Kitabı oku: «Vamos a jugar», sayfa 4
26 de enero
¿A qué profeta le habló su asna?
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1 Balaam.
2 Balac.
3 Jeremías.
¿Sabes cómo se comunican los animales?
Los perros ladran, los gatos maúllan, los leones rugen, el oso gruñe y los delfines emiten un sonido especial para comunicarse... ¡Ah!, y los loros repiten sonidos, pero en realidad aunque los animales se comunican entre ellos, no pueden hablar como nosotros.
¿Sabes por qué? Porque su cerebro no está tan desarrollado y sus cuerdas vocales no están preparadas para ello.
Sin embargo, la Biblia cuenta la historia de un animal que habló. ¿Recuerdas cuál es? Lo puedes leer en el libro de Números y en el capítulo 22. Dios hizo que una asna hablara para darle una lección al profeta Balaam, que era su amo.
Balaam iba montado en su burrita de camino hacia Moab, cuando de pronto la burrita se asustó y se salió del camino. Balaam estaba muy enfadado y la golpeó, pues casi hizo que él se cayera. Así ocurrió tres veces. Entonces la burrita habló y dijo: “¿Por qué me golpeas?” Finalmente, Balaam se dio cuenta de que en medio del camino había un ángel con una espada que le dio un mensaje importante de parte de Dios.
De modo que aquella asna no solo habló, sino que también vio algo que Balaam no veía. Muchas veces, Dios utiliza a los animales para darnos lecciones a los seres humanos. Los animales quizás no hablen como tú y como yo, pero son inteligentes y pueden comunicarse y transmitir mensajes que muestran el amor de nuestro Creador.
¡Recuerda respetar a los animales!
Dibuja una asna en tu Diario de Oración y ayuda hoy a un animal.
“En ese momento el Señor hizo que el asna hablara, y que le dijera a Balaam: ‘¿Qué te he hecho? Con esta van tres veces que me pegas’ ” (Números 22:28).
27 de enero
¿Quién advirtió en la Biblia del peligro de la avaricia?
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1 Jesús.
2 Lucas.
3 Pablo.
¿Crees que el dinero es importante?
El dinero es importante para comer, para pagar la casa, la escuela y todas las cosas que necesitamos, pero no es lo más importante en la vida.
¿Sabes por qué? Porque hay cosas que el dinero no puede comprar. Por ejemplo, tener como amigo a Jesús, tener una familia, tener amigos y tener salud es mucho más importante que tener dinero.
Jesús contó la historia de un hombre rico que tuvo una gran cosecha. Ese hombre rico decidió derribar los graneros que ya tenía, porque quería construir unos graneros más grandes y guardar en ellos su cosecha y todo lo que tenía. Luego pensó: “Tengo muchas cosas guardadas para muchos años, así que puedo descansar, comer, beber y gozar de la vida”. Pero Dios le dijo: “Necio, esta misma noche perderás la vida, y lo que tienes guardado, ¿para quién será?”
Jesús quería mostrarnos con esta historia que no es bueno amontonar riquezas, sin compartirlas con los demás, pues esta vida es muy corta.
¿De qué sirve acumular dinero y cosas para que nadie las disfrute? En eso consiste la avaricia: en amar al dinero por encima de todo, incluso de Dios.
Jesús se pone triste cuando le damos más importancia al dinero y a lo que tenemos que a él.
¿Qué puedes hacer para no caer en la avaricia? Escríbelo en tu Diario de Oración.
“Jesús también dijo: ‘Cuídense ustedes de toda avaricia; porque la vida no depende del poseer muchas cosas’ ” (Lucas 12:15).
28 de enero
¿Qué día creó Dios las aves?
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1 El cuarto.
2 El quinto.
3 El sexto.
¿Sabes cómo ha conseguido el ser humano volar?
Copiando a las mejores máquinas voladoras que existen: las aves.
El Creador las creó el quinto día, junto a los peces. Dios diseñó a las aves con unos huesos con agujeritos que las aligeran, potentes músculos, plumas resistentes y flexibles; y el álula, una pequeña pluma que evita que se desequilibren al aterrizar.
¿Sabes cuál es el ave más grande del mundo? No mires al cielo para buscarla, porque no la verás. Aunque es un ave, no es capaz de volar. El avestruz es un ave grande que no vuela, sino que corre. Vive en África y en la antigüedad también habitó en Oriente Medio. Es el pájaro más grande y más pesado del mundo; puede alcanzar los tres metros de altura y pesar unos ciento ochenta kilogramos. Sus largas patas son potentes y musculadas, lo que le permite alcanzar más de noventa kilómetros por hora. Puede llegar a vivir entre los treinta y cuarenta años, aunque en cautiverio llega a alcanzar los cincuenta.
