Kitabı oku: «Sanación de los chakras y conciencia del karma», sayfa 3

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La conciencia individual

Es a través de las mentes superior e inferior, de sus funciones y aspectos, así como del sistema de energía de un ser humano plenamente consciente, que la conciencia universal, elYo, puede emerger en su totalidad. La mente superior (espíritu, alma e intelecto) y la mente inferior emergen del Yo a través de los tattvas, los pasos de la evolución. La conciencia que emerge por medio de las mentes superior e inferior nunca busca comprender sino que observa hasta saber. No emite juicios ni tiene como principal objetivo la supervivencia. De hecho, como las experiencias de las mentes superior e inferior y sus funciones y aspectos no se filtran a través del equipaje kármico (el cual toma la forma de la mente individual y del ego), éstas se experimentan directamente, lo que significa que las cualidades de algo que se observa se conocen por medio de la experiencia directa, del pensamiento, de la revelación y/o de la intuición. Simplemente, la comprensión no es una función de las mentes superior e inferior.

Algo misteriosamente formado nacido antes que el cielo y la tierra.

En el silencio y en el vacío, que permanece en la soledad y sin transformación, siempre presente y en movimiento.

Quizá es la madre de las diez mil cosas.

No conozco su nombre.

Llámalo el Tao. A falta de una mejor palabra, yo lo llamo lo grandioso.

—Tao Te Ching, 25. Si bien las emociones, los sentimientos e incluso las sensaciones son funciones del sistema humano de energía y éste sirve de apoyo a las mentes superior e inferior, entonces son una parte funcional de la conciencia humana. De esta manera, las emociones auténticas (ira, temor, dolor y alegría) que emergen del sistema humano de energía y que son expresadas a través de los cuerpos de energía, surgen de manera espontánea.

Las acciones auténticas que expresan la voluntad y la intención de las mentes superior e inferior en cualquier mundo y dimensión a los cuales emergen, son apropiadas y eficientes. No se basan en el juicio ya que la mente superior y la mente inferior no están apegadas a la mente individual ni al ego, por lo tanto no existen brechas entre la intención de las mentes superior e inferior y el sentimiento y/o la emoción que emerge y que alimenta la acción subsecuente.

Cuando la mente superior y la mente inferior motivan a un ser humano a actuar, la energía que emerge es descalificada, lo que significa que las mentes superior e inferior no influyen en la acción, sólo la vitalizan. Éstas no alteran, controlan, manipulan ni transforman las cualidades de cualquier cosa que se encuentre en el ambiente externo aunque interactúen en él por medio de las funciones y los aspectos del intelecto. De hecho, al igual que el Yo, cualquier cosa que emerge de las mentes superior e inferior y de sus funciones y aspectos, enriquecerá nuestra propia experiencia de la verdad, la libertad y/o la placidez.

Aunque la conciencia humana se ha asociado a los aspectos cognoscitivos del cerebro, ésta no es el cerebro y, por lo tanto, puede funcionar de manera independiente al cuerpo físico-material. Efectivamente, las mentes superior e inferior forman parte del sistema integrado que es multimundano y multidimensional, lo que significa que no puede ser restringido por las limitaciones comúnmente impuestas por el tiempoespacio en el cerebro físico y en el cuerpo físico-material.Aunque sirven como vehículo para el Yo, las mentes superior e inferior aún son capaces de adentrarse en el ambiente externo, tanto en el universo descalificado como en el universo calificado, y asumir la forma de los objetos de la percepción haciendo uso de las funciones y de los aspectos de la mente como el vehículo para su conocimiento y asimilación. “Así como el agua de un tanque puede fluir a través de un canal, caer en un terreno y adoptar su forma (cuadrado, triangular o de cualquier otra forma), así también la mente irradiante (las mentes superior e inferior) sale a través del ojo o de cualquier otro órgano sensorial y fluye hasta el sitio en donde un objeto cobra en la forma de ese otro objeto.” (Práctica del Yoga, Swami Sivananda, 113).

