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3 Llambías, Jaime. The chilean armed forces and the coup d’ etat in 1973. Quebec: Mc Gill University, Master of Arts, 1978, p. 21.
4 Varas, Augusto. “Ideología y doctrina de las Fuerzas Armadas chilenas: un ensayo de interpretación”. En: Augusto Varas y Felipe Agüero. El Proyecto Político Militar. Santiago: Flacso, 1984, pp. I-XLIX.
5 Llambías, op. cit., p. 60. Cabe señalar que en la reciente publicación de Gabriel Salazar sobre el Ejército de Chile se esgrime una idea similar: “este discurso apologético tiende a situar e instalar al Ejército en las funciones trascendentes y superiores de la sociedad, por encima de la política común y del legalizado trajín sociopolítico de la ciudadanía. Sobre todo, en relación a la seguridad nacional, frente a eventuales enemigos externos, como también ante eventuales hostis internos (donde, para esto, la Constitución contempla para el Ejército facultades extraordinarias, a través de las “leyes de excepción”)”. Salazar, Gabriel. El Ejército de Chile y la soberanía popular. Ensayo histórico. Santiago: Debate, 2019, p. 38.
6 Garay, Cristián. “Doctrina Schneider-Prats: la crisis del sistema político y participación militar”. Política. Revista de Ciencia Política, núm.10, 2019, pp. 71-177. Garay, Cristián. Entre la espada y la pared. Allende y los militares. 1970-1973. Santiago: Centro de Estudios Bicentenario, 2014.
7 Janowits, Morris. The profesional soldier. A social and Political Portrait. New York: The Free Press, 1971. Huntington, Samuel. The Soldier and the State. The theory and politics of civil-military relations. New York: Vintage Book, 1957.
8 Es interesante observar cómo desde Max Weber a Jürgen Habermas se considera que el proceso de modernización social tiene dos núcleos organizativos fundantes: la moderna empresa capitalista y la organización burocrática. De ahí que se sostenga la conexión interna entre los procesos de modernización social, secularización de las imágenes del mundo y de la organización de los Estados a través de la transversalización del discurso científico-técnico, que permite la formación de estructuras sociales organizadas por sistemas lectivos, sobre todo por la formación profesional que permite una distribución del estatus y el prestigio no por criterios adscriptivos. Habermas, Jürgen. El discurso filosófico de la modernidad. Madrid: Taurus, 1989.
9 Arriagada, Genaro. El pensamiento político de los militares. Santiago: CISEC, 1981, p. 24.
10 Janowitz, op. cit., p. 7.
11 Sobre los enfoques de investigación de los militares: Gutiérrez, Omar. Sociología Militar. La profesión militar en la sociedad democrática. Santiago: Editorial Universitaria, 2002, pp. 157-187.
12 Goffman, Erving. “The dissolution of identities. Characteristics of Total Institution”. En: Maurice Stein, Arthur Vidich y David White. Identity and anxiety. Survival of the person in mass society. New York: The Free Press, 1960.
13 Todos estos rasgos y características se encontrarán con posterioridad en las organizaciones y sistemas concentracionarios: Kogón, Eugen. The theory and practice of hell. The german concentration camps and the system behind them. New York: Farrar, Strauss and Giraux, 2006. Sofsky, Wolfgang. La organización del terror. Los campos de concentración. Buenos Aires: Prometeo, 2016.
14 Arriagada. El pensamiento…, op. cit., p. 29. Cfr. Vergara, Sergio. Historia social del Ejército de Chile. Santiago: Editorial Universitaria, 1994.
15 Tótoro, Dauno. La cofradía blindada. Autonomía, negocios e insubordinación de las fuerzas armadas chilenas. Santiago: Planeta, 2017.
16 Llambías, op. cit., p. 56.
17 Téllez, Idalicio (general en retiro). “La profesión militar”. Memorial del Ejército, núm. 179, marzo-abril de 1942, pp. 1139-1140.
