Kitabı oku: «Un panorama sobre la legislación y políticas públicas culturales», sayfa 3

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Sobre la base de las Políticas Culturales del 2000, se emitió el Reglamento Orgánico Interno del Ministerio de Cultura y Deportes en el Acuerdo Gubernativo 354-2001, que posteriormente fue derogado y reemplazado por el Acuerdo 27-2008 que contiene la actual estructura del ministerio, compuesta de la siguiente manera: Despacho superior, ocupado por el ministro y dos viceministros. Las funciones sustantivas están compuestas por: la Dirección General de las Artes, dividida en las subdirecciones de Formación Artística, de Difusión de las Artes, de Fomento de las Artes, de Espectáculos Públicos, y la Administrativa y Financiera. Dirección General de Desarrollo Cultural y Fortalecimiento de las Culturas, dividida en las subdirecciones de Participación Ciudadana, de Vinculación Institucional, de Diversidad Cultural, y la Administrativa y Financiera. Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural, dividida en el Instituto de Antropología e Historia, y las subdirecciones de Museos y Centros Culturales, del Patrimonio Documental y Bibliográfico, de Investigación y Registro, de Patrimonio Intangible, y la Administrativa y Financiera. Dirección General del Deporte y la Recreación, dividida en las subdirecciones de Infraestructura Física, de Áreas Sustantivas, la Administrativa, y la Financiera.

El ministerio tiene unidades especiales, dentro de las que se encuentran: el Consejo de Investigación, la Unidad de Lugares Sagrados, El Consejo Nacional de Investigación, el Comité Nacional Memoria del Mundo, la Comisión Ministerial del Patrimonio Mundial, el Programa Capital Cultural de Guatemala, la Casa Centroamericana de la Cultura.

Existen entidades estatales que mantienen relación con el Ministerio de Cultura y Deportes, dentro de las cuales se encuentran: el Ministerio de Educación Pública (Mineduc), las municipalidades, Adesca, el Consejo Nacional de Libro (Conalibro), Registro de la Propiedad Intelectual (RPI, Departamento de Derecho de Autor y Derechos Conexos), la Academia de Lenguas Mayas, el Fondo de Desarrollo Indígena (Fodigua), entre otras.

Araujo especifica diversas dependencias que son parte de la organización administrativa del Ministerio de Cultura y Deportes, entre las cuales se encuentran 20 museos nacionales, la Escuela de Artes Plásticas, la de Danza y la de Teatro. Grupos artísticos como la Orquesta Sinfónica Nacional, la Marimba de Conciertos, el Ballet Moderno y Folklórico, el Ballet Nacional, el Coro Nacional, 6 conservatorios regionales de música, 98 escuelas comunitarias de arte, 14 orquestas juveniles, proyectos y programas en los temas de difusión del arte, entre otros (Araujo, 2009, p. 104).

El autor hace una crítica sobre la necesidad de asignar un presupuesto adecuado para el funcionamiento de este ministerio, en cuya asignación se otorga mayor cantidad de recursos económicos al área del deporte que a la de cultura.

Según información recabada en el Acuerdo 321-2019, el presupuesto aprobado para el ejercicio fiscal 2020 fue de Q87 715 064 000. De este total, al Ministerio de Cultura y Deportes le fueron asignados Q622 959 000. (2) En febrero del presente año, la ministra de esta cartera, Silvana Martínez aseguró que se tenía la meta de mejorar la calidad del gasto en seguimiento a las instrucciones dadas por el presidente, Alejandro Giammattei. (3)

Es importante destacar que, en el 2019, la ministra en funciones, Gladys Palala, en representación del ministro, José Luis Chea Urruela, manifestó que el Ministerio de Cultura y Deportes necesitaba un total de Q639.1 millones para su funcionamiento, lo cual implicaba un incremento del 16.3 % sobre el presupuesto vigente en el año 2018, cuya asignación era de Q549.6 millones. (4) Ante los datos obtenidos sobre el presupuesto asignado, puede evidenciarse que la cartera está en funcionamiento con un déficit a lo que se había solicitado en 2019.

