Kitabı oku: «Las promesas de Dios», sayfa 2
GUÍA DE ESTUDIO
DEL CAPÍTULO 1
INTRODUCCIÓN
La palabra pacto se tergiversa mucho—especialmente en los círculos reformados. La dificultad radica en el hecho de que “pacto” sigue siendo un concepto difícil de comprender. Sin embargo, muchos teólogos lo tratan como un principio interpretativo central de las Escrituras y la historia de Israel. ¿Es realmente tan importante? ¿Realmente nos perdemos de algo en las Escrituras si dejamos el estudio de los pactos bíblicos a los eruditos? La respuesta es un rotundo “¡Sí!”. En este capítulo, el Dr. R. C. Sproul expone el significado de “pacto” y su desarrollo en la historia de la redención temprana.
LECTURA BÍBLICA
Génesis 21:27; 26:28; 31:44; Jueces 2:1-2; Esdras 10:3; Proverbios 2:16-17; Ezequiel 16:8; Malaquías 2:14
OBJETIVO DE ARENDIZAJE
1. Comprender el significado de la palabra pacto con relación al pacto de Dios con la humanidad.
CITAS
Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones.
—Deuteronomio 7:9
BOSQUEJO
I. Palabras bíblicas
A. Berîyth: esta palabra hebrea se traduce al español como “pacto”. Cuando se usa para describir el pacto de Dios con el hombre, se refiere simplemente a un acuerdo que reposa sobre la soberanía de Dios con sanción divina.
B. Diathēkē: los eruditos que tradujeron el Antiguo Testamento al griego (cerca del 250 a. C.) usaron esta palabra griega que significa “testamento” para la palabra hebrea berîyth. Si bien no tiene un significado equivalente, “testamento” sí denota la noción de que Dios pacta soberanamente con quien Él quiere. Esta traducción ha llevado a cierta confusión. Un “testamento” puede ser cambiado en cualquier momento por el testador. Él o ella puede desheredar a los que estaban previamente en el testamento. Pero el testamento de Dios es firme. Otra insuficiencia de esta palabra proviene del hecho de que los beneficios de un testamento vienen después de la muerte del testador—no antes.
C. Sunkatathesis: esta palabra griega fue rechazada porque denotaba más un compromiso, propósito, origen y obligación mutuos. La Biblia describe a Dios como Aquel que es absolutamente fiel al pacto y no necesita depender de nadie para llevarlo a cabo.
D. Debemos tener en cuenta que el Antiguo y Nuevo “Testamentos” son divisiones literarias, y no debemos confundir ese uso de la palabra “testamento” con el concepto bíblico de “pacto”. ¿Quién fue el profeta más grande del Antiguo Testamento? ¿Se encuentra su historia dentro de las páginas del Antiguo Testamento?
E. Nuestra historia sobre el antiguo pacto comienza con la caída de la humanidad. Pero ¿hubo algún “arreglo” entre Dios y Adán antes de que él cayera? Los próximos tres capítulos explorarán este aspecto de los pactos bíblicos.
PREGUNTAS DE ESTUDIO
1. Berîyth es la palabra hebrea para “___________________” en español.
a. Acción de gracias
b. Fidelidad
c. Pacto
d. Ninguna de las anteriores
2. ¿Qué palabra del español se traduce de la palabra griega diathēkē?
a. Compromiso mutuo
b. Propósito mutuo
c. Testamento
d. Ninguna de las anteriores
3. Dios es descrito en las Escrituras como Aquel que es absolutamente fiel al pacto, __________________.
a. Sin embargo, necesita depender de la aprobación de una persona para ejecutar el pacto.
b. No necesita depender de nadie para su cumplimiento.
c. Necesita solo iniciarlo, mientras que depende de nosotros para terminarlo.
d. Ninguna de las anteriores.
4. ¿Quién fue el profeta más grande del Antiguo Testamento?
a. Isaías
b. Juan el Bautista
c. Jeremías
d. Ninguna de las anteriores
5. El “Antiguo Testamento” se refiere a ____________________.
a. El pacto mosaico
b. El pacto abrahámico
c. El pacto davídico
d. La compilación de escritos antiguos desde Génesis hasta Malaquías
6. Nuestra historia sobre el antiguo pacto comienza con _________________.
a. El pacto de redención
b. El ascenso de David al trono
c. El diluvio de Noé
d. La caída de la humanidad
GUÍA DE DISCUSIÓN
1. ¿Era la relación que Adán gozaba en el huerto con Dios necesaria debido a que Adán fue creado? ¿O fue un privilegio de gracia? ¿Qué parámetros eligió Dios para definir esa relación ( berîyth, diathēkē)?
