Kitabı oku: «Los muertos pasean desnudos», sayfa 2

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7

Tierra

abrazada tierra

en actitud de condolerse

de mi precariedad

tierra

señora y dueña

amantísima amante

la abracé

digo

a punto de no ser.

LA RÍA EN U
1

Habitamos el viaje

no el lugar

la textura anodina de los tiempos

el mensaje sin habla

la rareza de ser sin el reflejo

habitamos el aire

el impulso tardío

la respuesta feraz

adelantada

a la pregunta

2

Y vi la Ría

la Ría en U

la placenta del alma

umbilical el signo

del hallazgo

me sumergí sin ver en la espesura

sin ver pero sabiendo

en el instinto ardiente del reclamo

que era el lugar

el tiempo

la eléctrica señal

3

Aguas sacramentales en la sima

lenguas y formas

alborotadas apariencias

de recibirme como

nada

ni

nadie

me habló o predijo su destino

lenguas de aves frenéticas

de carnívoras plantas

de envolvente oleaje en que la historia

de lo que fui o soñé no tuvo par

4

La Ría en U

Usumacinta

Urdimbre

Umbría

Ucumari

Ubicua

Ubérrimo

Ulcerante

Uistití

Undida

Unisonancia

La Ría

en

U

5

Mi corazón es una masacre

escuché entre las sombras

del plumillo y el cedro

entre plantas epifitas

junto a las mariposas de la tarde

y los escarabajos

La Ría en U

sólo se oía el canto de los pájaros

el balbuceo de las embarcaciones

la acompasada arteria de la corriente

zumbando más abajo de las aguas visibles

más abajo

6

Más abajo otras aguas

debajo de las aguas

otras

aguas

otro latido decisivo

deslumbrante festejo de lo vivo posible

llave secreta de la eternidad.

más abajo otras aguas

formaciones volcánicas

escuché

que quedaron temblando

entre millones de años

y ahora

algo

las hace sucumbir en el delirio

7

Bebí esas aguas en su hilillo salobre

cenizas

vibrantes humedades

marejada entre labios impensables

sacudiendo mi pobre lengua hambrienta

mi lengua sá/é/dica

elevando las voces de la noche

hacia un punto en que todo era posible

8

A toda luz

todo fue cierto

y toda Luz fue

Cierta

así te vi

así te di tu nombre de relámpago

9

Como el lobo marino de dos pieles

así la Ría en U

me ofrecía dos lenguas sucesivas

tres lenguas en impulso

que cambiaban el mundo de mi historia

envolviéndome como

succionándome como

como un gran maremoto cuyo eje

se repite y envuelve su propia ola

la envuelve cada vez

en oleaje

esa es la ola/tiempo

la ola del nacer y del morir

me adentro en el tumulto de su fuerza

y viene y viene y viene

y yo me ahogo en ella

y yo la bebo

y viene una vez más

otro y otro oleaje

que me nace y me pare

10

La Ría en U

revoloteo

entretanto

mi lengua se ha hecho caracol

casi inconsciente

tragada en la vorágine

por el ciclón dulcísimo

remolino dijera

dijera santo seña

dijera

por la fuerza centrífuga

del agua milagrosa

ella me traga y yo

al mismo tiempo

la trago

más suave que un suspiro

de humedad y calor

y la guardo

y la guardo

y la hago ya memoria

huracán de memoria

y la guardo dijera

en el cuenco arenoso

de la memoria

que hizo la memoria.