Se hizo una indagación en la Ley del Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado para el ejercicio fiscal 2019, que es la que se encuentra actualmente en vigencia, ya que el presupuesto presentado para el ejercicio fiscal 2020 quedó únicamente como proyecto de ley. La misma se encuentra contenida en el Decreto 25-2018 del Congreso de la República.

En dicha ley fueron asignados al Ministerio de Cultura un total de Q532 133 007.00. Esta cantidad fue desglosada de la siguiente forma: para el rubro del Deporte No Federado y Recreación se destinaron Q172 301 724.00 y los recursos restantes fueron distribuidos en las instancias de cultura de la siguiente manera: rubro de Patrimonio Cultural y Natural: Q136 343 683.00. Formación, Fomento y Difusión de las Artes: Q97 015 704.00. Gestión de Desarrollo Cultural: Q18 520 000.00. Consejo Nacional de Protección de Antigua Guatemala: Q6 500 000.00. Adesca: Q5 000 000.00. Otros rubros considerados dentro del ámbito del deporte fueron: un aporte a la Asociación Guatemalteca de Olimpiadas Especiales por un monto de Q2 000 000.00 y, para mejoramiento de canchas deportivas un monto de Q60 000 000.00. (5)

Como se mencionó anteriormente, el Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado diseñado para el ejercicio fiscal 2020 quedó únicamente como un proyecto de ley. Según información brindada por Max Araujo, se tiene como límite el mes de noviembre del año anterior para que el Congreso apruebe el presupuesto para el año siguiente. Dado que no se aprobó, queda en vigencia el que se tenía para el año anterior. (M. Araujo, comunicación personal, el 26 de mayo de 2020)

A pesar de ello, se hizo un análisis de la distribución del presupuesto en este proyecto de ley con el fin de establecer un pequeño seguimiento de la priorización de rubros reflejada en la cantidad destinada a cada instancia del Ministerio de Cultura y Deportes.

Para el ejercicio fiscal 2020, se había propuesto lo siguiente: un total de Q519 861 818.00 destinados a dicho ministerio, distribuidos así: para el rubro de Deporte No Federado y Recreación: Q200 889 308.00. Patrimonio Cultural y Natural: Q164 745 060.00. Formación, Fomento y Difusión de las Artes: Q91 696 700.00. Gestión de Desarrollo Cultural: Q19 000 000.00. Consejo Nacional para la Protección de Antigua Guatemala: Q6 500 000.00. Adesca: Q5 000 000.00. Apoyo a Filgua: Q1 000 000.00. Apoyo a Festival de Cine Ícaro: Q1 000 000.00. (6)

Como puede verse, en esta propuesta ya no se contemplaba el apoyo a la Asociación Guatemalteca de Olimpiadas Especiales ni el rubro al mejoramiento de canchas deportivas. Se habían incluido dos rubros nuevos de apoyo: a Filgua y al Festival de Cine Ícaro. Esto ya no entró en vigor.

En el detalle presentado para este trabajo no se incluyeron los rubros destinados a funcionamiento administrativo, puesto que el objetivo es determinar la priorización de los rubros destinados a las distintas dependencias sustantivas del ministerio.

Al analizar el presupuesto presentado en ambos documentos, puede verse claramente que la prioridad está dada al Viceministerio del Deporte No Federado y la Recreación, el cual recibe prácticamente la mitad del presupuesto total destinado al Ministerio de Cultura y Deportes. En cuanto a la distribución de lo que se destina al Viceministerio de Cultura, es evidente que la prioridad estriba en el rubro destinado al Patrimonio Cultural y Natural, seguido por una cantidad mucho menor en el rubro de Gestión de Desarrollo Cultural y las demás instancias con un presupuesto bastante inferior. Esto evidencia nuevamente que el área de cultura funciona con recursos muy limitados.

Dentro de otras leyes relevantes relacionadas con el ejercicio artístico es importante mencionar el Decreto 80-70, modificado por el Decreto 64-88 en el que se establece que el presidente de la República de Guatemala tiene la potestad de otorgar pensiones vitalicias, entre ellas a personas que se han dedicado a la ciencia, la cultura y las artes. En el caso de las artes esta ha sido una lucha importante y se ha obtenido en muy pocos casos, por ejemplo, la otorgada al maestro Joaquín Orellana y a la cantante Alicia Azurdia.

