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Los signos del tiempo

Los signos del tiempo: Ricardo Rendón, una mirada crítica de la política de 1930

Resumen

Los signos del tiempo familiariza al lector con el panorama político de la primera mitad de la década de 1930, que propició el fin de la Hegemonía Conservadora, a través de las caricaturas del artista antioqueño Ricardo Rendón (1894-1931) que aparecieron en el periódico El Tiempo durante ese periodo. También lo acerca un poco a la vida, obra y psicología de este enigmático caricaturista, quien formó parte de varios círculos de intelectuales jóvenes de principios del siglo XX, para tener la oportunidad de viajar a través de las caricaturas de Rendón a los últimos meses de Gobierno del presidente conservador Miguel Abadía Méndez y de observar cómo se desarrolló la campaña electoral de 1930, mediante la cual se dio fin a un poco menos de medio siglo de presidentes conservadores a cargo del poder ejecutivo.

Palabras clave: Ricardo Rendón, caricatura, política, Colombia, principios del siglo XX.

The Signs of Time: Ricardo Rendón, a Critical Look at the Politics of 1930

Abstract

The Signs of Time familiarizes readers with the political panorama of the first half of the 1930s, which led to the end of the Conservative Hegemony, through the caricatures of artist Ricardo Rendón (1894-1931) that appeared in the newspaper El Tiempo during that period. This study also brings readers closer to the life, work, and psychology of this enigmatic cartoonist from Antioquia, who was part of several circles of young intellectuals in the early twentieth century, giving them an opportunity to make a journey—through Rendón’s cartoons—up until the last months of the government of the conservative president Miguel Abadía Méndez, and observe the development of the electoral campaign of 1930, which ended the rule of a little less than half a century of conservative presidents in the executive branch.

Keywords: Ricardo Rendón, caricature, politics, Colombia, early 20th century.

Citación sugerida/Suggested citation

Remolina Schneider, Juan Pablo. Los signos del tiempo: Ricardo Rendón, una mirada crítica de la política de 1930. Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2020. https://doi.org/10.12804/urosario9789587845341

Los signos del tiempo

Ricardo Rendón, una mirada

crítica de la política de 1930

Juan Pablo Remolina Schneider

Remolina Schneider, Juan Pablo

Los signos del tiempo: Ricardo Rendón, una mirada crítica de la política de 1930 / Juan Pablo Remolina Schneider. – Bogotá: Editorial Universidad del Rosario, 2020.

Incluye referencias bibliográficas.

1. Rendón, Ricardo – 1894-1931 – Biografía. 2. Humorismo gráfico colombiano – Historia y crítica. 3. Caricatura política – Colombia – Prensa. 4. Historia política – Colombia – 1930. I. Remolina Schneider, Juan Pablo. II. Universidad del Rosario. III. Título.

741.59861 SCDD 20

Catalogación en la fuente – Universidad del Rosario. CRAI

DJGR Octubre 16 de 2020

Hecho el depósito legal que marca el Decreto 460 de 1995


© Editorial Universidad del Rosario

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© Juan Pablo Remolina Schneider

Editorial Universidad del Rosario

Carrera 7 n.° 12B-41, of. 501

Tel: 297 0200, ext. 3112

editorial.urosario.edu.co

Primera edición: Bogotá, D. C., 2020

ISBN: 978-958-784-533-4 (impreso)

ISBN: 978-958-784-534-1 (ePub)

ISBN: 978-958-784-535-8 (pdf)

https://doi.org/10.12804/urosario9789587845341

Coordinación editorial: Editorial Universidad

del Rosario

Corrección de estilo: Ella Suárez

Diseño de cubierta y diagramación:

William Yesid Naizaque Ospina

Conversión ePub: Lápiz Blanco S.A.S.

Hecho en Colombia

Made in Colombia

Los conceptos y opiniones de esta obra son responsabilidad de sus autores y no comprometen a la Universidad ni sus políticas institucionales.

El contenido de este libro fue sometido al proceso de evaluación de pares para garantizar los altos estándares académicos. Para conocer las políticas completas visitar: editorial.urosario.edu.co

Todos los derechos reservados. Esta obra no puede ser reproducida sin el permiso previo escrito de la Editorial Universidad del Rosario.

