Kitabı oku: «Ansiada »
Acerca de Morgan Rice
Morgan Rice es la escritora de bestsellers # 1 de LOS DIARIOS DE LA VAMPIRESA, una serie para jóvenes adultos que comprende once libros (y contando) ; la serie bestseller # 1 LA TRILOGIA DE LA SUPERVIVENCIA, un thriller post-apocalíptico que comprende dos libros (y contando) ; y la serie de fantasía épica bestseller # 1 EL ANILLO DEL BRUJO, que comprende trece libros (y contando).
Los libros de Morgan están disponibles en audio e impresos, y han sido traducidos al alemán, francés, italiano, español , portugués, japonés, chino, sueco, holandés, turco, húngaro, checo y eslovaco (y en más idiomas próximamente).
TRANSFORMACIÓN – (Libro #1 de Diario de un Vampiro) y LA SENDA DE LOS HÉROES – (Libro #1 del Anillo del Hechicero) están disponibles para ser descargados en Amazon!
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Morgan Rice ha sido aclamada
"Rice hace un gran trabajo arrojando a los lectores en la historia desde el principio, demostrando una gran calidad descriptiva que trasciende la mera recreación del ambiente … La novela esté muy bien escrita y es extremadamente rápida de leer."
Críticas –Black Lagoon (sobre Convertida)
"Una historia ideal para los jóvenes lectores. Morgan Rice ha hecho un buen trabajo dándole un giro interesante … es refrescante y única. La serie se centra en torno a una chica … ¡una chica extraordinaria! … Es fácil de leer, con un ritmo extremadamente rápido … Calificación PG ".
--The Romance Reviews (sobre Convertida)
"Me llamó la atención desde el principio y no podía dejar de leerla … .Esta historia es una aventura increíble con un ritmo rápido y llena de acción desde el principio. No hay oportunidad para aburrirse."
--Paranormal Romance Guild (sobre Convertida)
"Está repleta de acción, romance, aventura y suspenso. ¡Ponga sus manos en este libro y enamórese nuevamente."
--vampirebooksite.com (sobre Convertida)
"Una gran trama y, sobre todo, es la clase de libro que tendrá problemas para dejar de leer por la noche. El final creó un suspenso tan espectacular que inmediatamente voy a querer comprar el siguiente libro, sólo para saber cómo sigue.”.
--The Dallas Examiner (sobre Amada)
"Un libro que rivaliza con TWILIGHT y con VAMPIRE DIARIES, y ¡uno que te hará querer seguir leyendo hasta la última página! Si te gusta la aventura, el amor y los vampiros, ¡este libro es para ti! "
--Vampirebooksite.com (sobre Convertida)
"Morgan Rice prueba de nuevo que es una narradora de gran talento … .Este apelaría a una amplia variedad de públicos, incluyendo a los aficionados más jóvenes del género de vampiros / fantasía. Termina con un suspenso inesperado que te dejará conmocionado ".
--The Romance Reviews (sobre Amada)
“EL ANILLO DEL BRUJO tiene todos los ingredientes para que sea todo un éxito: tramas, contratramas, misterio, caballeros valientes, y relaciones románticas repletas con corazones rotos, decepción y traición. Lo mantendrá entretenido por horas, y agradará a lectores de todas las edades. Es un libro recomendado para estar en las bibliotecas de los lectores de la fantasía.”
