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© Juan Heredia Rojas
Diseño de edición: Letrame Editorial.
Maquetación: Juan Muñoz
Diseño de portada: Rubén García
Supervisión de corrección: Ana Castañeda
ISBN: 978-84-1386-857-8
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Dedicado a mi madre,
ese hermoso sueño que todos los días se hace realidad.
A mi padre,
por todos esos debates, valentía y ejemplo vital.
A mi hermano,
por su ayuda y darme dos sobrinos maravillosos.
A toda mi familia y amigos,
y en especial al Círculo Hexagonal.
A Edgar Straehle,
quien me aconsejó leer el libro que daría título a esta obra.
A Daniel Rendón,
quien me dio las bases para convertirme en una persona.
A mis profesores del colegio, instituto y universidad.
Al pueblo de Alguaire, a Cataluña, España, a toda la Hispanidad y al mundo mundial.
A ti, soñador,
para que tus sueños vuelen tan alto que apaguen la luz artificial del mundo.
A Ella,
por existir.
Y sobre todo a Dios,
por haber hecho maravillas conmigo.
PRÓLOGO
A la manera freudiana, La lírica del sueño trata de traducir lo onírico. El momento más vulnerable del ser humano, su sueño, es visión para la voz poética, que íntimamente irá desvelando ese portal creativo. «Duermes profundamente, / pero en caso de despertar en este estado / no podrás recordar nada, / pensarás no haber dormido» dice la voz que vigila.
Así, Juan Heredia Rojas construye una macroestructura de ventanas abiertas, de planos simultáneos, de polifonías, que propone no solo como un observatorio para el lector, también para él mismo: su yo poético tiene que ser irremediablemente un desdoble del yo, y no el yo durmiente.
Los mundos fantásticos ocultos para el soñador, porque a la mañana bastan unos segundos para privarle del recuerdo, son una fuente valiosísima de información —de autoexploración también— para el subconsciente. Qué desvelo hay, qué misterio sueña, qué inventa, qué toma del mundo, qué es exclusivo del sueño, qué hay de ficción y qué de real, si hay alguna barrera, si se rompen…
Es la misma necesidad de investigar lo irracionable que, por ejemplo, motivó a Calderón de la Barca en el que es todavía el monólogo más famoso de la dramaturgia en español. «Que toda la vida es sueño, / y los sueños, sueños son» dice Segismundo. La vida es la ilusión del sueño. La lírica del sueño enseña esta cotidianeidad de la ficción. Y su autor sueña con reyes y reinas de palacio, con la reina del ajedrez, con reyes austeros y de a pie, con infancias palatinas, como el Paraíso perdido de Aleixandre. Y así se va confundiendo la vigilia con el sueño, la vida con lo onírico, la ficción con la realidad; y no se sabe cuándo el autor sueña despierto y cuando lo hace de verdad.
INTRODUCCIÓN
Este libro, estimado lector, es una investigación poética exhaustiva, real, sobre un sueño. El estudio se ha realizado mediante los últimos avances técnicos y científicos, tales como el electroencefalograma, el electromiograma y el electrooculograma; también se han almacenado parámetros como frecuencia cardiaca, ritmo respiratorio y conductancia de la piel.
Todos estos informes han sido reunidos, analizados, interpretados y comparados con nuestra base de datos del sujeto en cuestión, el señor Juan Heredia Rojas. Base de datos confeccionada a partir de la información recogida en sus redes sociales, correos, búsquedas de Google, estudios realizados, lugares visitados registrados por la señal del móvil, familia y amistades, partidas de ajedrez online, herencia cultural, etc.
Todo esto ha sido traducido en forma de poemas con nuestra inteligencia artificial, con el máximo rigor poético posible por amor a la verdad.
I. EL ADORMECIMIENTO
En una o en dos maneras habla Dios;
pero el hombre no entiende.
Por sueño, en visión nocturna,
cuando el sueño cae sobre los hombres,
cuando se adormecen sobre el lecho,
entonces revela al oído de los hombres,
y les señala su consejo.
Job 33:14-16
Somnolencia,
transición de la vigilia al sueño.
El electroencefalograma
muestra actividad de onda theta,
de tres y medio
a siete y medio hercios.
Observamos alucinaciones
al entrar o salir de la fase.
