Kitabı oku: «Cazador de pecadores», sayfa 2
Pero Rosalía seguía intrigada y preguntó:
—¿Puede que algún día Satanás tenga más poder que Dios?
—No, primero porque Satanás es una creación de Dios, tampoco es omnipotente (todopoderoso), el poder de Satanás está limitado al poder de Dios, tampoco es omnisciente (conocedor de todas las cosas), Satanás no puede ver el futuro como lo hizo Jesús vaticinando su propia muerte, y mucho menos es omnipresente (presente en todas partes), Satanás no puede estar en todas partes a la vez como Dios, él tiene un clan de demonios que le ayudan; y por último, tampoco tiene el poder de crear que Dios tiene, de tal manera que Satanás nunca podrá vencer o ser más que Dios, porque ni siquiera lucha contra él.
Rosalía trataba de entender el meollo del asunto.
—Entonces, ¿qué es lo que quiere Satanás o por qué lucha?
—Satanás es una entidad que representa la encarnación suprema del mal, y busca vengarse de Dios por haberlo expulsado del Paraíso, pero no con fuerza, ya que no hay poder más supremo que el de Dios mismo y él lo sabe, entonces usa la astucia y el engaño contra la máxima creación de Dios; «el hombre». Satanás motivó a sus huestes a destruir y aniquilar al humano, buscando su extinción y robando sus almas, entonces la lucha es en la Tierra, entre el bien y el mal, ángeles contra demonios, entre dos fuerzas contrarias y eternas que se libra día a día, momento a momento en la vida y en la conciencia de cada ser humano, y Dios es el que tiene el control. Por eso confió a los ángeles buenos la custodia de los templos, de las naciones, de las ciudades y de las personas, pero Satanás, al igual que sus seguidores, quieren tener más y más poder, y solo lo obtiene de las almas que se lleva de las personas que pecaron durante su vida.
Rosalía puntualizó aclarando lo entendido.
—O sea, si una persona es buena durante toda su vida y no peca, ¿se va al Cielo? Y si una persona peca en el transcurso de su vida, cuando muere, ¿su alma se va al Infierno? Si una persona peca, pero se arrepiente, ¿va primero al Purgatorio a hacer penitencia para lavar sus pecados y después se va al Cielo?
—Así es Rosalía, y el lugar de transición para llegar al Cielo es aquí en el Limbo. Solo recuerda que hay pecados que no se perdonan, como los de asesinar a un semejante. «El asesinato es un pecado imperdonable».
—¿Y… por qué no van a la Tierra y le dicen claramente esta situación a los hombres?
—Todos los días lo hacemos, se los decimos y se lo damos a entender de muchas formas, con el ángel en tu conciencia, con milagros, con escritos bíblicos, con sacerdotes y predicadores, en las misas y reuniones religiosas, con la presencia en la Tierra del mismísimo hijo de Dios que es Jesús, con el milagro mismo de la vida cuando nace un nuevo ser, con la existencia de la vida en un planeta entre millones, pero el hombre es necio, y algunos deciden no escuchar ni hacer caso.
—Pensándolo detenidamente todo esto es cierto, pero Alan, ¿tú seguirás siendo mi ángel guardián?
—No, yo ya cumplí mi misión contigo, vencí al diablillo que te mal aconsejaba. Por generaciones he logrado ganar siempre el alma de las personas que me han encomendado, ahora tendré un nuevo nivel, podré ir a la Tierra en forma humana, para apoyar a los hombres buenos y combatir directamente a los diablos que habitan la Tierra.
—¿Diablos? ¿En la Tierra? No creo que Dios quiera dañar a los hombres, son su máxima creación.
—Dios no hace daño a nadie, son las mismas decisiones de los hombres lo que los daña, nosotros solo apoyamos y aconsejamos para que tengan las decisiones correctas que los librarán de todo mal.
—¿Y qué hacen los diablos en la Tierra?