En la coyuntura actual es relevante mencionar que, en el 2002, mediante el Acuerdo Ministerial 195-2002, se facultó a la Dirección General de Culturas y Artes para realizar una investigación de los grupos culturales y artísticos de Guatemala. Ante la pandemia del COVID-19 se evidenció la falta de bases de datos en esta temática. Se carecía de listados, estos tuvieron que ser elaborados principalmente por las asociaciones artísticas formalmente establecidas a nivel nacional para ser presentados ante el Ministerio de Cultura y Deportes, Ministerio de Economía (Mineco) y Ministerio de Desarrollo Social (Mides) para que los artistas fueran tomados en cuenta dentro de los programas de apoyo ofrecidos por el Gobierno a quienes perdieron sus fuentes de trabajo. Al verse suspendidas las reuniones públicas y cerrar los lugares que presentaban músicos en vivo, teatro e incluso galerías, gran cantidad de artistas quedaron en un estado de absoluta vulnerabilidad.

Un acuerdo lamentablemente derogado fue el n.º 1-2006, mediante el cual se había creado la Unidad de Desarrollo Cultural con el objetivo estratégico de que la dimensión cultural fuera incluida en las políticas públicas. Es lamentable porque siendo una dimensión fundamental tanto para el desarrollo integral como para el fortalecimiento de la identidad, cohesión social y de la convivencia; la dimensión cultural queda invisibilizada.

Otro acuerdo ministerial importante es el n.º 610-2008, mediante el cual se crea la Comisión de Investigación de Arte en Guatemala (CIAG), conformada por profesionales, artistas e investigadores, la cual sigue vigente.

Dentro de los acuerdos establecidos por el Ministerio de Educación, el n.º 178-2009 estableció la incorporación al Currículo Nacional Base (CNB), en el ciclo de educación básica, la enseñanza de música, teatro, danza, expresión corporal y artes plásticas. Es importante la mención porque durante el gobierno de Jimmy Morales se restó importancia a la educación artística dentro del Currículo Nacional Base, mediante la modificación de agrupar en un solo curso, denominado «Educación y Expresión Artística», todas las áreas mencionadas. Esto causó fuertes críticas en el sector cultural, las cuales fueron refutadas por el entonces viceministro técnico de Educación, Héctor Canto. (7)

En cuanto a las leyes que se han generado y aún no han sido aprobadas, en el año 2009 se presentaron anteproyectos de ley en los siguientes temas: Sistema Nacional de Archivos, fomento de las Casas de la Cultura, Ley de Cine e Industrias Audiovisuales. Estas leyes aún se encuentran en proceso de resolución.

La crisis generada por la COVID-19 ha presentado desafíos importantes para el sector cultural a nivel mundial. Ante ello, en Latinoamérica ya se han propuesto iniciativas de ley en el tema de emergencias culturales, lideradas por Brasil a partir de una reunión virtual realizada por legisladores, activistas y personas relacionadas a la cultura, en la cual discutieron las problemáticas que surgieron frente a la crisis sanitaria. En el mencionado país, la ley tuvo rápida vigencia y le siguieron Argentina y Colombia. La misma se inspira en la perspectiva de la cultura viva comunitaria.

Elías Jiménez, reconocido cineasta y gestor cultural explicó que, tomando la experiencia de los países mencionados, en Guatemala se está trabajando un anteproyecto de ley denominado «Fondo de Apoyo Cultural», que se presentó al Congreso de la República a través de la bancada del Partido Semilla, proceso que está liderando el diputado Alberto Sánchez, vicepresidente de la Comisión de Cultura del legislativo. Jiménez expresó que tomando en cuenta la experiencia de los países que llevan la delantera en el tema, se está trabajando para adaptar la propuesta de ley a Guatemala, cuyo anteproyecto se pretende presentar al Congreso la última semana de mayo de 2020. (E. Jiménez, comunicación personal, el 21 de mayo de 2020)

Elías Jiménez sostiene que es un gran desafío organizar a todos los gremios artísticos de Guatemala y llegar a acuerdos, dado que se ha trabajado de forma muy desarticulada y también existe el reto de ir más allá de intereses individuales, ideológicos y políticos, por lo cual esta iniciativa de ley, en un primer momento, no se socializó ampliamente con el fin de dar agilidad al proceso de elaboración. Sin embargo, al tener el primer borrador se compartió con representantes de diversas áreas artísticas que dieron recomendaciones, las cuales fueron incluidas en el documento presentado al Congreso de la República el 9 de junio de 2020.