Los vehículos de las mentes superior e inferior son los grupos de cuerpos de energía que componen el espíritu, el intelecto, el alma, los cuerpos de los chakras y los cuerpos del deseo. Los chakras, las auras y los meridianos (los órganos que forman el sistema humano de energía) alimentan de energía a las mentes superior e inferior. Las funciones y los aspectos de la mente hacen posible que los grupos de cuerpos de energía manifiesten la intención y se involucren en algunas actividades mientras mantienen la autoconciencia y se alejan del mundo de las cualidades.

Los cuerpos del deseo

El de la mente inferior complementa el mundo de la mente superior. La mente inferior está compuesta por los grupos de vehículos energéticos llamados “cuerpos del deseo”. Estos vehículos energéticos tienen el mismo tamaño y forma que los cuerpos de energía y están compuestos de prana en los mismos tres estados: sólido, líquido y gaseoso.

Es a través de los cuerpos del deseo que podemos experimentar, expresar y determinar los deseos primordiales para la vida. Estos deseos son una función normal de la vida terrenal y no se deben confundir con el deseo por las cosas específicas que crean dependencia y que emergen por medio de la mente individual y del ego.

Artha

Los vedas nos enseñan que existen cuatro deseos esenciales que son funciones de los cuerpos del deseo. El primero se llama artha. En sánscrito, artha se refiere al “deseo por la comodidad o la riqueza material”. Artha es un deseo esencial porque motiva a los seres humanos a encarnar en un cuerpo físico-material y a actuar de manera adecuada. Puesto que es una necesidad económica amasar suficiente riqueza para liberarse de la monotonía del trabajo pesado, es primordial satisfacer este deseo para lograr mantener un crecimiento y un avance espiritual.

Kama

El kama es el segundo deseo. Denota “placer y el deseo de placer”. Es uno de los cuatro deseos primordiales que motivan al ser humano a encarnar en un cuerpo físico y a actuar de manera adecuada. En el Bhagavad Gita se coloca en el centro de la vida y se compara con la fuerza vital. Efectivamente, el vedanta nunca nos enseñó que el placer debía ser reprimido ni menospreciado como algo antiespiritual. De hecho, el vedanta nos enseña que el atman posee dos aspectos. El primero es la conciencia, la cual contiene todo lo que existe —por lo tanto, no desea nada porque todo lo tiene—. Esto es el Paramatman.

También del atman emerge el alma individual, el Jivamatman. En los niveles más profundos del ser, el Jivamatman determina los deseos y las aspiraciones de un individuo. El Jivamatman es la fuente del dharma, el deseo más profundo del corazón.

Dharma

El dharma es el tercer deseo que motiva al ser humano a encarnar en un cuerpo físico-material y a actuar de manera adecuada. Dharma significa literalmente “aquello que perdura” —en esencia, aquello que evita que las relaciones mundanas se disuelvan en el caos. En la comunidad humana, es el dharma lo que mantiene el orden social.

El dharma tiene dos aplicaciones: el dharma compartido, que es común a toda la raza humana, y el dharma individual, que es específico de cada ser humano. El dharma compartido es la rectitud o el deber espiritual. En este contexto, la rectitud puede compararse con la acción adecuada. Las acciones adecuadas son aquéllas que promueven el flujo del prana y que emergen de las mentes superior e inferior y de sus funciones y aspectos. El dharma individual es la ruta específica de la acción adecuada, lo que lleva a una persona nuevamente a la unión con el Yo.

Moksha

El moksha es el cuarto deseo que motiva a los seres humanos a encarnar en un cuerpo físico-material y a actuar de manera adecuada. Moksha denota “trascendencia”, que es la libertad espiritual y la liberación del apego kármico. De los cuatro, el moksha es el deseo primordial. El Vedanta Advaita (la ruta sin dualidad de la autorealización) nos enseña que el jnana (conocimiento) que proviene de la experiencia directa, es el medio para alcanzar el moksha y vencer a la ignorancia.