—Recuerda que cada hombre tiene un diablillo y un ángel guardián en su conciencia, que son los mismos que están aquí frente a nosotros, en segundos podemos viajar a cualquier parte de la Tierra, no nos ven físicamente porque estamos en otro plano, mismo lugar, mismo tiempo, pero otra dimensión. El Limbo es un estado natural dentro de un plano superior o dimensión. Tú ahora mismo, estás en esta dimensión, por eso es que me puedes ver, no es tu cuerpo físico lo que está aquí, sino tu esencia, tu espíritu o tu alma, tu puedes transportarte a la Tierra en cuestión de segundos, y ver qué pasa con tu familia, esa es la noticia buena, la mala es que no puedes intervenir físicamente, no puedes hablarles ni ellos te pueden ver ni escuchar. Pero hay una generación de diablos que Satanás permite que se encarnen en hombres, ellos también pueden traspasar las dimensiones a voluntad e intervenir físicamente, de esta manera inducen a los humanos a caer en la tentación de pecar y matar, ningún demonio encarnado puede matar directamente porque se extinguiría así mismo, solo lo hace a través de otro humano, tampoco deben presentarse ante los humanos con su verdadero rostro de diablo para sembrar el terror y modificar las decisiones de los hombres, en algunas ocasiones en la historia de la humanidad, algunos diablos se presentaron físicamente ante hombres, y fueron severamente castigados por romper reglas establecidas.
—Ya entiendo Alan, por ejemplo, políticos que envían a su gente a la guerra, o los jefes de las bandas que hacen a su pandilla matar a otros por el dinero, poder o solo por placer, como en mi caso, alguien me mandó a matar.
—Así es Rosalía, tenemos personajes famosos en la historia de la humanidad, como el caso de Hitler, quien fue un verdadero demonio encarnado, que llevó al extremo su poder solo para matar y ganar miles de almas de asesinos. Por otro lado, también existen ángeles encarnados en humanos para contrarrestar el mal, como el caso de la Madre Teresa, y así el mundo está lleno de personajes de ambos lados que no son famosos, pero que luchan entre sí todo el tiempo.
—Pero… ¿qué es lo que buscan básicamente esos demonios? ¿Cuál es su objetivo final? —insistió Rosalía.
—Quieren las almas de los humanos, apropiarse de los espíritus de todos los hombres hasta su extinción, los demonios viven, y se hacen más poderosos por las almas que obtienen día a día, y una vez que ya no exista un humano sobre la Tierra, ellos serán los nuevos dueños y la poblarán junto con los animales y cosas que ellos elijan.
—Pero… ¿qué les pasó durante la Santa Inquisición?
—En esa época Satanás se apoderó de la Iglesia, corrompían a los humanos y las instituciones, pero no les resultó productivo, un puñado de diablos encarnados en humanos que dirigían todo, motivaron con fanatismo a hombres a matar y torturar a mucha gente inocente, todas esas almas ellos las perdieron, nosotros las ganamos y muchos de ellos que fueron mártires ahora son santos. Solo en las guerras han ganado más almas que nosotros porque todos se matan entre sí, pero en un pueblo como el tuyo, lo que les ha resultado a los demonios es crear bandas delictivas muy violentas, con la droga, el poder y el dinero la gente inocente y pobre se corrompe muy fácilmente y son capaces de matar, y en ese momento se condenan.
Rosalía estaba realmente asombrada por lo que estaba escuchando, ella precisamente había sido víctima de esa violencia. De pronto una chicharra que estaba justo arriba de ellos sonó con un ruido fuerte, chillante, casi molesto, un puñado de diablillos que estaban en la gran oficina alzaron el puño desde sus asientos festejando el sonido.
—¡Otro que cae! —dijo un diablillo.
—¡Así se hace, malditos jijos! —gritó otro.
—Ese sonido significa que ha muerto un humano pecador —puntualizó Alan melancólico—. Cada alma pecadora es para ellos, refuerza su clan y su poder, y Satanás está contento.
Después de un rato sonaron unas campanas, era un sonido celestial como mágico, algunos ángeles festejaron el sonido desde sus asientos alzando el puño.
