Kitabı oku: «Una vida como todas»
Una vida como todas.
Fecha de Edición: Octubre 2019
@2019, Melody Noguera
Derechos exclusivos de edición digital reservados para todo el mundo.
Editado por:
ISBN: 978-987-3610-59-2
1. Violencia de Género. 2. Género. 3. Modalidades de Violencia de Género. I. Título.
CDD 305.42
Fecha de catalogación: 2019
Editado en Argentina
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Prólogo
La Plata, 28 de septiembre de 2019
Cuando me ofrecieron hacer el prólogo de esta obra dudé. Primero de que decir, de cómo encararlo y segundo de cómo pensarlo a la luz de la deshumanización de los tiempos que vienen.
“Repetir es natural” versa un dicho popular, “compulsión a la repetición” aseveró Sigmund Freud. En efecto, el agente de socialización primaria de “cachorro humano” es la familia, por medio de ella internaliza las primeras identificaciones, los primeros modelos de comportamiento, los primeros “usos y costumbres”. Como son los primeros modelos, lamentablemente es de esperar que se repitan a lo largo de la vida: muchas veces el maltrato producido en la primera infancia se reedita en una relación de pareja abusiva. Nótese que dije “muchas veces” (NO siempre).
Hoy la inmediatez de la información nos muestra la “noticia” de la violencia intrafamiliar, violencia que siempre existió pero que se “toleró” desde la sociedad y desde las propias familias(sea por necesidad económica; sea por amenazas, sea por miedo, sea por naturalizar las situaciones).Hoy paulatinamente este modelo de “silencio” va en franca retirada la mayoría de los casos.
Sin embargo, cuando alguien logra “escapar” de la situación violenta, se enfrenta a un segunda violencia: la Judicial, una justicia lenta que muchas veces no define en tiempo y forma las medidas tendientes a defender a las víctimas de violencia y, lamentablemente y sin entrar en detalles, esa lentitud desemboca en terribles desenlaces en un gran número de casos.
Como dije al principio y use el término “deshumanización” me refería a como pensar estas cuestiones en un mundo en donde por un lado hay una hipercomunicación y por otro lado una creciente y inexorable alienación. Del impacto de la recepción de miles de imágenes e informaciones, hoy resulta una nueva “naturalización”: la de la desgracia humana. Hoy recibimos en nuestro celular videos de robos, ejecuciones de Medio Oriente, violaciones, cine snuff, etc. Creo que el impacto de la percepción de todas estas cuestiones generan una creciente falta de empatía a en la sociedad (paulatinamente pasamos del “no me va pasar” al pasa “pasa en todos lados”).
Tengo la esperanza que, como todo proceso cíclico la falta de empatía termine en algún momento y volvamos a pensarnos como lo que somos: seres de la naturaleza como otros seres que habitan nuestro mundo, eso sí, con una naturaleza muy especial: la humana.
Sé que muchas personas que lean la obra se van a sentir identificadas ya sea porque lo vivieron , lo viven a conocen a alguien que lo está viviendo. Para todos ello es este libro y mientras escribo esto y, para culminar resuena una frase en mi cabeza “Nunca te definas por tu pasado, fue sólo una elección, no una sentencia de por vida”.
JUAN MARTIN DIEZ
PROF. EN PSICOLOGIA
Una vida como todas
Yo tenía en el borde del abismo, una mirada sobre la vida. Cuando terminé decaer, la vida trasmutó en un camino.
¿Hay algo que amo más que a mis hijos? Nada, son la luz dentro de mi vida. Pero qué difícil es caminar una existencia cuando las piedras son tan difíciles de mover…
Al menos eso me habían enseñado en mi infancia: que todo era imposible, que nada podía ser cierto, que mis sueños eran solo sueños y que poco yo podría lograr o llegar a ser, ya que era hija de pobres…
¿Por qué arranco estos escritos? Será querido lector que es posible que a pesar de lo dura y fuerte que puede llegar a ser una vida, es necesario que pueda haber un registro de que hay una fortaleza interna que todos en este mundo tenemos, que nos grita poderosamente: -Tú si puedes. Ponte de pie y camina.
Esta historia, como la de muchos otros seres, es testigo directo de todo lo que sucedió y como en giros inesperados, el dolor, el sufrimiento, la pobreza, etc., pueden tomar distintos caminos, hasta dejar de existir dentro del corazón, dentro de nuestra mente o nuestro cuerpo.
Sé, querido lector que existen gritos silenciosos de sufrimiento, que en ocasiones miran el cielo y sienten que solo es cuestión de soportar un poco más.
Pero creme, nadie en este mundo merece ni un segundo de ese tormento. Es verdad, la vida es el primer maestro que nos muestra los límites, las certezas humanas, las cosas por las que amamos estar transitando las diferentes experiencias.
¿Pero acaso eso no es parte de un todo completo? Amado lector, créeme que ese todo completo se manifiesta cuando te caes, te duele, te pones de pie y caminas sin mirar atrás.
