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Acerca de Morgan Rice
Morgan Rice es la escritora del bestseller #1: DIARIO DE UN VAMPIRO (THE VAMPIRE JOURNALS), una saga que comprende once libros (y siguen llegando); la saga del bestseller #1: TRILOGÍA DE SUPERVIVENCIA (THE SURVIVAL TRILOGY), thriller pos apocalíptico que comprende dos libros (y siguen llegando); y la saga de fantasía épica, bestseller #1: EL ANILLO DEL HECHICERO, que comprende trece libros (y contando).
Los libros de Morgan están disponibles en audio y edición impresa, y la traducción de los libros está disponible en alemán, francés, italiano, español, portugués, japonés, chino, sueco, holandés, turco, húngaro, checo y eslovaco (próximamente en otros idiomas).
A Morgan le encantaría tener comunicación con usted, así que visite www.morganricebooks.com para unirse a la lista de correo electrónico, recibir un libro gratuito, recibir regalos gratuitos, descargar una aplicación gratuita, obtener las últimas noticias exclusivas, conectarse a Facebook y Twitter, y ¡mantenerse en contacto!
Algunas Opiniones Acerca de las Obras de Morgan Rice
“EL ANILLO DEL HECHICERO (THE SOURCERER’S RING) tiene todos los ingredientes para ser un éxito inmediato: tramas, tramas secundarias, misterio, caballeros aguerridos y relaciones que florecen, llenos de corazones heridos, decepciones y traiciones. Lo mantendrá entretenido durante horas y satisfará a las personas de cualquier edad. Recomendado para la biblioteca habitual de todos los lectores de fantasía”.
--Books and Movie Reviews, Roberto Mattos
“Rice hace un gran trabajo para captar su atención desde el principio, al utilizar una gran calidad descriptiva que va más allá de la simple descripción de la ambientación… Bien escrito y sumamente rápido de leer”.
--Black Lagoon Reviews (acerca de Turned)
“Es una historia ideal para lectores jóvenes. Morgan Rice hizo un buen trabajo dando un giro interesante… Innovador y singular. La saga se centra alrededor de una chica… ¡una chica extraordinaria! Es fácil de leer, pero con un ritmo sumamente rápido… Clasificación PG (Guía Paternal)”.
--The Romance Reviews (acerca de Turned)
“Me llamó la atención desde el principio y no dejé de leerlo… Esta historia es una aventura increíble, de ritmo rápido y llena de acción desde su inicio. No hay un momento aburrido”.
--Paranormal Romance Guild (con respecto a Turned)
“Lleno de acción, romance, aventura y suspenso. Ponga sus manos en él y vuelva a enamorarse”.
--vampirebooksite.com (con respecto a Turned)
“Tiene una trama estupenda y este libro en particular, le costará dejar de leer en la noche. El final en suspenso es tan espectacular, que inmediatamente querrá comprar el siguiente libro, solamente para ver qué sigue”.
--The Dallas Examiner (referente a Loved)
“Es un libro equiparable a TWILIGHT y DIARIO DE UN VAMPIRO (VAMPIRE DIARIES), y hará que quiera seguir leyendo ¡hasta la última página! Si le gusta la aventura, el amor y los vampiros, ¡este libro es para usted!”.
--Vampirebooksite.com (con respecto a Turned)
“Morgan Rice se demuestra a sí misma una vez más que es una narradora de gran talento… Esto atraerá a una gran audiencia, incluyendo a los aficionados más jóvenes, del género de los vampiros y de la fantasía. El final de suspenso inesperado lo dejará estupefacto”.
--Reseñas de The Romance Reviews (con respecto a Loved)
"Una fantasía animada que entreteje elementos de misterio e intriga en la historia. La Senda de los Héroes trata acerca del valor y sobre la realización de un propósito de vida que conduce al crecimiento, la madurez y la excelencia… Para los que buscan aventuras de ficción sustanciosa, los protagonistas, los mecanismos y la acción proporcionan un conjunto vigoroso de encuentros que se centran en la evolución de Thor de ser un niño soñador a un adulto joven que enfrenta a situaciones imposibles para sobrevivir… Es sólo el comienzo de lo que promete ser una saga épica para adultos jóvenes".
