Kitabı oku: «Falacias, dilemas y paradojas, 2a ed.», sayfa 6
Haas, G. C (1922): «Sales prices as a basis for farm land appraisal», Technical Bulletin, 9, University of Minnesota, Agricultural Experiment Station, St Paul, Minnesota.
Spady, Richard H. y Ann F. Friedlaender (1978): «Hedonic cost functions for the regulated trucking industry», The Bell Journal of Economics, primavera, pp. 159-178.
Waugh, Frederick V. (1928): «Quality Factors Influencing Vegetable Prices», Journal of Farm Economics, 10:2, abril, pp. 185-196.
ejercicios
1 Indique si es correcta la siguiente frase y justifique su respuesta: «Un argumento es válido o correcto en el ámbito de la lógica formal si no puede darse el caso de tener las premisas verdaderas y la conclusión falsa».
2 Indique si es correcta la siguiente frase y justifique su respuesta: «En lógica formal es posible que un argumento sea correcto y, al mismo tiempo, falso».
3 Indique si es correcta la siguiente frase y justifique su respuesta: «Un argumento es válido o correcto en el ámbito de la teoría de la argumentación si es válido desde el plano de la lógica, coherente desde el ámbito de la semántica y cogente para la psicología del receptor».
4 Indique si es correcta la siguiente frase y justifique su respuesta: «En la teoría de la argumentación, el triángulo RAS define las condiciones de relevancia, aceptabilidad y significatividad que debe cumplir todo argumento genuino».
5 Indique si es correcta la siguiente frase y justifique su respuesta: «falacia, sofisma y paralogismo son términos equivalentes entre los que no existen matices».
6 En una de las píldoras se menciona: «El señor Trichet se enfrenta a un nuevo dilema: gestionar una política monetaria que sea eficaz tanto para países con inflación, como para otros en peligro de deflación». Defina dilema y explique por qué podemos hablar de ello en este caso.
7 Indique si es correcta la siguiente frase y justifique su respuesta: «La economía no tiene nada que ver con la teoría de juegos y con los dilemas».
8 Acuda a un periódico de información económica y descubra titulares o noticias que contengan argumentos económicos falaces del tipo: «Si no aumenta la productividad laboral o aumenta la tasa de empleo, la economía española no crecerá». ¿Por qué es falaz este argumento? ¿Qué tipo de falacia representa?
9 Acuda a un periódico de información económica y descubra titulares o noticias que contengan argumentos económicos falaces del tipo: «Si se reducen los salarios disminuirá el consumo agregado». ¿Por qué es falaz este argumento? ¿Qué tipo de falacia representa?
10 Indique si es correcta la siguiente frase y justifique su respuesta: «Los datos económicos son siempre fiables pues reflejan la cruda realidad, y utilizarlos como observaciones de una muestra estadística nos permite elaborar predicciones económicas, lo que constituye uno de los atributos de la economía y nos permite hablar de ella como de una ciencia».
11 El director del Servicio de Estudios de FUNCAS, Ángel Laborda, escribió en el periódico El País (18 de enero del 2009, p. 22): «... la inflación se redujo bruscamente, cerrando el año [2008] en un 1,4%. [mientras que] La inflación media anual se situó en el 4,1%, la más alta desde 1995». Explique cómo es posible que la economía española tenga dos cifras de inflación tan distintas en un mismo año.
actividades de la web
En la dirección de la página web se pueden encontrar una serie de actividades relacionadas con este capítulo que se consideran de alto nivel formativo.
cuestionario de autoevaluación
1. La teoría de la argumentación...
a) ... no tiene nada que ver con la ciencia.
b) ... no tiene nada que ver con la economía.
c) ... sólo es útil en el ámbito de la lógica simbólica y la retórica.
d) Sin la argumentación el avance de las ciencias no sería posible.
2. Una disciplina es ciencia porque...
a) ... sus leyes se pueden demostrar.
b) ... sus leyes no se pueden demostrar.
c) ... se apoya en conjeturas y falacias.
d) Ninguna de las anteriores respuestas es correcta.
3. La economía es una ciencia porque...
a) ... se pueden demostrar todos sus teoremas y lemas.
b) ... en época de crisis, manifiesta anomalías y contraejemplos.
c) ... hace un uso intenso de las matemáticas.
d) Ninguna de las anteriores respuestas es correcta.