2. ¿Por qué es adecuado llamar los diversos acuerdos que Dios ha hecho con la humanidad “pactos”?
3. ¿Cuáles son algunos de los elementos de un pacto bíblico como se describe en este capítulo?
4. ¿Crees que la Biblia misma merece ser leída en un marco de pacto, o crees que esto se ha superpuesto de manera errada sobre las Escrituras? Defiende tu respuesta bíblicamente.
5. Define las palabras berîyth y diathēkē, y cómo esta última es más apropiada que sunkatathesis para describir el pacto entre Dios y la humanidad.
LECTURAS SUGERIDAS PARA ESTUDIO ADICIONAL
• Robertson, O. Palmer. The Christ of the Covenants [El Cristo de los pactos], p. 27-53.
• Vos, Geerhardus. Biblical Theology: Old and New Testaments [Teología Bíblica: Antiguo y Nuevo Testamento], p. 19-26.
2
EL PACTO DE REDENCIÓN
La revelación bíblica que encontramos en las Escrituras es progresiva; es decir, hay un desarrollo gradual de la revelación de Dios. Él no nos lo da todo en el libro de Génesis. Pero a medida que la historia avanza a través del tiempo, Dios da más y más revelación de Sí mismo y de Su plan de redención. Esa revelación continua y progresiva no es correctiva. No es que la revelación más reciente corrija la antigua; Dios no necesita ser corregido. En cambio, Él aumenta o agrega contenido adicional a Su revelación a medida que pasa el tiempo. Y una vez más, la estructura básica que transmite esa progresión es la estructura del pacto.
¿Cuándo se hizo el primer pacto? En teología, encontramos evidencia de un pacto que no se muestra directamente en las Escrituras. Más bien, se deduce de cierta información extraída de las Escrituras, en particular de pasajes del Nuevo Testamento que tratan sobre nuestra comprensión de la misión, el propósito y la obra de Jesús. Hace algunos años, prediqué sobre el evangelio de Juan y recordé una vez más cuánto de este libro es un registro de las controversias que Jesús tuvo con las autoridades judías de Su época. Muchos de los debates entre Jesús y los fariseos o Jesús y los escribas tenían que ver con Su origen y la base para Su autoridad. Y una y otra vez en el evangelio de Juan, Jesús dijo que fue enviado por el Padre, que Él es el misionero supremo de Dios. Un misionero es alguien que es enviado y autorizado por la persona o el grupo que lo envía. Cristo se refería constantemente a Su origen, no al lugar de Su nacimiento en Belén, sino al cielo, desde donde fue enviado a la tierra por el Padre y fue autorizado por el Padre para hablar la Palabra del Padre.
Si entendemos que Jesús fue enviado y autorizado por el Padre, entendemos algo de lo que sucedió antes de que Dios creara el mundo, antes de que Dios creara a Adán y Eva, antes de que hubiera cualquier tipo de prueba en el huerto del Edén. En primera instancia no hablamos de un pacto que Dios hace con nosotros, sino de un pacto que fue forjado al interior de la misma Trinidad. En el lenguaje teológico, llamamos a esto el pacto de redención. Nos habla de un acuerdo que ha existido desde toda la eternidad entre las personas de la Deidad con respecto al plan de redención de Dios.
UNIDAD CON PROPÓSITO
Cuando yo era estudiante de posgrado en la década de 1960, se estaba gestando una controversia entre los teólogos alemanes. Ellos argumentaban que el ministerio de Jesús fue impulsado por Su deseo de vencer las inclinaciones vengativas y airadas del Dios del Antiguo Testamento. Esta idea se remonta a la herejía de Marción (cerca del 85-160 d. C.) en la iglesia primitiva, quien borró del Nuevo Testamento todas las referencias a Dios como el Padre de Jesús, porque pensaba que existía una incompatibilidad entre Cristo y el Dios del Antiguo Testamento. Todavía hay muchas personas que sostienen básicamente la misma idea. Dicen: “Bueno, me gusta el Jesús del Nuevo Testamento; es el Dios del Antiguo Testamento al que no puedo soportar; Él es un Dios tan vengativo”. Entonces, en la teología alemana surgió la idea de que Cristo vino en un esfuerzo por cambiar la mente de Dios, para convencerlo de que renunciara a Su propósito de juzgar a las personas y exponerlas a Su ira. Básicamente, entonces, la obra redentora de Cristo tuvo que ver con persuadir al Padre para que se relajara, por así decirlo. Por ende, Cristo nos revela misericordia, mientras que el Padre solo mostraba juicio.