--Books and Movie Reviews, Roberto Mattos
Libros de Morgan Rice
EL ANILLO DEL BRUJO
UNA BÚSQUEDA DE HÉROES (Libro # 1)
UN MARZO DE REYES (Libro # 2)
EL DESTINO DE LOS DRAGONES (Libro # 3)
UN GRITO DE HONOR (Libro n º 4)
UN VOTO DE GLORIA (Libro n º 5)
UNA CARGA DE VALOR (Libro # 6)
UN RITO DE ESPADAS (Libro n º 7)
UNA CESIÓN DE ARMAS (Libro # 8)
UN CIELO DE HECHIZOS (Libro n º 9)
UN MAR DE ESCUDOS (Libro # 10)
UN REINADO DE ACERO (Libro # 11)
UNA TIERRA DE FUEGO (Libro n º 12)
UNA REGLA DE REINAS (Libro n º 13)
LA TRILOGÍA DE LA SUPERVIVENCIA
ARENA UNO: TRATANTES DE ESCLAVOS (Libro # 1)
ARENA DOS (Libro # 2)
EL DIARIO DEL VAMPIRO
CONVERTIDA (Libro # 1)
AMADA (Libro # 2)
TRAICIONADA (Libro # 3)
DESTINADA (Libro # 4)
DESEADA (Libro # 5)
COMPROMETIDA (Libro # 6)
JURADA (Libro # 7)
ENCONTRADA (Libro # 8)
RESUCITADA (Libro # 9)
ANSIADA (Libro # 10)
DESTINADA (Libro # 11)
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Derechos Reservados © 2012 Morgan Rice
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Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes , empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son producto de la imaginación del autor o han sido usados como ficción. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es total coincidencia.
“¡O bendita, bendita noche! Tengo miedo de.
Estar en la noche, y todo esto no es más que un sueño,
Uno demasiado halagador-dulce para ser real.”
—William Shakespeare, Romeo and Juliet
CAPÍTULO UNO
Caitlin Paine aceleró por la carretera West Side, estaba decidida a llegar a los Claustros antes de que cerraran. Su mente daba vueltas y vueltas mientras pensaba en todos los problemas que rodeaban a Scarlet -problemas que ningún adolescente debería tener. Caitlin estaba segura de que Scarlet estaba cambiando. Ya no era un simple ser humano, y cada día su condición estaba empeorando. Caitlin sintió que se estaba convirtiendo en lo que ella, Caitlin, una vez había sido: un vampiro.
Por supuesto, Caitlin no recordaba nada de cuando había sido un vampiro; pero por lo que había leído en el diario que había encontrado en el ático-su diario vampiro-sentía que todo era verdad. Si lo que decía el diario era verdad, y ella sentía que lo era, entonces en algún momento ella había sido un vampiro en el pasado; y, de alguna manera, había terminado allí, en el presente, con una vida normal y con una familia normal, pero no recordaba nada.
Pero la cosa era que su familia no era nada normal. Su vida no era nada normal. Su hija, de alguna manera, se estaba convirtiendo en lo que una vez ella había sido.
Por enésima vez, Caitlin deseaba nunca haber encontrado ese diario. Sentía que encontrarlo fue como si hubiera abierto una caja de Pandora, era lo que había provocado toda esa pesadilla. Desesperadamente, deseaba poder hacer que todo regresara a la normalidad.
Necesitaba respuestas. Tenía que saber a ciencia cierta que todo lo que decía el diario era verdad. Si no podía hacer que las cosas volvieran a la normalidad, por lo menos tenía que saber lo que le estaba sucediendo a Scarlet. Y averiguar si había alguna forma de remediarlo.
Mientras conducía, Caitlin volvió a pensar en los libros raros que había encontrado en la biblioteca de su universidad. Por encima de todo, pensó en el volumen raro, y su página rasgada. Pensó en la antigua ceremonia, la que estaba en latín, la que curaba el vampirismo. De nuevo, se preguntó si era real. ¿O era puro folclore? ¿Era un cuento de viejas?
Por supuesto, cualquier estudioso serio diría que lo era. Y una parte de ella también quería descartarlo. Pero otra parte se aferraba a ese libro, a esa última esperanza para salvar a Scarlet. Por enésima vez, se preguntó si podría encontrar la otra mitad de esa página. Venía de uno de los libros más raros que existen, e incluso si de alguna manera lograba localizar otra copia existente, ¿cuáles eran las posibilidades de que tuviera la otra mitad de la página? Después de todo, la página había sido arrancada, probablemente como una forma de ocultar lo que contenía. Pero, ¿ocultarla de quién? ¿De qué? El misterio se hizo más profundo en su mente.