Seguro que ante un peligro has escuchado la frase: “Esa persona esconde la cabeza como el avestruz”, pero esto no es cierto. En presencia de un peligro, el avestruz puede bajar la cabeza a ras del suelo para pasar desapercibido, pero lo más seguro es que salga corriendo o ataque a su enemigo con sus poderosas patas.
Puede que Dios no te haya concedido “alas para volar” ante las dificultades de la vida, pero como al avestruz te concederá aquello que necesitas para defenderte y triunfar en todo lo que te propongas.
¿Qué te parece si haces un dibujo de tu ave favorita en tu Diario de Oración? Luego, escribe tu oración de hoy.
“Luego Dios dijo: ‘Que produzca el agua toda clase de animales, y que haya también aves que vuelen sobre la tierra’ [...]. De este modo se completó el quinto día” (Génesis 1:20, 23).
29 de enero
¿Qué es un ayo?
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1 Un anciano.
2 Un abuelo.
3 Un cuidador de niños.
¿Hay alguna persona, además de tus padres, que te cuida y te da consejos?
A lo mejor es algún familiar o un amigo de tus padres, o un profesor o profesora...
En la época del apóstol Pablo, algunas familias tenían sirvientes a los que encargaban la tarea de cuidar de los niños. A esta persona la llamaban “ayo”.
El ayo acompañaba al niño a la escuela y lo corregía si decía o hacía algo que no estaba bien.
El ayo era su consejero y su educador hasta que cumplía la mayoría de edad. Parece ser que el ayo solía ser duro y muy exigente con los niños que cuidaba.
Sin embargo, en la Biblia, el apóstol Pablo compara la ley de Dios con un ayo que nos dice cuándo nos portamos mal y nos conduce a Jesús para recibir la salvación.
¿Recuerdas cuál es la ley de Dios? Los Diez Mandamientos son como un ayo que nos da consejos para ser mejores personas y ser más felices.
Pero si un día las desobedecemos, tenemos la oportunidad de arrepentirnos y pedir perdón, porque Jesús ya murió por nuestra falta.
No dudes nunca del amor y la misericordia de Jesús.
Él es mucho más y mejor que un ayo, siempre está esperando que hables con él como con un amigo y que le cuentes todo lo que te pasa cada día.
Jesús es tu Salvador y un día te llevará a vivir con él para siempre. Entonces ya no necesitarás la ley porque la tendrás escrita en tu corazón y la obedecerás sin darte cuenta, por amor a tu Creador.
Habla con Jesús por escrito en tu Diario de Oración y dile cuánto deseas obedecerlo y vivir con él por la eternidad.
“Hay personas que lo cuidan y que se encargan de sus asuntos, hasta el tiempo que su padre haya señalado” (Gálatas 4:2).
30 de enero
¿Qué dos personajes bíblicos ayunaron cuarenta días?
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1 Jesús y Elías.
2 Jesús y Daniel.
3 Jesús y Moisés.
¿Alguna vez has pasado un día sin comer? Se pasa mucha hambre ¿verdad? Pues imagínate pasar cuarenta días y cuarenta noches sin tomar ningún alimento.
En la Biblia hay muchos personajes que renunciaron de forma voluntaria a comer durante algún tiempo. Por ejemplo, David, Ester, Daniel...
Pero solo dos personajes bíblicos ayunaron, es decir, no tomaron ningún alimento, durante cuarenta días y cuarenta noches, ¿sabes quiénes son? Moisés y Jesús.
¿Por qué ayunaban los personajes bíblicos? Estos son algunos motivos: cuando un ser querido moría o porque sentían tristeza o dolor; si tenían que tomar una decisión importante y necesitaban la ayuda de Dios; para estar en relación con Dios o, como hizo Jesús, para prepararse para cumplir la misión que su Padre le había encargado al venir a la Tierra.
¿Crees que a Dios le gusta que ayunemos? Dios no obliga a nadie a ayunar. A él le gusta que lo que hagamos sea por decisión propia, de forma libre. Si queremos podemos ayunar para acercarnos a él o pedir su ayuda en algún problema o decisión que tengamos que tomar...
¿Por qué motivos no le gusta a Dios que ayunemos? A Dios no le gusta que ayunemos para que los demás se den cuenta de lo buenos que somos o porque queremos que los demás vean que somos humildes y muy cristianos.
