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Capítulo 3
Ama a Tu Familia
Tedd Tripp
Querido Timoteo,
Gracias por tu llamada de la semana pasada. Estoy agradecido de que te este yendo bien en estos primeros días de ministerio. Tú y tu familia son una gran alegría para Margy y yo. Los amamos y nos gozamos en lo que Dios está haciendo en sus vidas.
Estoy feliz de poner por escrito algunas ideas sobre la vida familiar del pastor. Es un gozo saber que estás ocupado en ser un hombre de Dios, no solo en el púlpito y ministerio pastoral, sino también en tu hogar.
Como sabes, una de las calificaciones para el ministerio del evangelio es una vida familiar ejemplar. “Que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?)”, (1 Timoteo 3:4-5).
El hogar es un microcosmos de la iglesia. Las cualidades de vida espiritual que dan credibilidad a un pastor en el hogar, le darán al pueblo al que este sirve, la misma medida de confianza. La vitalidad espiritual que permite que su familia siga alegremente su liderazgo le dará seguridad a la iglesia de que están en buenas manos. La vida hogareña es más que el escenario para mostrar talento pastoral. Es, también, el horno en donde esos talentos son forjados.
La calidad de tu vida familiar te quitará o te dará credibilidad. ¿Puedes imaginarte que una mujer de la iglesia tenga confianza en un pastor cuya esposa es infeliz? ¿Podrían las personas ver en alguien a un guía espiritual seguro si sus hijos parecen descarriados, desobedientes, tímidos u oprimidos? Cada vez que prediques la Palabra, o des consejo, o des seguridad y consuelo a un pueblo atribulado, la calidad de tu vida familiar dará respaldo a tus palabras. La meta de la piedad en la vida familiar no es tener credibilidad, sino la gloria de Dios, pero el pueblo al que sirves observará muy de cerca tu vida familiar.
Un pastor ocupado a menudo se siente presionado entre las necesidades de su familia y las necesidades de la iglesia. Pensándolo bien, nunca hay una competencia entre los llamados de la vida familiar y los llamados del ministerio del evangelio. Estás sirviendo a la iglesia cuando sirves a tu familia. Cualquier inversión en el hogar devuelve altos dividendos a la iglesia. Eres un modelo para tu pueblo, de cómo las gracias del evangelio influyen en la vida familiar.
A medida que he meditado en tus preguntas sobre la vida familiar, he pensado en 3 categorías generales que pueden organizar tu pensamiento en esta parte de tu vida: Sé un líder espiritual de tu familia. Sé un esposo y padre para tu familia. Sé el protector de tu familia.
Sé un Líder Espiritual
El pasaje clásico sobre este llamado es Deuteronomio 6 en donde Moisés les está dando a los hombres una visión a largo plazo. Su enfoque no es la supervivencia, ni siquiera el solo pasar la semana. Los llamados al liderazgo espiritual se dan para que tú, tu hijo y el hijo de tu hijo conozcan y teman al Señor (verso 2). Esta visión de tres generaciones te ayudará resistir a caer en la tentación de las conveniencias del momento. Como padres, tenemos mayores preocupaciones que las del momento, nos preocupamos de donde estará nuestro nieto en 50 años.
Naturalmente, tu liderazgo espiritual personal es un fundamento para tu familia. Deuteronomio 6:5-7 dice esto bien claro: “Amarás a Jehová, tu Dios, de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas. Estas palabras que yo te mando hoy estarán sobre tu corazón.”
Tu familia debe ver las riquezas de tu caminar espiritual fuera de tus deberes ministeriales. Tu gozo en Cristo, tu vitalidad como un hombre de Dios, tu amabilidad ante la oposición, tu claro enfoque en la gracia de Cristo (no solo en el perdón sino también en el fortalecimiento) serán los lentes a través de los cuales ellos verán tus esfuerzos para ministrarles la gracia de Dios.
Diariamente, introduce a tu esposa e hijos en lo intimo de tu consuelo y fortaleza en Cristo. Permite que te vean leer y meditar la Palabra de Dios. Que te vean como un hombre de oración y humilde debilidad delante de un Dios de poder. Nada le dará a tu familia un sentido de bienestar como tu amor y devoción a Dios.
Otro aspecto importante del liderazgo espiritual es el comunicar a tus hijos una imagen acertada del mundo. Deuteronomio 6 también habla de esto en forma penetrante:
“…estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón. Se las repetirás a tus hijos, y les hablarás de ellas estando en tu casa y andando por el camino, al acostarte y cuando te levantes.”