– Midwest Book Review (D. Donovan, eBook Reviewer)
Libros de Morgan Rice
EL ANILLO DEL HECHICERO (THE SORCERER’S RING)
LA SENDA DE LOS HÉROES (A QUEST OF HEROES) – (Libro #1)
LA MARCHA DE LOS REYES (A MARCH OF KINGS) – (Libro #2)
EL DESTINO DE LOS DRAGONES (A FATE OF DRAGONS) (Libro #3)
EL GRITO DE HONOR (A CRY OF HONOR) (Libro #4)
UNA PROMESA DE GLORIA (A VOW OF GLORY) (Libro #5)
UN DEBER DE VALOR (A CHARGE OF VALOR) (Libro #6)
UN GRITO DE ESPADAS (A RITE OF SWORDS) (Libro #7)
UNA SUBVENCIÓN DE ARMAS (A GRANT OF ARMS) (Libro #8)
UN CIELO DE HECHIZOS (A SKY OF SPELLS) (Libro #9)
UN MAR DE ESCUDOS (A SEA OF SHIELDS) (Libro #10)
UN REINADO DE HIERRO (A REIGN OF STEEL) (Libro #11)
UNA TIERRA DE FUEGO (A LAND OF FIRE) – (Libro #12)
EL DECRETO DE LAS REINAS (A RULE OF QUEENS) – (Libro #13)
LA TRILOGÍA DE SUPERVIVENCIA (THE SURVIVAL TRILOGY)
ARENA UNO: TRATANTES DE ESCLAVOS (SLAVERSUNNERS) – (Libro #1)
ARENA DOS (ARENA TWO) – (Libro #2)
DIARIO DE UN VAMPIRO (THE VAMPIRE JOURNALS)
TRANSFORMACIÓN (TURNED) (Libro #1)
AMORES (LOVED) (Libro #2)
TRAICIÓN (BETRAYED) – (Libro #3)
DESTINADO (DESTINED) (Libro #4)
DESEO (DESIRED) (Libro #5)
PROMETIDO (BETROTHED) (Libro #6)
PROMESA (VOWED) (Libro #7)
ENCUENTRO (FOUND) (Libro #8)
RESURRECCIÓN (RESURRECTED) (Libro #9)
ANSIAS (CRAVED) (Libro #10)
DESTINO (FATED) (Libro #11)
¡Escuche la serie del Diario del Vampiro en formato de audio libro!
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Derechos Reservados © 2014 Morgan Rice
Todos los derechos reservados. Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida, almacenada en algún sistema de recuperación, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio o ser guardado en una base de datos o sistema de recuperación, sin la autorización previa del autor.
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Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes , empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son producto de la imaginación del autor o han sido usados como ficción. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es total coincidencia.
Modelo en la portada: Jennifer Onvie. Fotografía de la portada: Adam Luke Studios, New York. Artista de maquillaje de la portada: Ruthie Weems. Si desea comunicarse con alguno de estos artistas, por favor, póngase en contacto con Morgan Rice.
HECHO:
En el Londres de Shakespeare, una forma común de entretenimiento era "el oso cebado.” Se ataba un oso a un poste mientras se soltaba una manada de perros salvajes. Se hacían apuestas para ver quién ganaba. El estadio del "oso cebado” estaba muy cerca del teatro de Shakespeare. Muchos de la multitud rústica del oso cebado luego iba a ver una obra de Shakespeare.
En la época de Shakespeare la gente que iba a ver a sus obras de teatro no era sofisticada ni pertenecía a una élite. Todo lo contrario. La mayoría era gente rústica, sin educación, los plebeyos que asistían para entretenerse y pagaban sólo un centavo la entrada. Por ese precio, podían ver toda la obra parados en el suelo- y, por esa razón, llegaron a ser conocido como los “Del Piso.”
El Londres de Shakespeare era civilizado -pero también bárbaro. Era común ver ejecuciones en las calles y se torturaba públicamente a los criminales. La entrada a su camino más famoso -el Puente de Londres- estaba a menudo adornado con picas, en la que se clavaban las cabezas de los delincuentes.
La peste bubónica (también conocida como la Muerte Negra) mató a millones en Europa, y golpeó a Londres en varias ocasiones a lo largo de los siglos. Se propagaba en lugares con condiciones sanitarias deficientes y donde había mucha gente, y azotó duramente el distrito teatral de Shakespeare. Pasarían siglos hasta que se descubriera que los portadores de la plaga eran las pulgas en las ratas.
