Kitabı oku: «Tanzania, Kilimanjaro, Zanzíbar», sayfa 14

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El fundamentalismo hizo una leve aparición, con predicaciones al aire libre, el ataque a una carnicería de cerdo en 1993, o el comienzo de islamización de la educación, pero a menos que la corrupción o la falta de libertad política se agraven, no es viable en una sociedad bastante abierta, marcada por todo tipo de orígenes diferentes y atraída por las perspectivas que ofrece la liberalización económica y el turismo. Algunos hablaban de hacer entrar ahora a toda Tanzania en la OIC, organización de tendencia moderada, fundada en 1969 en Yeda, que reúne a 56 países para luchar, en particular mediante el desarrollo, contra la proliferación del fundamentalismo. Pero el 65% de los no musulmanes tanzanos tenían dificultades para entenderlo.

El genocidio de la primavera de 1994 en Ruanda, tras una larga serie de enfrentamientos desde 1959 y tal vez por venganza del genocidio de 1972 en Burundi, enfrentó a nilotas (Tutsis) y bantúes (Hutus). Tanzania, mayoritariamente bantú, ha mantenido una estricta neutralidad, y acogió en Arusha las negociaciones de reconciliación, así como el Tribunal Penal Internacional para Ruanda a partir de septiembre de 1994, encargado de juzgar los crímenes. Muchos refugiados fueron acogidos en el oeste de Tanzania. Ruandeses, burundeses, pero también congoleños vivieron en estos campos ahora cerrados. Sin embargo, actualmente hay miles de congoleños en los campos de Kasulu, cerca de Kigoma, en el sudoeste del país. En 2010, 160.000 burundeses refugiados desde 1972 fueron naturalizados por fin. Un gesto saludado unánimemente por toda la comunidad internacional y por el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR), en particular.

Tanzania trabaja históricamente por la paz en los Grandes Lagos. Julius Nyerere, ayer, y Jakaya Kikwete, hoy, son inagotables mediadores en las crisis que han afectado a esta región inestable. Los sucesivos gobiernos se esfuerzan tanto más en la tarea cuanto que a la antigua Organización de la Unión Africana, hoy la Unión Africana, le cuesta conseguirlo.

Tanzania tiene como prioridad defender su soberanía y favorece en primer lugar los entendimientos regionales más controlables. Se activa en todos los frentes. En 1999-2000 y de nuevo en 2002-2003, Arusha albergó negociaciones inter-burundesas. En 2004, Dar es Salaam organizó la primera cumbre de la conferencia internacional sobre los Grandes Lagos. Arusha acogió la Secretaría de la Comunidad del África oriental (EAC) y contribuyó de forma significativa a su renacimiento, que en enero de 2005 desembocó en una unión aduanera entre los países miembros. Como miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para el período 2005-2006, Tanzania asumió la presidencia en enero de 2006.

Actualmente

Tras su reelección en 2000, Benjamin Mkapa no podía aspirar a un tercer mandato en las elecciones presidenciales de 2005. El partido del Chama Cha Mapindunzi (CCM) propuso entonces como candidato a Jakaya Kikwete, líder de la diplomacia tanzana. Fue elegido con el 80% de los votos, a pesar de la presencia de numerosos partidos políticos de obediencias diversas. Ante semejante éxito, salió como favorito en las elecciones de octubre de 2010. Sin sorpresas, se llevó el 61% de los votos, frente a la revelación de estos comicios, Willibroad Slaa, líder del partido de la oposición Chadema, en segunda posición con el 26% de los votos.

Jakaya Kikwete, actor de la escena política nacional durante casi treinta años, ha participado en los sucesivos gobiernos de los últimos veinte años, de los cuales diez como ministro de Asuntos Exteriores. Desde su investidura en 2005, favorece un Gobierno altamente feminizado (las mujeres ocupan ministerios clave como los Asuntos Exteriores, las Finanzas y la Justicia), aunque sepa preservar los equilibrios regionales y religiosos. El problema de la corrupción, las cuestiones de desarrollo económico y el diálogo con Zanzíbar fueron las prioridades de su acción hasta 2015.

