Kitabı oku: «Think Right: Falacias y Oxímoron para el bien pensar», sayfa 2

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El libro ya no estaba. Había huido con alguien que creyó en su poder y que como lámpara maravillosa la frotó haciendo emerger al genio del pensamiento que, seguramente, cumplió sus deseos.

Ese día salí con cinco libros más que fueron dando vida a mi incipiente biblioteca, consistente en un altero de magníficos ejemplares y, como esbozando el mundo sincrónico del que ya era participante, entre ellos, un desgastado librito muy parecido al primero, escogido sin reparar en la obviedad de su título: Imagination creates reality, de Neville Goddard.

Desde aquellos días y hasta estos tiempos, no he parado de experimentar, asombrarme y también cuestionar las afirmaciones y fórmulas de Nightingale y Goddard: “Somos el producto de nuestros pensamientos”. “La imaginación crea la realidad”.

Ahora habrá que precisar que la realidad tiene sus particularidades y se forma por la suma de dos partes inseparables entre sí. Una, la condicionada, que representa la parte de la realidad en donde es nula o mínima la influencia de mis pensamientos o mis actos. Esta parte requiere ser aceptada como lo que es, sin apegos ni aversión. La segunda parte es la incondicionada, aquella en donde mis actos son determinantes en su formulación y manifestación.

Como filtro común para las dos partes se encuentra nuestra consciencia: la facultad que nos permite reconocernos tal y como somos e impulsar todos nuestros actos hacia la consideración de los intereses de todos los involucrados en mi línea de influencia.

Es así como recorriendo el camino que nos conduce a la creación de la realidad, hemos de alimentar a la mente con la fórmula universal: Consciencia + Energía = Realidad. Si quiero influir en la creación de mi realidad necesito cultivar mi consciencia para que el albedrío haga lo suyo, decidiendo con qué alimentar a mi mente generadora de pensamientos creadores de mi realidad.

Cuando la consciencia rinde frutos ya no hay camino de regreso, ya que la consciencia misma influye nuestros procesos cognitivos en la vía de distinguir entre una idea mágica de manifestación y la responsabilidad de crear en función de la realidad incondicionada.

Todo esto que he experimentado, vivido, decidido primero o simultáneamente, ha ocurrido en primera instancia en mi imaginación y en el pensamiento para posteriormente ser filtrado por mi nivel de consciencia: no hay excepción que confirme la regla. Nada encuentro en mis resultados que sean producto de la aleatoriedad de un universo caótico, por lo tanto, doy testimonio de que para bien o para mal, para mis gustos y disgustos, para mis sufrimientos y mi felicidad, para la creación y satisfacción de mis necesidades, para el cultivo de mis maneras de amar, de aceptar la realidad, de ponerme en los lugares de los roles de los demás y de la forma en que consigo mi paz y ecuanimidad, la clave de la manifestación de todo ha estado, está y estará por siempre en el entrenamiento del discernimiento que separa lo incondicionado de lo condicionado.

Distintos autores confirman estas ideas y estas fórmulas con algunas variantes que no cambian el sentido del decreto, sin embargo, en los hechos, no por ser una afirmación brutal deja de sorprenderme. Y más me sorprende que como seres humanos no hayamos explorado la veta de la consciencia y consolidado esta fórmula como una herramienta cotidiana.

DEDICO ESTE TRABAJO

A Sebastian y Juan Nepomuceno, mis abuelos que no conocí y que gracias al eslabonamiento de las líneas del tiempo que produjo su fallecimiento contemporáneo y prematuro, se generó la brecha por la que fue posible para mí ver la luz en este plano bajo una singularidad distinguida por una enorme veta de retos y oportunidades por descubrir y resolver.

A José de Jesús y Bertha, estrellas que brillan para siempre en el firmamento de mi metagenealogía.

¿Eres lo que piensas?

La imaginación no es un estado: es la existencia humana en sí misma.

WILLIAM BLAKE

¿Eres lo que piensas?

Si así lo crees: Serás lo que piensas

¿Para qué hacer de la creencia tu prisión?

Si el pensamiento para ti es algo que ocurre:

Eres lo que piensas.

Si el pensamiento es un flujo voluntario que dominas:

Eres lo que piensas.

Si tienes pensamientos de preocupación:

Eres lo que piensas.

Si consideras que no existen fundamentos científicos que avalen esta afirmación, pero no decides algo distinto al respecto: Eres lo que piensas.

Si consideras que no existen fundamentos o líneas espirituales en el pensamiento: Eres lo que piensas.

Si consideras que no existe un Dios:

Eres lo que piensas.

Si para ti Dios existe y guarda una íntima relación contigo:

Eres lo que piensas.

Si para ti el mundo es un lugar agresivo y cada vez más peligroso:

Eres lo que piensas.

Si crees que no tienes control sobre tu vida:

Eres lo que piensas.

Si, como dijo Henry Ford, crees que puedes o crees que no puedes, en ambos casos tienes la razón: Eres lo que piensas.

Si consideras que eres capaz de enfocar tu mente en la creación de tu realidad: Eres lo que piensas.

Cuando consideras que tienes la razón en una discusión y defiendes tu punto de vista sin dar posibilidad de que otras personas expongan el suyo:

Tu realidad es lo que piensas.

Si consideras que la meditación es una extraordinaria vía de conexión con lo transpersonal: Esculpes lo que piensas.

Si a través de tu experiencia has comprobado que cada vez te resulta más complejo resolver tus problemas:

La jaula de oro de tu pensamiento guiado por el ego de tu Personaje hará cada vez más complejo resolver tus problemas.