4. En economía, la frase «la renta nacional ha crecido dos veces más que el año pasado» significa...
a) ... que somos el doble de ricos que el año pasado.
b) ... que somos el triple de ricos, o sea, tres veces más ricos que el año pasado.
c) ... que somos dos veces más ricos y que, a este resultado, le añadimos una más.
d) Ninguna de las anteriores respuestas es correcta.
5. En economía, la expresión caeterisparibus equivale...
a) ... a que las variables permanecen constantes.
b) ... a que todo permanece constante.
c) ... a que las variables económicas se convierten en parámetros.
d) ... al concepto de derivada parcial en matemáticas.
6. Cuando decimos que la economía está en una fase de «desaceleración acelerada» estamos queriendo señalar que...
a) ... se desacelera pero luego se acelera.
b) ... la desaceleración con el tiempo sigue una función lineal.
c) ... el ritmo de desaceleración es constante.
d) ... la desaceleración con el tiempo sigue una función no lineal.
7. Si utilizamos datos económicos en investigaciones económicas sabemos...
a) ... que reflejan con rigor científico la realidad económica.
b) ... que aportan un conocimiento objetivo, seguro y científico.
c) ... que pueden contener errores de medida, estar cargados de teoría o sufrir el dilema Goodhart.
d) Ninguna de las respuesta anteriores.
8. La calidad de un bien, de una variable económica como pueda ser la inflación, el gasto público o el PIB,...
a) ... sólo se puede intuir o describir.
b) ... representa características o atributos del bien, pero no se puede medir.
c) ... se puede medir mediante regresiones hedónicas.
d) Ninguna de las anteriores respuestas es correcta.
1. Agradezco a los profesores Rafael Beneyto Torres, Jesús Alcolea Banegas y concepción Ferragut Domíngez los comentarios y las sugerencias a un borrador inicial de este texto; cualquier error que subsista es, por supuesto, de mi exclusiva responsabilidad.
2. Del latín seducere (se: preverbio que indica separación; y ducere: llevar, conducir), que significa llevar a parte o apartar de su camino a alguien y conducirlo a nuestro terreno.
3. Еn lo que sigue nos hemos apoyado en las notas manuscritas del curso sobre teoría de la argumentación del profesor Jesús Alcolea (2006).
4. Del verbo en latín cogere (cum: con; y, agere: llevar, mover). El verbo cogere significa empujar, impeler hacia un lugar, excitar a hacer una cosa, constreñir. Еп términos filosóficos se usa en el significado de deducir, concluir, inferir en sentido lógico, extraer una conclusión. Por ello, un argumento cogente nos pone en movimiento -como guiados por él, como por un auriga- para hacernos concluir lógicamente.
5. Sobre este asunto recomiendo la resolución de los ejercicios y la realización de actividades propuestos en Tomás Miranda Alonso (2002: 79-100).
6. Agradezco al profesor Francisco caballero Sanz sus comentarios al borrador de este texto; cualquier error que subsista es, por supuesto, de mi exclusiva responsabilidad.
7. Agradezco al profesor Enrique Sanchis peris sus comentarios al borrador de este texto; cualquier error que subsista es, por supuesto, de mi exclusiva responsabilidad.
8. Véase, Jeremy Bentham (1990: 175). En efecto, Jeremy Bentham es el padre del utilitarismo -en el que beberá su joven discípulo John Stuart Mill̶. pues fue él quien formuló con mayor claridad la doctrina utilitarista. Sin embargo, no hay que olvidar que, con anterioridad, John Locke había establecido el principio de utilidad y, sobre todo, que fue Hobbes quien desarrolló una filosofía política utilitarista y hedonista. A Mandeville, por su parte, le cupo el honor de establecer la carta simbólica del utilitarismo en la Fábula de las abejas (1723), donde convierte los vicios privados en virtudes públicas.
