Kitabı oku: «Una bisagra en mi vida»

Capítulo 1

Mi pandemia

Un día de mediados de marzo del 2020, en Argentina, todos hablaban de que había una pandemia. El presidente de la Nación dio un mensaje al país: no se podía salir de casa, el virus andaba por todas partes; millones de muertos habría si salíamos.

Las imágenes, en los noticieros y videos de YouTube, mostraban animales salvajes en plena ciudad: Tokio, París, Madrid, Venecia, etc. Unos patos cruzaban una avenida, que antes era muy transitada y hoy estaba desierta; nadie… solo los patos y el semáforo. En Venecia, unos delfines saludaban a nadie con sus aletas. Los ciervos caminaban en las plazas. Innumerables ejemplos. ¡Qué raro era todo!

¿Se acababa el mundo? ¡Qué sensación rara tenía!

Sin embargo, los domingos, en mi familia, nos reuníamos en el fondo de casa a almorzar bajo los árboles. Nos tocaron los mejores días: un clima agradable, un cielo celeste, y nosotros, felices. Hacíamos videollamadas con el resto de la familia. ¡Qué raro! Todo parecía estar mejor que nunca, y afuera o para la tele, ¿el final?

Capítulo 2 Necesito nutrirme (ho’oponopono)

Antes de adentrarme en este capítulo, me veo en la obligación de comentarles que, desde el año 2019, comencé a interesarme por el ho’oponopono. Es un arte ancestral hawaiano de resolución de problemas, una filosofía de vida. Entonces, participé de un foro de ho’oponopono, cuya guía y fundadora muchas veces participa dejando reflexiones.

Mabel Katz escribió en el foro (el 18 de julio):

Se podría decir que estamos viviendo un momento muy interesante, pero, por supuesto, eso siempre es cierto, porque cada día es muy especial.

Cómo ves, el mundo depende de tu percepción. En otras palabras, puedes verlo desde un punto de vista muy alto o desde un punto de vista más bajo.

Desde un punto de vista, parece que vivimos en una época de gran drama, grandes crisis y que están sucediendo tantas cosas que no deberían estar sucediendo. […]

Aunque hay todo tipo de eventos que están sucediendo todo el tiempo, estos eventos no deberían afectar a nuestra verdadera humanidad.

Todo es correcto y perfecto y está evolucionando todo el tiempo.

Mabel.

También hice mis aportes:

¡¡¡APLAUDAN... APLAUDAN... APLAUDAN!!!1

¡Estoy tan feliz! Esta cuarentena me trajo muchos aprendizajes. Luego escribí en el foro: «Hola, Dios, necesito un milagro ya». Y no se hizo esperar.

Cuando estaba en la cama, vi que había llegado un e-mail. Lo leí... era el milagro, que tocaba a mi puerta. Mis hermanos, que viven y trabajan como a 300 km de mi casa, con la cuarentena, se quedaron sin ingresos. A raíz de mi pedido en el foro, alguien quiso ayudar.

¡Fue fabuloso! Y esta persona me dijo: «Es que la mente necesita saber que esto, el ho’oponopono, sí funciona». Y sí, sí funciona. Hagan su pedido a la divinidad creyendo en ustedes mismos y en Dios, que él solo está esperando que le demos permiso. Es tiempo de milagros.

Un abrazo a todos.

Bendiciones

¡¡¡GRACIAS, CUARENTENA, POR TODO!!!2

Estoy tan feliz que quiero compartirlo con ustedes, querida y amada familia del foro.

Gracias, gracias, gracias.

En este tiempo de cuarentena, muchas cosas pasaron, todos tuvimos que quedarnos adentro, nadie más salió a trabajar. El trabajo era hacer las compras, desinfectarse, que te alcanzara el dinero y luego, adentro, ¿qué hacer? Mis hermanos, que viven a 300 km de mi casa, durante la cuarentena, se separaron de sus parejas. Además, la hija de uno de ellos se fue de su casa, y él quedó completamente solo. Estas cosas nos golpean, porque son nuestros seres queridos, pero nos enseñan, y mucho. Si el ho’oponopono está en nuestra vida, esta cambia por completo. Así que apliqué lo que aprendí de Mabel K., y respiré, hablé con Dios, trabajé en mi interior y en mi niño interior, hice agua solarizada y me ayudé con el vaso de agua. Pero, por sobre todas las cosas, me vi, me escuché y me amé como no lo había hecho nunca.

Dios me mandó un mensaje claro, que estaba ahí y me escuchaba. Mis hermanos fueron ayudados económicamente. Uno de ellos, mirando un video, descubrió que su familia lo había abandonado porque el ho’oponopono benefició a su familia primero, pero, como él es muy terco, se dio cuenta último de que tenía que perdonar, de que no estaba solo y de que la clave estaba en el amor incondicional. Eso te da nuevos ojos.

Y yo recuperé a mi hijo, que se había ido en febrero de casa, y ayer, a las 20 h, llegó con su barbijo, su mochila y desempleado. Me dijo: «Hola, ma, vuelvo a casa», y yo le dije: «Bienvenido», y nos fundimos en un abrazo.

Gracias a la PANDEMIA.

Gracias al UNIVERSO entero.

Gracias, Dios, porque me di cuenta de que este tiempo es el PRESENTE, que la Tierra es una escuela. Hoy aprendí un montón.

ARO DE ORO, ARO DE ORO, ARO DE ORO.

LLAVE DE LA LUZ, LLAVE DE LA LUZ, LLAVE DE LA LUZ.

Gracias, gracias, gracias a todos, al foro y a Mabel.

Bendiciones.

¡¡¡HUMANIDAD, DESPIERTA!!!3

Perdón por aquello que está en mí que ha creado esto.

Hoy, sábado 3 de octubre del 2020, en Argentina, en la localidad de San Clemente del Tuyú, con viento sur de más de 50 km por hora, hay un incendio importante en la reserva de Punta Rasa, lugar energético y de portal.

Pido a todos que limpiemos, por este y todos los incendios del planeta.

Humanidad: despertemos, reaccionemos, levantemos nuestra conciencia y recordemos quiénes somos.

Gracias, gracias, gracias.

Cierro al vacío la reserva natural, pongo la flor de lis sobre la reserva.

Gracias, gracias, gracias.

Bendiciones.

No solamente me nutrí del ho’oponopono para crecer en conciencia, sino que además medité, hice Tai-Chi y Chi-Kung. También estoy aprendiendo lógica global convergente. Asimismo, comencé a seguir el canal de Miryam Dietrich (abogada de leyes y de almas) y el de la Dra. Chindra Brandolino (médica forense), promotora y fundadora (valiente mujer) de Médicos por la verdad en Argentina y, también en España, de Médicos por la verdad en el mundo.