El reflejo de mi historia, es como la de otra mujer u hombre común como vos, las diferencias son siempre naturales. Quizás tengas otro nombre, otro rostro, vivas en otro lugar de este planeta pero, corazón que me lees, cuando lloramos, todas las lágrimas siempre son saladasen los ojos rotos de cada Ser.
El Ser no tiene género, solo es, No tiene raza, religión, solo está para crecer en amor, comprensión, saber…
Pero también ese Ser, puede tener un escalón aún más milagroso. Yo sobreviví a la violencia, Violencia de género…
Es una oración, que cuando hoy me miro a los ojos, esos que se rompían en lágrimas, entre golpes y sangre hace muchos años atrás, solo me tomo en abrazos, me agradezco por haberme rescatado, haberme educado, haber tomado decisiones para entender que mi amor propio era más importante. La decisión de levantar la mano para pedir ayuda a otras manos que no eran mi familia y que respondieron, me tomaron, me empujaron a la vida y otra vez me pude poner de pie, con mis pies desnudos, mis manos lastimadas. ¿Porqué? Lo debía hacer, ya que al levantar la mirada estaban mis hijos. La primera fortaleza fueron mis hijos.
Siempre que así lo decidas tú eres los seres que amas, pueden ser tus hijos, pueden ser tus padres, o si tienes una milagrosa persona que encuentras y amas sanamente. Son el músculo poderoso del corazón. Y el amor verdadero siempre es motivación y riqueza. El motor creador de la más divina voluntad, para hacer construcciones en una totalidad infinita.
Pero antes que cualquier Ser externo hay uno que te da las respuestas a todos los por qué, y a ese ser lo miras al espejo cada mañana, Ese Ser es el que tienes que amar ante todo, empoderarlo de que es intocable, a pesar de todo. Ese Ser vive dentro de ti y Eres tú.
Primera parte
Siempre existió un inicio en cada historia
Por opresión y represión, un arcoíris no brilla. ¿Observas lo parecido que es sonreír, a las figuras de los arcoíris?
Nací en una familia, a la que tenía que decirle mi familia, termino impuesto por generaciones, que resulta violento y muy mal enseñando, ya que nadie es propiedad de nadie, y esa palabra te la inculcan y meten en la cabezaculturalmente… Bueno, es una porquería ya de por sí, pero sigo con la historia, que es como la de tu vecina, que es como la de tu amiga, o la de aquella que críticas por qué no hace lo que vos harías en su lugar… ¿no? El espectador siempre prejuzga sin estar dentro de la piel.
Me predispusieron demostrativamente a experimentar desde que nací, a que la violencia era normal, que estaba bien, que era COSTUMBRE y que de esa forma yo debía asimilar todo, cumplir las expectativas de mi madre, el dictatorial formato sin error de mi padre, ser las miradas de belleza de mi madre, asimilar la servidumbre esclavista de mi padre. No salir ni un centímetro con mi bohemia, ya que esto era solo para terminar como una pobretona, juntando cartón, siendo una gorda en forma de barril y teniendo 4-5 pibes en una villa (esa era la mentalidad de mi padre y madre, me lo repetían desde mi nacimiento a mí, y a mi hermano menor)
Pero la verdad es que NO, No es así, sé que puede confundir, que te convencen de que esa vida inmersa en la violencia es normal, Pero No Lo Es...NO ES NORMAL.
Vivir la violencia como algo normal, no es para nada normal, porque no es más que otro discurso o construcción social y cultural para que las personas se dogmaticen en una estructura de comportamiento. Y llegar a los 40, 60, o a los 70 años de violencia y que nada hagas sin cambiar esto que está mal enseñado, no es normal, lo que es cultural no siempre es libertad por el contrario es esclavista.
La frase: "culturalmente esa sociedad es violenta, nada se puede hacer"... al carajo, a trabajar para frenar la violencia.
O la frase: "eran otras épocas, culturalmente los hombres, se comportaban así en sus casas", que suele ser acompañada de: "y que linda época que era"... Evoluciona corazón, nada es normal si contiene actos de violenciaque se reprimen, se censuran, se esclavizan o someten. La violencia de género NO ES NORMAL, no es cultural y género no es solo mujer, también son hombres. Y son violentados desde nacimiento.
Vivir en violencia no es normal, mucho menos sobrevivir. A la vida hay que vivirla de la forma que mejor se pueda, con sus matices buenos, malos, claros oscuros.
Yo tuve que aprender esto a los 33 años, en 2016. Tuve que asimilar el hecho de ser una mamá sola, con dos pequeños, sin trabajo, luego de una dramática y dolorosa separación de un sujeto llamado Darío Verbena, padre de los niños.
Querido lector serás testigo dentro de este libro de lo que he vivido que es como tu historia, o la de tu vecina, o la de una tía, o por qué no un amigo. Los hombres son muchas veces víctimas de actos violentos, porque eso es lo que son: Seres enfermos de Violencia. Y que van por la vida intoxicando a otro de violencia, tristeza y bloques que ellos mismos no resuelven.
