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¿Cómo se construye el mapa de variable(s)?
Después de elegir la situación problemática o variable objeto de estudio (Recurso humano en la gestión de calidad), procedemos a su planificación. Esto se hace por medio del mapa de variables, que será la ruta o la guía para la redacción de los dos primeros capítulos del trabajo, es decir, el planteamiento del problema o situación incierta y el marco teórico. Este esquema situacional se aplica tanto a la monografía, que se identifica por ser una investigación más documental, como también a la tesina o a la tesis (tabla 1).
Tabla 1. Mapa de variables
Fuente: elaboración propia.
Después de diseñar el mapa de variables, se inicia el proceso de indagación que personifica un entablado de caminos que se van entretejiendo entre sí, comenzando con la edificación de una consulta hasta la transformación de un ensayo conclusivo, que se socializa oficialmente con los soportes teóricos (bibliografía). Para alcanzar estos aspectos es imprescindible habituarse a la usanza de la biblioteca, así como a la visita frecuente y orientada para seleccionar las fuentes pertinentes. Miremos como ejemplo el mismo mapa de variables que nos permitirá mostrar la estrategia y el orden en que se hará la indagación de las fuentes, las cuales nos permitirán preparar el marco teórico (tabla 2).
Tabla 2. Esquema de dar respuesta teórica a la variable, las dimensiones y los indicadores
Fuente: elaboración propia
Como puede apreciarse, el mapa de variables se repite con la firme convicción de servir como guía teórico-práctica. Esta nos servirá de ruta para construir el marco teórico. Por lo tanto, se enfoca en buscar o recopilar los antecedentes y los teóricos (libros) que nos servirán para fundamentar el trabajo de investigación.
Ocupémonos en los antecedentes de la investigación
Los antecedentes exponen la indagación más apreciable y claramente correspondida con nuestro tema de investigación. Deben tenerse en cuenta los que consideremos una aportación a este, inclusive cuando se trata de una investigación con una orientación análoga. Hay que resaltar que los antecedentes se asientan en crear un estudio crítico de investigaciones anteriores para establecer su perspectiva metodológica, y en ese sentido debe describirse su preeminencia, las discrepancias con el trabajo presentado y los hechos que lo justifican.
Al unísono con el tutor, se requieren hasta cinco antecedentes, los cuales serán de carácter nacional o internacional. Así mismo, deben presentarse en orden secuencial, es decir, de menor a mayor o de mayor a menor, y los puntos que se deben extraer de cada antecedente son los siguientes: título del trabajo, autor (es), fecha, objetivos de la investigación, síntesis de la situación problemática planteada, metodología utilizada para el desarrollo del trabajo, resultados y conclusiones más importantes.
Capítulo 3
Planteamiento del problema: identificando el problema de investigación
No hay viento favorable para el
que no sabe a qué puerto se dirige.
Séneca
(Citado en Guerri, s. f.)
Una vez identificado el problema y construido un título que lo exprese o represente, se da continuidad a la exposición de la situación problema, que se denomina planteamiento del problema de la investigación. Este hace referencia al establecimiento claro y preciso de su objeto, al cual se llega mediante una serie de preguntas, lecturas, indagaciones, entrevistas, entre otros aspectos. Su tarea consiste en dejar ver al investigador si su proyecto de investigación es posible, dentro de sus tiempos y recursos disponibles.
En realidad, plantear el problema no es otra cosa más que afinar y organizar con mayor precisión la inclinación del investigador. La transición de la idea al planteamiento del problema puede surgir, en algunos casos, inmediatamente, de manera espontánea, o consumirse un tiempo significativo. Sin embargo, todo ello va a estar supeditado al grado de familiaridad que el investigador tenga con el tema que va a tratar, a la claridad de sus ideas, a la existencia de estudios previos y, sobre todo, a la constancia y las destrezas personales que demuestre.
Ahora bien, el tener una idea o tema no es condición sine qua non para que el investigador suponga que puede de ipso facto obtener la información que se requerirá, qué métodos utilizará y, más aún, cómo analizará los datos obtenidos. Previamente, es necesario expresar, en términos específicos, el problema; esto debe hacerse de manera precisa y clara, de modo que sea posible abordarlo con procedimientos científicos. Después hay que construir el mapa de variables, lo que permitirá contar con una idea más clara para la composición o estructura del planteamiento del problema, ya que ofrece información sobre estas, pero también sobre las dimensiones, es decir, hasta dónde llega el problema y los indicadores que facilitan lograr la solución.