No puedo pensar en nada que distorsione más el retrato bíblico de Dios Padre y de Dios Hijo que este tipo de teoría. El concepto detrás del pacto de redención es que el plan de salvación es concebido en la Deidad, y, en cierto sentido, es el plan del Padre. Es Él quien envía al Hijo al mundo. El Hijo no viene por Su propia iniciativa. De hecho, Jesús dijo: “De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente” (Juan 5:19). Así que el Hijo vino del cielo para hacer la voluntad del Padre en este mundo porque ellos dos, Dios Padre y Dios Hijo, están perfectamente de acuerdo desde la eternidad sobre la misión que el Hijo cumpliría en este mundo. El Padre y el Hijo son uno en Su propósito eterno—y podríamos agregar al Espíritu Santo, porque Él también está perfectamente de acuerdo con el Padre y el Hijo en cuanto al plan de redención de Dios.
Por lo tanto, creemos que hubo un pacto hecho entre las personas de la Deidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) antes de la Creación. A menudo decimos que, en el plan de redención, el Padre envía al Hijo al mundo para redimir a Su pueblo; el Hijo lleva a cabo esa redención mediante Su obra de obediencia; y luego el Espíritu Santo aplica la obra de Cristo al pueblo de Dios. El Espíritu ilumina la Palabra de Dios para nosotros, regenera nuestro espíritu a una nueva vida, nos atrae hacia el Hijo y nos reconcilia con el Padre. En consecuencia, la redención es una obra trinitaria de principio a fin.
La gran verdad que reposa sobre el concepto del pacto de redención es que la redención no fue una idea de último momento en el plan de Dios. No fue el plan B de Dios, que Él se vio obligado a idear para corregir el desastre que la humanidad hizo con la Creación. No, antes de que Él creara el mundo, Dios tenía un propósito eterno de redención, un plan para redimir a Su pueblo en este mundo, y las tres personas de la Trinidad estaban totalmente de acuerdo con respecto a ese plan. Por lo tanto, la idea de pacto está arraigada y basada en el carácter de Dios.
OBEDIECIA ACTIVA Y PASIVA
Cuando pensamos en el desarrollo del pacto de redención, tanto la teología histórica reformada como la teología protestante en general hacen una distinción con respecto a la obediencia de la segunda persona de la Trinidad, Jesucristo. Es una distinción entre Su obediencia activa perfecta y Su obediencia pasiva perfecta.
La obediencia activa de Cristo tiene que ver con Su obra como el segundo Adán, colocándose voluntariamente bajo los requisitos de la ley, asumiendo la responsabilidad de guardar la ley en nuestro nombre y obedeciendo activamente todos los mandamientos que Dios requiere de los seres humanos. Jesús manifestó Su obediencia activa en aquella ocasión confusa cuando vino a Juan el Bautista para ser bautizado junto con toda la gente de Judea, porque Juan los había llamado a venir y ser bautizados como una señal de limpieza del pecado. Cuando Juan vio a Jesús, declaró que Él era el Cordero de Dios que iba a quitar el pecado del mundo (Juan 1:29), afirmando que Él era un Cordero sin mancha. Pero entonces Jesús pidió ser bautizado. Juan estaba horrorizado. Él exclamó: “Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí?” (ver Mateo 3:13-14). ¿Qué respondió Jesús? “Deja ahora, porque así conviene que cumplamos toda justicia” (Mateo 3:15). No pronunció un largo discurso sobre por qué quería que Juan el Bautista lo bautizara. Básicamente, puso a Juan en su lugar y dijo: “Solo bautízame; tiene que hacerse”.
Pero ¿por qué tenía que hacerse? Si Jesús iba a ser el segundo Adán, el nuevo representante del pueblo, Él tenía que cumplir en Su propia persona todas las obligaciones que Dios había impuesto a Su pueblo. En cierto sentido, Él se convirtió en la encarnación de Israel y tuvo que hacer todo lo que la ley exigía a esas personas, incluyendo someterse al bautismo como lo ordenó el profeta de Dios, Juan el Bautista. Así que Él procuró la obediencia activamente. Su comida era hacer la voluntad del Padre (Juan 4:34).