Dios conoce siempre nuestras intenciones y sabe por qué hacemos las cosas. De modo que si algún día, cuando seas adulto, decides ayunar, hazlo de corazón y que nadie se entere de que lo haces, que sea algo entre Jesús y tú.
¿Por qué motivo ayunarías tú? Escríbelo en tu Diario de Oración.
“Moisés se quedó allí con el Señor cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber” (Éxodo 34:28).
“Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto. [...] Estuvo cuarenta días y cuarenta noches sin comer, y después sintió hambre” (Mateo 4:1, 2).
31 de enero
¿En qué lugar ayunó Jesús?
Marca la respuesta correcta
1 En el Jordán.
2 En el desierto.
3 Las dos respuestas anteriores son correctas.
¿Has estado enfermo alguna vez y sin ganas de comer?
Estoy segura de que enseguida que te recuperaste sentiste muchas ganas de comer, ¿verdad? Dios creó nuestro cuerpo con la necesidad de tomar alimento cada día, para poder estar sanos y fuertes. Sin embargo, hay personas que han resistido entre cuarenta y sesenta días sin comer por quedarse atrapadas o perdidas en la montaña o en medio de una tormenta de nieve... Lo cierto es que no se puede decir una cifra de días exacta, pues depende del peso o de las reservas que tiene el cuerpo de cada persona.
¿Recuerdas quién ayunó, es decir, quién estuvo sin comer durante cuarenta días en el desierto? Después de ser bautizado por Juan el Bautista, Jesús se fue al desierto a orar, es decir a hablar con su Padre para que lo ayudara en la difícil misión que le esperaba: morir por todos los seres humanos.
En el desierto no había nada de comer. Y estaba cansado, débil y con hambre. Entonces un ángel, llamado Satanás, se le acercó y quiso hacer que Jesús mostrara su poder divino para ayudarse a sí mismo. ¿Sabes cómo? Le dijo: “Si de veras eres Hijo de Dios, ordena a esta piedra que se convierta en pan” (puedes leerlo en Lucas 4:3).
Jesús tenía mucha hambre, pero quiso demostrar que con la ayuda de Dios podemos dominar nuestro apetito y nuestros deseos, algo que no consiguieron hacer Adán y Eva en el Edén. De modo que Jesús le respondió mencionando la Biblia: “La Escritura dice: ‘No solo de pan vivirá el hombre’ ” (puedes leerlo en Lucas 4:4). Al igual que Jesús venció la tentación de Satanás, tú también puedes vencer cuando Satanás te tienta a hacer algo que sabes que está mal.
Pídele ayuda a Jesús en tu Diario de Oración y él te ayudará a vencer la tentación.
“Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del río Jordán, y el Espíritu lo llevó al desierto. Allí estuvo cuarenta días, y el diablo lo puso a prueba. No comió nada durante esos días, así que después sintió hambre” (Lucas 4:1, 2).
1° de febrero
¿Qué significa Baal?
Marca la respuesta correcta
1 Ídolo.
2 Amo o señor.
3 Las dos respuestas anteriores son correctas.
En las historias bíblicas del Antiguo Testamento se menciona mucho el nombre de Baal, ¿pero sabes qué significa? Es una palabra que se usaba en Canaán. La utilizaban para llamar a los señores o los amos, pero también a los dioses falsos que las personas se inventaban.
El Baal de Canaán se llamaba Hadad, era el dios de la tormenta que, según los cananeos, se encargaba de que lloviera para que hubiera muchos frutos en los campos cultivados. Pero no había uno solo, sino muchos baales, para cada fenómeno de la naturaleza las personas se inventaban un dios falso al que adoraban.
Como los cananeos eran los vecinos del pueblo de Israel, muchas veces los israelitas se olvidaban de adorar al verdadero y único Dios, y creían que esos baales podían ayudarlos.
Dios siempre tenía que mostrarles que él era el único Dios verdadero.
Un día, el profeta Elías desafió a más de cuatrocientos sacerdotes de Baal en un monte que se llamaba Carmelo. Allí, Dios demostró que solo él tiene poder.
¿Sabes cómo? Mientras esos cuatrocientos sacerdotes gritaban y clamaban a sus dioses falsos para que enviaran fuego para encender el altar, Dios envió fuego del cielo solo al altar del profeta Elías. Además, Elías había encargado que el altar fuera mojado con agua, para demostrar aún más el poder del Dios de Israel.