Un cosquilleo,
una vibración por el cuerpo,
sonidos extraños
de difícil caracterización
sobre la zona de la cabeza;
sensación de estar cayendo,
de no poder moverte,
desdoblarte, flotar
sobre tu propio cuerpo,
verte a ti mismo
en la cama durmiendo;
volar con tu mente,
solo pensar en un lugar…,
estar allí.
Puedes visitar lugares extraños
donde jamás estuviste,
conocer gentes desconocidas
en tiempo y visión real,
pero en forma astral,
sin cuerpo físico.
Una noche puedes ver
esbozada en tu mente
la estructura
del primer poema
de la lírica del sueño;
saltas de la cama,
coges papel y lápiz,
escribes.
ESCRITURA DEL SUEÑO VIVIDO
Escribo
aquello que siento
cuando vivo
convertido en sentido.
Escribo
a la vida con el aire
del sentido renovado
del paso de los días.
Escribo
pensares filosóficos
con tintes
místicos y religiosos.
Cuando ya no puedo
llegar más lejos
con las palabras…,
¡imagino!
Entonces…,
creo mundos y submundos,
realidades paralelas se entrecruzan y confunden.
Cuando ya ni siquiera a la imaginación…
le resulta posible alcanzar el beso perfecto.
Cortejar a la encarnación en mujer del encanto.
Recrear excepciones capaces de resquebrajar
la rutina de todo hombre preso de lo conocido.
Cuando la imaginación no da para más…,
todo el mundo puede llegar ahí soñando.
He sido un loco con un velo en los ojos esperando,
sabio y afortunado sería quien lograra convertirlos
integrándolos en un tranquilo caminar sobre ellos.
NUESTROS OJOS
Esos ojos son
castillos en el aire,
¿caerán tarde,
cuando ya no pueda
alzar amarras?
Esos ojos
son intensos fuegos,
¿me iré calentando
poco a poco hasta
empezar a evaporar?
¿Son esos ojos
aguas profundas
y viviremos
continuas inundaciones,
continuos naufragios?
Dime si esos ojos son
como largos caminos
por donde poder,
tranquilo, perder
el norte y la razón.
Dime si esos son
ojos terrestres
donde labrar campos,
plantar simientes,
cuidar de tu tierra.
LA MELODÍA DEL INSTANTE
Oye, no escuchas…
la sutil melodía del instante
acompañando el ritmo vital
¡de los corazones!
Aceleran progresivamente
los tambores dentro del pecho
cuando nuestros cuerpos,
poco a poco, empiezan a acercarse.
Aquí llegamos
de los brazos del compás,
presente tan solo posible
por sobredosis de olvido.
Cuando nos vemos reflejados
en el espejo de otras pupilas
y salimos juntos, con dos suspiros
hasta la próxima fracción de segundo.
FABRICANTE DE SUEÑOS
¡Pero a dónde te crees que vas sin tus sueños!
No estás loco ni eres un niño
capaz de creerse sus propias fantasías.
Desde la serenidad lograrás comprender
el momento en el que estás y lo que pasó anteayer,
el significado de cada experiencia creadora.
Respiras y creas; mueves un dedo y creas,
imaginas y creas mundos enteros,
pero, si te lo piensas, dejas de creer.
Abres la boca y ya estás creando;
Quieres, vas tras ello y creas otra vez,
pero, si te lo piensas demasiado, dejas de creer.
Creo, y creo que creo mis propias experiencias.
Creando el credo de mis propias creencias,
créeme, no creerás… hasta que crees.
EL LATIDO DEL SUEÑO
Tener un sueño.
Una escena mental
de algo deseado
profundamente.
Retenerlo, revivirlo
en lo más profundo
de uno mismo
como algo vital.
De propiedad exclusiva,
necesario, ineludible;
tenerlo cerca, verlo, olerlo,
cogerlo entre las manos,
abrazarlo, sentirse pero
tan cerca del cielo.
*
Ver escapar luego,
entre los dedos,
los granos de arena
de su naturaleza.
Uno a uno, a decenas,
centenares; verlos caer
por los suelos, desparramados,
desamparados, sin consuelo.
Llorar un aluvión de lágrimas
desesperadas al verse a uno mismo
descompuesto en un barro espeso;
mezcladas ilusiones con carne,
esperanzas con huesos,
sangre y arena, lágrimas y deseos.
*
Soportar estoicamente la desintegración,
la maldita aprensión a la duda,
la visión horrible de la caída continua,
la activa impotencia nocturna.