Trató de concentrarse en su diario, en lo que había escrito hacía siglos, en su descripción de la cofradía de los vampiros debajo de los claustros. Había escrito sobre una cámara secreta que conducía a la cofradía, en el subsuelo, en un nivel inferior. Tenía que saber si era real. Si encontraba alguna señal, cualquier señal, entonces podría validar todo en su mente y eso le daría seguridad de lo que estaba haciendo. Pero si no encontraba ninguna señal allí, eso le quitaría credibilidad a su diario.
Caitlin salió de la carretera, serpenteó por Fort Tryon Park, y se dirigió a la entrada principal de los claustros. Condujo hasta una rampa estrecha y sinuosa y, finalmente, estacionó frente a la enorme estructura.
Al salir de su coche, se detuvo y miró hacia arriba; por alguna extraña razón, el lugar le era sorprendentemente familiar, como si hubiera sido un lugar importante en su vida. No sabía por qué, porque por lo que sabía, sólo lo había visitado un par de veces. A menos, por supuesto, que todo lo que decía en su diario vampiro fuera cierto. ¿Era real lo que estaba sintiendo? ¿O todo era una ilusión?
Corrió por la puerta principal, con forma de arco, hacia la estructura medieval de piedra, subió por una larga rampa, y se dirigió por un corredor largo y estrecho. Finalmente, llegó a la entrada principal, pagó la entrada, y se dirigió por el pasillo. Pasó un pequeño patio a su derecha con hileras de arcos de piedra; en el interior había un jardín medieval. Las hojas de otoño brillaban con el sol. Era una tarde de un día entre semana y el lugar estaba casi vacío, sentía como si lo tuviera para ella sola.
Es decir, hasta que oyó la música. Al principio, era sólo una voz -después escuchó varias voces. Era un canto. Un antiguo canto interpretado por un pequeño coro. Caitlin no lograba saber si era en vivo o si se trataba de una grabación mientras seguía allí, paralizada, escuchando las voces celestiales que hacían eco en todo el pequeño castillo. Se sintió transportada, como si hubiera llegado a otro lugar y a otro tiempo.
Sabía que tenía una misión que cumplir, pero tenía que ver de donde provenía la música. Dio vuelta en otro pasillo y siguió el sonido. Entró por una pequeña puerta arqueada medieval, y se encontró en una capilla con techos altos y vitrales. Allí, para su sorpresa, había un coro de seis cantantes, hombres y mujeres de edad avanzada, vestidos con batas blancas. Estaban en una habitación vacía, y mientras cantaban miraban hacia abajo, a las partituras.
Eran cantos gregorianos. Caitlin vio el anuncio, el enorme cartel del concierto de la tarde. Se dio cuenta de que había llegado a una interpretación en vivo. Sin embargo, ella era la única en la habitación. Al parecer, nadie más sabía del evento.
Caitlin cerró los ojos mientras escuchaba la música. Era tan hermosa e inquietante que le resultaba difícil irse. Abrió los ojos y miró a su alrededor a las paredes y muebles medievales, lo que la hizo perder aún más el contacto con la realidad. ¿Dónde estaba realmente?
Finalmente, la canción terminó, y ella se volvió y se apresuró a salir de la habitación mientras trataba de recuperar su sentido de la realidad.
Corrió por el pasillo y llegó a una escalera de piedra. Descendió hacia los niveles inferiores de los claustros mientras su corazón latía cada vez más rápido. Este lugar le resultaba inquietantemente familiar, como si hubiera estado antes allí. No lograba entender esa sensación.
Cruzó apresuradamente el nivel inferior, recordando la descripción del lugar que había leído en una entrada de su diario. Recordó que mencionaba una puerta, el portal secreto, que llevaba de la la planta baja a un nivel subterráneo, a la cofradía de Caleb.