Cuando consideras que eres víctima de los cambios constantes y que vives en un mundo acelerado y sin control:

Ser víctima de las circunstancias es parte de tu vida.

Si tienes la certeza de que tu historia personal te determina:

Eres esclavo de tu pasado.

Si consideras que todo cuanto existe está determinado por tus sentidos:

Tu mundo es y seguirá siendo solo lo que perciben tus sentidos.

Si para ti la materia espiritual consiste en un conjunto de experiencias subjetivas, personales y que no tienen cabida en la vida ordinaria:

Eres lo que piensas.

Si para ti cada uno tiene derecho a tener sus creencias sobre Dios y lo trascendente y consideras que nada de eso merece un lugar en la vida cotidiana:

Eres lo que piensas.

Si a todos estos planteamientos la respuesta se convierte en un bumerán o en el uróboros de la creación. ¿Quién tiene el dominio preponderante sobre mi vida?

La respuesta es:

Eres lo que tu yo conceptual o ego ha determinado que crees y piensas.

Cuando me propuse escribir un libro que tuviera como punto central el pensamiento creador de realidades, tuve consciencia plena de que analizarlo desde sus distintos ángulos ya había sido materia de diversos autores desde la parte neurofuncional, la parte psicológica, filosófica e incluso especulativa. Por tanto, mi propuesta debería versar sobre una diferenciación del enfoque o como una plataforma de exploración distinta. En otras palabras, mi consigna era muy clara: aportar algo disruptivo que condujese la mente de los lectores a escenarios inexplorados.

Por ello y habiendo realizado una investigación documental basada en múltiples autores como Roger Penrose, Joaquín Fuster, Michio Kaku, Mariano Sigman, Joe Dispenza y otros que abordan desde el ensayo, la descripción científica, la fisiología, la biología, la psicología y la filosofía, el funcionamiento y los alcances de la triada cerebro-mente-pensamiento, confirmé los distintos puntos en juego en materia del pensamiento creador de realidades. Me encontré con la descripción de los tres cerebros y me asombré con el hecho de que el cerebro reptiliano, el más básico dentro de la evolución, resulta el más cercano al punto de creación. O el asombroso descubrimiento de tejidos neuronales fuera del cerebro, ubicados en el corazón y los intestinos humanos. El juego de los neuropéptidos en el desenvolvimiento de las emociones que impulsan la toma de decisiones en uno u otro sentido, la sincronización redundante de los dos hemisferios, la discriminación de la memoria, los modelos mentales y los sesgos, el origen y sentido de la imaginación, la construcción de la cultura, los rompimientos mentales, las espirales de la compasión, los mecanismos de percepción, la naturaleza de la realidad, la casa mental del amor y el miedo, mente y libre albedrío, mente moral y mente criminal, y un largo etcétera.

Basta con darle una vista a la bibliografía que relaciono para generar una idea de la amplitud de temas de la fuente del pensamiento creador de realidades modulado por la consciencia.

Además de lo anterior he tomado decenas de cursos y talleres en mi país y en el extranjero que versan sobre la mente y la consciencia, por lo que considero que el cerebro, la mente y el pensamiento ya han sido abordados sistemáticamente en sus distintas posibilidades, particularmente en el alcance de las facultades del pensamiento: nuestro tema.

Entonces el camino que he tomado es el de explorar a través de una prosa analógica las falacias, los oxímoron y otras construcciones retóricas que bajo una serie de temas dispuestos bajo un orden y lógica de exploración libres, dan pauta a reflexiones caóticas desde una visión sintáctica, que retarán a los lectores reflexivos a conocer el mar del pensamiento desde su intimidad y a discernir en función de sus facultades, incluso en la de influir en nuestra realidad, sumergiéndonos en el desdoblamiento mismo de las fórmulas semánticas no literales hasta encontrarnos frente a un sonoro ¡Eureka! Al fin lo he comprendido.

No tengo duda de que esta manera de abordar los asuntos del pensamiento tiene la capacidad potencial de aportar en el reordenamiento y configuración de la mente, logrando con esto fomentar la neuroplasticidad requerida para reaprender lo que sea necesario hacia una reconfiguración de nuestros significados que nos impulse a recobrar nuestra verdadera libertad de albedrío. Recuperar el sentido de lo condicionado y lo incondicionado disminuye sustancialmente nuestra ansiedad, esa fuerza que consume nuestra energía mientras nos debatimos en descubrir sobre qué cosas sí podemos influir y sobre cuáles no.

Hacerlo de esta forma podría de paso convertirme en aspirante a uno de los galardones que entrega el Premio IG Nobel, siempre y cuando implique que mis ideas, en un principio, causen en ustedes desconcierto, asombro o risas, para después generar un verdadero impulso reflexivo.

De primera vista muchas de las afirmaciones podrían parecer carentes de sentido, sustento o dirección. No obstante, después de releer en distintas y repetidas ocasiones y de hacer selecciones, correcciones y ampliaciones, aseguro que están perfectamente intencionadas. Con un mediano enfoque te atraparán y cumplirán su cometido.

El libro tiene un orden temático. Toma la libertad de elegir el orden en que lo abordas. El resultado dependerá del orden en que lo hagas, pero siempre será positivo, ya que posees una mente capaz de acrecentar su consciencia y abrevar de la fuente de la creación de su realidad.

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Türler ve etiketler

Yaş sınırı:
0+
Hacim:
52 s. 5 illüstrasyon
ISBN:
9788468563916
Telif hakkı:
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