"Ven, noche gentil, ven, amorosa noche,
Dame mi Romeo; y, cuando muera,
Llévalo y córtalo en pequeñas estrellas,
Y él hará que la cara del cielo se vea tan delicada
Que todo el mundo va a estar enamorado de la noche
Y no adorará al sol chillón ".
--William Shakespeare, Romeo y Julieta
CAPITULO UNO
Londres, Inglaterra
(Septiembre de 1599)
Caleb se despertó con el repicar de las campanas.
Respirando pesadamente, se sentó de golpe y miró a su alrededor. Había estado soñando que Kyle lo perseguía, y que Caitlin le tendía una mano buscando su ayuda. Estaban en un campo lleno de murciélagos, contra un sol de color rojo sangre; todo se veía muy real.
Ahora, mientras miraba alrededor de la habitación, trató de saber si todo eso era real, o si estaba realmente despierto y había regresado en el tiempo. Después de escuchar su propia respiración por varios segundos, sentir la fresca humedad en el aire, y escuchar el latido de su propio corazón en medio del silencio, se dio cuenta de que todo había sido un sueño. Realmente estaba despierto.
Caleb estaba sentado en el interior de un sarcófago abierto. Miró alrededor de la habitación oscura como una caverna y vio que estaba llena de sarcófagos. Los techos eran bajos con arcos y las ventanas eran aberturas estrechas por las que entraba muy poquito sol. Había suficiente luz para poder ver. Entrecerró los ojos ante el reflejo, metió la mano en el bolsillo, y se aplicó sus gotas en los ojos, feliz de conservar las gotas todavía. Poco a poco, el dolor se desvaneció y él se relajó.
Caleb se levantó de un salto, en un solo movimiento, y dio una vuelta por la habitación, mirando en todas direcciones. Todavía estaba en guardia, no quería que lo atacaran o emboscaran antes de que tuviera la oportunidad de orientarse. Pero no había nada ni nadie en la habitación. Sólo silencio. Al notar los pisos de piedra antiguos, las paredes, el pequeño altar y la cruz, supuso que estaba en la cripta subterránea de una iglesia.
Caitlin.
De nuevo, Caleb dio una vuelta por la habitación en busca de algún rastro de ella. Experimentó una sensación de urgencia mientras se apresuraba al sarcófago que tenía más cerca. Con todas sus fuerzas, quitó la tapa.
Su corazón se llenó de entusiasmo con la esperanza de encontrarla. Pero el sarcófago estaba vacío.
Caleb se apresuró por la habitación yendo de un sarcófago al siguiente abriendo cada una de sus tapas. Pero todos estaban vacíos.
Caleb se desesperaba más y más mientras empujaba la última tapa, lo hizo con tanta fuerza que cayó al suelo y se rompió en mil pedazos. Pero ya tenía la sensación de que no la encontraría y, como los demás, estaba vacío – había tenido razón. Se dio cuenta que Caitlin no estaba en esa sala, y empezó a sudar frío. ¿Dónde podría estar?
La idea de haber regresado en el tiempo sin ella le provocó un escalofrío en la columna vertebral. Ella le importaba más de lo que él podría decirle y, sin ella a su lado, su vida, su misión, no tenían ningún propósito.
De repente, se acordó de algo y metió la mano en el bolsillo para comprobar si todavía estaba allí. Afortunadamente, estaba. El anillo de bodas de su madre. Lo sostuvo en la luz y admiró el zafiro de seis quilates perfectamente cortado, montado sobre una banda de diamantes y rubíes. No había podido encontrar el momento oportuno para proponerle matrimonio. Esta vez estaba decidido a hacerlo.
Por supuesto, si ella había regresado.
Caleb oyó un ruido y giró hacia la entrada, algo se estaba moviendo. Esperaba con todas sus ganas de que fuera Caitlin.
Pero se sorprendió al encontrarse mirando hacia abajo mientras la persona doblaba la esquina y ver que no se trataba de una persona. Era Ruth. Caleb se alegró de verla porque había sobrevivido el viaje en el tiempo.
Caminó hacia Caleb moviendo la cola, sus ojos se iluminaron al reconocerlo. Caleb se arrodilló y ella corrió a sus brazos. Quería a Ruth, y le sorprendió lo mucho que había crecido: parecía ser el doble de grande, y es veía como todo un animal. También se animó al encontrarla: quizás Caitlin también estaba allí.
Ruth se volvió de repente, salió corriendo de la habitación y desapareció por la esquina. A Caleb le desconcertó su reacción y salió corriendo tras ella, quería ver dónde iba.
