Kitabı oku: «La esposa excelente», sayfa 3
Resumen
Hemos visto que el pecado puede ser oculto o abierto. El pecado es una característica universal del hombre caído y sólo el Hijo de perfecto de Dios, Jesucristo, pudo proveer la manera de satisfacer la demanda justa de Dios contra el pecado. Dios hace todo el trabajo en la salvación del hombre. La salvación es por Su gracia y no está basada en ningún mérito del hombre (así sea “bueno”). La provisión de Dios por el pecado empieza con la cruz y continúa con gracia para el “oportuno socorro”, para crecer y madurar como cristianos (Hebreos 4:16). Con la gracia de Dios, podemos trabajar diligentemente en “dejar” los pensamientos pecaminosos y “ponernos” los pensamientos bíblicos y las acciones y correctas.
…conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;
sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera
de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas
corruptibles, como oro y plata,
sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin
mancha y sin contaminación.1 Pedro 1:17-19
Capítulo Cuatro
El Entendimiento de la Esposa
Acerca de las Relaciones
El Modelo de Dios
(Los conceptos de este capítulo han sido adaptados con permiso del material escrito por Stuart Scott, Pastor y Profesor del Seminario Bautista del Sur, Louisville, Kentucky.)1
Al aconsejar a las damas, frecuentemente oigo la queja, “Tengo un problema con una relación” o “Necesito ayuda para saber qué hacer sobre una relación en particular.” Su “problema” relacional puede ser con su madre, su hermano, su hijo, su amiga, su Pastor, su compañera de trabajo o su esposo. Como consejera, busco ejemplos de las Escrituras que ayuden a la esposa a ver un modelo piadoso que ella puede seguir. El mejor ejemplo que tenemos es el que encontramos en la Trinidad. Los miembros de la deidad son ejemplos vivientes para nosotros de una relación perfecta.
A Dios le importan las relaciones. Él caminó con Adán en lo fresco del día, se llevó a Enoc para estar con Él, dio a Noé Su favor. Comió, habló, e hizo un pacto con Abram. Consoló a Agar en el desierto y le dio esperanza. Providencialmente trajo a José a Egipto y lo preparó para un día futuro. Hasta dejó que Moisés viera su gloria de una manera especial. Hizo de David un rey y le dio un corazón completamente dedicado a Dios. Y proveyó la manera para que el hombre pecaminoso pudiera ser reconciliado con Él, por medio de la obra expiatoria de Jesucristo en la cruz.
Poco tiempo antes de su arresto y crucifixión, Jesús oró al Padre por aquellos quienes, eventualmente, pondrían su fe y confianza en Él. Basó su oración en la obra que estaba por hacer a favor de ellos en la cruz y cómo el Padre se glorificaría en ello. Pidió en oración a Dios, “Santifícalos en tu verdad,” y también pidió que los creyentes estuvieran unidos con Dios para que “todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti , que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste” Juan 17:21 (énfasis añadido).
Jesús también oró para que los creyentes tuvieran unidad perfecta y completa entre ellos. “La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado” Juan 17:22,23 (énfasis añadido).
Todo creyente tiene, de forma sobrenatural, la unión y posición por la cual Jesús oró en Juan diecisiete. Si son marido y esposa, también están unidos por Dios en “una carne” (Génesis 2:24). La palabra hebrea para “uno” es echad que quiere decir “uno, igual, completo, o de una vez.” La misma palabra es usada en Deuteronomio 6:4 para decir “el Señor es uno.”2 En otras palabras, de alguna manera Dios hace del marido y de la esposa “uno” como en la Trinidad, una unidad compuesta.
La unidad que Dios desea que Su pueblo tenga en sus relaciones sólo es posible por medio de Jesucristo. Mucho de lo que se perdió en la caída del hombre puede ser recuperado por la unión con Cristo, pues solamente en Cristo, la relación entre el esposo y la esposa puede ser piadosa, bondadosa y verdaderamente íntima.