En este orden de ideas, de acuerdo con lo dicho y conociendo los enfoques del planteamiento del problema (de lo general a lo particular), resulta más práctico orientar los pensamientos con mayor exactitud, con el apoyo de las dimensiones y los indicadores, y así no perder la idea central de la problemática.
Según Soriano (2005), “el planteamiento del problema permitirá alcanzar una comprensión más profunda del mismo, debido a que contiene los elementos para lograr la explicación científica o solución del problema y por lo tanto la negación dialéctica de este” (p. 49). Esto refleja la importancia que reviste realizar el planteamiento de la investigación de manera clara y precisa, pues con ello negamos la ignorancia de la problemática al inicio, pero, a su vez, sin ella no sería posible empezar el camino hacia su conocimiento.
Dentro de este marco, un problema bien esbozado queda claramente determinado. Si alcanza a tener gran precisión, puede estar en la posibilidad de lograr un procedimiento satisfactorio. En efecto, el investigador debe ser capaz no solo de conceptuar el problema, sino también de verbalizado de forma clara, precisa y accesible.
En ciertos contextos, el investigador está al corriente de lo que anhela innovar. Habida cuenta, se le manifiestan ciertos conflictos para informarlo a los restantes, y en este sentido es necesario realizar un arresto por cambiar su tendencia a expresiones que existan de manera evidente, puesto que hoy en día la generalidad de las indagaciones demanda la asistencia de otros individuos.
Algunos criterios para abordar la construcción del planteamiento del problema
Dentro de este marco, se extrae el conocimiento que orienta de manera segura la estructura de un planteamiento del problema, tal como se presenta a continuación:
1.Debe mostrar la forma para deducir la razón entre una, dos o más variables, sus dimensiones e indicadores.
2.El planteamiento debe exponerse claramente y sin rodeo, dando respuesta a los siguientes interrogantes: ¿qué síntomas se observan del problema?, ¿cuáles son sus causas?, ¿qué consecuencias trae?, ¿cuáles son las proyecciones posibles del problema? Así mismo, debe desarrollarse el enfoque en cuanto a la redacción, partiendo de lo general a lo particular.
3.Por lo demás, al momento de puntualizar los enfoques, tanto en lo macro como en lo meso, se recomienda respaldar los aportes con las contribuciones de otras investigaciones o de autores que hayan abordado el problema.
4.En lo micro, donde se refleja la problemática de forma detallada, se ofrecen proyecciones de comportamiento o alcance (lo que sucedería de mantenerse la situación problema). Debe evitarse el uso de los autores, por considerar que es lo inédito, pues es precisamente lo que el investigador observa y pretende comprobar en el contexto de la realidad investigada.
Formulación o interrogante de la investigación
La formulación de la investigación también es conocida en el argot metodológico como sistematización del problema, por cuanto son planteamientos a los que el investigador se enfrenta para darle respuesta a la situación planteada. Representa la guía o mapa que permitirá orientar el camino hacia la búsqueda de información teórica pertinente, para realizar el proyecto de manera ordenada y eficiente. Ahora bien, estos interrogantes que se hace el científico se convierten en los objetivos de investigación, tanto en el general como en los específicos.
Así mismo, al momento de plantearse el interrogante que direccionará el proceso investigativo, es recomendable utilizar uno solo, para después obtener de estas otras preguntas. Para ello se deben tener en cuenta las relaciones de dependencia, influencia o asociación, a fin de descomponer la problemática en un conglomerado de micro dificultades que faciliten la embestida de la investigación a través de objetivos.
El investigador debe asegurarse de haber formulado correctamente el interrogante. En este sentido, puede recurrir a identificar el número de variables involucradas en este. De este modo, debe tener en cuenta que lo adecuado es que estén inmersas dos, donde una funge como independiente y otra como dependiente. De lo contrario, deberá formular más de un interrogante.
Miremos un ejemplo. A continuación, se expondrá el modo como el pensamiento se desdobla y evoluciona en el esbozo de la situación problemática de la investigación científica. Dentro de este marco, con este mecanismo, que muestra cómo esbozar una situación problema de investigación, se toman las herramientas esenciales para planear un problema: objetivos, preguntas y justificación de la investigación.
En el capítulo se discuten estos dispositivos: analizar el comportamiento del capital humano en la gestión de calidad del personal docente universitario. De aquí se desprenden los interrogantes que darán respuesta a la anterior pregunta, las cuales formarán los objetivos específicos:
•¿Cuáles son los aspectos fundamentales que presenta el capital humano en las universidades?
•¿Cuáles son los procesos fundamentales que presenta el capital humano en las universidades?
•¿Qué procesos administrativos se aplican en la gestión de calidad del personal docente en las universidades?