18 Arriagada, op. cit., p. 30 y pp. 169-175. Salazar. El Ejército de Chile…, op. cit., pp. 60-74.
19 Garay, Cristián. “En un entorno difícil: la existencia de la Academia de Guerra entre 1947 y 1970”. Alejandro San Francisco (ed.). La Academia de Guerra del Ejército de Chile, 1886-2006. Santiago: Centro de Estudios Bicentenario, 2006, pp. 143-170. Fermandois, Joaquín. “El derecho de veto: las FF. AA. y la política internacional”. La política exterior del Gobierno de la Unidad Popular y el Sistema Internacional. Santiago: Ediciones Universidad Católica de Chile, 1985, pp. 84-110.
20 Neeb Gevert, op. cit.,p. 71.
21 Gutiérrez, Cristian. La contrasubversión como política. La doctrina de guerra revolucionaria francesa y su impacto en las FF. AA. de Argentina y Chile. Santiago: Lom ediciones, 2018.
22 Garay, Cristián. “En un entorno difícil: la existencia de la Academia de Guerra entre 1947 y 1970”. Alejandro San Francisco (ed.). La Academia de Guerra del Ejército de Chile, 1886-2006. Santiago: Centro de Estudios Bicentenario, 2006, pp. 143-170.
23 Quiroga, Patricio y Maldonado, Carlos. El prusianismo en las FF. AA. Chilenas. Un estudio histórico, 1885-1945. Santiago: Ediciones Documentas, 1988.
24 Casals, Marcelo. La creación de la amenaza roja. Del surgimiento del anticomunismo en Chile a la “campaña del terror” de 1964. Santiago: Lom ediciones, 2016, pp. 25-54. Cfr. Patto Sá Motta, Rodrigo. En guardia contra el peligro rojo. El anticomunismo en Brasil (1917-1964). Buenos Aires: Universidad Tres de Febrero, 2019, pp. 53-89.
25 El pensamiento organicista a finales del siglo XIX estaba presente con fuerza en las ciencias sociales y en las ciencias naturales; por ende, tenía un espacio de desarrollo intelectual amplio. Cfr. Archer, Margaret. Teoría social realista: el enfoque morfogenético. Santiago: Ediciones Universidad Alberto Hurtado, 2009, pp. 67-97.
26 “Editorial”, El Mercurio, 2 de octubre de 1934.
27 Estado Mayor del Ejército. Historia del Ejército de Chile. Tomo X. Santiago: Impresos Vicuña, 1985, pp. 169-170.
28 Vásquez, Ángel (capitán). “Algunos procedimientos que conviene adoptar en el Ejército para contrarrestar la propaganda de doctrinas contrarias al orden social. Memorial del Ejército. Año XVII, 1er semestre, 1924. En: Augusto Varas y Felipe Agüero. El proyecto político militar. Santiago: Flacso, 1984, p. 98.
29 Montero, René (capitán). “Los principios comunistas frente a las leyes biológicas y la estructura espiritual de la sociedad moderna”. Memorial del Ejército. Año XXVI, enero de 1932. Varas y Agüero, op. cit., p. 102.
30 Ídem.
31 Carvallo, Gustavo (contralmirante (R)), “Reflexiones sobre la disciplina”. Revista de Marina. Enero-febrero, 1963. Varas y Agüero, op. cit., p. 118.
32 Gutiérrez, op. cit., p.17.
33 Viaux, Ambrosio (mayor). “La política y la guerra”. Memorial del Ejército, Año XVI, 1er Semestre, 1921. En: Varas y Agüero, op. cit., p. 95.
34 Andrade, Luis (capitán de fragata). “Concepto de “Estrategia de Paz”. Revista de Marina, mayo-junio, 1940. En: Varas y Agüero, op. cit., p. 214.
35 Becket, Ian. Modern Insurgencies and counter-insurgencies. Guerrillas and their opponents since 1750. London and New York: Routledge, 2001, p. VIII.
36 Valenzuela, Luis (mayor). “Misión de las Fuerzas Armadas y su participación en el desenvolvimiento normal de nuestra vida democrática”, Memorial del Ejército, núm. 284. Mayo-junio de 1958, pp. 22-36.