Las últimas elecciones generales celebradas en octubre de 2015 tampoco han escapado al candidato del CCM, John Magufuli, nacido en 1959, ex ministro de Obras Públicas bajo Kikwete, que no podía volver a presentarse. Sin embargo, la oposición creyó durante mucho tiempo haber conseguido —por fin—la alternancia antes de desacreditarse al investir como candidato… al perdedor de las primarias del CCM (!), el ex Primer Ministro Edward Lowassa, debilitado además por un accidente cerebrovascular. Magufuli ganó finalmente con el 58,46% de los votos gracias, en particular, a un discurso de ruptura un poco sorprendente tratándose de un candidato del partido gobernante durante más de 50 años… Una franqueza que no ha abandonado al antiguo Ministro de Obras Públicas desde su elección. Conocido como el «presidente bulldozer», Magufuli acumula medidas drásticas contra la corrupción y el derroche de dinero público, por ejemplo, anulando las festividades anuales de la independencia en diciembre de 2015 o despidiendo por la fuerza a un millar de funcionarios en la primavera de 2017, acusados de ser nombrados con falsos diplomas. Sus oponentes ponen el grito en el cielo por la demagogia y prefieren apuntar algunas derivas autoritarias como el desvío de la ley contra la ciberdelincuencia para amordazar las redes sociales o la nueva legislación sobre los medios de comunicación, considerada liberticida. Las próximas elecciones de 2020 dirán si el show de Magufuli ha sido un éxito.

La Comunidad del África Oriental (EAC), cuya sede está en Arusha, sigue desarrollándose. Tras la unión aduanera de 2005, Burundi y Ruanda se unieron a la organización en 2007, seguida por Sudán del Sur en 2016. Ahora cuenta con seis Estados miembros, incluidos los tres originales (Kenia, Uganda y Tanzania) y se trata de ampliarlo a Somalia. El mercado común fue ratificado en 2010. Los debates también están muy avanzados sobre la unión monetaria. Por último, se prevé la introducción de un visado turístico común entre los Estados miembros, pero los debates sobre este tema se están eternizando y no acaban de reflejar un entendimiento mutuo.

Política y economía

POLÍTICA

Forma de gobierno

Tanzania existe oficialmente en su forma actual desde el 26 de abril de 1964, fecha en la que Tanganica y Zanzíbar se unieron para formar la República Unida de Tanzania (el «Tan» procede de Tanganica y el «Zan» de Zanzíbar). En Tanzania, la Constitución indica que el presidente es elegido por cinco años, renovable una vez, por sufragio universal. Desde la independencia ningún presidente ha intentado cambiar la Constitución, señal de que el país es estable y está unido. La población está al tanto y tiene conciencia de su excepción en África.

El primer ministro, nombrado por el presidente, representa al Gobierno en el Parlamento, que se encuentra en Dodoma, la capital. El archipiélago de Zanzíbar tiene también su propio Parlamento. Se tratan los asuntos relacionados con el archipiélago; el resto corresponde al Parlamento de Dodoma. Sin embargo, la cohesión del país no siempre es evidente, sobre todo en lo que concierne al reparto de la riqueza entre Tanzania continental y Zanzíbar.

Partidos

El primer partido tanzano fue fundado en 1953 por el Padre de la Nación, Julius Nyerere. El TANU, Tanganyika African National Union, permitió, en particular, la descolonización del país y la independencia en 1961. El TANU permanecerá solo hasta 1977, fecha de su unión con el ASP de Zanzíbar. Desde entonces conforman el CCM, Chama Cha Mapinduzi: el Partido de la Revolución. Desde Nyerere y hasta Magufuli, todos los presidentes de Tanzania nacen de allí, un monopolio que (todavía) no ha sido cuestionado por la instauración del multipartidismo en 1992.

La Constitución tanzana limita a dos el número de mandatos presidenciales consecutivos. A diferencia de los malos hábitos persistentes en África, los jefes de Estado que se han sucedido a la cabeza de Tanzania nunca han intentado cambiar las reglas del juego democrático para mantenerse en el poder. Benjamin Mkapa, elegido en 1995 y 2000, no fue candidato en 2005, y Jakaya Kikwete, elegido en 2005 y 2010, tampoco volvió a presentarse en 2015.