•¿Cuáles son los principios que se deben tomar en la gestión de calidad del personal docente en las universidades?
Esto se resume dando repuesta a la situación problema que recibirá o representará la cimentación del objetivo de cierre: ¿Cuáles serían las estrategias a proponer para una mejor gestión de calidad del personal docente universitario?
Objetivos de la investigación
Este punto del estudio es primordial, pues es el que da pie al investigador para expresar lo que desea en ella. Los objetivos deben exponerse sin ambigüedades, más bien con una claridad prístina, ya que representan el mapa-guía del proyecto de investigación. Sin estos, la investigación corre el riesgo de desviarse, desvirtuarse y fracasar, ya que constituyen el atajo por donde va a transitarse en el proceso investigativo.
Según Bernal, Salavarrieta, Sánchez y Salazar (2006), los objetivos de la investigación “son los propósitos del estudio, expresan el fin que pretende alcanzarse; por lo tanto, todo el desarrollo del trabajo de investigación se orientará a lograr estos objetivos. Estos deben ser claros y precisos para evitar confusiones o desviaciones” (p. 93). Es decir, los objetivos, por tanto, representan el norte del estudio y su alcance es determinante para el investigador. De allí que el investigador haga de ellos la brújula que orientará su proyecto, determinando con claridad y precisión lo que aspira alcanzar.
Ellos responden al nombre del proyecto y a la descripción de la situación problema, por lo cual se convierten en afirmaciones referentes al qué, cómo y para qué se seleccionó dicho problema en particular para desarrollar la investigación. De allí que los objetivos de investigación relucen la idea o ensayo del investigador. Se exponen con verbos en infinitivo (confrontar, describir, determinar, analizar, identificar, establecer, entre muchos más que ofrece la literatura). Esto permite mantener la mirada fija en el logro de estos.
En atención a estos talantes, es necesario que el investigador se plantee aquellos objetivos de los cuales tenga seguridad que va a cumplir. También debe evitarse el uso de verbos que tiendan a ser ambiguos o susceptibles de comentarios confusos por parte de los lectores (ejemplo: saber y sentir). Según Fuentes, Matos y Cruz (2004), el objetivo de la investigación es
[…] la configuración del proceso que refleja la aspiración, el propósito de la investigación y que, por tanto, presupone el objeto transformado, la situación del problema superada. De ello se deriva que ante todo se investiga para resolver el problema, para transformar el objeto de investigación. Es una construcción del investigador, resultado de la caracterización del objeto y el problema de investigación (p. 22).
Los objetivos de investigación representan el enunciado de sus intenciones, e identifican notoriamente lo que se pretende lograr al culminar el proyecto. Ahora bien, como se ha dicho, expresan lo que aspira el investigador, más esto se lo plantea desde dos vertientes, una amplia y otra concreta, lo que se traduce en objetivos general y en objetivos específicos.
En la formulación o diseño de estos objetivos, el investigador debe incluir una serie de consideraciones y propuestas que deben desprenderse del marco teórico, donde son definidos. A su vez, los objetivos deben relacionarse con los interrogantes realizados y deben estar bien expresados en la metodología propuesta.
Objetivo general
El objetivo general es profundo, lo cual le sugiere al investigador redactarlo de tal manera que logre evidenciarse lo que pretende estudiar, quiénes serán las unidades objeto de investigación, el lapso de tiempo del estudio y dónde se realizará. En efecto, al transportar cada una de las fases de forma metódica y con severidad, es viable proyectar las energías hacia la médula de interés y lograr la indagación oportuna de alianza con la dificultad que dio paso a realizar la investigación.
En este orden de ideas, valoramos el esbozo de Tamayo y Tamayo (2004): “los objetivos son el enunciado claro y preciso de los propósitos por los cuales se lleva a cabo la investigación” (p. 137). Así mismo, consideramos los planteamientos de Cerda (2000), que los define como “las metas, propósitos, fines, logros precisos y concretos del estudio” (p. 32). Es ineludible mostrarse de acuerdo con los objetivos de investigación como el eje vertebral de cualquier exploración; por tanto, el esbozo de estos permite la fase más significativa del sumario de la investigación.
Ahora bien, de la preeminencia de los objetivos en la investigación no existen recetas instituidas ni asentimiento entre los autores en cuanto a la manera adecuada de redactarlos. Permanece bajo el compromiso de quien ejecuta el esbozo de cada investigación el enunciar en ellos metódicamente lo que se espera descubrir.