37 Estado Mayor del Ejército. “La Seguridad Nacional, función de Gobierno”. Memorial del Ejército, núm. 230, mayo-junio, 1949. En: Varas y Agüero. op. cit., p. 184.
38 Andrade, Luis (capitán de fragata). “Concepto de “Estrategia de Paz”. Revista de Marina, mayo-junio, 1940. En: Varas y Agüero. op. cit., p. 214.
39 Gutiérrez, op. cit., p.17.
40 Gutiérrez, op. cit. Robin, Marie-Monique. Escuadrones de la muerte: la escuela francesa. Buenos Aires: Sudamericana, 2004.
41 Las conferencias dadas por Charles Lacheroy fueron las siguientes “Un arma del Vit Minh, las jerarquías paralelas”, “La campaña de Indochina o una lección de guerra revolucionaria”, “Principios y esquemas de la organización del Viet Minh”, “La acción del Viet Minh y el comunismo en Indochina o una lección de guerra revolucionaria”, “Principios y esquemas de la organización del Viet Minh”, “Guerra Revolucionaria y arma psicológica”. Cfr.: Lacheroy. Charles. Discours et conférences, Universite Lorraine, 2012.
42 Galula, David. Pacification in Algeria, 1956-1958. California: Rand. Corp., 1963.
43 Galula, David. Counterinsurgency Warfare, Theory and Practice. New York: Prager ed., 1964.
44 Escuadrones de la Muerte. Dir.: Marie-Monique Robin, 2003, 60 min. Krischke, Jair, “Brasil y la operación cóndor”, Primer encuentro de museos de la memoria del Mercosur, 2008, p. 1.
45 Green, Thomas Nicholls (ed.). The Guerrilla and how to fight him. New York: Praeger, 1962.
46 “Sobre guerrillas y sabotajes: curso Político Militar inauguran en Argentina”, La Nación, 26 de septiembre de 1961. Citado por: Gutiérrez, op. cit., p. 116.
47 “Curso de Guerra Contrarrevolucionaria”, El Mercurio, 3 de octubre de 1961, p. 29. Citado por: Cristian Gutiérrez, op. cit., p. 104.
48 Departamento de Historia Militar, “El Ejército Francés en el Ejército Chileno”, Cuaderno de Historia Militar, núm. 1, mayo de 2005, pp. 29-56.
49 Tapia, Jorge. El Terrorismo de Estado: la Doctrina de Seguridad Nacional en el Cono Sur. México D.F.: Nueva Imagen-Nueva Sociedad, 1980. Arriagada, Genaro. La política militar de Pinochet. Santiago: Salesianos, 1985. Arriagada, Genaro; Balbontín, Ignacio; Daitreaux, Carlos y Wingertter, Rex. Subversión y contrasubversión. Santiago: CISEC, 1978.
50 Chateau, Jorge. Seguridad nacional y guerra antisubversiva. Documento de Trabajo. Santiago: Flacso, 1983.
51 Krumm, Fernando (mayor). “La Junta Interamericana de Defensa”, Memorial del Ejército, núm. 294, julio-agosto de 1959, pp. 84-104.
52 Para un análisis de la relación entre el marco de Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) de 1947 y el Sistema Interamericano de Defensa, cfr.: Carrasco, Carlos (capitán de fragata). “Programa de Asistencia Militar y las ventas militares de EE. UU. al exterior”. Revista de Marina, núm. 718, mayo-junio de 1977, pp. 279-290; Vergara, Rolando. “El TIAR y la defensa contra un ataque armado”. Revista de la Academia de Guerra Naval, núm. 6, Valparaíso, 1979.
53 Decreto núm. 328 del 6 de julio de 1952, publicado en el Diario Oficial núm. 22.305 del 21 de julio de 1952.
54 Para un detalle de la asistencia militar norteamericana en el período: González, Martín. La influencia militar de Estados Unidos en la doctrina del Ejército de Chile en el período de la post Segunda Guerra Mundial. Universidad Adolfo Ibáñez: Magíster de Humanidades, 2004.