1. Estructura sectorial de la economía española
Píldora 6
La eficiencia productiva de las agriculturas españolas1
El carácter dual de la agricultura española
A diferencia de la agricultura de otros países europeos, la española se caracteriza por presentar distintos tipos de agricultura:
a) la agricultura mediterránea competitiva: compuesta por olivo, vid, trigo duro y trigo de fuerza, frutas y hortalizas. Está muy abierta al exterior y con presencia histórica en los mercados internacionales. sufre un proceso de intensificación y capitalización creciente estos últimos años;
b) la otra agricultura mediterránea: muy dependiente de las ayudas públicas, y en claro declive, como es el caso del tabaco, el algodón, el ovino;
c) la agricultura continental: con producciones de patatas, cereales, remolacha azucarera, vacuno de carne extensivo. Es poco dinámica y basa sus posibilidades de supervivencia en el hecho de que España es deficitaria en estas producciones; y,
d) la agricultura industrial: próxima a los puertos para abastecerse de productos de importación. Este es el caso de la ganadería avícola y porcina, el cebo de terneros y la producción láctea para compensar la escasa dimensión territorial de las explotaciones.
Por otro lado, existen muchas explotaciones con carácter marginal. Ello es debido a que la actividad agraria no es la actividad principal de donde las familias obtienen sus ingresos principalmente, sino que constituye una actividad complementaria.
Еn cuanto a las características de la mano de obra, podemos señalar las siguientes:
a) drástica reducción del empleo agrícola: del 30% en 1970, al 5% en el 2005;
b) grado de envejecimiento superior al de otros sectores económicos;
c) baja tasa de asalarización y muchos trabajadores autónomos: los miembros de la familia son los titulares de la explotación en la que trabajan; y,
d) muchos trabajadores a tiempo parcial: más del 40% de los titulares de explotaciones ejercen otra actividad económica como actividad principal y tienen otras fuentes alternativas y principales de renta familiar.
La productividad del trabajo agrario
La productividad del trabajo agrario depende de la productividad (fertilidad) de la tierra y de la dotación de tierra (superficie agraria) por unidad de empleo.
Por analogía con la ecuación resumida del modelo de Solow [ẏ = λ + α • ḱ] tendríamos que:
La productividad del trabajo agrario: VAB real / empleo [ẏ] depende de:
a) la dotación de tierra por empleado: Ha. Superficie agraria disponible/E [α • ḱ]. La concentración parcelaria y el uso más intenso del capital físico (maquinaria agrícola) por unidad de trabajador, es decir, la sustitución de trabajo por capital que tiene lugar con la mecanización de las labores agrícolas; y de,
b) la productividad de la tierra: output/tierra [λ]. La fertilidad de la tierra dependerá del uso de nuevas tecnologías químico-biológicas en insumos intermedios tales como los fertilizantes, o también del cambio tecnológico en forma de nuevos métodos de riego (know-how), etc.
Factores determinantes de la productividad agraria
Las causas que explican el aumento de la productividad del trabajo, es decir, una mejor eficiencia en la asignación del factor trabajo en la agricultura española, pueden resumirse en las siguientes:
a) una mano de obra más cara: los salarios agrícolas han crecido más que el IPC y el doble que el precio de los bienes de inversión;
b) esto incentiva la sustitución de mano de obra por maquinaria y destruye empleo. Aunque dicha sustitución depende del tipo de explotación agrícola de que se trate pues es más fácil en el trigo, pero más difícil en el olivar, por ejemplo;
c) la expansión del mercado de alquiler de maquinaria agrícola, que también ha facilitado su utilización en las explotaciones pequeñas;
d) el desarrollo de las empresas de servicio, incluso para la gestión integral de grandes explotaciones; y,
e) la generalización en las zonas de agricultura familiar de agricultores «que llevan las tierras» de otros o que «hacen faenas» para otros.
Píldora 7
Fórmulas mágicas para la reconversión industrial en España2
El caso de Sagunto constituyó la primera reestructuración industrial traumática de una compañía siderúrgica en España y uno de los ejemplos de reindustrialización, con final feliz, de un área de vieja industrialización en la que toda la actividad industrial estaba concentrada en una única compañía que sufrió una reconversión industrial completa. En 1975, Sagunto tenía más de 52.000 habitantes y la base económica del área era primordialmente agrícola e industrial, sobre todo, la actividad siderúrgica. Durante el período 1978-1991, mientras que en el área económica situada en torno a Sagunto el empleo en el sector industrial cayó en 800 puestos de trabajo, la industria siderúrgica perdió más de 4.000. La compañía siderúrgica Altos Hornos del Mediterráneo (AHM) redujo el número de sus empleados de 5.566 en 1976 a menos de 1.000 en 1991. El área de Sagunto pasó a tener la tasa de desempleo más elevada de la comunidad Valenciana. En contraste con lo anterior, en 1996 el Ayuntamiento de Sagunto tenía empadronados a unos 60.000 habitantes y se había producido en aquella época una fuerte reducción del paro gracias a un cierto dinamismo industrial y terciario estimulado por el proceso de reindustrialización.