—¡Viva! ¡Hurra! ¡Bravo! —gritaron algunos ángeles.
—¡Así se hace! Sigamos adelante compañeros —gritaron otros.
—Esta alma murió sin pecado o fue una víctima inocente, se acaba su sufrimiento en la Tierra, su nuevo destino está con nosotros. Sin embargo —comentó Alan preocupado—, últimamente los diablos nos están ganando la partida, el mal se está extendiendo rápidamente como epidemia, aun sin guerra declarada, hay mucha violencia en las calles.
Junto a ellos del lado derecho, o sea, del lado de los diablos, está la oficina del jefe de todos ellos, llamado Mefistófeles: subordinado de Satanás, encargado de la captura de almas, jefe de diablos y diablillos que aconsejan al hombre a pecar, integrante del séquito de ángeles caídos que gobiernan el Inframundo. En ese momento justamente se abrió la puerta y salió un diablo llamado Dany.
—Si fallas en esta misión te regreso a freír humanos. ¿Entendiste? —Se escuchó una voz como trueno desde adentro de la oficina.
—No fallaré, ya me conoces —contestó Dany haciendo una reverencia desde la entrada.
—¡Lárgate ya! Tráeme una condenada bebida y cierra la maldita puerta —dijo de nuevo la fuerte y dominante voz.
Dany azotó la puerta y se acercó a la mesa a preparar la bebida, en ese momento se percató de Alan y de Rosalía.
—Miren quién está aquí, mi más grande contrincante, te saludo ángel Alan, bendito eres y bendito serás para siempre, hasta que te rebeles de sus odiosas reglas.
—Te saludo diablo Dany, maldito eres y maldito serás para siempre; además de un perdedor, nunca estuviste a mi nivel —contestó Alan también sorprendido por el casual encuentro, el diablo Dany miró de frente a Rosalía y señaló a Alan.
—Dos veces me asignaron a humanos como diablillo y a Alan como su ángel guardián. ¿Sabes lo que significa perder el alma de dos humanos por culpa de él? Trabajo eterno en el Inframundo, calcinando y castigando almas de humanos pecadores, no está mal, pero es muy aburrido hacer lo mismo todo el tiempo, pero pedí otra oportunidad —se acercó a Alan para mirarlo frente a frente—, y ahora ve, desde entonces no he perdido ni una sola alma asignada, y he ganado mi ascenso. Ya no soy un diablillo común, ahora soy un verdadero diablo experimentado, soy un cazador, ayudo a mis compañeros a conseguir el alma asignada.
—Ah, ¿sí? ¿Te ha ido bien? —dijo Alan impresionado.
—Súper, he tenido buenos resultados en el Medio Oriente, ahora me acaban de enviar una nueva zona como coordinador de grupo, y ya puedo bajar a la Tierra a encarnar a un humano —continuó diciendo Dany entusiasmado—, ahora seré como uno como ellos ordenando a otros matar a sus semejantes, y recolectar sus almas.
—Vaya, te han ascendido igual que a mí —comentó desconcertado Alan—. ¿Y adónde te asignaron?
—A Norteamérica, dicen que es un Paraíso —dijo el diablo Dany mientras probaba la bebida de su jefe—. Qué asco, aquí nunca tienen agua sucia para nuestras bebidas.
—Qué raro, hay mucho personal enviado ahí desde hace tiempo —señaló Alan—, Estados Unidos es un país guerrero y su ejército ha matado a mucha gente, ellos fabrican sus armas.
—No estoy hablando de ese lugar, me refiero a… Déjame ver… Lo apunté en un lugar en mi panza, porque mis manos están llenas de letras, tú sabes… De nombres de los prospectos que me asignan, y obvio, no me voy a acordar de cada lugar raro que me mandan, tengo que usar mi libretita de apuntes, déjame ver… meji… Ni yo mismo le entiendo a mi letra, creo que dice mejica —puntualizó Dany tratando de ver el nombre entre los pliegues de las llantas de su panza—. Ni siquiera conozco ese lugar, me dijeron que se escribe con equis y que estaba en Norteamérica, y por la cantidad de muertes que se han registrado últimamente, debe tratarse de una guerra.
