Kitabı oku: «Del campo yugoslavo al campo colombiano», sayfa 2
A propósito de las fuentes y la metodología de esta investigación
Las fuentes primarias que se utilizarán en esta investigación son, primero, la autobiografía inédita de Imre (Américo) Mikli (1942-2015) escrita en 1997 (este documento contiene numerosas faltas de ortografía y de sintaxis que no corregiré en las citas textuales debido a que son un testimonio explícito de la identidad y experiencia del autor); segundo, una breve entrevista realizada a Imre Mikli y a Emilce Flórez (1943), su esposa; tercero, fuentes primarias del Archivo Histórico de la Nación: (1) documentos del Fondo del Ministerio de Relaciones Exteriores, serie diplomática y consular, que tratan las relaciones internacionales entre Hungría, Austria, Colombia y Estados Unidos (entre otros países involucrados), la situación interna de Austria y Hungría, y la presentación de Colombia como un destino idóneo para la inmigración;13 (2) en el Fondo de la Presidencia de la República, serie despacho señor presidente, se encuentran las políticas de inmigración promovidas por el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, las cuales dan un contexto político y económico del país en la época; (3) del Fondo del Ministerio de Relaciones Exteriores, la serie migración Colombia, se tomaron los datos cuantitativos sobre los inmigrantes húngaros que llegaron al país entre 1952 y 1956, años elegidos teniendo en cuenta que Imre llegó a Colombia con su familia en 1954, y se dejaron dos años de brecha temporal para el análisis. Para los datos específicos de los inmigrantes se analizaron solamente los años 1953 y 1954. Así mismo, se estudiaron noticias de prensa europea que informan sobre las vicisitudes de los campos de migrantes en Trieste y las migraciones europeas de posguerra hacia otros continentes, y noticias de prensa colombiana sobre la llegada de los inmigrantes católicos a Bogotá en los periódicos El Tiempo y El Espectador.
Estas fuentes serán entrecruzadas con otras fuentes secundarias relacionadas con el contexto global de la época: la historia de la Segunda Guerra Mundial y de la Guerra Fría, las relaciones internacionales entre los países europeos y los países americanos, y el contexto local de la historia de Colombia: el ascenso al poder del general Gustavo Rojas Pinilla, la política de anticomunismo, las políticas de migración en Colombia y la historia de las clases populares, entre otros elementos.
El marco teórico y metodológico desarrollado en este trabajo se basa en distintos enfoques que permiten dotar de significado histórico el relato autobiográfico de Imre Mikly a partir de miradas a diversas escalas que conectan lo micro y lo macro tanto en el periodo como en los lugares estudiados. Los estudios sobre la autobiografía permiten analizar la construcción de la memoria colectiva a través de narrativas experienciales, individuales y subjetivas. Los aportes metodológicos de la historia oral nos permiten analizar cómo se construye el relato histórico desde abajo, en tensión y contraste con las narrativas oficiales o institucionales.14 Finalmente, en el trabajo aplicamos un juego de escalas que permite conectar los dos elementos anteriores y proyectarlos al nivel de las narrativas de la historia nacional e internacional. Según Jacques Revel, “el principio de la variación de las escalas, el juego razonado sobre diferentes escalas de observación y de análisis social produce discontinuidad y ella tiene su eficiencia”.15 Para nutrir esta perspectiva, se puede partir de la microhistoria, que “reduce la escala de observación, a menudo al nivel de encuentros personales o historias de vida individuales”.16 Esta es una forma de tratar las fuentes acercándose a la versión más experimental del hecho histórico, haciendo énfasis en los individuos y sus acciones en ocasiones “atípicas”, y complejizando las explicaciones históricas al tener en cuenta la incertidumbre y la posibilidad.17
Nos interesa, pues, la posibilidad de movernos desde el análisis de las grandes estructuras hasta sus influencias en los niveles de la subjetividad y viceversa, teniendo en cuenta que
[…] los hechos de la historia contemporánea son también hechos relativos al triunfo y al fracaso de hombres y mujeres individuales […]. Cuando las clases suben o bajan, un hombre tiene trabajo o no lo tiene; cuando la proporción de las inversiones aumenta o disminuye, un hombre toma nuevos alientos o se arruina. Ni la vida de un individuo ni la historia de una sociedad pueden entenderse sin entender ambas cosas.18
La realidad social debe poder transitar desde las grandes transformaciones hacia las “características más íntimas del yo humano”.19 Wright Mills menciona que al enfrentarnos a la estructura podemos tener la sensación de estar atrapados debido a que ocurren cambios, que aparentemente son impersonales, en la estructura misma de las sociedades globales. Pero los sucesos de la historia contemporánea son hechos relativos al triunfo y al fracaso de los hombres y mujeres en su individualidad.20 No se trata de la relevancia del objeto mismo, sino del modo en el que esos objetos son insertados en su propio contexto.21 Para ello, se da importancia a las formas argumentativas, la enunciación, el discurso, las metáforas y las políticas de la memoria.