Entró a otra cámara abovedada, también estaba llena de sarcófagos. A simple vista pudo ver que todos habían sido abiertos y estaban vacíos.
Ruth siguió corriendo, gimiendo y también salió corriendo de esa habitación. Caleb empezó a preguntarse si Ruth lo conduciría a alguna parte. Corrió tras ella.
Después de recorrer más habitaciones, Ruth finalmente se detuvo en una pequeña alcoba al final del pasillo, apenas iluminada por una antorcha. En el interior, había un sarcófago de mármol de diseño intrincado.
Caleb se acercó lentamente, conteniendo la respiración, esperando, sintiendo que Caitlin podría estar dentro.
Ruth se sentó a su lado y se le quedó mirando. Ella gemía desesperadamente.
Caleb se arrodilló y trató de empujar su tapa de piedra. Pero era mucho más pesada que los otras y apenas se movió.
Se arrodilló y empujó con más fuerza, con todas sus fuerzas hasta que comenzó a ceder. Siguió empujando y, en unos momentos, la tapa se desprendió por completo.
Caleb se sintió aliviado al encontrar a Caitlin acostada allí, inmóvil, con las manos cuidadosamente dobladas sobre el pecho. Pero su alivio se convirtió en preocupación cuando la examinó y vio que estaba más pálida de lo que jamás la había visto en su vida. Sus mejillas no tenían color y sus ojos ni siquiera reaccionaban a la luz de las antorchas. La miró más de cerca y se dio cuenta de que parecía no estar respirando.
Se echó hacia atrás con horror. Caitlin parecía estar muerta.
Ruth gimió más fuerte: ahora él entendía.
Caleb se inclinó y colocó firmemente ambas manos sobre sus hombros. La sacudió suavemente.
"¿Caitlin?", dijo con preocupación en su voz. "¿¡CAITLIN !?" llamó más fuerte, mientras la sacudía con más fuerza.
Pero ella no respondía, se le congeló todo su cuerpo al imaginar lo que su vida sería sin ella. Sabía que era peligroso viajar en el tiempo y que no todos los vampiros sobrevivían a los viajes. Pero él nunca había contemplado la posibilidad de morir en el viaje de regreso. ¿Había cometido un error al alentarla a continuar la búsqueda y cumplir con su misión? ¿Debería haber renunciado y haberse establecido con ella en el último lugar?
¿Y si lo había perdido todo?
Ruth saltó sobre el sarcófago, puso sus cuatro patas sobre el pecho de Caitlin, y comenzó a lamer toda su cara. Pasaron varios minutos y Ruth no dejaba de lamerla, gimiendo.
Cuando Caleb se inclinó para sacar a Ruth, se detuvo. Le sorprendió ver a Caitlin abrir un ojo.
Ruth aulló, feliz, mientras saltaba del pecho de Caitlin y corría en círculos. Caleb se inclinó, igualmente feliz, mientras Caitlin abría los dos ojos y empezaba a mirar a su alrededor.
Se apresuró y cogió una de sus manos heladas, calentándola entre las suyas.
"¿Caitlin? ¿Puedes oírme? Soy yo, Caleb."
Poco a poco, ella empezó a incorporarse y él la ayudó, colocando suavemente una mano detrás de su cuello. Estaba tan feliz de verla parpadear, entrecerrando los ojos. Podía ver lo desorientada que estaba, como si hubiera despertado de un sueño profundo, muy profundo.
"¿Caitlin?", preguntó de nuevo, en voz baja.
Ella lo miró fijamente, con sus ojos marrones tan hermosos como él los recordaba. Pero algo, se dio cuenta, estaba mal. Ella no sonreía y, cuando parpadeó, sus ojos tenían la mirada propia de un extraño.
"¿Caitlin?", preguntó de nuevo, esta vez estaba preocupado.
Ella lo miró directamente con los ojos bien abiertos y con sorpresa, se dio cuenta que ella no lo reconocía.
"¿Quién eres tú?", ella preguntó.
A Caleb se le cayó el corazón al piso. ¿Era posible? ¿El viaje había borrado memoria? ¿De verdad lo había olvidado?
"Caitlin", le preguntó otra vez, "soy yo. Caleb."
Él sonrió, esperando tal vez que eso la ayudaría a recordar.