—Se trata de mi país, México —señaló triste Rosalía—, y está pasando algo parecido a una guerra civil, la guerra por el poder y la riqueza, la violencia está en todos lados y en todo momento, es la mayor campaña de delincuencia registrada en toda su historia.
—Nosotros venimos precisamente de allá, del pueblo de Lerma —aclaró Alan.
—Aah, ya entiendo… Él fue tu ángel guardián y falleciste como víctima inocente —dijo Dany señalándolos—. Ambos vencieron a tu diablillo, lo castigarán por perder tu alma.
—Él era un perdedor como tú —apuntó Alan desafiante mirándolo de frente.
—Ya no más, ahora tengo experiencia y carta abierta para hacer muchas más cosas, explotaré todo mi potencial —continuó Dany exaltado—, imagínate andar por la calle convirtiendo a la gente en asesinos, mandándolos a matar y recolectar sus almas para mi jefe, eso sí es diversión.
—Ya conozco tu maldito trabajo —dijo Alan exasperado.
—Gracias —dijo Dany—, pero ese país no tiene presencia personalizada con experiencia como la mía, voy a ser un líder muy recordado.
—A pesar de todo es un país muy religioso y devoto —comentó Alan como tratando de persuadirlo.
—Países así son ya mi especialidad, verás que pronto mejica arderá, empezando por ese lugar de donde vienen: lera, lema, lora o como se llame.
El asunto entre Dany y Alan se estaba convirtiendo en algo personal.
—No lo permitiré — Alan lo enfrentó mirándolo a los ojos—. Y no es mejica, es México, y no es lera ni lema, es Lerma.
—¿Tú lo impedirás? Pide tu cambio y luchemos ahora en la Tierra como líderes de grupo —los ojos de Dany cambiaron a color rojo.
—¡Lo haré! —dijo Alan ya furioso.
—Eso es, me gusta la pasión con la que haces tu trabajo y también me gusta hacer enojar a los ángeles, ya tengo la bebida de mi jefe, le faltó algo de azufre y aserrín, pero ya no hay, a él le gustan las bebidas fuertes y asquerosas. —Dany se alejó riendo a carcajadas y sorbiendo la bebida de su jefe, se detuvo frente a la puerta de la oficina, volteo a mirar a Alan—. En el pandemónium (reunión de demonios) han decidido enviarme a mi próxima misión a mejica, soy un cazador y te lo demostraré en ese lugar.
Dany entró a la oficina de su jefe azotando la puerta tras de sí. Rosalía, asombrada se dirigió a Alan.
—¡No lo puedo creer! Desafiaste a un diablo.
—Sí, pero lo difícil es soportar su olor cuando estoy junto a él, ahora no es un diablo cualquiera, es el más obstinado que conozco, hablaré con mi jefe y le pediré que me asigne a esa zona, necesito vigilarlo de cerca.
Rosalía lo miró incrédula, admiraba el valor con que Alan lo había enfrentado.
—Yo venía a verte para pedirte un favor —dijo Rosalía tímidamente sospechando que probablemente no era el momento apropiado para hacer una petición.
—Dime lo que deseas, tú y yo somos del mismo bando.
—Quiero apoyar desde aquí a mi novio Luis, para que algún día podamos estar juntos de nuevo —Rosalía continuó melancólica—, sé que después de lo que me pasó, él querrá vengarse matando a mis asesinos.
—Entiendo tu preocupación, ahora más que nunca pediré que me asignen esa zona para mi nueva misión.
—Gracias, lucharé junto al ángel de la guarda de mi novio. ¿Me puedes llevar con él?
—Claro que sí Rosalía, yo los apoyaré en todo momento.