Se sintió aun más emocionada cuando, a su izquierda, vio una zona acordonada. Detrás de la cuerda había una escalera medieval en perfecto estado de conservación. Subía pero sólo hasta el techo. No iba a ninguna parte. Era sólo un artefacto en exhibición. Era la misma que describía en su diario.
Pero la escalera también tenía una pequeña puerta de madera que ocultaba la mitad inferior y, detrás de ella, Caitlin no estaba segura si había escalones que llevaban hacia abajo, a otro nivel. Estaba acordonada, y nadie podía acercarse.
Ella tenía que saber. Si conducía abajo, entonces todo lo que había escrito era cierto y no era sólo una fantasía.
Miró a ambos lados y vio a un guardia de seguridad en el lado opuesto de la sala, parecía estar dormido.
Sabía que al cruzar la cuerda del museo se metería en un gran problema, tal vez incluso podrían arrestarla. Pero ella tenía que saber. Tenía que hacerlo rápido.
Caitlin pasó por encima de la cuerda de terciopelo en dirección a la escalera.
Inmediatamente, una alarma sonó, chillando, perforando el aire.
“¡Ey, señora!" el guardia gritó.
Él corrió hacia ella. La alarma emitía un sonido penetrante, y su corazón latía con fuerza en su pecho.
Pero ya lo había hecho. No podía dar marcha atrás. Tenía que saber. Estaba en contra de su naturaleza el pasar por encima de la cuerda, violar una exhibición en un museo, hacer algo contra las reglas, sobre todo cuando se trataba de la historia y artefactos. Pero, no tenía otra opción. La vida de Scarlet estaba en juego.
Caitlin llegó a la escalera y agarró el mango medieval de madera. Lo jaló.
La puerta se abrió, y pudo a donde conducía la escalera.
A ninguna parte. Terminaba en el piso. Era una escalera falsa. Era sólo una pantalla.
Su corazón se colapsó, estaba devastada. No había ninguna cámara subterránea. No era una trampilla. Nada. Como lo mostraba la exhibición, era sólo una escalera. Nada más. Un artefacto. Una reliquia de la antigüedad. Todo era una mentira. Todo.
De repente, Caitlin sintió que unos brazos ásperos la agarraban por detrás y la arrastraban del otro lado de la cuerda de terciopelo.
“¿¡Qué cree que está haciendo !?", gritó otro guardia mientras se acercaba y también la jalaba.
"Lo siento," ella dijo, tratando de pensar rápidamente. "Yo … um … perdí mi arete. Se cayó y rebotó en el piso. Pensé que se había ido hacia allá. Lo estaba buscando".
“¡Este es un museo, señora!" el guardia gritó, con la cara roja. "No puede cruzar las líneas de seguridad. ¡Y no se pueden tocar las cosas!"
"Lo siento," dijo ella con la garganta seca. Oró para que no la fueran a arrestar. Sin duda, ellos podrían hacerlo, lo sabía.
Los dos guardias se miraron entre sí, como si estuvieron pensando qué hacer.
Finalmente, uno de ellos dijo, "¡Váyase de aquí!"
La empujó y Caitlin, aliviada, se fue corriendo por el pasillo. Vio una puerta abierta hacia una terraza inferior y salió corriendo por allí.
Estaba fuera, en la terraza inferior, en el aire fresco de octubre, su corazón todavía latía con fuerza. Estaba tan feliz de estar fuera de allí. Pero, al mismo tiempo, estaba muy angustiada. Allí no había nada. ¿Era mentira todo lo que decía su diario? ¿Nada era real? ¿Se estaba imaginando todo?
Pero entonces, ¿cómo podría explicarse la reacción de Aiden?
Caitlin cruzó la terraza de adoquines hacia otro jardín medieval lleno de pequeños árboles frutales. Siguió caminando hasta que llegó a una baranda de mármol. Se apoyó en ella y miró hacia afuera; en la distancia vio el río Hudson brillando bajo el sol de la tarde.
De repente se dio vuelta, esperando ver a Caleb a su lado. Por alguna razón, sentía que había estado allí antes, en esa terraza con Caleb. Eso no tenía ningún sentido. ¿Estaba perdiendo la cabeza?