El gran maestro hindú del siglo XX, Ramana Maharshi, afirmaba que la ignorancia no es más que el apego a la idea del Yo. El jainismo, como siempre, es más conciso. Éste nos explica que el moksha es el má ximo estado de separación y/o de apego. En el moksha nos liberamos de todo apego al mundo externo de los fenómenos. El shaivismo compara al moksha con la placidez y el yoga lo compara con el estado del nirvakalpa-samadhi, el estado del aislamiento y de la quietud sin paralelos.

Las funciones de la mente

Puesto que el Yo permanece ajeno a su creación, éste requerirá de los vehículos para manifestar conciencia y prana y, así, poder participar en el universo fenoménico. En la mente superior, los vehículos son los cuerpos de energía y en la mente inferior, éstos son los cuerpos del deseo.

Todos los cuerpos de energía y sus vehículos energéticos correspondientes se componen de energía descalificada y de materia sutil. Para poder funcionar de manera sincrónica con otros cuerpos de energía, así como con las funciones y los aspectos de la mente, cada cuerpo de energía debe ocupar el espacio de su dimensión que corresponda con el espacio ocupado por el cuerpo físico-material en el mundo físico-material.

Los cuerpos de energía y los vehículos energéticos (cuerpos del deseo) de las mentes superior e inferior interactúan con el macrocosmos a través de las tres funciones de la mente conocidas como koshas, indyrias y pranas.

Koshas

Los koshas son “revestimientos mentales” y es por medio de los koshas que adquirimos conciencia de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Aunque la conciencia reside en el interior de los cuerpos de energía, de los cuerpos del deseo y de sus vehículos energéticos correspondientes, la conciencia no puede saber nada de sí misma. Por lo tanto, requiere de un espejo para experimentar su propio reflejo. En los diferentes niveles de conciencia, en las mentes superior e inferior, los koshas llevan a cabo esta función. Los koshas existen en el tiempoespacio y son campos de actividad, no conceptos abstractos ni arquetipos. Existen doce koshas que corresponden a los cuerpos de energía, a los cuerpos del placer y a los cuerpos esplénicos. Por lo general, cada kosha permanece dentro del espacio corporal individual en el mundo y las dimensiones donde se encuentra activo; sin embargo, un kosha puede irradiarse más allá del espacio corporal individual mientras realiza sus funciones. De hecho, cada kosha se conecta e interactúa con los campos de energía, los objetos y los seres del mundo exterior, en el mundo y las dimensiones donde se encuentra activo. De esta manera, los koshas funcionan como una extensión de la conciencia humana. Asimismo, los campos de energía, los objetos y los seres irradian y/o proyectan energía hacia el kosha activo en su mundo y dimensión particulares. De ahí que se pueda decir que el grado de apego o desapego hacia el equipaje kármico está íntimamente relacionado con la condición de los koshas y con nuestra manera de relacionarnos con ellos.

Indyrias

En los niveles de la emoción, del sentimiento y de la sensación, los indyrias llevan a cabo la misma función que los koshas. Existen dos tipos de indyrias, los indyrias jnana y los indyrias kármicos. Los indyrias jnana son funciones del alma que reúnen el conocimiento del microcosmos y del macrocosmos a niveles de la actividad asociada con la emoción, el sentimiento y la sensación. Los indyrias kármicos manifiestan el conocimiento a través de la acción después de que el conocimiento ha sido asimilado e integrado por el adecuado indyria jnana.

Una vez que el conocimiento ha sido asimilado a través de los indyrias jnana, los indyrias del karma nos permiten interactuar con los seres vivos, con los objetos y/o con los campos energéticos al externar la conciencia de la sensación. Los indyrias del karma llevan a cabo esta función adoptando las cualidades de cualquier cosa con la que interactúan; sin embargo, sólo pueden hacerlo al integrarse completamente al espacio corporal individual en el mundo y la dimensión en los cuales se encuentran activos.