A la ausencia de valores acude el precio a pagar
por las deudas contraídas con la vida;
los platos que deberíamos haber comido,
los excesos despreocupadamente cometidos.
A la presencia continuada del hastío
se ausenta aburrida la compañía
pedida a gritos por la soledad.
Se acusan las palabras
unas a otras; los silencios,
al acecho, se interrogan.
*
Hay círculos que se abren para seguir creciendo.
Crecen y crecen, hasta que un día desaparecen;
hay círculos que se abren y se cierran,
se abren y se cierran, se abren y se cierran.
Algunos se hacen pequeños y empequeñecen;
van tragándose todo, a los demás, sus casas;
otros mundos paralelos en un tremendo agujero
todo en él se cuela y no puede escaparse, ¡ni la luz!
Otros, en cambio, radian, crecen e iluminan;
grupos de pequeños círculos como corazones
se agrupan y disgregan por la faz de la tierra.
Explotando, implosionando; uniéndose, separándose.
Nacen, crecen, maduran, envejecen y mueren,
en círculos en el gran «Círculo de los círculos».
*
Un círculo latiendo.
¡Eso soy, eso somos!
Ojalá pudiéramos
juntarlos todos
para que así fuera
más fuerte
el pu-pum, pu-pum,
pu-pum.
Cada pequeño círculo
iluminando como si fuera un sol,
todo un universo formado
por miles de galaxias,
con millones de estrellas;
pu-pum, pu-pum; pu-pum.
YO SOY DE ALGUAIRE
Niebla en invierno,
sofoco en verano,
primaveras catárticas,
otoños románticos;
cielos despejados
noches estrelladas,
pulpa del higo
con cuello de dama.
Caminos y tractores,
juncos y cañas,
regalices y moreras,
piscinas abarrotadas.
El Sagrado Corazón
amparando el pueblo
arriba en la sierra;
la escalera de piedra,
los tejados de las casas,
la iglesia medio quemada
frente al ayuntamiento
con sus banderas.
Agua saltando
sobre los cantos rodados
del Noguera Pallaresa,
campos y cultivos
a lo largo y a lo ancho;
canales, acequias, pantanos.
La Fábrica de la Colonia,
el Casal, el colegio, la biblioteca,
el campo de fútbol de hierba;
el polideportivo,
el campo de rally;
el Plus y la Cope.
Panaderías y bares,
peluquerías y quioscos;
farmacia, estanco, tiendas, talleres,
funeraria, Merli, gasolinera, lavacoches,
la móvila y la harinera.
La autovía y el aeropuerto,
la nacional y sus rotondas.
El Cruce, los clientes,
amigos, familiares…
Sí,
soy del pueblo de Makot,
de Lladonosa i Pujol
y de Sant Fausto.
He publicado poemas
en Cercavila
y he cantado habaneras
en la plaza del pueblo.
He disfrutado
de las fiestas mayores,
he enterrado amigos
y familiares.
He querido, he amado,
he perdido la cabeza
y la he recuperado.
He tenido pesadillas.
Pero, sobre todo,
aquí
he soñado.
AJEDREZ ANTROPOMÓRFICO
Peones son manos y pies,
con los que tanteamos el terreno
paso a paso, palmo a palmo
por los claroscuros del tablero.
Agresivos soldados dispuestos
para la batalla empuñan sus espadas,
embistiendo escorado de un solo verso
con la mirada fija en la gloria.
Alfiles son brazos en diagonales,
mazo en mano y credo en la otra;
piernas haciendo eles son los caballos
sorprendiendo al contrario con sus saltos.
Las torres avanzan rectas a la meta,
sus cuerpos marcan y amplían territorios
delimitando las estratégicas fronteras
con la excelentísima pareja real en medio.
La reina es el corazón,
se mueve con tanta gracia por el tablero.
El rey es el cerebro,
desde su puesto controla la partida.
Cuando uno de tus peones
consiga llegar a la última fila,
podrás elegir entre un cuerpo nuevo,
brazos y piernas, hasta corazones…
Lo que no puedes perder
jamás, bajo ningún concepto,
es la cabeza, si no, la vida te dice:
«¡Jaque… mate!»