Ahora, no estaba tan segura de ello.
CAPÍTULO DOS
Llorando histéricamente, Scarlet irrumpió en su habitación y cerró la puerta detrás de ella. Había corrido todo el camino de regreso a su casa desde el río y, desde entonces, no había podido dejar de llorar. No entendía lo que le estaba pasando. Ese momento, cuando vio el pulso en el cuello de Blake parpadeaba en su mente, esa sensación, ese impulso, de querer morderlo. De querer alimentarse de él.
¿Qué le estaba pasando? ¿Era una especie de monstruo? ¿Por qué había sentido eso? ¿Y por qué en ese momento? ¿Justo cuando se estaban besando por primera vez?
Ahora que estaba muy lejos de Blake, le era más difícil recordar exactamente cómo había sentido su cuerpo y con cada momento que pasaba, la sensación se hacía más y más lejana. Sentía que su cuerpo ahora estaba normal. ¿Y si hubiera sido sólo un momento fugaz? ¿Era algo raro, que la había invadido solo esta vez y que no volvería a pasarle?
Desesperadamente, quería creerlo. Pero, otra parte de ella, una parte más profunda, sentía que no era así. La sensación había sido tan fuerte, que era algo que jamás podría olvidar. Si hubiera sucumbido a ella, y se hubiera quedado allí un segundo más, estaba segura de que Blake estaría muerto ahora mismo.
Scarlet no podía dejar de pensar en el día anterior. Había regresado enferma a casa. Había salido corriendo de la casa. Había olvidado lo que había sucedido, dónde había estado. Había despertado en el hospital. Su madre estaba tan preocupada, tan asustada ....
Ahora, todo se le venía a la mente. Su madre había querido consultar con más médicos para que le hicieran más pruebas. Y luego, había sugerido ver a un sacerdote. ¿Su mamá sospechaba algo? ¿Era lo que le estaba insinuando? ¿Pensaba que se estaba convirtiendo en un vampiro?
El corazón de Scarlet latía con fuerza mientras estaba sentada en su habitación, acurrucada en su silla favorita. Ruth puso la cabeza sobre su regazo, y Scarlet se inclinó y la acarició. Pero tenía los ojos llenos de lágrimas. Se sentía conmocionada, confundida. Le aterrorizaba la idea de estar mal, de tener algún tipo de enfermedad, o tal vez, algo peor. En el fondo, pensó que era ridículo lo que estaba pensando. Pero se atrevió a preguntarse. Su deseo de morder su cuello. La sensación que había tenido en sus dos dientes incisivos. Su ansiedad por alimentarse. ¿Eso era posible?
¿Era ella un vampiro?
¿Existían realmente los vampiros?
Abrió su computadora portátil, y googleó. Tenía que saber.
Encontró la entrada de Wikipedia para "vampiro" y comenzó a leer:
"La noción de vampirismo ha existido desde hace miles de años; culturas como los mesopotámicos, los hebreos, los griegos antiguos y los romanos tenían cuentos de demonios y espíritus que se consideran precursores de los vampiros modernos. Sin embargo, a pesar de la aparición de criaturas vampíricas en esas civilizaciones antiguas, el folklore de esta criatura que hoy conocemos como vampiro se originó casi en el sureste de Europa de principios del siglo 18, cuando se registraron y se publicaron las tradiciones orales de muchos grupos étnicos de la región. En la mayoría de los casos, los vampiros son apariciones de seres malignos, víctimas de suicidio, o brujas, pero también pueden ser creados por un espíritu maligno que posee un cadáver o por haber sido mordido por un vampiro.”
Rápidamente, Scarlet cerró su computadora portátil y la guardó. Todo eso era demasiado para ella.
Sacudió la cabeza, tratando de sacar esas ideas físicamente de su mente. Algo estaba muy mal con ella. Pero, ¿se trataba de eso? Estaba aterrorizada.