No obstante, Chadema (Partido de la Democracia y el Desarrollo), el principal partido de la oposición, sigue avanzando en las urnas y obtuvo casi el 40% de los votos en las últimas elecciones generales en 2015, frente al 26% en 2010. Hay que decir que Chadema logró unir a todos los demás partidos de oposición tras la candidatura de Edward Lowassa, ex primer ministro y desertor del CCM, pero John Magufuli, el candidato oficial del CCM, resultó ser un gran orador. Una vez elegido, Magufuli ha hecho extensible la purga iniciada por su predecesor y se ha separado de aquellos sobre quienes pesaban las sospechas de corrupción más fuertes. Todo ello para satisfacer las necesidades de una población cada vez más exigente en materia de asuntos del Gobierno. Sin embargo, su deseo sigue siendo mantener el poder en el CCM, su partido.

ECONOMÍA

Tanzania es uno de los 40 países más pobres del mundo, según los criterios de las Naciones Unidas en la definición del Índice de Desarrollo Humano (IDH), en particular en materia de salud y de educación. El país estaba clasificado en el puesto 151 sobre 188 en el IDH 2016 (Suiza, Canadá o Francia están en el top 25 mundial y España en el puesto 27, por tener una referencia). Muchos tanzanos reivindican su pobreza con la esperanza de recibir limosna. Aproximadamente el 45% de los tanzanos (es decir 24 millones de personas) viven por debajo del umbral de la pobreza, es decir con menos de 1,90 $ de subsistencia al día, sobre todo entre los jóvenes y la población rural. Esto explica que veamos esas casas de tierra por todas partes, sin electricidad ni agua corriente. Afortunadamente, la situación está mejorando; el país empieza a despegar. Ciertamente el crecimiento se produce de forma desigual pero se ve en Dar es Salaam, Arusha, Mwanza y Dodoma cada vez mayor número de edificios y de carreteras en construcción. Con un crecimiento anual superior al 7%, Tanzania crece año tras año. La paz en el país, sus fabulosos paisajes y sus recursos mineros —y recientemente gasíferos, en offshore— atraen a un número creciente de turistas e inversores extranjeros. El potencial de crecimiento es impresionante.

Principales recursos

Agricultura

La agricultura, como base de la economía del país, representaba no hace tanto el 60% del PIB y el 80% de las exportaciones. Su cifra cayó al 31% para el primero y casi el 37% para las exportaciones de materias brutas (tabaco, café, pesca…). La sociedad tanzana sigue siendo muy rural y agrícola. Cerca del 70% de la población vive fuera de las ciudades, a pesar de que este porcentaje disminuye año tras año. El socialismo nyererista y la liberalización de 1983 han canalizado sus esfuerzos en las granjas, primero en las comunidades aldeanas, luego en las grandes granjas de Estado y las grandes explotaciones privadas. El equipamiento de todas estas explotaciones alcanza un nivel de mecanización satisfactorio con respecto al de los países vecinos. La autosuficiencia alimentaria se logra en la mayoría de los productos.

Sin embargo, sólo una cuarta parte de las tierras cultivables del país está en activo. Y la producción de varios productos es inferior a la de 1961. Los cultivos alimentarios son el maíz, el plátano (incluido el plátano macho, denominado dulce), el arroz, el sorgo, el coco, el boniato, el mijo y las judías (principalmente rojas). Tanzania es uno de los mayores exportadores del mundo de sisal.

Su comercio exterior, muy dependiente de la agricultura, sufre la debilidad de los precios. Con el fuerte crecimiento del mercado de productos ecológicos en Occidente, se abrieron algunas nuevas perspectivas para los productores de Tanzania que no utilizaban productos químicos debido a su coste y que hasta ahora no tenían salida. Así sucede, por ejemplo, con el hibisco de Zanzíbar y los rizomas de jengibre de la región del lago Tanganica.

La ganadería también alcanza niveles bastante satisfactorios. De los países situados al sur del Sáhara, Tanzania tiene el tercer mayor número de cabezas después de Etiopía y Sudán. Casi toda esta ganadería pertenece a familias rurales, sin ninguna intención o posibilidad de exportación. El ganado ocupa casi el 10% del territorio nacional, una mitad está infectada por la mosca tse-tse. El Gobierno ha intentado resolver este problema cavando embalses para almacenar las aguas de lluvia en zonas sanas, pero los pastores deben pagar un impuesto para hacer que sus animales beban en ellos.