LA SOMBRA
Cada uno tiene la suya
no nos damos cuenta,
es algo inconsciente,
es como un saco
donde vamos depositando
todas aquéllas cosas
que no nos gustan de nosotros,
en ella arrojamos aquello
no aceptamos de nuestra persona,
es como un pozo en cuya superficie
vemos proyectadas las miserias,
iniquidades y defectos, los monstruos
que solo somos capaces de ver en los otros,
aunque también podemos
hecharle cosas buenas
que si vemos en los demás,
pero no aceptamos en nosotros.
Con los años la sombra se alarga
y cada vez se hace más impenetrable,
los defectos en los demás
se vuelven insoportables,
la soledad se vuelve un refugio,
el infierno siempre son los otros
los otros,
y no te das cuenta
lo llevas dentro tuyo.
El secreto para iluminar la sombra
es ser conscientes
de como nos proyectamos en los demás
sobre todo
cuando nos enfadamos con alguien,
esos momentos en que nos alteramos
por que el otro hizo o dijo algo;
unas actitudes, un proceder,
cuya reacción desmesurada en nosotros
nos revela más de nosotros mismos
de lo que pudiera parecer a simple vista.
Todos tenemos múltiples personalidades.
Un día te das cuenta del abismo
que tu sombra había creado,
roto en mil pedazos
identificas la herida,
tu herida,
esa herida primigenia
el precipicio,
el agujero negro,
la corriente
en la que te encuentras atrapado,
de la que no logras salir,
con la pasmosa claridad
del vacío más acuciante.
CRÓNICAS ASTRALES
I
Trataba de dormir.
Mi hermano en el comedor
hablaba por teléfono;
no me dejaba conciliar el sueño,
intentaba gritarle,
pero no salían
palabras de mi garganta.
Una sensación extraña;
me levantaba de la cama,
pero mi cuerpo
no respondía a mis impulsos,
intentaba levantar el torso,
pero volvía atrás,
hacía lo propio con las piernas,
pero volvían a caer sobre la cama,
confundido me balanceaba
levantando ahora torso,
ahora extremidades inferiores
con el mismo resultado,
hasta que me di cuenta:
estaba en forma de V
flotando sobre el colchón.
Todo era extraño, vívido,
notaba una presencia
en la habitación,
me entró el miedo,
hice ademán de despertar
y desperté…
acurrucado entre las sábanas.
Estaba perplejo, aquello solo
había sido un sueño,
pero había sido más real
que la vida misma.
II
Triángulo, cuadrado, círculo;
do, re, mi;
jugaba mezclando mentalmente
figuras geométricas
y notas musicales;
tengo una visión:
una paloma
surca los tejados
elevándose a los cielos.
La visión se desvanece
y estoy en mi cuarto,
todo está tan lleno,
el ambiente
cargado de energía,
los sentidos agudizados;
noto un cosquilleo
esparciéndose por el cuerpo;
las puertas de la percepción
de par en par abiertas
en tiempo real.
No es un sueño,
conozco esas sensaciones,
no es normal.
Escucho a mis padres
hacer ruidos al dormir
en la habitación contigua,
noto una presencia
dentro de la habitación,
me entra el miedo.
Despierto.
III
Entro en estado astral,
el ambiente
cargado de energía.
Noto como si alguien
se hubiera sentado
sobre el colchón de la cama,
miro a mi izquierda,
procedencia del movimiento,
hay un hueco en el colchón,
como si hubiera alguien
sentado en él,
pero no veo a nadie…
Me entra el miedo,
recuerdo las palabras de mi prima:
debía tratar de moverme con la voluntad,
olvidarme del cuerpo físico,
volar mentalmente.
Me dijo
que, en caso de querer
cambiar de sitio
por cualquier motivo,
solo tenía que concentrarme
imaginándome
estar en ese otro lugar…
para estar allí.
Imaginé estar en la playa
a doscientos metros
de donde me encontraba.
Con solo imaginarlo,
allí me encuentro.
IV
Estoy en mitad de un sueño
con unos amigos
una noche de fiesta,
en una casa ocupada.
Vamos a dormir, hay dos literas;
Hugo duerme arriba con Marta,
Laura abajo conmigo.
La rodeo con mi brazo
mientras conciliamos el sueño;
mi compañera
se levanta de la cama,
salgo del adormecimiento,
me doy cuenta, estoy en viaje astral.
Empiezo a desplazarme
volando por la sala
con la intención de mi mente.
Salgo de la estancia
y estoy en un pueblo;
me desplazo por la calle,
entro al portal de una casa,
subo volando
por las escaleras en espiral.