La relación entre la deidad es nuestro modelo para toda relación. Desde la eternidad pasada, Dios (la Trinidad) ha establecido el modelo a seguir en todas nuestras relaciones. La relación dentro de la Trinidad es íntima y cercana. Así como hay armonía en la Trinidad, también puede haber armonía en la relación matrimonial. Dios tiene como propósito que tengamos esa experiencia. Tenemos que ir a Dios para ver este plan perfecto.
Dentro de la Trinidad hay ciertos ingredientes que se combinan para hacer que su relación sea perfectamente íntima y armoniosa. Estos ingredientes son las cualidades del carácter piadoso que cada miembro de la Trinidad posee desde siempre. Dios deseó que la humanidad tuviera muchas de estas mismas características. Pero desgraciadamente, el hombre pecaminoso ha pervertido cada característica piadosa dada originalmente a Adán y Eva. Al estudiar el siguiente cuadro, podrá ver fácilmente como la relación entre las personas se dañan.
Como puede ver, la Trinidad tiene unidad y armonía perfectas. “De hecho, los tres miembros de la Deidad están tan interrelacionados que parecen ser una sola persona, cuando en efecto, son tres.”3 Ya que los tres miembros de la deidad son nuestro ejemplo perfecto, tome un poco de tiempo pare leer con cuidado la siguiente explicación de cómo se relacionan los miembros de la Trinidad.
La Trinidad es una relación en la cual tres personas eternas (siendo cada una perfecta en carácter y totalmente igual en su ser, poder, y gloria) se revelan, se conocen y se aman bondadosa y perfectamente para el bien del otro dentro del contexto de un compromiso eterno. Cuando deciden proponer y lograr una meta, con el propósito de que haya orden y economía, Dios el Hijo y Dios el Espíritu se someten voluntariamente a Dios el Padre para que todo funcione de acuerdo con sus planes perfectos. Al trabajar juntos, están totalmente unidos en deseo, pensamiento y acción hasta que la meta se complete. Son una pluralidad dentro de una unidad.4
Características de la Trinidad
(resulta en armonía e intimidad perfecta)
1. Bondadoso, compasivo y misericordioso.
2. Abierto y transparente.
3. Muestra bondad hacia el otro al glorificar al otro.
4. Amor – actos de sacrificio para el otro.
5. Comunicación perfecta entre ellos.
6. Honesto y verdadero, comprometido a una norma justa.
7. Conocimiento y entendimiento perfecto entre ellos.
8. Confiable y fiel en sus relaciones.
9. Cuando trabajan en una obra, hay orden, un propósito, y subordinación voluntaria del Hijo y del Espíritu al Padre. (No hay intención de demandar sus “derechos.”)
Características del Hombre Caído
(resulta en una falta de armonía e intimidad)
1. No gentil, sin misericordia y cruel.
2. Cerrado, privado, y protector de sí mismo.
3. Muestra malicia haciendo pedazos al otro por edificarse a sí mismo.
4. Egoísta – los actos son para sí mismo.
5. Herirse entre ellos por no comunicarse bíblicamente.
6. Engañoso, mentiroso, y dedicado sólo a sí mismo.
7. Conocimiento y revelación limitada entre ellos.
8. Incierto, infiel, y falto de confianza, debido a que todo en su relación está condicionado. (“Si tú lo haces, entonces yo lo hago también…”)
9. Probablemente va a manipular con enojo, lágrimas, y amenazas para poder salirse con la suya. (Quizás se apega desesperadamente a sus “derechos.”)
Los esposos y esposas harían bien si aprendieran del patrón de Dios y se propusieran lograr (por la gracia de Dios) estas mismas características . De nuevo, ésa es la meta y deseo de Dios para nosotros (Efesios 5:22-23). Observe cuan grande amor hay dentro de la Trinidad. También, note la humildad. Aunque son seres iguales, el Hijo y el Espíritu se someten voluntariamente al Padre. Se comunican íntimamente entre ellos. No hay confusión, sólo armonía y unidad perfecta. La unidad perfecta es la norma de Dios dentro de la Trinidad.