Lo que lo hacía aún peor eran sus sentimientos hacia Blake, y lo que acababa de pasar entre ellos. No podía creer que había huido de él de esa manera, sobre todo en ese momento. La habían pasado increíblemente, había sido una cita de ensueño. Y ahora eso. Justo cuando su relación estaba empezando a funcionar. Era muy injusto.
Ni siquiera podía imaginar lo que él estaría pensando en ese momento. Debía pensar que ella era una especie de monstruo, una loca total, después de saltar de esa manera, en medio de un beso, y salir corriendo hacia el bosque. Debía pensar que estaba totalmente fuera de si. Sabía que él nunca querría volver a verla. Probablemente volvería con Vivian.
Desesperadamente, quería explicarle. Pero ¿cómo? ¿Qué podía decirle? ¿que había tenido un repentino impulso de morder su cuello? ¿Para alimentarse de él? ¿Para beber su sangre? ¿Que tuvo que huir para protegerlo?
Por supuesto, eso lo dejaría muy tranquilo, pensó.
Quería hacer las cosas bien. Quería volverlo a ver. Pero no tenía idea cómo explicárselo. No sólo eso, sino que también tenía miedo de estar cerca de él; ya no confiaba en ella. ¿Qué pasaría si ese impulso se apoderaba de ella de nuevo? ¿Y si la siguiente vez llegaba a lastimarlo?
Al pensar en ello, se echó a llorar. ¿Estaba condenada a no estar nunca más cerca de los chicos?
No. Tenía que intentarlo. Al menos, tenía que tratar de hacer las cosas bien. De alguna manera, tenía que tratar de explicárselo a sí misma. Al menos para que él no la odiara. Incluso, si él no quería volver a verla, ella no podía dejar las cosas así. Y, en el fondo, una parte de ella esperaba que tal vez era algo que no se repetiría, un episodio único, y que tal vez podrían superar y estar juntos. Después de todo, si podían superar eso, podrían superar cualquier otra cosa.
Scarlet empezó a sentirse un poco mejor. Se secó las lágrimas, agarró un pañuelo, se sonó la nariz, y sacó su celular. Buscó su número y comenzó a textearlo.
Pero se detuvo. ¿Qué debería decirle?
Siento mucho lo que pasó hoy.
Lo borró. Era demasiado genérico.
No sé qué me pasó hoy.
Lo borró también. No sonaba del todo bien. Necesitaba el equilibrio perfecto, pedir disculpas y sin embargo expresar la esperanza de que las cosas no habían cambiado entre ellos. También necesitaba destacar lo bien que hasta ese momento lo había pasado.
Cerró los ojos y suspiró mientras pensaba. Vamos, vamos, se obligó.
Comenzó a escribir.
La pasé increíble contigo hoy. Siento que hubiera terminado de esa manera. Había una razón por la que tuve que irme así, pero no puedo explicártelo. Sé que es difícil pero espero que puedas entender. Sólo quiero que sepas que lo pasé muy bien, y lo siento. Y espero que podamos vernos de nuevo.
Scarlet miró su borrador durante un largo rato, y finalmente pulsó enviar.
Lo vio enviarse.
Su texto no era perfecto. Ya se le ocurría cómo podía haberlo escrito en un millón de otras maneras. Y una parte de ella ya se había arrepentido de enviarlo. Tal vez sonaba demasiado desesperada. Tal vez era demasiado críptica.
Lo que sea. Ya lo había enviado. Al menos ahora sabía que a ella todavía le gustaba, y que quería volver a verlo.
Sabía que Blake tenía su celular con él todo el día. Sabía que iba a recibirlo de inmediato. Y que él siempre respondía sus textos en cuestión de segundos.
Scarlet temblaba mientras esperaba recibir una respuesta.
Puso el celular sobre su regazo y cerró los ojos, respirando lentamente, esperando que vibrara. Deseando que vibrara.
Vamos, pensó. Escríbeme de regreso.