Contenido

Prólogo

No me lleven a casa o el último Rendón

Introducción

En el periodo de análisis

Panorama político de comienzos de 1930

Gobierno de Abadía Méndez y crisis económica

La campaña electoral de 1930

El fin de la Hegemonía Conservadora

Conclusiones

Suicidio de Rendón

Bibliografía

Anexo de imágenes

Cronología

Lista de ilustraciones

Ilustración 1. Portada del primer número de la revista Panida: dibujo de Rendón

Ilustración 2. Homenaje a Ricardo Rendón (1938), por Pedro Nel Gómez

Ilustración 3. Signos del tiempo

Ilustración 4. Uno de los diez mil

Ilustración 5. Como ve el Gobierno el congreso extraordinario

Ilustración 6. La cuestión de confianza

Ilustración 7. Simón el Bobito

Ilustración 8. Eureka

Ilustración 9. Estado crítico

Ilustración 10. Sin título

Ilustración 11. ¿Hay Congreso? No lo habrá

Ilustración 12. Meteorología

Ilustración 13. El problema de La Guajira

Ilustración 14. El Gabinete de Concentración

Ilustración 15. El zarpazo de Los Leopardos

Ilustración 16. Un sufragante liberal neutral

Ilustración 17. Los Reyes Magos

Ilustración 18. El acuerdo conservador

Ilustración 19. El arzobispo adhiere a Valencia

Ilustración 20. Sin título

Ilustración 21. Isocronismo del péndulo

Ilustración 22. El pueblo de Colombia ve bien claro

Ilustración 23. La hora del triunfo

Ilustración 24. Realidad y poesía

Ilustración 25. El generalibus Vásquez Cobo

Ilustración 26. Los designios del Dios

Ilustración 27. Sic transit gloria mundi

Ilustración 28a. La historia de Procopio. Primera parte de la serie

Ilustración 28b. La historia de Procopio. Continuación de la serie

Ilustración 28c. La historia de Procopio. Continuación de la serie

Ilustración 29. La derrota del Partido Conservador

Ilustración 30. En la casa de los muertos

Ilustración 31. Portada de El Tiempo

PRÓLOGO


No me lleven a casa o el último Rendón

Bien distinta era la juventud de comienzos del siglo XX en Colombia. Apenas adolescentes se asumían hombres hechos y derechos, prestos para la guerra, listos a morir por sus partidos políticos. Ese hubiera sido el destino de Ricardo Rendón y de quienes tenían sus mismos años, de no haberse conjurado en Colombia la guerra civil que tantas vidas jóvenes sacrificó a lo largo del siglo XIX.

La generación de Rendón pudo verter todas sus energías al arte, al estudio y a su consagración, gracias a la paz con la que se encontró Colombia desde el Gobierno de Rafael Reyes hasta su consolidación con el advenimiento del Gobierno republicano de Carlos E. Restrepo (1910-1914) y la consolidación del espíritu republicano en los posteriores gobiernos hasta llegar a la caída del conservatismo, en 1930. De haber continuado Colombia en la orgía guerrera del siglo XIX, no hubiera sido posible Rendón o ninguno de los dispositivos culturales y humanos que le permitieron emerger en el mundo artístico de su época.

A esa causa republicana que se abrió espacio en medio de los odios de partido se debieron las revistas Panida y Universidad y toda la gente allí reunida: León de Greiff, Germán Arciniegas, entre otros. Se debió también El Tiempo y la consolidación de El Espectador, y junto a estos la emergencia de un amplio número de periódicos y revistas que fueron configurando un ambiente propicio para la fabricación de artistas y de una nueva clase política. El espectro de los dispositivos para la ampliación de la opinión pública se disparó, y la colombiana fue convirtiéndose en la sociedad polifónica que no pudo serlo en el siglo XIX.

Los artistas de la década de 1910 que se trasladaron de Medellín a Bogotá impregnaron a la capital del frenesí del capitalismo de posguerra que emergía a toda prisa como queriendo recuperar el tiempo perdido. Por ello, se ve a Rendón como diseñador de célebres campañas de propaganda comercial: la de los cigarrillos (Pielroja y Pierrot) y bebidas azucaradas. Fue en esa Colombia variopinta y vocinglera en la que se movió el primer Ricardo Rendón.

Su arte cayó como anillo al dedo a la estrategia paciente y sin pausa, altiva y muy política que los epígonos del republicanismo convertido en liberal después de 1921 diseñaron para ir derribando, poco a poco, el vetusto edificio de la Hegemonía Conservadora. Todos los medios en los cuales se desplegó tenían entre ceja y ceja, entre ojos, carcomer las sólidas ruinas del viejo caserón.