Los recursos potenciales de la pesca son enormes en Tanzania, tanto gracias a los grandes lagos de agua dulce como a los 800 km de costas del océano Índico. Hay muy pocas empresas dedicadas actualmente a la pesca comercial: el 95% de la pesca está en manos de pequeños pescadores independientes que utilizan técnicas arcaicas con embarcaciones casi nunca motorizadas. Por lo tanto, los recursos siguen estando infrautilizados, especialmente en lo que se refiere a especies relativamente exportables como la langosta o el camarón. Además, a menudo se malgastan, como demuestra la práctica destructiva, pero aún frecuente, de la pesca con explosivos.

Por último, el país, recubierto en un 40% por bosques, produce varios millones de metros cúbicos de madera al año, por desgracia raramente reemplazados. Desde 1990, los europeos regresan y vuelven a invertir, especialmente, en las plantaciones.

Industria y minas

La industria representa ahora una proporción cada vez mayor del PIB tanzano. El Estado ha privatizado tanto las industrias como las minas, por lo que cada vez llegan más inversores extranjeros al país. Se han instalado nuevas empresas y otras han expresado su deseo de instalarse. Asia, al igual que el resto del continente, ha anunciado proyectos de envergadura: China, India, Malasia, pero también Singapur o Corea del Sur están muy interesados en Tanzania. Esta última hace su propia promoción para atraer más inversión extranjera directa. La reticencia de los inversores a implantarse en Tanzania viene, al igual que en muchos otros países africanos, del bajo nivel de formación de la mano de obra y de la baja solvencia del mercado potencial. Pero también, y quizás sobre todo, se debe a la dificultad y al coste de las importaciones de los materiales necesarios en primer lugar para la instalación, después el funcionamiento y la producción. Con el desarrollo del parque automovilístico y el aumento del precio del barril, la factura petrolera representa más de la mitad de las importaciones del país.

La energía eléctrica suministrada por algunas centrales hidroeléctricas padece en los últimos años las consecuencias de la falta de lluvias, lo que provoca demasiados cortes de corriente en Dar es-Salaam, en particular. La población los sufre al menos tanto como las empresas. Esta escasez es una de las principales causas de la deforestación, pues la madera (y el carbón vegetal) representa la fuente de energía doméstica principal.

Por otra parte, en enero de 2011 China firmó uno de los contratos más importantes de la historia en Tanzania por un importe de 3 mil millones de dólares: se refiere a la explotación de minas de hierro y carbón en el sudoeste del país, así como a la construcción de una central hidroeléctrica.

La extracción minera es una de las actividades que más crece: el país tiene cuatro minas de oro y figura en la cuarta posición entre los productores del continente, después de Sudáfrica, Ghana y Malí. Además, se detectó uranio en el sudoeste del país. Los principales recursos mineros que se extraen actualmente son: el diamante, la tanzanita, el rubí, el oro, el titanio y el carbón. El subsuelo también contiene hierro, níquel, cobre, cobalto, kaolín y grafito, prácticamente no explotados.

Servicios

Los funcionarios representan en Tanzania una parte aún importante de la población activa, fuera de las empresas públicas. En un país pobre, todavía rural y escasamente industrializado, no resulta muy sorprendente.

La policía es omnipresente y el ejército sigue siendo muy importante, pues goza de casi el 1% del PBI (se explica por la agresión de Uganda en el pasado, las guerras civiles de los países vecinos y la fuerte propensión china a vender sus equipos). Los esfuerzos en materia de educación ascendieron en 2014 al 3,5% del PIB según las últimas cifras disponibles proporcionadas por las Naciones Unidas. Sin embargo, una proporción creciente de la población activa del sector terciario está representada ahora por los servicios privados, el comercio y el turismo. Además, se han implantado en el país Stanbic (banco de Sudáfrica), Eximbank y Citybank, entre otros. Al lado, la CRDB y el National Bank of Commerce (NBC) intentan competir y salen adelante, sobre todo, gracias a su amplia red y a su presencia nacional. Se ha desarrollado toda una red de microcréditos destinados a pequeños empresarios individuales, y aparecen y prosperan comercios independientes, incluidos verdaderos supermercados, y muchas empresas privadas de transporte.

Importancia del turismo


KILIMANDJARO - De camino hacia el techo de África.