La productividad del análisis micro se puede potenciar al relacionarlo con el conjunto de escritura autobiográfica que hay a su alrededor, en ese diálogo con otras versiones de las mismas identidades o de los mismos acontecimientos. Este contraste permite no caer en una lectura servil de los datos.22 Así mismo, es necesaria la vinculación del texto con el contexto según una triple directiva: primero, el contexto en el sentido histórico, con la dificultad de relacionarse con la memoria individual; segundo, el contexto en el sentido evocativo y recreativo; tercero, el contexto en el sentido de cuadro objetivo socioeconómico en el cual la mirada cuantitativa es fundamental.23
Según el escritor George Orwell, las autobiografías se caracterizan así: “Un hombre que ofrece un buen relato de sí mismo probablemente está mintiendo, pues cualquier vida vista desde dentro es simplemente una serie de derrotas”.24 Para el análisis de la autobiografía como fuente, primero hay que dejar en suspenso el dilema de la verdad/falsedad y dar paso a la idea de verosimilitud. Así, “interesa más aquello que el autor dice y a través de lo cual se quiere representar, que si lo que está diciendo se acompasa con ‘cómo sucedieron realmente las cosas’”.25 Hay que reconocer esta fuente como una ilusión que intenta mostrar un sentido de coherencia. La autobiografía “selecciona y ordena los elementos de esa totalidad inaprehensible que es la realidad, para construir un relato que se sitúa entre la historia y la literatura, entre la verdad y la ficción”.26 Entonces, esta se debe analizar como un discurso construido cercano al género literario que incluye apreciaciones ideológicas, de mentalidad y de relación con la realidad extraliteraria. La interpretación hermenéutica puede ayudar a comprender dicho relato, entendiendo que esta es indefinida y que “cada vez que se descubre un secreto, se referirá’ a otro secreto en un movimiento progresivo hacia un secreto final. No obstante, no puede haber secreto final. El secreto último de la iniciación hermética es que todo es secreto”.27
Finalmente, la reflexividad es un ejercicio metodológico necesario a la hora de aproximarse a un texto autobiográfico familiar. Es pertinente “hacer extraño lo familiar y familiarizar lo extraño”; además, este acercamiento se debe hacer con atención humilde: “se requiere acercarse al texto con el cuidado y el respeto debido a otro distinto de uno mismo. No basta con leerlo con la atención externa de quien lee solo para informarse. Es necesario ‘habitarlo’”.28 La microhistoria no entiende al lector como pasivo, receptor de mensajes, sino como alguien activo, capaz de leer los significados del cuadro narrado.29 Siguiendo esta línea, Todorov menciona que un texto es como un picnic, el autor lleva las palabras y los lectores el sentido.30
Al pasar de lo micro a lo macro deberemos también confrontarnos con la historia nacional, internacional y transnacional, y, como en todos los ámbitos de este análisis, lo haremos de manera combinada; así, no solo pondremos atención en la historia de las élites del Estado colombiano y sus decisiones, o a la historia de las relaciones internacionales y la diplomacia de posguerra, sino también partiremos de las reflexiones identitarias en clave nacional, internacional o incluso transnacional del autobiógrafo. En este marco, la historia de las migraciones se adapta especialmente al enfoque transnacional no solo por su énfasis en los movimientos, circulaciones o flujos, sino también por las identidades híbridas de los actores afectados por este apelativo.31
Este libro está escrito de forma circular ya que sus conclusiones finales retornan al punto donde inicia la narrativa en la introducción. Además, se realiza una escritura rigurosamente histórica pero en algunas partes semiliteraria, como ejercicio situado de conexión entre las fuentes primarias y el relato histórico construido a partir de estas. Consta de cuatro capítulos introducidos por un fragmento de la autobiografía de Imre Mikli que sirve como guía temática y cronológica. La narrativa no pretende ser absolutamente lineal y en los capítulos se pueden presentar saltos temporales que permiten la comprensión de fenómenos históricos. La introducción está escrita de forma literaria y narra la vida en paralelo de Imre Mikli y su esposa Emilce Flórez, los dos desde contextos distintos pero con sensaciones similares a la hora de migrar hacia Bogotá en busca de “un mejor futuro”.