De hecho, si el indyria jnana o el indyria del karma de una dimensión en particular no se encuentran completamente integrados, sus funciones pueden verse afectadas y/o pueden apegarse a los objetos, a los campos de energía o a los seres y sus proyecciones con los cuales han interactuado.

En contraste, si los indyrias se encuentran completamente integrados, podremos actuar a través de ellos de manera consciente y nuestras acciones serán sistemáticamente adecuadas.

Pranas

El medio energético por medio del cual operan las funciones de la mente se conoce como pranas. Existen dos tipos de pranas: los pranas entrantes y los pranas salientes. Los pranas entrantes ofrecen un medio energético para que circule un continuo flujo de información recibida y asimilada por el campo humano de energía. Esta información es utilizada por las mentes superior e inferior para discernir las características cualitativas y cuantitativas del campo de energía que las rodea. Los pranas salientes proporcionan a las mentes superior e inferior un conducto energético a través del cual se pueda manifestar el conocimiento por medio de una acción en el ambiente externo. Tanto el prana entrante como el saliente poseen un área de acción que corresponde a una porción específica de energía descalificada y/o calificada en el universo fenoménico.

Si los pranas entrantes y salientes se encuentran activos y funcionando de una manera adecuada, las acciones en todos los niveles emergerán a través de las mentes superior e inferior y de sus funciones y aspectos. Además, los pranas formarán una barrera contra las intrusiones de modo que podamos disfrutar de la tranquilidad que se alcanza al llegar a un estado interior de ecuanimidad.

Los aspectos de la mente

El manas, el buddhi, el chitta y el ahamkara son conocidos como los aspectos de la mente. De manera conjunta, estos aspectos conforman un modelo que ofrece una estructura para las funciones sincrónicas de las mentes superior e inferior, de sus funciones y de los órganos del sistema humano de energía.

Manas

El manas captura o toma el control de un objeto, de un ser y/o de un campo de energía en el ambiente externo. De esta manera se aísla para poder ser estudiado. Este aspecto, (que es un elemento esencial de la identidad personal), puede ser comprendido utilizando la metáfora de mirar en lugar de distinguir. Al mirar, no se enfoca algo en particular, pero al distinguir, aquello que se observa es llevado a un contexto donde puede ser comparado y estudiado. El manas no mira sino que distingue, poniendo énfasis en algo dentro de su campo de visión, de modo que puede ser separado de su ambiente.

Buddhi

El buddhi es el aspecto de la mente que analiza y compara un objeto, un ser y/o un campo de energía que ha sido separado del ambiente por el cual ya es conocido. Aunque los objetos, los seres o los campos de energía pueden variar o cambiar, el buddhi permanece constante. De hecho, es la consistencia del buddhi lo que le permite colocar el objeto de estudio dentro de un contexto específico, de modo que el chitta pueda atribuirle un valor particular.

Chitta

Es el chitta el que le atribuye un valor a aquello que ha sido aislado por el manas y analizado por el buddhi. El valor depende de la condición y del carácter del ser humano que emerge a través de estos aspectos. Al apegarnos a la mente individual y al ego, el valor de algo estará basado en el reflejo deseo-aversión y será evaluado por su mayor o menor influencia en el bienestar físico o psíquico. Cuando elegimos la vida interior y hemos comenzado a fortalecer las demarcaciones y a soltar el equipaje kármico, el valor dependerá de la mayor o menor intervención en el flujo del prana o de la medida en que enriquezca nuestra relación con el Yo.