© Paulin GANGA

Durante los últimos diez años, el sector turístico no ha parado de crecer y ahora representa casi el 15% del PIB. El número de visitantes procedentes del extranjero pasó de 582.000 en 2004, a más de un millón en 2016. Durante mucho tiempo olvidada por Occidente en beneficio de Sudáfrica, Botsuana, Namibia o Kenia, Tanzania es ahora un destino en auge para los safaris y la nueva favorita de los operadores turísticos. En particular, el país aparece como contraposición a su vecino keniata, donde el turismo de masas ha causado estragos con numerosos perjuicios. Como resultado, ambos países se encuentran a la par en cuanto al número de entradas.

Tanzania, con su oferta de alta gama y a pesar de las altas tasas de entrada a sus parques nacionales, alcanzó por primera vez el millón de turistas anuales en 2012. Aproximadamente dos veces más grande que Kenia, tiene la ventaja de la gran belleza y la variedad de sus paisajes, el atractivo de sus pueblos de hospitalidad realmente auténtica, y la riqueza inaudita de su fauna y de sus zonas protegidas, que representan más del 25% del territorio; es decir, el más bello conjunto de todo el continente africano, del que una inmensa parte aún está poco explotada. El turismo se ha convertido en una prioridad nacional.

Sin embargo, la decisión del gobierno de aplicar casi de la noche a la mañana, tras el verano del 2016, el IVA (18%) al conjunto del sector turístico —que hasta ahora se lo había ahorrado— podría frenar esta hermosa dinámica, incrementando una factura ya muy cara para los visitantes extranjeros. Tanzania corre el riesgo de convertirse en un destino de precios desorbitantes y reservado a una minoría de ricos, principalmente de origen anglosajón. Después de haber adoptado una medida idéntica sobre el IVA en 2015, Kenia dio marcha atrás un año más tarde al notar que la disminución del número de turistas había sido más fuerte de lo previsto.

Tanzania Tourist Board (TTB) ha sido responsable de la promoción internacional del turismo tanzano y ha firmado con grandes inversores occidentales concesiones o autorizaciones para la creación de hoteles. Por último, la promoción de una caza deportiva muy regulada (cuotas de sacrificio establecidas por científicos) permite generar ingresos muy importantes (¡un cazador gasta una media de 35.000 $ en el país!). Pero Tanzania, un país particularmente seguro y tranquilo, sufre injustamente, por una parte, las repercusiones en su imagen de los problemas internos de los países vecinos (Kenia, región de los Grandes Lagos), y por otra parte, una conexión aérea aún bastante irregular, por compañías que tardan en tomar conciencia del potencial de crecimiento de este destino. Pero a fin de cuentas,¿es eso un mal? Esta naturaleza, aunque valorada y visitada, también debe ser protegida. Hay que encontrar un equilibrio. El viejo proyecto gubernamental de construir una carretera a través del Serengeti, entre Arusha y Musoma a orillas del lago Victoria, ilustra este delicado equilibrio. En 2010, un grupo de 27 científicos se entregó en cuerpo y alma para protestar, llegando incluso a redactar una tribuna en la famosa revista científica Nature. En junio de 2011, bajo las repetidas presiones de la asociación Serengeti Watch, el Estado de Tanzania anunció la suspensión del proyecto. Según Serengeti Watch, significa sólo retrasar lo inevitable. Por otro lado, Tanzania ha prometido que la parte que cruza el Serengeti, 53 kilómetros, no será asfaltada.

Hay que entender este proyecto viario por la voluntad del Gobierno de sacar de su aislamiento al noroeste del país, que está bloqueado entre el lago Victoria, la frontera keniana y el Serengeti. Con el desarrollo anunciado del puerto de Bagamoyo, esta ruta sería valiosa para el comercio tanzano pero también ugandés. En efecto, Uganda ve la posibilidad de enviar desde Musoma, en el lago Victoria, sus mercancías llegadas tras la travesía del norte de Tanzania.

Azam, la gran marca tanzana

En Tanzania nadie puede escapar de Azam, la gran marca tanzana. Su fundador, Said Salim Bakhresa, originario de Zanzíbar, es según la revista estadounidense Forbes, el hombre más rico de Tanzania, con una fortuna estimada en casi 500 millones de dólares. Azam tiene su propia compañía de transbordadores que conectan Dar con Zanzibar, su agua mineral, su arroz, sus congelados, sus zumos de frutas de todo tipo y también su club de fútbol, su cadena de televisión y su paquete digital. Desde Dar es Salaam, inunda toda Tanzania y los países vecinos.