55 Garay señala que la principal vía intelectual de influencia fue la revista Military Review, de la cual Memorial del Ejército tradujo varios textos. Garay, op. cit., p. 156.
56 González, Mónica. La conjura: Los mil y un día del golpe. Santiago: Ediciones B, 2000, p. 22.
57 Ejército de Chile. Historia de la Academia de Guerra fundada en 1886. Santiago: Instituto Geográfico Nacional, 2006, p. 46.
58 Canessa, Julio. Quiebre y recuperación del orden institucional en Chile. El factor Militar, 1924.1973. Santiago: Emérida Ediciones, 2005, p. 179.
59 Las principales revistas institucionales son Revista Memorial del Ejército, Revista de Infantería, Revista de Marina y Revista Fuerza Aérea.
60 Polloni, Roberto. Las fuerzas armadas de Chile en la vida nacional. Compendio cívico-militar. Santiago: Editorial Andrés Bello, 1972, p. 61.
61 Medina Lois, Alejandro (capitán). “Seguridad Nacional. Un concepto que debe difundirse”. Memorial del Ejército, núm. 333, 19 de septiembre de 1966, pp. 81-88.
62 La Época, 2 de septiembre de 1990. Sentencia causa rol 38.483 episodio Peldehue Boinas Negras, dictada por el Ministro Mario Carroza Espinoza, 12 de octubre de 2016.
63 Medina Lois, op. cit., p. 83.
64 Ibid., p. 84.
65 Medina Lois, Alejandro (coronel). “Seguridad Nacional”. Economía e Inversiones, julio, 1975. En: Varas y Agüero. op. cit., p. 205.
66 Ídem.
67 Scheihing, Rubén. “Prolegómenos sobre Seguridad Nacional”, Revista de Marina, núm. 679, julio-agosto de 1970, p. 479.
68 Scheihing, Rubén. “Hacia una conceptualización de la seguridad nacional”, Revista de Marina, núm. 679, noviembre- diciembre de 1970, p. 715.
69 Scheihing. “Hacia una conceptualización…, op. cit., p. 717.
70 Cortés Rencoret, Gerardo (coronel). “Introducción a la Seguridad Nacional”. Cuadernos del Instituto de Ciencias Políticas, Universidad Católica, núm. 2, febrero, 1976. En: Varas y Agüero. op. cit., p. 207.
71 Decreto Supremo núm.538 del 26 de diciembre de 1974, que modifica el nombre y actualiza el plan de estudios de la Academia de Defensa Nacional creada a través del Decreto Supremo núm. 359 de marzo de 1947.
72 Valenzuela, Raúl (capitán). “La guerra psicológica”. Memorial del Ejército, núm. 225, julio-agosto, 1948, pp. 33-45.
73 Ídem, p. 43
74 Ídem.
75 Díaz Estrada, Nicanor (comandante de escuadrilla). “El problema del desarme latinoamericano”. Revista de la Fuerza Aérea, abril-mayo-junio, núm.73, 1959.
76 Neira Mattos, Carlos (teniente coronel). “La guerra insurreccional”, Memorial del Ejército, núm. 309, julio-septiembre de 1962, p. 49.
77 Neira Mattos, “La guerra…”, op. cit., p. 52.
78 Ibid., p. 53.
79 Ibid., p. 54.
80 Ibid., p. 55.
81 Ídem.
82 Olea Guldemont, Fernando (mayor). “Guerra psicológica”, Memorial del Ejército, núm. 309, julio-septiembre de 1962, p. 29.
83 Sergio Fernández Rojas fue destinado en comisión de servicio en Fort Gullik, en la Escuela de las Américas. En su estancia, realizó los cursos de Información Militar para oficiales y el Curso Especial de Guerra Nuclear y Pedagogía Militar. Se tituló como docente. http://www.soa.org
84 Fernández Rojas, Sergio (mayor). “Subversión-Propaganda-Rebelión”. Memorial de Ejército, núm. 311, enero-febrero, 1963, pp. 50-60.