En contraste, también hablamos de la obediencia pasiva de Jesús. No podemos hacer una distinción absoluta, porque Jesús se sometió activamente a la aceptación pasiva de los requisitos del Padre, y esto se relacionaba con Su sufrimiento. Su obediencia activa es esa obediencia por la que logró la justicia perfecta y por lo tanto mereció la redención para Su pueblo. De ese modo Él nos proveyó con la justicia que necesitamos. Al mismo tiempo, Él asumió sobre Sí mismo los castigos que nosotros merecemos al someterse al juicio de Dios. Podemos ver esto más claramente en Su lucha en el huerto de Getsemaní, cuando Jesús tenía la copa de la ira divina frente a Él, la copa del juicio de Dios. Allí, Él dijo: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú” (Mateo 26:39). Evidentemente el Padre pidió que bebiera la copa y abrazara la cruz. En ese punto, Cristo fue pasivo. Estaba recibiendo Él mismo la maldición del antiguo pacto. Estaba recibiendo Él mismo el castigo de Dios a favor de Su pueblo.
Y todo esto fue acordado en la eternidad antes de que Cristo se hiciera carne y habitara entre nosotros. Él aceptó hacer la obra necesaria para nuestra redención. Por eso lo llamamos el pacto de redención entre el Padre y el Hijo y, por extensión, el Espíritu Santo.
GUÍA DE ESTUDIO
DEL CAPÍTULO 2
INTRODUCCIÓN
Conocer a Dios significa saber que Él es y será absolutamente fiel a Su pacto a favor nuestro. La Escritura no nos da todos los detalles del plan elaborado entre la Trinidad en el pasado. Pero sí revela la manifestación de ese pacto en el tiempo—desde la obra redentora de Dios a través de la nación de Israel en las historias del Antiguo Testamento hasta la aparición culminante del Dios-hombre, Jesucristo. En este capítulo, el Dr. R. C. Sproul estudia el tema del pacto en las Escrituras y el pacto intratrinitario y fundamental de la redención.
LECTURA BÍBLICA
Salmo 89:3-4; Isaías 42:5-9; 53:10-12; Lucas 22:28-30; Juan 10:18; 17:4-5
OBJETIVOS DE APRENDIZAJE
1. Entender la centralidad del tema del pacto en la Escritura.
2. Ser capaz de explicar qué es el pacto de redención y cómo se relaciona con la obra de Dios para reconciliar Su Creación consigo mismo.
CITAS
Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.
—Hechos 2:38-39
BOSQUEJO
I. Tema de las Escrituras: pacto
A. El concepto completo del “pacto” es básico para entender las Escrituras. Podemos incluso decir que la obra de Dios con y en la Creación se expresa en términos de pacto.
B. Un principio importante de este tema de las Escrituras es que la revelación es progresiva. Es decir, cada revelación subsiguiente de Dios no es una corrección de lo que Él ha dicho previamente; en cambio, cada revelación aumenta o agrega contenido a la anterior.
C. La palabra pacto no significa simplemente “acuerdo”. No debemos permitir que nuestros propios conceptos occidentales de “pacto” dicten el significado de las Escrituras. Pero muchos de nuestros conceptos sí tienen elementos que se encuentran en los pactos bíblicos (por ejemplo, “promesas”).
D. Los pactos bíblicos tienen una religiosidad más profunda inherente a ellos. Son forjados por sanción divina y representan una relación íntima entre promesas y cumplimientos (es decir, Dios siempre cumple Su palabra).
E. Por lo tanto, el cristiano debe caminar por fe—una fe que no es nada menos que estar completamente convencido de las promesas de Dios, que nos llevarán en gratitud a vivir en pacto con Él.
F. Esto, por supuesto, es imposible de hacer sin Su gracia. Si bien no hemos visto ni escuchado a Dios, Su Palabra ha sido dada por esta razón: para dar fe de la fidelidad de Su pacto.
II. El pacto de redención
A. Jesús estuvo rodeado de mucha controversia durante Su vida.
B. ¿De dónde vino? ¿Con qué autoridad? ¿Cuál era Su origen? Las respuestas a estas preguntas hacen referencia a este primer pacto entre la Deidad.
C. Cristo Jesús no vino para cambiar lo que Dios había revelado antes de Su llegada, o como se malinterpreta comúnmente, para mostrar misericordia en contraposición con el “Dios de la ira” del Antiguo Testamento.