Retos actuales

Tanzania ha mantenido en los últimos años una tasa de crecimiento del PIB elevada y una estabilidad macroeconómica. Se han realizado progresos significativos en los ámbitos de la educación primaria, la igualdad de género, el acceso de la población urbana y rural al agua. Sin embargo, falta traducir el crecimiento en la creación de empleo y en la lucha contra la pobreza. EL Gobierno se ha propuesto, entre sus misiones, mantener a la gente en el campo para reducir el éxodo y la miseria en la ciudad, así como proporcionarles los medios para producir más y mejor.

Queda mucho por hacer en el ámbito de las infraestructuras, la desnutrición y la salud (especialmente el sida). Acabar con la corrupción también permitiría recuperar millones de dólares, pero el desafío es difícil: los oficiales encargados de esta lucha se encuentran, a su vez, vinculados en sombrías historias.

La inversión extranjera directa, la expansión del turismo y del sector minero (cuarto productor de oro en África, que representa la primera partida de exportaciones) son los principales activos de Tanzania. La agricultura también es prometedora, aunque requiere una reforma de fondo, en particular de la propiedad inmobiliaria, que no está en el orden del día.

Tanzania es uno de los principales países beneficiarios de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) en el África subsahariana. La AOD beneficia principalmente las infraestructuras, especialmente las carreteras y el sector de la energía. La contrapartida es una importante dependencia de la economía de Tanzania con respecto a los proveedores internacionales (aproximadamente el 30% del presupuesto del Estado).

En cuanto al entorno empresarial, el Banco Mundial considera que Tanzania es uno de los diez países más importantes del mundo por el ritmo de las reformas reglamentarias. Esto tiene repercusiones en cuanto a las IED, siendo Tanzania el principal país beneficiario (en flujos y existencias) en la Comunidad del África oriental. Los programas de privatización y el desarrollo del sector minero son sus principales bazas.

Población e idiomas


SERENGETI NATIONAL PARK - Mujeres masáis.

© Reiner Harscher

Tanzania está habitada por unas 120 etnias diferentes, ninguna de las cuales es numéricamente capaz de ejercer el dominio sobre las demás. La mayoría tiene por origen la población bantú, procedente de África Occidental entre los años 1000 a. C. y 1000 d. C. Estos milenios de migración permitieron la formación de estos grupos hasta el período colonial.

Con un poco de esfuerzo, a veces es posible distinguir, por sus rasgos, los miembros de las etnias principales. Las etnias bantúes, que representan el 98% de la población, comparten el idioma swahili.

Los bantúes

Hoy, el estilo de vida de la mayoría de los bantúes se ha occidentalizado totalmente. En comparación con lo que registraron los primeros viajeros y los etnólogos, sólo quedan algunos recuerdos de estas tradiciones entre los antiguos (que pronto desaparecerán), así como algunos remanentes de creencias supersticiosas o expresiones artísticas que se manifiestan a través de las actividades de asociaciones culturales espontáneas o de grupos folclóricos.

La música actual está formada por aportaciones exógenas: el reggae y el soukous congoleño (antiguo zairoise) marcado por el ritmo de instrumentos eléctricos. El soukous es la versión actual del ngoma («tambor», en dialecto congoleño) del Brazzaville de los años 1950, a su vez recuperado de la rumba afro-cubana. Las letras transmiten romances dedicados a algunas mujeres jóvenes o historias edificantes de la vida cotidiana de los pueblos. En Zanzíbar, también encontramos música taarab, poemas cantados y con frecuencia acompañados de instrumentos, que forman una síntesis de las influencias que han conformado la isla. La danza, un fenómeno social tan sagrado como profano, se practica enormemente desde la infancia, a menudo diariamente, en cualquier momento del día. Al este del lago Victoria, la etnia sukuma, cuyo nombre significa, por cierto, «moverse o sacudir», es especialmente conocida en este ámbito.

La escultura, en cambio, está más orientada hacia la relación con el turista que hacia lo sagrado: se refiere principalmente a los pastores masái y a los animales salvajes. En resumen, lo que admira el aficionado al safari.