85 Fernández. “Subversión…”, op. cit.
86 Ibid., pp. 50-60.
87 Zavalla, Rafael (teniente coronel). “El frente interno en la estrategia general”. Memorial del Ejército, marzo-abril, 1969.En: Varas y Agüero, op. cit., , pp. 270-278.
88 Hijar Ariño, José (general de división). “La Guerra Revolucionaria”, Memorial del Ejército, núm. 318, marzo-abril de 1964, pp. 3-16.
89 Contreras Sepúlveda, Manuel (mayor). “Estrategia en la Guerra de Vietnam”, Memorial del Ejército, núm. 331, mayo-junio de 1966, pp. 68-95.
90 Toro Dávila, Agustín (teniente coronel) y Contreras Sepúlveda, Manuel (mayor). “Panorama político-estratégico del aisa suroriental”, Memorial del Ejército, núm. 344, julio-agosto de 1968 pp. 38-44.
91 Béjares González, Hernán (teniente coronel). “La guerra de Vietnam”, Memorial del Ejército, núm. 344, julio-agosto de 1968, pp. 68-103.
92 Matthaus, Von Gerhart. “La guerra es política con derramamiento de sangre”, Memorial del Ejército, núm. 344, julio-agosto de 1968, pp. 131-148.
93 O’Ryan Munita, Patricio (capitán). “Extrañas armas para las guerrillas”, Memorial del Ejército, núm. 344, julio-agosto de 1968, pp. 149-154.
94 Toro Dávila, Agustín (teniente coronel). “Las modernas formas de la guerra”, Memorial del Ejército, núm. 346, noviembre-diciembre de 1968, pp. 3-16. Wette, Wolfram. “Revolución y Guerra”, Memorial del Ejército, núm. 346, noviembre-diciembre de 1968, pp. 17-45.
95 Krebs, Robert (coronel). “Beaufre y la estrategia total”, Memorial del Ejército, núm. 348, marzo-abril de 1969, pp. 24-30.
96 Sáez, Luis. “Guerra Civil Universal”, Revista de Marina, núm. 662, enero-febrero de 1968, pp. 57-61.
97 Sáez, op. cit., p. 59. La reflexión de este artículo es similar a una que se publicó años más tarde. Cfr: Bueno Rocero, L. F. “La guerra cotidiana”, Revista de Marina, núm. 694, mayo-junio de 1973, pp. 287-290.
98 Frade, Fernando (teniente coronel). “La guerra psicológica”, Revista de Marina, núm. 663, marzo-abril de 1968, p. 7.
99 Venatici, Canis. “La Guerra de Vietnam. Sus proyecciones políticas y económicas”, Revista de Marina, núm. 691, noviembre-diciembre de 1972, pp. 693-703. Nicolas, Fernando (subteniente Rva.). “Reflexiones sobre la Guerra de Indochina”, Revista de Marina, núm. 679, noviembre-diciembre de 1970, pp. 719-722.
100 Guidi, Roberto. “Estrategia directa y estrategia indirecta”, Revista de Marina, núm. 666, septiembre-octubre de 1968, pp. 665- 672.
101 Ney, Virgin. “Táctica y técnica de motines”, Revista de Marina, núm. 680, enero- febrero de 1971, p. 39.
102 Ney, op. cit., p. 41.
103 Ibid., p. 43.
CAPÍTULO II
ARQUITECTURA JURÍDICA DE LA REPRESIÓN Y LA SEGURIDAD NACIONAL: HACIA LA MILITARIZACIÓN DE LA SEGURIDAD INTERIOR EN EL ESTADO DE COMPROMISO (1938-1970)
Los mandos superiores del Ejército, desde el advenimiento del Frente Popular, no tuvieron dudas de que el marxismo tendría como objetivo principal la desintegración de la institución. De ahí se derivó la fundamental exigencia que esos mandos hicieran a los Servicios de Información del Ejército, para que se dedicaran a estudiar el marxismo, definir sus métodos en el país y hacia la institución, las acciones en desarrollo y por desarrollar, personalidades comunistas abiertas y encubiertas, compañeros de ruta y simpatizantes y propusiera medidas para todo nivel1.