Después Alan se dirigió a la oficina de su jefe que estaba a unos pasos a su izquierda, tocó la puerta y alguien desde adentro le contesta con una fuerte voz:
—¿Eres tú Alan? Pasa, pasa.
Alan miró a Rosalía y le sonrió antes de entrar.
—¿Escuchaste las campanitas Alan? —dijo la misma voz.
Rosalía escuchaba la conversación desde afuera, ya que la puerta seguía abierta.
—El Cielo se llena de júbilo cada vez que un alma viene a nosotros —dijo la voz de nuevo.
—Por supuesto que escuché jefe Miguel, pero también escuché la chicharra —comentó Alan—, es por eso que estoy aquí.
Rosalía, desde afuera, cerró los ojos e imploró.
—Por favor Diosito, no permitas que Luis tome venganza, y ya no dejes que Lerma y mi país se desangren más.
Capítulo 4
El pacto
Unos días después, en un salón de eventos sociales ubicado cerca del centro del pueblo de Lerma, se había organizado una cena para empresarios e inversionistas, el lugar estaba decorado con detalles de lujo, el piso perfectamente pulido imitaba al mármol, en las paredes sobresalían las columnas con acabados tipo romano, en el centro entre columnas habían cuadros grandes de pintores famosos, podías observar como en un museo, réplicas de obras de Van Gogh, Goya, algún fragmento de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel, la Mona Lisa de Leonardo Da Vinci, de mexicanos como Diego Velázquez, todos enmarcados en madera gruesa con chapa de láminas de oro, se respiraba un ambiente de cultura, majestuosidad, lujo y festejo al mismo tiempo. El gobernador del estado, acompañado por su gabinete de seguridad, se preparaba para dar una conferencia sobre seguridad pública, debido a los altos índices de criminalidad del país, las empresas se han estado reservando recursos en nuevos proyectos frenando el progreso de la región, el plan del gobernador era ampliar el presupuesto para combatir al crimen organizado, contratando más efectivos y equiparlos con armas, vehículos blindados, drones y dispositivos de comunicación de última generación. También asistieron regidores integrantes del consejo de administración local, uno de ellos se acercó para saludarlo.
—Hola gobernador. ¿Cómo ha estado? —saludó el regidor estrechándole la mano.
—Con mucha presión regidor, tú sabes que ser gobernador no es fácil, pero ahí la llevo.
—¿Qué está tomando? —preguntó el regidor.
—Un tequila, pero voy tranquilo, aún me falta dar el discurso.
—¿Y todo va bien?
—Prácticamente todo, a excepción del tema de la inseguridad, si no entrego buenos resultados en un año aquí en Lerma, tendré muchos problemas para seguir adelante.
—Al respecto gobernador, creo que tengo la solución.
—Ah, ¿sí? —preguntó incrédulo el gobernador.
—Así es, le voy a presentar a alguien que puede apoyarnos en esta situación.
Le hizo señas a la persona que lo acompañaba y que había permanecido dos pasos atrás. Era un tipo alto, un poco gordo y de aspecto sombrío, pero bien vestido; se acercó y estrechó la mano del gobernador.
—¡Uf! Qué caliente está su mano —dijo el gobernador retirando la suya de inmediato—. Así es que usted puede ayudarnos, estoy abierto a cualquier sugerencia que resuelva al menos parte del problema.
—Soy Dany —dijo el desconocido—. Tengo experiencia en detectar delincuentes y asesinos.
Efectivamente, el diablo Dany había encarnado en un hombre y ya estaba en México, apoyado por otro diablo encarnado que trabaja como regidor en el Ayuntamiento del pueblo.
—¿Me estás tomando el pelo? —Volteó a reclamarle al regidor—. ¿Qué no estábamos hablando en serio?
Se disponía a alejarse disgustado, pero el regidor lo detuvo sujetándole el brazo.
—Por favor gobernador, solo escuche lo que tiene que decirle.
—Está bien, tienes un minuto —dijo el gobernador muy molesto pero dispuesto a escuchar tonterías sin esperar nada extraordinario.
—Puedo probar lo que digo —asintió Dany.