Tus hijos necesitan entender la naturaleza de la realidad. Más allá y debajo de este mundo de vistas y sonidos hay un mundo de realidades espirituales que le da significado al mundo que vemos y tocamos. Ese árbol en el patio que da sombra y cobijo a las aves y ardillas y que es un lugar para escalar y hasta sirve para construir un fuerte, existe por la voluntad del Dios invisible. Es su creación. Existe como un himno de alabanza a su creatividad, sabiduría y talento. Nos lo ha dado para disfrutarlo, de forma que conozcamos sobre él, le adoremos y le gocemos. Mira, Timoteo, uno no puede verdaderamente entender el árbol sin atisbar lo invisible en lo visible.
Ayudar a los niños a comprender la naturaleza de la realidad requiere imaginación. Nuestros hijos deben ver lo invisible. Nosotros los cristianos somos un Pueblo, cuyo compromiso con el mundo invisible de la realidad espiritual controla nuestra respuesta e interpretación de lo que sí vemos.
La palabra “imaginación” no se usa en Deuteronomio 6, pero usar la imaginación es esencial. Tu hijo vendrá a ti y preguntará, “¿Qué significan los testimonios, estatutos y decretos que seguimos?” (Deut 6:20). Para responder a esta pregunta, el padre debe capturar la imaginación del hijo con eventos del pasado, con la esclavitud en Egipto y la osada y maravillosa liberación por medio del brazo extendido del Señor. ¿Pueden ser contadas estas historias de maneras que impresionen a los hijos sin apelar a su imaginación?
El capturar la imaginación de tus hijos les ayudará a ver lo invisible. Eugene Peterson lo dice así:
La imaginación es la capacidad de hacer conexiones entre lo visible y lo invisible, entre el cielo y la tierra, entre el presente y el pasado, entre el presente y el futuro.12
Piensa en esta tarea de ayudar a los hijos a ver la naturaleza de la realidad como instrucción formativa. Les estas dando formas de pensar y entender su mundo, que están fundadas en la Biblia. Nuestros hijos no basan su vida en los eventos y circunstancias de esta vida, sino en como los interpretan y responden a ellos. La clave de la interpretación es el ser y existencia del Dios vivo y verdadero.
Todos los días, pasa tiempo en la Palabra junto con ellos. Ayúdalos a ver las glorias y maravillas de Dios. El salmo 145 provee una descripción maravillosa de este aspecto del ser padres, “Generación a generación celebrará tus obras y anunciará tus poderosos hechos. Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad, y cantarán tu justicia.” (Salmo 145: 4, 7). Tus hijos están hechos a la imagen de Dios; están diseñados para la adoración; ayúdalos a ser maravillados por Dios.
Naturalmente, tienes que adecuar los tiempos de adoración familiar a las limitaciones conceptuales y físicas de tus hijos. Sé fiel en la adoración familiar y asegúrate que conecte a tus hijos al mundo invisible de la realidad espiritual. Es lo invisible y eterno lo que nos permite interpretar con exactitud lo visible.
Sé un Esposo y un Padre
No tengo que recordarte Timoteo, que debes entregar tu vida por María. En Efesios 5:25, Dios te llama a amar a María con el mismo amor sacrificial que llevó a Jesús a ofrecer libremente su vida por la iglesia.
El ser tu esposa ha puesto muchas presiones en la vida de María. Ella vive en una vitrina. Se espera mucho de ella. La gente la mira a ella, para poder entender intuitivamente sus propias esperanzas, sueños y temores. Ella debe estar dispuesta a dar un consejo sabio o simplemente a escuchar con atención. Otras mujeres la miran como si fuera una colección de consejos para vivir exitosamente. Otros esperan que ella dé validez a sus vidas. Otras le tendrán envidia o la ignorarán. A la menor indicación, ella debe tener listo el hogar para la hospitalidad. Cada momento en la crianza de tu hijo está sujeto al escrutinio de los ojos analíticos de un critico o de un imitador. Ella se apuntó para todas estas presiones cuando se volvió la esposa de un pastor.
María necesita un esposo. Necesita un hombre que este casado con ella, no con la iglesia. Ella está diseñada para florecer bajo el cuidado de su esposo. El apóstol inspirado, Pedro, dice que debes darle honor, vivir con ella sabiamente. Pedro dice que a medida le das honor como el vaso más frágil, tu vida de oración prosperará.