Yo tenía un camino antes de conocer a Darío Verbena. Y cabe aclarar que muchas veces estos Violentos o Violentas creen o están convencidos de que nuestras vidas comienzan en el momento que los conocemos. O sea: ¿nacemos en el momento que somos pareja de estos seres humanos, no tenemos una existencia antes, o una historia o familia? Estos en muchos casos, nos logran convencer de que la vida y la muerte comienzan en ellos. Bueno, es una porquería.
Muchos años antes de conocer a Darío Verbena, mi infancia era , mi vida , eran muy difíciles, ¡la verdad! El hogar paterno fue radicalmente un motivo para escaparme con él. Mi padre… tengo tanto que decir de él también y aunque sin justificarlo. Él es del estrato social de otra generación, que se estancó en la violencia cultural enseñada, llena de adoctrinamiento impuesto desde la manipulación religiosa, para así mantener a un sector social controlado, en especial al género femenino, y con ello las libertades en derecho, las libertades de pensamiento, los valores individuales de decisión autónoma, etc. Y así llevando por delante a la Mujer como humana, dejándola por debajo de un mero uso y descarte, poniéndola no como humana sino como una cosa hecha para uso doméstico, gratuito, de explotación sexual mudo y silencioso. Un prototipo ejemplar, producto del autoritarismo de un sistema impuesto. Usando la fuerza del hombre por generaciones, dejaron como resultado de su castrador modo violento de vida o de cómo formar una familia, un estado democráticoen formación en los establecimientos educativos, sitios públicos, donde la mujer ocupaba un sub-lugar, sin voz ni voto. Y aun peor, eran reprimidos, invisibilizados, acosados, entre otras muchas costumbres disfrazadas de cultura. Otros padres, aún mucho más brutales en sus formas de crianza, sin medios educativos y ante la abundante ignorancia y falta de formación, de los estratos sociales, en particular de clase media hacia bajo, ejercían una imposición disimulada de religión y moralidad, estancados en una cultura de violencia, tortura, sometimiento y esclavitud. Era una cultura normal, que formaba conceptos encuadrando las vidas con máxima dureza. Homero Nogués era un resultado de esa formación, empeoraba la convivencia, ya que muchas de estas generaciones de hombres eran en su mayoría obligados a pasar por una carrera militar y en algunos casos por la llamada colimba. Esto era aún más perjudicial, ya que la obligatoriedad de la misma, solo generaba más violentos conceptos de tratos psicológicos. Fueron educados en violencia y era todo lo que conocían, llevando así matrimonios silenciados de violencia doméstica, socialmente aceptada.
La memoria de mi infancia se formó solo con sonidos e imágenes de gritos, insultos, destrucción psicológica, brutales y desgarradores sufrimientos. Recuerdos de puños contra puertas, muebles, mesas, en los rostros de mi madre, mi hermana y en particular el mío. No tengo otros recuerdos, solo son estos actos de violencia de mi padre, una persona tóxica. Nadie podía estar más de 20 minutos tranquilo, porque él encontraba la forma de que todo estuviera en estado de estrés, angustia, tristeza y dolor. Un ser que se alimentaba del sometiendo, humillando sádicamente, llenado el espacio de estos estados. Un disfrute físico y psíquico de ver llorar en dolor a una mujer y a dos pequeños, que en particular vivían en su casa. Era tanta la violencia, que se enceguecía y no nos trataba como su familia.
Él con sus puños rompiéndolo todo, las pocas cosas que podíamos tener en la casa, ya que éramos pobres. A casi 18 años de la muerte de mi padre, Homero Nogués, comprendo que las marcas que dejó a su paso por la vida de las mujeres que tuvo cerca, solo fueron de violencia bestial. Todo aquel que lo recuerda, solo siente asco, dolor y malas memorias. Algunos dejamos libros, otros dejan música, cuadros, fotos bellas, buenas enseñanzas de vida, algunos dejan esfuerzo, pasión por el trabajo, otros seres solo dejan violencia, pobreza espiritual, denigración. Lo más bajo que puede ser el humano, relacionándose miserablemente con los demás, no solo en el hogar junto a su familia, si no para con todo el ámbito social que lo rodea, decayendo en una falta de instinto de progreso. Sus resignaciones, los meros intentos de intoxicar a otros con sus propias pobrezas intelectuales, espirituales, desafortunados conceptos de vida, la búsqueda de humillar a aquellos que pueden lograr vencer etapas frustradas, cosas que no logran vencer, porque sus estructuras no se lo permiten, por el auto sabotaje que generan. Entonces llenan de basura todos los espacios donde conviven, sea su familia, sus vecinos, sus amigos, sus formas de existencia, dejando en la memoria esos rasgos de seres humanos que poco valiosos resultaron. Solo dejando que cada vez que te recuerden los que están vivos, lo hagan como una verdadera cagada de persona.
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