La iniciativa de ley se centra en presentar estrategias para activar económicamente al sector cultural de forma incluyente a las diversas instancias que se dedican al tema a nivel nacional. En este sentido, proponer apoyos para generación de trabajo, exoneración de impuestos, y crear un fondo de apoyo económico dirigido a la creación artística y a las actividades culturales como fuente de fortalecimiento a la economía del país.

Para ampliar sobre el tema, se tuvo contacto con la Lcda. Victoria Godoy Palala, asesora legal de la bancada del Partido Semilla, quien forma parte del equipo que ha diseñado la propuesta de ley. Godoy Palala sostiene que el sector cultural es un ámbito históricamente olvidado en el país, que generalmente se maneja en la informalidad. Aunque existen algunas ramas artísticas que cuentan con asociaciones formales, principalmente la música, seguida por el teatro, no todos los artistas están agremiados, lo cual les deja en un estado de vulnerabilidad que se ha visto agravado por la crisis de la pandemia. Por otra parte, el Sistema de Información Cultural del Ministerio de Cultura (SIC), (que se describe más adelante en el presente texto) se encuentra desactualizado. No hay estadísticas, información clara de cuántos artistas hay en las diferentes disciplinas. Aunado a ello, existe mayor dificultad porque la mayoría de los artistas no están legalizados ni organizados. (V. Godoy, comunicación personal, el 22 de mayo de 2020)

Por otra parte, Victoria Godoy Palala indica que el Ministerio de Cultura y Deportes no ha tenido un papel asertivo ante la crisis para continuar con la gestión del proceso ofrecido para hacer efectivo el apoyo económico por el Gobierno para solventar de forma momentánea el cese de los espacios de trabajo artístico, mediante un bono de Q1000.00 durante tres meses en el año 2020. Según información recabada en el año 2020 solamente los miembros de la asociación «Chocoyos» recibió un depósito único de Q1000.00 y no los Q3000.00 originalmente ofrecidos.

Ante este contexto, la iniciativa de ley no tiene una perspectiva asistencialista, sino de reactivación económica del sector de la cultura. Dentro de sus principales planteamientos se propone la creación de un fondo económico de apoyo a las artes que sea gestionado por el Viceministerio de Cultura y que se otorgue por medio de una convocatoria de concurso, para financiar proyectos que sean presentados bajo una serie de requisitos que deben ser normados por esta instancia.

Los derechos de explotación por la difusión virtual, presencial o medios de comunicación de gobierno, también deben quedar especificados dentro de los requisitos de convocatoria y participación. Se propone un fondo inicial de 25 millones de quetzales.

Un segundo planteamiento es la demanda de actualización del Sistema de Información Cultural (SIC) como una medida urgente para tener claridad sobre los artistas de las diferentes disciplinas a nivel nacional.

Ante la problemática de que una gran cantidad de artistas no se ha registrado en la SAT y no cuenta con el Número de Identificación Tributaria (NIT), la iniciativa de ley propone que mediante declaración jurada los artistas puedan incorporarse al Sistema de Información Cultural con la condición de regularizar su situación tributaria en un plazo de un año. Si al año no se han inscrito en la SAT, el Ministerio de Cultura y Deportes tendría la facultad de inhabilitarlos. Godoy Palala sostiene que de esta forma se apoya a los artistas al mismo tiempo que se trabaja por fortalecer la institucionalidad.

Se propone también, dentro de la idea de la reactivación económica, exoneraciones fiscales con una reducción del 25 % de los rubros que los productores deben pagar a la Dirección de Espectáculos Públicos y a timbre del IPSA, en espectáculos que no excedan de 300 personas de aforo. Asimismo, que el Estado ceda espacios públicos y se pongan a disposición de los artistas sin cobro de alquiler. Esto en espacios municipales y estatales.