Todos reconocieron que el Señor es Dios y que Baal no tenía ningún poder, solo era una estatua. Puedes leer esta historia en 1 Reyes 18:20-40.
Alaba a Dios, en tu Diario de Oración, pues él es el único Dios verdadero.
“Entonces Elías, acercándose a todo el pueblo, dijo: ‘¿Hasta cuándo van a continuar ustedes con este doble juego? Si el Señor es el verdadero Dios, síganlo a él, y si Baal lo es, a él deberán seguirlo’ “ (1 Reyes 18:21).
2 de febrero
¿Qué profeta vivió en Babilonia?
Marca la respuesta correcta
1 Nehemías.
2 Jeremías.
3 Daniel.
¿Sabes qué es Babilonia?
Era una ciudad que se encontraba en Mesopotamia. ¿Y sabes cuándo se fundó esta ciudad? Fue una de las primeras ciudades que se construyeron después del diluvio. Algunos historiadores creen que se fundó sobre los restos de la ciudad de Babel, donde se confundieron los idiomas, ¿recuerdas?
¿Te gustaría saber qué significa Babilonia? Al igual que “Babel”, Babilonia significa “confusión” o “mezcla”, aunque según los que vivían allí significaba “puerta de los dioses”.
Los arqueólogos dicen que probablemente fue la ciudad más grande de la antigüedad. Estaba construida con ladrillos que estaban esmaltados con muchos colores y había muchas figuras de leones y relieves... ¡Debía ser impresionante! Allí fue llevado prisionero un jovencito cuya misión fue la de ser un gran profeta de Dios en un país extranjero. Se llamaba Daniel y puedes leer su historia en la Biblia, en Daniel 1.
La ciudad de Babilonia se menciona muchas veces en la Biblia. Contra Babilonia se pronunciaron muchas profecías que indicaban que iba a ser destruida y que nadie viviría más allí. ¿Crees que se cumplieron esas profecías? ¡Por supuesto que sí! Dios siempre cumple lo que dice. Solo quedan ruinas de aquella impresionante ciudad.
En el libro de Apocalipsis, también se menciona esta ciudad, pero con un significado diferente. El apóstol Juan dice que Babilonia es toda la gente que está confundida, que se opone a Jesús y a los que creen en él. Jesús te invita a salir de Babilonia, a salir de la confusión y aceptar su amor y su salvación.
¿Qué decisión vas a tomar? Escríbela en tu Diario de Oración.
“Nabucodonosor se llevó los prisioneros a Babilonia [...]. Entre estos jóvenes estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de la tribu de Judá” (Daniel 1:2, 6).
3 de febrero
¿Quién era Barrabás?
Marca la respuesta correcta
1 Un bandido.
2 Un criminal.
3 Las dos respuestas anteriores son correctas.
¿Sabes qué significa la palabra “bandido”?
Es una persona que se porta mal. Un bandido es un ladrón, un mentiroso, alguien que es capaz de utilizar la violencia para conseguir lo que quiere, como los terroristas. Los bandidos suelen ir contra la ley y acaban normalmente en la cárcel.
Así era Barrabás. Un terrorista que iba contra la ley de Roma, por eso se encontraba en la cárcel. A pesar de que era un bandido, tenía muchos seguidores.
Barrabás era muy famoso, todo el mundo gritaba su nombre para que el gobernador romano, que se llamaba Pilato, lo liberara como era costumbre durante la fiesta de la Pascua. Cuando Pilato le dio a elegir al pueblo entre liberar a Barrabás o a Jesús, los judíos eligieron a Barrabás.
¿Pero quién crees que era culpable Barrabás o Jesús? ¡Por supuesto, Barrabás era el culpable! Jesús era inocente, no había hecho nada malo.
¿Sabes de quién era la cruz en la que murió Jesús? Esa cruz estaba preparada para Barrabás, él era el que había ido contra la ley, era un terrorista.
Sin embargo, Jesús ocupó el lugar de Barrabás. Jesús murió en lugar de él.
Quizás tú y yo no seamos bandidos como Barrabás, pero no importa cuán malo seas, Jesús ha ocupado tu lugar.
Jesús murió por ti y por mí. ¿Sabes por qué? Porque Dios es amor y nos ama tanto que no quiere que nos pase nada malo.
Jesús quiere salvarnos, pero no puede hacerlo si nosotros no queremos.
¿A quién vas a elegir tú hoy? ¿Aceptas a Jesús como tu Salvador? Escribe tu respuesta en tu Diario de Oración.