El declive industrial de Sagunto empezó en la segunda mitad de los años setenta, como resultado del exceso de capacidad instalada en el sector siderúrgico a nivel nacional y la fuerte competencia exterior. En 1983, el Gobierno español decidió mediante un decreto-ley cerrar la compañía AHM, un proceso que estuvo completamente terminado en 1984. Al anuncio del cierre siguió una movilización masiva que, liderada por los sindicatos, fue capaz de influir en la toma de decisiones del Gobierno español de aquellos años, consiguió compensaciones para aquellos trabajadores afectados por las medidas y alcanzó un compromiso con el Gobierno regional para re-industrializar el área.
Se aplicaron medidas de jubilación anticipada (de 55 años en adelante) a más de 1.013 trabajadores redundantes; además, como veremos más adelante, se garantizó mediante el Fondo para la promoción del Empleo (FPE), el sostenimiento financiero durante tres años al resto de los trabajadores que aún sobraban. Por último, el Gobierno regional, junto con el Ayuntamiento y los sindicatos, alcanzaron un acuerdo político en abril de 1984 para recolocar a aquellos trabajadores redundantes por debajo de los 52 años, y a aquellos otros con contratos temporales y, al mismo tiempo, se les proporcionó, con financiación del FPE, la formación profesional que necesitaban. De esta forma, se combatía la brecha de habilidades de la mano de obra producida por el shock de productividad que supuso el aumento de los precios del petróleo y se evitó, en lo posible, el problema de la histéresis en aquella fuerza de trabajo. Dicho acuerdo también incluía una renta garantizada de al menos el 80% de las ganancias salariales que previamente se recibían en AHM. El objetivo del acuerdo fue crear al menos 1.700 nuevos puestos de trabajo para este tipo de trabajadores excedentes en tres años, es decir, el período de tiempo de validez de dicha política.
El marco legal e institucional que se estableció para llevar a la práctica la política de re-industrialización fue el siguiente:
1 Creación del FPE para dar sostén financiero a los trabajadores excedentes de la compañía siderúrgica durante el tiempo en el que esperaban ser recolocados en otras compañías o en situación de jubilación anticipada. El FPE también subsidiaba empleo a aquellas compañías que contrataran a trabajadores excedentes de AHM.
2 Mediante dos decretos-ley se declaró el área de Sagunto como Zona de Localización Industrial Preferente y Zona de Localización Industrial y Agroalimentaria Preferente, y se proporcionó la base legal para llevar adelante la política de reindustrialización. Ésta se tradujo en la obtención de incentivos para la inversión y el empleo -como subsidios, bonificaciones fiscales, etc.- para aquellas empresas que planearan desarrollar proyectos e inversiones en la zona de Sagunto.
3 Creación de la Comisión para la Promoción Económica de Sagunto (CPES), encargada de poner en práctica la política de reindustrialización. Los objetivos de la CPES consistían en promover y atraer inversiones foráneas hacia la zona de Sagunto. Para aumentar el atractivo de la zona, se pensó en mejorar aquellos factores que determinan la localización de las inversiones como, por ejemplo, las infraestructuras públicas -a través del acondicionamiento del puerto de Sagunto, su apertura al tráfico marítimo general, la mejora de su accesibilidad y de la infraestructura industrial, etc.-, y en proporcionar suelo industrial público a precios políticos. El Gobierno regional desempeñó un papel crucial influyendo en la decisión final de la multinacional italiana SIVESA (Società Italiana del Vetro, S. A.) para que localizase una importante inversión en el área de Sagunto.