Tras las huellas de los dispositivos de excepción y represión política
El golpe de Estado de 1973 implicó una ruptura de la institucionalidad democrática chilena construida sobre los pilares de la Constitución de 1925, tras el período de inestabilidad institucional de comienzos de la década de 1930 y del arribo del Frente Popular al Gobierno en 1938. La constatación de ese hecho por vía de la imagen del quiebre de la institucionalidad democrática, ha reforzado la tesis de la subordinación civil de los militares, la prevalencia de un sistema democrático pragmático, flexible y competitivo, propio de un Estado moderno a la imagen y usanza de las democracias occidentales. Una serie de indicadores de modernización de la sociedad chilena desde el punto de vista del sistema político, contribuyeron a reforzar la tesis de la estabilidad institucional, de la efectividad del sistema democrático para procesar el desacuerdo político y de la subordinación civil de las fuerzas armadas (FF. AA.): la constatación de la periodicidad de las elecciones democráticas para la elección de los principales cargos del Estado, la división de poderes, la existencia de un moderno sistema de partidos políticos que incorporaba un amplio espectro de partidos de diversas orientaciones ideológicas y el supuesto no involucramiento de las FF. AA. en asuntos civiles y políticos. Por el ámbito del sistema de partidos, la tesis más destacada de este tipo de trabajos fue la de Arturo Valenzuela sobre los motivos que llevaron al quiebre de la democracia en Chile2. Desde los estudios de los militares, una serie de investigaciones reforzó la tesis del constitucionalismo formal de las FF. AA., entendida en términos de un retiro como actores del sistema político, condición de posibilidad para el mantenimiento de su posición e influencia de poder en la sociedad, en un contexto de fuertes cuestionamientos de parte de la sociedad civil a la labor desarrollada por los militares. Algunos trabajos previos habían resaltado este aspecto. Así, por ejemplo, Alain Joxe entendía el apoliticismo como una “intervención latente y permanente en el juego político, y no como simple abstención”3, en el sentido de que las FF. AA. mantenían cierto poder en el Estado. Trabajos posteriores, entre ellos los de Felipe Agüero, Augusto Varas y Carlos Maldonado, enfatizaban la tesis del constitucionalismo formal de las FF. AA. chilenas como resultado de su alejamiento del sistema político en la década de 1930, señalado como un elemento de estabilización del mismo, condición de posibilidad para el desarrollo de un proceso de profesionalización militar que en la década de 1960-1970 las llevará a una recepción sui géneris de la doctrina de seguridad nacional, producto de la influencia norteamericana en materia de seguridad y defensa4. Tesis que ha sido complementada respecto a las pervivencias de una matriz sociopolítica intervencionista en lo estatal en el interior de las FF. AA., dada la prevalencia de las influencias de la corriente “ibañista” que concebían el rol de los institutos militares como agentes desarrollistas, con capacidad de implementar reformas políticas y sociales en desmedro de una línea represiva de matriz contrasubversiva5.
Todo estos factores se destacan en desmedro de una serie de consideraciones sobre la participación permanente y activa de los militares en labores de represión política y seguridad nacional, a la que fueron progresivamente incorporándose en las diversas coyunturas políticas de la segunda mitad del siglo XX, posibilitada por una serie de reformas institucionales introducidas por los actores civiles y políticos, como una manera de contener el movimiento popular y criminalizar la emergencia de partidos marxistas, cuyos principales actores fueron el Partido Comunista de Chile (PCCH) y el Partido Socialista (PS). Visto desde la mediana duración, la imagen de la excepcionalidad y estabilidad del régimen democrático chileno y de la subordinación de las FF. AA. al poder civil, tiende a opacar el proceso de construcción de una serie de dispositivos jurídicos y burocráticos que posibilitan el desarrollo de una práctica estatal de represión que dotó a las instituciones militares de una relevancia preponderante en materia de contrasubversión y seguridad nacional. Si bien una serie de trabajos han explorado sobre la óptica contrasubversiva en las FF. AA. chilenas para el período 1938-1973, destacando la recepción de la doctrina de la guerra contrasubversiva6 y de la doctrina de seguridad nacional7, no se ha resaltado el proceso de implementación efectivo de dispositivos y mecanismos estatales de represión que –sin enmarcarse en estas consideraciones teóricas sobre la contrasubversión– venían relevando y posicionando a las FF. AA. como actores fundamentales en materia de represión, seguridad y contrasubversión8. La asimilación de las labores y mecanismos contrasubversivos a la recepción de la influencia doctrinaria de las FF. AA. norteamericanas, tiende a dificultar la identificación de los dispositivos construidos por el Estado para tales efectos, previo a la Guerra Fría interamericana y resta agencia a los actores nacionales en materia de seguridad nacional y contrasubversión.
