya canción del mismo título se hizo famosa en toda Italia.


Puente de Rialto.

Los años 1970 y 1980 también fueron prolíficos en lo que a filmografía se refiere. Joseph Losey filma Eva (1962), protagonizada por Jeanne Moreau, Stanley Baker y Virna Lisi. En 1970 Enrico Maria Salerno rueda Anónimo veneciano, una conmovedora historia de amor cuyos protagonistas fueron Florida Bolkan y Tony Musante, con una banda sonora que se hizo muy famosa. En el mismo año, Luchino Visconti dirige Muerte en Venecia, su segunda obra maestra, inspirada en la famosa novela de Thomas Mann y ambientada principalmente en el Lido. En 1973, Amenaza en la sombra, de Nicolas Roeg, sitúa en Venecia la historia de una pareja que intenta superar la muerte de su hija restaurando una iglesia. En 1976 es Federico Fellini quien asalta la ciudad con su célebre Casanova y ese mismo año, Dino Risi decide situar aquí la acción de la película Almas perdidas, basada en la novela del escritor italiano Giovanni Arpino, con Vittorio Gassman y Catherine Deneuve como protagonistas. En 1979 Joseph Losey vuelve a los alrededores de Venecia para rodar en las villas paladinas una versión cinematográfica de la obra maestra de Mozart, Don Giovanni. Y como no podía ser menos, el agente 007 —esta vez protagonizado por Roger Moore—, también tenía que volar por los canales con el film Moonraker (1979).

Antonioni rueda en 1982 Identificación de una mujer y ese mismo año se filma una serie para la televisión que tiene como protagonista a Marco Polo, que es encarnado por Ken Marshall. En 1986 la explosiva Laura Antonelli es la protagonista de La veneciana, de Mauro Bolognini, donde se recrea la ciudad del siglo XVI. Indiana Jones y la última cruzada (1988), interpretada por Harrison Ford, transforma la iglesia de San Barnaba en centro de su acción.

La vida de Dora Carrington y Litton Strachey fue llevada al cine en 1995 por Christopher Hampton en Carrington, que utilizaba Venecia como telón de fondo. Woody Allen, en su serie de películas sobre ciudades, incluyó Venecia con el título Todos dicen I love you (1996). En Las alas de la paloma (1997), de Iain Softley, se urde un plan amoroso entre góndolas, palacios y canales. Pan y tulipanes (2000), de Silvio Soldoni, recrea una ciudad sin turistas, un hecho realmente insólito. El mercader de Venecia, de Michael Radford, inspirada en la novela de William Shakespeare, se estrena en 2004 en el Festival Internacional de Cinema de Venecia, con el enfrentamiento estelar entre Al Pacino y Jeremy Irons. Finalmente, La pequeña Venecia (2011), de Andrea Segre, profundiza en la relación entre dos personas de culturas alejadas (china y eslava) que se encuentran en la isla de Chioggia, situada en la laguna de Venecia.


Palacio Ducal.

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9788416395927
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