Juan Pablo Remolina S. recrea para el mundo de hoy el mundo de Rendón. Nos participa de las evocaciones que sobre él han hecho sus propios contemporáneos: un Rendón cercano de todos los intelectuales, artistas y políticos incongruentes con el establecimiento de entonces, que frecuentaban los mismos lugares; siempre callado, metido en sus trajes negros, pero presente, meditabundo y contemplativo, rumiando y procesando para producir luego la síntesis del pensamiento de toda la sociedad que lo rodeaba. Todos se acostumbraron a su forma de ser y creían suficiente los contenidos de los trazos de su dibujo para hacerse a la idea que de él resultaron teniendo, pero nadie pudo llegar en vida a lo profundo de su corazón y de sus sentimientos y emociones. Tan solo sus empleadores lo sabían bohemio, conocían de las necesidades por las que pasaba con su familia, querían ayudarlo en la compra de vivienda, y él mismo era consciente de que su organismo, aunque joven, necesitaba restablecerse.

Del último Rendón, del Ricardo Rendón en el último año de su vida, trata el libro que Juan Pablo Remolina pone en nuestras manos. De la nueva Colombia que él ayudó a construir y que a lo mejor esperaba que cambiara velozmente. De su trabajo se reconoce con admiración su papel como demoledor y gran artífice de la caída de la hegemonía, pero poco sabíamos del artista que acompaña los meses últimos del Gobierno de Miguel Abadía Méndez y la celebración del derrumbe conservador: el Rendón que va del triunfo liberal en febrero de 1930 al Rendón que se quita la vida en octubre de 1931, en su mejor momento artístico y en el peor momento de su vida. Contaba 37 años, y el advenimiento del liberalismo que significaba el arribo de sus grandes amistades al poder le hubiera abierto las puertas de un futuro promisorio.

Remolina no deja de lado el suicidio, le interesa. Y para ello acude a Émile Durkheim, un clásico al respecto, que asocia crisis económica con suicidio. Es que resulta que, en su última etapa, cuando ya Abadía nada significaba, Rendón sigue paso a paso la crisis financiera mundial y su reflejo directo en Colombia. Caída la hegemonía, es posible que el diestro dibujante esperara más: un repentino cambio de todo.

De todas maneras, Rendón fue producto de la Hegemonía Conservadora; prácticamente fue ella su partera y su éxito a ella se debió. Superado el largo periodo conservador por el elenco de la nueva clase política en el poder, ¿podrían seguir sus caricaturas abriendo las ediciones de El Tiempo? Ciertamente hubiera tenido que esperar un poco mientras el país enloquecía de nuevo, como en efecto ocurrió después de la República Liberal (1930-1946), fecha para la cual tendría 53 años y su pluma, sin duda, habría derrumbado la nueva hegemonía conservadora, la que va de 1946 a 1953, ¡quién sabe!

En el registro de su caricatura posterior a la victoria liberal se advierte a un Abadía Méndez preso de múltiples emociones. Las elecciones se habían efectuado muy temprano: 9 de febrero, y el país tuvo que esperar hasta el 7 de agosto de 1930 para la transmisión del mando a los liberales. Mientras tanto, múltiples crisis se sumaron a la gran crisis económica con un presidente al que ya nada le importaba. Se le veía perezoso, distante, ajeno, díscolo, resquebrajado, cavando su propia tumba, pues era prácticamente eso: un muerto en vida. El presidente electo, impaciente y preocupado, le propone un congreso extraordinario, y la displicencia del vencido presidente es captada en los trazos que Rendón venía puliendo de tiempo atrás, y que carga de tinta sus pinceles en la medida en que lo va reduciendo a su mero esqueleto. Por ello, Remolina no renuncia a bucear en la campaña electoral, no solo para seguir la punzante crítica de Rendón al régimen, sino también para mostrarnos la fortaleza de la caricatura como fuente histórica, de la caricatura y del caricaturista, y junto a todo esto indicar que a través del arte se puede estudiar la historia, analizarla y comprenderla.

César Augusto Ayala Diago Departamento de Historia Universidad Nacional de Colombia


INTRODUCCIÓN


Un Ángel, imprudente viajero

atraído por el amor de lo deforme

y debatiéndose cual nadador

en lo hondo de densas pesadillas

Y en lucha, ¡ay lúgubre angustia!

contra un remolino gigantesco

que cantando va, como loco, y que

por las tinieblas piruetea;

un infeliz hechizado y que

mediante tanteos fútiles

busca la luz y la clave para

huir de una guarida de reptiles.