En este orden de ideas, respecto a este tema, Hurtado de Barrera (2005) interpreta que el objetivo general orienta la investigación como la guía hacia dónde va el estudio, y que permite mantener una constante referencia en el trabajo que va a ejecutarse. Con base en este planteamiento, y en el contexto de la investigación, para redactar los objetivos de un estudio cualitativo se debe tener presente en su construcción la siguiente ruta:
Verbo en infinitivo + Variable(s) + Delimitación
A continuación, en la tabla 6 se presenta un listado de verbos para construir objetivos generales y específicos.
Tabla 6. Verbos para objetivos de investigación
Durante el desarrollo del relato es necesario establecer algunas conexiones semánticas que permitan darle sentido y coherencia al discurso, explicando mejor las ideas que el investigador quiere comunicar, estas conexiones son conocidas como conectores o conectivos, ya que su función, es precisamente conectar los párrafos para que la redacción sea fluida y de fácil lectura. En la siguiente tabla se presentan algunos de esos conectores.
Tabla 7. Conectores para enlace de párrafos
Es incuestionable que el científico redacte los objetivos de manera que los semejantes sean reflejo de lo que el objetivo general debe plantear. De lo contrario, se estaría corriendo el riesgo de desvirtuar el hecho investigativo, arrojando resultados que no se corresponden con la realidad estudiada. Según Hurtado de Barrera (2008), “el conocimiento puede manifestarse de diferentes maneras: si se concibe el conocimiento como un proceso progresivo, es posible plantear objetivos con desemejantes valores de complicación, según sea el conocimiento que se pretenda configurar” (p. 75). Como bien se desprende de esto, cada investigador establecerá sus objetivos según lo que aspira materializarse como conocimiento o estar al corriente.
Y como bien es sabido, alcanzar el conocimiento pasa por una serie de tamices que son los que nos permiten realmente dar cuenta de que lo hemos generado. Estos tamices son los niveles de los que habla Hurtado de Barrera (2008) (figura 1), que transitan desde lo más simple hasta lo más dificultoso en el intrincado camino hacia el saber.
Figura 1. Niveles de complejidad de los objetivos
Fuente: elaboración propia con base en Hurtado de Barrera (2008, p. 77)
A continuación, como un intermedio para facilitar la comprensión de lo que representa el diseño de los objetivos de investigación, en concordancia con los interrogantes que el investigador se plantea y que orientan el desarrollo de la investigación, se presenta el aporte de Hurtado de Barrera (2008) en la figura 2. En esta se presenta la relación entre objetivos y el tipo de pregunta que guía el estudio.
Figura 2. Objetivo general según el tipo de pregunta. ¿Qué objetivo voy a plantear? ¿Qué quiero saber?
Fuente: elaboración propia con base en Hurtado de Barrera (2008, p. 48)
Como puede observarse en la figura anterior, hay una relación estrecha entre lo que se quiere saber y cómo se va a plantear, para que los resultados se correspondan con lo propuesto. Esta es solo una forma de hacerlo, pero lo notable de cualquier técnica de selección es tener presente que todo está conectado, que es un todo que va en firme desarrollo paso a paso, y que los objetivos nos indican si vamos o no por el camino trazado (Hurtado de Barrera, 2008, p. 48).
Objetivos específicos
Cabe considerar, en el punto anterior, que el objetivo general es la guía que le indica al investigador lo que quiere obtener. Para ello es preciso que se vaya creando paso a paso, y este proceso lo forman los objetivos específicos, pues dan cuenta de los estadios que han de cubrirse para el alcance del objetivo general. En atención a esto, queda claro que en la formulación de los objetivos específicos debe llevarse una secuencia que permita ir abordando aspectos que son fundamentales. Tal como lo refiere Hurtado de Barrera (2008): “Los objetivos específicos deben ser de menor complejidad que el objetivo general, con excepción del último, o los dos últimos, los cuales deben igualar el grado de complejidad del general” (p. 118). Los últimos objetivos afianzan el proceso, con el juicio que se desea alcanzar (figura 3). La ruta para su construcción es la siguiente:
Verbo en infinitivo + Dimensión + Delimitación
Figura 3. Verbos para redactar objetivos específicos
Fuente: elaboración propia con base en Hurtado de Barrera (2008)
Estos verbos pueden ser orientadores, pero esto no es una condición sine qua non. Para la construcción, se diseñarían los siguientes objetivos específicos:
•Describir la producción investigativa de las universidades privadas de la región del Atlántico en Colombia.
•Especificar la producción investigativa de las universidades privadas de Maracaibo, Venezuela.
•Precisar las similitudes y discrepancias que prevalecen entre las universidades privadas de Colombia y Venezuela, en cuanto a la producción investigativa en cada una de ellas.
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