El arte del adorno, de una importancia antaño primordial entre los kushitas, los bantúes y los masáis, ha desaparecido hoy en día entre los bantúes que, recordemos, representan el 98% de la población. Las excavaciones de muchos yacimientos arqueológicos de la Edad de Piedra y de la Edad del Bronce han permitido sacar a la luz joyas de marfil, huesos, conchas (en particular, los pequeños blancos cauris que vienen de los lagos), cáscaras de huevo de avestruz... Las perlas de cristal no aparecieron hasta hace unos siglos, procedentes de Europa. La vivienda tradicional sólo subsiste en las aldeas remotas, alejadas de las principales carreteras. De una tribu bantú a otra, y según el entorno natural de los pueblos, los modos de construcción eran bastante diferentes: bambú alrededor de los lagos, plataneros en las pendientes de los volcanes, acacias y adobes en la sabana… El tipo de vivienda tradicional está vinculado a la vez al clima, a los materiales que proporciona el medio ambiente, a la actividad del padre de familia y a su condición social. Por supuesto, las formas más arcaicas son las cuevas que se pueden ver entre los bosquimanos khoisan (cerca del lago Eyasi). Las viviendas de Mbulu están semienterradas. Luego están los conos chagga (en Kilimanjaro), por ejemplo, una forma muy sencilla que sólo requiere una cobertura de una sola pieza. También los domos hehe (una tribu del centro), ya más extensos en la base, con pilares de contención en el interior. Por último, las casas rectangulares de los gogos (otra tribu del centro), denominadas tembe, a menudo dispuestas en kraal, en las que el corral del ganado forma la cuarta pared. Sin embargo, esta vivienda sigue siendo bastante primitiva, con un techo muy bajo, grueso y pesado, formado por leños encañizados en los que descansa la tierra y la hierba utilizados para impermeabilizarla.

Los adolescentes y los hombres jóvenes duermen fuera para proteger a los animales y a las mujeres de los animales salvajes. Los materiales de base para el hábitat tradicional son el cañizo y el adobe. Todas estas casas son, en general, muy oscuras, sin ventanas ni ventilación, sin duda para conservar el calor durante la temporada mala y la frescura en verano, y en pocas ocasiones se puede estar de pie. En la región de los Grandes Lagos, a veces se observa una mejora: un agujero en el techo coronado por un segundo techo permite evacuar el humo o ventilar la vivienda. En la costa del océano Índico, encontramos entre los zaramos (población bantú histórica de la costa) la casa llamada swahili, la más elaborada quizás porque goza del clima más cálido: un gran rectángulo de varas de madera con una puerta en ambos extremos y a veces otras aperturas, lo que permite una buena ventilación, con un techo de paja bastante elevado bajo el cual se puede estar de pie. La elección del terreno, el comienzo de la construcción y la mudanza son actos que se acompañan de todas las precauciones: rezos, bendiciones y diversos ritos se realizan con la ayuda de hierbas y semillas, símbolos de bendición, paz y prosperidad. Entre los chaggas del Kilimanjaro, sólo una anciana debe traer las piedras del fuego, dos niños deben encender el primer fuego, y el marido y la mujer deben dormir juntos la primera noche. Aparte de la excepción de Engaruka y de algunos otros sitios secundarios, el hábitat bantú no recurría a la piedra de ninguna manera. Los persas, luego los portugueses y los árabes iniciaron grandes construcciones en la costa, sobre todo en coral, pero estas técnicas fueron poco difundidas. Ahora, en cambio, en cuanto tiene los medios, el bantú cree pasar a un estatus social superior construyendo una casa de ladrillo o de bloque de hormigón, preferiblemente con un techo de chapa. El suelo permanece en general de tierra batida. Este tipo de vivienda, más sostenible y de mantenimiento más fácil, no se beneficia del aislamiento que ofrecían las gruesas cubiertas de paja tradicionales, lo que plantea problemas para los niños. Pero el ganado, que hasta ahora vivía en una parte tabicada de la cabaña, pasa entonces la noche en su propio refugio. Dado que las etnias bantúes suelen ser matriarcales, el marido vive en el pueblo de su esposa y depende de las decisiones de su cuñado. Todo debe pasar por la mujer: así, los herederos de un hombre serán sus sobrinos uterinos (los hijos de su o sus hermanas).

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