Los instrumentos para estimular la instalación de nuevas actividades en el área o la ampliación de aquellas actividades ya existentes fueron los siguientes:
1 Inversiones directas del sector público, que se materializaron, por una parte, en la provisión de infraestructuras indicada anteriormente y, por otra, en la creación directa de empleo a través de empresas públicas. El holding estatal INI (Instituto Nacional de Industria) aceptó el compromiso de crear por lo menos 500 nuevos puestos de trabajo, ya fuese a través de empresas nuevas, ya fuese mediante el plan de ampliación de la empresa siderúrgica propiedad del Estado SIDMED, de la cual se esperaba que generase alrededor de 2.000 nuevos puestos de trabajo. El sector público, sin embargo, no respetó los compromisos adquiridos, y mientras el INI instaló en Sagunto la empresa de fertilizantes ENFERSA -que inicialmente se había comprometido a ubicar en Cartagena-, que generó 209 puestos de trabajo adicionales, la ampliación de SIDMED dio lugar a una reducción de 300 empleos netos entre 1985 y 1987.
2 Incentivos fiscales y financieros, que consistieron en: (i) subsidios a la inversión, con un límite máximo del 30% de la inversión en capital fijo; (ii) acceso preferencial al crédito oficial hasta un máximo del 70% de la inversión no subsidiada; (iii) diversas reducciones de impuestos; y, (iv) la posibilidad de beneficiarse de planes especiales de amortización.
3 Política de formación profesional, mediante el Plan para la Formación Profesional, financiado por el FPE, que formó profesionalmente a 1.404 trabajadores para salvar la brecha entre el perfil del trabajador que solicitaban las nuevas empresas y las habilidades de la fuerza de trabajo, siendo SIVESA y ENFERSA las principales empresas beneficiarias.
Durante el período 1984-1988, tanto las autoridades regionales como las nacionales tomaron la iniciativa en el proceso de reindustrialización. A comienzos de 1989, teniendo en cuenta las empresas nuevas y la ampliación de las que ya existían antes, hubo 54 proyectos subsidiados por un total de 35.000 millones de pesetas (unos 211 millones de euros) y se crearon 2.053 nuevos empleos. Se alcanzó el objetivo de recolocar el empleo sobrante de la compañía siderúrgica y, además, las mejoras en infraestructuras y las ventajas que se ofrecían para las empresas que se localizasen en el área de Sagunto prepararon el terreno para una sólida diversificación de la estructura industrial. Más allá de sectores industriales tradicionales como los transformados metálicos, industrias nuevas como la química, el vidrio y los plásticos y la industria auxiliar del automóvil se han convertido en una realidad del área de sagunto. A pesar de lo anterior, la estrategia de reindustrialización inducida por las autoridades no puede explicar, por sí sola, la situación floreciente de la zona en la actualidad. sin embargo, sí que preparó el terreno para una transformación radical de la dinámica industrial del área. Muchas de las compañías creadas con el apoyo financiero y fiscal público desaparecieron en los años que siguieron; sin embargo, la base industrial del área continuó expandiéndose y diversificándose después de la puesta en marcha de los programas oficiales de reindustrialización.
Durante la segunda fase de reindustrialización (1989-1992), se crearon muchas pequeñas empresas en el polígono Industrial de sagunto, las cuales crearon más del 30% de los nuevos puestos de trabajo. Desde 1988, dos tercios de las nuevas empresas se crearon sin ningún tipo de subsidio, ayudas financieras o beneficios fiscales. En esta segunda fase, de reindustrialización «libre», factores tales como las mejoras en las infraestructuras y las comunicaciones, la proximidad al consumidor, la disponibilidad de suelo industrial a precios competitivos, la existencia de mano de obra con habilidades y bien formada, fueron los principales determinantes para que nuevas empresas se localizaran en Sagunto.
Éste es el final feliz de una historia triste que sería bastante más difícil de alcanzar en la actualidad, al menos por dos razones. En primer lugar, debido a los efectos de la liberalización mundial del comercio de bienes junto con la libre circulación de capitales, la liberalización de los mercados financieros y, en menor medida, de los mercados de trabajo. En efecto, la globalización,3 aunque habría tenido efectos muy positivos a largo plazo, habría hecho irrefragables, a corto y medio plazo, las consecuencias del cierre de Altos Hornos del Mediterráneo en términos de pérdidas de empleos, presión salarial a la baja y contención o reducción de beneficios sociales.