D. Todo el tiempo, Jesús estaba haciendo la voluntad de Su Padre. Eran uno en Su propósito eterno. Él no hizo nada por Su propia iniciativa, sino que vino a causa de un pacto intratrinitario—un pacto que no era el “plan B”.
E. En este pacto, el Padre envió al Hijo, el Hijo llevó a cabo el plan, y el Espíritu aplicó la obra realizada del Hijo al pueblo del Dios trino.
F. Usualmente, se habla de la obra de Jesús en la redención de dos formas:
1. Obediencia activa perfecta: Jesús se sometió a Sí mismo de manera activa y voluntaria bajo la ley de Dios (por ejemplo, fue bautizado tal como debían hacerlo los pecadores que necesitaban ser limpiados). Jesús necesitaba cumplir todo lo que Dios requería que Israel hiciera. Por ende, Él se convirtió en la encarnación de Israel. Y como el Israel de Dios, Él logró la justicia perfecta y ganó la redención para Su pueblo.
2. Obediencia pasiva perfecta: es la obra que Jesús hizo en la cruz. Se sometió a las maldiciones del pacto, al juicio y la ira del Padre, en nombre de Su pueblo.
PREGUNTAS DE ESTUDIO
1. Cada pacto subsiguiente revelado en las Escrituras corrige los problemas del plan anterior de Dios.
a. Verdadero
b. Falso
c. Tanto verdadero como falso
d. No lo sé
2. El pacto de redención describe _____________________.
a. El acuerdo intratrinitario para redimir a un pueblo para la gloria de Dios
b. El acuerdo intratrinitario para condenar a un pueblo para la gloria de Dios
c. Tanto a como b
d. Ninguna de las anteriores
3. El pacto de redención fue lo que Dios hizo __________________________.
a. En respuesta a lo que lo había tomado por sorpresa: la caída de la humanidad
b. En respuesta al fracaso de la nación israelita de mantener el pacto de obras
c. Como plan de salvación para los pecadores a través de la muerte de Jesús en la cruz
d. Ninguna de las anteriores
4. ¿Cuál de las siguientes opciones describe mejor la “obediencia activa” de Jesús?
a. La pasión (muerte y resurrección).
b. Jesús se puso a Sí mismo bajo la ley de Dios y permaneció perfectamente en ella.
c. Jesús se puso a Sí mismo bajo la ley de Dios y la abolió por completo.
d. Todas las anteriores.
5. Gran parte de la Biblia está escrita en términos de _________________.
a. Ciencia
b. Pactos
c. Tanto a como b
d. Ninguna de las anteriores
6. ¿Por la autoridad de quién vino Jesús a la tierra?
a. La Suya propia
b. La del Padre
c. La del Espíritu Santo
d. Todas las anteriores
GUÍA DE DISCUSIÓN
1. De acuerdo con este capítulo y el capítulo anterior, ¿cuáles son los roles del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo en el pacto de redención? ¿Hay algunos pasajes de las Escrituras que refuercen tu respuesta?
2. Lee Juan 17:18-19 y Gálatas 4:4. ¿Cómo contribuyen estos pasajes a nuestra comprensión de un acuerdo entre la Deidad antes de la Creación?
3. Explica cómo el pacto de redención se relaciona con la salvación de los pecadores a través de la historia.
4. ¿Hay algunas partes de las Escrituras que vengan a tu mente cuando se habla del plan definido de Dios para Su obra de redención?
5. ¿Es el pacto de redención inconsistente con la idea de que tenemos libre albedrío para elegir de acuerdo con nuestros deseos? Explica tu respuesta.
6. En el pacto de redención, ¿aceptó el Padre invitar a categorías (es decir, a cierto grupo de personas) o a individuos al servicio del Hijo?
7. ¿Puedes definir o describir perspectivas erradas que hayas escuchado o leído sobre este tema? ¿Cómo responderías a la persona que sostiene que la idea de este pacto es pura especulación?
8. ¿En qué sentido está subordinado Jesús el Hijo a Dios Padre?
9. ¿Qué partes de las Escrituras muestran que Jesús asumió voluntariamente Su tarea (para empezar, Juan 10:18; Filipenses 2:8)?
LECTURAS SUGERIDAS PARA ESTUDIO ADICIONAL
• Robertson, O. Palmer. The Christ of the Covenants [El Cristo de los pactos], p. 3-25, 91-92.