“Todos volvieron a gritar: ‘¡A ese no! ¡Suelta a Barrabás!’ Y Barrabás era un bandido” (Juan 18:40).
4 de febrero
¿Qué significa bautismo?
Marca la respuesta correcta
1 Bañarse en un río.
2 Mojarse la cabeza.
3 Sumergirse en el agua.
¿Sabes qué significa la palabra “bautismo”?
“Bautismo” significa “hundir”, “sumergir”. Cuando una persona se bautiza, debe ser sumergida en el agua para, simbólicamente, morir a su anterior vida; y cuando sale del agua simboliza que ha resucitado a una vida nueva para caminar cada día con Jesús.
¿Quién dio la orden de bautizar a las personas? Jesús les dijo a sus discípulos que enseñaran a los demás todo lo que él les había enseñado y que los bautizaran “en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (puedes leerlo en Mateo 28:18-20).
¿Qué se necesita hacer para ser bautizado? Conocer a Jesús por medio de la Biblia, hablar con él en oración, pedirle perdón y volver a obedecerlo.
¿Quiénes se pueden bautizar? La Biblia dice que todo el que cree en Jesús como su Salvador personal puede bautizarse. El bautismo es una expresión pública, es decir, ante otras personas, de que creemos que Jesús murió por nosotros y que resucitó para darnos vida eterna. Cuando nos bautizamos mostramos al mundo que amamos a Jesús como nuestro Salvador y que queremos parecernos a él cada día.
Si tú quieres entregar tu vida a Jesús, debes aceptar a Jesús como tu Salvador y conocer las enseñanzas de la Biblia. El bautismo es un pacto que se hace con Dios, él se compromete a salvarnos y nosotros a obedecerlo.
¿Quieres aceptar a Jesús como tu Salvador por medio del bautismo? Pues cuéntaselo a tus padres, ¡y comienza a recibir estudios bíblicos bautismales hoy mismo!
Escribe en tu Diario de Oración por qué quieres bautizarte.
“También Juan estaba bautizando en Enón, cerca de Salim, porque allí había mucha agua; y la gente iba y era bautizada” (Juan 3:23).
5 de febrero
¿Por qué se bautizó Jesús?
Marca la respuesta correcta
1 Para arrepentirse.
2 Para dar ejemplo.
3 Para pedir perdón.
¿Crees que Jesús tenía que arrepentirse y pedir perdón?
¡Claro que no! Jesús nunca ha sido desobediente ni ha hecho nada malo. Sin embargo, un día, mientras Jesús estaba trabajando en el taller de su padre, escuchó que alguien decía que había un nuevo profeta llamado Juan el Bautista en la orilla del río Jordán, que decía que había que arrepentirse y bautizarse para estar preparados para la llegada del Mesías prometido, pues estaba a punto de aparecer. Tan pronto como Jesús escuchó esas palabras, se despidió de su madre y de sus hermanos, y fue hasta el desierto de Galilea donde se encontraba su primo Juan, para ser bautizado por él. ¡Había llegado el momento de bautizarse!
A Juan le llamaban “el Bautista” porque bautizaba, es decir, sumergía en el río Jordán a las personas que se arrepentían de sus pecados; lo que, simbólicamente, quiere decir que morían a su anterior vida y al salir del agua era como si resucitaran a una nueva vida. Cuando Juan vio que Jesús se acercaba para ser bautizado, reconoció que era alguien especial, que no tenía de qué arrepentirse, y por eso le dijo: “¿Quieres que yo te bautice? En realidad, tú deberías bautizarme mí”. Pero Jesús le dijo: “Hemos de cumplir con lo que Dios manda”.
Entonces Juan obedeció y bautizó a Jesús sumergiéndolo en las aguas del río Jordán, delante de todas las personas que habían acudido a escucharlo. En ese momento impresionante, se oyó la voz de Dios que decía: “Este es mi Hijo amado, a quien he elegido como el Salvador del mundo” (puedes leerlo en Mateo 3:13-17). Jesús no se bautizó para mostrar arrepentimiento, porque él nunca había desobedecido a Dios. Lo hizo para darnos ejemplo. Él desea que lo aceptes como tu Salvador por medio del bautismo.
Cuéntale a Jesús en tu Diario de Oración tu deseo de bautizarte como él lo hizo.
“Jesús le respondió: ‘Hazlo así por ahora, pues debemos cumplir con lo que Dios manda’ ” (Mateo 3:15, TLA).