—Bien, dime, ¿cuántos asesinos hay en este salón?
—En realidad pocos, siete que portan traje gris sin corbata y pañuelo azul.
—Estás hablando de mis guardaespaldas, es obvio, han sido militares, policías y guaruras durante mucho tiempo —dijo exasperado ya el gobernador mientras miraba por un instante a sus custodios más cercanos.
—Además de otra persona —dijo Dany con toda la tranquilidad esperando la reacción del gobernador.
—¿Quién? Dime, ¿quién? —es el tipo de información que el gobernador siempre quería saber, la información confidencial es poder, y el poder es riqueza.
—El del traje negro y corbata guinda que está pasando como a tres metros detrás de mí.
—Se trata del presidente del gremio industrial, el licenciado Vega, le decimos Lic y es mi contrincante político —dijo el gobernador mientras lo veía pasar—. Pero… ¿cómo supiste que pasaba justo atrás de ti si no has volteado a ver?
—Le repito que los puedo detectar, los puedo oler… En realidad, cuando hay algún sospechoso de un crimen lo investigo a fondo y en este caso los datos indican que efectivamente él está involucrado en la muerte de un político, también el de un joven que pretendía a su hija, y a una amante que se fugó con otro, los tres perecieron de la misma forma: asfixia; prácticamente por su propia mano con ayuda de otras dos personas —añadió Dany.
—No lo puedo creer, es toda una fichita, pero ¿cómo sé que estás diciendo la verdad? —preguntó el gobernador exigiendo la respuesta.
—Solo pregúntele —le sugirió Dany tranquilamente—, dígale que está por concluir una investigación hacia su persona que lo involucran de tres asesinatos, use el viejo truco de decir una mentira para sacar una verdad.
El gobernador no podía creer lo que escuchaba, y solo para confirmarlo preguntó:
—¿Estás seguro de lo que dices?
Dany asintió y con su mano invitó al gobernador a que lo comprobara, quién de inmediato se plantó delante del referido invitándolo a alejarse un poco de la gente, todavía no estaba seguro si era verdad lo que Dany le había dicho, pero él era un experto en mentir y calumniar, de hecho, para ser un político inevitablemente hay que ser expertos en eso, lo peor que podía pasar es que Lic negara los hechos y ya, pero por lo pronto la adrenalina fluía al máximo, tomó aire y acercó su cara al aludido.
—Lic, tengo información confidencial que te compromete —le dijo el gobernador en tono preocupado.
—¿Qué pasa Gober? ¿Algún truco tuyo para quitarme de en medio? —dijo Lic en tono burlón.
—Quitarte es decisión tuya, yo tengo una decisión más importante que tomar.
—Adelante Gober. ¿Qué es tan importante?
El gobernador estudió unos segundos lo que tenía que mentir y fantasear para sacar la verdad de este asunto, y comenzó su plan de ataque.
—Tú sabes que como gobernador tengo acceso a información confidencial como nadie.
—Me imagino. ¿Hay algo importante que deba saber?
—En este caso se trata de algo importante que tú hiciste, y que el Departamento de Delitos Internos está investigando.
—¿Qué es eso de Delitos Internos? —preguntó Lic extrañado.
—Es un departamento federal que investiga las posibles faltas de los políticos y empresarios de alto rango, trabajan a discreción, y pocos saben que existen.
—¿Quieres decir… que hay un departamento federal investigándome?
—Así es, leí el reporte de la investigación que está por concluir, y será enviado a la central de delitos internos, nada de información confidencial se filtrará a la prensa hasta la detención.
—Ah, ¿sí? ¿Y qué sabes tú ahora de mi pasado? —preguntó Lic intrigado, pensando aún que se trataba de una broma.
El gobernador estaba emocionado de ver la reacción de Lic.
—Saben que mataste a tres personas, dos hombres y una mujer —le susurró.
Fue como un balde de agua fría que Lic no se esperaba, abrió la boca desmesuradamente tirando el cigarrillo, y su cara se tornó pálida y desdibujada.