¿Cuál, entonces, es la norma de Dios para la humanidad dentro de sus relaciones?
La norma de Dios para el hombre dentro de sus relaciones es de ser y conducirse como el Señor Jesucristo. Ya hemos visto que Jesús oró en el jardín de Getsemaní que “todos (creyentes) sean uno, como tú, oh Padre en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros…” Juan 17:22-23 (énfasis añadido). Las oraciones de nuestro Señor para nosotros no han cesado. “por lo cual también puede salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” (Hebreos 7:25).
Para que usted sea perfeccionado en unidad, tiene que dejar de hacerse preguntas como “¿Qué hará por mí? O “¿Qué voy a sacar yo de esto?” o “Cómo va a satisfacer mis deseos (necesidades)?” En cambio, pregúntese “¿Cómo podemos glorificar a Dios?” o “Cómo podemos andar en una manera agradable a Dios, disfrutando al hacerlo?” Deje que su ambición sea como la de Pablo, la cual fue “serle agradable” (2 Corintios 5:9). Además, Pablo consideró tan importante el asunto de agradar a Dios que describe su propósito entero en la vida con las palabras “el vivir es Cristo…” (Filipenses 1:21).
Por naturaleza nos exaltamos, y cuando lo hacemos somos como el Rey Belsasar de Caldea a quien Dios dijo por medio del profeta Daniel, “Sino que contra el Señor del cielo te has ensoberbecido…y al Dios en cuya mano está tu vida, y cuyos son todos tus caminos, nunca honraste” (Daniel 5:23). Poco después de esta advertencia, Belsasar miró con terror mientras una mano enviada por Dios escribió una inscripción en la pared. La inscripción explicó el fin inminente del reino de Belsasar. Esa noche, Belsasar fue asesinado. ¿Fue un insulto peor que el Rey Belsasar no glorificara a Dios o que nosotros no lo hagamos? Por supuesto que no. Dios quiere que nosotros le glorifiquemos y le sirvamos, que pensemos y nos conduzcamos como Jesucristo lo hizo, y que participemos activamente en el proceso de ser “conformados a la imagen de su Hijo” (Romanos 8:29).
Dios quiere que dejemos de vivir para nuestro ser, que dejemos de destruir relaciones, y que empecemos a vivir para Él. Pablo escribió a la iglesia en Corinto diciendo, “…para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos” 2 Corintios 5:15 (énfasis añadido). Es fácil vivir para una misma, pero al final no trae satisfacción y lo deja a una vacía. Tal vez esté pensando, “Estoy dispuesta a esforzarme para tener una relación más íntima con mi marido, pero él no.” Si él no está dispuesto a comunicarse o es cruel y usted aún le responde de forma piadosa, entonces sufre a causa de la justicia y Dios va a suplir sus necesidades. (Para más información acerca del pecado de un marido, véase el Capítulo Catorce).
Cuando usted acude a Dios y desea tener una relación normal con su marido, tiene que llegar a ser como Jesús y portarse como Él (Para más información acerca de cómo llegar a ser más como Jesús, véase el Capítulo Cinco) y Para ser como Cristo, tiene que pensar y actuar como Cristo. Para llevar a cabo esta meta, su motivación debe cambiar de “¿Qué puedo sacar yo de esto?” a “¿Qué puedo dar?” (Leer 1 Corintios 13:5; Filipenses 2:2-3). Por tanto, no debe esperar agradecimiento ni reconocimiento, sino saber que está cumpliendo su deber mínimo con Dios. Jesús nos comparó al esclavo quien solamente hizo lo que debía:
A sí también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos. / Lucas 17:10, énfasis añadido
Dar de sí misma a su esposo no es hacer más o ir más allá de su deber, sino cumplir su deber. Debe ser bondadosa con su marido y ser abierta, transparente, y honesta con él. Quizás luche con ser abierta, transparente y honesta y, si es así, la razón puede ser porque una persona pecaminosa:
...busca aislarse.