(Panamá/Santiago, 3 / 4 de marzo 2009)

LOS SUICIDAS

Los suicidas conversan plácidamente

se saludan

preguntan por la familia

si algo anda mal expresan

su profunda consternación

y le desean una pronta mejoría

los suicidan van al bar preferido

beben un aguardiente de finas perforaciones

y dejan una propina normal

ni más ni menos

una propina normal

los suicidan van al correo postal

preguntan por una carta extraviada hace tiempo

donde le ofrecían un trabajo

que ahora no le vendría nada mal

los suicidas ocultan unas botellas

bajo la tierra

a vista y paciencia de dos caballos

que pastan en la tarde

miran los suicidas

se obstinan

en la escena perdida

de una tarde nohualhue

y de pronto

se hace la luz

se hace el recuerdo

y el recuerdo fluye victorioso

como un lieder de schubert

o un pincel de durero

los suicidas entran al cine

de la mano de una mujer de nombre pálido

los suicidas se baten a duelo

los suicidas se baten en retirada

los suicidas alzan la copa y brindan

los suicidas alzan el vuelo

los suicidas nadan contra la corriente

los suicidas

nada

los suicidas no se andan con chicas

una chica con la que anduvieron

en los caminos polvosos de la aldea

tiene que ver

pre

ci

sa

men

te

con la historia

de la apabullante memoria

por eso

los suicidas

no (se) andan

con chicas

los suicidas sueñan con un hijo

y le escriben con qué derecho

te he traído a este lado

de la realidad

desde la realidad escriben los suicidas

una carta con encendida calma

en la que queman los últimos cartuchos

se queman las pestañas

se queman el alma en la puerta del horno

los suicidas beben agua en grandes cantidades

según el consejo de la campesina

y se cohíben cuando una señora

que apenas conocen

le reprochan el consumo de sal

el consumo de alcohol

el consumo de amor

prometen enmendarse en el futuro

y entonces la señora que apenas conocen

complacida con esta promesa

les da de nuevo con un palo y duro

también con una soga

ay, césar

yo no sé

los suicidas jamás escribirían

jamás entonarían

jamás llevarían el compás

jamás jamás jamás

de esa canción piaf

el suicida sí se arrepiente

de muchas cosas se arrepiente

del exceso de sal

del exceso de alcohol

del exceso de amor

y de otras

otras cosas

IMAGEN OLMECA

Me gusta esa mujer

con las rodillas juntas

y los brazos cruzados

y los ojos cerrados

y la cabeza gacha

y la mollera cruda

Yo voy a esa mujer

con las rodillas juntas

y los brazos cruzados

y los ojos cerrados

y la cabeza gacha

y la mollera cruda

yo voy a esa mujer

¿Ha pensado en el sueño

de abrirnos las rodillas

de descruzar los brazos

de despertar los ojos

de elevar la cabeza

de ardernos la mollera?

Me gusta esa mujer

Yo voy a esa mujer

tiene un ala y yo tengo

la garra

yo sueño esa mujer

pareciera

que a veces

también ella

me sueña.

ELISABETH SCHWARZKOPF

Alguien canta en mi oído

alguien cuenta en mi oído

que se fue que se ha ido

amada voz le digo

no sé si a quien me cuenta

no sé si a quien me canta

amada voz repito sin soltar una lágrima

esa mujer me amó se lo digo tranquilo

ni me arrugo ni chillo

se lo digo al pasar

no sé si a quien me cuenta

no sé si a quien me canta

se lo digo al pasar

como si no dijera

esa mujer

le digo

me sentó en sus polleras

nos besamos

le digo

con cierta alevosía

Esto ocurría en Bucarest

en la Ópera de Bucarest

para ser más exacto y evitar desmentidos

podríamos incluso precisar una fecha

digamos por ahora que fue por los setenta

una tarde de niebla

una noche de nieve

cuando nos desplomamos uno en sueños de

otra

y cruzamos las piernas en actitud de ruego

en actitud de ciego

en actitud de fin

Porque fue más o menos lo que ocurrió esa

noche

cuando ella y yo escuchamos

yo su temblor de nieve

ella mi arteria torpe

que corría y corría

hasta hallar el torrente que hoy me dijo en el

canto

que se fue nuestra Elisabeth

nuestra cómplice niña

mientras yo susurraba

no sé si a quien me canta

no sé si a quien me cuenta

cómo abrace esa noche su respiro de fuego

y la hice mi respiro

no sé si a quien me canta

no sé si a quien me cuenta

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