Lee la Biblia y ora con María todos los días. Toma un tiempo todos los días para pastorearla. Dale oportunidad para hablarte de sus preocupaciones, dudas y preguntas así como de sus sueños, metas y alegrías. Métete dentro de estas cosas. Facilita la conversación haciéndole saber que las cosas que la conmueven, también te conmueven a ti. Ayúdala a encontrar refugio y esperanza en la gracia de Cristo. Recuérdale que Gracia significa más que perdón; también significa fortalecimiento.
Deléitate en ella, nota su nuevo peinado o su nuevo vestido, tomate el tiempo para mirarla a los ojos todos los días, como lo hacías cuando recién se habían enamorado. Expresa tu gratitud por la manera amable en que María atiende y hace sentir como de la familia a los huéspedes. Hazle saber que te agradan sus esfuerzos en embellecer el hogar. Una esposa es como una flor llena de vida. Florecerá con un hermoso color llenando la habitación con un aroma agradable de gozo a medida tú creas un ambiente que anima el crecimiento. Llena su vida con luz de sol, a medida te deleitas en ella y la riegas con un tratamiento amable y tus oraciones. Cuando la cuidas a ella, estás cuidando a la iglesia.
Cuando Pedro habla de la esposa como el vaso más frágil, está declarando que Dios ha ordenado que sea el esposo el que realice el levantamiento de cargas pesadas en la familia. El está hablando, no simplemente de llevar las bolsas de las compras u otros paquetes, sino de que el hombre debe ser el llevador de las cargas. Los pesos pesados de las cuestiones familiares, la educación de los hijos, las preocupaciones y cosas de la iglesia, las limitaciones económicas de estar viviendo con el salario de un pastor, todas estas cosas deben ser cargadas por el hombre de la casa. Claro que ella las compartirá contigo, pero eres tu el que debe cargar con lo pesado. Su conciencia de las cargas de la vida no la derrotará si sabe que tú, como un hombre digno, estas compartiendo la carga.
Sé que ya sabes estas cosas y estás bien establecido en estas verdades, pero como Pedro, te estoy motivando a recordar (2 Pedro 1:12-13).
Al amar y proteger a tu esposa, creas un ambiente estable y saludable para tus hijos. Recuerdo que mi hija, Heather, se acercó a mi una vez cuando era muy pequeña. Me dijo: “Papi, soy feliz porque me amas”. Yo respondí jugando: ¿Cómo sabes que te amo? Y ella contestó con mucha más sabiduría que la de sus siete años: “porque amas a mami”. ¡Oh, que pudiera grabar esa comprensión en la mente de cada esposo y padre! El amar a tu esposa hace que tus hijos se sientan amados.
A decir verdad, lo opuesto también es verdad. El amar a tus hijos hace que tu esposa se sienta amada. Recuerdo una noche cuando los niños eran muy pequeños, estaba gateando en el suelo jugando con ellos. De la nada, Margy se acercó desde atrás y me rodeo con sus brazos diciendo “te amo tanto”. Yo respondí, “bueno, yo te amo también, pero ¿por qué esta muestra de amor? Ella respondió “Simplemente te amo”. Ahora entiendo lo que ocasionó esa muestra espontánea de afecto. Estaba dando de mi mismo a los niños, era un dar a aquello que es lo más grande en el mundo para ella, así que la hizo sentirse cerca de mi.
Siempre me ha fascinado el hecho que Efesios 6:4 coloca la disciplina y el sustento como responsabilidad del padre. Todos saben que las madres pasan más tiempo con los hijos. ¿Por qué se identifica esto como un llamado al padre? Las madres, claro está, están programadas para disciplinar y sustentar a los niños. Puede que el sustentar no sea tan natural para el padre como para la madre, pero Dios dice que es tu tarea. El hecho que esta tarea sea asignada a los padres significa que los padres deben proveer el liderazgo en la crianza de los hijos.
Eres el hombre de Dios para liderar en la disciplina, corrección y motivación de los hijos. Tienes una tarea importante en el compartir tu visión de esta tarea con Mary. Tú puedes ser su referencia en sus preguntas y su motivación cuando sea tentada a ser muy permisiva o muy estricta. Puedes forjar acuerdos con ella sobre el cuando y el cómo disciplinar. El llamado especifico del padre es asegurarse que los hijos sean criados en la disciplina e instrucción del Señor.