...busca estar en control.
...busca protegerse de ser herida/del dolor.
...busca esconderse.
...tiene la tendencia a enfocarse en sí misma.
Porque nuestra tendencia natural es hacia “nosotros mismos”, es importante estar diariamente en la Palabra de Dios que es “viva y eficaz” y “discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12). El Espíritu Santo usará la Palabra Sagrada de Dios para convencerle al nivel más profundo, para que su motivación en su relación con su marido sea para la gloria de Dios en vez de para sí misma.
En su relación con su marido, Dios quiere que se comunique con amor y que experimente una intimidad piadosa a través de compartir pensamientos, deseos presentes y futuros, aspiraciones, metas, luchas, y lecciones espirituales. Él quiere que usted sea abierta, honesta y transparente. Sus palabras deben ser edificantes, sus actos sacrificiales y su motivo debe ser la gloria de Dios. Acuérdese de que su modelo para la unidad es la Trinidad. Él quiere no solamente que sea como Jesús, sino que también ayude a su esposo a ser lo más semejante a Jesús. Su propia transformación en ser más y más como Jesús es el proceso de santificación progresiva. Cuando usted y su marido cristiano se ayudan mutuamente a ser más como Jesús, eso es el proceso de santificación mutua. La santificación progresiva y la santificación mutua serán explicadas en el próximo capítulo.
Capítulo Cinco
El Entendimiento de la Esposa
acerca del Matrimonio
El Propósito de Dios
Recientemente, asistí a la reunión de treinta años de mi escuela secundaria. Allí tuve la oportunidad de reencontrar a algunos compañeros de clase, incluyendo uno con el que iba en el mismo carro cada día. ¡Los dos habíamos cambiado mucho desde el octavo grado! Él me contó acerca de una experiencia que tuvo con el consejero de la escuela mientras todavía estábamos en la secundaria. El consejero le dijo a mi amigo que jamás sería aceptado en una escuela prestigiosa de ingeniería de nuestra ciudad. Además, le dijo que aun si la escuela lo aceptaba, nunca se graduaría. Yo recuerdo el día en que fue aceptado. ¡Él y su familia estaban tan emocionados! Él tenía una meta, la persiguió diligentemente y cuatro años más tarde se graduó. Treinta años después, ¡todavía disfrutaba del fruto de su carrera y vino a la reunión en su Mercedes Benz con una etiqueta mostrando la insignia del Instituto de Tecnología de Georgia!
Así como mi amigo del colegio tenía una meta y la persiguió, los esposos y esposas deben tener una meta bíblica para sus relaciones, y deben procurarla. Ya vimos el modelo de Dios para la unidad en el matrimonio – la Trinidad. Ahora vamos a aprender cómo ambos, el esposo y la esposa, deben servirse mutuamente a través de la búsqueda del propósito de Dios para el matrimonio.
La meta de Dios para el matrimonio
La meta del marido y la esposa cristiana en su matrimonio es tener una unidad caracterizada por una amorosa comunión espiritual y física, la cual glorifique a Dios y aumente el crecimiento personal y espiritual (Génesis 2:24; Efesios 5:22-33; Gálatas 6:1; Hebreos 13:4). La unidad y el crecimiento espiritual se alcanzan cuando cada uno ayuda al otro a crecer más a la imagen del Señor Jesucristo.
Este crecimiento y unidad espiritual en el matrimonio no ocurre por casualidad, sino en proporción a la diligencia con la cual la pareja lo busque.
Crecer en unidad y espiritualmente toma lugar en formas medibles, concretas y prácticas. Por ejemplo, podemos verlo cuando una esposa deja de ser sarcástica y áspera en su tono de voz con su esposo y empieza a responder de manera bondadosa, tierna y paciente. Este tipo de cambio no solamente promueve la unidad, sino también glorifica a Dios, porque ella obedece la Palabra de Dios. Así también, el Espíritu Santo muestra el poder y gracia de Dios por la habilidad que le da a la esposa para cambiar. Rara vez se alcanza una meta por casualidad, y, llegar a tener la unidad que Dios desea, demanda compromiso, perseverancia, diligencia y la gracia de Dios.