En segundo lugar, debido a que, afortunadamente, somos miembros de la Unión Europea desde 1986. Ello nos habría obligado a prescindir de la mayor parte, si no de toda, la batería de instrumentos que se pusieron a disposición de las empresas para estimular la inversión productiva, el empleo y la localización de sus inversiones en el área de Sagunto. ¿La razón? Muy sencilla, la obligación de asumir el acquis communautaire, transponer la legislación de la Unión Europea en materia de política de la competencia y, más concretamente, en materia de ayudas de Estado. En efecto, el artículo 92 del Tratado de la Unión Europea, junto con el artículo 4.°, párrafo c) del tratado CECA, considera incompatibles en principio con el mercado único las ayudas de Estado a las empresas bajo la forma de subvenciones más o menos directas debido a que distorsionan la competencia, aunque también prevé que se puedan otorgar dichas ayudas bajo determinadas circunstancias.
No obstante, tenemos la suerte de pertenecer a ese «club de crecimiento»4 que se llama la Unión Europea y de beneficiarnos de sus orientaciones y su legislación para tratar las consecuencias sociales de las reestructuraciones de empresas combinando eficiencia económica con sensibilidad social y urbanística. Al comenzar el tercer milenio, los economistas han identificado una serie de buenas prácticas que presentan, desde el punto de vista operativo, aquellos programas que están bien diseñados para hacer frente a las consecuencias sociales de la reestructuración, y que, resumidamente, son las siguientes:
1 Es conveniente que la decisión que toma la dirección de la empresa sea explicada a los distintos actores en juego -agentes sociales y autoridades locales y regionales- muy al principio del proceso, debido a que son ellos quienes tendrán que diseñar y llevar a la práctica el programa -de carácter multifacético- que requiere cualquier proyecto de reestructuración.
2 En cuanto a las medidas de acompañamiento, se consignan dos tipos de acciones simultáneas. Por una parte, el tratamiento de los trabajadores excedentes; por otra parte, la adaptación de los trabajadores que permanecen en la empresa al cambio estructural.
3 Por lo que se refiere a los trabajadores excedentes, la jubilación anticipada es aún cuantitativamente importante, pero se está empezando a poner más énfasis en una estrategia de readaptación que, mediante una estrategia hecha a media del individuo y en colaboración con los sindicatos y las autoridades locales, asegura altas tasas de éxito.
4 Por lo que concierne a los trabajadores que se quedan, la cooperación entre los agentes sociales es vital para establecer un programa con objetivos de reformación en las nuevas habilidades profesionales que requiere la empresa. Dicha cooperación contribuye a introducir cambios en la organización, en los métodos de trabajo y en la ética de la empresa; y, al mismo tiempo, permite que el trabajador se involucre en unos cambios que son necesarios para restaurar la competitividad y asegurar la supervivencia de la empresa.
5 Por último, en cuanto al área territorial afectada, tal y como hemos visto en el milagroso caso de Sagunto, tanto la colaboración estrecha entre autoridades políticas en todos sus niveles (nacional, regional y local), como la de los cuerpos administrativos concernidos, así como la unión y movilización de las fuerzas locales (económicas y sindicales) son cruciales para sentar las bases de un renacer económico en el área que permita la expansión y diversificación industrial más allá de los programas oficiales y empresariales de reindustrialización.
Bibliografía
Burtless, G., R. Z. Lawrence, R. E. Litan y R. J. Shapiro (1998): Globaphobia. Confronting Fears about Open Trade, The Brookings Institution, Washington, D.C., 162 pp.
Gallego, Juan R. y José Nácher (1996): «Territorialización de base industrial: el caso del Puerto de Sagunto», Sociología del Trabajo, nueva época, 26, pp. 81-104.
Quah, D. (1996): «Twin peaks: Growth and convergence in models of distribution dynamics». Centre for Economic performance, Discusion Paper n° 280, 18 pp.
Stiglitz, J. (2002): Globalisation and its discontents, Penguin, Londres, 288 pp.
Tomás Carpi, J. A. y J. R. Gallego (1997): «Reindustrialización en un área de antigua industrialización: el caso saguntino», Universitat de València, mimeo.