En Génesis 18:19, Dios dice palabras que se aplican tanto a nosotros (como lideres del hogar) como se aplicaban a Abraham: “pues yo sé que mandará a sus hijos, y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él”. Dios cumplirá todas sus promesas a Abraham, pero lo hará bajo el contexto de la acción de Abraham en fidelidad a Dios.
Hay muchas etapas en la vida. Estás en la etapa de un nuevo ministerio y de las preocupaciones y cuidados de una joven familia. Habrá otras etapas en la vida a medida tú y tu familia crecen y hasta envejecen. Es importante que seas un líder predecible, estable y con integridad. Tu esposa y familia sacarán fuerzas del verte a ti vivir como un hombre maravillado por Dios y quien está, por tanto, lleno de gozo y confianza en todas las etapas de la vida.
Sé un Protector
El cuerpo humano es una maravilla de la sabiduría y creatividad de Dios. También nos da analogías muy útiles cuando pensamos en las cosas. La pared de una célula humana, por ejemplo, está de la misma forma abierta para lo deseable como cerrada para lo no deseable. Debes crear paredes de ese tipo para tu familia. Algo de la protección que tu familia necesita es general, otra, es especifica para la familia de un pastor.
Como cualquier familia debes dejar afuera las influencias dañinas de la cultura. A uno de mis viejos profesores de seminario, el Dr. Robert K. Rudolph, le gustaba decir: “Las mentes abiertas, al igual que las ventanas abiertas, necesitan cedazos que mantengan afuera a los insectos”. Necesitas darle a tu familia la protección de inteligentes y buenos “cedazos” para tu hogar. Ahora, mientras los niños aun son jóvenes, es un buen tiempo para que tu y Mary desarrollen estándares específicos que usarás para filtrar lo que entrará a tu hogar. Obviamente, lo que unos medios anticristianos y paganos ofrecen comúnmente, no puede ser traído a tu hogar.
Incluso, habrá momentos en que tendrás que regular el acceso que otras personas tienen a tus hijos. Tendrás que ser muy discreto y sabio en la forma que hagas esto, pero tus hijos (y aun tu esposa algunas veces) tendrán que ser protegidos de algunas de las personas a quienes Dios te ha llamado a servir. Si el propósito de alguien es malvado, tu familia deberá ser protegida. Felizmente, habrá pocas ocasiones en que este tipo de protección sea necesario.
También, si no quieres quedarte sin ningún tiempo familiar, tendrás que proteger dicho tiempo. Asegúrate de organizar tu vida y ministerio de tal forma que te permita pasar tiempo con tu familia. Ellos necesitan el tiempo contigo. Tiempo de jugar y tiempo para las alegrías sosegadas del pensar, la contemplación o aun la lectura de un buen libro juntos. Es importante que haya momentos en tu vida familiar (salvo una emergencia) en las que papi sencillamente se encuentre en casa. Que este en la casa sin ningún otro plan que disfrutar a su familia.
Algo de esta protección se realiza con la simple organización de tu tiempo y con el reservar momentos en los que no estarás disponible para la congregación a la que sirves. Es una buena idea que la congregación a la que sirves sepa que hay momentos en los que es mejor no llamarte y otros momentos en los que sus llamadas son bienvenidas. Habrá excepciones de emergencia, tales como enfermedades o muerte o una dramática crisis familiar las cuales sobrepasarán tu programa, pero es un buen ejemplo para los hombres que sirves y un estimulo para sus esposas el saber que el pastor tiene tiempos familiares y los protege.
Seria muy prudente, para un pastor con hijos pequeños, el mantener su estudio y oficina de consejería en el edificio de la iglesia. Si trabajas en la casa, estarás distraído y no serás productivo. Tus hijos no entenderán por qué papi no puede “salir a jugar”. Si trabajas en el edificio de la iglesia, entonces cuando estés en casa, es para estar en casa.
El hogar de un pastor está concebido para ser un hogar abierto. Tu quieres que tu familia se goce en ser hospitalarios y en usar cada don para ministrar la gracia de Dios a otros (Ver 1ª Pedro 4:9-10). Por esa misma razón, es muy importante que protejas a tu familia de perderse en el servicio a los demás. Hay una obvia tensión en esto. Tu hogar debería estar abierto para que otros puedan ser animados con la belleza y el gozo de una vida piadosa en el hogar. Al mismo tiempo, tu familia necesita tener el orden de una agenda ordenada y predecible.