Ahamkara

El ahamkara es el responsable de tomar las decisiones. Éste clasifica la información que recibe de los otros aspectos de la mente y la utiliza para crear y/o apoyar la opinión de otra persona con respecto a sí misma y a sus relaciones. Aquello que recibe y acepta como válido y relevante no sólo se añade a lo que aceptamos como conocimiento, sino que confirma de manera empírica lo que conocemos de nosotros mismos.

Cuando la información apoya a la mente individual y al ego, se confirma lo que la mente individual y el ego han estado proclamando todo el tiempo: que somos, de hecho, individuos y que estamos motivados por la supervivencia y la necesidad de alcanzar un estado de bienestar psíquico. Cuando la decisión apoya alYo, se confirma nuestra inherente divinidad y nuestra unión previa con el Yo.

Capítulo tres

Permite que la entrada de tus sustanciosas llamas anime al perezoso corazón; y que el fuego abrasador de la sagrada inspiración me ilumine.

—San Anselmo.

Hablemos un poco de la energía

Siempre que hablemos delYo y del equipaje kármico que limita nuestro acceso a la placidez, a la alegría, a la intimidad y al placer que emergen de él, debemos distinguir entre la energía calificada, la cual provoca un apego al ambiente externo y a la mente individual y al ego, y la energía descalificada, que no posee cualidades y que facilita la unión con el Yo. Primero haremos estas distinciones y, después, aprenderás a respirar yogísticamente, lo cual incrementará el flujo de la energía descalificada a través de tu sistema de energía. Después de eso, aprenderás una técnica confiable para activar la parte posterior del chakra de tu corazón. Primero se activa la parte posterior del chakra porque es masculino y más estable que la parte frontal que es femenina.

Una vez que has activado la parte posterior del chakra de tu corazón, aprenderás a centrarte en ella de manera que tu conciencia emerja desde las mentes superior e inferior, y no desde la mente individual y el ego.

Los herméticos nos enseñan que: “La mente es el todo; el universo es mental”. Esto significa que, en el nivel superior, todo se encuentra unificado en una singularidad llamada conciencia universal (el atman o el Yo). Sin embargo, tan pronto como el tiempoespacio ha emergido a través de los tattvas (pasos de la evolución) y el universo fenoménico ha comenzado a evolucionar desde la conciencia universal, se expande la energía descalificada para llenar todo espacio disponible, el cual ha seguido expandiéndose junto con ésta. Esta expansión (a la cual llamamos evolución) y la relación de la conciencia universal (que es estática) con la energía descalificada (que es dinámica) se encuentra representada en el yoga y en el tantra por la eterna danza de Shiva y Shakti.

Ésta es la eterna danza entre Shiva y Shakti, es decir, entre la conciencia y la energía. La energía, en sus diversas formas, se conoce como shakti, prakr iti, prana, aprana y el kundalinishakti, que funciona como base de los universos físico y no físico.

En realidad, sin la interacción de la conciencia universal (Shiva) y la energía dinámica (Shakti) no existiría el universo fenoménico, no existirían los seres vivos que posean órganos de percepción para estar conscientes de ello, no existiría un espíritu con el cual entrar en comunión, no existiría una inteligencia para estar conscientes de ello ni un alma para interactuar con éste.

Después de emerger de la conciencia universal, Shakti, en forma de energía dinámica y creativa, o Prakriti (la forma esencial del prana) comenzaron a actuar como la fuerza motriz de la evolución, como el movimiento hacia la diversidad. En el futuro, Shakti se convertirá en la fuerza motriz para la involución, el movimiento hacia la unión con la conciencia universal.

Prana, en sánscrito, significa “energía absoluta” (la fuerza vital). Esta fuerza vital actúa como un pegamento cósmico. Es irradiado por la conciencia universal —el Yo— y fluye hacia el interior de cada mundo y de cada dimensión, llenando todo espacio disponible, conectando todo en todas las dimensiones. Todo lo que existe emerge desde el prana, al que le debe su existencia, pues éste lo sustenta y le proporciona un medio para que pueda moverse y expresarse a sí mismo.