Tras una ventana abierta
hay una pareja,
ella lleva un bebé en brazos;
el perro no para de ladrar,
como si captara mi presencia;
los padres no pueden verme,
pero él bebé sí…
Fija sus ojos
radiantes de luz en los míos
con una enorme sonrisa,
yo también sonrío
de forma automática
ante la gran sorpresa.
Cuando me alejo subiendo
escaleras arriba…,
de repente, un estruendo…
El despertador cae al suelo,
despierto.
V
Entro en viaje astral,
esta vez provocado
con ejercicios de respiración.
Cuando llegan los cosquilleos,
trato de esparcirlos
mentalmente por todo el cuerpo
hasta entrar en ese estado
de percepción aumentada.
Miro a un lado y a otro
de la habitación;
es pequeña, floto por ella.
Me imagino, voy a otro lugar;
de repente, estoy en un enorme edificio,
una especie de fábrica.
Voy por un pasillo interminable,
entonces veo un chico,
parecido a mí, pero pelirrojo,
no dice nada, pero me mira,
parece tan extrañado como yo
sigo avanzando por el pasillo;
conforme lo voy dejando atrás,
me entra el miedo.
Despierto.
II. EL SUEÑO LIGERO
El sueño posee una maravillosa poesía,
un humorismo incomparable
y una deliciosa ironía.
Sigmund Freud
Duermes profundamente,
pero, en caso de despertar en este estado,
no podrás recordar nada,
pensarás no haber estado dormido.
Disminuyen tanto el ritmo cardíaco
como el respiratorio.
El electroencefalograma
muestra ritmo sigma, complejos K
y períodos de actividad theta.
De este modo, se producen alteraciones
en el circuito cerebral,
ciclos de calma y actividad repentina,
lo cual dificulta despertar.
Cuando nuestras pulsaciones
son extremadamente bajas,
el sueño es tan profundo
que el cerebro presenta dificultades
para conectar con el cuerpo,
le manda un impulso para corroborar
que dicha conexión funciona
y el cuerpo produce una reacción,
la cual es recreada por la mente
con una sensación rápida y violenta:
soñar que caemos.
A. LA APERTURA
¿Será verdad que, cuando toca el sueño
con sus dedos de rosa nuestros ojos,
de la cárcel que habita huye el espíritu
en vuelo presuroso?
Gustavo Adolfo Bécquer
En ajedrez poético
empezamos de una posición inicial
y, a partir de aquí,
pensamos en las diferentes posibilidades
para conducir las piezas.
Estudiamos cada movimiento
lógico de las blancas
y cada posible respuesta
razonable de las negras,
y así sucesivamente.
En algunos principios
se estudian líneas que llegan
hasta la jugada treinta o más,
llegando a sobrepasar
los límites de la apertura
hasta llegar a un final de partida;
sin embargo,
en comienzos menos habituales,
los análisis son mucho más breves.
Los jugadores noveles
no suelen conocer la teoría,
pero los más experimentados
pueden saberse de memoria cientos
o incluso miles de líneas.
Esto indica que el inicio
es una de las partes
más técnicas del juego,
donde el conocimiento de partidas
o análisis previamente desarrollados
suele ser primordial.
La mayoría tiene un nombre típico
según su arquetipo: gambito de rey,
gambito de dama, apertura del alfil…
El nombre del jugador que la creó o popularizó:
defensa Alekhine, apertura Reti, defensa Pirc…
O el torneo, ciudad o país
en donde se dieron a conocer
o se jugaron por primera vez:
apertura española, defensa siciliana,
apertura escocesa, defensa francesa…
EL POBRE PEÓN
El peón negro,
pobre peón,
era aprendiz de todo
y maestro de nada,
un poco lento pero no tonto,
aún era joven
y le faltaba experiencia.
Sabía un poco de todo:
un poco de política,
un poco de historia,
otro de ciencia, artes, filosofía
y otro poco de religión.
Pero la verdad
es que no se enteraba de nada;
sin embargo, era curioso
cómo aprendía ipso facto,
asociaba conceptos en su mente
y, aunque avanzaba pausado,
no retrocedía;
tenía madera de alfil.
Con perseverancia
y sacrificio,
podría llegar lejos.
Trabajaba de mensajero,
como era pequeñito
pasaba de incógnito
entre las casillas enemigas,
Ücretsiz ön izlemeyi tamamladınız.