Si puedes mantener un balance apropiado en esto, encontrarás que el hogar de un pastor puede ser un lugar maravilloso para ministrar el evangelio. En una cultura en la que la vida familiar se ha deshecho. La gente está hambrienta de ver una familia en la que haya gozo y amor a Dios y a los demás. Tú puedes cultivar en tu familia un amor cordial en el usar el hogar y la vida familiar como un lugar de servicio a otros. Algunos de los recuerdos más preciados de nuestros hijos son de aquellos momentos en que los huéspedes rodeaban la mesa y disfrutaban, no solo una buena comida, sino también una suculenta conversación espiritual.
Protege a tu familia por medio de guardar tu corazón de querer agradar a los hombres. La tentación será colocar encima de ellos las expectativas de otros en la congregación. Richard Baxter tiene una maravillosa sección en el Directorio Cristiano sobre el tema del temor del hombre.13 El demuestra cuán imposible es mantener a la gente satisfecha contigo. Tienes que agradar a una multitud y lo que le gusta a uno, desagradará a otro. A través de varias útiles paginas, muestra la imposibilidad de agradar al hombre y la libertad de tener que agradar a uno solo: Dios.
Agradar al hombre no solo es imposible, Timoteo, es destructivo para ti y tu familia. Tu y María deben comprometerse a rehusar amablemente cualquier esfuerzo de las personas que sirves a establecer los planes de tu familia.
Protege a tu familia de todas las decepciones y heridas del ministerio. Algunas de las heridas más profundas del ministerio pastoral son aquellas en las que alguien peca contra el pastor. Probablemente se hable de su bondad como si fuera maldad. O quizás es sometido a ataques falsos e injustos. No servirás en el mismo lugar por mucho tiempo sin pasar por estos tiempos de tribulación. No necesitas defenderte a ti mismo, tu Defensor es poderoso.
Tu esposa e hijos necesitan protección durante estos momentos. Ellos sabrán que estas pasando por aguas tormentosas. Pueden orar y ser sensitivos contigo. Pero ellos, especialmente tus hijos, no necesitan ser arrastrados junto con tus decepciones, tensiones, heridas y temores. La necesidad que tiene María de conocer la situación es mayor que la de los niños, pero aun allí, puedes ahorrarle algunos de los pequeños detalles que solo le quitarían el sueño. La idea no es proteger a María por medio del pelear solitariamente en estos periodos de prueba. Son una sola carne y no puedes caminar solo. Aprende cómo hacer de María tu confidente sin que sea ella la que lleve la carga.
Dios te sostendrá durante estas pruebas. Al otro lado de este clima tan duro siempre se encuentra un lugar de abundancia (ver Salmo 66:10-12). Cuando hayas atravesado seguro la tormenta, será una bendición para tu esposa e hijos el no tener detalles que olvidar o tener que pelear contra la amargura.
Es una gran obra la obra del ministerio. Seguro que hay pruebas. Dios nunca nos dejar ir tan lejos sin ayudarnos a ver nuestra debilidad y profunda necesidad de Su poder y de Su capacitación. Y como Pedro lo dice en 1 Pedro 1:6-9, aun en medio de la prueba de nuestra fe en toda clase de pruebas, también tenemos un gozo inefable y glorioso. Yo tuve esa experiencia recién ayer. Mientras echaba mis cargas sobre el Señor, me quedé anonadado con un sentido de Su cuidado por mi y por la bondad y justicia de conocerle y servirle. Este gozo inefable y glorioso es nuestro aun en medio de las pruebas. ¡Que Dios tan poderoso servimos!
Oramos a menudo por las constantes bendiciones de Dios sobre ti y tu familia.
Corriendo la Carrera
Pastor Ted Tripp
Pd: Estos son un par de libros que te animarán en tu llamado de padre y esposo:
1. Tu Familia, Como Dios la Quiere, por Wayne Mack (Mexico City, MX; Publicaciones Faro de Gracia, 2007).
2. El Marido Integral, de Lou Priolo (Mexico City, MX; Publicaciones Faro de Gracia, 2007).
3. Cómo Pastorear el Corazón de tu Hijo, Tedd Tripp (Walwallopen, PA: Shepherd Press, 1995).