No hay una fórmula instantánea por la cual una pareja cristiana pueda llegar a tener el crecimiento espiritual y el tipo de unidad amorosa que verdaderamente glorifique a Dios; pero hay, por lo menos, cuatro formas específicas por las cuales la meta se puede alcanzar:
Formas bíblicas para alcanzar la unidad y el crecimiento espiritual
1 Haga de su matrimonio un asunto de oración fiel.
2 Comprométase a un plan de acción que sea bíblico.
3 Tome responsabilidad personal por sus fallas y arrepiéntase.
4 Sométase a y participe en el proceso de “santificación mutua.”
Veamos cada uno de estos puntos más a fondo.
#1 y #2 – Ore fielmente y comprométase a una plan de acción bíblico
Empiece orando frecuente y fielmente que su matrimonio glorifique y agrade a Dios. Sea específica en sus peticiones a Dios, humíllese delante de Él, reconozca sus debilidades, confiese su pecado y pida a Dios que cambie sus debilidades y las de su esposo por habilidades. No pierda la esperanza, sino reconozca que Dios la oye y que Él va a responderle. Cuando ore, comprométase con el Señor a seguir un plan de acción que sea bíblico. Un plan de acción bíblico es simplemente un plan basado en las Escrituras. Empiece tomando responsabilidad personal por sus propias fallas.
#3 – Tome responsabilidad personal por sus propias fallas y arrepiéntase
En sus testimonios, muchos esposos cristianos expresan su gratitud por la influencia que sus esposas han tenido sobre ellos. Si su esposo es incrédulo o no tiene interés en su crecimiento espiritual, usted todavía puede glorificar a Dios y tener un efecto positivo sobre él. Empiece orando y pidiendo a Dios que le muestre el pecado en su propia vida, la de usted. Lograr el propósito de Dios en el matrimonio empieza cuando uno de los esposos quita “la viga que está en su propio ojo” (Mateo 7:3). El Señor Jesucristo lo explicó de esta manera:
¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo?¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano.Mateo 7:3-5, (énfasis añadido)
El Señor Jesucristo no está diciendo que usted nunca debe ir tras la paja en el ojo de su esposo, sino que, primero, usted tiene que asegurarse de que su propia vida esté en orden. Entonces, va a poder ver claramente al confrontar a su esposo con su pecado.
Cuando ora, “Señor, saca la viga de mi ojo para mostrarme el pecado en mi propia vida,” Dios va a contestar esa oración porque es una oración humilde y por tanto le glorifica. Prepárese para a las respuestas que Dios le dará, buscando discernir las formas en las que Dios conteste tal oración.
Cómo Dios le muestra su pecado
1. Al convencerla cuando oye o lee la Palabra de Dios.
Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante
que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma
y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los
pensamientos y las intenciones del corazón.Hebreos 4:12, (énfasis añadido)
2. Cuando trae a alguien que le confronte.
Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos
del que aborrece. / Proverbios 27:6
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a
la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla,
habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la
Palabra… / Efesios 5:25,26
Cuando se encuentra con alguien que piensa que usted tiene un problema de pecado, usted puede escoger cómo responder. Puede responder con un corazón agradecido, confesando su pecado y desechando el pecado en particular o puede responder con un corazón egoísta, que se siente avergonzado, enojado, defensivo, resentido o vengativo. Si responde de la última manera, usted tiene un orgullo pecaminoso. El orgullo pecaminoso causa contienda y vergüenza porque “ciertamente la soberbia concebirá contienda…” (Proverbios 13:10). Además, la Escritura dice que “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu” (Proverbios 16:18). Nunca es agradable ver nuestros errores, pero responder de una manera pecaminosa sólo complica su pecado. Sacar la viga de su propio ojo es donde tiene que empezar el trabajo práctico de la santificación mutua.