¿Por qué es pertinente estudiar la migración?
La migración, desde la época antigua, ha constituido el día a día de las civilizaciones, ha apoyado el crecimiento de la economía mundial, la evolución de las sociedades y ha enriquecido muchas culturas. Como menciona José C. Moya, la migración es una característica histórica distintiva de América Latina; este nuevo continente presentado como receptáculo de poblaciones provenientes de Asia y Europa adquirió una forma geográfica y étnica particular gracias a estas migraciones transcontinentales.32 Por ello existe un gran número de estudios monográficos, en general focalizados en países individuales de América Latina, como los estudios del mismo Moya33 sobre las olas de inmigración a tierras despobladas en Argentina. Esto convierte la inmigración en un fenómeno demográfico-ecológico caracterizado por una migración-invasión de la fauna y flora local a causa de fuerzas globales como la situación económica y política española, y las revoluciones modernizadoras a escala mundial. Existen otro tipo de estudios que se centran en las migraciones de un país europeo determinado hacia América Latina, como los producidos por el Centro de Estudios Ibero-Americanos de la Universidad Carolina de Praga, desde el que se han adelantado investigaciones sobre las relaciones checas con países hispanos: las relaciones checo-españolas (2007), las relaciones checo-mexicanas (2011) y las relaciones checo-argentinas (2014).34
La literatura de inmigración en Argentina también cuenta con otros análisis como el artículo de María Da Orden,35 que explora las formas de creación de la identidad individual y familiar de un inmigrante italiano en Buenos Aires, y propone nuevos análisis sobre la adaptación de los inmigrantes de la posguerra en Argentina. El texto de Bárbara Ortuño36 estudia la emigración de posguerra desde España hacia Argentina entre 1946 y 1956, partiendo del concepto de emigración política, conformado por las categorías exilio y emigración. Emilio Redondo37 también analiza las migraciones desde España hacia Argentina en relación con los planes del Comité Intergubernamental para las Migraciones Europeas —cime—, que trasladaron alrededor de un millón doscientas mil personas. El trabajo de Senkman38 abarca el momento de reapertura de la inmigración europea de posguerra en el primer gobierno peronista, mostrando un crecimiento neto de personas ingresadas a Argentina entre 1947 y 1951.
Por su parte, Ofelia Scher39 adelantó una investigación comparativa sobre las políticas de acogida de los inmigrantes y refugiados de la Segunda Guerra Mundial en Canadá y Argentina. La relación entre México y Europa es estudiada por Lorena Ruano;40 en su artículo expone una visión panorámica sobre esta relación durante la Segunda Guerra Mundial, cuando los inmigrantes europeos, sobre todo españoles, tuvieron un impacto en la vida económica, académica y cultural del país. La inmigración polaca en México también fue analizada, a partir de una visión panorámica temporalmente, por Tadeusz Lepkowski,41 abarcando desde el periodo colonial hasta la época contemporánea. El libro distingue la particularidad de los asentamientos polacos tanto en sus aspectos numéricos como sociales.
Específicamente la literatura histórica sobre inmigración a Colombia no es muy abundante, a diferencia de otros países de América Latina como México o Argentina, donde este tema tiene vastos estudios desde distintas perspectivas. No obstante, en las últimas décadas la literatura ha comenzado a crecer con contribuciones sobre algunos casos colombianos. Así, se pueden mencionar ciertos acercamientos: primero, se encuentra la aproximación cuantitativa de estudios en perspectiva económica que presentan un análisis de los comportamientos históricos y una caracterización sociodemográfica de las cifras de inmigrantes en Colombia.42 Estos estudios incluyen variables interpretativas como la temporalidad de los contingentes migratorios, los fenómenos de arraigo, los lazos entre países con Colombia,43 la movilidad hacia otros países por motivos económicos, los flujos de retorno beneficiosos para la economía colombiana y las remesas.44
Segundo, se encuentran los acercamientos cualitativos de estudios de migración generales enfocados por temáticas. Algunos de dichos estudios se centran en analizar las causas de la escasa inmigración en Colombia,45 poniendo sobre la mesa la soberanía, entendida como “el control que ejerce una autoridad legítima sobre un territorio y sus fronteras”,46 como un obstáculo en el desarrollo de políticas públicas de inmigración en Colombia. Contrastando esta idea, Maguemati Wabgou47 nombra los flujos migratorios internacionales que han llegado a Colombia desde el siglo xvi hasta inicios del siglo xxi, para así dar cuenta del papel de Colombia como un país de destino de múltiples inmigraciones.