Por otra parte, se solicita que el Ministerio de Cultura y Deportes pueda expedir constancias que sean válidas ante el Crédito Hipotecario Nacional (CHN) como título de profesión de artistas que soliciten crédito en el programa del Fondo de Crédito para Capital de Trabajo, aprobado en el Decreto 13-2020.

Se proponen también algunas disposiciones transitorias, dentro de las más importantes: declarar de interés nacional la reforma del IPSA y la actualización de la Ley de Espectáculos Públicos, para agilizar los procesos de producción de espectáculos. Se solicita esto sea revisado por el Ministerio de Cultura y Deportes a los treinta días de vigencia de esta ley.

La iniciativa de esta ley propone una vigencia desde la aprobación del decreto hasta el 31 de diciembre de 2021, momento en el cual puede evaluarse su ampliación.

Se ha descrito un panorama general sobre los antecedentes de la legislación cultural en Guatemala, sus antecedentes y, una visión ante la coyuntura de la pandemia del COVID-19, que ha marcado un parteaguas en los diversos sectores sociales, siendo el cultural uno de los más golpeados. Esto presenta importantes desafíos para el quehacer en este ámbito, que deberá estar respaldado y reflejado en las leyes y políticas a futuro.

A continuación, se presenta una síntesis de dos grandes pilares que sustentan la labor cultural de Guatemala, uno es La Cultura, Motor del Desarrollo. Plan Nacional de Desarrollo Cultural a Largo Plazo y las Políticas Culturales, Deportivas y Recreativas 2015-2034. En seguida se presentan los lineamientos más importantes de ambos documentos.

1- Para ampliar la información, ver los siguientes enlaces:

Congreso de la República de Guatemala en https://bit.ly/2OLJaIG

Plaza Pública en https://bit.ly/3vHiFVi

Periódico Prensa Libre en https://bit.ly/3eTDIhF

2- Véase en Diario de Centro América https://bit.ly/30TT51l

3- Véase en Agencia Guatemalteca de Noticias (AGN) https://bit.ly/3vDtw2H

4- Véase en Ministerio de Cultura y Deportes https://bit.ly/3eOCGn0

5- Véase en Diario de Centro América https://bit.ly/2OLgbER

6- Véase en Gobierno de la República de Guatemala, Ministerio de Finanzas Públicas https://bit.ly/3tDzcaT

7- Véase en periódico Prensa Libre https://bit.ly/3qYaHDS

ELEMENTOS FUNDAMENTALES CONTENIDOS EN EL DOCUMENTO LA CULTURA, MOTOR DEL DESARROLLO. PLAN NACIONAL DE DESARROLLO CULTURAL A LARGO PLAZO

ELEMENTOS FUNDAMENTALES CONTENIDOS EN EL DOCUMENTO LA CULTURA, MOTOR DEL DESARROLLO. PLAN NACIONAL DE DESARROLLO CULTURAL A LARGO PLAZO

En la presentación del documento, elaborada por el entonces ministro de Cultura y Deportes Enrique Matheu Recinos, se menciona que el producto contenido en el mismo fue un esfuerzo de más de siete años, con el objetivo de fortalecer el compromiso por un desarrollo humano, incluyente e intercultural que permita una mejor calidad de vida para los ciudadanos de este país. Esto implica el respeto por la diversidad cultural y superar las tendencias de homogenizar el pensamiento, construir desde las bases de un tejido social, con tres características: «consolidado, incluyente y dialogante». Para ello es necesario partir de la inteligencia social de las comunidades, con criterios de evaluación que tomen en cuenta la pertinencia cultural, la participación ciudadana, la calidad de vida, cohesión social y la responsabilidad con las generaciones futuras. El documento se basa en «los principios de la Política Rectora del Ministerio de Cultura y Deportes: Cultura de Paz y Desarrollo Humano Sostenible» (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 4).

El plan también va orientado a fortalecer una administración descentralizada, bajo la premisa de que la cultura es parte fundamental de la visión del mundo y que su fortalecimiento contribuye a generar actitudes que promuevan la paz y el desarrollo sostenible. El documento resalta una reflexión importante y es que, en la sociedad guatemalteca, la falta de conocimiento sobre la dimensión cultural ha sido un tema históricamente provocado o al menos, consentido. Esto ha causado la subestimación de la importancia de generar pensamiento crítico y, por ende, a crear un pueblo domesticado, en situación de estancamiento, incapaz de organizarse y sin posibilidad de libre expresión, susceptible al servilismo, complacencia y al consumismo.