De manera indirecta, la narrativa explicativa que destaca la retirada institucional de las FF. AA. del sistema político, bajo una subordinación formal al poder civil, sumada a la narrativa de la estabilidad institucional, tiende a dejar en un segundo lugar y restarles protagonismo explicativo a las irrupciones de las FF. AA. en materia de represión política por motivos de orden interno policial en la segunda mitad del siglo XX, así como la utilización de estas, por parte de diversos gobiernos de coaliciones que contaron con el apoyo de los partidos comunista y socialista: los gobiernos de los presidentes del Partido Radical, Pedro Aguirre Cerda, 1938-1941; Juan Antonio Ríos, 1941-1946; Gabriel González Videla, 1946-1952; y el Gobierno de Salvador Allende de la Unidad Popular (UP), entre 1970-1973. Esta herramienta explicativa lleva a considerar los hechos represivos en los que participaron las FF. AA. como una situación anómala en la historia republicana construida sobre los pilares institucionales de la Constitución de 1925. Por otra parte, revisada en perspectiva de mediana duración, la herramienta explicativa de la influencia externa tiende a distorsionar los mecanismos y las pulsiones contrasubversivas de las FF. AA. y de los actores civiles que, desde comienzos del siglo XX, en el período de inestabilidad político previo y posterior a la Constitución de 1925, concebían la represión bajo un prisma anticomunista, contrasubversivo y como el complemento necesario para la implementación de reformas políticas y sociales. Como indica John Bawden, “Los soldados chilenos tenían su propio punto de vista arraigado en sus tradiciones, historia y consideración de su lugar en el mundo como un Estado en desarrollo. La influencia militar norteamericana nunca abrumó las tradiciones nacionales o las preocupaciones locales de soldados profesionales que contaban con instalaciones de formación avanzada, sentimientos anticomunistas, y largas tradiciones intelectuales nativas antes de la era de la hegemonía norteamericana”9.
Concordando con la historiadora Verónica Valdivia respecto de la complementariedad de los dispositivos estatales en materia de construcción de Estado desde los mecanismos coercitivos y de legitimación por la vía de construcción de consensos políticos10, se torna necesario poder analizar en detenimiento la manera cómo las FF. AA. y policiales se fueron posicionando en roles institucionales de contrasubversión y seguridad nacional.
Al momento de llegar a la presidencia en 1927, el entonces coronel Carlos Ibáñez del Campo premunió a los sectores políticos conservadores y oligárquicos, que de no mediar su accionar, el comunismo provocaría una insurrección social y revolucionaria. A comienzos de la década de 1930, Domingo Melfi Demarco –periodista, ensayista de época y primer presidente de la Sociedad de Escritores de Chile (SECH)– señaló que con ello Ibáñez buscaba asociar comunismo con inestabilidad política y caos social, ya que el concepto comunismo en ese ejercicio demagógico connotaba destrucción: “decir comunismo significa el saqueo, la violación de todas las mujeres, la degollación de los inocentes y el reparto de las propiedades (…) Hablarle de comunismo a una sociedad conservadora como esta, es ponerle los pelos de punta”11. Una de las primeras medidas del Gobierno de Ibáñez devenido en dictadura fue fortalecer los roles y mecanismos represivos del Estado, anunciando públicamente que continuaría “(…) robusteciendo el principio de autoridad, para que termine definitivamente la anarquía que ha reinado en el país. Si una vez en el ejercicio normal de mis nuevas funciones, los elementos anárquicos reapareciesen, propagando sus doctrinas disolventes, no vacilaré en pedir al Congreso las facultades necesarias para reprimirlos y encauzarlos”12.