Píldora 8
EI mercado inmobiliario y la burbuja especulativa5
En los últimos años, el precio de la vivienda ha subido de forma exponencial y ha imposibilitado el acceso a ésta de una parte significativa de la población, en especial de los jóvenes, o ha dado lugar a un endeudamiento de las familias hasta niveles difícilmente soportables. Así, el esfuerzo para la adquisición de una vivienda de 90 m2 con una hipoteca a 25 años en 1999 suponía un 27% de la renta familiar, mientras que en el 2006 este porcentaje se situaba por encima del 43% (vid. cuadro 1).
Un análisis comparado en el ámbito europeo nos descubre diferencias sustanciales entre países que permiten clasificarlos según el sistema de tenencia de viviendas que predomine: (i) alquiler social: dominante en Holanda (35%), Austria (23%), Suecia (22%) y Francia (17%); (ii) alquiler privado: sistema que predomina en Suiza (66%), Alemania (36%), Bélgica (30%) y Dinamarca (26%), y (iii) propiedad privada: que incluye España (86%), Irlanda (80%), Italia (78%), Grecia (74%), Portugal (68%), Reino Unido (69%) y Finlandia (67%).
En la comprensión de la evolución del mercado inmobiliario es preciso distinguir, sobre todo, los factores heterogéneos de la demanda, es decir, la parte de consumo, el elemento de inversión y el componente de carácter especulativo. Cuando una familia compra un piso para vivir en él porque no tiene otra vivienda, está «consumiendo» viviendas, sin negar que en dicha compra haya un componente de ahorro forzado y de inversión patrimonial, pues la vivienda es un bien de inversión y la acumulación de dicho patrimonio es riqueza que surge de la acumulación de ese ahorro forzado, del mismo modo que se pueden considerar bienes de capital para una familia la renovación del coche o el equipamiento (por eso se llaman bienes de equipo) de la cocina con electrodomésticos, etc. En este caso, aunque suban los precios de la vivienda y haya un efecto riqueza evidente, la sensibilidad (elasticidad) del propietario de la vivienda será menor a dicho efecto riqueza si compró su vivienda con finalidad de consumo.
cuadro 1
Ingresos y accesibilidad residencial en España
Fuente: Elaboración propia.
Si, por el contrario, ya dispone de otra vivienda y compra una segunda, la variación de precios y el correspondiente efecto riqueza sí que desempeñará un papel mayor en su toma de decisiones, pero éstas tendrán más un carácter de inversión que una finalidad de consumo. Por último, si estamos especulando en el mercado inmobiliario, es decir, hemos comprado con dinero que no es nuestro (a crédito) una o más viviendas, aquí el efecto riqueza y de subidas de tipos de interés juegan plenamente. creo que es necesario tener estos tres componentes de la demanda de vivienda en mente porque, en nuestros razonamientos, a veces nos referimos a uno y otras veces a otro, de modo que al final hay una gran confusión en la argumentación económica.
Por el lado de la oferta, la evolución de los precios no ha sido tanto el resultado de la escasez de suelo6 como la ausencia de alternativas a la inversión productiva por parte de los empresarios ante expectativas -que al final se han cumplido- de un boom en la demanda.
Por el lado de la demanda, el factor más importante ha sido la aparición de una nueva demanda -incluida la de inmigración pobre y rica- que emerge con fuerza a partir de 1999 al calor de los bajos tipos de interés inducidos por la entrada de España en el euro -los precios crecen desde esa fecha en adelante-, la falta de alternativas atractivas de inversión especulativa para las familias (v. gr.: la bolsa) y, en menor medida, las desgravaciones fiscales a la compra de viviendas como primera residencia. Según los cálculos del sector inmobiliario, durante los últimos siete años el aumento del precio de la vivienda ha sido del 143,5%, aunque los incrementos han sido más intensos en Baleares (214,8%), Murcia (209,0%), Madrid (167,7%) y Andalucía (161,7%). Al mismo tiempo, la vivienda en alquiler y la construcción de viviendas protegidas han caído mucho en los últimos años. Si durante 1996 el porcentaje de construcción de este tipo de viviendas se situaba en el 30% del total de las viviendas construidas, en el 2003 este porcentaje no superaba el 8,5%. En cuanto al sector del alquiler, frente al promedio europeo del 35% de las viviendas, en España este porcentaje se sitúa alrededor del 9%, frente al 20% existente en la primera mitad de los años noventa.
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