Otros estudios temáticos se inclinaron por la raza y el progreso, brindando una perspectiva ideológica sobre la migración. Para el siglo xix surgieron leyes, debates, proyectos y prevenciones alrededor de la inmigración, con esto los grupos dirigentes colombianos se aseguraron de relacionar la densidad civilizadora o perturbadora según el país de proveniencia.48 Europa era el ideal de modernización de la sociedad colombiana, mientras que la inmigración japonesa era problemática y no deseada por la “degeneración de la raza” que causaba.49 Como herencia de estos planteamientos, en el siglo xx la inmigración era concebida como la solución a los problemas raciales y económicos del país. Para lograr esto era necesario realizar un estudio técnico y científico de lo que se necesitaba en el campo agrícola e industrial con el fin de que la inmigración correspondiera con las exigencias técnico-profesionales y eugenésicas del país receptor.50
Tercero, se encuentran los acercamientos que refieren a los grupos de inmigrantes provenientes de zonas geográficas específicas, como el caso de los inmigrantes japoneses hacia el Cauca y la costa Atlántica,51 analizando la legislación de Colombia y Japón,52 los legados gastronómicos y literarios de la comunidad japonesa en el Valle del Cauca,53 y profundizando en los tres grupos de inmigrantes japoneses, compuestos por 159 personas menores de catorce años, que llegaron como mano de obra al país.54 Los inmigrantes chinos hacia Cartagena de Indias entre 1940 y 1960,55 al igual que los inmigrantes provenientes de la India Oriental en la segunda mitad del siglo xx,56 construyeron asentamientos comerciales y asociaciones para fortalecer su propia identidad.
La inmigración alemana ha sido analizada desde su impacto en la bonanza tabacalera de 1850,57 al igual que desde las grandes personalidades que inmigraron, como los Kopp y Leo von Lengerke, quienes trajeron con su llegada el surgimiento de bancos, clubes sociales y la pedagogía alemana en instituciones santandereanas.58 Esta población ha llamado la atención de los investigadores sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial por ser una época crítica del Tercer Reich que expulsó una gran población hacia destinos como Colombia.59
La inmigración de comunidades religiosas también ha tenido su espacio en la literatura histórica colombiana: la comunidad judía fue expulsada de distintos lugares donde residían, como Portugal y España, por parte de la Inquisición española en la Colonia, por esto llegaron a asentarse en el Reino de la Nueva Granada.60 También fueron expulsados de Polonia y Prusia Oriental en los años treinta y cuarenta, destacando su pujanza en el comercio.61 Este último factor fue predominante en la literatura de esta comunidad,62 como el estudio de inmigración de familias sefarditas provenientes de Curazao a Barranquilla que forjaron empresas como scadta y algunos bancos.63
Los inmigrantes provenientes de países de gobierno soviético son estudiados a partir de la ideología y la cultura, como algunos soviéticos que inmigraron hacia Bucaramanga que poseían un capital humano e intelectual que les permitió integrarse dentro de las élites intelectuales regionales.64 La literatura sobre esta inmigración ha sido analizada más en otros países, como el estudio de las relaciones diplomáticas y consulares, los nexos económicos y culturales, y los movimientos migratorios entre México y Hungría en los siglos xix y principios del xx.65 También se encuentra el estudio de la biografía del polaco Zbigniew Edmund Brodowski, quien debido a la Alianza Nacional de Polonia y Estados Unidos tuvo acercamiento a América, y fue activo en la lucha ideológica entre la Unión Católica Romana de Polonia y América.66 Sin embargo, en términos generales en la historiografía disponible Europa del Este ha sido excluida de la historia como “productora” de emigrantes, aunque cerca de 3,5 millones de personas abandonaron Austria-Hungría entre 1876 y 1910.67
Junto con el estudio de las políticas estructurales nacionales e internacionales dirigidas a gestionar las migraciones, este trabajo, como hemos visto, aporta también el enfoque en el que dichos marcos de actuación convergen en la experiencia individual del migrante. En este contexto, abordamos también un elemento fundamental para entender reflexivamente los procesos de migración y adaptación, como es la configuración de las identidades del migrante.