Se quedo allí sentada, esperando, por lo que le pareció una eternidad. Actualizaba su teléfono una y otra vez. Después de unos minutos, incluso lo enchufó y lo volvió a encender, en caso de que estuviera al tope. Luego miró el reloj marcar el tiempo. Pasaron dos minutos.
Luego, cinco.
Luego, diez.
Puso el teléfono sobre la mesa, y sintió cómo los ojos de nuevo se le llenaban de lágrimas. Era claro que él no iba a responder. ¿Cómo podía culparlo? Probablemente, ella tampoco habría respondido.
Eso había sido todo. Se había acabado.
Entonces, de repente, su teléfono vibró.
Ella lo arrebató de la mesa.
Pero su corazón se decepcionó al ver que no era Blake. Era Maria.
No puedo creer que no hayas entrado a la clase así. Entonces… ¿cómo estuvo tu cita con Blake?
Scarlet suspiró. No tenía idea cómo responder.
No te preocupes. No voy a hacerlo de nuevo. Ya todo terminó entre nosotros.
¿En serio? DIOS MIO. ¿Por qué? ¿Fue Vivian?
No. No fue ella. Es sólo que …
Scarlet se detuvo, no sabía qué decir.
… No funcionó.
Dime.
Scarlet suspiró. En verdad, quería cambiar de tema.
No hay nada que decir. ¿Y tú cómo estás?
Dios mío, no puedo sacarme de la cabeza ese chico nuevo. Sage. Escuché más sobre él hoy.
Scarlet se sentía agotada y realmente no quería continuar con esta conversación de mensajes de texto. No quería escuchar más chismes e insinuaciones sobre el nuevo chico -ni de nadie más. Sólo quería desaparecer del mundo.
Pero María era su mejor amiga, así que tuvo que seguirle la corriente:
¿Como qué?
Tiene una hermana y un primo. Ellos no van a la escuela sin embargo. Él está en el último año. Viene de una escuela privada. He oído que es rico. Como súper-ricos
A Scarlet no le importaba. Sólo quería terminar esa conversación.
Por suerte, antes de que pudiera escribir, recibió otro texto, era de Jasmin.
Dios mío, ¿qué está pasando en tu muro de Facebook?
Scarlet leyó sorprendida.
¿A qué te refieres?
Antes de que pudiera responder, abrió su computadora portátil, y abrió su muro.
Su corazón se desplomó. Vivian había publicado algo sobre ella:
Buen intento de robarme a Blake. No funcionó. Después de que él te dejó, volvió con nosotros. Sabía que te iba a dejar. Sólo me sorprendió que sucediera tan pronto.
Scarlet respiró bruscamente, estaba completamente desconcertada. Vio a varios de sus amigos comentar el post, y vio que se había extendido a los muros de muchas personas. También vio que Vivian había publicado en Twitter, y el mensaje había sido reenviado por todos los amigos de Vivian.
Scarlet estaba horrorizada. Nunca se había sentido más avergonzada. Eliminó el comentario de su muro, bloqueó a Vivian, luego fue a su configuración y la cambió para que sólo sus amigos pudieran publicar. Pero fue apenas una gota en el mar, el daño ya estaba hecho. Ahora toda la escuela iba a creer que ella robaba los novios de otras personas. Y que la habían cortado.
Se puso roja. Estaba tan enojada que quería estrangular a Vivian. No sabía qué hacer.
Cerró su computadora portátil, y salió de su habitación. Bajó por las escaleras, sin saber a dónde ir o qué hacer. Todo lo que sabía era que necesitaba aire.
"Vamos Ruth", dijo.
Agarró su correa y Ruth saltó con entusiasmo, siguiéndola hacia la puerta y bajando las escaleras del porche.
Scarlet bajó por las escaleras mirando hacia abajo, y no fue hasta que estuvo en la acera que levantó la vista y lo vio.
Ella se detuvo en seco.
Él estaba allí, mirándola fijamente, como si la hubiera estado esperando.
Era el chico nuevo.
Sage.