Ante la realidad planteada, es urgente darle la importancia debida a la cultura dentro de todas las dimensiones sociales desde la perspectiva de la unidad en la diversidad, desde una visión histórica que dé explicación a nuestro pasado como elemento causal del presente, desde el cual se diseñe el futuro de lo que podemos y queremos ser.

El plan parte también de la persona como eje central, protagonista de la cultura y agente de desarrollo. Sostiene que el tema cultural debe ser transversal en el sistema sociopolítico y económico. Es a su vez un elemento fundante de los mismos.

Un asunto importante discutir, es la reflexión que debe hacerse sobre el tema de la «transversalidad». Y es que muchas veces cuando se incluyen estos temas como ejes que se diluyen en otros que se consideran de mayor importancia, no quedan especificados en ningún objetivo e indicador de cumplimiento, por lo cual su condición de transversal les invisibiliza, y a la postre son ignorados.

Se parte de una definición de cultura, en la cual se explica que es «todo lo que incluye el interactuar entre las personas y los grupos sociales, así como sus resultados; consecuentemente, la relación entre el proceso global de desarrollo social y el desarrollo de las personas que participan en él» (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 21).

En el documento se cuestiona el concepto clásico de cultura, desde el cual se entiende como tal únicamente a las bellas artes y las expresiones eruditas, y no como un elemento que define la esencia y la realidad de una sociedad, en este caso la guatemalteca. Otro punto que discute es la concepción de lo cultural como algo accesorio, de «segunda categoría» dentro del sistema, considerando dentro de ello solamente las artes y el patrimonio. Ante ello, el plan reconoce que es necesaria una transformación conceptual, una inversión en el desarrollo cultural y un cambio de actitud a nivel de lo público que, mediante procesos de formación y capacitación, rendirá sus frutos en el mediano y largo plazo; por ende, sostiene que las políticas culturales no deben estar sujetas a los cambios de los períodos gubernamentales, deben diseñarse a largo plazo y garantizar a nivel de Estado su estabilidad y permanencia.

En el documento hay una idea particular que habla de la cultura como «patrimonio inconsciente colectivo», como un acumulado de la evolución histórica y de la relación de las comunidades con su contexto. Hace un contraste de esta idea con la «cultura consciente», que es la decisión que se toma llevando a la razón los elementos de la cultura inconsciente. Por otra parte, hace referencia al concepto de «inteligencia social» como:

La capacidad para analizar la realidad y responder a los problemas que en ella se encuentran; de modificar las propuestas y las respuestas en función de la realidad diversa y cambiante y de criticar y desembarazarse de aquellos aspectos de la cultura que se oponen a la evolución de los pueblos. (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 23)

Sostiene que esta inteligencia social debe dar paso a una «creatividad social», que consiste en la capacidad de generar respuestas, espacios nuevos y soluciones para una realidad incompleta, inacabada e injusta; el aporte de nuevas ideas y la creación de posibilidades. Esto debe dar las bases para la participación y la organización social, potenciando capacidades de afrontamiento, solución de problemas y propuestas de desarrollo.


El plan considera de vital importancia los espacios para el encuentro comunitario, para la creación, toma de decisiones, diálogo intercultural y las iniciativas base. Todo ello contribuye a fortalecer el sistema democrático, acompañado de la descentralización, la desconcentración administrativa y la importancia de los poderes locales.

Se cita literalmente un aspecto importante que propone el plan:

En la tarea de gobernar debería incluirse el nuevo concepto de Cultura y de Desarrollo Cultural, mediante los cuales el pueblo y las comunidades toman conciencia de la importancia de su aporte en la construcción del futuro y participan en la propuesta de alternativas que, desde la riqueza de su diversidad, ofrecen nuevas posibilidades de porvenir. (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 25)

Esta idea se contrastará más adelante con la Política General de Gobierno 2020-2024.