Existen todavía pocos estudios históricos sobre la construcción contemporánea de la identidad nacional colombiana. Gran parte de los trabajos publicados han tendido a abordar el análisis del Estado-nación colombiano centrándose más en el Estado como infraestructura política y económica que en la nación como fenómeno identitario. Ejemplos de esto son el trabajo de Chaparro y Galindo, que concibe el problema del Estado en Colombia desde variables políticas e institucionales internas y las condiciones externas de su desarrollo en el contexto global, teniendo en cuenta el origen de las raíces fundacionales del Estado colombiano en la transición conquista-colonia. También se encuentra el trabajo de Bushnell, el cual analiza el proceso de construcción del Estado colombiano como una nación moderna desde la Independencia hasta la democratización social y política, y el desarrollo económico del siglo xx, o el trabajo de Rico, el cual se acerca al estudio de la identidad nacional desde la relación entre la sociedad civil y el Estado, y entre las subjetividades cotidianas y el discurso-práctica político.68
Desde las investigaciones educativas se ha desarrollado también una línea de trabajo destinada a caracterizar la identidad nacional a través de herramientas como los libros de texto de historia y geografía o las prácticas de enseñanza en la escuela en el siglo xx. Se muestran distintos componentes étnicos de la nacionalidad y la identidad nacional como la compleja articulación entre el tradicionalismo católico y el espíritu moderno, o la construcción de la “ciudadanización” desde la educación escolar colombiana permeada por los órdenes jurídico y moral, y la construcción de una subjetividad política del colombiano “emprendedor y responsable”.69
En contraste, desde los estudios culturales de orientación sociológica, antropológica o psicológica se han hecho aportes que profundizan más en las características y los procesos de constitución de la identidad nacional. Por ejemplo, un estudio de Charry ha realizado un análisis centrado en San Andrés, en el cual concluye que existe una apropiación del sentimiento de nación por parte de los isleños manifestado por medio de desfiles, protestas, arengas y otras reclamaciones conscientes e inconscientes a la figura de poder nacional. De esta forma, se muestra el papel que ejerció el Estado sobre los agentes sociales, no necesariamente como un etnocidio, sino como una forma de integración cultural. Parales se ha centrado en la construcción de la identidad, ya no desde el Estado, sino desde la solidaridad y el conflicto social. Según dicho autor, el movimiento independentista, al tener un carácter ambivalente y forzado, influyó en la problemática construcción de la identidad nacional y dejó como consecuencia la segregación y violencia desencadenadas en la historia del conflicto colombiano.70 Aún más particular es el análisis de Sanín que relaciona el mercado y el consumo con los discursos de la identidad nacional, la simbología patria de carácter comercial, las formas de representación del patrimonio cultural por parte del mercado y la influencia del turismo en los imaginarios del territorio colombiano.71 Aunque estos acercamientos brinden diversas perspectivas y herramientas, como el análisis de la vida cotidiana, ninguno trata directamente la inmigración, la subjetividad y su relación directa con la identidad nacional.
Cabe mencionar que la identidad nacional es un elemento en constante movimiento, cambiante en relación con múltiples fenómenos históricos, sociológicos, políticos y culturales que ocurren en el contexto de los Estados-nación e internacionalmente. En ese sentido, la autobiografía de Imre Mikli sirve como un testimonio relevante que ofrece una perspectiva interesante sobre el problema de la configuración de la identidad nacional colombiana durante la segunda mitad del siglo xx. A menudo las personas que escriben autobiografías y tienen un impacto importante en la configuración de las identidades nacionales de sus lugares de origen son al mismo tiempo actores de gran proyección internacional o incluso de dimensión transnacional, como Gabriel García Márquez para Colombia, o Edward Said para las naciones árabes. En el caso de este análisis, se trata de un inmigrante “del común” quien está brindando una perspectiva nacional mediada por su experiencia internacional y quizá transnacional.
Además de que este tema es pertinente por las coyunturas históricas que permea, la migración, particularmente desde Hungría, no ha sido estudiada en el marco de la Guerra Fría, a pesar de que millones de personas hayan abandonado este país para buscar una nueva vida en otros países del continente americano como Colombia (sobre todo en la segunda mitad del siglo xx). Después de llegar a su destino, estos emigrantes parecieron desaparecer de la historia y, por lo tanto, de la historiografía. No existe en la actualidad ninguna monografía que abarque la emigración de húngaros a Colombia, ni que comprenda dicho periodo. Este es un campo poco estudiado en comparación con los estudios realizados de la migración de Europa Occidental a América Latina.
Con este libro se pretende realizar un aporte a la literatura de la inmigración durante la Guerra Fría a través del caso particular de emigración de un país de gobierno soviético (semiperiférico) a un país del “tercer mundo” (periférico). Se trata de comprender una percepción e interpretación de Colombia a través de la experiencia que el inmigrante dejó plasmada en su relato autobiográfico, poniendo en diálogo el microanálisis y la macroestructura que lo abarca.