Pero ella no le devolvió la sonrisa. Se limitó a mirarlo con una mirada vacía, parpadeando varias veces.
"Lo siento," dijo finalmente. "Pero no tengo idea quién eres."
CAPÍTULO DOS
Sam se despertó con el chillido de los pájaros. Abrió los ojos y vio en lo alto varios buitres dando enormes vueltas. Debía haber una docena de ellos y volaban en círculo cada vez más bajo, justo sobre él como si lo estuvieran observando. Como si estuvieran esperando.
De repente, se dio cuenta de que los buitres suponían que él estaba muerto y estaban esperando su oportunidad para lanzarse en picada y comérselo.
Cuando Sam se puso de pie, las aves, de repente, salieron volando, como si les hubiera sorprendido que los muertos podían resucitar.
Miró a su alrededor tratando de orientarse. Estaba en un campo en medio de colinas. Por lo que alcanzaba a ver, había muchas colinas cubiertas de hierba y arbustos raros. La temperatura era perfecta, y no había ninguna una nube en el cielo. Todo se veía muy pintoresco y no había un solo edificio a la vista. Parecía que estaba en medio de la nada.
Sam trató de averiguar dónde estaba, en qué época, y cómo había llegado hasta allí. Trató desesperadamente de recordar. ¿Qué había ocurrido antes de regresar en el tiempo?
Poco a poco, fue recordando. Había estado en la catedral de Notre Dame, en París, en 1789, había estado luchando contra Kyle, Kendra, Sergei y su gente, manteniéndolos a raya para que Caitlin y Caleb pudieran escapar. Había sido lo menos que podía hacer, él le debía a Caitlin más que eso, sobre todo después de haberla puesto en peligro con su imprudente romance con Kendra.
Enormemente superados en número, había usado su poder de cambiar de forma y había logrado confundirlos lo suficiente como para causar daños considerables, aniquilando a muchos de los hombres de Kyle, incapacitando a los otros, y logrando escapar con Polly.
Polly.
Ella había estado todo el tiempo a su lado, había luchado valientemente y los dos, recordó, habían sido una fuerza a respetar. Habían escapado por el techo de la catedral de Notre Dame y en medio de la noche habían ido en busca de Caitlin y Caleb. Sí. Todo estaba empezando a hacerse claro ....
Sam se había enterado de que su hermana había regresado en el tiempo y, lo supo en el acto, él también tenía que regresar en el tiempo para corregir los agravios, encontrar Caitlin otra vez, pedirle disculpas y protegerla. Sabía que ella no lo necesitaba: ahora ella era un guerrero mejor que él, y tenía a Caleb. Pero, después de todo, era su hermana y no podía detener su impulso de protegerla.
Polly había insistido en regresar con él. Ella también tenía el propósito de ver a Caitlin de nuevo y darle explicaciones de lo que sucedió. Sam no se había opuesto y habían regresado juntos.
De nuevo, Sam miró a su alrededor con la mirada fija en los campos, preguntándose dónde estaba ella.
"¿Polly?", gritó una primera vez.
No escuchó ninguna respuesta.
Caminó hacia el borde de una colina para tener una vista más amplia del paisaje.
"¿¡Polly !?", gritó de nuevo, esta vez más fuerte.
"¡Por fin!" dijo una voz.
Cuando Sam miró a lo lejos, vio a Polly caminando en el horizonte, dando vuelta en una colina. Cargaba una brazada de fresas y estaba comiendo mientras hablaba con la boca llena. "¡He estado esperando toda la mañana! ¡Dios! ¡Realmente te gusta dormir, ¿¡no!?"
Sam estaba encantado de verla. Se dio cuenta de lo solo que se había sentido al volver, y lo feliz que estaba de tener algo de compañía. También se dio cuenta, a pesar de sí mismo, de lo importante que ella se había convertido para él. Después de su fiasco con Kendra, apreciaba estar alrededor de una chica normal, apreciaba a Polly más de lo que ella podía imaginar. Y a medida que se acercaba y el sol iluminaba su pelo marrón, sus ojos de color azul claro y su piel blanca translúcida, le sorprendió, una vez más, su belleza natural.
Estaba a punto de responder pero, como de costumbre, ella no lo dejó hablar.