—Pero…, pero… ¿cómo saben eso?
«Respuesta equivocada —pensó el gobernador—. Acaba de admitir sus crímenes».
El gobernador estaba tenso y extasiado, es el tipo de cosas que le gustaba hacer, pero no quería perder tiempo en descifrar si era cierto o no, solo tenía que demostrar que él sabía toda la verdad y que no había duda.
—El informe describía a las víctimas… Un político, un exnovio de tu hija y una amante tuya que se fugó con otro cuate. Las tres muertes fueron por asfixia. Definitivamente no te gusta perder, seguramente ya estás planeando algo en contra mía.
Los colores de Lic iban y venían, los vellos de su piel se crisparon y se tambaleó un poco, pero reacciono rápido y trato de suavizar el asunto.
—De ninguna manera estoy planeando algo en contra tuya mi Gober, además, todo es mentira, no hay forma de que sepan todo eso.
El gobernador sabía que lo tenía, y que había que asestar el golpe final ya.
—Para empezar, tus teléfonos han sido intervenidos desde hace meses, saben quiénes son tus contactos, y de todos tus negocios sucios, seguramente algunos de tus cómplices ya confesaron, recuerda que bajo el programa de testigo protegido, te pueden delatar sin levantar cargos en contra de ellos aunque hayan participado activamente del delito, solo van por el pez gordo, y en este caso eres tú.
Lic se tomó toda la copa de un solo trago, estaba impávido con la mirada perdida, al fin habían descubierto sus crímenes, el plan del gobernador había resultado, solo tenía que cerrar el círculo a su favor, abrazó a Lic de lado en forma de camaradería.
—Pero no te preocupes, estamos a tiempo de detener todo esto Lic, si tú declinas tu candidatura y me apoyas a ganar, te pondría como mi brazo derecho, seguirías haciendo tus sucios negocios y controlarías los míos, solo entrégame mi parte, tú eres un tipo astuto, pero yo tengo mejores relaciones y contactos, juntos podríamos hacer el mejor equipo, a cambio de ello y con una lana para los investigadores puedo «corregir» tu expediente. ¿Qué te parece?
Lic escuchaba atento, las ideas iban y venían. ¿Cómo es que sabían sus secretos? Ya habría tiempo para enfrentar y castigar a los delatores, por ahora lo que urgía era aliarse para no enfrentar a la ley.
—Está bien, acepto mis «errores» y también acepto tu propuesta, podemos seguir ganando mucho dinero juntos ¿De verdad no saldrá nada a la luz pública?
—Solo si intentas matarme —dijo el gobernador saboreando su victoria—. Tengo gente con instrucciones de entregar la investigación a la prensa por si algo me pasa, sería como abrir la caja de pandora, y tú no quieres que eso pase, ¿verdad?
—Desde luego que no, acepto ser tu socio, es un pacto que nos conviene a los dos, finiquitaré mis asuntos y a partir del próximo mes me pondré a tus órdenes —dijo Lic respirando aliviado, se dieron la mano, el gobernador se alejó, Lic quedó pensativo hecho un mar de confusiones—. ¿Quién rajó? ¿Desde cuándo? ¿Cómo los localizaron? ¿Dónde están esos espías? Maldición, bueno ya nada de eso importa, al menos no iré a la cárcel.
El gobernador no podía creer lo que había pasado, había asestado un machetazo al caballo de espadas, y además ahora era su sirviente, caminaba con un aire de triunfo, como divo sobre la alfombra roja. Dany y el regidor lo vieron acercarse y cruzaron una mirada de victoria y complicidad.
—Esto sí es divertido, jugar con la mente de los humanos —dijo Dany al regidor.
El gobernador regresó todavía asustado y sudando frío.
—No lo puedo creer, de una sola jugada no solo va a declinar su candidatura contra la mía, sino que me ayudará a salir electo —continuó extasiado—. Dany, quédate conmigo, tú y yo podemos pisotear a muchos.