#4 – Sométase y participe en el proceso de santificación mutua
La santificación mutua en el matrimonio es el proceso bíblico por el cual se ayudan mutuamente a ser conformados a la imagen del Señor Jesucristo.
El esposo, como el líder espiritual de la familia y tratando a la esposa como “coheredera de la gracia de la vida”, debe ayudarla a crecer y madurar como creyente (1 Pedro 3:7). La esposa, como “ayuda idónea”, debe ayudar a su esposo a crecer y madurar como cristiano (Génesis 2:18).
Para entender bien el concepto de santificación mutua, empezaremos explicando la santificación. La palabra santificación en la Biblia viene de la raíz hagios que quiere decir ser santo. Hay tres tipos principales de santificación que se enseñan en las Escrituras: posicional, progresiva y futura.
El primer tipo es la santificación posicional. La santificación posicional se obtiene en el momento de la salvación de la persona y es, totalmente, la obra de Dios. Dios llama al pecador, le da el deseo de buscarle, lo convence de su pecado, lo limpia de su pecado y salva su alma.
Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto
a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os
haya escogido desde el principio para salvación, mediante la
santificación por el Espíritu y la fe en la verdad.2 Tesalonicenses 2:13 (énfasis añadido)
El último tipo de santificación es la santificación futura, la cual también es, completamente, la obra de Dios. Esta se manifestará cuando el Señor Jesucristo venga por Su iglesia y la lleve para estar con Él y, durante el proceso, dará a cada miembro un cuerpo nuevo, santificado, puro y santo.
Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría…Judas 1:24 (énfasis añadido)
El otro tipo de santificación es la santificación progresiva. Vamos a verla en más detalle. Este aspecto de la santificación empieza en el momento de la salvación y termina cuando usted entra en la presencia del Señor. En este proceso, usted crece y madura como cristiano, llegando a ser más conformado a la imagen del Señor Jesucristo. No es sólo una obra de Dios cuando Él lo convence, lo disciplina y lo ayuda, sino también es una obra del hombre por la cual usted es responsable de crecer según el mandato “creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pedro 3:18. Nota: “crecer” está en forma imperativa, lo cual indica que es un mandato.) También usted es responsable de “seguir el amor” (1 Corintios 14:1), de pensar en “las cosas del Espíritu” (Romanos 8:5, las “cosas del Espíritu” son las cosas que Dios desea), de “huir de la fornicación” (1 Corintios 6:18), y de “ejercítate para la piedad” (1 Timoteo 4:7; énfasis añadido). Hay mucho que hacer para llegar a ser más como Cristo. Dios le ayudará a crecer espiritualmente por el poder del Espíritu Santo. Él la moldeará conforme a Su imagen a través de las pruebas. De hecho, las Escrituras nos muestran muchas maneras en las que podemos crecer.
Maneras por las cuales Dios nos ayuda a llegar a ser más como Cristo
PRUEBAS O PRESIONES | CITAS EN LAS ESCRITURAS | CUALIDADES POTENCIALES DE CARÁCTER |
1. Llevarse bien con su esposo | Efesios 4:1-3 Filipenses 4:2,3 | Humildad, mansedumbre, amor, diligencia, paciencia Vivir en armonía |
2. Sufrir por el Señor | 1 Pedro 4:12,13 | Gozo, gratitud, una confianza más profunda en Dios |
3. El pecado de otros (posiblemente de su esposo) | 1 Pedro 3:8,9 | Armonía, compasión, hermandad, bondad, humildad |
4. Presiones financieras | Filipenses 4:11,12 | Contentamiento |
5. Trabajo diario | Colosenses 3:23 1 Tesalonicenses 4:11,12 | Trabajo de corazón Portarse apropiadamente, responsable en cuanto a las finanzas |
6. Enfermedad (por causa del pecado) | Santiago 5:14,15 | Arrepentimiento |
7. Pruebas (tentaciones tribulaciones) | Santiago 1:2,3,12 | Gozo, paciencia |
8. Providencialmente estorbada | Santiago 4:13-16 | Consciente de la soberanía de Dios |
9. La muerte de un ser querido | 1 Tesalonicenses 4:13-18 | Tener esperanza en el Señor |
10. Sobrellevar los unos las cargas de los otros | Gálatas 6:2 | El amor |
11. Ser amonestada por Dios | Romanos 15:14 1 Tesalonicenses 5:14 Colosenses 1:28,29 Colosenses 3:16 | Perseverancia, paciencia, sabiduría, diligencia, gratitud, humildad |
Así como Dios nos ayuda como individuos a crecer a la imagen Cristo, Él también ayuda a las parejas a crecer, madurar y ayudarse mutuamente para ser más como Cristo. Este proceso se llama la “santificación mutua” y está bajo la categoría de la “amonestación por otros” en el cuadro previo. Como resultado, ambos, esposo y esposa, deben aprender cómo recibir y dar una amonestación de manera apropiada.
