Kitabı oku: «Hagamos de esto una supernova», sayfa 2
10.047 kilómetros
10.047 kilómetros. Esa es la distancia que nos separa desde hace años. Lo que no pudieron lograr el tiempo, la familia e incluso el orgullo lo consiguieron los kilómetros. Es el único obstáculo que no hemos podido solventar. Pasamos por muchas dudas, momentos de incertidumbre. No sabíamos cómo fue que empezamos a sentir por la otra. Las horas hablando pasaron a ser días, semanas, hasta nueve años después. No conocíamos la historia que se iba a terminar dando. No llegamos a imaginar que con 10.047 kilómetros de distancia nos podíamos sentir tan vivas, tan amadas. No lo sabíamos hasta que hoy nos tuvimos frente a frente. Después de tanto tiempo, podemos decir que la distancia solo termina con quienes no se quieren. Que hay personas que están al lado y no las conocemos y a miles de kilómetros puede alguien hacerte reír hasta llorar, puede calmarte y conocerte como nadie lo había logrado jamás. Ese número está marcado en cada beso que nos damos, en cada mirada que nos dedicamos. Nos hizo más fuertes como pareja cada vez que conseguíamos vernos. La palabra distancia lleva tu nombre de principio a fin.
Sigue siendo ella
A veces sucede que la misma persona que te rompió puede pegar cada trocito de ti. Que esa persona te rompiera porque no pudo seguir contigo, pero que años después es justo quien hace que te valores. Es sorprendente ver cómo te sigue conociendo, cómo tiene la palabra justa y en el momento perfecto. Cómo sabe callar cuando solo necesitas un abrazo. Cómo te dice las cosas que ni tú misma has visto. Pero sobre todo te sorprende cómo, después de tanto tiempo y tantos momentos, sigue siendo ella la que tiene ese poder en ti. Cómo sigue siendo la misma mujer que una vez te enamoró.
No hay palabras
No hay forma alguna de describir lo que me haces sentir. Por más que he tratado de decir con palabras lo que siento, estoy como al principio. Sin ellas, sin palabras para definirnos. Eres como esa playa que, por más que cueste llegar a ella, sé que merecerá la pena. Y créeme cuando te digo que conseguiré que esto funcione, que al fin podamos ser dos cuerpos en uno.
Su desnudez
Sus labios, que me invitaban a la locura. Sus ojos verdes, que sabían cómo conquistarme. Su cuerpo, qué cuerpo, me dejaba tonta cada vez que tenía el privilegio de verla desnuda. Extraño todo de ella, pero si tuviera que decidirme por algo, lo que más extraño es su voz después del placer. Sería imposible olvidarme de sus gemidos en mi oído.
Que sea un hasta pronto
Cada vez que te veo partir en el coche o yo tengo que coger el tren, una parte de mí se rompe. Y es que no hay despedida más amarga que la nuestra, donde estamos un día entero asimilándolo, donde los besos y caricias nos sirven de palabras. Pero sé que muy pronto nos volveremos a ver. Hagamos de esta despedida un hasta pronto.
Volaría hasta ti
Eres mi destino favorito, al cual iría sin pensarlo una y mil veces. Redescubrir cada centímetro de tu piel y para ello hacer de tu cuerpo mi ruta preferida. Haces, en definitiva, que merezca la pena volar si el destino eres tú.
Un mundo contigo
Nuestro momento no dependía de nosotras, dependía del tiempo. Y ahora sí hemos coincidido en tiempo y espacio. Es algo que nos ha costado entender. Por eso, hoy estaré esperándote en la misma estación de siempre por si quieres venir. Por si todavía quisieras un mundo conmigo.
Tranquilidad
Tendrás días en los que no le quieras hablar. Y no porque no necesites escuchar su voz y reírte con sus ocurrencias. Simplemente necesitas tu espacio, porque solo tú y ella sabéis vuestra historia y lo que eso conlleva. Lo difícil que puede llegar a ser la situación.
Eres mi café
Eres la droga que necesito cada mañana al despertar. Te has vuelto mi adicción. Y es que ¿cómo no serlo si tus labios son mi tentación? Cada centímetro de tu piel me atrae como un imán. Y lo mejor está en tus ojos cuando me miran, esos ojos verdes que me enamoran.
Febrero nos presentó
Todo empezó aquella noche de febrero en la que nos conocimos en mitad de una pelea. Nos volvimos a encontrar en marzo y de ahí en adelante surgió todo. Pero te juro que no sé en qué momento me enamoré. Las dos sabíamos que solo era sexo, pasar un buen rato juntas sin ataduras ni compromisos. Pero me perdía en tu piel, en tus besos, tanto que al final me perdí de verdad y me descubrí amándote aquel día.
No querías
No querías, pero aquí estás; te quedaste un rato más. No querías sentir nada y mírate: estás enamorada hasta las trancas. No querías extrañarme y ahora, en las mañanas, si no te saludo me reclamas tus buenos días. No querías ilusionarte y has creado un mundo paralelo a la realidad. No querías tantas cosas conmigo que parece que la vida te escuchó e hizo todo lo contrario. Y es que no querías enamorarte por miedo a sufrir.
Haces fácil el amor
Siempre hemos sido dos cuerpos en un solo sentimiento. Andamos de la mano y juntos saltamos montañas y nadamos océanos. En todo momento miramos en la misma dirección. Contigo he aprendido lo maravilloso que es compartir los amaneceres, lo bonito que es reír hasta que te duela la barriga. Hemos aprendido que no se trata de dar la mitad, sino de darlo todo aunque haya veces en las que no recibamos nada a cambio. Que habrá días en los que quieras gritar y salir corriendo, días en los que no puedas aguantar mi mal carácter. Pero vamos aprendiendo que se trata de dar y recibir, ceder y que cedas. Amarte es lo más sencillo de todo porque tú lo haces fácil cada vez que me miras.
Eres mi elección favorita
Dicen que hay que perder lo que se ama para valorar lo que se tuvo. Pues bien, yo no necesito perderte para saber cuánto vales. Porque la manera en la que me miras, me cuidas y me haces sentir merece tanto la pena que te elegiría una y mil veces más, sin dudarlo.
Mi Julieta
Nos vemos a escondidas, no vaya a ser que sepan que aún nos queremos. Como si esto que sentimos fuera algo prohibido.
Aquí estaré
No voy a prometerte que te bajaré las estrellas, que habrá días que no seré precisamente la persona más amorosa y comprensiva. Pero sí puedo prometerte que te daré mi mejor versión, esa que soy desde que llegaste a mi camino. Trataré de que no necesites la luna ni el mundo a tus pies, sino que tú seas tu propio universo y el mío también. Que si te caes estaré ahí para ser tu colchón y así poder parar el golpe.
Se paró el tiempo
Me dijiste que me querías con los ojos llenos de lágrimas. En ese momento no sabía si abrazarte y no decir nada o decir todo lo que callé durante años. En ese segundo se paró el tiempo como si nunca hubiera pasado nada, como si de un sueño se tratara.
No le pongamos nombre
Tirada en el sofá con un café frío, te espero una noche más. No veo la hora de que lleguen las diez para poder hablar contigo. He aprendido a acostarme tarde si la razón eres tú. Aun sabiendo que al día siguiente seré una zombi, que las ojeras las tendré que disimular con las gafas de sol. Pero también sé que me cargarás de energía para poder aguantar hasta la noche, siendo la luna la única testigo de nuestras conversaciones y de este algo. Por ahora sigamos sin calificarlo, sin ponerle un nombre, no vaya a ser que una de las dos salga corriendo.
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