Charles Baudelaire, Las flores del mal

Ha sido destacado el papel que han desempeñado los medios de comunicación masiva y de construcción y divulgación de opinión pública (prensa, televisión y radio) dentro de las dinámicas políticas, tanto así que los partidos no han dudado en usarlos para la difusión de ideas sectarias o simplemente como medios para reflejar, de manera simbólica y sintetizada, una serie de principios y de discursos que se encuentran en su seno. Desde otra perspectiva, estos medios de construcción y propagación de la opinión pública se han manifestado, en muchos casos, como la extensión de la política, que por lo demás no se le puede escapar nunca de la mirada al investigador de las mentalidades.

La opinión pública no ha sido únicamente un objeto destacado dentro del arsenal de fenómenos estudiados por la ciencia política y sus disciplinas concomitantes; también ha sido de vital importancia para el estudio de las mentalidades, de las ideas y de otros subcampos de la historia que buscan trazar continuidades, tanto espirituales como materiales, que permitan la reconstrucción identitaria de un momento o de una sociedad específica, esto con el fin de hacerlas más aprehensibles. Esta búsqueda, sin embargo, no se puede llevar a cabo solo a partir de las grandes continuidades forjadas por medio de categorías abstractas, desarrolladas anticipadamente por el investigador, sino que cada sociedad y momento histórico, desde la exterioridad de los documentos, debe llenar de sentido estas categorías; así, cada momento maneja un concepto de opinión pública distinto o, mejor, lo expresa de una manera diferente.

El presente libro se circunscribe al estudio de la opinión pública de contenido político, esto mediante el examen de un caso concreto. Se busca analizar el rol de la caricatura política como medio de construcción y difusión de opinión, dentro de las grandes dinámicas del Estado y de la vida pública en un periodo específico. El hilo de esta historia lo conducen las caricaturas de corte político producidas para el periódico El Tiempo, por el célebre ilustrador antioqueño Ricardo Rendón Bravo (1894-1931), a lo largo del primer semestre de 1930. Caricaturas que pasaron por las manos de miles de colombianos durante un intervalo de tiempo que estuvo marcado por la crisis económica y por las huellas indelebles de traumáticos episodios de violencia estatal (como la masacre de las bananeras). Ilustraciones que circularon durante un semestre crucial en la historiografía política colombiana, pues acompañaron o, si se quiere, propiciaron el desplome de la denominada Hegemonía Conservadora, de 44 años seguidos de presidentes conservadores detrás del poder ejecutivo, y marcaron el ascenso de Enrique Olaya Herrera a la Presidencia.

Esta es una historia relatada a través de las ilustraciones de uno de los más célebres caricaturistas del momento, de un hombre que llevó su sátira a varias de las portadas de El Tiempo, uno de los periódicos de mayor tiraje de la época, de un lúcido analista de coyunturas políticas y un mordaz crítico de la gestión de los conservadores, de un ilustrador con una capacidad de síntesis extraordinaria que lograba de una manera simple y aguda cristalizar en sus caricaturas los más complejos acontecimientos de la política de su momento para volverlas accesibles al gran público. Esta es una historia contada a través del lápiz de uno de los principales artífices de la caída del régimen conservador de principios del siglo XX.

Como lo plantea Germán Colmenares, y por ya lo mencionado, las caricaturas de Rendón son una fuente importante en la tarea de reconstruir una historia de la opinión pública en Colombia. Estas ilustraciones no son un reflejo de la coyuntura política del año 1930, pues dicha coyuntura, que fue posible gracias a la conjunción de infinidad de factores, actores y circunstancias de una complejidad tan amplia, rebasa las posibilidades de este observador y al mismo tiempo protagonista de los hechos que fue Ricardo Rendón. Sin embargo, sus caricaturas son valiosas en la medida en que nos dan cuenta de una perspectiva específica, de una interpretación de esta coyuntura política atravesada por la mirada de un autor con un recorrido biográfico particular, de un artista con una sensibilidad singular que percibió, gracias a esta, apenas una porción de los acontecimientos que llevaron a Olaya Herrera al solio presidencial el 7 de agosto de 1930. Estas son también las ilustraciones de un crítico político, cuestión que no es secundaria, pues esto quiere decir que son el producto de la reflexión y el análisis de una persona que de manera consciente se ha situado en una posición política determinada y ha adoptado una serie de valores concretos que le permiten interpretar y pensar el mundo, es decir, la crítica se hace siempre desde un espacio ético-político determinado.