Una amonestación es una expresión de censura o reprensión. Una amonestación bíblica es decirle a alguien lo que está haciendo mal, con el objeto de restaurarle en su relación con Dios. Cuando un esposo o esposa cristiana amonesta a su pareja, está señalando el pecado en la vida de esa persona, por lo cual hay ciertas reglas bíblicas que uno debe seguir al amonestar a alguien.
Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.
Mateo 18:15 (énfasis añadido)
Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
Gálatas 6:1 (énfasis añadido)
Cuando una amonestación se hace en privado, con gentileza y con el motivo de restaurar a la otra persona, entonces es hecha con amor. Cuando alguien no quiere amonestar a su pareja, de seguro está más preocupado por “¿Qué efecto tendrá esto sobre mí?” que por ayudar a su pareja. Éste tipo de reacción es egoísta y no muestra amor. Si aman a Dios y a su pareja, entonces se amonestarán mutuamente en amor, de manera bíblica.
La manera en que usted responde a la amonestación de su esposo es reflejo de su deseo de ser como Cristo. Empiece considerando que la amonestación, por lo menos, posiblemente sea válida. Luego, considere las siguientes maneras apropiadas de responder a una amonestación.
La manera correcta de responder a la amonestación 5
1. Tome tiempo para reflexionar sobre lo que le han dicho.
El corazón del justo piensa para responder; mas la boca de los impíos derrama malas cosas. / Proverbios 15:28
2. Escudriñe las Escrituras para determinar cuál es el pecado y cómo “despojarse de él”.
…despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre… / Efesios 4:22-24
3. Pídale a su esposo que le dé algunos ejemplos específicos de cómo usted podría haber respondido mejor a su amonestación.
La ciencia del prudente está en entender su camino; mas la indiscreción de los necios es engaño. / Proverbios 14:8
4. Confiese su pecado.
Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. / 1 Juan 1:9
5. Muestre el fruto de arrepentimiento. Deje de cometer el pecado y empiece a hacer lo correcto.
Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados. / Hebreos 12:11
6. No se justifique o defienda.
La ira de Jehová soportaré, porque pequé contra Él, hasta que juzgue mi causa y haga mi justicia; Él me sacará a luz; veré su justicia. Miqueas 7:9
Si usted sabe que su esposo tiene razón en corregirle o tiene razón en parte, entonces escuche su consejo y cambie su pecaminoso camino. Quizás le ayude el meditar en los siguientes beneficios de una respuesta correcta a la amonestación:
El necio menosprecia el consejo de su padre; mas el que guarda la corrección vendrá a ser prudente.Proverbios 15:5 (énfasis añadido)
Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo; mas el que guarda la corrección recibirá honra.Proverbios 13:18 (énfasis añadido)
El oído que escucha las amonestaciones de la vida, entre los sabios morará. / Proverbios 15:31 (énfasis añadido)
El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección tiene entendimiento.Proverbios 15:32 (énfasis añadido)