—Gracias por la oferta, entonces deme la misión de quitar primero de en medio a todos los peones de su juego.
—¿Quiénes son los peones? —preguntó el gobernador.
—Los ladronzuelos de poca monta, los secuestradores, la mafia callejera, los sicarios, los que hacen el trabajo sucio, todos los que hayan matado a otra persona.
—Concedido. ¿Qué es lo que necesitas, socio? Puedes hablarme de tu.
—Camionetas con cuarenta policías de ambos sexos bien armados, con autonomía para actuar en toda esta zona. —Dany tenía todo perfectamente bien planeado—. Todo lo que confisquemos como armas, casas, autos y droga serán tuyas, pero los maleantes serán míos, no habrá presos ni heridos, todos morirán.
El gobernador no dejaba de impresionarse con las palabras decididas de Dany, y seguramente no estaba bromeando, pero no había tiempo de pedir explicaciones, lo importante era tener resultados inmediatos.
—Pero… ¿matarlos a todos? Las asociaciones se me echarán encima, sobre todo Derechos Humanos —dijo el gobernador preocupado—. Entiendo que para el sistema es mejor, sin detenidos no hay presos, sin presos no hay sobrepoblación en la cárcel, no más gasto en comida para mantenerlos vivos, ni honorarios para licenciados que los defiendan, ni sueldos para jueces que los dejen libres, ni motines.
Dany continuó dándole instrucciones precisas al gobernador acerca de su descabellado plan.
—No anuncies nada a la comunidad ni a la prensa gobernador, solo a tus superiores, y a todas las corporaciones policiacas y militares para que nos reconozcan y no nos estorben durante las misiones, vía libre en todo este pueblo y sus alrededores, será un operativo de limpieza profunda, actuaremos tan rápido que cuando se den cuenta de lo que está pasando yo habré terminado de «barrer la basura».
Dany hablaba con tanta seguridad que convencía de inmediato, el plan se oía bien, para el gobernador valía la pena arriesgarse y tener esa situación resuelta antes de su próxima campaña.
—Acepto el pacto —dijo convencido el gobernador—. El próximo lunes preséntate con el comandante en la Central de la Policía, nos acaba de llegar equipo táctico con lo último en tecnología, mi secretaria Ana te proporcionará lo necesario y te acompañará para que me mantenga al tanto. Ahora discúlpenme, en un momento iniciará mi discurso, vengo a congraciarme al gremio industrial que se ha visto afectado por la violencia y me piden acabar con ella, aprovecharé para anunciar que limpiaré el estado de delincuentes.
—Yo me encargo que eso suceda —dijo Dany.
—Si logramos esto en un año, me lanzo para la grande y ustedes estarán conmigo —dijo el gobernador emocionado.
—Gracias por la confianza —dijo el regidor—. Tenemos un pacto. ¿Podemos llamarle Gober de aquí en adelante?
El aludido solo sonrió, les dio la mano y se alejó. Dany y el regidor salieron caminando del gran salón, ya en la parte de afuera sin personas cerca, poco a poco sus rostros se iban transformando en los horribles demonios que eran en realidad.
—Buen trabajo, colega regidor, eres buen apoyo, el cuerpo que me conseguiste está un poco traqueteado, pero de momento está bien —dijo el diablo Dany—. Me enviaron a ti porque eres un diablo encarnado que tiene contacto directo con líderes humanos, estoy aquí para coordinarnos, una vez que mi comando policiaco entre en acción, necesito que todos los diablillos de esta zona, en los que sus humanos sean asesinos consumados, reporten su posición, vamos a empezar con las bandas para obtener varias almas en cada operación. Nuestro jefe no quiere esperar a que los humanos asesinos tarden años en morir para obtener su alma, eso es mucho tiempo y nuestro récord de almas captadas últimamente es bajo. Él quiere que los que cometieron el pecado mortal del quinto mandamiento, sean eliminados de inmediato para que nuevos asesinos ocupen su lugar dentro del mismo grupo de delincuentes o se forme una banda nueva.
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