En el caso específico de Ricardo Rendón, este podía criticar a los políticos conservadores y, en algunos casos, a los liberales, en la medida en que estos se distanciaban o no actuaban en consonancia con los presupuestos éticos que lo guiaban a él. En todo caso, este evidente sesgo de la fuente, que parecería deformar la realidad que se va a estudiar, nos muestra de una manera más cristalina una faceta de la sociedad colombiana de inicios del siglo XX, nos acerca a la mentalidad de esta sociedad en este momento histórico determinado. Las caricaturas de Rendón no solo nos revelan datos importantes acerca de los valores, los ideales y las representaciones que poblaron la mente de este ilustrador, sino que también nos acercan a los de la sociedad colombiana que leyó y que probablemente soltó más de una risa con estas. Rendón no hizo sus ilustraciones en un lenguaje cifrado desconocido; creaba sus piezas siempre pensando en su público, en una abstracción del pueblo colombiano construida por él mismo a partir de lo que él creía eran los valores, las ideologías y las experiencias rectoras de los colombianos de ese entonces.

Este volumen acercará al lector a los principales protagonistas de la política colombiana de la primera mitad de 1930, es decir, es una historia dedicada a presidentes, estadistas, ministros, candidatos presidenciales y líderes de partidos que protagonizaron y que estuvieron en la superficie de los acontecimientos que finiquitaron 44 años de Hegemonía Conservadora, esto a través de la pluma de Ricardo Rendón. Así mismo, a lo largo de estas páginas, se buscó reconstruir el universo simbólico trazado por Rendón a través de sus caricaturas, que, como se demuestra, propició, junto a otros factores, el fin de la Hegemonía Conservadora.

En este libro se analizó, desde una perspectiva sociohistórica, el fin de uno de los periodos más largos de la historia política colombiana, que comienza con la victoria del Gobierno nacional, liderada por Rafael Núñez y apoyada por contingentes de conservadores y liberales independientes, en la guerra de civil de 1884-1885 o, si se quiere, con la proclamación de la Constitución de 1886 y que termina con la victoria en las urnas del candidato de la Concentración Patriótica Nacional, Enrique Olaya Herrera, en 1930. Pero, al mismo tiempo, este fragmento de la historia podría periodizarse de una manera distinta. Bien podría iniciar el 24 de mayo de 1896 con la decisión del célebre poeta colombiano José Asunción Silva de accionar el gatillo del revólver Smith & Wesson que acabó con su vida en su casa ubicada en el centro de la ciudad de Bogotá (en lo que actualmente es el museo y librería Casa de Poesía Silva) y podría terminar a unas cuantas cuadras de allí, en lo que fue el bar La Gran Vía, el 28 de octubre de 1931, con la decisión análoga de Ricardo Rendón de presionar el percutor de la pistola Colt “Caballito”, que terminó con sus días (fotografía 1). En todo caso, este texto está enfocado en el cierre de ambas periodizaciones, tanto en el ascenso de Enrique Olaya Herrera al poder ejecutivo como en el suicido de Ricardo Rendón.

El presente libro gira en torno a la campaña presidencial de 1930, que fue disputada por los conservadores Guillermo Valencia y Alfredo Vásquez Cobo, por el socialista Castrillón y por Enrique Olaya Herrera, candidato que representaba un movimiento de coalición nacional, semejante al impulsado por el expresidente Carlos E. Restrepo entre 1910 y 1914. También se tratan los últimos meses de Gobierno del, en ese entonces, presidente conservador Miguel Abadía Méndez, los cuales estuvieron atravesados por la crisis económica y los conflictos sociales. Todo esto como la antesala del triunfo en las urnas de un presidente que rompió con este continuo de mandatarios conservadores a cargo del poder ejecutivo. Por lo tanto, este volumen se concentra principalmente en el periodo que va desde el 1 de enero de 1930 al 7 de agosto de este mismo año.


Fotografía 1. Pistola Colt “Caballito” con la que Rendón se disparó

Fuente: El Tiempo [Bogotá], 29 de octubre, 1931.


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