La participación de las FF. AA. y otras burocracias policiales en las labores de represión política, tuvo un rol que es necesario resaltar en su relación con el poder civil y el conflicto sociopolítico de la época (la relación civil-militar en la construcción del Estado)13, ya que lo hicieron al alero de la creación de mecanismos jurídicos y burocráticos que se institucionalizaron previo a la Guerra Fría interamericana y que se fueron perfeccionando antes de la recepción de la doctrina de guerra contrasubversiva y de la política de seguridad hemisférica norteamericana. La Guerra Fría interamericana y la influencia extranjera no crearon las políticas contrasubversivas en el Estado, sino que profundizaron y reactualizaron estos conflictos, así como las representaciones anticomunistas de la sociedad en el marco de la disputa geoestratégica de la época. En ese contexto, si bien la doctrina e influencia extranjeras son factores que permiten explicar los dispositivos represivos y su óptica contrasubversiva, no son suficientes para dar cuenta de la institucionalización y validación de estos ante los actores políticos de la época14.
Tras la dictadura de Ibáñez del Campo, se van desarrollando una serie de dispositivos de represión para el control del territorio, la construcción jurídica de los enemigos políticos de la seguridad estatal y de identificación, en la coyuntura de 1932 a 1970. Esto nos permite destacar, por ejemplo, cómo la problemática de la formación de los mecanismos de control militar del territorio para escenarios contrasubversivos en el marco del desarrollo de políticas de seguridad interior dentro del Estado, fueron usados por diversos presidentes en el período antes indicado. Son esos mismos mecanismos los que permiten en diversos gobiernos –incluyendo el de Allende– entregar el control del territorio a las FF. AA. para posibilitarles el monopolio del ejercicio de la seguridad interior y la contrasubversión. Esto es lo que llevó al movimiento golpista, pese a constituirse en un núcleo reducido de oficiales conjurados contra el Gobierno, a hacerse con el poder del Estado solo en horas de iniciada la sublevación. Salvo algunos casos de oposición al golpe de parte de oficiales de diversas ramas de las FF. AA. y de las policías (tanto de Carabineros como de Investigaciones), la tropa y la oficialidad cerró filas con la sublevación.
Diversas hipótesis se pueden sostener para dar cuenta del proceso de aceptación de la sublevación y de las posteriores graves violaciones a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado apoyados por civiles. En general, las explicaciones metodológicamente oscilan entre el factor individualista (agentes) y el institucionalismo (estructuras), enfatizando aspectos de disposiciones psicosociales, racionalidad limitada o de principio jerárquico y compartimentación de las tareas militares. Si bien el estudio antropológico de los hombres y mujeres que posibilitaron la construcción de organizaciones e instituciones colectivas de asesinato, debe ser un elemento importante para tener en consideración en el análisis de los perpetradores, también lo deben ser los dispositivos institucionales y burocráticos que permiten que dichas personas, en el marco del ejercicio de su profesión, se transformen en verdugos colectivos e individuales ante los ojos de sectores de la sociedad chilena que justificaron los hechos y los respaldaron. El análisis de los cruentos asesinatos en las zonas rurales cometidos por comitivas de carabineros, militares y civiles son ilustrativos en esos puntos. Los militares, carabineros y civiles no solo procedieron con crueldad y sin vilo, llevando hasta el paroxismo su aversión por diversas categorías de personas representadas como enemigos internos que era necesario exterminar en el marco de una guerra, sino que, sobre todo, fueron premunidos para proceder de dicha manera, porque en el marco de sus instituciones militares y policiales dicho escenario era una realidad que superaba las virtualidades de los juegos de guerra de sus respectivas academias y que se hacía realidad en el terreno de sus respectivas jurisdicciones militares en los territorios y provincias de Chile15.