"Me desperté a menos de tres metros de ti", continuó mientras se acercaba comiendo otra fresa, "y te sacudí una y otra vez ¡pero no despertabas! Así que me fui y me puse a recolectar fresas. Ya quería irme de este lugar pero no iba a dejarte a merced de los pájaros. Tenemos que encontrar a Caitlin. ¿Quién sabe dónde estará? Ella podría necesitar nuestra ayuda en estos momentos. ¡Y todo lo que haces es dormir! Después de todo, ¿para qué regresamos si no nos vamos a levantar e ir… "
"¡Por favor!" Sam gritó, rompiendo a reír. "¡No puedo decir una palabra!"
Polly se detuvo y lo miró con sorpresa,como si no tuviera ni idea de que estaba hablando muchísimo.
"Pues bien," dijo ella, "¡habla!"
Sam la miró, distraído por lo azul que sus ojos se veían a la luz de la mañana; finalmente cuando tuvo la oportunidad de hablar, se quedó congelado olvidando lo que iba a decir.
"Uh …", comenzó.
Polly alzó las manos.
"¡Chicos!", exclamó. "Nunca quieren que hables-¡pero ellos nunca tienen nada que decir! Bueno, ¡no puedo seguir esperando más! ", dijo y se apresuró pavoneándose por el campo, mientras comía otra fresa.
"¡Espera!" Sam gritó, corriendo tratando de alcanzarla. "¿Adónde vas?"
"¿Pues a encontrar a Caitlin, por supuesto!"
"¿Sabes dónde está?", preguntó.
"No," dijo ella. "Pero sé dónde no está- ¡y es en este campo! Tenemos que salir de aquí. Encontrar la ciudad más cercana, o edificios, o lo que sea, y averiguar en qué época nos encontramos. ¡Tenemos que empezar en alguna parte! ¡Y este no es un lugar adecuado!"
"Bueno, ¿¡No crees que yo también quiero encontrar a mi hermana!?" Sam gritó exasperado.
Finalmente, ella se detuvo y se volvió de frente hacia él.
"Quiero decir, ¿no quieres que te acompañe?", preguntó Sam, dándose cuenta de lo mucho que quería buscar a Caitlin con ella. "¿No quieres que busquemos juntos?"
Polly lo miró con sus grandes ojos azules, como si lo estuviera evaluando. Él sentía como si lo estuvieran investigando, y pudo ver que ella no estaba segura. No lograba entender por qué.
"No sé," ella dijo finalmente. "Quiero decir, te manejaste muy bien allá en París -Tengo que admitirlo. Pero … "
Hizo una pausa.
"¿Qué pasa?", le preguntó finalmente.
Polly se aclaró la garganta.
"Bueno, si quieres saberlo, el último-um-chico- con quien estuve -Sergei resultó ser un mentiroso y un estafador, me engañó y me usó. Era demasiado tonta para darme cuenta. Pero nunca más voy a dejarme engañar así de nuevo. Y no estoy lista para confiar en nadie de la raza masculina, incluido tú. Es sólo que no quiero estar con ningún chico ahora. No es que tú y yo-no estoy diciendo que SEAMOS-no pienso en ti de esa manera-más que como un amigo- un conocido-"
Polly empezó a tartamudear, y Sam pudo ver lo nerviosa que estaba y no pudo evitar sonreír para sus adentros.
»Pero es sólo que estoy harta de los chicos. Sin ánimo de ofender."
Sam sonrió divertido. Le encantaba su candor y su desparpajo.
"No me ofende", respondió. "La verdad sea dicha," añadió, “Yo estoy harto de las chicas."
Los ojos de Polly se abrieron de sorpresa; claramente no era la respuesta que había estado esperando.
"Pero se me ocurre que tenemos una mejor oportunidad de encontrar a mi hermana si buscamos juntos. Quiero decir-" Sam se aclaró la garganta, "profesionalmente hablando."
Ahora fue el turno de Polly de sonreír.
"Profesionalmente hablando," repitió.
Sam extendió formalmente su mano.
"Te lo prometo, sólo seremos amigos, nada más", dijo. "He renunciado a las chicas para siempre. No importa lo que pase. "
"Y he renunciado a chicos para siempre. No importa qué, " Polly dijo, todavía examinando su mano que colgaba en el aire, aun no muy segura.
Sam sacó su mano con paciencia, esperando.
"¿Solo amigos?", preguntó. "¿Nada más?"
"Sólo amigos", dijo Sam.
Finalmente, ella extendió su mano y se la estrechó.
Sam no pudo evitar notar que ella sostuvo su mano por un poco demasiado largo tiempo.