En el documento se presenta un círculo de acción cuyo eje central es el logro del desarrollo humano sostenible y la cultura de paz. En este círculo, la cultura es el «ser» de los pueblos, el Plan Nacional de Desarrollo Cultural es el «cómo» lograr ese objetivo y las Políticas Culturales consensuadas son el «querer ser».

En el plan se enfatiza que la cultura es motor del desarrollo, bajo ideas puntuales como la interdependencia entre las políticas de desarrollo cultural y las políticas económicas y sociales del Estado. Mantiene la premisa constante de que las políticas de desarrollo cultural deben ser transversales a todas las políticas de Estado. Es primordial, como se mencionó anteriormente, discutir este concepto de transversalidad que muchas veces invisibiliza aquello que se considera importante.

En sociedades como la guatemalteca, marcadas por la desigualdad y la exclusión, con un nivel mínimo de participación ciudadana, el documento sostiene que las políticas de desarrollo cultural deben regirse por los objetivos de disminuir la marginalización, aumentar la participación y promover la expresión creativa, tomando como prioridad a los grupos excluidos. En este sentido, la visión de descentralización, la promoción de la interculturalidad y la atención al tema de género, vuelven a proponerse como ejes transversales a las políticas de desarrollo sostenible. Asimismo, la promoción de la convivencia respetuosa en la diversidad cultural.

Para conseguir esas metas, el documento sostiene que es de vital importancia contar con recursos humanos capacitados que ejecuten acciones desde la pertinencia en un contexto globalizado, en el cual se pueda convivir sin perder las identidades y culturas locales. Sostiene que «deben garantizarse mecanismos que propicien el flujo de conocimientos y capital cultural desde abajo, fortaleciendo el nivel local» (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 28).

En el Plan Nacional de Desarrollo Cultural a Largo Plazo, se plantean como propósitos: el logro de una participación ciudadana, el reconocimiento de la diversidad cultural como recurso para el desarrollo humano sostenible y la incidencia en políticas públicas desde la dimensión de cultura local.

El objetivo general busca definir directrices nacionales para diseñar y poner en marcha acciones que enfaticen el rol de la dimensión cultural para el logro de desarrollo. Este objetivo se desglosa en la propuesta de escenarios ideales, acciones y la identificación de actores claves en ámbitos específicos. Establecer para su cumplimiento, metas a corto, mediano y largo plazo para el Ministerio de Cultura y Deportes como ente ejecutor, y generar procedimientos para socializar el plan.

Dicho ministerio también se debe constituir como instancia proponente y facilitadora, y generar mecanismos de seguimiento y evaluación. Contar con personas capacitadas para acciones de investigación, formación y monitoreo de iniciativas propuestas por actores clave. El plan especifica más responsabilidades de esta entidad, entre las cuales se encuentran: catalizar la expresión popular, promover la participación ciudadana, ser puente de contacto entre el Gobierno y las organizaciones locales, agilizar la evaluación y ejecución de propuestas presentadas por las comunidades. Asimismo, documentar procesos de expresión cultural, difundirlos para la población actual y generaciones venideras. Otra función sustantiva es generar procesos de formación para la participación en la gestión de beneficios para el desarrollo.

Se sintetiza como tarea gubernamental, a través del Ministerio de Cultura y Deportes, «escuchar, estimular, facilitar, favorecer y respetar la expresión cultural de los pueblos, documentarla, conservarla y difundirla en función de crear identidad, planes compartidos y compromisos de nación para contribuir a mejorar la calidad de vida de todos» (Ministerio de Cultura y Deportes, 2005, p. 31).

La Política de Cultura de Paz y Desarrollo Humano Sostenible como política rectora y las Políticas Culturales y Deportivas son la base de la labor del Ministerio de cultura y Deportes desde una visión de cultura que trasciende las artes y al patrimonio, y se amplía a la complejidad de las diversas formas de los pueblos de «ser, estar, sentir y soñar». El plan también toma en cuenta el concepto de cultura propuesto por la Unesco, que ha sido referido anteriormente en el presente documento. Toda acción debe estar encaminada a la creación y promoción de una cultura de paz en contraposición a la cultura de violencia.

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190 s. 18 illüstrasyon
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9789929543515
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